Señoras y señores, chicos y chicas, gentusa y shoshos, aquí está mi fan fic de Metroid. Espero que os guste :D. Acepto sugerencias, críticas, comentarios de amor, lo que sea XD.
Conociendo al equipo[]
Prólogo
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¿Qué es el universo Metroid? |
Lo primero para contar una historia es saber dónde se ambienta la historia. Para empezar, una breve explicación de cómo se ambienta el universo Metroid...
Un mundo galáctico, lleno de planetas con múltiples razas. Entre estas razas, la más odiada y temida son los Piratas Espaciales, cuyo objetivo es dominar la galaxia, sin importar los medios. Por ello, hace mucho que representantes de muchos planetas formaron la Federación Galáctica, una unión que luchara por la paz en la galaxia. Así, el ejército de Marines de la Federación empezó a luchar contra los piratas y las amenazas del universo, pero no contaban con que los piratas, en un remoto planeta llamado SR-388, descubrieron a los Metroides, una especie capaz de absorber la energía vital de su presa. Los piratas empezaron a usarlos como armas biológicas, empeorando la labor de la Federación, que siguió resistiendo. Nuestra historia se centrará en un escuadrón de Marines al que se irán uniendo nuevos miembros, y que tendrán que luchar contra los piratas y otras amenazas por mantener la paz en el universo... |
Capítulo 1
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Exploración en la Fragata Orpheon |
En un recóndito rincón del universo, en órbita sobre el planeta Tallon IV, se halla la Fragata Orpheon, una nave pirata de investigación biológica. En ella, la situación es muy delicada: una falla en la brecha de seguridad por un espécimen liberado ha provocado la muerte de casi toda la tripulación. Los que no han muerto escaparon o siguen en la fragata, malheridos. Solo unos pocos siguen en buenas condiciones, de los cuales, uno de ellos corre por los pasillos de la fragata, alterado. Finalmente, en su ansiada carrera, encontró a otro pirata vivo y se dispuso a hablar con él.
Del agujero de los conductos de ventilación salió Fénix, uno de los marines del escuadrón Hyrule. Fénix era el científico del grupo, y su arma característica era el Magmaul, arma que lanzaba proyectiles de magma capaces de quemar y abrasar a toda criatura. Fénix aterrizó en el suelo y, tras comprobar que los piratas a los que lanzó parte del techo estaban inconscientes, activó su comunicador para hablar con su capitán, Xavi.
Fénix siguió avanzando por la fragata. Llegó hasta una sala de escape, cuyas cápsulas de evacuación habían sido lanzadas. Fénix observó los cadáveres de varios piratas, los cuales servían de alimento para pequeños Parásitos, criaturas carroñeras e inofensivas. Fénix notó una presencia extraña en el lugar y, cuando quiso darse cuenta, un pirata estaba detrás suya apuntándole con un arma en la cabeza.
Antes de que ninguno pudiese reaccionar, una flecha láser atravesó al pirata, matándolo al instante. Fénix miró al fondo y vio a su compañero y vice-capitán del escuadrón Hyrule, Brett. Brett era una persona sigilosa y rápida, y usaba como armas flechas láser que creaba mediante un dispositivo en su muñeca, y luego lanzaba con su arco.
Mientras tanto, en el hangar exterior de la fragata, un Transporte Militar de la Federación Galáctica Hygieia esperaba en el hangar. En él, la palabra "Hyrule" estaba presenta, además de un símbolo de Trifuerza. Dentro de la nave estaba Kenta, el piloto del escuadrón. Kenta poseía un dispositivo en su espalda con el que podía alcanzar velocidades supersónicas y usaba como arma el Neutrinarm. Pero esta vez, Kenta no entablaba combate: le tocaba vigilar la nave.
Kenta, sumido en el aburrimiento, apretó el botón de la eyección y saló disparado de la nave hacia el espacio. Volvamos a Brett y Fénix, que llegaron a la cubierta Beta, donde Xavi les esperaba. Xavi era el capitán del escuadrón, y como tal tenía la autorización de llevar un arma potente, como era el Cañón de Plasma.
Fenix y Brett observaron el tanque, dentro del cual se hallaba un mineral azul brillante.
Un láser interrumpió la conversación de los Marines, quienes pudieron esquivarlo a tiempo. De pronto se vieron rodeados de Zánganos Centinela, robots de patrulla pirata, que les apuntaron con las ametralladoras de sus brazos.
Los robots empezaron a disparar con sus disparos consecutivos. Los marines los esquivaron saltando y se alejaron de los robots, obligando a estos a acercarse. Fénix cargó su arma y quemó a varios robots con un disparo. Brett, desde una distancia prudente, disparaba sus flechas láser, y Xavi arremetía a los robots con sus guadañas láser mientras esquivaba hábilmente los disparos. Los seis zánganos centinela quedaron destruidos en menos de un minuto, y el grupo de Xavi continuó su trayecto hasta llegar al reactor, donde aparentemente no había nada raro. Cuando iban a irse, un rugido los alertó, tras lo cual apareció un Parásito Reina que lanzó un potente chorro de ácido a los marines. Xavi y sus compañeros pudieron esquivarlo y observaron a la extraña criatura.
La criatura lanzó un nuevo chorro de ácido verde. Tras evitarlo, Fénix se puso enfrente de la criatura, lo que tentó a ésta a abrir de nuevo la boca. En cuanto lo hizo, Fénix lanzó un disparo de su Magmaul y quemó su boca por un instante. La criatura gemía de dolor por el fuego de su boca, que Brett aprovechó para lanzar flechas al mismo punto y aturdir a la criatura. En un breve instante. Xavi activó su Cañón de Plasma y lanzó un potente disparo verde directo a la boca de la criatura, atravesando su cabeza y matando a la bestia. Aun así, el grupo tuvo poco tiempo de tranquilizarse: el parásito reina cayó en el reactor de la nave, provocando una sobrecarga de energía y, por tanto, la autodestrucción.
Rápidamente, Xavi, Brett y Fénix salieron al hangar, conservando aún el tanque con el mineral azul. Ya en el hangar, se montaron en la nave, sorprendidos de no ver a Kenta.
Tras recoger a Kenta, la nave salió del sector, donde la fragata se destruyó en una explosión. Al mismo tiempo, sin que el Escuadrón Hyrule lo supiese, una nave salía del planeta Tallon IV, con la que coincidirían en unas horas. |
Capítulo 2
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Alguien nuevo en el escuadrón |
En el cuartel general de la Federación, el resto del escuadrón Hyrule espera a su capitán y compañía. En el puerto de atraque esperan Aura, Aidi, Alme y Cris. Empecemos por describirlos: Aura es la mecánica del grupo, la mejor de todos los marines en mecánica y robótica; Alme es una Marine de Demolición, una marine experta en el uso de explosivos; Cris es un cazarrecompensas que colabora con el escuadrón, con un traje que le confiere mucha fuerza y resistencia; y Aidi es la médica del grupo. Aura estaba en su rincón esnifando Josexina, la droga que le administraba su compañero Josex, mientras Alme comía Oreos, Cris jugaba al Flappy Bird y Aidi buscaba a Flipoldo, su gato.
Inmediatamente, Aura y Alme dejaron su actividad de relax y, alarmadas, fingieron que hacían algo de trabajo, mientras Aidi fue al váter a buscar a su gato. La nave del escuadrón aterrizó en el hangar y de ella salieron Xavi, Brett, Fénix y Kenta, junto al tanque del mineral azul que cogieron en la fragata.
Josex llegó al hangar y saludó a sus compañeros. Josex era otro de los marines del escuadrón e inventor de la Josexina.
Xavi y su escuadrón fueron al despacho del comandante Adam Malkovich, comandante muy respetado en la Federación por su mente militar perfecta. Xavi y Brett entraron en la sala, mientras que los demás escuchaban desde la puerta.
Xavi y Brett quedaron sorprendidos ante la noticia. Los demás pararon su konga y se quedaron boquiabiertos.
Pasaron cuatro horas y el cazarrecompensas no llegó. Excepto Fénix, que se hallaba en el laboratorio investigando el mineral azul, los demás esperaban en el hangar. Xavi y Brett esperaban junto al comandante, Cris continuaba su partida de Flappy Bird, Aidi seguiá buscando a su mascota y los demás jugaban al parchís.
Una Nave apareció en el cielo. En vez de aterrizar, la nave se estrelló bruscamente contra una pista de aterrizaje, dejando a todos boquiabiertos. De ella salió una persona vestida con ropas azules, una pistola atada a su pierna y un móvil en la mano.
Mientras tanto, Fénix examinaba la muestra de mineral. En breve llegaron Javier y Aidi, buscando a Flipoldo.
El rostro de Javier cambió completamente al ver el mineral azul, cambiando a ser serio.
Los demás llegaron enseguida y vieron como Fénix anotaba todo lo que dijo Javier, mientras este comía Lacasitos y Aidi buscaba a Flipoldo en los cajones.
Unos minutos después, todos fueron a la Sala de Entrenamiento, una sala especial con tecnología holográfica usada para entrenar. El escuadrón se sitúo en la cabina de control mientras Javier estaba en la propia sala. Aura controlaba los mandos.
Un símbolo en el traje de Javier brilló, e inmediatamente unos hologramas empezaron a envolverlo. Esos hologramas se transformaron en un traje especial de tecnología Chozo: el casco, con visor verde, era rojo, al igual que la parte que cubría el pecho; dos grandes hombreras; un cañón verde en el brazo izquierdo, que permitía muchas clases de armas.
Todos estaban muy impactados al ver como activaba su traje.
Varios Limers Holográficos salieron de diferentes baldosas del suelo. Los Limers embistieron a Javier, quien con un salto los esquivó y, con disparos cargados de su cañón, eliminó a los Limer rápidamente.
Aura puso el programa de entrenamiento duro. La sala creó tres Zebesianos Holográficos.
En un abrir y cerrar de ojos, Javier saltó con una voltereta hacia atrás y agarró a uno de los Zebesianos por el cuello. Cargó su rayo al máximo y lo soltó el la cabeza del Zebesiano, destrozándolo al instante. Los otros dos le atacaron con sus disparos láser, pero Javier los esquivó mediante maniobras. Sin embargo, uno de los Zebesianos, veloz como un rayo, le agarró. Javier, para librarse, se transformó en Morfosfera, y puso bombas para aturdir al Zebesiano.
Javier, sumido en su entrenamiento, volvió a su forma normal y disparó un Misil contra el Zebesiano que lo agarró. El otro intentó una emboscada por detrás, pero Javier la esquivó, saltó encima del Zebesiano y le atacó desde la espalda. Después, los dos Zebesianos intentaron un ataque conjunto, pero Javier les destruyó con un disparo cargado.
Tras acabar el entrenamiento, el escuadrón se dirigió al despacho del comandante, junto a su nuevo compañero |
Capítulo 3
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Misión en chupipandi |
El escuadrón fue llamado por el comandante Malkovich. Parecía que tenían una misión. Por el camino, el nuevo integrante del grupo hablaba con sus nuevos compañeros.
Ya en el despacho del comandante, él les explicó su próxima misión.
El escuadrón se embarcó en el Transporte Hygieia. Javier, aunque poseía su propia nave, fue con el resto en la Higieia porque su nave aún no estaba lista para viajar debido al choque producido anteriormente. Mientras viajaba, el escuadrón charlaba para hacer el viaje más corto y ameno.
La estación espacial a la que iban era una pequeña base de investigación biológica. La comunicación de la base se había roto y estaba en un estado precario. Era evidente que algo había sucedido. El escuadrón aterrizó en un pequeño hangar de la base y avanzó por ella. Las paredes y máquinas estaban destrozadas y muchos cadáveres yacían en el suelo.
Inmediatamente todos miraron al techo, para descubrir varias criaturas que se sostenían y otras que flotaban. Algunas se abalanzaron al suelo, ataque que el escuadrón pudo esquivar apartándose a tiempo. Cuando todas las criaturas bajaron, se pudo ver que eran Sidehoppers y Bulls. Los Sidehoppers eran criaturas con dos patas potentes que les permitían dar grandes saltos y una cabeza con grandes ojos y colmillos. Los Bulls eran plantas flotantes, con aspecto de globo con pedúnculos, que embestían a su enemigo y explotaban en una nube de esporas tóxicas. En cuanto las criaturas bajaron, los marines prepararon sus armas. Los primeros en atacar fueron los Bulls, que junto a su peculiar grito se lanzaron hacia los marines, que pudieron esquivarlos con facilidad. Algunos Bulls explotaron, mientras que otros eran destruidos por los disparos de los marines. Los Bulls no eran un problema, pero los Sidehoppers atacaban con sus saltos y entorpecían la batalla. Josex, Brett y Cris, que tenían armas de disparo rápido, se encargaron de los Bulls, mientras los demás se encargaban de los Sidehoppers. Xavi los ataca desde lejos con su cañón, y si se acercaban, usaba sus guadañas láser mientras que Fénix los quemaba con su Magmaul. Por otro lado, Aidi atacaba a toda criatura que se le acercara al grito de: "ESTOY MU LOCAAAA" mientas Kenta, con su velocidad, atacaba rápidamente a los Sidehoppers, quienes resultaban derribados. Alme usaba sus bombas contra los más alejados, mientras que Aura y Javier colaboraban: Aura congelaba los pies de las criaturas con su Pistola de Hielo para inmovilizar a las criaturas, ocasión que Javier aprovechaba para saltar en su cabeza y disparar de cerca al ser, matándolo al instante. Una vez todas las criaturas fueron aniquiladas, el escuadrón siguió avanzando.
El camino se dividía en dos. Una señal apuntaba a ambos caminos, diciendo: <<A LA DERECHA, LABORATORIO MU BONICO; A LA IZQUIERDA, LABORATORIO PRESIOSO.>>
Siguiendo la orden de su capitán, Brett fue por el camino "mu bonico" junto a Javier, Aura, Cris y Aidi, mientras que Xavi iba por el "presioso" junto a Alme, Josex, Kenta y Fénix. Centrémonos primero en el grupo de Xavi: el camino que ellos recorrieron fue más largo, hasta llegar a una zona muy deteriorada, con indicios de una explosión. Un ordenador seguía activo, y Xavi anduvo con él.
Las "lucecitas" eran emitidas por robots de seguridad FG-1000, que detectaron intrusos. Eran seis robots, de los cuales cuatro abrieron sus cañones y cargaron sus disparos, y los otros dos embistieron al escuadrón. Con un salto lateral, Xavi esquivó uno de los robots y, con su cuchilla láser, atravesó su cabeza. Josex paralizó al otro robot que embestía con su Voltric, un arma eléctrica, y Xavi lanzó el robot al que atravesó contra ese, haciendo explotar a ambos. Por otra parte, Fénix disparó su Magmaul a uno de los robots que dispara para quemar su cañón y hacerle explotar, mientras que Kenta paralizaba a los otros con su Neutrinarm, un arma que lanza potentes rayos azules. Alme preparó una de sus bombas y la lanzó contra los robots que quedaban, destrozando a todos.
Mientras tanto, el grupo comandado por Brett no había avanzado tanto como el de Xavi, pues la última sala estaba muy próxima. En ella, un cadáver yacía en el suelo. El cadáver empezó a moverse, a temblar.
Del cadáver salió un Brug, un insecto morado pequeño. El Brug empezó a corretear por la sala.
Otro Brug más salió de un escondrijo, y otro, y otros doce, y otros cien... hasta que se reunieron centenares de ellos, que treparon hasta el techo para converger en el Emperador Brug, una versión más grande de un Brug con un ojo en su abdomen. Los Brugs se juntaron hacia él, y cayeron al suelo formando una masa morada con un ojo, el perteneciente al emperador. Esta monstruosidad, la Masa Brug, atacó con sus enormes brazos a los marines, que se apartaron para esquivar el lento pero potente ataque de la masa.
Aidi usaba su Rayo Nova, un rayo de alta frecuencia verde, e intentaba dar al ojo. Cris usaba sus proyectiles de cuchillas láser para atacar. El emperador se escondió entre sus Brugs y la masa empezó a dar golpes contundentes que obligaron al equipo a apartarse.
Aura usó su pistola de hielo y congeló un brazo entero de la masa. El emperador, al verse inmóvil, se mostró en la masa para ver su situación. Javier, aprovechando el brazo congelado, lo usó como rampa y subió hasta la cabeza de la masa. Con el emperador enfrente, Javier cargó uno de sus misiles y disparó directo al ojo. Cuando Javier saltó de la masa, que se tambaleaba de dolor, Cris usó su fuerza para destruir el brazo congelado. Otra flecha de Brett en el ojo de la masa fue la causa de que esta se destruyera, y el emperador saliese disparado. El emperador, libre de la masa, empezó a corretear y se aferró al trasero de Cris.
Con Cris ya quieto, Brett pudo atravesar al emperador Brug con una flecha y matarlo. Los Brugs, al ver a su emperador muerto, se fueron de la sala y se esparcieron por toda la estación. De entre las máquinas del fondo, salió un gato negro, con un collar verde en el cual había un broche de un paraguas del mismo color.
Una vez todos inspeccionaron la estación, volvieron al hangar, montaron en su nave y volvieron a la Tierra contando sus experiencias en la nave. El escuadrón había participado en su primera misión con el cazarrecompensas Javier, pero la aventura no había hecho más que empezar... |
La guerra de Éter[]
Capítulo 4
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Llegada a Éter |
Han pasado cuatro días desde la última misión del escuadrón Hyrule. Son las 4 de la mañana. Xavi duerme tranquilo en su habitación, cuando es despertado por su teléfono móvil. Creyendo que es una emergencia, Xavi contesta alarmado.
Por la mañana, un capitán cansado y somnoliento por sus interrupciones nocturnas se despertaba y se reunía con su vice-capitán.
El resto del escuadrón Hyrule les esperaba en la cantina, donde desayunaban todos juntos diariamente. Todos desayunaban en silencio, algo cansados por estos días. Se formó un silencio incómodo en la cantina mientras todos desayunaban...
Tras desayunar, el escuadrón Hyrule se presentó en el despacho del comandante.
El escuadrón Hyrule, a bordo de su Transporte Hygieia, fue al planeta Éter, ubicado en el sistema Dasha, en los límites del territorio de la Federación. Nada más cruzar la atmósfera, las turbulencias locales impidieron un trayecto fácil para la nave.
Un rayo cayó sobre la nave, y esta empezó a caer.
Finalmente, la nave se estrelló en las Tierras del Templo, una zona rocosa aunque fértil y habitable del planeta. Javier fue el primero en salir, aún con su pose flamenca.
El escuadrón avanzó por unas cavernas de la zona, y enseguida encontraron construcciones de los marines. Una base subterránea se hallaba en esa zona, en la cual los marines desaparecidos se habían instalado. Varias Esquirlas Obreras, insectos trabajadores de una colonia, se asentaban en la zona y recogían alimentos para su colonia, además de cubrir las zonas con su seda. El escuadrón llegó hasta una sala subterránea amplia, con muchos cadáveres de marines. Aura intentó sacar algo de información de los ordenadores de la sala, sin resultado.
Las reflexiones se vieron interrumpidas por una niebla oscura que apareció repentinamente, y se filtró en los cadáveres. Los cadáveres se levantaron y volvieron a la vida. Estos soldados oscuros empezaron a moverse lentamente y a disparar contra el escuadrón.
A pesar de su apariencia tenebrosa, pocos disparos conseguían derribar a los soldados, pues eran cuerpos muertos. Tras derribar a todos, el escuadrón encontró un ascensor y subió a la superficie.
La superficie de las Tierras del Templo contenía muchos tejidos orgánicos, sobre todo de insectos. Abundaban los árboles con pocas hojas y las Mariposas del planeta, blancas con círculos rojos en sus alas.
Las mariposas del planeta se sentían atraídas por la luz intensa y se dirigieron hacia una fuente de luz que divisaron a lo lejos, que correspondía a un terminal perteneciente a los marines. El escuadrón Hyrule localizó la Nave Tyr, algo desmantelada. Alrededor de ella muchos cadáveres yacían con su armadura rota. Un ordenador de seguridad tenía su pantalla encendida, la cual atraía a las mariposas con su intenso fulgor azulado. Aura se acercó al ordenador y empezó a enredar con él.
El comandante Exeter yacía al lado de la máquina. Tras finalizar el mensaje, Josex intentó comunicarse con la Federación a través de una antena de comunicación, sin éxito.
Tras ver su situación en Éter, el grupo decidió ir al enorme edificio celeste que se veía. Allí encontrarían la explicación que buscaban y algo más... |
Capítulo 5
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Descubrimientos en el Gran Templo |
Pronto el escuadrón Hyrule llegó hasta las ramas que unían el edificio celeste con el suelo, las cuales tenían una puerta. Al abrirla, se abrió el acceso a un ascensor. El grupo subió en él, y el mecanismo comenzó a ascender,
El ascensor subió a lo alto y llegó al edificio flotante. Era evidente que había sido construido por una civilización inteligente. El escuadrón siguió por un pasillo y llegaron hasta una sala central. En ella, observaron tras unos cristales unos seres en cámaras de hibernación.
En el techo, varios capullos se situaban, enganchados al techo. De ellos, enganchados mediante su seda, bajaban Esquirlas.
Como Kenta dijo, las Esquirlas empezaron sus embestidas contra el grupo. Como su ataque era una embestida saltando, era fácil vencerlas atravesándolas con guadañas láser o con pocos disparos a su parte interior. El problema llegó cuando, del capullo más grande, salió la Esquirla Alfa, una versión más grande y fiera de la Esquirla. Reducido el número de Esquirlas, los marines dispararon contra la Esquirla Alfa, que era más resistente y atacaba con más fuerza, obligando al equipo a esquivar.
Cuando quedaron cinco Esquirlas y la Alfa, un cúmulo de niebla negra apareció y poseyó a las Esquirlas. Las Esquirlas oscuras cambiaron su color a negro, su cabeza pasó a ser un núcleo rojizo y se volvieron más agresivas y resistentes. A pesar del cambio en los bichos, el escuadrón Hyrule no se amedrentó y siguió disparando a las Esquirlas. Con más disparos que los habituales, pudieron con las Esquirlas normales, pero la Alfa seguía dificultando la batalla. Cuando todos centraron su atención en la Esquirla Alfa oscura, un rayo de luz la atravesó y la quemó. Todos quedaron atónitos, e inmediatamente dirigieron su mirada a la fuente del disparo. Quien disparó era un ser humanoide, alto, con piernas y brazos muy largos y alas con las que podía volar. Era un Luminario.
Aunque dubitativos, el escuadrón siguió a Carlos por un ascensor hasta la sala superior del templo, que contenía una extraña máquina, formada por un dispositivo en la parte inferior y una cámara con luz en la parte superior. Varios Luminarios se ubicaban en la sala y un gran número de mariposas, que revoloteaban alrededor de la luz y por toda la sala. Uno de los Luminarios, tras una reverencia, empezó a hablar.
Varios Luminarios trajeron butacas y palomitas para el escuadrón, mientras otros montaban un escenario. U-Mos se subió al escenario mientras el equipo se acomodaba.
U-mos sacó un Módulo de Transferencia de Energía, una esfera azul, y se la entregó a Xavi, quien la absorbió.
Todos los Luminarios hicieron una reverencia ante el escuadrón, al que ahora se sumó Carlos. Al salir de la sala, el equipo empezó a charlar.
El escuadrón salió del Gran Templo, de vuelta a las Tierras del Templo, y guiados por Carlos, fueron hasta un ascensor que les llevaría a su próximo destino, los Yermos de Agón. La situación ha cambiado mucho para el escuadrón: empezaron buscando a unos marines, ahora se enfrentan a una raza oscura que intenta exterminar a los Luminarios. ¿Podrán superar esta guerra entre luces y sombras? |
Capítulo 6
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Infiltración en Agón |
Ya en el ascensor, el escuadrón subió en él y descendió hacia los Yermos de Agón. Esta zona era árida, arenosa y rocosa, con poca vegetación. Mientras caminaban por el desierto, el grupo hablaba con su nuevo miembro.
El equipo seguía charlando mientras avanzaba por las arenosas tierras de Agón. Algunas máquinas mineras y construcciones Luminarias daban color al paisaje árido, mientras que Murciélagos de las Arenas sobrevolaban la zona, danzando en el aire con sus maniobras de vuelo. Según el grupo se acercaba a la zona del portal, iban viendo contenedores por la zona, de origen pirata. Cerca de la zona del portal, tras atarvesar un túnel, el escuadrón se sorprendió al ver la entrada de una base de los Piratas Espaciales. Varios piratas vigilaban la zona, así que el escuadrón optó por ocultarse en una pared.
Unos piratas llegaron desde el cielo montando en un Esquife Pirata y pudieron ver al escuadrón Hyrule.
Los piratas de alrededor se alertaron de los intrusos y se pusieron en posición de ataque. Otros dos se subieron a unos pilares de la sala y montaron en una Torreta Vigilante cada uno, una torreta pilotada que disparaba proyectiles de gran potencia. El escuadrón preparó sus armas y comenzaron la batalla. Los piratas dispararon con sus rifles de asalto, un arma capaz de lanzar muchos disparos en pocos segundos. Carlos se puso en medio y creó un campo de fuerza que bloqueaba los disparos, lo que permitió a sus compañeros un ataque por los flancos y sorprender a los piratas con múltiples disparos. Mientras una parte del escuadrón arremetía contra los piratas, Brett y Fénix centraban sus ataques en las Torretas Vigilantes. Estas torretas lanzaban esferas explosivas que obligaban a dar un salto para esquivarlas, pero eso no frenó a los marines. Fénix y Brett cargaban sus armas mientras saltaban y eludían los disparos, y después lanzaban sus ataques (Fénix disparos de fuego, Brett sus flechas láser) contra las Torretas hasta destruirlas. Una vez las amenazas fueron eliminadas, el equipo decidió entrar en la base.
Aura y Cris se quedaron en la entrada de la base, vigilando. Aura miró una Torreta Vigilante que se encontraba vacía, y un Esquife Pirata aparcado. Su mente de mecánica ideó un plan.
La otra parte del escuadrón se adentró en la base, sigilosamente. Vieron como, en una enorme sala, un grupo de piratas entraba a un portal dimensional oscuro. Después de que casi todos entraran, el portal se cerró, y quedaron siete piratas en la zona. El escuadrón estaba escondido tras unos contenedores.
Aidi y Javier salieron del escondite y se mostraron frente a los piratas.
Los piratas se quedaron impactados al ver al Cazador, aquel que destrozó la base pirata de Zebes solo, el gran enemigo de los piratas, cantando; Aidi, a su lado, tarareaba la canción feliz; los compañeros de Javier y Aidi boquiabiertos, sin saber qué decir.
Todos salieron de su escondite disimuladamente, menos Kenta, impactado por la escena.
Los piratas, ante tal ofensa, apuntaron sus armas hacia Javier y Aidi.
Javier saltó hacia los piratas y se convirtió en Morfosfera. Con rápidos movimientos impactó contra ellos soltando bombas que los desconcertaban. Cuando se acercó al pirata que se burló de él, volvió a su forma normal y disparó un misil a la cabeza del pirata, eliminándolo.
Los otros piratas no se quedaron de brazos cruzados y empezaron a disparar hacia Javier, lo cual él esquivaba con piruetas. Aidi aprovechó esto, cargó su Rayo Nova y atacó a los piratas por la espalda. Kenta salió de su escondite y, con su velocidad, golpeaba a los piratas y los mandaba volando a la vez que los electrocutaba con su Neutrinarm. Los piratas iban siendo derribados hasta que no quedó ninguno en pie.
El pequeño grupo formado por Aidi, Kenta y Javier marcharon hacia la salida este, para evitar los posibles refuerzos pirata y buscar algo en la base. Mientras tanto, el grupo de Xavi y los demás seguían avanzando por la base y fueron a parar a un depósito biológico. En él había varios tanques con Phazon, aquella sustancia azul que días antes Fénix, Brett y Xavi encontraron en la fragata Orpheon. También, unas vainas se almacenaban dentro de una pared, protegidas por cristal. El suelo del laboratorio era arenoso, ya que no había sido modificado artificialmente. Un ascensor al lateral comunicaba con la sección superior de la sala. De dicho ascensor bajaban dos piratas.
Aprovechando la ausencia de piratas, el escuadrón subió por el ascensor y entró en una pequeña sala usada como almacén. En ella había varias cajas que contenían módulos para incluir armamento de energía oscura en el arsenal. Había tres de esos módulos.
Tres miembros se equiparon el Rayo Oscuro que, como su nombre indica, dispara materia oscura y es capaz de energizar los inestables portales que conducen a Éter Oscuro. Al salir del almacén, de nuevo en el arenoso suelo del depósito biológico, los soldados caminaban cautelosos, sin hacer ruido, pero un Sandfang, especie de gusano arenoso, salió de la arena violentamente y se tragó a Xavi. Todos quedaron expectantes y prepararon sus armas. El Sandfang parecía satisfecho con su almuerzo, pero empezó a gritar y se partió en dos, debido a un ataque con cuchilla láser que realizó Xavi en el esófago de la criatura. Del suelo salieron varios Sandfangs y Gusáridos, otra especie de gusano arenoso con dos cabezas, cada una en un extremo de su cuerpo. Ambas especies de anélidos empezaron a escupir ácido contra todas partes, rompiendo las paredes. Xavi con sus cuchillas y Carlos con su lanza cortaban a los Sandfang por la mitad, mientras que los demás disparaban a los ojos de los Gusáridos, de ambas cabezas, ya que eran sus puntos débiles. El escuadrón pudo con los gusanos, y una vez muertos, observaron que los ataques de aquellas criaturas habían destrozado las paredes, liberando las vainas que se encontraban en ellas y tirando el Phazon de los contenedores por el suelo. De las vainas salieron crías de Metroide. Los Metroides son muy sensibles a los cambios de ambiente y se adaptan rápidamente al planeta en el que se encuentren, alterando su forma y evolución. El resultado de esta adaptación en Éter daba como resultado que de los huevos de Metroid saliesen estas crías.
Sin embargo, las crías vieron el Phazon y se sintieron atraídas. Al tocar el mineral, sufrieron una mutación radical y pasaron a su fase adulta, convirtiéndose en Metroides rojos, debido a la adaptación a Éter. Xavi y sus soldados se pusieron rápidamente en guardia al observar la evolución drástica de las crías, quienes ya en fase adulta, se lanzaron hacia ellos con el objetivo de absorber su energía. De un salto, todos pudieron esquivar a los Metroides.
Los poseedores de dicho rayo lo usaron contra los Metroides, resultando un arma muy efectiva al poder congelarlos con la energía oscura. Una vez congelados eran destruidos con las flechas de Brett y los disparos de Fénix y Josex. De las vainas empezaban a salir más crías que se acercaban al Phazon, y varios piratas llegaban atraídos por el ruido. El escuadrón salió corriendo de la sala para no perder más tiempo.
Los piratas dieron la alarma en toda la base, tanto por el escape de Metroides como por la alerta de marines. Mientras, el grupo comandado por Xavi fue a la sala principal, donde abrieron el portal oscuro con un disparo del Rayo Oscuro y, sin dudarlo, entraron en él y viajaron a otra dimensión. El escuadrón está dividido: Aura y Cris hacen guardia en la entrada; Aidi, Kenta y Javier están en la base de Éter, donde se ha dado la alarma; y los demás viajan a Éter Oscuro, en busca de la energía robada de Éter. ¿Qué sucederá en cada grupo? |
Capítulo 7
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Oscuridad en ambos mundos |
Todo pasó casi de forma simultánea, pero obviamente no se puede narrar todo a la vez. Centrémonos primero en el grupo comandado por Xavi, viajando entre dimensiones. Si alguno quería empezar por lo otro, ajo y agua.
Atravesado el portal, el grupo llegó a una caverna. Tras ellos se ubicaba un portal de luz, que comunicaba ambas dimensiones. Un círculo de luz rodeaba al portal debido a su influencia lumínica. Éter Oscuro era un gemelo casi exacto de Éter, pero con un ambiente umbrío.
Su intención duró poco, pues al pasar su mano más allá de la luz, un extraño dolor recorrió su mano y tomo un color morado. Josex retiró rápidamente su mano en un acto reflejo y observó callado su mano.
El grupo corrió hacia varios cristales de luz. Aunque el contacto con la atmósfera era corrosivo, los soldados no cedieron a la contaminación y llegaron a los cristales, donde se protegieron con su campo de luz. Carlos cogió un cristal y lo puso en su lanza, Brett pudo coger otro que enganchó en su arco, y Josex cogió otro. Los tres cristales ofrecían un campo de luz que protegían a sus portadores y sus compañeros. Una vez protegidos de la atmósfera corrosiva, el grupo salió de las cavernas de la zona y salió al exterior. Carlos guió al grupo por la desolada tierra de Agón Oscuro, igual al Agón de Éter. Por el camino, encontraron solo Oscuros de Casta Inferior, pequeños seres oscuros poco peligrosos, que no eran una gran amenaza. Aparte de aquellas criaturas fáciles de eliminar, el grupo observaba la gran cantidad de Phazon presente en aquella zona, varios cadáveres de piratas espaciales y contenedores llenos de aquel mineral.
Tras unos cinco minutos caminando, sin ninguna interrupción aparte de algunos Oscuros de Casta Inferior, el grupo llegó al templo, una amplia zona circular que conectaba con el Acumulador de Energía. Carlos se dirigió a la puerta que daba acceso al acumulador, peor fue bloqueada por un Telaránido. De los techos que bordeaban la zona saltaron Guerreros de la Horda, aquellas criaturas que U-Mos mostró en hologramas al escuadrón, que son los soldados de la Horda de los Oscuros. Además de ellos, aparecieron Oscuros de Casta Inferior y un oscuro más grande, con apariencia más puntiaguda. Los Oscuros rodearon al escuadrón, protegidos por la luz de sus cristales de luz. Los primeros en atacar fueron los Guerreros de la Horda, que canalizando energía transdimensional, lanzaban lásers blancos. El escuadrón tenía dos desventajas en la batalla: por un lado, había muchos enemigos; por otro, los soldados debían esquivar los ataque sin separarse mucho para no salirse del campo protector de los cristales de luz. Tras esquivar los lásers, el equipo disparó contundentemente contra los Oscuros de Casta Inferior, los más fáciles de eliminar, y después contra los Guerreros de la Horda, quienes se transformaron en un charco de materia oscura líquida para evadir los disparos. El Oscuro más grande daba grandes saltos y expulsaba ondas de energía al impactar contra el suelo. Xavi vislumbró a lo lejos un destello de luz que se movía: una Luciferina, una criatura cristalizada creada por los Luminarios y que creaba un campo de luz protector. Xavi salió del campo de luz de sus compañeros, con su guadaña láser sacada y dando estocadas a los Guerreros de la Horda que tenía cerca. Cuando no pudo soportar la corrosión de la atmósfera nociva, Xavi corrió hacia la Luciferina y se protegió con su campo de luz. Mientras Xavi atacaba a los Guerreros e iba hacia la Luciferina, Fénix y Josex disparaban sus armas contra los Guerreros de la Horda, cubiertos por el campo de luz de la lanza de Carlos y un campo de fuerza que el creaba, aunque no resistía todos los ataques. Brett y Alme disparaban al Oscuro grande, que causaba estragos con sus peligrosos saltos, a la vez que saltaban sincronizadamente para evadir sus ondas sísmicas. Brett, preciso como un rayo, impactó una flecha láser en el ojo del Oscuro mientras saltaba, provocando que cayese al suelo. Alme aprovechó esta situación y lanzó una bomba contra él, haciéndolo explotar en varios pedazos de materia oscura. Xavi cogió la Luciferina y la lanzó contra los Guerreros de la Horda, que se apartaron para no tocar la luz de dicha criatura, la cual les provocaba heridas. Xavi aprovechó y empaló a los guerreros rápidamente con su cuchilla, matándolos, y volviendo deprisa al campo de luz. Josex paralizaba a varios guerreros con su arma eléctrica, situación en la cual Carlos y Fénix quemaban a sus enemigos con su Rayo de Luz y el Magmaul. Todos los Oscuros fueron reducidos a charcos oscuros que se desvanecían en el aire. Los Telaránidos que cubrían la puerta se desintegraron al haber muerto sus amos. Sin más obstáculos en su camino, el escuadrón siguió avanzando hasta el Acumulador de Energía, que contenía la energía perteneciente a Éter. Carlos tomó dicha energía con su lanza, lo que provocó que el cielo pasará a un color rojo sangre.
Mientras tanto... ¿qué sucedía en Éter? Javier, Aidi y Kenta caminaban por la base. La mayoría de los piratas estaban intentando controlar a los Metroides fugados.
Tras la alarma, de varios agujeros de las paredes salieron Preeds, organismos cibernéticos voladores creados por los Piratas a semejanza de la especie Puffo, y usados como patrulleros. Los soldados se escondieron mientras que los Preeds pasaban por la zona.
Cuando los Preed estaban lejos, Javier les disparó con su rayo para que explotarán, lo que provocó que soltarán el Gas Nohadina de su interior, muy tóxico. Justamente, un pirata pasaba por la zona y fue abrasado por el gas.
Los soldados corrieron por la base, huyendo de posibles amenazas y sorteando los Preeds que estorbaban en el camino, teniendo cuidado de no tocarlos para no provocar que explotaran. En medio de la huida, una esfera azul de gran tamaño impactó contra los soldados, provocando que salieran por los aires. Aidi y Kenta salieron disparados hacia la derecha, y Javier a la izquierda. Ante el daño estructural presente, se activaron unos sistemas de seguridad consistentes en compuertas que cerraron el paso. Javier, tendido en el suelo, pudo ver con poca claridad que la esfera azul tomaba forma humanoide, de color oscura, la cual se iba levitando del lugar. Tras levantarse, Javier se dio cuenta de que las compuertas de seguridad le habían separado de sus compañeros, que quedaron al otro lado.
Kenta y Aidi avanzaron hacia el único camino al que podían ir, lo mismo que Javier. Javier no podía dejar de pensar en aquella figura, a la que había visto algo familiar. En su camino, encontró un conducto de ventilación por el que se introdujo en Morfosfera, para no ser visto por Preeds o piratas.
La Morfosfera siguió hasta el final del conducto hasta llegar a un reactor que usaba Phazon como fuente de energía. Junto a él, aquella figura humanoide absorbía, mediante unos rayos azules, el Phazon contenido en el reactor. Javier caminó hacia ella, y la figura se dio la vuelta. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Javier al ver a aquella figura, con un aspecto casi igual a su traje, pero con colores negros y azules, y una apariencia más siniestra.
Javier recordó sus últimos momentos en Tallon IV, hace unos días, antes de unirse al escuadrón Hyrule. En aquel planeta había gran cantidad de Phazon en el fondo de un cráter, donde un Metroid había sido mutado por esta sustancia hasta formar el Metroid Prime. Javier se enfrentó a aquella criatura y acabó con ella, pero antes de que muriese, el Metroid Prime se aferró a Javier y le quitó parte de su traje y sus mejoras, antes de explotar. Dejando a un lado sus recuerdos, en los que tuvo su primer encuentro con el Phazon, Javier volvió a su conversación.
La figura oscura empezó su ataque transformándose en una esfera azul y arremetiendo contra Javier, el mismo ataque que usó anteriormente contra él y sus compañeros, pero esta vez Javier pudo esquivarlo con una pirueta. El doble oscuro destrozó parte de la pared junto a algunos contenedores que almacenaban armas. Javier aprovechó la situación para coger algo, y en cuanto su clon de Phazon quitó su aura azulada de la esfera, le golpeó con su cañón en la cabeza para aturdirla y cogió una de las armas piratas que ya había usado en anteriores ocasiones: el Rayo Enganche, un hilo de energía que permitía engancharse a ciertos sitios o agarrar algunos objetos y que salía de la mano izquierda (en la derecha está el cañón), que ahora tenía una especie de "guante" grisáceo.
Poco duró su alegría momentánea, ya que el ser de Phazon atacó a Javier con una onda de energía azul que le dio de lleno y le empujó cierta distancia. Javier, concentrado en su batalla, empezó a cargar su arma y disparar rayos cargados a su oponente cuando la distancia entre ellos era corta, para darle de lleno y hacerle más daño. Javier disparó varios misiles cargados, que eran teledirigidos y perseguían a su objetivo. El doble oscuro los destrozó con sus ondas de Phazon, pero Javier le atacó por la espalda con un disparo cargado. Cuando su oponente intentó embestir a Javier con su esfera azul, Javier usó su nueva mejora para engancharse al techo y esquivar el ataque. Cuando el ser de Phazon se quiso dar cuenta, se estampó contra la pared. Para cuando se recuperó, Javier estaba frente suya, apuntando a su cabeza, y disparó un misil que lanzó a su oponente por los aires. Sin que ellos lo supieran, en la parte superior de la sala pasaban dos Kriken, una raza rojiza y con partes puntiagudas, cabeza flotante con un ojo rojo, y portadores del Imperialist, un arma francotiradora que lanzaba un láser rojo, además de un sistema de camuflaje que les hacía invisibles cuando permanecían inmóviles. Los dos Kriken, atraídos por el ruido, se pararon para volverse invisibles y observaron la batalla.
Uno de los Kriken disparó su Imperialist contra el doble oscuro de Javier, impactando en su hombro. Este se agachó y llevó su mano a su hombro, observando al Kriken que le disparó (cuando se dispara, el camuflaje se desactiva por unos segundos). El doble oscuro se transformó en una esfera azul de Phazon y embistió en dirección a los Kriken, que saltaron para esquivar. La esfera de Phazon en cuyo interior se encontraba el Javier oscuro siguió activa y embestía a todas partes, golpeando y destrozando el reactor. Javier y los Kriken esquivaban los ataques y, conjuntamente, atacaban a la esfera, sin resultado. Javier usó su Rayo Enganche para enganchar a su doble oscuro y sacarlo de la esfera, que se disolvió. Después lo arrastró por el suelo, teniendo aún su enganche en él, lo acercó a su cañón y disparó a su cabeza, mientras que los Kriken disparaban a su cuerpo. El doble oscuro empezó a temblar, y rayos azules salían de su inestable cuerpo mientras gritaba.
Las partículas azules de aquel ser cubrían la sala. Tras reincorporarse, Javier se acercó a los que le habían ayudado.
Javier había encontrado un doble suyo hecho de Phazon y a dos aliados, pero... ¿Qué hacían mientras Aidi y Kenta? Ellos avanzaban por la base, esquivando a los Preeds que deambulaban por los pasillos y escondiéndose de los piratas para no llamar la atención. En un pasillo de almacenaje de contenedores, Aidi y Kenta iban gateando para no tocar los Preeds que volaban en la zona, los cuales explotaban al contacto.
Cuando abrieron la puerta, accedieron a la primera sala de la base, aquella que contenía el portal oscuro y por la cual habían entrado a Éter Oscuro parte del grupo.
Antes de que los piratas pudiesen atacar, la pared de la entrada se rompió bruscamente. Aura había construido un vehículo volador combinando un Esquife Pirata y una Torreta Vigilante, que pilotaba Cris. Aura conducía el vehículo mientras Cris disparaba a todos lados, haciendo volar a los piratas y destrozando las paredes.
Cuando todos los piratas fueron derribados o huyeron, Aura se bajó del vehículo y Cris de la torreta.
El pequeño grupo de Aura, Cris, Kenta y Aidi esperó a que el portal volviese a abrirse y salieran sus compañeros. Después de varios minutos, el grupo de Xavi volvió a Éter.
De una puerta salieron dos piratas huyendo despavoridos, sin pararse a combatir con los marines. De la misma puerta salió Javier, acompañado de sus dos nuevos aliados.
El escuadrón dejó la destrozada base pirata y avanzó hacia el Templo de Agón. Por el camino charlaban, los Kriken se presentaban y cada uno contaba sus experiencias.
El templo de Agón era una construcción circular, al igual que el de Éter Oscuro, que conectaba con el Acumulador de Energía. Carlos se dirigió a dicha máquina, y conectando su lanza con el dispositivo, devolvió la energía robada de Éter Oscuro a Éter, llenando la luz de la máquina y haciendo que el gris cielo de Agón se tornará de un azul celeste. La energía había vuelto a Agón, un pedazo de la estabilidad planetaria, pero aún quedaban otras dos zonas por restaurar. Rodriguez y Resi se han unido al escuadrón Hyrule, un extraño doble de Javier destroza todo a su paso en busca de Phazon, la misteriosa sustancia mutagénica que los piratas recolectan y usan, y los Oscuros están alerta al ver el nuevo peligro que amenaza con su conquista. ¿Podrá el escuadrón Hyrule superar estas dificultades? |
Capítulo 8
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Descansillo y llegada a la Fortaleza |
El escuadrón Hyrule atravesó Agón, las Tierras del Templo y entró en uno de los ascensores que lleva al Gran Templo. Como siempre, el viaje (que esta vez duró una media hora) se hacía más ameno mediante una intensa charla que se profundizó en el ascensor.
Una vez en el Gran Templo, el grupo avanzó hasta la sala del Acumulador de Energía. Un láser de luz procedente del Acumulador de Agón llegaba a la cámara de luz del Acumulador de esta zona. Las mariposas revoloteaban en la luz, llenando el paisaje celeste. En el suelo, una gran mesa rectangular con gran cantidad de comida se situaba a lo largo.
El escuadrón se sentó a comer y disfrutó de un festín que repuso sus energías.
El escuadrón volvió a la sala principal del templo, que conectaba con los diversos ascensores. Carlos debía ir por uno distintos al de sus compañeros.
Carlos dirigió su camino a la región de Torvus, mientras que los demás, guiados por uno de los mapas entregados por U-Mos, se dirigían a la Fortaleza del Santuario, ubicada en las montañas. El grupo, sin ningún tipo de obstáculo, llegó hasta una montaña con un ascensor que les hizo ascender hasta la Fortaleza del Santuario. La Fortaleza era un refugio construido durante la guerra contra los Oscuros, de un paisaje rocoso y artificial, casi completamente mecánico. Los Oscuros pudieron entrar en la Fortaleza y poseer a los robots que los Luminarios crearon para defender el Santuario, volviéndose contra sus creadores. Cuando los Luminarios se vieron obligados a abandonar la Fortaleza, el resto de robots obedeció a los mecanoides mayores, volviéndose también contra los Luminarios. Aquel lugar mecanizado ya no era un refugio seguro, lleno de mecanoides rebeldes, dispositivos mecánicos gigantes y cupones de descuento del Corte Inglés. El primer tipo de robot que el grupo divisó fueron los Robots Armonía, un tipo de droide de mantenimiento que soltaba descargas eléctricas para sus labores. Mientras el grupo no se acercase a ellos ni tocase sus descargas, no eran peligrosos.
Esos ruidos eran provocados en una cámara del reactor por Metacenobites, robots de vigilancia rebeldes que caminaban por el techo. Los tres Metacenobites detectaron a los intrusos.
De diferentes salidas de la sala aparecieron dos Quads, robots de combate rebeldes. Los Quads empezaron su ataque girando sus cuerpos y creando un torbellino, moviéndose por toda la sala. Esquivando a los Quads, los Metacenobites atacaban con disparos naranjas teledirigidos. Javier, Rodriguez, Resi y Alme se encargaron de destruir los disparos de los Metacenobites y de intentar destruirlos, pero su armadura era muy resistente. Los demás intentaron parar a los Quads, que seguían girando sin control. Alme usó una de sus bombas contra un Metacenobite, consiguiendo que una de sus patas se inutilizara. Rodriguez usó el Imperialist (un arma que lanza un láser rojo) en la otra punta provocando que el robot cayese, y que activara su autodestrucción. Javier lo enganchó con su Rayo Enganche y lo lanzó hacia el otro Metacenobite, provocando la explosión de ambos. Por otra parte, Aura usó su pistola de hielo para congelar las patas de un Quad y dejarlo inmóvil, mientras que Fénix quemó las patas del otro. Ambos Quads se pararon, permitiendo a los marines atacar. Brett y Josex atacaron a la cabeza del Quad con patas congeladas y consiguieron destruirla, mientras que Kenta electrocutaba las patas congeladas y las destrozó. El cuerpo del otro Quad quedó inoperativo por sus quemaduras, haciendo que su cabeza activará su modo de combate independiente, que consistía en volar y lanzar proyectiles. Cris y Xavi dispararon contra dicha cabeza antes de que pudiera atacar, y consiguieron derribarla.
La batalla aún no finalizó: uno de los robots más poderosos de la Fortaleza despertó de su hibernación: un Convulsor. El Convulsor chocó las esferas de sus extremidades y empezó a golpearlas contra el suelo, liberando con cada golpe ondas de energía sísmica. El escuadrón se vio obligado a saltar para esquivarlas, lo que dificultaba tener a su enemigo en el blanco. El Convulsor, a continuación, usó su lanzamisiles acoplado al hombro para disparar proyectiles azules explosivos que impactaron contra parte del grupo. Los demás dispararon contra el robot, pero se cubrió con un escudo de energía que creó en su brazo, de color morado, y que absorbía todos los ataques. Afortunadamente, un disparo de luz impactó en el escudo del robot y lo anuló. El disparo provenía de un cazarrecompensas de traje rojo que se encontraba en la zona.
El escuadrón dejó a un lado su sorpresa y empezó a disparar al robot. Este respondió con otro escudo, esta vez blanco. Xavi usó su Rayo Oscuro contra el escudo, y logró neutralizarlo. Los marines antes dañados por el misil del Convulsor se reincorporaron a la batalla y atacaron al mecanoide mientras esquivaban sus ondas sísmicas. Con ataques conjuntos, el Convulsor cayó abatido al suelo, inoperativo.
El grupo, al que se añadió el cazarrecompensas Helio, siguió avanzando por los pasillos y escaleras de la Fortaleza. Llegaron a un punto en el que el camino se bifurcaba: uno de los caminos era un puente construido sobre un abismo, mientras que el otro era un pasillo metálico de apariencia segura. De pronto, en el cielo, el doble oscuro de Javier apareció sobre el puente, generó una explosión y lo derribó.
La Unidad de Mantenimiento transportó a Javier hacia el otro borde de la zona, con la puerta que llevaba hacia el camino al portal.
El grupo volvió a dividirse: Brett comandaba un grupo formado por Alme, Aura, Fénix, Rodriguez y Kenta, quienes guiados por Helio, se dirigieron a recoger la llave del templo en manos de los piratas; mientras que Xavi, Javier, Aidi, Cris, Josex y Resi se dirigieron a Éter Oscuro, en busca de la energía robada de Éter. ¿Podrán superar las dificultades? Mientras tanto, en Agón, en la destrozada base de los piratas, dos de ellos se encontraban en la sala principal, cogiendo la chatarra que quedaba y arreglando los ordenadores. Una sintonía interrumpió su labor.
El comunicador se activó, consistente en un pequeño ordenador con pantalla. En ella no se veía mucho, solo una silueta oscura en la que resaltaban ojos de color amarillo anaranjado.
Eutanasia se fue de la sala para pregonar la noticia. El otro pirata se quedó pensativo en la sala. El comandante de más alto rango de los piratas y el más poderoso venía al planeta. |
Capítulo 9
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Invasiones en las Fortalezas |
La otra vez que el grupo se separó, empecé a contar la historia por el grupo que viajó a Éter Oscuro. En este capítulo empezaré por el grupo que permaneció en Éter, así varío un poquillo (me ha rimado y todo, soy un poeta).
El grupo de Éter, como ya dije en el anterior capítulo, lo formaban Brett, Aura, Helio, Rodriguez, Fénix, Kenta y Alme. Helio les guiaba por los diferentes pasillos junto al mapa que disponía el escuadrón Hyrule, en busca de los piratas y la llave robada. Los pasillos estaban poblados por mecanoides menores y algún Quad, que no suponía mucho problema. Finalmente, el grupo se acercó a la zona ocupada por Piratas Espaciales.
Pero el sigilo duró poco, pues el escuadrón desconocía que, en las paredes, se hallaban unos robots de vigilancia Luminarios, también rebeldes, que se activaron. Estos robots eran Rezbits, robots voladores formados por una esfera principal, dos esferas pequeñas que flotan sobre la principal y multitud de hologramas. Algunos Rezbits empezaron a atacar con ráfagas de disparos, mientras otros disparaban un potente láser. Los miembros del escuadrón, tras esquivar los ataques, dispararon contra los robots, pero se cubrieron con escudos azules que hicieron rebotar los ataques. Cuando los mecanoides desactivaron su escudo, los soldados aprovecharon para atacar con ataques continuos y derribaron a los robots.
Los soldados se escondieron tras unos contenedores, y vieron cómo dos piratas se acercaban a la zona, viendo las esferas destruidas de los robots.
El escuadrón siguió por los pasillos de la Fortaleza, con Helio a la cabeza de la exploración. Ya quedaba poco para su objetivo, y el grupo accedió a una sala con una gran ventana de cristal. A través de ella, vieron cómo el doble de Javier asesinaba a un grupo de Piratas con un láser de su cañón, con el objetivo de absorber el Phazon de algunos contenedores que estaban al fondo.
El grupo rodeó la sala, ya que hacía una curva hacia la sección con la ventana. En la sección donde Javier oscuro estaba absorbiendo Phazon, los contenedores estaban vacíos, y él ya no estaba. Brett preparó su arco y sus flechas, y junto a sus compañeros, quienes prepararon sus armas, entraron al ascensor que ascendía a la cima de la Fortaleza. En él, Javier oscuro estaba absorbiendo gran cantidad de Phazon encontrado en él. El ser de Phazon notó la presencia de enemigos, y se giró lentamente hacia ellos. El escuadrón la apuntó con sus armas, a lo que no reaccionó.
El ascensor comenzó a subir hacia la cima. Brett soltó una de sus flechas hacia su adversario, quien la golpeó con su mano y la destrozó. Acto seguido, Javier oscuro adoptó su forma de Morfosfera y empezó, a una velocidad de vértigo, a embestir a sus oponentes, quienes apenas podían esquivar las veloces embestidas. Brett pudo apuntar a la Morfosfera a pesar de su velocidad y, con su precisión, alcanzó al ser de Phazon y le obligó a volver a su forma normal, momento que todos aprovecharon para dispararle. Tras recibir varios ataques, Javier oscuro retrocedió y atacó con un potente láser, que el escuadrón esquivó agachándose. Mientras seguía disparando, Aura usó su pistola de hielo para congelar un pie de su enemigo, dejándolo inmóvil por un breve periodo de tiempo, el suficiente para que los demás pudieran dispararle.
Ninguno de los soldados disponía de un visor de rayos X para ver a su oponente, así que se pusieron en guardia. Javier oscuro, sigiloso, provocaba ondas de Phazon que dañaban a los miembros del escuadrón. Cuando todos se alertaban de su ataque e intentaban disparar a esa zona, pero Javier oscuro ya se había trasladado a otra zona y preparaba otro ataque. El enemigo de Phazon se acercó a Kenta, pero cometió un error al hacer ruido. Kenta se giró y, con sus neutrinos, capaces de seguir al objetivo, disparó a Javier oscuro y le alcanzó, envolviéndolo en electricidad que revelaba su posición. Fénix aprovechó para quemarle con su arma de fuego, y de ese modo hacer aún más visible al enemigo con el fuego. Todos aprovecharon para disparar, y Alme para lanzar una de sus bombas, que hizo a su adversario retroceder bruscamente y darse con las paredes del ascensor, provocando aún más daño. La batalla era favorable al escuadrón, y Javier oscuro empezó a brillar, envolviéndose en una esfera de Phazon. El ascensor por fin llegó a la cima, y Javier oscuro embistió a sus oponentes en una enorme bola de Phazon que destrozó parte de la pared. Todos saltaron para no ser alcanzados por el ataque, y por un instante dejaron de apuntar a su oponente. Javier oscuro iba a realizar otro ataque similar, pero un disparo eléctrico por detrás le paralizó. Al ver a su enemigo paralizado, todos aprovecharon para atacar hasta que Javier oscuro soltó un grito ensordecedor, y de su cuerpo empezaron a salir rayos.
Ante aquel ataque, el cuerpo de Javier oscuro se volvió más inestable y empezó a expulsar más rayos. Aura cogió su cushillo y corrió para evitar ser alcanzada, y sus compañeros apuntaron al enemigo. Este, sin embargo, no atacó, sino que miró el agujero que había hecho antes, dando a un barranco de gran altura. Tras mirar a sus adversarios de reojo, Javier oscuro se dejó caer por el barranco, alejándose de aquella cima mientras caía al vacío. Extrañados, el grupo se fijó por un momento en la zona donde estaban, una sala sin techo, con varios escalones, y llena de artefactos de los piratas. Entre ellos, se encontraba la llave del templo.
El grupo de Brett tuvo éxito en su tarea... ¿Y el grupo de Xavi? Antes de acceder a Éter Oscuro, obviamente, tenían que encontrar el portal. Este grupo, formado por Xavi, Javier, Aidi, Resi, Cris y Josex, llegó a una sala con una compuerta bloqueada. La sala tenía varias armas en sus paredes, cubiertas por vitrinas de cristal.
En el techo se activaron los sistemas de seguridad, que consistían en Torretas Luminarias, robots con forma de cañón que disparaban ráfagas veloces. Todos empezaron a disparar contra los torretas, excepto Aidi y Javier, que permanecieron contemplando las vitrinas de cristal.
Tras destruir la seguridad, la compuerta se abrió, y con ella el portal. Xavi prestó atención a las vitrinas, y vio en ellas Cristales de Luz, los que se utilizan en Éter Oscuro para protegerse de la atmósfera tóxica. Xavi y su equipo cogieron algunos y, tras activar el portal, viajaron a la dimensión oscura. La versión oscura de la Fortaleza, la Colmena de los Oscuros, era muy similar a su versión de Éter, pero con tonos rojizos y oscuros. Con los cristales recogidos en las vitrinas, el grupo estaba protegido de la atmósfera de Éter Oscuro, así que podían avanzar sin preocuparse de buscar más cristales.
Los pasillos estaban patrullados por mecanoides poseídos, entre ellos Quads Oscuros y Convulsores Oscuros. Al ser poseídos, los mecanoides aumentaban su fuerza y resistencia. Además de ellos, Terminadores de la Horda merodeaban por la zona, que eran oscuros con capacidad de transición dimensional. El único camino posible era ese.
Javier se transformó en Morfosfera y empezó a rodar por la sala, llamando la atención de los Oscuros. Mientras todos los oscuros intentaban golpear a la evasiva Morfosfera, el resto del grupo avanzaba rápidamente, pero fue descubierto por otro Terminador de la Horda. No quedó más remedio que atacar. Los Terminadores de la Horda podían entrar en un estado intangible en el que los disparos les traspasaban, lo que complicaba la batalla. Xavi y Resi se encargaban de los Terminadores, mientras que el resto se encargaban de los robots poseídos. Con su Rayo de Hielo, Javier podía congelar las patas de los Quads Oscuros para que el resto de sus compañeros disparasen a las cabezas y las destruyesen. El problema era los Convulsores Oscuros, cuyas ondas dificultaban el proceso. Fue entonces cuando, impactado por las ondas, Resi apuntó mal su Rayo de Luz e impactó al Cristal de Luz que Cris portaba. El resultado fue que el cristal de Cris se energizara y creara un campo de luz más brillante. Uno de los Terminadores, al acercarse a Cris, se desintegró por completo al tocar la brillante luz que le envolvía. Todos se dieron cuenta de tal efecto, así que Resi disparó a los demás cristales con su Rayo de Luz. Los soldados solo tenían que acercarse a los Oscuros para que tocasen la luz y desintegrarlos. La amenaza se disolvió en cuestión de segundos.
El efecto de los cristales energizados era temporal, pero podía usarse tantas veces como se deseara. Con esta técnica, los Oscuros que estorbaban en el camino eran eliminados. Finalmente, el grupo llegó al templo, en el cual se asentaba un gigantesco robot: Quadraxis, una versión gigante de los Quads. Un cúmulo de masa oscura llegó a la zona y se introdujo dentro del robot, activándolo. El inmenso Quadraxis se activó y empezó a disparar desde su cabeza. El grupo esquivaba los disparos y disparaba al robot, pero nada le dañaba. Las articulaciones de las patas brillaban en un tono azulado, así que Cris y Aidi probaron a disparar a uno de esos puntos y consiguieron destruirlo. Sus compañeros intentaron imitar a Aidi y Cris, pero el Quadraxis saltó. Los soldados se alejaron de la zona en la que iba a aterrizar, que produjo una fuerte onda sísmica. Tras el aterrizaje del robot, Josex y Resi dispararon a otra de las articulaciones para destruirla. Javier consiguió congelar otra y, con sus misiles, logró derribarla. Quadraxis centró su atención a sus últimos atacantes, y disparó misiles hacia ellos. Javier, Resi y Josex consiguieron distraer al robot y esquivar sus misiles el suficiente tiempo para que Xavi preparara su cañón de plasma y destrozará la cuarta pata del robot. El cuerpo se derribó en el suelo, pero la cabeza siguió flotando. Del cuerpo salió una antena que lanzaba ondas sónicas a la cabeza y le transmitía energía.
La cabeza seguía disparando mientras flotaba, y Cris y Aidi dispararon a la antena del cuerpo mientras esquivaban. Al destruirla, el flujo de ondas entre la cabeza y el cuerpo se detuvo, aturdiendo la cabeza del Quadraxis y revelando tres antenas en dicha cabeza. Xavi, Josex y Resi dispararon a cada antena y las destrozaron, abriendo la cabeza del robot. Javier usó su Rayo Enganche para subir a la cabeza del robot y asestarle un último golpe en su cerebro con varios Misiles. La cabeza terminó fallando y su cerebro explotó a la vez que Javier saltaba para evitar la inminente explosión. Tanto el cuerpo como la cabeza acabaron explotando, despejando el camino. Sin enemigos a la vista, el grupo pudo acceder al Acumulador de Energía de la Colmena, y Xavi, poseedor del Módulo de Transferencia de Energía, pudo recoger la energía de dicho acumulador, para su posterior devolución a Éter. Los dos equipos consiguieron su objetivo. Brett y los demás, a los que se añadió Bardock, fueron al acceso al Templo del Santuario para abrir la enorme puerta que bloqueaba el acceso.
El grupos se escondió y vio como dos piratas llegaban a la zona.
Poco después, Xavi y los otros volvieron a Éter y fueron hacia el templo, donde se reencontraron con su escuadrón.
El grupo se dirigió al Acumulador del Santuario, donde Xavi restauró la energía del área. Después, corrieron hacia el ascensor que llevaba a las Ciénagas de Torvus, mientras hablaban de sus experiencias.
El grupo llegó al ascensor sin la molestia de ningún mecanoide o pirata. Ya en él, el grupo comenzó a descender de las montañas mecanizadas a las ciénagas del planeta.
Los compañeros de Javier notaron su gesto, pero decidieron no preguntar, al menos en ese momento. El ascensor finalizó su trayectoria hacia las Ciénagas de Torvus, lugar donde estaba Carlos secuestrado, los piratas espaciales, y el comandante Ridley... |
Capítulo 10
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El dragón |
Las Ciénagas de Torvus, como su nombre indica, era una zona pantanosa y húmeda, llena de plantas de diversos tipos. Frondosos árboles cubrían las rocosas paredes, empapadas por el agua de pequeñas cascadas que confluían en varios lagos, llenos de peces. Varias máquinas Luminarias, como puentes, depuradoras o purificadores de aire, decoraban la zona con un toque artificial, pero que no perjudicaban el medio ambiente.
El grupo avanzó por la húmeda ciénaga, sin rastro de piratas por el momento.
Empezaba a anochecer en la ciénaga. El escuadrón llegó hasta una zona con un puente. A lo lejos, vieron a piratas yendo por un camino a la derecha, pero el puente giraba hacia la izquierda. Un mecanismo de control servía para controlar la dirección del puente. Aura, la mecánica del grupo, se puso manos a la obra.
Se oyeron unos ruidos de fondo. Parecían rugidos animales, así que la opción de que fuesen piratas estaba descartada. La fuente del ruido eran cuatro Anfisaurios, anfibios de dos patas, dientes afilados y un resistente cuerpo. Los Anfisaurios lanzaron de su cuerno un rayo azulado de energía. El grupo esquivó dicho ataque, mientras Aura seguía en su labor de mecánica. El escuadrón disparó a la cabeza de los Anfisaurios, pero su epidermis era dura y los ataques no les producían ningún daño. Los Anfisaurios embistieron a sus oponentes e intentaron moderles. Uno consiguió morder el trasero de Cris.
La mala experiencia de Cris sirvió de ayuda: Fénix y Helio dispararon a la parte trasera del Anfisaurio que mordía a Cris y consiguieron romper su placa ósea, revelando un punto débil. Brett lanzó una flecha a la espalda de dicho Anfisaurio y consiguió derribarlo. Sus compañeros se dieron cuenta de que la parte trasera de los Anfisaurios es vulnerable, pero el problema era llegar a ella. Kenta y Resi empezaron a distraer a los Anfisaurios para que centraran su atención en ellos, y mientras, por detrás, los demás atacaban a las placas óseas traseras y conseguían eliminar a los Anfisaurios.
La noche llegó a la ciénaga, y el grupo se paró a descansar en una pequeña zona rodeada de árboles y un lago, cuya agua fluía por dos cascadas.
Para cenar, el grupo cocinó a algunos Crocos con una hoguera y tomó algunos frutos. Mientras cenaba, la conversación se animaba.
Tras terminar de cenar, el grupo decidió dormir. Xavi y Brett hicieron guardia mientras los demás dormían, y después se turnarían con otros dos. Todos durmieron enseguida, abatidos por el cansancio.
Brett y Xavi se quedaron en silencio, haciendo guardia. Algunos Crocos chapoteaban en la zona, en busca de comida, mientras rompían el silencio de la noche. Las mariposas revoloteaban alrededor de las hojas, y sus escamas producían destellos al ser iluminadas por la luz de la luna de Éter... Se oyó otra explosión, seguida de más disparos. La muerte se cernía sobre toda la zona. Los piratas asesinaban a todo aquel al que tuvieran a tiro, por el mero hecho de divertirse. Entre tanta soledad, un niño pequeño corría asustado, sin saber a dónde ir. Una sombra gigantesca, con alas y ojos brillantes, se acercó a ese niño, con intención de asesinarle. Antes de que pudiera, una mujer cogió al niño y corrió con él en brazos, perseguida por las llamas que soltaba aquel monstruo volador. La mujer, escondida, soltó al niño junto a una nave.
El niño salió corriendo sin parar. El monstruo volador se percató de ello, pero la mujer se encaró a él y empezó a dispararle con una pistola. El monstruo empezó a lanzar llamas, mientras el niño se alejaba de aquella zona. Sin mirar atrás, aquel niño corría y corría, mientras se producían explosiones en la zona. Poco a poco, el chico se alejaba de aquel infierno de muerte, de los monstruos, de sus padres... Javier despertó bruscamente de aquella pesadilla. Miró nervioso a los lados, con la respiración muy agitada. Miró a sus compañeros durmiendo y a Brett y Xavi, que le observaban ante aquel movimiento. Al verse en aquel ambiente, Javier se tranquilizó, pero su angustia seguía permanente.
Javier miró por un momento a Brett y asintió. Javier estaba serio, no parecía el mismo de siempre.
Al amanecer, el grupo se levantó, desayunó y se puso en marcha. Pronto el grupo llegó al Templo de Torvus, una enorme construcción circular. En ella había un escuadrón de Piratas de Choque, piratas de rango más alto que los soldados estándar, que jugaban al balón prisionero. Al fondo se encontraba una jaula y, en ella, Carlos estaba encerrado, débil, con sus armas apartadas y sus poderes anulados por la acción de la jaula. Los piratas se dieron cuenta de la presencia enemiga.
Los piratas se pusieron en guardia, pero no contaron con la presencia de niebla negra que apareció de la nada. La niebla, deseosa de una presa, poseyó a los piratas, convirtiéndolos en Piratas de Choque Oscuro. Solo a los Terminadores de la Horda (los oscuros con propiedades dimensionales) se les permitía poseer a los poderosos y valiosos Piratas de Choque, por lo que estos piratas poseídos obtenían la habilidad de teletransportarse entre dimensiones. Los piratas oscuros desaparecieron, y reaparecieron detrás del escuadrón. Ellos se dieron cuenta y pudieron esquivar la materia oscura que lanzaron los piratas. Después, el escuadrón atacó con todo su arsenal a los piratas antes de que desapareciesen. Los piratas volvieron a teletransportarse y aparecieron en otra esquina, lanzando granadas eléctricas. Con un salto, el escuadrón esquivó la explosión de las granadas, y Alme contraatacó con una de sus granadas explosivas, que hicieron volar por los aires a los piratas. Mientras eran lanzados y aturdidos, los piratas eran disparados por los soldados hasta ser eliminados. Mientras los demás eliminaban a los piratas, Helio y Aidi destruían la jaula de Carlos y lo liberaban. Cuando la amenaza acabó, todos fueron a ver a Carlos. Se encontraba débil, y apenas podía mantenerse de pie.
Un grito rompió aquella tranquilidad. En el cielo, una sombra se acercaba al templo. Pronto la sombra cobraba forma, revelándose como un reptil de grandes alas, volador, con partes metálicas en su cuerpo. Javier se paralizó por un instante, pero apuntó su cañón hacia aquella criatura.
* La imagen corresponde a Meta Ridley, la versión reconstruida de Ridley. Ridley reconstruido, también llamado Meta Ridley, lanzó una potente llamarada contra el escuadrón.
Meta Ridley aterrizó bruscamente, produciendo un temblor en el templo. El monstruo miraba fijamente a Javier mientras avanzaba. Sus compañeros dispararon a Meta Ridley, sin resultado. Meta Ridley usó su cola para atacar rápidamente al escuadrón y derribarlos a todos, que no pudieron esquivar el ataque. Javier se levantó rápidamente y se encaró con Ridley.
Meta Ridley atacó con misiles que lanzó desde su espalda hacia Javier. Él los destrozó todos a la vez que esquivaba las embestidas de la cola de su enemigo. Meta Ridley, con extrema rapidez, agarró a Javier con su garra y lo arrastró por la pared, dañándolo considerablemente. Después, lo lanzó contra el suelo, dejando a Javier tumbado y dañado. Sus compañeros ya se habían recuperado del ataque anterior, y dispararon contra el cuerpo de Meta Ridley. Algunos disparos consiguieron dañarle en su pecho, y Ridley respondió con potentes llamaradas. Ridley voló alto y atacó a distancia con llamaradas, creyendo que sus adversarios no podrían dañarle, mas se equivocaba, pues Rodriguez y Resi, portadores de un arma de largo alcance (Imperialist) conseguían dañarle. Meta Ridley bajó al suelo veloz como un rayo, y provocó una onda de fuego que los soldados saltaron para esquivar. Tras disiparse el polvo que flotaba en la zona, Meta Ridley se vio confuso al no ver a ninguno de sus enemigos. Meta Ridley se dio la vuelta y encontró a todos los soldados, con sus armas preparadas, quienes dispararon directos al pecho de Ridley. Sorprendido, Meta Ridley no pudo esquivar los disparos directos que, combinados con las bombas de Ame y el cañón de plasma de Xavi, provocaban enormes daños a Ridley. Meta Ridley respondió con misiles y con ataques de su cola, que consiguió dar a parte del escuadrón. Casi por arte de magia, un proyectil de hielo vino del cielo y congeló la cola de Ridley. Todos miraron a Aura, quien portaba la pistola de hielo, pero ella se estaba recuperando de los ataques de Meta Ridley.
Volando en una especie de tabla de hielo, dos cazarrecompensas llegaban a la zona: un Phrygisiano, perteneciente a una raza capaz de crear y manipular hielo; y un Vhozon, perteneciente a una raza guerrera con armamento de hielo. Los dos cazarrecompensas bajaron de la tabla de hielo voladora y se encararon con Meta Ridley.
El Vhozon y el Phrygisiano esquivaron las llamas y siguieron lanzando hielo. Mientras tanto, el escuadrón Hyrule seguía disparando al pecho de Ridley. Furioso, Ridley creó una enorme bola de fuego y la lanzó contra sus oponentes, que no pudieron esquivarla. Abatidos, el escuadrón intentó levantarse, poco a poco. Meta Ridley se acercó a Xavi y lo agarró.
Meta Ridley soltó a Xavi y lanzó su cola contra Javier. Él la esquivó y congeló con su Rayo de Hielo, y subió por ella como si de una escalera se tratase. Ridley atacó con sus garras, pero Javier saltaba con agilidad para esquivarlas. Javier llegó a la cabeza de Ridley y se puso en ella, abriéndola forzosamente. Con un misil cargado, Javier disparó a la boca de Meta Ridley y provocó una explosión en su interior. Después se acercó a su pecho y, mientras lo agarraba del cuello, Javier disparó de cerca al pecho de Ridley. El cuerpo de Meta Ridley empezó a producir explosiones. Ridley salió volando con intención de huir. Brett preparó una de sus flechas y disparó, acertando en el pecho de la criatura. Ante ese último impacto, Ridley se derrumbó contra una pared del templo y la destrozó, abriendo un inmenso agujero en el muro. Ridley cayó a un lago ubicado tras el templo, y tras hundirse unos segundos, una explosión en su cuerpo provocó un enorme salto del agua y un último temblor en la ciénaga. Ridley no emergió, dando la victoria al escuadrón Hyrule. Tras vencer al enemigo y sentarse, abatidos, el equipo observó el cielo, despejado y claro. Aidi y Carlos volvieron al templo.
El escuadrón ha tenido su primer encuentro con Ridley, que ha salido muy mal parado de la situación. Tras restaurar la energía de Torvus y liberar a Carlos, al grupo se han anexionado dos miembros más. Las tres regiones principales de Éter ya están restauradas, algo que inquieta considerablemente a los Oscuros... |
Capítulo 11
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Asalto contra la oscuridad |
El grupo se dirigió, de nuevo, al Gran Templo. Carlos aún estaba débil, así que Aidi y Josex le ayudaban a andar. El viaje era aprovechado para conocer mejor a los dos nuevos miembros del grupo.
Tras coger un ascensor hacia las Tierras del Templo, atravesar parte de esta zona y coger otro ascensor, el grupo volvió al Gran Templo. Los Luminarios allí presentes atendieron a Carlos rápidamente. Mientras, el resto del escuadrón se dirigió a la sala del Acumulador. La máquina recibía la luz de las otras tres regiones y brillaba con una intensidad inmensa.
U-Mos, con sus poderes psíquicos, abrió el Acumulador y dirigió parte de su luz hacia el escuadrón. El traje de todos los miembros del escuadrón Hyrule quedó imbuido en una luz blanca, cambiando los colores habituales de cada traje por tonos más claros, combinando blanco y amarillo.
Todos se pusieron manos a la obra para preparar el último asalto. Xavi y Brett se encargaron, junto a los generales Luminarios, a organizar la estrategia de batalla, mientras los demás hablaban con los guerreros Luminarios o entrenaban para la guerra, además de recibir todos una armadura de luz que les protegiese en Éter Oscuro. Carlos ya se había recuperado, y tras saludar a sus compañeros, empezó a hablar con ellos sobre el asalto al Templo del Cielo. Pasó una hora y media, y todos estaban preparados para la guerra.
Excepto U-Mos, todos salieron de la sala con su mentalidad centrada en la guerra. U-Mos, con aire sospechoso, miró por todos lados para asegurarse de que solo las mariposas estaban en la zona y, acto seguido, encendió una televisión encontrada en la sala.
Los guerreros Luminarios condujeron al escuadrón Hyrule hacia un portal ubicado en las Tierras del Templo. Tras abrirlo, todos entraron en él y se dirigieron a Éter Oscuro. Siguiendo la estrategia planeada, los guerreros Luminarios, excepto Carlos, se separaron del resto del grupo. Las Tierras del Templo del Cielo, nombre dado a la versión oscura de las Tierras del Templo, era igual a su versión de Éter, pero con tonos morados y aspecto lúgubre. El escuadrón Hyrule llegó hasta la entrada al Templo del Cielo, una sala a cielo abierto con nueve pilares y gran cantidad de Phazon. En cuestión de segundos, la sala se llenó de Oscuros. Entre ellos, había Luminarios Oscuros, Luminarios poseídos. En cuanto el escuadrón estuvo rodeado, Carlos llamó telepáticamente a sus camaradas, que se encontraban en la parte superior de la sala, ocultos, y tendieron una emboscada a los Oscuros con sus armas de luz. Nueve de los guerreros Luminarios poseían las llaves del Templo del Cielo, que habían encontrado anteriormente en algunas expediciones. Tras colocar las llaves, un haz de luz surgió temporalmente entre el Templo del Cielo, situado flotando encima de la sala, y la zona. Carlos, sin dudar, entró en el haz de luz, seguido de Javier, para viajar al Templo del Cielo. Antes de que nadie más pudiese entrar, un insecto gigante volador llamado Chuca, que estaba al servicio de los Oscuros, derribó parte del suelo e interrumpió el haz de luz. Los guerreros Luminarios se enfrentaron a los Guerreros de la Horda y a los Luminarios Oscuros, usando sus lanzas en combate cuerpo a cuerpo o sus armas de luz. Los miembros del escuadrón Hyrule centraron su atención en la Chuca, pero también se encargaban de Oscuros que intentasen atacar y de Metroides Oscuros, que previamente habían poseído en Éter debido a su potencial. Los Metroides Oscuros se lanzaban hacia sus objetivos para intentar absorber su energía, pero eran rápidamente frenados por la pistola de hielo de Aura, las flechas de Brett o las cuchillas de Xavi. Dani y SP congelaban a los Oscuros cercanos mientras otros soldados, como Helio, Cris o Alme, los destruían. La Chuca, por su parte, lanzaba chorros de agua oscura y embestía con su enorme cuerpo, apoyada por Luminarios Oscuros que atacaban con sus lanzas. Mientras esquivaban los ataques, los soldados disparaban a los Luminarios Oscuros, ayudados por otros Luminarios, y al gigante insecto. Kenta y Josex lograron paralizar al insecto con sus armas eléctricas, y el resto del grupo aprovechó para atacar a sus alas y derribar a la Chuca. Cuando estaba derribada, todos la atacaban y dañaban. Los Oscuros, viendo que su criatura estaba en apuros, decidieron ayudarla: varios Guerreros de la Horda poseyeron a la criatura, transformándola en una Chuca Oscura. La Chuca Oscura, ahora fortalecida gracias a la posesión, empezó a expulsar desde su abdomen a varias Chucalinas, crías mutadas cuyo objetivo era defender a su madre explotando con el enemigo. Las Chucalinas, que eran unas 50, empezaron a ir contra los Luminarios y cualquier enemigo que su vista alcanzase. Afortunadamente, no eran una amenaza si se disparaban desde lejos y se evitaba su explosión. Los Guerreros de la Horda continuaban disparando sus láseres a la vez que otros Oscuros atacaban. El escuadrón Hrule centró su atención en el abdomen de la Chuca Oscura y con intensos ataques, pudieron eliminar al insecto. Con la Chuca fuera de juego, la atención se centró en los Oscuros de la zona. Mientras sus compañeros luchaban contra la Horda, ¿qué les sucedía a Carlos y Javier? Ellos habían viajado, mediante el haz de luz, al Templo del Cielo. Tras subir a la sala más alta, llena de Phazon en sus paredes, Carlos y Javier divisaron una esfera de energía roja, el último pedazo de energía que faltaba por restaurar en Éter. Cuando fueron a cogerlo, unos tentáculos salieron del suelo. Una masa oscura rodeó a la esfera de energía y formó al Emperador Oscuro, el jefe de la Horda y el Oscuro más poderoso de todos.
El Emperador Oscuro usó sus tentáculos para lanzar energía oscura. Carlos la bloqueó con un campo de fuerza y Javier empezó a disparar a los tentáculos. El Emperador Oscuro teletransportó parte de sus tentáculos a la parte trasera de Carlos y Javier, con intención de sorprenderles por detrás. Carlos y Javier esquivaron los tentáculos y siguieron disparándolos hasta acabar con todos. Cuando sus tentáculos fueron abatidos, el Emperador mostró su núcleo y empezó a disparar láseres desde él. El núcleo poseía dos círculos que lo rodeaban y protegían, pero una franja entre medias era vulnerable. Carlos cargó su Rayo de Luz y disparó al punto débil del Oscuro, cosa que imitó Javier usando sus misiles. El Emperador, dañado, volvió a mostrar su cabeza y sacó muchos más tentáculos que antes. El jefe de la Horda los puso a ras del suelo y empezó a girar, usando sus tentáculos como un látigo. Carlos voló para evitarlos, y Javier los saltaba para luego engancharse a ellos y disparar misiles en sus puntas, haciendo retroceder a todos los tentáculos. El Emperador, de nuevo mostró su núcleo, y Carlos clavó su lanza de luz en él, dañándolo seriamente. El núcleo se escondió en el cuerpo, que encogió y formó una Crisálida.
El Emperador, dentro de su crisálida, había absorbido el Phazon de la zona y había mutado, cambiando de forma: ahora poseía cinco patas articuladas, un cuerpo pequeño con una enorme boca y un cuerno, y varios pelos en su cabeza. El Emperador mutado saltó y lanzó una onda expansiva en el suelo, que Carlos y Javier saltaron para esquivar. Carlos y Javier dispararon a la enorme boca del Oscuro, que era vulnerable. Javier logró congelar parte de ella y Carlos pudo usa su Rayo de Luz para dañar al Emperador. El Emperador creó diversos proyectiles voladores para distraer a sus oponentes y después los embistió, arrollándolos velozmente. A pesar de haber recibido el ataque, Carlos y Javier pudieron recuperarse. Javier disparó a los proyectiles para destruirlos y Carlos voló cerca del Emperador y, mientras esquivaba sus ataques, disparaba a su boca de cerca para dañarlo. Javier, cuando acabó con los proyectiles disparó varios misiles al Emperador. El jefe de la Horda no pudo resistir los ataques combinados de Carlos y Javier, y acabó cayendo al suelo para después explotar. Su explosión dejó libre el núcleo de energía planetario, que Carlos absorbió con su lanza. Al no haber más energía, el planeta se volvió inestable.
En dicho momento, el escuadrón Hyrule y los Luminarios iban ganando la batalla contra los Oscuros. El suelo comenzó a temblar, y varias partes del Templo del Cielo comenzaban a desmoronarse, cayendo en forma de rocas. Estas rocas aplastaron parte del Phazon que había en la zona, dejando al descubierto un generador de portales. Carlos sujetaba a Javier y bajaban volando desde el templo, para reunirse con sus compañeros.
Los Luminarios activaron el portal y todos fueron entrando. Los últimos Oscuros que quedaban eran eliminados por el resto del escuadrón mientras avanzaban hacia el portal. Javier iba el último, separado por bastante distancia con sus compañeros, y su paso fue bloqueado por una gigantesca barrera de Phazon.
Javier se giró y vio ante él a su clon de Phazon. Javier Oscuro había absorbido grandes cantidades de Phazon, obteniendo más poder. Además, su aspecto había cambiado: su cuerpo era semi-transparente, permitiendo ver sus órganos internos y su cara, con tres ojos amarillos. Javier Oscuro levantó su cañón, gesto que imitó Javier.
Javier Oscuro empezó a disparar grandes cantidades de proyectiles azules que Javier esquivaba saltando. Javier congeló a su oponente y después disparó varios misiles para dañarle. Javier Oscuro se rodeó de un aura azulada y empezó a levitar. Javier le disparaba, pero ningún ataque surgía efecto. El ser de Phazon se cubrió con una esfera azul y empezó a lanzar láseres de Phazon y proyectiles. Javier se vio obligado a esquivarlos, intentando traspasar la barrera de su enemigo, sin resultado. Mientras esquivaba y cargaba su Rayo Recarga, Javier pudo absorber los proyectiles que lanzaba su oponente. Su cañón se volvió azul y parte de su traje, el rayo que cargaba se había vuelto azul y aumentaba su tamaño, y Javier sintió una extraña energía. Javier disparó contra su clon, y ese ataque logró traspasar la esfera y dañar a su enemigo. Javier Oscuro volvió a disparar láseres, aún más potentes. Javier los esquivó y esperó a que su enemigo lanzase más partículas. Cuando Javier Oscuro, como resultado se su inestable Phazon, lanzó proyectiles de Phazon, Javier pudo absorberlos de la misma manera anterior y volvió a disparar contra Javier Oscuro. Javier Oscuro hizo estallar su esfera y cayó al suelo. Javier, rápidamente, congeló a su adversario y disparó un rayo a su cabeza a muy corta distancia, lanzándolo por los aires hacia la barrera de Phazon. Javier Oscuro destrozó parte de la barrera y absorbió gran parte de su Phazon, volviéndose aún más inestable.
Cuando las partículas da Phazon se acercaron a Javier, él cargó su arma y las absorbió. Javier, con su disparo de Phazon cargado a máxima potencia gracias a los proyectiles de su adversario, disparó un potente láser que atravesó a su clon y destrozó el resto del Phazon que bloqueaba la salida. Javier Oscuro se volvió transparente y, entre temblores, intentó acercarse a Javier, mientras su cuerpo echaba vapor. Javier Oscuro se desvaneció en una nube de partículas que flotaron en el cielo y se esparcieron en la lejanía. Los terremotos del planeta se hicieron más fuertes, y los desprendimientos eran más frecuentes. El planeta se encontraba al borde del colapso, en sus últimos segundos... Los soldados Luminarios y el escuadrón Hyrule habían vuelto a Éter sanos y salvos. No hubo ninguna baja, solo unos pocos heridos. Varios Murciélagos de las Arenas volaban por la zona, sobre el cielo despejado. El Gran Templo se erguía en el cielo.
Pasaron unos minutos, y Javier no apareció. De repente, el portal volvió a abrirse, y de él salió la Morfosfera, que de un salto, adoptó su forma normal. Javier aterrizó en el suelo, haciendo un símbolo de victoria con su mano. Sus compañeros se alegraron al verle. Los Luminarios celebraban su victoria con gritos y cantares, junto al escuadrón Hyrule. La amenaza de los Oscuros ya no eran más que recuerdos, sombras que quedaron en el olvido. La luz había vencido... |
Capítulo 12
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Luz en Éter |
Y el momento llegó. Aquel momento tan deseado por los Luminarios. Aquel momento en el que la guerra finaliza y comienza un nuevo despertar. Aquel momento en el que los Oscuros, la falla dimensional y el meteorito quedan en el olvido... Los Luminarios contemplaron cómo Carlos devolvía la energía al Acumulador principal. Los soldados devolvieron su traje de luz, ya que también formaba parte de la energía del planeta. El Acumulador se llenó de energía, y las escasas nubes moradas que flotaban en el cielo de Éter desaparecieron. El planeta había sido restaurado tras una feroz guerra. U-Mos fue el primero en hacer una reverencia ante el escuadrón Hyrule, acto que imitaron todos los Luminarios en señal de agradecimiento.
La interferencia dimensional había desaparecido, y el escuadrón pudo al fin comunicarse con el cuartel general. Tras explicar la situación, dos naves de marines llegaron a Éter tras un par de horas. El escuadrón Hyrule y los marines se encontraron en las Tierras del Templo.
El escuadrón de marines recién llegado se dividió: una parte fue con Brett y Xavi, mientras la otra permanecía en las Tierras del Templo recogiendo los cadáveres y quitando los ordenadores y artefactos que el difunto escuadrón Tyr había instalado como base.
Josex cogió otro ordenador y entró enseguida en el Showdownn para enfrentarse a SP. Mientras, Aura seguía cantando mientras desmantelaba ordenadores; Helio, Cris, Dani y Bardock ayudaban a los marines a desmantelar la base; Alme comía Oreos en un rincón, Aidi estaba con su gato; Kenta estaba dormido y Javier jugaba al Super Mario.
En la colmena subterránea de las Esquirlas faltaba parte del escuadrón. Resi, Rodriguez, Carlos y Fénix se habían salido de allí para buscar la nave de los dos Kriken. Rodriguez y Resi habían aterrizado cerca del cráter donde impacto el meteorito que produjo todo el cataclismo. Fénix estaba interesado en dicho meteorito, y por ello acompañó a los Kriken y a Calor hacia el lugar.
Mientras tanto, en los Yermos de Agón, una pirata dormía en medio de la base pirata. Otro pirata, corriendo desde la otra sala, vino algo alarmado.
Eutanasia y su compañero se fueron en dirección al hangar, para coger una nave y salir de Éter. Al mismo tiempo, el grupo formado por Xavi, Brett y unos cuantos marines, llegaban a la base. Inspeccionaron la destruida instalación y no encontraron rastros de piratas ni de Metroides. En cambio, hallaron Phazon que los piratas habían olvidado.
El escuadrón de marines cargó el Phazon en unos contenedores y lo llevaron a sus naves, en las Tierras del Templo. Por otra parte, los Luminarios del Gran Templo que estaban en hibernación ya despertaron, alegres por saber que su planeta estaba salvado. En cuestión de minutos, los Luminarios montaron una fiesta en el Gran Templo para celebrarlo. En la fiesta hubo un gran banquete para el escuadrón Hyrule y para el resto de marines. Todos se pusieron a comer y beber mientras charlaban y reían.
Kenta y Cris se dieron un abrazo y se pusieron a llorar mientras seguían bebiendo alcohol. Sus compañeros los observaban entre risas.
Y la noche pasó. Todos se divirtieron en aquella fiesta que rebajó la tensión a la que habían estado sometidos. Tras dos largos días de misión y festejo, el escuadrón Hyrule se despidió de los Luminarios y de U-Mos, llevándose de recuerdo muchos productos de U-Mos en señal de agradecimiento, sobre todo Tiburcio's para el gato de Aidi. Los otros marines permanecieron en el planeta para ayudar a los Lumianrios a reconstruir el planeta. El escuadrón cogió su nave, ya arreglada, y junto a sus nuevos miembros, salió de la atmósfera de Éter rumbo a la Tierra. Lo que ellos no sabían es que en el frío espacio exterior, un cúmulo de partículas azules se recomponían, formando una figura humanoide. El escuadrón Hyrule ha reclutado a nuevos miembros a la vez que ha salvado a una raza entera y a un planeta de la extinción. Pero aún les quedaba una misión más, algo que pondría en juego no solo a un planeta, sino a todo el universo... |
La contaminación del Phazon[]
El Pequeño y los Leviatanes[]
Mini-capítulo
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Diarios |
Informe 7.345.9
Se supone que tenemos que escribir un diario de abordo, contando nuestras experiencias y todo ese rollo. Ninguno de estos vagos quiere escribirlo, y como yo me aburro mucho, pues me he animado. Han pasado 23 días desde los acontecimientos de Éter. Mi compañero Olegario, que está viendo el culebrón, y yo, estuvimos allí presentes, en la base de los Yermos de Agón. Aterrizamos bruscamente en el planeta porque nos atacaron unos marines. Debido a un meteorito, hubo una especie de "rallada dimensional" y se clonó el planeta en otra dimensión. Los nativos de esa dimensión nos atacaban a veces, pero descubrimos cómo viajar a su dimensión, ya que su planeta contenía abundantes reservas de Phazon. Pudimos construir un comunicador especial para burlar las interferencias atmosféricas, y llegaron refuerzos. Todo iba bien: mutábamos a Metroides, cogíamos Phazon, jugábamos al bingo... Hasta que llegó el Cazador Oscuro, y empezó a robar nuestro Phazon. Unos días después llegó el Cazador auténtico con un escuadrón de Marines. De momento desconocemos por qué hay dos Cazadores, pero creemos que el Cazador Oscuro es un travesti de un club del planeta Tierra... Nuestro equipo científico elabora unas hipótesis muy "lógicas". Total, que los marines y el Cazador destrozaron nuestra base. Luego vino el comandante Ridley, pero le dieron para el pelo. Olegario y yo nos quedamos solos en la base porque todos se rajaron, así que cuando nos dimos cuenta, fuimos a jugar al bingo. Ahora mismo estoy en el Acorazado Coloso. Venimos de recoger los restos de Phazon que quedaban en Éter, puesto que los marines y los Luminarios destrozaron Éter Oscuro y el Phazon que había en ese planeta. También hemos recogido los restos del comandante Ridley, y nos disponemos a reconstruirlo a él y a la bioforma mecánica que controla a los Metroides... A ver si los piratas triunfamos de una puñetera vez... ... Una explosión... Acaba de estallar algo en la nave... La explosión procedía de la cámara de almacenamiento de Phazon... Varios tripulantes han ido a investigar lo sucedido. ¿Una fuga, tal vez? ¿O es el cartero? No, que tontería, es imposible una fuga... La explosión me está poniendo nerviosa, mejor dejo de escribir. Fin del informe. Documento 21 de investigación. ¿Cuánto ha pasado ya desde lo sucedido en Éter? 4 o 5 meses, creo... Las consecuencias de dicho acontecimiento han cambiado muchas cosas. El escuadrón Hyrule ha ganado mucho prestigio desde su misión allí. Fueron en busca de unos marines y terminaron salvando un planeta. Increíble, ¿verdad? Pero lo interesante son los conocimientos que trajeron de allí... Javier, el cazarrecompensas tan famoso que se anexionó el grupo, nos comentó al equipo científico sobre una sustancia azul altamente radiactiva y mutagénica que encontró en Tallon IV y que posteriormente trajo el científico del escuadrón: Phazon. Fénix, el científico del grupo, estudió un poco de Phazon e investigó sus propiedades. Cualquier criatura que toque el Phazon sin protección adecuada sufrirá mutaciones radicales. Pero más curioso fue lo que trajo a su vuelta de Éter. En Éter impactó un meteoro, del cual Fénix pudo coger un fragmento. Ese fragmento no solo contenía Phazon, sino que estaba compuesto por algunas células y material rocoso. El meteorito, o al menos parte de él, estaba vivo, y fue el que llevó el Phazon al planeta. En Tallon IV, según nos ha contado Javier, también impactó un meteorito. El Phazon se propaga por meteoritos vivos, ¿pero de dónde proceden dichos meteoros? La suerte corrió de nuestra parte cuando detectamos un choque de un meteorito en un satélite inhabitado. Ese meteorito también contenía Phazon y, como investigó el grupo científico, estaba controlado por una criatura albergada en su interior, que era capaz de dirigir y controlar la masa rocosa que conformaba el asteroide. Hemos bautizado a estos meteoros como Leviatanes, pero aún nos falta mucha investigación en ellos. El equipo científico tuvo que matar a la criatura debido a su hostilidad y a que estaba extendiendo el Phazon por el satélite, pero aún así hemos podido investigar el meteoro por dentro y catalogar a dicha especie sin problemas. Por otra parte, hemos encontrado una utilidad armamentística al Phazon: la Pila de Phazon. Fénix y yo queríamos explicar al resto del escuadrón Hyrule nuestros descubrimientos, pero parte del escuadrón está en una misión. Les estamos esperando en la NFG Olimpo. Leviatanes... El hecho de pensar de que existen tales criaturas, capaces de propagar una sustancia tan peligrosa, me inquieta... Son un peligro para el universo, al igual que el Phazon... Fdo: M. Bergman |
Capítulo 13
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Criadero de Metroides |
Desde lo acontecido en Éter, la actividad pirata ha bajado. No se supo nada de bases, ni robos, ni asesinatos por parte de los piratas... Hasta ahora. Una base ha sido detectada en una de las lunas de Bes III, planeta conocido por sus minas de hielo. Esta luna, cuyo nombre en clave es "Piedresita Mamasita", es un satélite rocoso y desértico, habitado por pequeños organismos animales y vegetales, por lo que es un lugar ideal para instalar una base de operaciones sin preocuparse de ser molestado por fauna local. Dentro de la base, unos piratas llevan a un preso, arrastrándolo por el suelo. El sujeto lleva ropas azules y un saco de patatas en su cabeza, tapando su vista. Los dos piratas llevan a su rehén hasta un almacén y lo atan a una silla. Cuando comprueban que no puede escapar de las ataduras, le quitan el saco de la cabeza.
Javier, libre, dio una voltereta en el aire y dio una patada al pirata que sostenía su pistola para cogerla. Esta arma era el Paralizador, una pistola de emergencia capaz de paralizar a los enemigos, pero con poca potencia de fuego. Weavel y el otro pirata se pusieron en guardia.
Aura había retocado el Paralizador por petición de Javier, y le había añadido la función del Látigo de Plasma. Moviendo hacia arriba la parte frontal de la pistola, el Paralizador podía producir un látigo de energía rojo de gran potencia. Javier activó su látigo de plasma y golpeó al pirata que estaba al lado de Weavel, lanzándolo bruscamente contra la pared. Weavel activó su Semitorreta, que consistía en dividir su cuerpo por la mitad. La mitad superior, controlada por Weavel y formada por su cabeza, pecho y brazos, se desplazaba y atacaba con su cuchilla láser mediante saltos, mientras que la parte inferior permanecía inmóvil y disparaba proyectiles verdes desde un cañón situado en la cintura. Weavel empezó a embestir a Javier con sus saltos y su cuchilla, a lo que él respondía esquivando con volteretas y lanzando su látigo de plasma contra Weavel. Javier también debía esquivar los disparos de las piernas robóticas, lo cual le dificultaba la tarea. De la nada, un disparo eléctrico paralizó y dañó a las piernas de Weavel. Weavel sintió el daño de sus piernas, y por un momento se distrajo, momento que su adversario aprovechó para golpearle con el látigo de plasma. Después, Javier disparó un proyectil estándar del paralizador a las piernas de la Semitorreta para paralizarla, y después usó el látigo de plasma para dañarlas y lanzarlas hacia la pared. De nuevo, unos disparos eléctricos procedentes de la nada se lanzaron hacia el pirata cibernético, esta vez a su parte superior. Weavel, herido, recompuso su cuerpo y huyó, abriendo una puerta.
Helio, Dani y SP estaban infiltrados en la base. La base tenía varios Robots de Trabajo activos, los cuales son un tipo de robot con carcasa dorada y una hendidura para los ojos, diseñados para trabajos pesados. Los cazarrecompensas habían encontrado carcasas de estos robots y, dentro de ellas, se hacían pasar por ellos, imitando su paso lento.
Aparecieron varios piratas extrañados por el ruido, descubriendo a Javier y Bardock. Sus compañeros se libraron de su disfraz y atacaron a los piratas. Cuando todos fueron eliminados, los cinco huyeron de la sala.
Tras correr bastante, esquivando robots de trabajo, los cazarrecompensas llegaron hasta una sala oscura. En ella, Javier miró al suelo y pudo ver varios huevos de apariencia pegajosa.
En efecto, aquellos huevos eran de Metroid, cuya progenitora estaba observando. Una llamarada surgió de la oscuridad, que el grupo tuvo que saltar para no ser abrasado. Dani encontró el interruptor de la luz y, al encenderlo, los chicos pudieron observar a un reptil gigante cuadrúpedo, con muchos dientes, ojos azules y duras escamas: una Reina Metroid.
La reina mandó a atacar a cinco Metroides estándar que flotaban por la zona. Los Metroides se lanzaron al ataque, pero Javier, SP y Dani pudieron congelarlos fácilmente con sus armas de hielo, y una vez congelados, Helio y Bardock se encargaban de destruirlos con sus misiles. La reina, al ver a sus hijos muertos, se enfureció y sacó unos cristales rojos en su cabeza. La Reina atacó estirando su cuello para intentar morder a los intrusos y lanzando enormes chorros de fuego. Todos centraron sus ataques en los cristales rojos de la reina, vulnerables a los misiles. SP Y Dani intentaron congelar a la reina, pero la evolución la había vuelto inmune al hielo. Helio y Bardock lanzaron misiles junto a Javier contra los cristales rojos, destruyendo varios. Cuando todos los cristales de la reina fueron destruidos, el gigantesco Metroid abrió su enorme boca con intención de lanzar fuego. Todos se echaron a un lado para evitar la llamarada, pero Javier usó su Rayo Enganche para enganchar la boca de la criatura y se lanzó hacia ella recogiendo el enganche. Una vez en la boca, Javier usó la Morfosfera y se metió en el estómago de la criatura y, en su interior, depositó una Bomba de Energía, una bomba de enorme poder destructivo que emite una gran explosión. La explosión destrozó completamente a la reina Metroid, quedando solo restos de sangre del monstruo.
El grupo se separó por diferentes caminos. Javier, por su parte, siguió en el criadero de Metroides para vigilarlo, y encontró un huevo de Metroid solitario. El huevo eclosionó delante de Javier, revelando una Larva Metroid, la etapa juvenil de los Metroides, de pequeño tamaño y color azulado.
El pequeño Metroid dio vueltas alrededor de Javier mientras daba débiles chillidos. Javier extendió su mano, y la larva flotó encima de ella mientras daba vueltas. Javier, por un momento, se sintió identificado con la pequeña cría: era la última de su colonia, un pequeñín solo, sin sus padres, igual que Javier cuando tenía 3 años y quedó huérfano en el ataque a su colonia. Javier no pudo atacar al Metroid, así que decidió quedársela y donarla al equipo científico de la Federación. Después de inspeccionar más la base, Javier se reencontró con sus compañeros, asombrados por la larva Metroid.
Como si de una competición olímpica se tratase, el grupo de cazarrecompensas, junto al pequeño Metroid, salió disparado hacia la salida. La base explotó con todo lo que había en su interior, pero los cazarrecompensas pudieron huir a tiempo. Volvieron a sus naves y salieron de Piedresita Mamasita. Javier, en su nave, contempló de nuevo a Leubigildo, que flotaba y daba vueltas por la cabina de control. Javier sonrió viendo a su mascota.
Las naves pusieron rumbo a la NFG Olimpo. ¿Qué era eso tan importante que tenían que decir? ¿Cómo reaccionará el grupo al saber de la larva Metroid que acompaña a Javier? |
Capítulo 14
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Sucesos en la Olimpo |
Es obvio que la Federación Galáctica cuenta con muchos tipos de naves, pero entre todas las clases de naves destacan los Acorazados de Clase Olimpo, unas naves de batalla de gran tamaño y las únicas autorizadas para llevar en su interior una Unidad Aurora, un ordenador biomecánico. Una de ellas era la NFG Olimpo, a la cual habían sido llamados Javier y sus compañeros. La NFG Olimpo se encontraba en órbita sobre el planeta Norion, que pertenecía a la Federación. Cuando las naves se acercaron a la Olimpo, varios Cazas Stiletto se acercaron.
Los cazarrecompensas obtuvieron el permiso para atracar en la Olimpo. En el hangar estaba el Transporte Hygieia del escuadrón Hyrule y la nave de Rodriguez y Resi. Allí aterrizaron la nave de Javier; la de Helio, en la cual iba Bardock; y la Nave Phrygisiana de Dani, en la que también iba SP. El resto del escuadrón Hyrule les esperaba allí. Carlos, después de ayudar a su pueblo en Éter, decidió unirse al escuadrón definitivamente. El escuadrón Hyrule saludó al resto de sus compañeros, iniciando una conversación.
Todos miraron a Javier con aire sospechoso. Javier fue a su nave, abrió la compuerta y de ella salió la larva Metroid. Todos los presentes en la sala se quedaron impresionados al ver a un Metroid en la sala, y lo más importante, a un Metroid que no se mostraba hostil.
Tras dejar a Leubigildo en hibernación dentro de la cápsula, en la nave de Javier, el escuadrón al completo se dirigió hacia la sala de reuniones.
Tras susurros, amenazas y locuras durante el camino, el escuadrón llegó hasta la sala de reuniones. Nada más entrar, el escuadrón contempló una sala circular de mediano tamaño, con dos ordenadores manejados por dos tripulantes, y un emisor holográfico en el centro. El escuadrón se dio cuenta de que el escuadrón tenía compañía aparte de los hombres que manejaban las computadoras: a la derecha se situaba el cazarrecompensas Ghor. El cuerpo de Ghor era completamente robótico, debido a que su cuerpo original fue destruido en una guerra de su planeta natal. Este cuerpo cibernético permitía a Ghor acoplarse a estructuras mecánicas mayores, como naves de combate o armaduras de combate. Ghor miró al escuadrón y saludó amablemente. El escuadrón devolvió el saludo y se asombraron al ver, detrás de Ghor, a un clon exacto de Javier.
El doble de Javier emitió rayos rosados de su cuerpo y adoptó su forma original, la de una mujer de cuerpo semitransparente y rosado, que permitía ver su esqueleto interno. Esta mujer, de rostro humano rosado y espinas en su cabeza a modo de pelo, era la cazarrecompensas Gandrayda, que tenía la habilidad de transformarse en cualquier otro ser y adoptar sus habilidades. Gandrayda se rió de su pequeña broma, que había dejado patidifusos a los miembros del escuadrón. ¿Quién había dado la orden a Gandrayda de parar su actuación? El Almirante Castor Dane, miembro de alto rango de la Federación y comandante de la NFG Olimpo. A su lado se encontraba Madeline Bergman, una de las científicas de la Federación Galáctica y compañera de laboratorio de Fénix. Fénix y Madeline se saludaron y comenzaron su presentación.
En el emisor holográfico de la sala se creó un holograma que mostraba un meteorito de forma alargada, con manchas de Phazon y tentáculos en su parte trasera: un Leviatán. El escuadrón contempló aquel holograma que mostraba a la especie de monstruos que había provocado aquel conflicto tan horroroso de Éter y destrozos en Tallon IV. Un ser vivo gigantesco capaz de sembrar el caos y el Phazon allá donde estuviera.
Gandrayda y Ghor salieron deprisa de la sala. El escuadrón Hyrule salió después, dejando en la sala a Madeline, al almirante y a los otros tripulantes. El grupo fue a la sala de control, con ventanas de cristal que permitían ver las gigantescas Naves Pirata. Tras contemplar por un momento la batalla espacial desencadenada alrededor de la Olimpo, el almirante Dane salió de la sala de reuniones para dirigir el mando de su nave.
El escuadrón recorrió los diferentes pasillos de la Olimpo. En su ruta, aparecieron varios Soldados Pirata que empezaron a disparar. Sin problemas, el escuadrón podía librarse de ellos fácilmente hasta llegar a un laboratorio de investigación. Allí, tres piratas habían robado una célula de energía que daba energía al laboratorio, por lo que la instalación se desactivó. Brett lanzó una flecha al pirata que sostenía la célula, pero antes de ser atravesado por la flecha, el pirata lanzó la célula y se la pasó a uno de sus compañeros.
Como si de fútbol americano se tratase, SP y varios de sus compañeros placaron al pirata, pero este lanzó la célula antes de ser aplastado.
Tras poner de nuevo la célula en la maquinaria de la nave, la sala volvió a tener energía. De repente, parte del suelo se rompió y de las grietas empezaban a salir Minas Ácaro, pequeños robots explosivos de los piratas espaciales. Aunque fáciles de eliminar, las minas ácaro superaban por mucho en número al escuadrón y empezaban a rodearlos.
Tras librarse de las minas cercanas, el escuadrón circuló gateando por el conducto hasta llegar a una cámara de desechos.
Afortunadamente, la cámara de desechos poseía una compuerta de salida, por si acaso. Gracias a dicha salida, el escuadrón pudo continuar su escape de la Olimpo rumbo a Norion. Sin complicaciones, el escuadrón llegó hasta el hangar, pero antes de coger sus naves, un marine salió despedido desde una ventana superior. Xavi se acercó a contemplar el cuerpo, muerto, y enseguida se alejó al ver que algo iba a saltar desde lo alto. Un pirata mutado con Phazon, con pinzas en sus manos, armadura azul y corpulento, un Campeón Poseído, apareció en escena, rugiendo. Todos dispararon a la criatura, pero ningún ataque resultó efectivo. El pirata mutado lanzó un chorro azul de Phazon de su boca, que el grupo esquivó echándose hacia atrás.
Todos dispararon a la armadura, pero estaba hecha de Phazita, una aleación de Phazon muy resistente que no se veía dañada por ataques convencionales. Aura usó su pistola de hielo para congelar un pie del campeón, Dani congeló gran parte de su cuerpo y Alme y Xavi usaron su Rayo Oscuro para inmovilizar el resto de la criatura excepto su parte superior. El pirata, viéndose paralizado, empezó a lanzar esferas moradas de su cuerpo hacia los soldados. Javier, Resi, Aidi y Fénix dispararon a estos proyectiles y se los devolvieron a la criatura, impactando de lleno en ella y rompiendo su armadura, revelando un cuerpo de tono rojizo.
La protección del pirata de Phazon se hizo añicos. Todo el escuadrón centró sus ataques al cuerpo rojizo del campeón poseído, dañándolo considerablemente. El campeón logró librarse de sus ataduras de hielo y materia oscura, pero fue molido a ataques de los soldados del escuadrón. Malherido, el pirata se tambaleó y cayó por el hangar hacia el espacio. La criatura flotó muerta por el espacio hasta que una nave se estrelló con ella y ambas explotaron. Ya sin amenazas a la vista, el escuadrón subió a sus naves para ir a Norion. Javier comprobó que, en su nave, aún se hospedaba la larva Metroid en hibernación dentro de la cápsula. Todo el escuadrón se dirigió a la base militar de Norion.
Tras adquirir los nuevos conocimientos sobre el Phazon y su método de dispersión, el escuadrón es interrumpido por una invasión pirata en Norion. ¿Podrá el escuadrón Hyrule afrontar este ataque? |
Capítulo 15
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Pesadillas en Norion |
Superando las naves pirata en batalla espacial, el escuadrón Hyrule llegó hasta Norion. Según entraban en el planeta, observaban a un lado la zona boscosa del planeta, y al otro, la inmensa base militar mecanizada que era atacada por los piratas.
Naves piratas y federales circulaban en aquel caos de explosiones y proyectiles. Las paredes metálicas de la base ardían en intensas llamas, mientras que en las zonas intactas varias torretas arremetían contra cualquier adversario a la vista. En medio de aquella batalla, el escuadrón Hyrule se adentraba hasta el muelle de carga principal. Tras aterrizar, un marine se acercó y les recibió con un saludo militar.
La base, en su interior, estaba en un estado decente de estabilidad. Los marines podían hacer frente a la mayoría de ataques pirata. El escuadrón avanzó por la base sin problemas, acompañados de otro grupo de marines hasta llegar a una zona al aire libre, donde aparecieron varios piratas. Por los laterales, a cielo abierto, aparecieron NTAs Pirata, naves de tamaño mediano encargadas del transporte de pocos pasajeros y de atacar en pequeños combates ofreciendo apoyo a las tropas. Los piratas atacaron a los marines mientras las NTA disparaban de sus cañones delanteros. Dani, debido a su capacidad de volar con el hielo, se encargó de atacar a las naves pirata con su hielo apoyado por Resi, Rodriguez, Brett y otros soldados con armas de largo alcance. Los otros, mientras tanto, atacaban a los piratas que se encaraban a ellos. En poco rato, los piratas fueron abatidos y las NTA se redujeron a cenizas. Antes de cantar victoria, un grupo numeroso de piratas apareció de la otra puerta. Antes de que el escuadrón Hyrule pudiese atacar, un marine apareció desde aquella puerta, el cual era un Marine de Phazon, equipado con la Pila de Phazon, sobre la cual Fénix había hablado a sus compañeros. Este marine, envuelto en un aura azul, disparó proyectiles de Phazon de enorme potencia que acabaron rápidamente con los piratas, desintegrándolos al instante.
Mientras tanto, las salas de armamento de Norion estaban siendo saqueadas. Dos piratas se encontraban en una pequeña sala con varios ordenadores. Mediante una gran ventana de cristal, podía verse una construcción mecánica con una estructura metálica extraña acoplada al techo.
La extraña estructura metálica del techo se separó de la sala, extendió unos enormes brazos y, emitiendo un grito, salió disparado de la estancia arrasando con las paredes que se interponían.
Volviendo al escuadrón Hyrule, al que se anexionó Lulú, los soldados llegaron al cruce. Una enorme compuerta metálica llevaba hasta la torre de control, en la cual se controlaba el sistema de defensa. Sin embargo, con los generadores inactivos, dicha compuerta se encontraba cerrada.
Todos estuvieron a favor. El escuadrón se dividió: Xavi, Josex, Resi, Bardock, Carlos y Aidi fueron hacia el Generador A; Brett, Aura, Cris, Kenta, Alme y Fénix fueron al Generador B; y finalmente, Lulú, Javier, Helio, Dani, SP y Rodriguez fueron al Generador C. Centrémonos primero en el Generador A, para seguir el orden alfabético. Xavi y su grupo avanzaron por los pasillos de Norion eliminando a los piratas que se les abalanzaban. Sin ningún problema, el pequeño grupo avanzó por los largos pasillos, salas y otros lugares hasta llegar al Generador A. En él no había nadie, el generador estaba absolutamente vacío y apagado. Un terminal en una esquina controlaba la enorme máquina.
El gran generador, formado por una gran columna y varias estructuras de la pared, se retrajo en los bordes de la sala ante el peligro de una fuente de destrucción detectada en la sala. En tales condiciones, el generador no podía ser activado hasta que pasase la amenaza.
Un extraño ruido llenó la sala, parecido a un rugido. Del fondo del generador salió una extraña criatura de gran tamaño. Todo su cuerpo era mecánico, formado por un alargado tronco, con cables acoplados a su espalda, que acababa en un ventilador; brazos mecánicos, llenos de agujeros, con grandes manos metalizadas; y un marco cuadrado en su cabeza con una máscara, que mostraba un rostro de aspecto siniestro. Aquella bestia mecánica era un arma bio-mecánica creada por la Federación: Pesadilla.
Pesadilla lanzó láseres rojos de sus brazos, un ataque rápido que el escuadrón pudo esquivar. Pesadilla entonces usó su as guardado en la manga, aquello que le hacía un arma tan especial: su control gravitatorio. El ventilador de Pesadilla comenzó a girar a grandes velocidades y la gravedad de la sala aumentó. Los soldados se vieron obligados a agacharse un poco y sujetarse al suelo con las manos ante aquel cambio brusco de gravedad.
Con algo de dificultad, los soldados dispararon contra el ventilador. Pesadilla se movía de forma normal en aquel ambiente de gravedad fuerte, y era capaz de seguir disparando sus láseres que, lentamente, podían esquivar los soldados debido a su pérdida de velocidad. No fue hasta que Xavi y Carlos, con su Rayo Oscuro, lograron paralizar el ventilador de Pesadilla, parándolo en seco y haciendo que la gravedad volviese a ser la normal. Ya en sus condiciones normales, los soldados consiguieron mayor libertad de movimientos y pudieron disparar con más eficacia a la bestia mecánica, incluyendo armas pesadas. Pesadilla siguió disparando láseres y moviéndose erráticamente, pero con su habilidad inutilizada sus ataques eran fáciles de evadir y Pesadilla era acribillado a golpes en su cara. Bardock lanzó uno de sus potentes misiles a la máscara y logró resquebrajarla, revelando el auténtico rostro de Pesadilla, una cara verde y viscosa con una gran boca y seis ojos amarillos y siniestros.
Pesadilla comenzó a gritar y a lanzar esferas de sus brazos, a la vez que intentaba quitarse la materia oscura de su ventilador para volver a tenerlo activo. Aidi y Bardock, mientras esquivaban las esferas de Pesadilla, dispararon al ventilador hasta destruirlo, inutilizando completamente la habilidad de Pesadilla. Josex y Carlos atacaban a las esferas de energía de Pesadilla para destruirlas y atacaban a sus brazos. Por último, Xavi y Resi dispararon al pegajoso rostro de Pesadilla para dañar a la criatura. A medida que Pesadilla era atacado, su rostro se volvía más viscoso y su cara se desmoronaba. Un último ataque de todos en conjunto hacia la cara de la criatura consiguió acabar con ella. Pesadilla gimió de dolor y su cuerpo, que no pudo resistir más daño, explotó. Sus brazos mecánicos, sus cables y los restos de su cara viscosa cayeron por el profundo foso del generador. Con la bestia fuera de juego, Josex se acercó al terminal del generador, de nuevo activo, mientras que la maquinaria se restablecía. Josex no tardó mucho en manipular el ordenador y reactivar el generador.
Mientras tanto... ¿qué había estado haciendo el grupo liderado por Brett? Formado por Brett, Aura, Cris, Kenta, Alme y Fénix, se dirigieron al Generador B después de separarse del resto de sus compañeros. Sin embargo, de camino, se vieron envueltos en una batalla contra una tropa de Soldados Piratas Pavés, piratas equipados con escudos capaces de bloquear muchos ataques. Cubiertos en columnas, los soldados se protegían de los disparos de los piratas y se asomaban de ellas en ciertos momentos con motivo de disparar.
Brett disparó varias flechas a los motores de la nave y consiguió dañarlos, provocando un aterrizaje forzoso en esa zona. La nave se estrelló en la zona donde estaban los piratas, matando a algunos y haciendo que otros salieran por los aires. Tras cubrirse de la explosión, Brett y los demás salieron de su escondite y acabaron con todos los piratas que vieron, los cuales habían perdido su escudo.
El grupo dejó aquella batalla ganada para dirigirse al generador. Allí, vieron a un grupo de seis piratas esperándolos para combatir. Antes de hacer nada, uno de los piratas empaló a otro con su cuchilla láser, matándolo al instante. Sus compañeros pirata se quedaron impactados y a la vez confusos. El pirata rebelado disparó contra sus compañeros hasta matarlos a todos. Cuando acabó su tarea, el pirata emitió rayos rosados de su cuerpo y se reveló como Gandrayda, la cazarrecompensas con habilidades de transformación que el escuadrón encontró en la NFG Olimpo.
Gandrayda se fue de la sala tranquilamente. Brett se quedó mirándola de forma extraña, algo confuso. Todos miraron a Aura, quien desenfundaba lentamente su cushillo jamonero con cara sádica. Fénix y Kenta sujetaron a Aura para que no fuera detrás de Gandrayda.
Tras oír aquella alerta, el grupo salió al exterior y, en el cielo, vieron como un meteorito estaba a punto de llegar al planeta. En dichos momentos, el meteoro estaba atravesando la atmósfera, formando un destello en el cielo.
Por último, hay que mencionar lo acontecido al grupo de Javier, formado por él, Lulú, Helio, Dani, SP y Rodriguez. Ellos se dirigieron al Generador C, y a mitad de camino, vieron como un robot gigante mataba con una cuchilla a un enorme pirata mutado con Phazon. Después de matar a la criatura, el robot se volvió hacia el grupo, los cuales apreciaron que aquel robot era controlado por Ghor, el cazarrecompensas que encontraron antes en la NFG Olimpo. Ghor se bajó de la máquina para hablar con los soldados.
El grupo, acompañado de Ghor, retrocedió sobre sus pasos para volver a la torre de control. De camino se encontraron a varios marines que disparaban al cielo con unas torretas, los cuales se sorprendieron al ver una sombra en el cielo.
La sombra se fue acercando mientras lanzaba un gran chorro de fuego que abrasó todo el camino, impidiendo el paso al grupo. Tras alejarse de la explosión que produjeron dichas llamas, un objeto salió disparado hacia ellos. Los soldados saltaron para esquivarlo, viendo que dicho objeto era la nave de Javier, en mal estado.
De entre las llamas salió una enorme figura alada. Javier se quedó aún más estupefacto y paralizado al ver que dicha sombra era Ridley, reconstruido otra vez por los piratas, esta vez con colores grisáceos y rosados. Pero la sorpresa de Javier no acabaría ahí, pues en una de sus garras Ridley llevaba algo, una especie de cápsula, la misma cápsula en la que se encontraba el pequeño Metroid que Javier guardaba en su nave.
Ridley simplemente rió, lanzando más llamaradas de su boca mientras abrasaba todo el camino y se iba volando, llevando consigo al pequeño Metroid. Javier buscó a sus compañeros tras apartarse del camino, viendo a lo lejos como su archienemigo se daba a la fuga sosteniendo al Metroid en su mano.
Tras aquella mala experiencia, el grupo siguió su camino hasta oír una alerta.
A un ritmo muy rápido, el grupo avanzó por los pasillos de la base hasta llegar al acceso a la torre de control. Lulú, SP y Helio se quedaron en la entrada a esa zona para cubrir a sus compañeros. Ghor, Javier, Dani y Rodriguez entraron en el ascensor, donde encontraron a Gandrayda.
Tras subir a gran velocidad y llegar a la sala de control, el grupo se dispuso a activar el sistema de defensa, cuando algo entró rompiendo la ventana mientras emitía una onda expansiva. Todos centraron su atención al ser que acababa de llegar, de color azulado y con un traje muy similar al de Javier. Era el doble oscuro de Javier, aquel que encontró en Éter y que estaba compuesto de Phazon.
Todos dispararon al enemigo, pero ningún ataque tuvo efecto. Javier oscuro se cubrió con un escudo de Phazon, empezó a brillar y emitió una enorme onda de Phazon que impactó en todos los presentes y los dejó inconscientes en el suelo. Tras mirar a todos en el suelo, inmóviles, Javier oscuro salió volando de la sala. Sin embargo, no todos estaban inconscientes, Javier seguía despierto, aunque mareado y débil. Javier se acercó a la máquina de control y empezó a activarla.
Javier consiguió activar el sistema de defensa del planeta, y tras ello no pudo resistir más y también se desmayó. En el espacio, el Leviatán que intentaba entrar en el planeta fue calcinado por el Cañón de Defensa que fue activado en el último momento. Gracias a los esfuerzos de todos, los generadores fueron reactivados y el sistema de defensa de Norion volvió a funcionar, evitando un gran desastre. Sin embargo, el pequeño Metroid está ahora en posesión de Ridley, y el ataque de Javier oscuro, quien supuestamente estaba muerto, ha sido letal para Javier, Dani, Rodriguez, Ghor y Gandrayda, que han caído inconscientes. ¿Qué efectos tendrán estos sucesos en el transcurso de los futuros acontecimientos? |
Corrupción[]
Capítulo 16
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Contaminación |
:- ¿Todavía sigue dormido? - preguntó Aura. - DESPIEEERTAAAA SHOOOOSHOOOOOO. DEJA DE DORMIIIIRRR. -
Javier despertó despacio, abriendo los ojos poco a poco. Javier miró al techo y después observó a algunos de sus compañeros que le miraban alegres al ver su despertar, los cuales eran Josex, Alme, Aidi, Aura, Cris, Kenta y Fénix. A continuación Javier se percató de que se encontraba en la NFG Olimpo, sentado sobre una silla mecánica, y con su traje algo cambiado, con hombreras distintas, tonos azulados en algunas partes del traje y un dispositivo de Pila de Phazon en el pecho, aunque se encontraba sin su casco, que estaba sobre una mesa.
Del suelo salieron unas dianas azules flotantes que se juntaron en forma de esfera. Javier tocó uno de los botones de su pila, por indicación de Aura, y entró en Hiperestado. Un aura azulada envolvió a Javier, y al disparar de su cañón lanzó unos potentes rayos azules que desintegraron por completo las dianas. Todos observaron el tremendo poder del Phazon.
Javier se fue de la sala para reencontrarse con el resto de sus compañeros, mientras los que ya había visto se instalaban una Pila de Phazon. Javier caminó por los pasillos de la NFG Olimpo, asimilando todo lo que había pasado. Recordó a Ridley huyendo con el pequeño Metroid, a su doble renacido... Habían pasado muchas cosas, y ahora Javier Oscuro había insertado Phazon en el cuerpo de Javier. ¿Por qué? Javier se replanteaba eso cuando llegó a la sala de entrenamiento, donde estaban el resto de sus compañeros. Ellos ya tenían la Pila de Phazon, y estaban practicando con el Hiperestado. Xavi y Brett estaban disparando a las dianas azules, mientras los demás observaban.
Todos acudieron a Javier para preguntarle sobre su estado y saludarle. Javier les explicó que ya estaba al corriente de su situación, y todos se alegraron de volver a verle.
Tras un día de entrenamiento, al que posteriormente se unió el resto del escuadrón, la sala de entrenamiento de la nave quedó totalmente destrozada debido al descontrol de parte del escuadrón, pero al final todos lograron adaptarse a la Pila de Phazon. Antes de ir a dormir, Javier se acercó a Dani y a Rodriguez.
Todos se fueron a dormir. Necesitaban descansar para el día siguiente, la misión que se les encomendaría parecía importante. Aunque evitaba pensarlo, Javier no podía evitar recordar aquella imagen de Ridley con el Metroid. Aquella imagen le atormentaba, y a ello se sumaba su doble oscuro... A la mañana siguiente, todo el escuadrón salió preparado para recibir órdenes. Todos se reunieron en el puente de mando de la Olimpo, donde les recibieron el Almirante Dane y el comandante Adam Malkovich, que iba vestido con una armadura de marine de alto rango en lugar de su atuendo de comandante estándar.
Todo el escuadrón se movilizó hacia el hangar, todos menos Javier, que esperó a que Adam bajase.
Aquella frase hizo sonreír a Javier. En sus tiempos mozos, cuando Javier era más joven y estaba en la Policía Federal, Adam siempre acababa sus explicaciones con esa frase. Era una muestra de confianza entre Javier y Adam. Adam no la volvió a pronunciar desde el accidente... Por ello Javier se alegró aún más. Adam salió hacia otro hangar distinto, y Javier corrió hacia el hangar donde estaba su escuadrón, alegre por saber que Adam había recobrado la confianza. En el hangar, todos esperaban a Javier, y Madeline Bergman estaba allí.
Las naves despegaron del hangar y pusieron rumbo a Elysia. Todos contaban con Pilas de Phazon, lo cual facilitaría mucho la misión. Sin embargo, el hecho de que Javier, Dani y Rodriguez contengan Phazon en sus cuerpos, procedente de Javier Oscuro, sigue siendo estremecedor y siniestro... Por no decir que, en el mes que ha pasado, quién sabe qué ha hecho Ridley con el pequeño Metroid. A lo lejos las naves divisaron Elysia, donde tenían su primera misión: destruir su primer Leviatán y curar a la Unidad Aurora... |
Mini-capítulo
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Informe pirata de estado |
Informe 7.346.3
¡Cómo cambian las cosas en seis meses! En Éter el Cazador Oscuro era nuestro enemigo: destruía nuestras bases, robaba nuestro Phazon... ¡Y ahora es nuestro líder! A mí sinceramente me da igual quien sea el líder, porque nunca nos van a pedir nuestra opinión... Hace meses, cuando estaba en el Acorazado Coloso (recuerdo que hice un informe mientras estaba a bordo, creo que se me cayó al váter...) hubo una explosión en el cargamento de Phazon, y resultó ser el Cazador Oscuro, que absorbió todo nuestro Phazon para tener poder y regenerarse. Olegario y yo nos escondimos porque... Pues porque nos cagamos, así nos va. Luego dejamos de oír ruido, pero por si acaso seguimos escondidos en el armario de las fregonas. Parece que todos los tripulantes que no fueron aniquilados estaban como "hipnotizados" con el Cazador, le obedecían, le seguían... Olegario y yo, por miedo a morir, fingimos también estar así y decidimos aceptar también al Cazador como nuestro líder... ¿Qué otra opción hay? Aunque mirando el lado bueno, este nuevo líder nos está proporcionando mucho potencial... Nada más hacerse con el control de nuestro Acorazado Coloso, el Cazador Oscuro se fue volando hacia el espacio y nos mandó luego un WhatsApp diciendo: "Estad en estas coordenadas con vuestras flotas :)" y nos mandó unas coordenadas. Cuando fuimos allí, él apareció de un agujero de gusano con un enorme meteorito vivo... Este meteorito estaba cargado de Phazon, y nuestro líder era capaz de controlarlo con su corrupción de Phazon. Luego le seguimos a través de otro agujero de gusano y fue cuando vimos aquel planeta azul... La fuente del Phazon... Fue allí donde nuestro líder obtuvo todo su poder y donde cogimos gran cantidad de Phazon. Ese planeta es la cuna de las semillas de Phazon, que según nuestros espías, la Federación llama Leviatanes... Bonito nombre. Una de estas semillas, dirigida por nuestro líder, fue implantada en Urthragus, nuestro planeta natal. Todos en el planeta intentaron detenerlo, mas fue en vano. Pronto se arrepintieron de sus intentos, cuando vieron que aquel meteoro expandía el Phazon por el planeta, ofreciéndole mayor potencial... En ese momento se manifestó nuestro nuevo líder, que Ridley y los demás comandantes aceptaron como el comandante supremo... Fue el "coronamiento" del Cazador Oscuro como nuestro líder. Ridley estuvo muy interesado en el planeta de Phazon, y viajó allí junto a más flotas. Decidimos establecer allí nuestra base de operaciones biológicas. El planeta está a tomar por saco de nosotros, pero gracias a uno de los meteoros de Phazon que nosotros mejoramos con tecnología pirata (el cual es la nave insignia de nuestro líder), podemos viajar libremente por agujeros de gusano y estar allí en un pis pas. Fue en dicho planeta donde instalamos a la bioforma biomecánica, ya por fin reconstruida... Nuestro comandante más poderoso junto a nuestro líder, y sin el cual no podríamos controlar ni los Leviatanes ni a nuestro ejército biológico. Después del ataque de Norion hace un mes, el comandante Ridley trajo una larva de Metroid en una cápsula, que pertenecía al Cazador original, el tío loco ese de los Lacasitos. El Cazador Oscuro esto se lo pasaba por el forro... Pero no era el caso de Ridley y de nuestro comandante biomecánico... Le están dando buen uso al Metroid. Y bueno, ahora mismo me encuentro en Bryyo, defendiendo la semilla de Phazon... De momento no pasa nada interesante... Hay algunos bichillos, plantitas raras... ¡Ah, se me olvida algo muy importante! Aparte de nuestro nuevo líder, y nuestros tres comandantes principales (Ridley, la bioforma mecánica y el otro, que no me acuerdo cómo se llama) tenemos dos nuevos comandantes de ejército, que son... Anda, que va a empezar el bingo. Luego sigo contando, que hoy me siento con suerte. FIN DEL INFORME. |
Capítulo 17
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Restauración de la UA 217 |
El planeta Elysia era un gigante gaseoso, un planeta con la mayor parte de su volumen conformada por gas. Su escasa superficie era casi inaccesible debido a las constantes tormentas del planeta. Por ello, los Chozo que colonizaron el planeta construyeron un complejo de edificios mecánicos voladores con objetivo de investigar el cosmos. Este observatorio flotante se denominó Cielolab. Los Chozo construyeron en este observatorio a los Elysianos, robots con la capacidad de pensar por sí mismos, para que les ayudaran a mantener la estación operativa. Después de muchos años, los Chozo abandonaron Cielolab y dejaron el complejo a cargo de los Elysianos. Cuando se formó la Federación Galáctica, esta visitó las instalaciones y mediante un acuerdo con los Elysianos, se instaló a la Unidad Aurora 217 para poder usar la instalación y transmitir los datos descubiertos a la Federación, con lo cual la astronomía avanzó mucho y los Elysianos tuvieron contacto con la Federación.
Sin embargo, con la llegada del Leviatán y los Piratas Espaciales, la UA 217 se contaminó con un virus, el planeta fue también contaminado y los Elysianos fueron eliminados o corrompidos. El escuadrón Hyrule aterrizó en uno de los hangares de Cielolab, observando el Leviatán en el mar de nubes, envuelto en un escudo.
El escuadrón avanzó sin problemas por los primeros pasillos de Cielolab. Las únicas formas de vida presentes hasta el momento eran robots inofensivos, como Robots de Mantenimiento Aéreo, que no hacían ningún daño. La mayoría de edificios flotantes estaban conectados entre sí por Tirolinas, cables electromagnéticos que permitían el transporte. Por suerte, todos disponían de un enganche en sus cañones o un dispositivo similar para usar mecanismos de ese estilo.
El camino siguió tranquilo por el siguiente edificio. Hasta ahora, los dos edificios visitados solo eran un tránsito con algunos contenedores de almacenaje y dispositivos poco importantes, pero pronto llegaron a una zona de recarga de robots, con varias cámaras de recarga de batería de robots. Cuando el escuadrón se disponía a irse del lugar, la cámara del suelo se abrió y de ella salió un Señor de Lata, robot de alto rango encargado de reparar y dirigir a los demás robots de Cielolab. De las otras cápsulas salieron Hombres de Lata, robots con armadura resistente. El Señor de Lata se hizo invisible y los Hombres de Lata empezaron a disparar rayos verdes de sus pistolas.
Los Hombres de Lata llegaban desde las cámaras de recarga, que poseían escotillas de las cuales subían más robots desde un nivel inferior. El escuadrón atacaba a los robots hasta destruirlos y desmoronar sus partes. En esos instantes, el Señor de Lata desactivaba su camuflaje y, mediante rayos eléctricos que él lanzaba, reparaba a los Hombres de Lata.
El Señor de Lata volvió a camuflarse, pero vio cómo el escuadrón acababa rápidamente con los demás robots, así que volvió a hacerse visible para repararlos. Ese fue su error, pues todos dispararon al droide volador y consiguieron aniquilarlo, consiguiendo desactivar a los Hombres de Lata que quedaban activos y frenando la llegada de más. Una vez eliminados los robots, el escuadrón pasó a la siguiente sala y quedaron extrañados al ver la cara de Ghor en un proyector holográfico.
No tardaron mucho en llegar hasta la cámara de la Unidad Aurora 217. Como todas las Unidades Aurora, la UA 217 era un superordenador orgánico con varios cables en su parte inferior, encerrada en un tanque con líquido. En ese momento, la UA 217 no se movía. Para comunicarse con una Unidad Aurora, existía un terminal de comunicación que permite hablar con estos robots.
Unas compuertas se abrieron en una esquina de la sala, que daban acceso a un ascensor. Este ascensor bajaba hacia el nivel inferior de la cámara de la Unidad Aurora, una sala grande con varios campos de fuerza que, al otro lado, tenían accesos a almacenes de robots; un terminal que interactuaba con la UA 217; varios paneles de estado que mostraban el estado de la UA 217; varios paneles de circuitos y mecanismos inferiores; y, por último, una gran compuerta mecánica. Carlos sacó la vacuna que tenía guardada y la insertó en el terminal de la zona, con lo que la UA 217 se curó. La sala se inundó de una espesa niebla que surgió de algunas tuberías, por acción del sistema de refrigeración de la UA 217.
Unas extrañas pisadas resonaron en la cámara, a través de la niebla. Sonaban como algo metálico chocando contra el suelo. De la niebla surgió Ghor, el cazarrecompensas robótico desaparecido. Ghor poseía una Pila de Phazon en su pecho, y varios hologramas azulados por su cuerpo como causa de su Traje PDP. Ghor cargó su cañón de plasma.
Todos dejaron el nivel inferior y subieron por el ascensor hasta la cámara con el tanque de la UA 217, que parecía estar mejor. Aidi, a la que le hacía ilusión, pulsó el terminal y la UA 217 empezó la conversación.
Lulú, Aura, Josex, Resi, Fénix y Helio se quedaron en la cámara para vigilar por si llegaban piratas o alguna que otra amenaza, mientras los demás partían de vuelta al hangar. Mientras viajaban, Javier recibió una transmisión de su nave.
Los soldados corrieron hacia el hangar cuando fueron interrumpidos por Hombres de Latón, versiones de coloración gris y azulada y más ligeras de los Hombres de Lata.
Cris dio una patada a la Morfosfera y la lanzó contra los Hombres de Latón, derribándolos y lanzándolos por los aires como si se tratasen de bolos.
Tras acabar con todos los robots y despejar el camino, los soldados llegaron al hangar y vieron a Ghor en su armadura de combate sobre la nave de Javier, propinando fuertes golpes al casco de este vehículo, mientras que las otras naves estaban volcadas.
Los soldados mediante el control remoto de su nave ubicado en sus cañones, activaron el piloto automático para que las naves se alejaran del lugar y volaran a otro sitio. Ghor sacó las cuchillas de los brazos de su armadura.
Ghor empezó a girar como una peonza y a embestir sin control. Como podían, los soldados esquivaban con saltos las embestidas continuas de Ghor. Cualquier ataque era inútil, pues Ghor disponía de un escudo de fuerza que le protegía, hasta que Ghor se chocó con una cápsula del hangar que almacenaba pañuelos.
Aquel descuido fue aprovechado por el escuadrón para disparar a Ghor y dañarle bastante hasta que su mareo pasó y empezó a disparar proyectiles de los brazos de su armadura, lo que obligó a los soldados a evadirlos.
Ghor siguió disparando hasta que Carlos se puso en medio para bloquear los disparos, y Alme lanzó unas bombas para que explotarán bajo Ghor y desconcertarle un poco. Aunque las bombas impactaron contra él, solo consiguieron hacerle retroceder un poco, y Ghor lanzó un potente láser que todos esquivaron agachándose. Después, el cazarrecompensas mecánico volvió a disparar proyectiles de sus brazos. Aidi, Kenta, Cris y Bardock, con sus disparos, acribillaron los brazos y los sobrecargaron, inutilizándolos por un rato. Ghor entonces optó por volver a embestir, y fue cuando todos tuvieron la idea de provocar un tropiezo. Javier, SP y Dani empezaron a disparar sus armas congelantes al suelo para crear un gran charco de hielo cuando su adversario iba a embestirlos. Ghor no pudo evitar pisar el hielo, resbalarse y volver a chocar, desactivando su escudo por el impacto. Rodriguez y Brett dispararon hacia la cabeza de Ghor mientras Xavi cargaba su cañón de plasma, que lanzó un potente láser hacia el cyborg y consiguió romper parte de su armadura de combate. Cuando Ghor se recuperó del golpe, furioso, activó su Hiperestado y empezó a disparar sin control potentes disparos de Phazon muy dañinos que impactaron en los soldados.
Todos aceptaron la orden de su capitán y activaron su Hiperestado para combatir a Ghor. Con aquel recurso de combate, el escuadrón pudo dañar a su enemigo seriamente, ya que eran muchos los disparos que él recibía. Los disparos de Ghor seguían siendo potentes, pero el Hiperestado permitía resistirlos un poco más y el cyborg era acribillado a disparos hasta que una parte de su armadura explotó y se incendió. La armadura de Ghor empezó a encogerse mientras seguía en llamas hasta explotar. Ghor quedó levitando, sin moverse, y de él salió un extraño ente negro, con la apariencia del doble oscuro de Javier. El ente oscuro empezó a absorber a Ghor hasta hacerlo desaparecer, tras lo cual se fue volando hacia el espacio exterior.
Una vez todas las naves aterrizaron, Rodriguez se adentró en el Transporte Hygieia para buscar la caja de herramientas, mientras que la nave de Javier, la más dañada, activaba su autorreparación.
Tranquilamente y pensando en lo sucedido, el grupo volvió a la cámara de la Unidad Aurora. En unos 10 minutos, Aura reparó los paneles con ayuda de sus compañeros, y la conexión se restauró.
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Capítulo 18
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Operación Agüilla Fresquilla |
Todos recibieron las coordenadas de los componentes, y el orden en el que debían ser colocados. El escuadrón decidió los grupos y a qué componente iría cada grupo.
Los componentes se encontraban en una zona al este de Cielolab, algo alejada de donde estaban ellos. Tras andar todos juntos por un largo trecho, sin muchas complicaciones, llegaron a una intersección y los tres grupos se dividieron.
Empezaremos por contar qué le sucedió al primer grupo. Tras separarse del resto, el pequeño grupo cruzó varios edificios flotantes sin ver nada especial. Su destino era una cámara de turbinas, en la que se hospedaba el primer componente. Al cruzar un enorme puente, vieron a lo lejos NTAs Pirata, dirigiéndose hacia edificios lejanos.
Con las armas listas, debido a la presencia de peligro, el grupo se adentró en el siguiente edificio flotante, una encrucijada, donde los piratas les tendieron una emboscada. Un grupo de varios soldados pirata estándar, Soldados Aeotransportados Alfa, con equipamiento para volar y una armadura verde resistente; y Zánganos Centinela, robots de combate.
Los piratas voladores podían lanzar desde sus propulsores bombas de gran alcance mientras los zánganos atacaban con sus metralletas, y los soldados con sus rifles y cuchillas láser. Josex y Bardock, poseedores de armas eléctricas, decidieron disparar a los robots, cuyos circuitos se veían afectados por la electricidad, mientras esquivaban sus disparos. Rodriguez y Helio disparaban a los piratas voladores, con los láseres del Imperialist y el rayo de luz, mientras destruían los ataques que ellos lanzaban. Lulú, con su pistola de hielo, congelaba a los piratas o zánganos que se le acercaban, y Xavi disparaba a los enemigos lejanos o empalaba a los cercanos con sus cuchillas láser. Evadiendo con maestría y atacando sin parar, los piratas iban disminuyendo en número, hasta solo quedar el que habló por primera vez.
La persecución fue corta, pues el pirata huyó rápido y, aún mejor, el grupo había llegado a su destino: la cámara de turbinas. En ella, en el centro de la sala, una enorme aguja metálica giraba en el centro, y varios ventiladores giraban también. Cuando todo parecía tranquilo, un Campeón Poseído apareció en la sala, saltando desde la parte superior del edificio, que no poseía techo.
El campeón lanzó un chorro de Phazon que esquivaron todos saltando. El campeón avanzó lento para intentar coger a alguno de sus adversarios, pero todos le lograban esquivar con facilidad. El campeón empezó a lanzar esferas moradas de su cuerpo, que los soldados dispararon para devolvérselas. Las esferas impactaron contra la armadura del pirata mutado y la destrozaron. Una vez el enemigo fue vulnerable, los soldados activaron su Hiperestado y acribillaron al campeón con ataques de Phazon que lo desintegraron en menos de un minuto.
El componente estaba unido a la pared mediante unos brazos mecánicos. Helio destrozó los de la pared izquierda y Lulú los de la derecha. Una vez los cierres estaban desacoplados, Xavi llamó a la nave con su panel de control, y el Transporte Hygieia apareció para llevarse con su grúa el primer componente de la bomba.
Ahora veamos que le aconteció al segundo grupo. Tras separarse del resto, el grupo avanzó por una reserva botánica, donde se cultivaban y estudiaban árboles Cyrlic, plantas creadas por los Chozo.
Unos ruidos se oyeron de fondo y una capa de gas se esparcía por la sala. El gas procedía de Puffos Aéreos, seres nativos del planeta, con forma circular y pedúnculos por los que sueltan gases. En la parte inferior se encontraban algunos Hombres de Latón con regaderas, regando los árboles de la sala.
Los Hombres de Latón empezaron a disparar a los soldados, que se pusieron en guardia. A pesar de que los robots no eran un gran peligro, los Puffos Aéreos que rondaban por la zona dificultaban la batalla. Cualquier ataque que impactara en un Puffo provocaba su explosión y la liberación de un gas tóxico. A veces los Hombres de Latón disparaban a los Puffos cercanos a los soldados, con intención de explosionarlos y dañar a sus adversarios.
El grupo dejó la reserva botánica para atravesar unos cuantos edificios más hasta llegar a la zona donde estaba el segundo componente de la bomba. Sin embargo, estaba anclado al techo y protegido con un campo de fuerza.
El edificio en el que se hallaban era un laboratorio de xenoinvestigación. En él encontraron varios cadáveres de piratas.
La teoría de Javier se vio afirmada cuando, tras subir por un ascensor, el grupo observó a varios Metroides de color azulado dentro de unas unidades de contención que, con su campo de energía, impedían que los Metroides escapasen. Javier no podía evitar mirar a los Metroides y recordar al pequeño Metroid, del que aún no sabía nada.
Con la célula retirada, el laboratorio quedó menos iluminado y los sistemas de la instalación quedaron inactivos. Un ruido de cristal roto resonó en todo el laboratorio, a la vez que algunos chillidos. Después, un silencio cubrió la sala, y solo resonaban los pasos del grupo.
Las dudas del grupo se aclararon cuando oyeron chillidos procedentes de los especímenes fugados. Había pasado lo que Cris había deducido. Los Metroides habían escapado de su prisión al haber cesado el campo de energía que los contenía. Estos Metroides no eran unos normales, eran Metroides de Phazon, los cuales como su nombre indica, habían sido mutados por Phazon. Los Metroides se acercaron lentamente hacia el grupo. Brett lanzó algunas flechas, pero los Metroides se volvieron semi-transparentes y las flechas les atravesaron.
Los Metroides se lanzaron hacia sus presas con intención de absorber su energía. El grupo se agachó para esquivar a los Metroides. Javier y Aura, poseedores de armas de hielo, aprovecharon para congelar a los Metroides y que sus compañeros destruyeran a las criaturas congeladas. El ruido atrajo a más Metroides, que salieron de las paredes.
Los Metroides seguían llegando sin parar. Javier y Aura continuaban su labor de congelar a los Metroides, mientras Cris, Resi, Aidi y Brett destrozaban a los seres congelados para eliminarlos. Los Metroides seguían atacando lanzándose hacia sus presas y, además, lanzando rayos azules, ataque otorgado por las mutaciones del Phazon. El grupo siguió atacando de la misma forma mientras avanzaban para salir del laboratorio, disminuyendo el número de Metroides hasta eliminar a todos. Ya al salir, vieron que los anclajes y el campo de fuerza que bloqueaban el componente habían desaparecido. Al desactivar la energía del complejo, también se había inactivado el sistema de anclaje y se había abierto una escotilla en el techo. Cris llamó a la nave con su mando de control y la nave incorporó el segundo componente, que consistía en una figura circular, al componente que ya tenía.
El tercer grupo había avanzado sin muchos problemas siguiendo el mapa, pero al llegar a una sala de máquinas no encontraron ninguna salida.
Alme lanzó su bomba hacia la pared, provocando su destrucción y abriendo un boquete hacia un pasillo secreto.
El grupo continuó su camino por aquel recorrido secreto hasta llegar a una cámara de gran tamaño, donde vieron que estaba el tercer componente acoplado al techo. Sin embargo, la cámara no estaba sola, pues en ella había un Robot de Defensa, un tipo de autómata grande con funciones protectoras de algún objeto de interés. El robot de defensa poseía un cañón con el que disparar gran cantidad de proyectiles.
Alme, Fénix, SP y Carlos imitaron a sus compañeros, disparando a las antenas brillantes del robot mientras esquivaban sus disparos. El robot saltó alto, cargando electricidad en sus pies. Cuando cayó, creó una onda eléctrica que se extendió por el suelo. El grupo esquivó la onda saltando y después pasó al ataque. Dani siguió dando a las antenas con sus ataques aéreos mientras los demás disparaban desde el suelo hasta que las antenas del robot se inactivaron y el robot cayó al suelo. De una raja de su cabeza salían rayos mientras temblaba.
Carlos usó su lanza a modo de palanca para abrir la cabeza del robot y revelar su CPU. El robot se levantó y empezó a lanzar esferas pringosas de su cabeza. Fénix cargó su arma de fuego y la lanzó contra la cabeza del robot, quemando su CPU. Alme lanzó una bomba que explotó por el fuego generado por Fénix y destrozó al robot. Con la destrucción del robot, se abrió una escotilla en el techo.
El tercer componente era exactamente igual al segundo, una enorme figura circular. La nave llegó y acopló el tercer componente a la bomba. El explosivo ya estaba completado.
El grupo se dirigió a la cámara de la UA 217 para saber su próximo objetivo en su misión de destruir el Leviatán del planeta, mientras el Transporte Hygieia del escuadrón volaba por Cielolab transportando una bomba termonuclear. |
Capítulo 19
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Semilla de Elysia |
Una vez el escuadrón se reunió en la cámara de la UA 217, el superordenador explicó la fase final del plan.
El grupo fue hacia el hangar, sin peligro alguno, para preparar las naves que allí estaban. Mientras, Kenta pilotaba el transporte Hygieia con la bomba Theron, con intención de soltarla hacia el escudo del Leviatán.
A lo lejos se podía ver como la nave soltaba la bomba y activaba su propulsión para salir de dicha zona. La bomba cayó al vacío por las frondosas nubes de Elysia, sin nada que la frenase, hasta chocar contra el escudo del Leviatán. Un estruendo inundó la zona después de una luz cegadora que emanaba del choque. Las nubes se movieron violentamente a causa de la potencia destructiva de la bomba. La explosión nuclear duró unos segundos, y tras disiparse las nubes, se pudo ver que el plan había finalizado con éxito. El escudo se sobrecargó, desapareciendo tras la explosión. El Leviatán estaba expuesto. El Transporte Hygieia volvió al hangar sin ningún rasguño.
Todos montaron en sus naves y se dirigieron hacia el Leviatán. El meteoro no estaba cerrado, poseía unas vías de acceso que permitían acceder al interior. Los Leviatanes, en su interior, eran un conjunto de túneles cavernosos, llenos de glándulas que producen Phazon y organismos pequeños o poco hostiles que contienen dicha sustancia en sus cuerpos. Las naves viajaron juntas por varios accesos rocosos de la semilla de Phazon hasta encontrar un sitio donde aterrizar. Una vez fuera de los vehículos, los soldados admiraron el paisaje oscuro y lleno de Phazon.
Saltando entre las plataformas tentaculares, excepto Dani y Carlos por su capacidad de volar, el grupo alcanzó la compuerta, unas placas óseas del Leviatán. Tras atravesar un túnel lleno de Phazon, el grupo llegó al núcleo de la semilla, una zona extensa y circular, de apariencia rocosa y con gran cantidad de Phazon, con cuatro agujeros palpitantes en las paredes y una gran válvula en el techo.
Una esfera azul se encontraba acoplada a la válvula del techo. Esta esfera era un droide corrompido por Phazon y que absorbía energía de Phazon que el núcleo le proporcionaba a cambio de protección. La esfera bajó del techo hasta el nivel del suelo, sacó cuatro extremidades negras y abrió su coraza, revelando una especie de CPU orgánica. Este robot era Helios, un modelo de robot programado para ser la unidad principal de una enorme bandada de Estorninos, pequeños robots voladores con un cuerpo negro y alas azules. De los agujeros de la sala salieron un numeroso grupo de Estorninos que empezaron a girar alrededor de Helios.
Todos dispararon a Helios, pero era protegido por su coraza y por los Estorninos. Helios bajó hasta el suelo y empezó a girar junto a sus Estorninos, creando un enorme tornado. El escuadrón se agarró a las paredes para evitar ser absorbido, aunque el tornado se movía y pudo golpear a todos los soldados y mandarlos volando. Nadie sufrió daños graves, pero la sacudida fue dura y Helios volvía a arremeter con su tornado. Alme lanzó una bomba a los pies del tornado, donde estaba Helios, y consiguió deshacerlo.
Helios empezó a flotar tras recuperarse de la explosión y formó una esfera gigante con sus Estorninos, envuelta en un campo de energía. La esfera aterrizó en el suelo y empezó a rodar por toda la sala, amenazando con aplastar a quien se pusiera por medio. Los soldados esquivaban saltando la gigantesca bola.
Aura, Dani y Lulú se unieron al plan de SP y dispararon sus armas de hielo a una zona para crear un enorme témpano de hielo. Cuando la bola chocó contra él, no pudo arrasarlo y se quedó un momento paralizada. Mientras los portadores de armas congelantes disparaban para mantener el obstáculo helado, los demás disparaban a Helios para deshacer su modo de ataque. Helios optó por dejar ese modo de ataque y probó otro nuevo. Los Estorninos se formaron en grupos y empezaron a volar en círculos, acumulando energía, para luego soltarla en forma de proyectiles rápidos.
Los soldados, mientras esquivaban los disparos de algunos grupos de Estorninos, disparaban a los que estaban a punto de terminar su ataque y conseguían provocar su explosión. Helios, mientras tanto, llamaba a más Estorninos que se juntaron a él y extendieron sus extremidades. Los Estorninos formaron dos brazos y dos piernas acopladas a Helios, unidas a las cuatro extremidades del robot. El mecanoide, con su forma humanoide, esperó a que su anterior grupo de Estorninos fuese erradicado, para luego expulsar esferas de energía mientras caminaba. Donde el verdadero cuerpo de Helios se unía con sus extremidades de Estorninos, se ubicaba un punto energético de color rojo, que servía como una articulación. Fueron Brett, Resi, Rodriguez y Aidi los que, con disparos precisos, destruyeron los puntos de unión de Helios con sus Estorninos y acabaron con su forma humana. El robot esférico quedó aturdido, y los demás aprovecharon para dispararle hasta que se recuperó del ataque. El mecanoide optó por uno de sus ataques más poderosos, formando un gran anillo con sus Estorninos. Helios acumuló energía en cinco puntos rojos que, de no ser parados a tiempo, efectuarían un potente rayo devastador. Josex, Kenta, Cris, Helio y Bardock fueron los destructores de dichos puntos energéticos, cada uno atacando un punto, hasta destruir el anillo. Helios sufrió una sobrecarga de energía por la explosión y abrió su núcleo, exponiendo su CPU. La esfera de Helios se abría en dos por sus flancos, y Helio embestía abriendo y cerrando estas partes, a modo de pinza. Carlos lanzó su lanza hacia su núcleo para atrancarlo, impidiendo su cierre, mientras Xavi, Fénix y Javier activaban su Hiperestado y disparaban al núcleo del robot con todo su arsenal. La CPU de Helios no pudo resistir tanto daño y acabó sobrecargándose de Phazon. El mecanoide empezó a brillar en tonos azules, se cerró y explotó, provocando una onda de Phazon por toda la sala. Para la mayoría del escuadrón esta onda era solo un viento que empujaba levemente, pero tuvo un efecto mayor en Dani, Rodriguez y Javier. Cuando la onda tocó sus cuerpos, sintieron un dolor extraño en su cuerpo, un gran malestar en su interior y una sensación de mareo. Cuando la onda cesó, ellos tres estaban agachados, apoyándose contra el suelo para evitar caer mientras sentían un gran dolor en su cuerpo.
En ese momento la válvula del techo se abrió. De ella salió un organismo grande con apariencia similar a un crustáceo, el cual era el núcleo del Leviatán. En la boca poseía dos largos colmillos, cercanos a dos bigotes; dos largas antenas se ubicaban en la parte alta de su cabeza, llena de bultos; su enorme ojo azul destacaba en su cara; y, para unirse con el meteoro, unos tentáculos finalizaban su cabeza y lo adherían a la parte interna de la semilla.
En Hiperestado, todos acribillaron a disparos al núcleo del Leviatán, que no poseía ningún medio ofensivo. El núcleo cayó enseguida, rompiendo su enlace con la semilla y explotando. Como consecuencia de la muerte del núcleo, se detuvo la producción de Phazon y la semilla empezó a explotar en algunas secciones. Rápidamente, el escuadrón salió de aquel lugar y dejaron el planeta Elysia mientras la semilla era consumida en explosiones. Ya en el espacio, el escuadrón recibió un mensaje del Almirante Dane.
El grupo se dirigió al planeta Bryyo para completar su siguiente misión: rescatar a los supervivientes de Bryyo y destruir el Leviatán de dicho planeta. |
Capítulo 20
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Rescate en las ruinas de Bryyo |
El planeta Bryyo era un lugar muy importante para la Federación, pues era un gran abastecimiento de Gel Fuel, un espeso líquido amarillo corrosivo que sirve como combustible de naves y máquinas. Anteriormente el planeta Bryyo estuvo habitado por una gran civilización de reptiles, pero la civilización se dividió entre los partidarios de la ciencia y la novedad, y los que apoyaban la magia y las viejas costumbres. Esta disputa acabó en una sangrienta guerra que destrozó gran parte del planeta y que finalizó con al victoria de los Primarios, aquellos partidarios de tener una sociedad sin ciencia. Los habitantes de Bryyo se volvieron salvajes y solo quedaron ruinas y gólems como señal de la existencia de un antiguo pueblo. La Federación no investigó mucho el pasado del planeta y estableció una pequeña base en Bryyo con máquinas destinadas a procesar y extraer Gel Fuel para posterior uso. Las operaciones de la Federación fueron interrumpidas por la llegada del Leviatán. Los piratas instalaron un escudo de fuerza alrededor de la semilla de Phazon y montaron una base para protegerla, además de aprovechar su ocupación para obtener Gel Fuel.
El escuadrón aterrizó en un muelle cercano a un acantilado. El paisaje de Bryyo era rocoso con grandes plantas espinosas. Abundaban las cascadas de Gel Fuel en varias zonas, con enormes lagos de esta sustancia. Muchos signos de antigua civilización estaban presentes, como estatuas, gólems, antorchas, tallados y estructuras de piedra. En el cielo se podían ver unas esferas gigantes levitando y sujetas al suelo mediante unas cadenas, las cuales eran antiguas naves de Bryyo creadas por los antiguos científicos, que además servían como purificadores del planeta.
El grupo avanzó por Bryyo, rumbo hacia las coordenadas desde las que los marines mandaron su última transmisión. El grupo atravesó varias ruinas, llenas de estatuas, y paisajes con acantilados, combinados con los paisajes lejanos de grandes árboles espinosos y Gel Fuel. Varias Púas Nocturnas revoloteaban por el cielo, en busca de comida, interrumpiendo el silencio de unas ruinas abandonadas. Una fina lluvia empezó a caer cuando el grupo llegó hasta un gran lago de Gel Fuel.
En medio del camino de hielo, por el que cruzaba el grupo, surgió una onda de energía que chocó con los primeros del grupo y los lanzaron un poco, pero afortunadamente sin sacarlos del hielo. Esta onda fue producida por un Reptilicus, un reptil habitante de Bryyo, con seis patas y espinas en la espalda, en la que sujetaban sus armas.
Antes de que el Reptilicus hiciese nada, Josex le lanzó un disparo cargado de su Voltric, su arma eléctrica, para paralizarlo, y posteriormente Bardock le lanzó un misil para acabar con él. Tras ello, algunos del escuadrón sintieron presencias extrañas. Helio sacó su cuchilla láser del brazo izquierdo y la zarandeó a su espalda, consiguiendo dar a un Reptilicus que era invisible, con brazos más fornidos y de color más grisáceo, el cual era un Reptilicus mutado por Phazon: un Cazador Reptilicus. Helio consiguió lanzar al Gel Fuel al Cazador Reptilicus, y los mismo hizo Javier dando una fuerte patada a su espalda, impactando en otro Cazador que se ocultaba. Por la parte trasera del puente de hielo se volvieron visibles más Cazadores Reptilicus y aparecieron más Reptilicus, que podían teletransportarse. Ambos tipos de Reptilicus sacaron sus Chakram, armas en forma de disco, y las lanzaron contra el escuadrón y también contra los Puffos del Gel para hacerlos explotar y causar caos a los soldados. El escuadrón Hyrule fue avanzando rápidamente por el hielo, esquivando a los Puffos y a los chakrams, mientras disparaban hacia sus adversarios. Una vez cruzado el puente de hielo, el escuadrón disparó a los Puffos para que la explosión destruyese el puente, en un intento de que los reptiles no pudiesen cruzar. Sin embargo, los Reptilicus se teletransportaron al otro lado del lago, y los Cazadores Reptilicus dieron un enorme salto hacia él. Uno de los Reptilicus dio un grito, y de las cornisas rocosas aparecieron unos Anficanis, animales de caza usados por los Reptilicus, que se alimentan de Gel Fuel.
Los Cazadores Reptilicus se volvieron invisibles y empezaron a atacar con sus Chakrams y sus Látigos de Energía, armas que también poseían los Reptilicus normales y con las que también atacaron, aunque ellos eran visibles. Los Anficanis, por su parte, se teletransportaban mientras emitían ondas energéticas, y se trasladaban a diferentes posiciones para lanzar chorros de Gel Fuel. Era imposible no resultar dañado por tantos ataques, y como los enemigos eran invisibles o se teletransportaban, resultaba complicado acertarles.
Los poseedores de armas congelantes se abalanzaron sobre los Anficanis, esquivando sus chorros de Gel Fuel saltando. En cuanto estaban en el punto de mira, los Anficanis eran acribillados con disparos de hielo que les congelaban instantáneamente, para ser después destrozados con nuevos ataques. Por otra parte, los demás se encargaban de los Reptilicus normales con disparos explosivos mientras se alejaban de ellos para evitar sus ataques. Para encargarse de los Cazadores Reptilicus, cualquiera avisaba si veía uno o notaba que le tocaban el trasero, para que los soldados cercanos disparasen a dicho punto. Los que poseían armas cuerpo a cuerpo, como Xavi, Cris o Helio, podían arremeter a los reptiles cercanos. Alme también colaboró en los medios de detectar a los enemigos invisibles mediante el uso de algunas bombas, que revelaban la posición de algunos Reptilicus al ser dañados. El número de enemigos fue disminuyendo hasta que los reptiles y Anficanis fueron eliminados, quedando solo los Puffos del Gel flotando alrededor de las rocosas paredes, envueltas en raíces de plantas cercanas. Fuera de peligro, el grupo observó que en la sala había una bomba de extracción de Gel Fuel de la Federación, además de otras máquinas también federales. Pero lo que más destacaba era la presencia de un enorme Gólem.
El impacto energético de la Bomba energizó el dispositivo de activación del gólem. Los ojos del Gólem empezaron a brillar en un tono verdoso, al igual que sus articulaciones brillaban de color verde. El gólem empezó a caminar ante las miradas expectantes de todos, y se paró frente a una pared, tras lo cual se desactivó.
El grupo accedió a la base, que era una antigua instalación de la Federación para extraer Gel Fuel y controlar el sector. En ella estaban las coordenadas donde los marines desaparecidos habían hecho su última transmisión. La base contenía algunas naves, dispositivos y armas abandonados. En una sala de comunicaciones estropeada, el grupo sintió que les observaban, así que apuntaron con sus armas hacia un ángulo para ver que dos marines les estaban apuntando con sus armas estándar.
Uno de los marines era Anthony Higgs, del cuerpo especial de marines. Anthony era un hombre alto y robusto, de piel oscura, de carácter amigable y fresco. Debido a su alto rango, poseía un cañón de plasma, como Xavi. Él y Javier eran viejos amigos de cuando estaban en la Policía Federal.
El grupo indagó un poco en el almacén armamentístico de la base. Javier encontró un Localizador, un dispositivo que le permitía disparar varios misiles a la vez. Helio y Cris se quedaron con un cañón de plasma calorífico, de altas temperaturas. Resi y Rodriguez incorporaron a su arsenal el Rayo de Ondas, un arma de energía morada que puede atravesar algunos objetos, como los transparentes. Los demás no vieron nada interesante, ya que solo había armas normales de marine, las cuales poseían todos los marines del escuadrón.
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Capítulo 21
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Asalto a los generadores |
Ya era costumbre en el escuadrón Hyrule dividirse para misiones que ocupaban distintos puntos, y esta no iba a ser una excepción. Uno de los grupos fue al este, al generador sin cañones de defensa, mientras que el otro fue al oeste, al generador bien protegido. El grupo que fue al este, en que el nos centraremos primero, lo formaban Brett, Kenta, Aura, Carlos, Dani, Helio y Ceferino. Antes de partir hacia allí con las naves, pues estaba lejos, Ceferino se subió a una de las naves abandonadas de la base, que aún funcionaba bien, mientras que los demás despegaron en el transporte Hygieia. El este era una zona muy abundante en Gel Fuel, con temperaturas algo más altas que en el resto del planeta, un cielo más anaranjado y varias ruinas y templos de la antigua civilización. Las dos naves se dirigieron a esa zona, buscando un sitio en el que aterrizar. En su viaje vieron unas ruinas de un templo, en las cuales varios piratas estaban construyendo un cañón de defensa.
El escuadrón pirata, que estaba a cargo de proteger el generador y construir un cañón de defensa para él, fueron abatidos por un bombardeo por parte de las dos naves. El bombardeo acabó con todos los piratas y destruyó el cañón. Fue además en esa zona en la que aterrizaron las dos naves, tras comprobar que no había más piratas. El pequeño grupo avanzó un poco por las ruinas hasta llegar a una pequeña cámara, donde había algunos pocos piratas que Brett eliminó con sus flechas. A través de una enorme ventana se podía ver el generador del escudo del Leviatán, una enorme máquina con una antena gigante. Kenta se dispuso a llamar a la nave para bombardear al generador, pero algo impedía contactar con la nave.
Todos se giraron hacia los ordenadores, intentando interactuar con ellos. Ceferino se quedó en la puerta, observándolos, mientras levantaba su arma. Aunque todos se dirigieron hacia los ordenadores, sintieron algo raro, y esquivaron mediante un salto un disparo procedente de Ceferino. Los soldados del escuadrón apuntaron sus armas hacia el marine, mientras este se reía con una voz femenina. El cuerpo de Ceferino empezó a emitir rayos rosas, y el marine cambió su aspecto al de la cazarrecompensas Gandrayda.
Gandrayda empezó a dar volteretas por la sala mientras lanzaba discos eléctricos. Carlos y Dani destrozaron los discos, mientras lo demás intentaban disparar a Gandrayda, pero la evasiva cazarrecompensas evitaba todos los ataques con sus volteretas. Gandrayda usó su habilidad de transformación para convertirse en un Campeón Poseído, que empezó a lanzar esferas de energía. Los del escuadrón empezaron a disparar a esas esferas para devolvérselas a Gandrayda y dañarla.
Gandrayda cambió de forma y se transformó en un Phrygisiano, raza a la que pertenecía Dani. Gandrayda empezó a volar con sus habilidades de hielo y a lanzar bloques de hielo.
Dani y Carlos, los que podían volar, se elevaron a la parte alta de la sala para golpear a Gandrayda y echarla al suelo. Helio cargó su cañón de plasma incendiario y disparó contra ella para dañarla seriamente. Gandrayda, a continuación, se transformó en Ghor con su armadura cibernética, el cazarrecompensas que el escuadrón enfrentó en Cielolab. Gandrayda extendió sus brazos mecánicos y giró sin control mientras embestía. A la vez que esquivaban, Dani recordó su batalla en Cielolab contra el verdadero Ghor, e indicó a Aura que disparase hielo hacia el suelo. Aura y Dani crearon una estructura de hielo contra la que Gandrayda se chocó y se resbaló, impactando contra una pared. Los demás aprovecharon el aturdimiento para atacar a Gandrayda, hasta que ella cambió su forma a la original.
Gandrayda se transformó en Morfosfera y empezó a embestir rápidamente con una estela de energía rosada, golpeando varias veces a los soldados. Después, su ataque consistía en lanzar un potente láser rosa desde el cañón, que los demás esquivaron agachándose.
Brett lanzó una flecha al cañón de Gandrayda para aturdirla, mientras Dani congelaba sus pies para inmovilizarla y los demás la disparaban. Gandrayda emitió una onda de energía rosa para librarse del hielo, se volvió invisible y empezó a lanzar discos de energía que dañaron a los soldados. Nadie podía localizar a Gandrayda ni adivinar desde dónde lanzaría sus discos, y esquivarlos era difícil. El grupo formó un círculo y disparó a todos los ángulos posibles con motivo de localizar al adversario. Uno de los rayos oscuros de Carlos impactó en ella, volviéndola visible. Gandrayda, antes de ser alcanzada por los disparos, dio una voltereta para esquivar, se puso cerca del escuadrón y emitió una onda energética que echó fuera a todos. Gandrayda se acercó a Brett lentamente mientras este se levantaba, y de una patada le quitó el arco.
Gandrayda chocó contra la pared y lanzó discos energéticos hacia Aura, que ella esquivó con gran maestría ante la atenta mirada de todos. Aura pegó un puñetazo a Gandrayda en la cara, y tras un rodillazo en el vientre, la agarró del cuello y la lanzó contra la pared con brutal fuerza. Después, Aura cogió su cuchillo jamonero y embistió a Gandrayda, pero ella lanzó una onda eléctrica a Aura y expulsó a la marine. Antes de que Gandrayda pudiese hacer otro ataque, una flecha de Brett atravesó su pecho, dejando a Gandrayda inmóvil, con la boca abierta. A pesar de haber atravesado su pecho, Gandrayda parecía seguir viva, pero antes de hacer nada Carlos la atravesó con su lanza, rematando el ataque. El cuerpo de Gandrayda empezó a emitir muchos rayos mientras ella gritaba de dolor. Carlos retiró su lanza y se apartó del lugar, mientras todos se alejaban lo más posible de la cazarrecompensas. Gandrayda empezó a transformarse sin control en diferentes seres, hasta caer al suelo y volver a su forma normal. Al igual que pasó con Ghor, apareció un ente negro con la apariencia de Javier Oscuro. Gandrayda extendió su brazo hacia el grupo, con una mueca de dolor y desesperación, mientras el ente oscuro empezaba a absorberla. El grupo contempló como Gandrayda de desvanecía y el ser oscuro flotante, una vez la había absorbido por completo, se iba traspasando las paredes y volaba hacia el espacio.
A través de el control remoto, Kenta llamó a la nave Hygieia y, sin ningún obstáculo, la nave lanzó misiles explosivos hacia el generador y consiguió destruirlo. A lo lejos se podía ver como el escudo del Leviatán, aunque seguía activo, parpadeaba a veces y su color azul había perdido intensidad.
El grupo de Brett finalizó su parte del plan, teniendo para ello que eliminar a Gandrayda. ¿Y cómo les iba al otro grupo? Formado por el resto del escuadrón, fueron todos juntos a pie hacia el oeste, en busca del generador. Por el camino no había muchos organismos peligrosos, y se podían ver algunas naves pirata dirigiéndose hacia el oeste.
El grupo entró en una construcción de piedra y apariencia mecánica. En el interior había algunos piratas, pero Javier y Anthony, que iban primeros en el grupo, los eliminaron rápidamente. En esa cámara había una gran ventana de cristal que permitía ver el exterior. Al fondo se podía ver el Leviatán, cubierto con el escudo de energía. El generador se veía junto a una fuente de Gel Fuel. A cierta distancia del generador, a ambos lados, se hallaban los Cañones Antiaéreos Tiamat que protegían el cañón, los cuales eran un modelo de torretas gigantes alimentadas por Gel Fuel. En la base del generador había una enorme instalación pirata de la cual salían pequeñas naves hacia el espacio.
El grupo formado por Cris, Bardock, Rodriguez y Lulú fueron hacia la torreta sur, acompañados por Javier, Anthony, Josex y Alme que se dirigían a investigar las instalaciones pirata mientras que Xavi, SP, Resi, Fénix y Aidi fueron a la torreta norte. De camino a la sección norte, el grupo de cinco avanzó por los accesos rocosos de Bryyo mientras los piratas empezaban a llegar para atacar desde lo alto de las rocas.
El cañón antiaéreo del norte se ubicaba, al igual que el del sur, en una sala circular con varias máquinas para el mantenimiento de la gigantesca torreta y para su suministro de munición. En la sala del norte había tres grandes palancas, en bordes superiores. Los piratas rodearon al pequeño grupo, mientras aparecían piratas voladores. Las válvulas de la torreta estaban abiertas, y el grupo observó como los piratas tiraban de las palancas y cerraban las válvulas.
Xavi y Fénix activaron su Hiperestado y empezaron a disparar a los piratas, desintegrándolos rápidamente con disparos de Phazon, mientras los otros tres subían hacia las palancas de la torreta, custodiadas por piratas voladores. Resi usó su Imperialist para acertar en los propulsores de los piratas que se le acercaban, y consiguió activar la palanca. SP podía congelar los propulsores y a los piratas, provocando su caída al suelo para que luego Xavi los rematase con sus cuchillas láser, mientras Fénix quemaba a los piratas con sus disparos de fuego. Aidi disparaba a los piratas voladores, pero uno de ellos era muy esquivo.
El pirata disparó contra ella, pero de un salto Aidi esquivó y cogió la piedra, que lanzó hacia el pirata. La piedra alcanzó el propulsor y se metió en él, obstruyendo el mecanismo y produciendo un sobrecalentamiento que hizo explotar a la máquina y a su portador.
Las válvulas de las torretas se abrieron, revelando tanques de Gel Fuel. Xavi y Fénix dieron vueltas a la torreta disparando a todos los tanques hasta destruirlos todos. La torreta sufrió graves daños internos y empezó a emitir pequeñas explosiones, hasta destruirse del todo, quedando su derruida base envuelta en llamas.
Mientras tanto, el resto del grupo avanzaba hacia la torreta del sur. Varios piratas se interponían en el camino, pero ataques conjuntos podían contra ellos. Finalmente el grupo llegó hasta el cañón antiaéreo del sur.
Lulú, Cris, Bardock y Rodriguez se quedaron allí, comprobando cómo destruir la torreta. En la sala no había ningún pirata, lo cual resultaba sospechoso.
Rodriguez disparó a los arbustos y alcanzó a la cabeza de un pirata escondido, acabando con él. Más piratas salieron de los arbustos, preparando sus armas para atacar por sorpresa. Cris, que estaba cerca, sacó sus cuchillas láser y empaló a los piratas.
El grito procedía de un Korakk, un animal que los piratas usaban como montura. El Korakk saltó desde arriba hacia la parte inferior de la sala, montado por un Pirata Cosaco. El pirata cosaco portaba una lanza de energía con la que podía expulsar rayos de gran potencia, ataque que utilizó mientras el Korakk se movía por la sala.
Lulú congeló la lanza del pirata, inutilizando sus ataques, mientras Bardock y Rodriguez le disparaban hasta eliminarla. El pirata cayó, pero la bestia seguía viva y empezó a atacar con su larga lengua a los del grupo, que esquivaban la lengua del monstruo y le disparaban, sin efecto alguno.
Bardock se deslizó por el suelo hacia el vientre del Korakk y disparó sus rayos eléctricos, provocando que el Korakk abriese la boca y soltase a Cris. El Korakk, tras recuperarse del ataque, siguió atacando con su lengua.
Todos siguieron a Rodriguez, bordeando la torreta, de modo que entre el escuadrón y el Korakk se interponía el enorme cañón. El monstruo extendió su lengua por debajo de la torreta, y se enganchó a la válvula. El Korakk tiró de ella, la abrió y se activó la ventilación del cañón, exponiendo sus tanques de Gel Fuel. El Korakk se metió debajo de la torreta, y Lulú congeló sus pies mientras Rodriguez disparaba con su rayo de ondas para aturdir a la bestia. Cris y Bardock dispararon a los tanques de la torreta para hacerlos explotar y, poco a poco, destruir el cañón antiaéreo. El cañón explosionó envolviéndose en llamas, reduciendo al Korakk a cenizas. A pesar de todo, un grupo de piratas llegó a la zona.
Por último, el pequeño grupo de Javier, Anthony, Alme y Josex siguió avanzando hasta llegar al interior de la base pirata. Era una construcción mecánica llena de Gel Fuel. La base era muy oscura, y solo era iluminada por la sustancia amarilla y por Mariposas del Gel, pequeñas mariposas bioluminiscentes que se alimentaban de Gel Fuel. Con esta escasa luz, el pequeño grupo avanzó hasta una bifurcación.
El dúo formado por Alme y Josex exploró su parte de la base. La base poseía varias máquinas dirigidas por Robots "Jolly Roger", modelos de robot pirata aéreos usados para distintos fines. Estos robots, aunque atacaban, eran fáciles de eliminar con unos disparos, y no eran molestia para Josex y Alme.
Al fondo se podía ver, a través de un cristal, como eran lanzadas pequeñas naves llenas de Gel Fuel hacia el espacio, por algunos pocos piratas que estaban en la base.
Alme y Josex se acercaron con disimulo para ver que dos piratas jugaban a las cartas en una mesa.
Mientras tanto, Anthony y Javier seguían avanzando por el oscuro edificio, siguiendo a las luminosas mariposas para tener claridad. Algunos robots "Jolly Roger" estaban por la zona trabajando, fáciles de destruir con pocos disparos.
Javier recordó sus viejos tiempos en la Policía Federal, concretamente un día en el que estaban el comandante Malkovich, Anthony y Javier. Javier y el comandante tenían mucha confianza entre ellos, y estaban en una misión de rescate de una nave de pasajeros. La tropa de rescate se encontraba en una nave grande tirando de la pequeña nave de pasajeros, mientras que atrás se encontraba otra nave más grande con gigantescos propulsores, para impulsar las otras dos naves y avanzar rápidamente. En ese instante, el comandante hablaba con un marine ubicado en los propulsores.
Y ante la mirada de todos, la nave propulsora fue desacoplada de las otras dos naves, mientras los propulsores explotaban en la lejanía, con Ina dentro de dicho vehículo. Fue aquel incidente, aquella pérdida la que hizo que Javier dejará la Policía Federal y que empezara su camino como cazarrecompensas, dejando a todos sus amigos de allí, como Anthony o Adam.
Anthony y Javier llegaron a una especie de sala de control, en la que robots "Jolly Roger" manejaban ordenadores. Los robots sintieron una presencia y sacaron sus armas, pero Javier destrozó a todos con su Localizador, lanzando varios misiles, mientras Anthony inspeccionaba los ordenadores.
La voz resultó ser Ridley, que lanzó un potente coletazo hacia Javier y Anthony, que lo esquivaron saltando.
Tras esquivar las llamas, Javier y Anthony salieron de la sala corriendo. Por el camino, encontraron a Alme, Josex, Eutanasia y Olegario.
El grupo salió de la base, que no tardó en explosionar del todo y convertirla en chatarra en llamas.
Javier llamó a su nave y le ordenó bombardear el generador, ubicado cerca de la base. Por si no había suficientes explosiones ya, la nave de Javier bombardeó el generador y lo destrozó, quitando el escudo de energía del Leviatán. |
Capítulo 22
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Batalla en la Semilla de Bryyo |
El grupo de Brett volvía en el transporte Hygieia de la zona caliente de Bryyo. De camino al oeste, el pequeño grupo vio que el Leviatán ya no tenía escudo. Por otro lado, observaron gran cantidad de naves pirata aterrizando y esparciendo soldados por la zona. El grupo observó un espacio para aterrizar, al lado de las ruinas de una base pirata en llamas, donde se percataron de que estaban Javier, Anthony, Alme, Josex y dos piratas.
Anthony, Javier y los piratas capturados montaron en la nave, rumbo al Leviatán, mientras el resto se dirigía a ayudar a sus compañeros y acabar con el ejército pirata. La nave de Javier se adentró en la tremenda semilla de Phazon a través de sus túneles, hasta alcanzar una zona en la que poder aterrizar. Javier y Anthony se prepararon para salir de la nave, mientras Eutanasia y Olegario se encontraban esposados por una mano a una silla cada uno, cerca de una televisión con Wii.
Anthony y Javier bajaron de la nave y, saltando por las Plataformas Tentaculares que levitaban por la zona, el dúo llegó hasta un túnel que les dio acceso al centro del Leviatán. Al igual que en el Leviatán de Elysia, el centro de este Leviatán era una sala muy amplia con cuatro agujeros palpitantes en las paredes, y una enorme membrana en el techo que albergaba al núcleo de la criatura.
Un estruendo rompió aquel siniestro silencio. De uno de los agujeros salió Ridley volando, lanzando gran cantidad de esferas explosivas de fuego. Anthony y Javier las esquivaron saltando. Ridley se abalanzó al suelo creando una onda expansiva eléctrica que golpeó a Javier y Anthony. Después, se acercó caminando hacia ellos.
Ridley lanzó un potente chorro de fuego que Javier esquivó usando la Morfosfera. Anthony lanzó un disparo congelante de su pistola de hielo a la boca de Ridley, disipando las llamas y convirtiéndose en el centro de atención. El comandante pirata lanzó su cola como un látigo contra Anthony. El soldado esquivó el golpe con una voltereta en el aire, mientras Javier, aún en Morfosfera, depositaba una Bomba de Energía cerca de Ridley. El monstruo salió volando para evitar la explosión, mientras soltaba esferas de fuego explosivas y se iba por uno de los agujeros de la sala. Javier y Anthony juntaron sus espaldas y observaron la sala. Ridley podía salir por cualquier agujero de los cuatro que había. El dúo observó silencioso mientras se oía el batir de las alas del dragón.
Ridley salió del oeste preparando un potente láser de Phazon que lanzó al suelo. A pesar de ser un potente ataque, no costó mucho esquivarlo. Con un rayo de plasma cargado, Javier impactó en Ridley y le dio en la cabeza, provocando que la criatura cayese al suelo. El dragón se levantó, y se pudo observar que en su pecho, protegido por una coraza bipartida, había un círculo rojo con Phazon. Javier disparó varios misiles simultáneos a la boca de Ridley, que el monstruo destrozó con sus garras. Dicha distracción sirvió para que Anthony lanzase varios disparos hacia Ridley y aturdirle por unos segundos. El siguiente ataque de Javier consistió en coger la cabeza de Ridley y meter parcialmente su cañón en su boca, para lanzar a corta distancia un potente rayo cargado que dañó aún más al monstruo, que se echó hacia atrás. El cazarrecompensas usó su Rayo Enganche para coger la coraza del pecho de Ridley y abrirla, mostrando su brillante punto débil. Anthony y Javier activaron su Hiperestado y atacaron a la vez al pecho del dragón, provocando enormes daños. Ridley expulsó una onda de Phazon que repelió a sus adversarios y le permitió ganar tiempo para volver a cerrar su pecho. Acto seguido, creó dos esferas de energía, una en cada mano, y al chocarlas creó varias barreras de energía que se dispersaron por toda la sala. Javier y Anthony pudieron esquivar el ataque, pero no pudieron evitar la brutal embestida que lanzó su enemigo después, la cual lanzó a los dos soldados por los aires. Antes de que Javier aterrizase, Ridley lo cogió y lo lanzó fuertemente contra el suelo. Anthony preparó su cañón de plasma y apuntó hacia Ridley. Tras marcar su objetivo, Anthony disparó un potente rayo de plasma hacia el dragón, pero este lo esquivo girando sobre el rayo y embistió fuertemente a su adversario. Javier se incorporó del ataque y vio como Ridley tenía agarrado a Anthony del cuello, mientras preparaba un láser de Phazon en su boca. Javier preparó de nuevo un rayo cargado de plasma y disparó contra la boca del dragón. Tal ataque hizo retroceder a Ridley mientras soltaba a Anthony. Ridley lanzó una potente y continua llamarada mientras envolvía su cola en un halo de energía azulada, tras lo que empezó a girar sobre sí mismo, con su cola extendida y manteniendo su láser de fuego, para azotar por ambos lados con dichos ataques. Javier ayudó a Anthony a levantarse y, agarrándole de la mano, usó su Rayo Enganche para engancharse al techo y esquivar los ataques terrestres. Anthony sacó su pistola de hielo y disparó a la cara de Ridley para congelarla por unos segundos y que detuviese su ataque. El dúo volvió al suelo a la vez que Ridley se descongelaba y creaba una armadura de Phazon en su pecho para cubrir su punto débil. Ridley volvió a generar dos esferas de energía en sus manos. Anthony disparó a una, a la vez que Javier a la otra. Los dos consiguieron destruir dichas esferas y aturdir a la criatura por la explosión de estas. En ese instante Javier y Anthony dispararon a los hombros de la armadura de Phazon del dragón, donde parecía que la unión era más débil. Con muchos disparos, la armadura se rompió y el pecho de Ridley volvió a estar al descubierto, aunque aún cerrado con su coraza. Ridley volvió a subir en el aire y echar el vuelo por la sala, lanzando bolas de fuego explosivas por toda la sala. Los soldados evadieron las bolas mientras disparaban al monstruo, que evitaba todos los disparos volando a gran velocidad. Ridley salió por uno de los agujeros de la sala para bordearla y asomarse por otro para lanzar un potente láser.
Ridley siguió bordeando la sala, pero Javier pudo ya localizarlo y predecir sus movimientos. Cuando Ridley se paró en uno para intentar lanza un ataque, se vio sorprendido por cinco misiles lanzados por el cazarrecompensas. El dragón se quedó aturdido por el ataque, y Javier usó su Rayo Enganche hacia su pecho y tiró de él ayudado por Anthony para bajarlo al suelo y abrir su pecho. De nuevo, el monstruo fue acribillado a ataques de Phazon procedentes del Hiperestado. El pecho de Ridley quedó muy dañado, y él cayó al suelo, derribado. Javier y Anthony siguieron sin bajar la guardia y se acercaron a la criatura, que parecía estar muerta, pero solo lo parecía. Ridley se abalanzó a una velocidad de vértigo hacia el dúo y los lanzó brutalmente. Anthony salió disparado hacia la pared y chocó contra ella, pero Javier usó de nuevo su Rayo Enganche para agarrar la cabeza de Ridley y alcanzarla. Javier cargó su rayo cargado de Phazon y abrió la boca de su enemigo con sus piernas, presionando a lados contrarios. El cazarrecompensas introdujo su cañón en la boca del monstruo y disparó, provocando una explosión en su organismo y un grito doloroso. Ridley empezó a brillar, con su cuerpo medio destrozado, mientras se derrumbaba contra el suelo.
El viento solo fue una brisa molesta para Anthony, pero para Javier fue algo mucho más doloroso. Al igual que pasó en Elysia, el Phazon de la onda azotó a Javier y aumentó su nivel de Phazon interior, haciendo que Javier experimentase un dolor interno. El cazarrecompensas se derribó dolorido, y fue ayudado por Anthony a levantarse, mientras de la válvula del techo salía el núcleo del Leviatán, observando expectante. Javier se incorporó del ataque, sobrecargado de Phazon por la explosión anterior, y concentró su energía de Phazon sobrante para lanzarla hacia el núcleo del Leviatán en forma de un rayo descomunal. El núcleo fue dañado gravemente por el ataque y se derribó al suelo, hasta explotar.
Javier y Anthony corrieron por los túneles de la semilla hasta llegar a la nave, donde Eutanasia y Olegario jugaban a la Wii.
La nave salió de aquella estructura rocosa de Phazon, que explosionó, y aterrizó en un claro cercano a la antigua base de extracción de Gel Fuel, mientras que Anthony y Javier salían del vehículo.
Un pequeño carguero pirata se estaba aprovisionando de tanques llenos de Gel Fuel y Phazon. Los piratas estaban terminando de introducir la carga en la nave y se dirigían a la cabina de pilotaje.
Javier usó la Morfosfera para ir rápidamente al carguero sin ser descubierto y se coló por la compuerta de carga. Poco después la nave despegó, rumbo a un destino desconocido. |
Capítulo 23
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Infiltrado en el Destructor |
Solo se oían los típicos ruidos de un despegue: los motores accionados, la mercancía moviéndose, vibración por el movimiento... Todo hasta llegar al espacio, en el que ya la nave quedó en silencio. Javier, aún en Morfosfera, siguió oculto en la cabina de carga, dentro de un contenedor. El viaje fue largo, pero como todos los viajes, finalizó en un punto. La nave llegó a su destino, en paradero desconocido para Javier, quien no pudo saber nada del viaje hasta que descargaron todo. Cuando no hubo nadie, Javier salió del contenedor en el que estaba escondido y observó el lugar: un enorme hangar mecanizado, lleno de mercancías, naves y máquinas de carga pesada. Javier, silencioso, avanzó por unos cuantos pasillos, observando que en dicho lugar los piratas tenían gran cantidad de Gel Fuel en grandes contenedores, destinado a ser procesado.
Javier investigó sigiloso, sin ser descubierto, por la gigantesca instalación. Aparte de gran cantidad de Gel Fuel, la estación contenía fábricas de armamento, tanto biológico como mecánico.
Javier vio una bolsa de lacasitos que llevaba un pirata. El cazarrecompensas se abalanzó sobre él para coger la bolsa de comida, sin percatarse de las consecuencias.
Se oyó ruido por los pasillos, y Javier se transformó en Morfosfera para esconderse. Sin embargo, no contaba que las mariposas de la sala eran atraídas por la luz, y volaron hacia la Morfosfera para estar cerca de su esplendor. Varios piratas llegaron a la sala y vieron un gran número de mariposas cerca de unas máquinas.
La Morfosfera salió rodando de allí tras la explosión que produjo, que sirvió como defensa y como distracción. La alarma saltó en toda la instalación mientras Javier huía, en busca de un lugar donde ocultarse. Debido a la gran cantidad de máquinas, no fue tedioso encontrar un buen escondite. Los piratas pasaron de largo mientras Javier permanecía detrás de un cañón, oculto y atento a la conversación de dos piratas.
Javier salió de su escondite y lanzó un disparo cargado que acabó con un pirata, mientras daba una patada al otro para luego disparar varios misiles y acabar con él. A continuación, salió corriendo por los distintos pasillos de la enorme nave, disparando a cualquier pirata que se interpusiera en su camino.
Javier iba a contestar cuando sintió que algo le agarraba del cuerpo y lo tiraba fuertemente contra la pared. Tras recuperarse del golpe, Javier observó que le había agarrado un Rage Hand, una criatura con forma de mano marrón enorme, de apariencia muerta, con un siniestro ojo naranja en la palma. Más Rage Hands aparecieron de la nada, a través de una especie de portales azules, y se abalanzaron contra el cazarrecompensas. Javier saltó sobre las manos gigantes y las disparó con su rayo de plasma, impactando en todas. Después lanzó unos misiles contra sus objetivos, cuando fue agarrado por otro Rage Hand que surgió por detrás. Javier se convirtió en Morfosfera para eludir el agarra y puso una Bomba de Energía para matar a todas las que había alrededor. Tras acabar con la amenaza, Javier siguió avanzando por las diferentes salas de armamento, perseguido por Rage Hand y piratas. Javier continuó disparando hacia atrás con misiles y su rayo de plasma, hasta llegar a un almacén de datos con una compuerta blindada. Después, cerró la compuerta con un terminal, impidiendo que sus enemigos pasaran. El cazarrecompensas bajó la guardia por un momento, cuando observó que la sala sufrió un repentino apagón. Una fría brisa se notó en aquel oscuro sitio.
De entre las sombras surgió una niebla que tomó forma y color, convirtiéndose en un enorme ser con una cabeza gigante en comparación con el resto de su cuerpo, lleno de manchas de color azul celeste; una boca con labios carnosos, filosos dientes y una gruesa lengua que acababa en su siniestro ojo brillante; y un pequeño cuerpo con dos espinas a sus espaldas y dos tentáculos a sus laterales. Este fantasma era Phantoon, uno de los comandantes de alto rango de los piratas espaciales.
Phantoon lanzó varias lágrimas de plasma de su ojo, las cuales eran llamas espectrales de color azul verdoso. Javier esquivó las llamas y disparó contra el ojo de la criatura, que posteriormente introdujo en su boca para evitar daños. Phantoon desapareció de la sala repentinamente, y reapareció detrás de Javier para intentar golpearle con sus tentáculos. Javier esquivó el ataque saltando con una voltereta, y Phantoon volvió a abrir su ojo para lanzar más lágrimas de fuego y crear varios Rage Hand. Tras esquivar los ataques de fuego, Javier disparó varios misiles a los Rage Hand y, según se iban derribando, el cazarrecompensas se acercaba a sus ojos centrales y los atacaba de cerca para acabar con las criaturas. Phantoon siguió creando enorme cantidad de lágrimas de plasma por toda la sala que su adversario evadía fácilmente con la Morfosfera mientras se acercaba al fantasma. Una vez cerca de él, Javier saltó hacia su ojo y disparó un potente disparo cargado a su enemigo, muy efectivo por la poca distancia. Ante el ataque, el espectro desapareció por unos segundos. Javier cargó su cañón para preparar su próximo ataque, esperando a que su enemigo apareciese. Phantoon apareció en una esquina de la sala, envuelto en sus lágrimas de plasma que lanzó por toda la sala. Javier fue golpeado por algunas, pero se recuperó del ataque enseguida para esquivar una brutal embestida de Phantoon. El fantasma, tras fallar el golpe, volvió a desaparecer e intentó acertar de nuevo con el mismo ataque. Sin embargo, Javier esta vez pudo evitar las lágrimas y disparar al ojo de Phantoon. El comandante pirata intentó azotar a su adversario con sus tentáculos mientras creaba más Rage Hand para agarrarlo. Javier saltó hacia atrás para evadir a los tentáculos y a las manos, mientras se transformaba en Morfosfera y depositaba en el aire una Bomba de Energía, la última que le quedaba. La explosión ahuyentó a Phantoon, dañando su ojo y haciéndole retroceder, a la vez que destruía a los Rage Hand. El gran espectro cayó al suelo con su ojo derribado, aturdido por la explosión. Javier activó su Hiperestado, cargó su cañón al máximo, agarró el ojo de su enemigo y disparó a una mínima distancia, destruyendo el ojo. Phantoon, en gritos de dolor, se elevó en el aire mientras adoptaba un brillo azulado y se encogía hasta explotar en una luz cegadora. La sala se iluminó de nuevo debido a la desaparición de Phantoon, y Javier pudo ver varios ordenadores en la sala.
Javier descargó varios datos del ordenador en su Banco de Datos para después enviarlos. Los datos descargados revelaban que la estación espacial de nombre Destructor era una base gigantesca de armamento y de biotecnología, en la que se clonaban Metroides para un ejército de armas biológicas. Además, se planeaba atacar a la Federación con una enorme flota impulsada por Phazon, cuya nave insignia era el Destructor. La flota pirata era un conjunto de grandes cargueros de guerra muy sofisticados, con armamento novedoso.
Antes de irse, Javier observó un terminal muy extraño ubicado en una esquina. Javier accionó el terminal y puso su cañón en él. La máquina transmitió unos códigos de utilidad desconocida a Javier.
Javier siguió su avance, esta vez para intentar destruir la estación espacial. Por las ventanas se podía ver que llegaba una gran cantidad de naves que se arrimaron a la estación espacial. Javier siguió atravesando salas, eliminando a los piratas que se interponían en el camino, hasta llegar a una sala de bioalmacenamiento. Varios Metroides se encontraban encerrados en jaulas con campos de fuerza, que los tranquilizaban e impedían el escape de los especímenes. Javier cruzó la sala muy pendiente de que ningún Metroid le atacase. Cuando iba a pasar a la siguiente habitación, sintió una presencia a su espalda. El cazarrecompensas giró con su cañón preparado para observar a una larva Metroid que flotaba en la sala y le observaba.
La larva empezó a revolotear alrededor de Javier, quien no pudo evitar acordarse de Leubigildo. ¿Y si ese bebé Metroid era él? Javier no podía atacarla y se quedó paralizado, mirando a la larva, cuando recibió tres fuertes disparos en su espalda. Los disparos electrificaron a Javier y le aturdieron, desactivando su traje. Javier cayó al suelo, aún mirando a la larva Metroid. La criatura abrió sus fauces y se abalanzó sobre el aturdido cazarrecompensas para intentar absorber energía, pero fue interrumpido por un disparo de hielo que la mató. Javier no pudo evitar caer inconsciente y cerró los ojos...
Javier quedó en silencio, mirando a través del cristal de la compuerta a su comandante. La cápsula se preparó para el lanzamiento, y Adam se fue hacia el reactor tras despedirse. Javier, aún debilitado por el disparo, se sentó en la nave y miró hacia la estación espacial con nostalgia una vez el vehículo despegó. Su antiguo comandante, aquel que fue su mentor en la Policía Federal y como un padre, iba a sacrificarse para destruir una gran amenaza pirata. Y fue después de un rato, cuando aún la nave de escape estaba cogiendo velocidad, cuando se divisó una enorme explosión de la estación espacial, que destrozó toda la flota de gigantescas naves pirata que estaban alrededor, provocando una enorme cadena de explosiones.
La nave de escape se alejó con su propulsión de aquel lugar en el que hubo una gigantesca flota pirata, una enorme estación con Metroides y en el que un valiente comandante dio su vida para acabar con las más grandes armas de los piratas. |
Capítulo 24
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Interrogatorio |
El escuadrón Hyrule pudo acabar con todos los piratas de Bryyo. Tras ello, Anthony les explicó a todos que Javier se había infiltrado en una nave pirata, y todos decidieron llevar a los dos prisioneros a un lugar en el que interrogarlos. El lugar más cercano era una estación espacial de comunicaciones de la Federación Galáctica. Una parte del escuadrón contactó con Javier mientras estaba en su misión espía, y otra parte interrogaba a los piratas capturados. Olegario y Eutanasia fueron conducidos a una sala de interrogatorio, muy similar a las policiacas. Una sala cuadrada, con varias sillas y una mesa, una lámpara en el techo que iluminaba aquello y un cristal blindado especial, que era un espejo desde la sala de interrogatorio, pero totalmente transparente desde la sala al otro lado. Josex y Alme se encontraban cerca, preparándose para entrar.
Xavi y Brett fueron a la sala de al lado del interrogatorio, donde estaban Bardock y Kenta con el dispositivo ligado al polígrafo.
Pasó un buen rato, en el cual la Federación contactó con la UA 217 para que con sus avanzados medios de investigación espacial intentase averiguar las coordenadas del planeta de Phazon. A la vez, los demás esperaban mientras el personal de la estación investigaba. En el hangar, estaban Cris, Aura, Carlos y Lulú comiendo una de las pizzas encargadas.
Las compuertas del hangar se abrieron, con la atmósfera y presurización activadas, envolviendo el hangar en una atmósfera que lo aislaba del espacio exterior pero que permitía el paso de naves. Una cápsula de evacuación se acercó hacia el hangar y se estrelló contra él, arrastrándose por el suelo violentamente mientras golpeaba y volcaba otras naves allí estacionadas.
Javier y sus compañeros que le recibieron del hangar fueron en busca de los demás para compartir ideas y contar lo sucedido. Había mucho que contar y aclarar... |
Capítulo 25
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Búsqueda entre chatarra |
El escuadrón Hyrule volvió a reunirse entero. Javier contó todo lo que le sucedió en el Destructor: las batallas, la flota, la pérdida de Adam... Por otra parte, Xavi y Brett compartieron la información que Eutanasia y Olegario les habían proporcionado.
Los 11 miembros del escuadrón que no estaban ocupados pusieron rumbo al satélite Majora, en los límites del espacio federal. Era un lugar poco fértil, con muy poca biodiversidad, pero resistente a los climas hostiles. Debido a esto, era un planeta ideal para desechar toda la chatarra de varias civilizaciones. Varios robots con algún fallo en el diseño o defectuosos eran desechados a esta zona, mientras que otros mecanoides eran enviados aquí para recoger chatarra reutilizable y donarla a sus creadores. El transporte Hygieia llegó al satélite Majora y entró en su atmósfera para empezar a volar por él, observando el terreno, lleno de algunas plantas y chatarra. Por el paraje merodeaban algunas naves que recogían chatarra.
La nave aterrizó en un pedestal mecánico al lado del edificio, diseñado para servir de hangar. Los soldados entraron en el edificio, preparando sus armas debido a la posible presencia de piratas. Sin embargo, todos se sorprendieron al encontrar piratas muertos.
Justo cuando avanzaban y estaban a punto de separarse, varias plataformas hexagonales del suelo se activaron. Estas plataformas eran Productores de Enemigos, un tipo de robot con tecnología holográfica capaz de generar otros tipos de autómatas. Estos mecanoides, al activarse, produjeron una pirámide azul holográfica y empezaron a soltar Voldrums, robots esféricos con una rueda en su parte inferior y un casco con dos cañones en su parte superior. Estos Voldrums empezaron a disparar proyectiles verdes reforzados, de gran rapidez, mientras se movían por toda la sala. Los soldados empezaron a disparar a los Voldrums mientras saltaban y esquivaban los disparos. Todos conseguían destruir Voldrums, pero los Productores de Enemigos soltaban más y más mecanoides de ataque.
Los portadores de armas de largo alcance dispararon a los Productores de Enemigos, mientras que los de armas de menos alcance se encargaron de los Voldrums. De ese modo, Resi, Rodriguez, Dani, Bardock y Helio dispararon hacia los lejanos mecanoides holográficos para destruirlos y detener la producción de más enemigos, mientras los demás se encargaban de los Voldrums con ataques a corta distancia. Una vez todos los enemigos fueron abatidos, se oyeron unos pasos rápidos por el techo. Una sombra humanoide pudo verse caminando por las repisas superiores, disparando rayos azules hacia el techo y desmoronando una enorme caja sostenida por una grúa. Los soldados saltaron hacia adelante para esquivar el enorme contenedor que se desmoronó del techo y cayó fuertemente al suelo. El individuo que provocó el derrumbamiento desapareció entre las sombras, mientras los demás se reincorporaban.
El grupo se dividió en dos pequeños grupos. Uno fue hacia los pisos superiores, mientras que el otro seguía avanzando en la planta baja. Al piso superior fueron Aidi, Carlos, Rodriguez, Helio y Dani. El piso superior seguía siendo un almacén de chatarra, en el cual había varios Productores de Enemigos que creaban robots que rondaban por la zona, elaborando tareas de mantenimiento. Entre estos robots estaban los Trabajadores, mecanoides de forma humanoide y apariencia algo amorfa, con un martillo de energía en un brazo y un lanzallamas en el otro, encargados de trabajos pesados y de recoger la chatarra útil para llevársela a sus dueños u ordenarla.
El robot lanzó intensas llamas hacia Dani, que bloqueó con un trozo de hielo enorme. El hielo no tardó en derretirse, pero dio el tiempo suficiente para que Dani sobrevolase la zona, se pusiese detrás del mecanoide y empalase con una lanza de hielo al robot. Otros tres trabajadores detectaron a los "intrusos", así que saltaron hacia ellos e intentaron golpearlos con sus martillos de energía, creando una onda energética. Tras esquivar el ataque hacia atrás, los soldados atacaron. Helio cargó su rayo de plasma incandescente y lo lanzó hacia la cabeza de uno de los robots, incendiándola y desactivándolo. Carlos voló hasta otro de los robots, lo paralizó con su Rayo Oscuro y lo destrozó con su lanza, mientras Rodriguez y Aidi disparaban hacia la cabeza del otro para destruirla. Tras que los robots "buscalíos" fueran erradicados y unas cuantas carcasas de móviles robadas por parte de Dani, los soldados siguieron avanzando y observaron unos extraños objetos verdes volando a lo lejos.
Los objetos verdes eran en realidad Petrasyl, pequeñas criaturas voladoras verdes con aspecto de medusas. El grupo siguió a los Petrasyl por distintas salas hasta llegar a una con varios ordenadores y un Terminal robot volador con un propulsor azul y su parte frontal cubierta por placas.
El robot transmitió imágenes a los ordenadores cercanos, mostrando imágenes del almacén y un mapa de toda la instalación. El Leviatán podía verse en las imágenes, sujeto por grandes anclajes metálicos y suspendido sobre un campo anti-gravedad, para evitar su colisión con la corteza... Por otra parte el otro grupo, formado por Javier, Cris, Kenta, Bardock, Lulú y Resi, avanzó por el piso inferior de la instalación, buscando alguna pista sobre el Leviatán. Muchos robots propios de esa zona se ubicaban entre la chatarra, ya fueran defectuosos o no, rondando por la zona en busca de chatarra o simplemente circulando. Grupos de Petrasyl volaban por la zona, añadiendo color verde a aquel edificio oxidado.
Unos robots Cazadores se encontraban en el techo. Eran droides asesinos con mucha agilidad, equipados con cuchillas electrificadas que usaban para atacar a los intrusos. Los cazadores se descolgaron del techo e intentaron aplastar a los soldados. Después, con sus cuchillas y rápidos movimientos, golpearon a algunos de los soldados, como Javier y Lulú, empujándolos hacia la chatarra. Los otros cuatro pudieron esquivar el ataque y se dispusieron a combatir. Kenta y Bardock paralizaron a algunos cazadores con sus armas eléctricas, mientras Resi los disparaba con su rayo de ondas y Cris los empalaba con sus cuchillas láser.
Al obtener ese dispositivo, Javier obtuvo una nueva mejora: la Aceleración, que permitía alcanzar grandes velocidades y envolverse en un campo de energía. Javier y Lulú se reincorporaron del ataque y empezaron a disparar a los cazadores cuando estos intentaban acuchillarlos. Una vez acabados todos los cazadores, el grupo siguió con la guardia lista, pues vieron que un grupo de cazadores se dirigía hacia ellos desde el otro pasillo.
Javier corrió hacia los cazadores hasta alcanzar gran velocidad, cuando se envolvió en un halo de energía azul y cogió más velocidad. Javier arremetió contra los robots y los destrozó, rompiendo además la compuerta siguiente por no poder frenar a tiempo. Los demás siguieron a Javier hasta alcanzarle, estampado en una pared.
Guiados por el primer grupo, el segundo grupo avanzó por las instalaciones hasta llegar a una sala con un ascensor que bajaba hasta un sótano.
Un disparo verde surgió de las sombras hacia Kenta, pero él pudo esquivarlo antes de que le alcanzase la onda expansiva. De la esquina salió Weavel, el comandante pirata cibernétio que Javier enfrentó antes de encontrar a Leubigildo.
Weavel iba a atacar, pero algo lo embistió con un brillo verde desde el techo, hundiendo un poco el suelo. El polvo que levantó el ataque se disipó hasta mostrar a un cazarrecompensas con traje azul y rayas verdes, llamado Sylux.
Sylux poseía el mismo arma que Kenta, el Neutrinarm, capaz de lanzar gran cantidad de rayos azules concentrados. Sylux usó su arma para atacar a quien estuviera más cerca mientras se movía ágilmente por toda la sala. Kenta contraatacó con su Neutrinarm, anulando los neutrinos de su adversario con la misma arma. Mientras Kenta bloqueaba al enemigo, Cris y Bardock le atacaron por la espalda, ataque que fue evadido con un gran salto hacia atrás. Mientra saltaba, Sylux empezó a brillar y adoptó otra forma, transformándose en la Mandíbula, su forma alternativa, compuesta por una esfera de energía y dos fibras de tetracarbono. La Mandíbula recorrió gran parte de la sala y depositó bombas que se unían con un enlace eléctrico, formando una especie de barrera eléctrica. Al poner tres bombas en forma de triángulo, estas se unían y dañaban al ser ubicado en el centro de la construcción, explotando al tocarlo. Este método de ataque sorprendió a los soldados del escuadrón y provocó bastante daño. Javier, ante tal ataque, se convirtió en Morfosfera y persiguió a la Mandíbula, esquivando sus bombas, mientras los demás intentaban dispararle. Javier intentó depositar bombas hacia la Mandíbula, pero Sylux era muy evasivo.
Resi, al ser de la raza Kriken, tenía la habilidad de transformarse en Triskelion, su forma alternativa, convirtiéndole en una criatura pequeña con su cara y hombros invariables, pero con tres patas articuladas que podían realizar enormes embestidas. Resi consiguió embestir a Sylux para empujarle hacia la Morfosfera, que depositó Bombas y dañó aún más al adversario. Sylux volvió a su forma normal, al igual que Javier y Resi, y volvió a atacar con sus neutrinos, pero Lulú pudo congelarlo con sus disparos mientras los demás atacaban y le dañaban. Finalmente, Cris lanzó fuertemente a Sylux, aún congelado y dañado, hacia la zona donde aterrizó, en la cual se encontraba Weavel derribado. El pirata cibernético se levantó y repelió a Sylux con su guadaña láser, que tras ser derribado y descongelado, volvió a levantarse y centró su atención en Weavel, atacándole.
Mientras Weavel y Sylux peleaban, los soldados entraron en el ascensor y descendieron hacia el enorme sótano del edificio. Diseñado en su origen como depósito de materiales contaminantes o radiactivos, los piratas lo usaron para esconder su Acorazado Leviatán, un Leviatán controlado por tecnología pirata unida a su sistema nervioso. Los soldados observaron la gigantesca nave viviente, que poseía algunos mecanismos pequeños en su cubierta. Unas escaleras conducían hasta la parte central del monstruo, con un pequeño terminal circular.
Javier observó en los códigos de mando que poseía, y entre ellos se encontraba la clave de seguridad. Al introducirla, un rayo salió del terminal, envolviendo a Javier y haciéndolo desaparecer ante los ojos de sus compañeros.
Javier se encontraba en la cabina de mando del Acorazado Leviatán. Era una cueva interior donde se alojaba el núcleo del Leviatán, varios órganos nerviosos y ópticos y una consola de mando para controlar a la criatura. El cazarrecompensas se dirigió a la máquina, introdujo los códigos y enseguida la Federación tomó control de la criatura.
A través de un teletransportador, Javier salió del Leviatán y volvió con sus compañeros. El Leviatán recibió la orden de despegar, así que en cuanto se puso en movimiento y se activaron sus propulsores extras de tecnología pirata, los anclajes se desacoplaron y el Leviatán se elevó hacia el alto techo, rompiéndolo sin dificultad hasta elevarse hacia el espacio. Ya que el techo estaba abierto, Kenta llamó a la nave para que acudiese al lugar, aterrizase y todos montasen en ella, rumbo a reunirse con todo el escuadrón. Con el Leviatán en posesión federal y la investigación sobre la base pirata muy avanzada, el final estaba cerca... |
Capítulo 26
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Asalto a Phaaze |
La NFG Olimpo se puso en órbita sobre Norion. La parte del escuadrón que fue a Majora se dirigió hacia esta nave, a la vez que el Acorazado Leviatán aparecía allí mediante un agujero de gusano. Una vez todo el escuadrón estuvo reunido, el almirante Dane les dirigió unas palabras.
El Leviatán generó un agujero de gusano enorme, por el que cabía toda la flota federal. Todas las naves se introdujeron en la brecha espacial generada por el monstruo. Tras salir, aparecieron en otra punta lejana del universo y podía verse un brillante planeta azul, Phaaze, la fuente del Phazon y los Leviatanes. Delante del planeta se ubicaba una flota de naves pirata que prepararon el primer ataque. El escuadrón Hyrule se ubicaba en sus respectivas naves cada miembro, preparados para salir de la Olimpo en cuanto se diera la señal. El primer láser salido de una nave pirata marcó el comienzo de la batalla espacial. Las naves del escuadrón Hyrule y muchos otros cruceros de carga de marines salieron de la Olimpo, rumbo al planeta. Esquivando los disparos y las naves pirata, los vehículos avanzaron entre el conflicto entre piratas y federales hasta atravesarlo y llegar a la azulada atmósfera de Phazon. Tras aterrizar, los marines observaron desde las ventanas de sus naves la superficie del planeta. Completamente rocosa, solo habitada por organismos de Phazon, entre los cuales destacaban los tentáculos gigantes que salían de debajo de la tierra y se mecían lentamente emitiendo un brillo azulado. En cuanto salieron de las naves, todos los marines de allí prepararon sus armas para infiltrarse en las cavernas del planeta. El aire estaba lleno de Phazon gaseoso, que permitía alimentar permanentemente la Pila de Phazon.
El escuadrón se puso en marcha y se adentró en una caverna de Phaaze, pues era un planeta completamente cavernoso con poca actividad en la superficie. El ejército de marines entró en la primera caverna, habitada por plantas y hongos inofensivos, pero pronto llegaron varios peligros. Varios Metroides Saltones llegaron a la sala, saliendo desde algunas madrigueras del techo. Estos Metroides, debido a mutaciones del Phazon, habían perdido su capacidad de flotar y absorber energía, siendo sustituidas por la capacidad de lanzar ácido de Phazon y desplazarse con cuatro patas, saltando hacia sus presas y desgarrándolas con sus espolones. Aunque eran muchos Metroides los que salían de las madrigueras, pocos disparos del Hiperestado eran suficientes para destruir a estos seres. Sin embargo, no solo llegaron Metroides mutados, también se acercaron piratas a la zona, equipados con armaduras especiales.
Josex se quedó en el área cercana a la superficie, junto a Aura, Fénix, Carlos, Resi, Kenta y algunos marines, destruyendo a los Metroides y a los piratas mientras los demás seguían avanzando por las cavernas. Este grupo siguió combatiendo y disparando a los enemigos cercanos hasta destruirlos a todos, tras lo cual salieron de la caverna para cubrir la zona de la superficie.
Unas cuantas naves aterrizaron en el planeta, de origen pirata. Varios piratas salieron de ella, con motivo de investigar la zona por un posible aterrizaje de marines. Los piratas detectaron a los marines que vigilaban la zona y empezaron su ataque.
Mientras tanto, los demás seguían avanzando por las cavernas de Phaaze. Poco a poco las rocosas salas se iban haciendo más mecanizadas, con algunos artefactos tecnológicos pirata. El avance siguió hasta que el grupo se topó con una Masa de Phazon, una planta rojiza formada por un bulbo marrón y rojizo con varios brotes del mismo color.
La planta se zarandeó un poco ante aquel ataque y sus brotes brillaron en un tono rojizo. Fue entonces cuando salieron de la pared Metroides de Phazon y Saltones del Phazon, criaturas con cuatro patas similares a los Metroides Saltones y envueltos en Phazon cristalizado. Los Saltones se interpusieron entre los soldados y la Masa de Phazon, mientras los Metroides volaban por la zona y se abalanzaban en busca de una presa. Empezó así otro ataque masivo a las criaturas del lugar. Los Metroides eran eliminados fácilmente con el Hiperestado, mientras que los Saltones eran más difíciles de eliminar debido a su capa de Phazon cristalizado y a sus rápidos movimientos. Cuando las criaturas eran eliminadas, los soldados apuntaban a los brotes de la Masa de Phazon y los destruían hasta acabar con todos. La planta, al no tener más brotes que le proporcionasen energía, acabó explotando y abrió un agujero en la pared, accediendo al laboratorio pirata, del que salían más saltones del Phazon.
Javier se infiltró entre los monstruos de Phazon y puso una Bomba de Energía combinada con el Hiperestado, produciendo una explosión enorme que acabó con todos los enemigos. Sin embargo, en esa zona del laboratorio pirata, se encontraba un espécimen albergado en un tanque de éxtasis, que se quebró por la explosión. Del tanque salió un Pirata Omega, un pirata de enorme tamaño debido a las mutaciones por Phazon y equipado con dos lanzallamas. El pirata Omega, consciente tras salir de su periodo de hibernación, generó electricidad en sus brazos y golpeó el suelo con ellos, provocando una onda eléctrica que se esparció por el suelo y golpeó a todos los presentes. Antes de que pudiese dar otro ataque, el pirata fue paralizado por SP, Lulú y Dani con ataques de hielo, mientras Helio y Aidi disparaban a su cabeza.
Los que atacaron al Pirata Omega y algunos marines más permanecieron allí, deteniendo al mutado pirata, mientras los demás avanzaban. Poco a poco la zona pasó de ser una caverna llena de Phazon a un laboratorio mecanizado con maquinaria pirata y muchos Metroides encerrados en unidades de contención. Muchos piratas se encontraban por la zona, los cuales eran eliminados rápidamente con los disparos de Phazon del escuadrón. Poco a poco el grupo siguió avanzando cuando un estruendo inundó la zona y apareció un Metroid gigantesco, de un tamaño fuera de lo normal, un color verde azulado muy brillante y sus colmillos muy afilados. Los marines prepararon sus armas para atacar al colosal monstruo, pero él no atacó, solo se balanceó de lado a lado mientras emitía pequeños chillidos y se acercaba poco a poco a Javier.
Javier se acercó poco a poco al Metroid, quien parecía disfrutar de su presencia. No había duda, era la misma larva Metroide que Javier rescató, pero mutada severamente por la radiación y el Phazon a la que había sido sometida. Una gran explosión sonó en el laboratorio, la cual ahuyentó a Leubigildo, que salió volando destrozando la pared. Varios piratas habían liberado a los Metroides para atacar a los marines. Por alguna razón, los Metroides solo atacaban a los federales, mientras que ignoraban a los piratas.
Tras acabar con los piratas y Metroides, el enorme grupo avanzó por el laboratorio subterráneo hasta encontrar un órgano serpenteante gigantesco en una sala de estudio de criaturas, junto a una jaula de cristal en la que parecía haber un organismo en hibernación.
Javier arrancó una placa del órgano serpenteante con su Rayo Enganche, el cual era una matriz de una cría de Leviatán. La cría se encontraba en el interior del órgano, nutriéndose del Phazon allí ubicado. Javier la disparó junto a algunos marines, mientras los demás se encargaban de los piratas y Metroides de aquel laboratorio. Una vez destruida la cría, el órgano inestable explotó y su onda expansiva empujó a todos los que allí se encontraban, destruyendo además la jaula de cristal cercana. Un agujero se abrió en la zona donde estaba el órgano matriz del Leviatán, que conducía a lo más profundo del laboratorio pirata de Phazon. Todo el escuadrón se acercó a contemplar el agujero, mientras algo se movía en el interior de la jaula abierta por la explosión. De dicha jaula salieron unos misiles explosivos directos hacia los soldados. Javier los esquivó hacia un lado, acercándose al borde la sala, mientras sus compañeros del escuadrón los esquivaron alejándose del agujero y los otros marines eran alcanzados por los misiles. De aquella prisión de investigación pirata salió un espécimen muy valorado por los piratas, un Metroid altamente mutado con Phazon, de color negro y apariencia de arácnido: un Metroid Prime. El Metroid salió de su anterior cobijo y se interpuso entre el escuadrón y el agujero, destrozando parte del techo y soltando rocas por el camino que impedían el acceso, aunque Javier se encontraba al otro lado de ellas.
Se oyeron disparos y gritos de la criatura, mientras Javier escuchaba a sus compañeros. El cazarrecompensas entró solo al agujero mientras los demás enfrentaban a aquella bioforma. Javier navegó por algunas galerías subterráneas con algo de maquinaria y cables, hasta llegar a una sala circular con una escotilla en el suelo de enorme diámetro. La sala tenía varios cables enormes que conducían a una urna ubicada en el centro, de cristal, en la cual se encontraba un cerebro gigante con espinas en su corteza, una base metálica y un siniestro ojo. Este ser era la comandante pirata suprema, aquella con poderes psíquicos capaz de controlar a los Metroides y con tecnología de última generación para operar en el laboratorio. Era Cerebro Madre. Cuando Javier apuntó hacia ella, un disparo de Phazon le intentó alcanzar, pero el cazarrecompensas pudo esquivarlo saltando. Javier centró su atención entonces en su doble de Phazon, que le observaba desde otra esquina. Cerebro Madre abrió su ojo y observó a su enemigo.
Cerebro Madre activó un campo de fuerza alrededor de su urna que le protegía de los ataques, mientras Javier oscuro se envolvía en una esfera azul de Phazon para embestir a su oponente. Javier lo esquivó y apuntó a su enemigo. La batalla decisiva había comenzado. |
Capítulo 27
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El sacrificio final |
Phaaze estaba en puro estallido. Mientras que en la órbita del planeta las naves federales y piratas estaban encarnadas en una ardua batalla, los marines abordaban la superficie y se enfrentaban a numerosas tropas de piratas y bioformas de Phazon halladas allí. Entre ellos, como ya se relató en el anterior capítulo, estaba el escuadrón Hyrule. Unos en la superficie, vigilando la zona y explorándola, los cuales eran Aura, Carlos, Fénix, Resi, Josex y Kenta. Más abajo, en las cavernas de entrada al laboratorio, se encontraban Helio, Lulú, Dani, Aidi y SP, que se entretuvieron con un Pirata Omega junto a más marines para que el resto del escuadrón pudiera avanzar. Este grupo consiguió congelar momentáneamente al pirata mutado con Phazon, pero enseguida la monstruosidad se liberó de su envoltura de hielo y generó más ondas eléctricas por el suelo que se esquivaban saltando.
El Pirata concentró su energía en los brazos para volver a lanzar una onda eléctrica. Entonces, los soldados dispararon a dichas extremidades de la criatura y consiguieron romper unos bultos de Phazon que contenían, obstruyendo momentáneamente la producción energética del monstruo. El Pirata Omega retrocedió al notar dolor en sus brazos, y al no poder crear energía en sus brazos, lanzó potentes bolas incendiarias de sus lanzallamas. Los miembros del escuadrón se echaron a un lado para esquivar las rojizas bolas de plasma, que impactaron de lleno a los otros marines que acompañaban al escuadrón y los calcinaron.
Helio y Aidi dispararon a cada pierna del pirata mientras los otros tres le disparaban con hielo a la cara y a sus lanzallamas, con intención de entretenerle. Las protuberancias de Phazon de las piernas del pirata fueron destruidas, y el pirata se arrodilló al perder energía. Al verse en una posición débil, el pirata se volvió invisible.
Los cinco soldados dispararon sin ton ni son a todos lados hasta dar al Pirata Omega, momento en que se vio la corriente de Phazon del interior del Pirata, debido a que empezó a absorber Phazon para sanarse. Los cinco concentraron sus ataques en el pirata hasta dañarle gravemente y fisurar su pecho. El pirata, agonizando, se volvió visible, llevando su mano a la herida azul de su pecho. Los demás siguieron disparando a la herida hasta matar al pirata, que tras un grito de desesperación se derrumbó en el suelo, mientras sangre oscura de un tono azulado se extendía desde él.
Se oyeron ruidos, cada vez más fuertes, en dirección a aquella cueva. Una tropa de piratas se acercaba, la batalla aún no había terminado... Por otra parte, en el laboratorio subterráneo del planeta, aún más profundo, se encontraban otro grupo de soldados, combatiendo contra un Metroid Prime. Estos eran Xavi, Brett, Bardock, Alme, Cris y Rodriguez, junto a otros marines del ejército federal. Tras provocar un derrumbe parcial del laboratorio y separar al pequeño grupo de Javier, el Metroid se encaró a sus adversarios y comenzó a lanzar misiles orgánicos muy potentes. Los soldados se esforzaron en esquivarlos, aunque algunos marines del ejército no pudieron. Tras evitar los ataques, los soldados dispararon a la criatura, pero ningún disparo lograba atravesar su duro exoesqueleto.
El Metroid Prime poseía una cara semicubierta, con dos ojos rojos sedientos de sangre. Cuando el grupo disparó hacia la cara del monstruo, este la cerró con su armadura y lanzó un rayo verdoso que enganchó en Xavi y Brett, con los cuales les atraía hacia él. Los dos soldados de alto rango intentaron contrastar la atracción arrastrando sus pies y disparando al bicho, mientras los demás disparaban. Cris se acercó al monstruo y, con sus cuchillas láser, dañó una de las patas del Metroid, mientras Bardock lanzaba misiles a la otra junto a Alme y Rodriguez, que disparaban a su boca. Ante tales ataques el Metroid frenó su estrategia y abrió de nuevo su rostro. Xavi y Brett no tardaron en reincorporarse y dispararon, junto a sus compañeros, hacia la cara de su enemigo. El Metroid sufrió daños y cerró de nuevo su cara para abrir su inmensa boca y disparar un rayo congelante que el grupo esquivó con éxito. Acto seguido, el Metroid trató de embestir a sus enemigos, que evitaron el golpe con un salto lateral. El Metroid se giró y volvió a disparar misiles explosivos, que Rodriguez y Bardock destruyeron con disparos.
Alme lanzó una pequeña granada hacia el Metroid que le aturdió con su pequeña explosión energética. Este momento fue aprovechado por los demás, que dispararon con sus potentes ataques a la cara del Metroid hasta perjudicar su organismo y derrumbar al bicho, que dejó de moverse.
El supuesto cadáver brilló en un tono azul muy intenso, y de él salió una especie de pulpo de Phazon volador, con los ojos rojos del Metroid Prime, seis tentáculos y un cerebro visible a través de su cuerpo. Era la Esencia del Metroid Prime, su verdadera forma tras el exoesqueleto. La Esencia del Metroid Prime juntó sus tentáculos ante el asombro de sus enemigos, y creó varias ondas de fuego en el suelo que impactaron en los soldados. Tras ello, el Metroid se volvió invisible.
Xavi saltó de la zona junto a Alme para esquivar un golpe que les iba a dar el Metroid, invisible. Bardock comenzó a dispararle sin control, seguido de Brett y Rodriguez. Alme se incorporó después para disparar también, a continuación de Xavi, que lanzó su potente cañón de plasma hacia el enemigo. Los ataques tenían tal potencia que el monstruo de Phazon no pudo soportar tanto daño, se volvió visible y, tras tener deformaciones en su cuerpo repentinas, explotó.
Javier estaba en lo más profundo del planeta, en la cabina de control de la base. Cerebro Madre presenciaba expectante la batalla entre Javier y su doble oscuro, cubierta por su urna de cristal y su campo de fuerza. El cazarrecompensas se limitaba a esquivar los disparos de su doble y contraatacaba con sus propios proyectiles, pero su enemigo igualmente evadía los ataques. El ser de Phazon se envolvió en una esfera para embestir a su adversario, pero Javier saltó sobre ella y cargó su arma para alcanzar a su doble cuando aterrizó. Este ataque dio gran resultado y dañó al enemigo. Javier oscuro creó una onda para librarse de su atacante y se dividió en tres. En realidad no se había dividido, había creado dos Ecos, los cuales eran copias exactas de Javier oscuro, pero controladas por él aunque más débiles. Los tres individuos de Phazon avanzaron por toda la sala mientras dos de ellos disparaban a Javier un potente láser y el otro le disparaba una ráfaga de proyectiles. Javier se hizo Morfosfera para esquivar todos los ataques y se acercó a su atacante más cercano, para volver a su forma humana, coger a su enemigo y dispararle en la cabeza, destruyéndolo al instante.
Javier corrió hacia los dos cazadores oscuros cargando sus misiles y disparó uno contra el verdadero Javier Oscuro. Este destrozó el arma con una onda de Phazon, pero al mismo tiempo el cazarrecompensas se acercaba a la copia de su enemigo y la destrozaba con dos potentes misiles de Phazon. El cazador oscuro se elevó entonces en el aire, creó varias esferas azules y las lanzó contra su objetivo, que las destrozó con disparos. Tras el ataque, Javier usó su Rayo Enganche para agarrar a su enemigo, lo atrajo brutalmente hacia él y le disparó a muy poca distancia en la cabeza un potente misil de Phazon cargado. Javier oscuro salió disparado hacia la otra punta de la sala. Cuando se recuperó, observó toda la zona para ver que su enemigo estaba corriendo por toda la sala. Cuando Javier alcanzó la suficiente velocidad, activó su Aceleración y golpeó brutalmente a su copia de Phazon. Con su cuerpo inestabilizado, el cazador oscuro voló por los aires y cayó rendido al suelo. Tras comprobar que no se movía su adversario, Javier centró su atención en Cerebro Madre, que aún seguía con su escudo activado.
El cazarrecompensas se transformó en su Morfosfera, se acercó a Cerebro Madre y usó una Bomba de Energía de Phazon muy potente que sobrecargó el escudo de la comandante pirata y lo hizo explotar, destruyendo la urna de cristal. Cerebro Madre quedó vulnerable, expuesta, pero no pareció importarle.
La escotilla del suelo se abrió y Cerebro Madre empezó a ascender junto a un cuerpo que poco a poco salía del suelo. Era un gigantesco cuerpo biomecánico, con largas extremidades, espinas en su espalda y Cerebro Madre como cabeza, que ahora mostraba unos filosos dientes en su parte inferior. Javier contempló perplejo el verdadero y nuevo cuerpo del cerebro pirata, mientras su doble oscuro se levantaba y le apuntaba con su cañón para dispararle un fuerte láser y derribarle.
Javier se recuperó del anterior ataque y observó como su doble se lanzaba contra Cerebro Madre. Sin embargo, el cerebro lanzó de su ojo un potentísimo rayo amarillento que atravesó al cazador oscuro y lo desintegró al instante, entre un terrible grito de dolor y una explosión de Phazon. Con un simple disparo, la comandante pirata acabó con el poderoso ser de Phazon. Al ser eliminada la fuente del Phazon que Javier tenía en su cuerpo, este también se desintegró, provocando un fuerte dolor interno en Javier y desactivando su Hiperestado, pues ya no había Phazon en su cuerpo.
Javier esquivó el ataque y disparó al Cerebro, pero un campo de Phazon lo cubría. Al no tener ya el Hiperestado, los ataques de Javier ya no procesaban Phazon y eran menos potentes, incapaces de dañar el cuerpo biomecánico de la comandante pirata. Javier se limitó a disparar sin control, pero fue alcanzado por uno de los disparos de Cerebro Madre, que le derribó al instante. Cuando Javier iba a levantarse, otro hiperrayo del cerebro le alcanzó de lleno, acabando con una gran parte de la energía del traje de Javier. Javier, tremendamente dolorido, no pudo levantarse del suelo y notó una tremenda pesadez, un fuerte sufrimiento en su cuerpo.
Cerebro Madre cargó otro rayo y Javier, incapaz de hacer nada, cerró los ojos, creyendo que era su fin... Pero un fuerte chillido evitó el ataque. Tras unos ruidos, Javier iba notando poco a poco que su energía iba aumentado, su dolor iba desapareciendo y pudo abrir los ojos. Vio a Cerebro Madre frente suya, pero vio su cara, como si estuviese volando. Javier sintió que algo le agarraba, eran dos colmillos gigantescos.
Leubigildo había atacado a Cerebro Madre, absorbiendo parte de su energía para cedérsela a Javier. Furiosa, Cerebro Madre lanzó un hiperrayo al Metroid que le atravesó, provocando que soltase a Javier. El cazarrecompensas cayó al suelo, observando al Metroid que le había salvado la vida, que explotó en mil pedazos. Una lluvia de partículas del Metroid cayeron sobre él, que solo pudo quedarse perplejo y coger con la mano una de ellas. Javier sintió un calor interno, una fuerza especial que quería brotar de él.
Javier apuntó a su enemigo y disparó de su cañón un potente hiperrayo, similar al de Cerebro Madre, que impactó de lleno en ella. La comandante pirata no pudo reaccionar y se quedó paralizada al ver que su adversario poseía su misma arma, debido a que se la había transmitido Leubigildo, pues no solo absorbió energía de Cerebro Madre para transmitirla a su ser querido, sino que además había cedido esta habilidad. El cazarrecompensas, con sed de furia, lanzó otro rayo a la cabeza de su adversario, sin detenerse, manteniéndolo constante hasta atravesar al cerebro. Entre estruendosos gritos de agonía, el cerebro fue atravesado por el rayo, y se desprendió de la cabeza de aquel gigantesco cuerpo biomecánico. Posteriormente, dicho cuerpo se derrumbó, aplastando los restos del cerebro y provocando un temblor en la sala. Tras la muerte de su enemigo, Javier quedó en silencio, contemplando la sala, pensando en lo que había pasado... Pero no tuvo mucho tiempo para pensar, pues la conexión neuronal del planeta Phaaze se había roto al morir Cerebro Madre, por lo cual el planeta entró en una fase inestable... En la órbita del planeta, el almirante Dane observaba como las naves federales y la NFG Olimpo atacaban a los piratas. Repentinamente, un soldado le informó del estado del planeta.
El escuadrón Hyrule, tras acabar sus diversas batallas, ascendió por todas las cavernas y se reunió en la superficie. De camino, recibieron el aviso del almirante, y notaron fuertes temblores en el planeta. Apresurados, todos los soldados alcanzaron la superficie y se reunieron con los que vigilaban las naves.
El escuadrón salió en sus naves del inestable planeta Phazon. En el espacio, las naves pirata iban cayendo, y el Phazon contenido en ellas iba desintegrándose. Además, el Hiperestado del escuadrón Hyrule desapareció, pues el Phazon de sus pilas se desintegró.
El Acorazado Leviatán generó un agujero de gusano hacia unas coordenadas en el sector de la Federación. Todas las naves federales entraron en él, mientras el planeta empezaba a explotar. Tras muchos temblores, el planeta finalmente explotó, provocando una enorme onda que destrozó todas las naves piratas que quedaban y al Acorazado Leviatán, que por su lentitud no pudo entrar en su propio agujero de gusano y acabó también destruido. Tras atravesar el portal, todas las naves quedaron flotando en el sector federal.
Ante tal respuesta, el almirante Dane y todo el escuadrón mostraron un gesto de tristeza. No había contacto con Javier, se desconocía su estado... Hasta que un destello apareció en lo más lejano, superior a la velocidad de luz, que reveló ser la nave de Javier, la cual voló a través de la flota hacia la Olimpo. El almirante pudo ver a través del cristal de la nave de Javier al cazarrecompensas con su pulgar levantado, en señal positiva, y se paseó así por todas las naves. El almirante respondió con un saludo militar.
Todos los soldados federales celebraron la victoria. Una vez más, la Federación ganó su batalla contra los piratas. El Phazon desapareció. Sin embargo, aunque esto es un gran logro para la Federación, esta victoria no es más que un destello de luz en la inmensa oscuridad del espacio... Además, esta victoria no habría sido posible sin el sacrificio de un Metroid, el único Metroid que demostró amor por un individuo de otra especie al que vio como su padre... |
Capítulo 28
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El final de un episodio |
La imagen se iba volviendo nítida, poco a poco, hasta que Javier pudo ver de nuevo a Cerebro Madre frente a él. De nuevo, Leubigildo le estaba sujetando, y transfiriéndole energía. Leubigildo le soltó y el Cerebro Madre le atravesó con su hiperrayo. Javier vio como el Metroid era asesinado encima de él, hasta explotar en miles de partículas que luego caían sobre él... Javier despertó de su sueño en una habitación blanca, con muchos instrumentos médicos y muchos ordenadores. Llevaba una mascarilla de oxígeno y estaba tumbado sobre una camilla, con su traje desactivado. Javier se quitó la mascarilla y observó la sala. Solo había tenido un sueño, un recuerdo de su última batalla, del sacrificio del Metroid...
Javier se levantó poco a poco y se fue de la sala. Circuló por varios pasillos del cuartel, siendo saludado por varios empleados y felicitado por el éxito de la misión. Era cierto, la misión había sido un éxito tremendo, pero hubo un gran precio. Se perdieron muchas vidas en la batalla de Phaaze, incluyendo la de Leubigildo, sin el cual Javier no hubiera seguido vivo... Además, Adam Malkovich también se había sacrificado para facilitar la misión y eliminar una enorme flota pirata que era un gran peligro... Javier siguió pensativo y serio, se habían ido para siempre su comandante, lo más cercano que había tenido a un padre, y la larva Metroid que encontró, que le salvó la vida. Adam también salvó su vida en cierto modo, al no dejarle intervenir en la destrucción de la flota pirata cuya explosión habría acabado con él... Dos sacrificios que lograron la paz en la galaxia... Los pensamientos de Javier se vieron interrumpidos cuando vio a una apresurada Aura que corría por los pasillos, que se detuvo para saludarle y abrazarle.
Javier siguió avanzando hasta la sala de entrenamiento, en cuya puerta encontró a Rodriguez, Helio, Alme y Dani.
Mientras, Xavi y Brett entrenaban en la sala de entrenamiento, destrozando a enemigos holográficos rápidamente. El entrenamiento fue interrumpido bruscamente por Javier, que entró en la sala sin previo aviso, así que Brett y Xavi le apuntaron con intención de dispararle al creer que era un enemigo.
Los allí presentes salieron de la sala para prepararse, mientras Javier hacía su entrenamiento dirigido por el oficial de cuarentena. Dani salió corriendo para avisar a los demás, que se encontraban en el área de descanso. SP y Cris se encontraban jugando con ordenadores, mientras Lulú leía un libro, Bardock y Carlos jugaban al ping pong y Kenta observaba la partida.
Javier acabó su entrenamiento exitosamente. El oficial le felicitó y le indicó que era el fin de su entrenamiento, mientras los demás se preparaban para ir al patio central del cuartel, donde iba a celebrarse la ceremonia de la victoria.
Aquellas palabras le dejaron pensando. Era cierto que Javier se sentía mejor, más fuerte, después de que el Metroid le hubiese transferido energía... De nuevo Javier se vio frustrado por los pensamientos, pero siguió avanzando hasta el patio central. Todos sus compañeros estaban allí, en un gran escenario, junto a gran cantidad de marines, entre ellos Anthony Higgs. Como público se encontraban los oficiales del cuartel, entre ellos el Almirante Dane. Javier subió también al escenario, y el presidente de la Federación dio un discurso. La ceremonia consistió en un homenaje a los caídos durante la misión, entre ellos el comandante Malkovich, al que se le dio un gran homenaje militar. Después, una felicitación al escuadrón Hyrule y a los marines que participaron, con una condecoración de honor para cada uno. Entre gritos de alegría, el escuadrón Hyrule fue vitoreado y reconocido como una de las mejores fuerzas federales.
Todos los miembros del escuadrón formaron un corro y juntaron sus manos hacia el centro, mientras la Federación los aclamaba como héroes. Su prestigio pasaría a la historia. Pero esto no acaba aquí, aún quedan muchas misiones por realizar. El universo es inmenso, y varios peligros pueden acechar en él, que el escuadrón deba resolver.
Pero esperad, esto no acaba aquí. Este final feliz sería perfecto para acabar, pero... No, mejor sigo un poquito con la este fic, que me hace ilu :D. |
Proyecto M[]
Mini-capítulo
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Diarios |
Diario de laboratorio 08
Ya está. Fin del Phazon. Hace unos días que el escuadrón Hyrule y el ejército de la Federación acabó con el planeta Phaaze, la fuente del Phazon, y al hacerlo el Phazon se ha evaporado con él. Parece que la sustancia tenía una conexión con el planeta vivo, y al morir Phaaze también murió esa conexión y el sustento del Phazon. Por supuesto, los Leviatanes también han desaparecido, al morir su lugar de nacimiento. Parecía una amenaza muy grande (y lo era), pero el escuadrón ha podido con ello. Al día siguiente de destruir el planeta, se hizo una ceremonia para dar un homenaje a los caídos y a los victoriosos. Ellos fueron alabados, y por supuesto yo estuve allí para vitorearlos. Sabía que llegarían lejos, tienen talento. El comandante Adam Malkovich perdió su vida durante la misión. Ha sido una gran pérdida, era uno de los mejores comandantes... También murió la larva Metroid que Javier rescató, que se sacrificó por él según me han contado... Es increíble que un Metroid pueda sentir afecto por un individuo de otra especie, pues creíamos que solo pensaban en alimentarse y evolucionar. Esta misión ha tenido sus contras, pero sus pros han sido muy beneficiosos. El Phazon ha desaparecido, hemos hecho descubrimientos científicos, y los piratas espaciales han tenido muchísimas bajas y están muy inactivos. Posiblemente se estén preparando para otro ataque, pero necesitarán mucho tiempo... Es decir, que hemos ganado por el momento. Iba a seguir con mis labores científicas, pero un oficial me dio un expediente con un proyecto del que me han nombrado jefa... Me siento importante, soy la jefa de un proyecto... Aunque no sé de qué trata el proyecto. Me han dicho que es confidencial, que no se lo puedo contar a nadie, absolutamente nadie. Bueno, no creo que por escribirlo en mi diario personal pase nada, necesito expresarme... Bueno, voy a ponerme a leer el expediente, a ver de que trata el proyecto. "Proyecto M"... El nombre me da mal rollo... Libreta de encargos. En fin, de escribir en un ordenador informes de situación, ahora escribo en una libreta junto a los pedidos de limonada. Pero bueno, cuando sea famosa esto valdrá una fortuna. El escuadrón cumplió su promesa, y cuando destruyeron Phaaze, nos soltaron. Me sorprende que el Cazador haya acabado con la guarra de Cerebro Madre y con su doble el marimandón... Olegario y yo estuvimos en la estación en la que nos interrogaron jugando al Monopoly hasta que nos soltaron y pudimos entrar en la Tierra. Tenemos una especie de "pase VIP" por el que se saben que ya no somos de los Piratas Espaciales. Ya estábamos hartos de todo eso, y además los piratas ahora están hecho trizas... Así que tenemos un puesto de limonada. 70 céntimos la botella. También vendemos pañuelos, servilletas, y cualquier cosa que encontremos en la basura. Somos un mercadillo ambulante de limonada. Mejor eso a estar toda una semana en una base maloliente, comiendo malamente y con baños que huelen a fritanga. Han pasado ya unos meses desde que fuimos libres, pero me acuerdo de todo bien, sobre todo de la ceremonia de homenaje al escuadrón Hyrule. Allí vendimos mucho, espero que hagan otra ceremonia pronto... Aunque vamos a cambiar de trabajo. Nos han contratado como auxiliares de limpieza (o sea, de chachas) en una nave espacial de investigación que está a tomar por saco de aquí, pero bueno, pagan bien... Es lo que hay. |
Capítulo 29
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Llanto de bebé |
Han pasado varios meses desde que la Federación salvó al universo de la amenaza del Phazon. El escuadrón Hyrule volvió a su rutina de misiones, menos importantes que las anteriores. Pero, mirando el lado bueno, el escuadró ganó aún más prestigio del que tenía. Eran famosos en toda la galaxia como el escuadrón que salvó el mundo del Phazon. Por ello, además, había sido ascendido a fuerza especial de la Federación. En ese momento, el escuadrón estaba de ruta de protocolo, comprobando que los piratas no habían contraatacado en ninguna parte del sector federal. Concretamente, el escuadrón estaba en Éter, aquel planeta que salvaron hace tiempo de la extinción. Éter había sido reconstruido desde la guerra contra los Oscuros, y con ayuda de la Federación, el planeta volvió a ser un paraíso pacífico y los Luminarios volvieron a estar en paz. El escuadrón se encontraba en las Tierras del Templo, el área principal del planeta, hablando con U-Mos, el centinela de los Luminarios.
Tras un divertido descanso en Éter, el grupo puso rumbo al cuartel general, pues Éter era el último planeta que había que revisar. Cada grupo en sus respectivas naves, viajaban sin dejar de charlar por comunicación.
El transporte Hygieia también lo recibió, y la nave de SP y Dani, y la de Bardock y Helio, y la de Javier. Todas recibieron una fuerte señal de socorro del tipo "llanto de bebé". El nombre de esta señal se debía a que era la de casos más críticos y la que requiere mucha urgencia, como un bebé cuando llora. La señal apuntaba a unas coordenadas muy lejanas.
Todos pusieron rumbo hacia las lejanas coordenadas de las que procedía la señal. El viaje finalizó cuando se divisó una extraña nave, envuelta en una nebulosa rosada, con forma alargada, de una botella con anillos alrededor. Una nave de extraño aspecto, que parecía abandonada. Sin duda, algo había pasado en aquel lugar. Las naves rodearon la estación espacial y encontraron un hangar, con una atmósfera artificial. Las naves aterrizaron y, tras comprobar que no había peligros a la vista, los soldados salieron. El hangar no tenía nada relevante, nada que llamara la atención, era un hangar normalito... Salvo por una nave que estaba atracada ahí, algo más lejos de donde aterrizó el escuadrón. Era un Transporte Hygieia, igual que la nave principal del escuadrón.
El grupo avanzó por algunos pasillos de la nave, sin encontrar ninguna muestra de vida. Solo paredes, escaleras, algunos ordenadores en mal estado... Pero nada de vida. Pronto el grupo llegó hasta una bodega de carga, con grandes contenedores de almacenamiento. Abriéndose paso entre los grandes objetos, Xavi hizo una seña a sus soldados.
El escuadrón salió de los contenedores apuntando con sus armas para ver a otro grupo de marines, que también les tenían en el punto de mira. Entre ellos, uno bajó el arma y saludó con la mano.
Anthony Higgs se encontraba allí, junto a un grupo de marines. Al reconocer al escuadrón Hyrule, al que encontró por primera vez en Bryyo durante la misión del Phazon, Anthony mandó a sus soldados bajar las armas. El escuadrón también bajó las armas.
El ahora más grande grupo de soldados avanzó conjuntamente por la desolada estación. Los marines que acompañaban a Anthony eran cuatro: Maurice Favreau, K.G. Misawa, James Pierce y Lyle Smithsonian. Todos portaban una armadura azulada, con armas de gran calibre no energéticas.
El grupo llegó finalmente a una sala de control. Era un área espaciosa con dos plantas. La superior constaba de una pequeña sala con ordenadores que se comunicaba con la planta inferior a través de una vitrina de cristal. La planta inferior no tenía mucha importancia, pues solo servía como acceso entre secciones. En el centro de la sala había un cadáver de un científico.
Unos ruidos mecánicos resonaron por la zona. De entre las sombras, salió un robot de seguridad B.O.X., un modelo de droide creado por la Federación. El robot tenía un cuerpo cilíndrico rodeado en sus flancos por unas robustas extremidades mecánicas azuladas, acabadas por debajo en patas articuladas. El robot saltó varias veces por la sala, rompiendo parte del suelo y obligando a los soldados a saltar por toda la zona para evadirlo. Inmediatamente después, todos dispararon al robot, sin efecto alguno ya que se cubría dando giros y moviéndose. El autómata abrió la parte superior de su cuerpo y de ella lanzó varias bombas que crearon barreras de fuego enormes que golpearon a los soldados.
Los soldados y los miembros del escuadrón que portaban armas de hielo lanzaron sus ataques a las patas del robot, creando enormes bloques de hielo que inmovilizaban al enemigo. El B.O.X., sin poder moverse, abrió de nuevo su cuerpo con intención de lanzar más bombas, pero estas fueron destruidas a tiempo por disparos de Alme, Helio y Bardock. Los demás atacaron al cuerpo del robot con ataques directos hacia un punto concreto, rompiendo varias partes del robot. Otros, como Anthony, Xavi y Fénix, subieron por las patas del robot y atacaron a su parte superior, dañando el núcleo interno del robot, mientras los demás seguían atacando. El robot, emitiendo fuego, logró liberarse del hielo, pero estaba muy dañado. Fueron más ataques directos de Aidi, Kenta, Josex y Carlos hacia las extremidades los que inactivaron las patas, haciendo que el robot cayese. El cerebro biomecánico del robot salió al descubierto, y fue atravesado por una flecha de Brett. La amenaza de seguridad había sido abatida. Con todo más tranquilo, el grupo se dividió para explorar aquella zona y, tras conseguir algunas cosas, todos los asistentes se reunieron en la sala de control para recibir órdenes. Xavi y Brett subieron a la planta superior, comandando las operaciones con los ordenadores.
Brett y Xavi se quedaron en la sala de control, mientras los demás salían por el este, poniendo rumbo al sector 1... ¿Qué les esperará en dicho lugar? ¿Qué ha sucedido en esta nave? |
Capítulo 30
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Biosfera |
El elevador principal, ese era el destino, el cual conectaba con los tres sectores de investigación de la nave. El primer objetivo era el sector 1, del que de momento no había ningún detalle. El escuadrón caminó por algunos pasillos siguiendo el rumbo establecido hacia el ascensor, y pronto la inactividad de la estación se vio frustrada por una miriada de Reos, insectos voladores con garras, muy agresivos. A pesar del número, los soldados acabaron con ellos rápidamente, pero esa situación había indicado que había criaturas en esa nave.
El grupo siguió avanzando hasta llegar al elevador principal. Era un gigantesco conjunto de ascensores ubicados dentro de un tubo cilíndrico metálico con tres compuertas numeradas, cada una de las cuales activaba un ascensor hacia uno de los tres sectores. Una de estas puertas, de brillo verdoso, marcaba el número 1, debido a que era ese el ascensor que llevaba al sector 1.
El ascensor finalizó su trayecto en el sector 1. Tras atravesar un pasillo, el escuadrón observó el lugar en el que se encontraba. El sector 1 o Biosfera era un lugar dedicado al estudio de seres vivos de hábitat tropical o húmedo, con abundancia de vegetación. La primera sala daba prueba de esto, pues varias flores gigantes y raíces se extendían por el suelo. En la sala varios Reos flotaban por la zona, algunos de los cuales eran atrapados por Grippers, criaturas con aspecto de planta carnívora que atrapaban en sus fauces superiores a los insectos para absorber sus nutrientes.
El resto del grupo avanzó a la siguiente sala, más extensa y con más plantas y algunos ordenadores. Una risa se oyó en la sala, al igual que algunos ruidos.
Un fuerte golpe sacudió a Lulú, Bardock, Kenta y a los soldados cercanos. Una criatura rosada similar a un camaleón, un Ghalmanian, se había vuelto visible y había golpeado a los intrusos con su fuerte cola. Otro Ghalmanian intentó golpear a otros soldados como Javier, Helio, Aidi y Fénix, pero estos pudieron esquivar el ataque. Sin embargo, no pudieron esquivar el golpe que les proporcionaron varias esferas que salieran del suelo. Estas esferas eran Griptians, criaturas verdosas con apariencia de armadillo, capaces de enrollarse y rodar contra sus enemigos. Los Ghalmanian se volvieron a hacer invisibles mientras soltaban carcajadas, y los Griptians, en su forma esférica, excavaron para ocultarse bajo tierra.
Bardock lanzó un misil hacia una esquina, impactando contra un Ghalmanian y volviéndolo visible. Ese mismo Ghalmanian lanzó su filosa lengua hacia Bardock, pero Cris la cortó a tiempo con su cuchilla láser mientras lanzaba otra hacia el lagarto, atravesando su hombro. Por último, Carlos y Helio remataron al camaleón rosa con sus disparos. Por otra parte, uno de los Griptian salió de la superficie, seguido de su congénere, y arrollaron a parte del escuadrón con sus golpes. Fénix lanzó su disparo cargado del Magmaul contra uno, quemándolo al instante y provocando que se volviese a esconder bajo el suelo. El otro Griptian fue electrificado por Kenta y Josex, paralizándolo, momento que aprovecharon Aidi y Aura para dispararle, y acabar con él. En otra zona de la sala, SP consiguió congelar al otro Ghalmanian tras esquivar un golpe de su cola, y Lulú, Dani y Rodriguez se encargaron de atacarle hasta destruirle. El único enemigo que quedaba era el Griptian que fue quemado por Fénix, que salió de nuevo con sus llamas apagadas y fue alcanzado por un disparo de Resi. Posteriormente, Javier lanzó uno de sus disparos cargados de plasma y atravesó al enemigo, que finalmente fue eliminado por una bomba de Alme. Con todo tranquilo de nuevo, el grupo avanzó hacia una sala llena de vegetación, con árboles frutales, algunos Reos, arbustos y tres caminos a los que seguir.
Un ruido se oyó un ruido procedente de un arbusto, que se meció bruscamente.
Del arbusto salió una fruta morada que era empujada por un pequeño animal blanco, con orejas levantadas parecidas a la de un conejo, una gran boca, ojos negros, sin extremidades superiores y con dos patas verdes, similares a las de un pollo. La criatura empujó más veces la fruta y después se subió en ella, y debido a su forma circular el animal resbaló y cayó al suelo, sin poder levantarse.
El animal se percató de la presencia de gente, miró al escuadrón y después salió corriendo a esconderse.
Carlos, Aidi, Kenta, Fénix y Aura fueron hacia el este; Helio, Alme, Lulú, Resi, SP y Josex hacia el oeste; mientras que Javier, Dani, Rodriguez, Bardock y Cris se dirigieron hacia el norte. Los grupos que iban hacia el este y el oeste se fueron enseguida, mientras que los que iban al norte iniciaron su marcha un poco después, interactuando con un panel para abrir una puerta. El último en pasar por la puerta fue Javier, que sintió algo raro a su espalda. Al girarse, vio a la criatura de antes, al pollito, que le miraba fijamente. Aunque la criatura era adorable e inofensiva, algo raro se notaba en su mirada. Era una mirada fría, que daba mala sensación.
El grupo de Javier, Dani, Rodriguez, Bardock y Cris avanzó por los pasillos vegetales de la Biosfera, sin encontrar nada muy relevante. Un cielo azul cubría la parte superior de las salas, mientras los flancos se cubrían de árboles y raíces gruesas anaranjadas, que atascaban las salidas y las puertas. El escuadrón intentó destruir las raíces para desbloquear la salida, pero ningún ataque daba resultado.
* En la imagen, los Zurus son las criaturas alargadas con antena acabada en luz, tal y como se indica en la descripción de arriba.
Javier subió a la cornisa y se acercó a la hélice. Al hacerlo, la base de la máquina se volvió visible, resultando ser un Generador Holográfico, aquel que hacía que el ambiente se viera como una selva tropical mediante sus imágenes holográficas. Javier dio a uno de los botones y parte del paisaje se desvaneció, rebelando las paredes metálicas características de un complejo. En ella se podía ver una puerta, anteriormente oculta. Al acceder a ella, el pequeño grupo entró en una zona oscurecida y artificial, llena de raíces e iluminada por algunos Zurus que merodeaban. En un punto del tramo, los Zurus empezaron a trepar por las paredes, evitando pisar el suelo, mientras que los soldados sentían una pequeña dificultad al andar y ruidos de chapoteo. Unas luces de emergencia se encendieron y añadieron claridad a la sala. El chapoteo y la dificultad se debía a la presencia de agua, a nivel de la cintura. En este medio crecían unas plantas, Sacos Aqua, formadas por un tallo y unos bulbos azulados alrededor de él y que lo cubrían. En el techo crecían variantes terrestres de esta planta, Sacos de Savia, con forma de un saco anaranjado sostenido por raíces marrones al techo.
Cris, al salir volando, impactó en un Saco de Savia, que también explotó y mandó a Cris al suelo. La explosión de la planta hizo explotar otra planta cercana a la pared, y por consiguiente saltó una chispa en los sistemas energéticos de la sala. De unos agujeros de las paredes por las que aún merodeaban los Zurus, salieron unas torretas esféricas.
Las torretas empezaron a expulsar Rinkas, criaturas energéticas con forma de anillo. Los Rinkas flotaban por toda la sala y, aunque iban despacio, eran muy peligrosos. Un Rinka chocó contra un Saco Aqua cercano a Javier, y la explosión resultante le lanzó contra la pared. Los demás, al ver la escena, se percataron del peligro y dispararon a los Rinkas que se acercaban, pero su resultante explosión era grande y podía provocar otros daños. Otra dificultad añadida era el agua, que impedía el libre movimiento. Dani congeló el agua que había delante de ellos para crear una pasarela solida y congelar a los Sacos Aqua de la zona, además de hacer brotar espinas de hielo brevemente para destruir a los Rinkas. Rodriguez, Cris y Bardock subieron al hielo y se deslizaron agazapados para disparar contra los Rinkas que iban surgiendo y a los Sacos de Savia cercanos a ellos, con intención de destruirlos. Javier superó la zona fácilmente en Morfosfera y llegó a una parte elevada con suelo sin agua, llena de raíces, pero el suelo cedió y el cazarrecompensas cayó a una sala inferior. Sus compañeros también superaron la zona de peligro, y el suelo también se rompió hacia una planta inferior. Aquel sótano estaba lleno de las raíces tan abundantes en el sector, y todas convergían en una planta más grande, de aspecto humanoide algo amorfo, llamada Nettori. La planta se percató de la presencia de intrusos, y mediante unas flores que poseía en sus raíces, disparó esporas tóxicas contra los intrusos. Rodriguez y Bardock dispararon a estas flores y a las esporas hasta destruirlas, y de nuevo la planta sacó más raíces, con Sacos de Savia, y los lanzó contra ellos. Esta vez fueron Cris y Javier los que, con disparos incendiarios y disparos de plasma, disparaban a los sacos que iba lanzando y esquivaban con saltos los otros. Dani congeló parte de las raíces y después clavó una gran espina de hielo en la planta para destrozarla, pero esta pudo destruir el hielo. Nettori, algo deteriorada por el ataque anterior, comenzó a disparar desde sus entrañas vegetales rayos verdosos de gran potencia que pillaron por sorpresa a los soldados e impactaron en ellos. El vegetal no cesó de lanzar rayos, que los demás esquivaban forzosamente. Todos concentraron sus ataques en la planta, con distintos disparos y ataques mientras ella seguía atacando frenéticamente. Finalmente, la plantan no pudo resistir y acabó desmoronándose, a la vez que sus raíces empezaban a pudrirse al morir su fuente de energía. La planta soltó unas cuantas esporas brillantes al morir. Tras analizarlas, los soldados del escuadrón cogieron estas raras esporas, de gran nivel energético, y se añadió a su armamento un efecto difusor, que permitía que al lanzar un ataque cargado, la onda se difractará y produjera un daño mayor y a mayor superficie. Al seguir avanzando, el grupo volvió a encontrar más pasillos mecánicos con las mismas plantas, llenas de raíces de Nettori que perdían fuerza y se pudrían. Una PDA encendida se encontraba en una mesa.
El grupo conservó la PDA para enseñarla al resto del grupo y siguió avanzando. Por otro lado, ¿qué tal les fue a los demás? Helio, Alme, Lulú, Resi, SP y Josex habían partido por otro camino, sin encontrarse de momento nada importante. Llegaron a un paraje soleado, rocoso y con algunas cascadas y plantas exóticas. En medio de aquel paraje, una manada de Dragotix, reptiles gigantes de cuerpo ancho con una cabeza escupe-fuego y una boca más grande en la parte posterior, dormían plácidamente.
Todos quedaron estupefactos ante la caída del explosivo. Sin embargo, no pasó nada, el explosivo no explotó. Todos suspiraron profundamente.
Un grito resonó por toda la sala, agudo y estridente, que provocó que los Dragotix se despertaran. Al ver a unas posibles presas, algunos de ellos lanzaron fuego por su boca de la cabeza, mientras que otros caminaron de espaldas y sacaron su enorme boca trasera, de filosos dientes y pegajosa lengua.
El grupo iba retrocediendo para esquivar el fuego y disparaba hacia las bocas de las bestias. Poco a poco, los soldados se fueron acorralando hasta llegar a una pared metálica, que se abrió como una compuerta y les hizo caer por una rampa.
El equipo aterrizó en el bloque de chatarra, que como su nombre indica, era una cámara de almacenamiento de residuos metálicos para su posterior reciclaje. El grupo observó la cámara de apariencia oxidada y llena de placas metálicas y otro tipo de depósitos sin uso. Los únicos habitantes de la zona eran Wavers, criaturas insectoides voladoras con grandes y fuertes alas.
Los Wavers, aunque agresivos, no eran una gran molestia y fueron fáciles de eliminar. El grupo prosiguió su marcha por varios pasillos hasta llegar a la Zona Experimental Biológica, una sala especializada en observar las colonias de seres vivos. La sala poseía una gran montaña con una rampa en espiral por la que subieron los soldados, en cuya cima había una especie de estructura orgánica morada. No había más salida que tirarse por el agujero de dicha estructura.
Los soldados se arrojaron por la estructura orgánica, cayendo unos metros hasta llegar a una cueva con una puerta de salida, bloqueada por raíces. La estructura orgánica estaba sujetada por algunas plantas, y se oían ruidos de su interior.
En el suelo estaban adormilados un grupo de Zoros, larvas de insecto rojizas de la colonia de la zona. Al ver la presencia de estas orugas, el grupo se puso en guardia, pues eso señalaba que podría haber más vida en la zona, puede que hostil. De nuevo, un grito resonó por toda la sala, similar al que despertó a los Dragotix en el área anterior. Los Zoros se pusieron nerviosos con dicho grito y se escondieron en unas madrigueras subterráneas. De la estructura orgánica central, que resultó ser una colmena, salió todo un enjambre de KiHunters, fase adulta de los Zoros, insectos similares a avispas de gran tamaño, coloración verdosa y cuchillas en sus patas delanteras. Las plantas que sujetaban la colmena, formada por un capullo, se abrieron, revelando un bulbo anaranjado. Estas plantas eran Whipvines, que realizaban una simbiosis con los insectos. Los insectos atacaron en grupo, acuchillando todo a su paso, mientras que los Whipvine poseían la capacidad de lanzar esferas eléctricas o atacar con un tentáculo. Los soldados se agacharon entre todo el ataque insectoide y giraban por el suelo hacia los bordes. Una vez cercanos a las paredes, prepararon su ataque. Helio cargó su cañón de plasma y achicharró a los KiHunters que se acercaban con sus disparos. SP, con su Judicator, congelaba a los KiHunters cercanos y luego los remataba con más disparos. Lulú se centró en los Whipvine, congelando sus bulbos para impedir sus proyectiles eléctricos, aunque seguían atacando con sus tentáculos, mientras que Resi disparaba a los bulbos para destruirlos, esquivando con saltos los insectos que le iban atacando, que eran abatidos por Josex y Alme con sus disparos.
La colmena se derrumbó, rompiéndose en dos mitades. Pegado a ella, estaba el Rey KiHunter, un KiHunter con genoma mutado y acoplado a la colmena que se encargaba de dirigir a los demás de su especie. Los KiHunter que aún estaban vivos vieron a su rey en peligro y atacaron con más fuerza.
Alme lanzó varias granadas que mataron a muchos KiHunters. El rey quedó más indefenso y fue acribillado por disparos de Resi, Josex, SP y Lulú. El rey KiHunter se rodeó de más de los suyos, pero fueron abatidos rápidamente por bombas de Alme. El rey insecto fue finalmente abatido, y al morir, su piel empezó a pudrirse a un ritmo acelerado y se petrificó, al igual que las paredes de la colmena. Los KiHunters que quedaban, al ver a su rey muerto, abandonaron la sala, en busca de un nuevo gerente.
Efectivamente, un ser se encontraba lamiendo la miel de la colmena, el cual era el "pollito" encontrado anteriormente. La criatura estaba disfrutando su alimento, sin parar de lamer el dulce néctar de los KiHunters.
Las raíces de la puerta, pertenecientes a los Whipvines anteriores, se debilitaron al morir sus portadores. El grupo siguió avanzando, mientras la criatura seguía dándose un dulce festín, dejando a todos intrigados... Por último, queda un grupo, el que estaba formado por Carlos, Aidi, Kenta, Fénix y Aura. Ellos avanzaron por una zona más o menos selvática, con criaturas algo hostiles pero no muy peligrosas.
Una zona parecía iluminada al fondo, con un terminal dando a una puerta. Aunque estaba en mal estado, se podía leer "Subterranean Control Room".
La sala de control era totalmente metálica, sin nada de vegetación, y varios ordenadores. Fénix se puso enseguida a investigar en los ordenadores, para ver qué encontraba.
La alerta se debía a una criatura que rompió la pared violentamente en busca de comida. Era un Fune, una serpiente gigante capaz de lanzar proyectiles energéticos. El techo se abrió y de él salieron tres FG 11-Graham, robots voladores equipados con cañones. Los robots vieron a los soldados como una amenaza y los embistieron. Estos respondieron saltando al lateral, mientras el Fune bordeaba la zona y lanzaba bolas energéticas.
El Fune volvió a ocultarse haciendo un agujero en el suelo y yendo por él. Los droides abrieron sus cañones, cargaron su arma y dispararon un potente proyectil energético que Carlos bloqueó con un campo de fuerza, para que sus compañeros atacasen. Sin embargo, ningún ataque surgió efecto cuando los robots cerraron sus cañones. El Fune surgió detrás de los soldados, lanzándolos cierta distancia hacia el otro lado, mientras volvía a lanzar esferas eléctricas que impactaron en los FG II-Graham y los inmovilizaron por un tiempo. Tras dicho ataque, la serpiente volvió a esconderse, y los soldados pudieron reincorporarse a la batalla. Los autómatas volvieron en sí y dos de ellos abrieron de nuevo sus cañones, momento en el que Aura y Aidi dispararon a dichas armas. Aura congeló el cañón de su objetivo, que permaneció abierto, mientras Kenta le disparaba continuos neutrinos sin cesar hasta destruir al robot. Aidi y Fénix disparaban al otro robot, que acabó quemándose con los disparos de ambos soldados. El otro robot se abalanzó contra los demás, pero Carlos se anticipó y clavó su lanza en el cañón, provocando un fallo en el robot y, por consiguiente, su desactivación.
El Fune volvió a aparecer para atacar, siendo respondido con un disparo de magma de Fénix en la boca que le aturdió y provocó su salida. El Fune lanzó una miriada de esferas eléctricas mientras erguía la mitad de su cuerpo, revelando unos puntos naranjas. Kenta y Aura dispararon a estos puntos mientras Carlos y Aidi destrozaban las esferas con disparos. Al final el Fune cayó al suelo, con la boca abierta, y Fénix dio un golpe de gracia con un disparo cargado de su Magmaul, quemando a la serpiente. La sala quedó deteriorada, pero la salida aún estaba activa, aunque había sido cerrada por la alerta.
Los tres grupos van de camino al centro de investigación, tras varias experiencias en el sector. ¿Habrá algo importante en ese lugar? |
Capítulo 31
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Proyecto M desvelado |
Uno a uno, los tres grupos llegaron a una entrada, una zona metálica con árboles metidos en gigantescas urnas de cristal, varias rampas y una gran puerta que llevaba a la zona señalada en el mapa. Una vez todos estaban reunidos, y Xavi y Brett estaban al tanto comunicándose con sus soldados, los tres grupos explicaron su experiencia, en especial el grupo de Javier, que encontró la PDA con un informe sobre experimentación.
Al cruzar la compuerta, el escuadrón se encontró con algo sorprendente. No porque fuera algo amenazante, sino porque era algo que no se esperaban encontrar. Una enorme pradera con algunos árboles, bordes montañosos y secciones rocosas. Era la Zona de Pruebas de la Biosfera. En el centro de esta enorme área se hallaba un edificio que contrastaba con aquel paraje natural, el buscado e importante Centro de Investigación.
Unos antes que otros, unos en buen estado y otros estrellándose precipitadamente con la compuerta cerrada, algunos pensando en la misión y otros pensando en robar todo lo que pillasen, los soldados llegaron al centro de investigación. Tras abrir la compuerta de la determinada palanca, el grupo entró en el edificio, cuya entrada proporcionaba una sensación fría, con un paraje totalmente mecánico y vacío, con una enorme compuerta al fondo con un letrero que decía: "Prohibido el paso a todo personal no autorizado... O pase, soy un cartel, no se lo voy a impedir." El grupo entró por la enorme compuerta, que resultó ser un ascensor que subió un poco hasta una segunda planta.
Cuando el ascensor paró, el grupo encontró unos pasillos con algunos ordenadores, tuberías rotas y, lo que más extrañaba, unos robots del modelo FG-1000, formados por una cabeza con tres ojos, dos paneles laterales y una antena inferior acabada en un cañón; pero lo extraño no era el hecho de presencia de robots, sino de robots inactivos, rotos, en mal estado, tirados por el suelo como vulgar chatarra, con los ojos parpadeando y emitiendo cortos chirridos. Por otra parte, varias lámparas de intensa luz se ubicaban en el techo, algunos también en mal estado, que proporcionaban luz a unas macetas con Bolsas de Agón, plantas desérticas procedentes del planeta Éter, de forma esférica con protuberancias puntiagudas. Era una combinación extraña: plantas desérticas y robots en mal estado. Más que extraña, sospechosa...
Sonó un estruendo, como si algo metálico cayese. Aquel ruido estremeció al grupo y a la vez les convenció de seguir adelante.
A ritmo rápido, los soldados corrieron por los pasillos hacia la fuente del ruido. En uno de los pasillos salieron robots activos, volando detrás de las bolsas de Agón y disparando algunos proyectiles de energía. Tras destruirlos, parecía que todo estaba tranquilo.
Siguieron avanzando, destruyendo algunos robots activos, hasta ver una extraña sombra y oír pasos. Entonces aceleraron el paso por diferentes pasillos con tuberías rotas y más plantas, mientras algo desde el fondo les lanzaba escobas y cubos.
Al final llegaron a una compuerta, donde la silueta extraña se ocultó tras unas plantas. Los soldados destruyeron las plantas que estorbaban y observaron a su atacante: un pirata espacial, que llevaba un carro con varios objetos de limpieza, vestido con un uniforme de trabajo de la Federación.
El grupo, a los que se añadieron los dos piratas, siguió avanzando hasta una sala con paredes de cristal, que permitían ver el paisaje de aquella boscosa zona, y unos ordenadores ocupados por un marine. Ese marine era James Pierce, del escuadrón de Anthony. Poco después llegaron los demás marines, excepto Lyle Smithsonian.
Se oyeron ruidos cercanos a la sala. Un estruendo, pasos descontrolados, rugidos... Tras leer todo el documento, Javier, Anthony y Fénix se aproximaron a la puerta y vieron una sala de investigación, con varios tanques de líquido, máquinas de laboratorio y una camilla. No había nada raro en esa sala, así que pasaron a la siguiente, una sala de reuniones de gran tamaño, con varios armarios llenos de documentos. Un armario se encontraba entreabierto, así que Javier se acercó a él para abrirlo. Javier dio un brinco y se apartó cuando algo cayó desde el armario. Era un cuerpo mecánico, de forma humanoide. Javier se fijo mejor y observó que era un Zebesiano con una armadura metálica que le confería aspecto robótico. Los Zebesianos son una especie de piratas espaciales con forma humanoide, brazos acabados en pinzas que disparan y boca en forma de pico, los cuales Javier encontró en su primera misión importante en Zebes.
De nuevo, algo sonó. Como si una gota cayese. En el suelo había un líquido transparente, que antes no estaba, otra gota nuevamente cayó, del mismo líquido. Los tres miraron al techo para ver que había más Zebesianos robóticos en el techo, pero estos vivos, que al ser descubiertos se lanzaron al suelo, cayendo de pie y abriendo sus pinzas ferozmente. Fénix, Anthony y Javier se pegaron, espalda contra espalda, rodeados de seis Zebesianos robot. Los Zebesianos, además, poseían un cañón en un brazo con el que lanzaban proyectiles explosivos. Uno de ellos lanzó uno de estos, que Anthony y Fénix esquivaron echándose a un lado y Javier saltando hacia ese monstruo, apoyándose en su espalda y lanzando un disparo cargado a su cuerpo desde muy cerca, atravesándolo y matándolo. Anthony usó su pistola de hielo para congelar a uno de los que se le acercaba mientras esquivaba los disparos de los otros, a la vez que Fénix quemaba a los Zebesianos cercanos y Javier seguía disparando. No tardaron mucho en acabar con los seis, así que a continuación los tres volvieron a la sala de ordenadores, pero la ventana estaba rota, y no había nadie. Se oían ruidos del exterior.
En el exterior se encontraban los demás, combatiendo con varios Griptians y Reos. Pero eso no era lo peor, sino que la causa de la batalla era una criatura misteriosa con forma de lagarto, larga cola acabada en punta afilada y pelaje blanco en la espalda. Los tres soldados que aún estaban en el edificio saltaron hacia afuera para ayudar a sus compañeros.
El lagarto, en cuanto vio a Javier, se abalanzó sobre él, le cogió con una de sus garras y le estampó contra el suelo para luego lanzar su potente cola contra él. Javier esquivó el ataque ladeando su cabeza a un lado, después repitió el proceso ante otro ataque de la cola, y finalmente lanzó la lanzó un misil para quitarla de en medio. Los demás dispararon al lagarto hasta hacerle retroceder y liberar a Javier, pero el reptil respondió abalanzándose sobre los demás y mandándolos por tierra o aire. Hiperactivo, el monstruo siguió saltando y atacando hasta que recibió un disparo del cañón de plasma de Anthony, que desgarró parte de su pecho, mostrando una sangre verdosa y espesa que cayó. El ser se retorció de dolor por el suelo, y al verse acorralado, corrió hacia las montañas sin detenerse, saltó y atravesó el muro holográfico, invisible a simple vista, dejando un boquete. Los demás enemigos que había huyeron, dejando al escuadrón descansar.
El rastro de sangre verde conducía hasta una esquina donde había un vehículo de reconocimiento con algo tendido en su rueda. Algo blanco, con patas, orejas, cara... Era el pollito que encontraron antes. Sin embargo, no estaba como antes. Estaba inmóvil, cubierto de esa sangre verdosa, con los ojos descoloridos y las patas frágiles.
En esa zona había un pequeño edificio en un extremo, que comunicaba con el sector 3, la Pirosfera. Helio, Lulú, Josex, Alme y Carlos se quedaron en la Biosfera, custodiando a los dos supervivientes pirata, mientras todos los demás se dirigían a la Pirosfera mediante un ascensor.
En silencio, ese grupo se dirigió a la Pirosfera mientras los demás se quedaban en la Zona de Pruebas de la Biosfera, junto al Centro de Investigación, los dos piratas, el cadáver de Lyle y el pollito, de estado desconocido.
De repente, una onda expansiva los arrastró un poco más adelante. Ninguno resultó herido, solo fueron empujados por una explosión. El Centro de Investigación explotó en extrañas circunstancias.
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Capítulo 32
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Exploración en la lava |
Los pasillos metálicos, iluminados con luces amarillas, se iban clareando. El rastro de sangre verde marcaba un camino entre los escombros, las fisuras y el paraje artificial destrozado. El grupo avanzó por varios pasillos hasta ver una luz al final, la cual correspondía a un tubo de cristal enorme sostenido por vigas verticales, que formaba un corredor encima de un enorme paisaje volcánico. A través del cristal se podía observar lava y más lava, con algunas rocas que formaban un sendero más o menos seguro. El ambiente era muy cálido, el idóneo para criar criaturas de ambiente volcánico, pues ese era el objetivo del sector 3 de la Nave Botella, la Pirosfera.
De repente, la lava burbujeó bajo el túnel. Un enorme animal de lava, con hocico lleno de dientes filosos, múltiples ojos brillantes, un vientre morado y varias aletas, llamado Vorash, saltó desde la roca fundida y se comió parte del túnel de cristal sobre el que andaba el escuadrón. Afortunadamente, el Vorash no se comió a nadie, pero dejó separados a los soldados de Anthony (Maurice, James y K.G.) del propio Anthony y el escuadrón Hyrule.
Anthony se separó de sus soldados, pero continuó acompañado del escuadrón Hyrule durante la expedición de la Pirosfera. El grupo atravesó pasillos con lava y otros seguros sin roca fundida hasta finalmente llegar a la Sala de Observación del Alto Horno, una sala inmensa llena de lava y unas rocas, ideada para la directa observación de especímenes de lava. Tras bajar unas escaleras a la zona de lava, el grupo avanzó cuidadosamente por las rocas sobre la lava, pues la única salida estaba en la otra punta.
Sin embargo, no todo iba a ir bien. El Vorash encontrado anteriormente, que se desplazaba por todos los conductos de lava del sector, tenía como hogar aquella sala, y por ello apareció saltando desde la lava. Al notar que el animal estaba en la sala, el mecanismo automático de esta elevó el nivel de lava para que la criatura estuviese en buenas condiciones, tapando la salida. Los saltos del Vorash y la vibración de las olas de lava dividieron el camino de rocas en varias plataformas.
El Vorash se desplazó bajo la lava dando varios saltos que provocaban olas de lava. Los soldados disparaban al pez, provocando poco daño ya que era muy rápido y se hundía en la lava.
Ante la amenaza, Cris acercó su trasero a la lava, esperando alguna reacción del Vorash. Tal y como era previsible, el Vorash apareció con la boca abierta para intentar zamparse a Cris, que corrió velozmente hacia fuera. El monstruo salió de la lava y persiguió a Cris por la roca, arrastrándose con sus aletas. Dani, Aura y SP le bloquearon con hielo para evitar su paso, mientras Javier usaba su Rayo Enganche en al boca del Vorash desde otra roca, y ayudado por Fénix, Aidi y Bardock, tiraba del pez para darle la vuelta y mantenerlo inmóvil. Una vez volteado, su parte rosa y blanda quedó descubierta, y fue cuando Anthony, Rodriguez, Kenta y Resi acribillaron dicha parte. Junto a ataques sucesivos de hielo por parte de los otros soldados, la criatura de lava no resistió y murió por heridas múltiples y por el frío extremo. Inerte, el cuerpo del gigantesco pez se hundió en la lava. Los sensores de la sala, al no detectar al Vorash vivo, volvieron a bajar el nivel de lava al normal, con la puerta de nuevo accesible. La siguiente zona ya no era de lava, era la Zona de Pruebas del Entorno, un área desértica que conectaba con una zona mecánica, la Refinería del Desierto. El grupo dejó la zona arenosa y entró en la refinería, llena de enormes turbinas y paredes metálicas, numerosas rampas y ordenadores y un paraje sin lava. Algunas criaturas de fuego deambulaban por la sala, como por ejemplo, Pows, pequeños insectos esféricos y brillantes, amarillos y con un par de alas.
Una mujer rubia les miraba desde el fondo, tímidamente. Al percatarse de que había sido descubierta, la mujer salió corriendo. El grupo fue a por ella, atravesando las rampas de la refinería y esquivando los ataques de los bichos de fuego. La siguiente sala era una sala con varias salidas, y en una de ellas, estaba la criatura misteriosa antes encontrada, el lagarto de pelaje blanco. Sin embargo, estaba en el techo, y su cuerpo estaba abierto, mostrando sus costillas, los ojos en blanco y la piel muerta, colgado mediante unas telas de saliva endurecida.
Javier y Anthony partieron por la puerta cuya cima estaba coronada por la extraña cáscara, mientras que los demás fueron por otra puerta, donde vieron al fondo a la chica rubia, alejándose más y más. Cuando iban a alcanzarla, una criatura salió de la pared y arrolló a todos. Se trataba de un Rhedogian, una criatura morada con dos cuernos que se extendían delante de su pequeño cuerpo, con un ojo central; dos brazos largos que se podían extender; y alas naranjas que usaba para volar y planear en su espalda, que desembocaban en una cola. El Rhedogian no venía solo, sino que estaba acompañado por dos cangrejos de herradura gigantes, de color dorado, con dos grandes pinzas, pequeñas piernas, cuerpo espinoso con puntos de colores y una boca con mandíbula tripartida, llamados Asborean. El Rhedogian extendió sus largos brazos para intentar golpear a sus contrincantes, mientras que los Asborean escondieron sus extremidades y se desplazaban rápidamente por el suelo, como si fueran un patinete, deslizándose. Entre saltos, los soldados esquivaban a los cangrejos y los ataques del Rhedogian.
Resi, Rodriguez y Fénix dispararon al ojo del Rhedogian para echarlo hacia atrás y detener sus brazos. SP y Dani congelaron a los Asborean, que luego se libraron del hielo y se pusieron de pie, liberando versiones más pequeñas de ellos de color rojo, las Crías Asborean. Las crías se abalanzaron contra todos para explotar cerca de ellos, y eran esquivados con saltos o eran aniquilados con disparos de Aidi.
Fénix, en su salto, disparó su Magmaul cargado a un Asborean, quemándolo y derribándolo. Ese Asborean extendió su cuello bastante, y fue cuando Cris acuchilló su cabeza y mató a la criatura. El Rhedogian, mientras, disparaba sus láseres a los soldados. El otro Asborean repitió su ataque de deslizamiento, liberando más de sus crías en el proceso. Dani consiguió frenarle con otra barrera de hielo mientras los demás disparaban a las crías. Kenta electrocutó al Asborean y consiguió que su cabeza se asomara y saliese de su cuerpo, la cual era un gusano acabado en el rostro. El gusano se abalanzó contra su atacante, pero Aura consiguió cogerle por la cola y lanzarlo brutalmente contra el Rhedogian, explotando al tocarle. El monstruo morado, ante la explosión, frenó sus ataques, aturdido, y fue acribillado por una multitud de disparos que acabaron matándolo.
Por otra parte, Anthony y Javier llegaron a la Central Geotérmica, una sala con una plataforma circular que se emergía sobre la lava, destinada a producir energía. No había salida desde esa sala, y no se veía nada extraño.
Un ruido, como ya parecía habitual en esa nave, se oyó y estremeció a los dos soldados, que se pusieron espalda contra espalda. Una rápida sombra voló por toda la sala, que empezó a lanzar esferas de fuego que destrozaron la salida. Estaban atrapados allí, sin poder alcanzar la salida. La sombra se posó fuertemente sobre la plataforma, golpeando a ambos soldados. Javier se levantó tras el golpe y contempló a su atacante, asombrado, e incluso asustado: Ridley. Esta vez, Ridley tenía un cuerpo orgánico, morado, no como las últimas veces que tenía un cuerpo biomecánico. Ridley se acercaba poco a poco a Javier, quien retrocedía paso a paso.
Ridley se limitó a rugir. No dijo ninguna palabra, solo rugía y se acercaba poco a poco a Javier, que seguía asustado.
Ridley esquivó el disparo con un rápido movimiento volando y golpeó con su cola a Anthony, arrojándolo a la lava.
Javier volvió en sí y dejó a un lado el asombro, cargando al máximo su rayo de plasma y lanzándolo contra el dragón. Ridley esquivó el ataque elevándose hacia el cielo y, bruscamente, aterrizó provocando una onda expansiva de fuego. Javier saltó la onda y se enganchó a la cola de Ridley con su Rayo Enganche. El reptil volador se elevó por el cielo, zarandeando su cola para intentar soltar el lastre. Sin embargo, a pesar del movimiento, el cazarrecompensas siguió enganchado a su enemigo, fijó el blanco y lanzó varios misiles a la vez al cuerpo de Ridley, impactando por varios flancos. Ridley se revolvió en fuego, lo que obligó a Javier a soltarse. Ridley, después, procedió a lanzar fuego en forma de esferas contra toda la sala, destrozando parte de la central. El cazarrecompensas esquivó con saltos y disparó contra las esferas de fuego. Después, el dragón agarró a su enemigo y le disparó gran cantidad de fuego. Javier se convirtió en Morfosfera y puso una bomba de energía que dañó seriamente a su enemigo.
Ridley siguió sin responder y se limitó a rugir, como un animal salvaje. El reptil volador se abalanzó contra su enemigo, lanzando su cola como una bala durante varias veces. El soldado esquivaba estos rápidos ataques con movimientos veloces y volteretas, mientras cargaba su arma para luego soltar un potente disparo de plasma a su contrincante. Después, Javier dio un salto hacia su oponente, agarró su cabeza, forzó con su cañón a que el dragón abriese la boca y disparó al interior de su cuerpo, produciendo un enorme daño interno. El dragón se elevó de nuevo en el aire y acribilló el escenario sin control con esferas de fuego explosivas, y después arrastró todo el suelo con su cola. La central quedó en muy mal estado, y no quedó resto de Javier... O eso pensaba Ridley, al no verle en el suelo.
Ridley, enloquecido en su furia, embistió fuertemente la pared, pero Javier se soltó a tiempo y aterrizó en el suelo, precario pero aún estable. El reptil atravesó la pared, y para cuando quiso volver al escenario de batalla, recibió otro disparo cargado de plasma de su enemigo que destrozó parte de sus alas. Ridley aún no se daba por vencido, y cargó un último aliento de fuego. Javier estaba listo para atacar de nuevo, pero fue interurmpido por un disparo de plasma que atravesó al dragón. El grito de dolor de Ridley envolvió la sala, y después el sonido de su caída a la lava, del burbujeo de la roca fundida que hundía el cuerpo del reptil...
Anthony no había caído a la lava, pudo congelar parte de ella mientras caía con su pistola de hielo, y pudo salvarse para luego trepar por las cornisas hasta una esquina donde observó la batalla.
Mientras tanto, los demás seguían en su búsqueda de la chica rubia. Tras un largo camino, el grupo la encontró en un sillón de masaje, en una sala grisácea sin lava con un ascensor que llevaba al Sector Principal.
La chica huyó hacia el ascensor, pero no funcionaba. Como si su vida estuviera en peligro, la chica aporreó la puerta, pero nada funcionó. El grupo se extrañó cada vez más.
Javier y Anthony llegaron a la sala tras avisar a Xavi y Brett del asunto, que estuvieron atentos por telecomunicación a lo que Melissa decía.
El grupo, ahora acompañado por Melissa, montó en el ascensor, rumbo a la Criosfera, el último lugar que quedaba pro explorar en la Nave Botella. |
Capítulo 33
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El fin del Proyecto M |
Xavi y Brett siguieron en la sala de control. Allí aparecieron Helio, Lulú, Josex, Alme y Carlos, junto a Eutanasia y Olegario.
Mientras tanto, el resto del grupo, acompañados de Melissa, estaban en la Criosfera, el sector 2 de la nave y el que tenía un ambiente gélido y nevado para criar criaturas de ambientes bajo cero. El paisaje estaba recubierto de nieve, y por él flotaban algunos Himellas, insectos de hielo, que miraban al escuadrón pasar.
De pronto, del suelo salieron cuatro Kyratians, criaturas humanoides eléctricas con dos antenas largas en su espalda por las que expulsaba electricidad. Además, un Gigafraug apareció desde lejos, una criatura anfibia con una coraza en su frente y dos robustas patas. Los Kyratian saltaron desde su escondite con electricidad cargada en sus antenas dispuesta a ser expulsada, pero fueron esquivados a tiempo. El Gigafraug iba dispuesto a embestir a sus enemigos, pero fue parado por un misil de Javier. Melissa fue apartada del escenario por Fénix para que no sufriera daños, y posteriormente disparó a uno de los Kyratian para quemarlo, que después fue rematado por disparos de Resi y Rodriguez. Al ver que su congénere había muerto, los Kyratian se envolvieron de energía, cambiaron a un color anaranjado y, perdiendo el control, saltaron como ranas por toda la sala expulsando electricidad y dando patadas a cualquiera. Difícilmente eran esquivados, pero cuando se acercaban, podían ser congelados, lo cual hicieron Aura, SP y Dani para frenarlos y que los demás rematasen la faena. El Gigafraug, aunque veloz y potente, no fue rival para los disparos de plasma de Javier y Anthony.
Por el túnel, el grupo llegó a un elevador de carga que les llevó al almacén de materiales, una sala enorme llena de cajas, también enormes, para almacenar todo tipo de cosas. Una vez todos estuvieron allí, buscaron entre las cajas.
Anthony miró a su lado y vio a una chica pelirroja, de ojos verdes y vestida con una bata. En su placa decía "Madeline Bergman". Ella le hizo un gesto de silencio, y parecía estar asustada.
Todos miraron a Melissa, que de repente cambió el color de sus ojos a morado y empezó a expulsar rayos de sus manos. Todos la apuntaron con sus armas.
Un robot gigantesco atravesó las cajas que había detrás. Un RB176 Ferrocrusher, robot industrial pilotado, había aparecido y empezó a lanzar cajas gigantes a los asistentes a la sala. Una de ellas pegó directamente a Melissa y la lanzó contra la pared. Los demás pudieron esquivar las cajas y dispararon a los pies del robot con el objetivo de inmovilizarle y congelarle. Ante todos los disparos, el robot se quedó inmóvil, y Melissa salió de la caja reventándola.
Con esa energía, Melissa creó telepáticamente a unos seres insectoides, con alas parecidas a las de una mariposa pero de forma circular, cuchillas en los brazos, un rostro con ojos rosas y muchos colmillos y un cuerpo humanoide: Desbrachians. Los Desbrachians rugieron mientras Melissa se concentraba en invocar más y más, envolviéndose en rayos morados.
Los Desbrachians eran capaz de ocultarse por unos segundos y desplazarse rápidamente a otro lugar para atacar con sus cuchillas. Mientras los esquivaban con saltos y volteretas, los soldados disparaban contra ellos en cuanto los veían. Cuando un Desbrachian estaba débil, se envolvía en sus alas y, tras unos segundos, se regeneraba para volver a atacar. Iban apareciendo más Desbrachian por obra de Melissa, y los que eran atacados no dejaban de regenerarse. Parecía una batalla perdida, cuando de repente un disparo oscuro impactó en Melissa, paralizándola, y después fue atravesada por tres flechas láser. Melissa cayó al suelo, al igual que su horquilla, aquel regalo que la hizo Madeline para que pareciese más humana. Cuando el androide cayó, los Desbrachian dejaron de recibir energía y se envolvieron en sus alas, que se volvieron grises, y no salieron de ese estado.
Sin muchos problemas y con las criaturas algo más calmadas, el grupo avanzó desde la Criosfera hasta el puerto espacial. Cada uno montó en su respectiva nave, montando los supervivientes en la de Anthony, y cuando todos hubieron salido, Josex activó la autodestrucción por control remoto, apoyada por los explosivos que Alme y Helio colocaron. La nave salió volando en pedazos, pero su explosión no fue más que un destello en la inmensidad del espacio. Fue el fin del Proyecto M, del perverso plan de una parte de la Federación por tener poder usando seres vivos, de Melissa... Y así, al día siguiente, los supervivientes al incidente declararon ante el consejo de la Federación. Los cabecillas del proyecto fueron arrestados por haber llevado a cabo un proyecto prohibido en secreto y por no usar contenedores de reciclaje en la nave. El escuadrón Hyrule, por lo demás, siguió con su fama.
Y así, el escuadrón finalizó otra misión. ¿Será la última? La última de este fan fiction sí, toda historia debe tener un final. Pero aún quedan muchas aventuras por hacer, mucho que hablar, muchos momentos que compartir todos juntos como una familia. THE END ("FIN", para el que no sepa inglés) |
Espero que os haya gustado este fic de Metroid y que haya entusiasmado a alguno para jugar a Metroid XD. Gracias por leer :D.