Muy buenas damas y caballeros de The Legend of Zelda Wiki, bienvenidos a mi segundo fan-fiction. A pesar de que voy a publicarlo en una wikia de Zelda, el fic esta basado en la serie Bleach. Espero que disfrutéis de la lectura. Ya sabéis, estoy dispuesto a tratar con críticas y sugerencias.
Karakura Saga[]
Capítulo 1
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The Death and Strawberry. |
Shinigami. Literalmente en japonés, "Dios de la Muerte". Seres espirituales encargados de mantener el equilibrio del flujo de almas en el mundo. Vestidos con kimonos negros y portando katanas cual samurai, poseen altos niveles de energía espiritual, que son capaces de manejar y canalizar de forma innata, conduciendo a las almas perdidas al descanso en la Sociedad de Almas...
Barrio de Karakura, prefectura de Tokio, región de Kanto, Japón. 7:35 AM. Hogar de los Windie.
En el primer piso de la casa, el hijo de la familia Windie se levanta de mala gana, pues, ha de ir al instituto. El joven con el grito de su madre se destapa y permanece unos segundos sentado en la cama.
Mi nombre es Zer, Zer Windie*. Tengo 18 años y estoy en el último año de instituto, preparándome para la universidad.
Finalmente, en uno de los cajones de su escritorio, encuentra lo que buscaba. Era una pulsera plateada, la cual tenía una cruz que colgaba, dentro de un círculo.
Con todo listo, Zer baja a desayunar. En el comedor-salón, en una mesa se sienta junto a su madre y padre, éste último lee el periódico. De fondo sonaba la televisión, con el noticiario. Era un sonido común en el día a día de Zer. Cuando se sienta, escucha un nuevo sonido, era el timbre.
A pesar de que tengo 18 y soy un chico de instituto, se puede decir que no soy muy normal. Desde que tengo consciencia tengo una habilidad fuera de lo común. Puedo ver seres espirituales, es decir, fantasmas. Soy capaz de verlos, hablarles e incluso tocarlos. No es algo muy extraño, pues me viene de familia. Zer una vez ha terminado de desayunar y estando completamente listo, sale de su casa, tras despedirse de sus padres. Fuera del porche, en la calle, su grupo de amigos le espera.
Sí, ellos son mi grupo de amigos. La verdad, soy afortunado de tenerlos. Todos son menores que yo, tienen unos 17 años. Esto se debe a que repetí un curso. En fin. La verdad, no son unos amigos comunes, pues... Ellos también tienen mis cualidades, pueden ver fantasmas. A pesar de que todos tenemos eso en común, existen diferencias muy notables entre nosotros... Al hablar de diferencia me refiero a poder y cualidades espirituales. Javi, Taktsuki e Inoue no tienen una cualidad mayor que la de ver fantasmas, no tienen ninguna clase de poder. Por otra parte, Josex y Brett son Shinigamis. Es algo muy raro, pues los Shinigamis suelen ser almas, pero ellos pertenecen al mundo de los vivos. Son humanos y Shinigamis. Cada Shinigami tiene un poder diferente, aunque el de Josex y Brett apenas esta desarrollado, por lo que solo utilizan sus Zanpokuto* como una katana normal y corriente. Por último, yo, Zer Windie, soy el último de los Quincy. Soy el último de un antiguo clan de humanos con poderes sobrenaturales.
Finalmente, Zer y sus amigos llegan al instituto de Karakura. Edificio central, en la segunda planta, clase C, ésa es su aula. Una vez dentro de ella, como de costumbre, mientras esperan a que comience la jornada, y por lo tanto, a la profesora, el grupo habla tranquilamente.
Todo el grupo ríe ante las bromas de Taktsuki y Javi. Es entonces cuando la puerta corredera de la clase se abre bruscamente, apareciendo por ella la profesora. "¡Buenos días!" grita enérgicamente, como siempre. Luego manda a todos los alumnos a que tomen su asiento, los cuales obedecen. Con todos sentados y en silencio, la profesora retoma la palabra.
Al oír aquello, todos los alumnos enmudecen y prestan únicamente atención a la puerta y a quien iba a cruzarla. Por ella aparece un chico, alto, de complexión delgada, pero fuerte. Pelo negro, ojos que mezclaban el verde y el marrón, y una sonrisa. Llevaba un uniforme del instituto bastante peculiar, su chaqueta grisácea con el cuello elevado, el pantalón era normal, pero llevaba un cinturón con calaveras y una camiseta de color negro, contradiciendo a la camisa blanca usada por los demás, así como unas deportivas rojas. Era bastante llamativo, lo que causó algunos susurros en la clase.
Nota*: Hairaru es Hyrule en japonés.
Xavi con algo de duda, se dirigió al pupitre, donde se sienta con una sonrisa. A su lado, Zer se queda mirándolo, pensando, mientras que el chico nuevo no le devuelve la mirada, manteniendo la vista en la profesora, centrado en la clase.
Rápidamente pasaron las primeras horas y llegó la hora del almuerzo. Es entonces cuando todos los de la clase se acercan a Xavi y se presentan. Brett, Josex y Javi esperaban su oportunidad para acercarse, mientras que Zer aún observaba al chico nuevo. A pesar de cómo vestía, Xavi parecía un buen tipo. Era muy agradable con todos, siempre con una sonrisa que transmitía calidez en su rostro. Necesitaba muy poco para hacer reír a los demás. Cuando por fin vuelve a quedarse solo, Josex y Brett se acercan de forma entusiasmada a Xavi.
Mientras Josex y Brett seguían presentándose ilusionados, la sonrisa de Xavi, de repente cambió. Zer se dio cuenta de esto. Ahora la sonrisa de Xavi tenía algo de siniestro, algo que no terminaba de entender Zer.
Zer queda totalmente sorprendido por las palabras de Xavi, sin saber que decir, preguntándose: "¿Quién es este tío? ¿Cómo sabe mi nombre? No... No me he presentado". Xavi da la espalda a los cuatro y comienza a caminar a la salida de la clase. Aún sin creerse la respuesta del chico nuevo, el cual al principio parecía tan amigable, Javi comenta:
Es entonces cuando a la salida de la clase, Xavi es detenido por Inoue y Taktsuki, que aún no se habían presentado ante él.
Los cuatro permanecen mirando como Inoue y Taktsuki hablan con Xavi. Y, contradiciendo a su pensamiento, el chico nuevo se muestra totalmente amable con sus dos amigas.
Nota*:“Hime”, parte del nombre de Orihime, significa en japonés “princesa”, de ahí el juego de palabras de Xavi.
Xavi se despide de las dos amigas con su ya característica sonrisa. Cuando el chico nuevo ya se ha alejado de ellas, mientras Inoue sigue sonrojada, Taktsuki lleva su mano a su barbilla, tomando una pose “deductiva”.
Por su lado, Zer y los demás no daban crédito a lo que acababan de ver.
El día estaba siendo algo extraño para Zer y sus amigos, mayormente debido al nuevo y misterioso personaje. Aún así las horas restantes de instituto pasaron sin más altercados. Al terminar la jornada, todo el grupo sale del instituto con la intención de dirigirse a distintos lugares, teniendo que separarse en la misma entrada del instituto.
Quedando solo Brett, Josex y Zer, abandonan la puerta del instituto y ponen rumbo hacia el almacén de Urahara. Por el camino Josex y Brett conversan mientras Zer se mantiene callado, pensativo.
Nota*: Poder o potencia espiritual de cualquier alma.
Al gritar aquello, Zer estira su brazo izquierdo. En su muñeca, la pulsera con la cruz queda colgando. Al instante, de la cruz sale una luz, que se estira y acaba formando un arco luminoso de color azul.
Zer pone su mano derecha, libre, sobre la zona donde estaba la cruz, dentro del arco. Tirando desde allí, comienza a tensar el arco. A medida que va estirando, genera una flecha azul. Sin apenas dificultad, Zer suelta la flecha que atraviesa la cabeza del Hollow, quebrando su máscara y haciéndole desaparecer. Con el Hollow vencido, el arco de Zer desaparece y la pulsera vuelve a parecer totalmente normal. En eso, tras la carrera y apenas sin aire, llegan Josex y Brett.
Los tres retoman su camino hacia el almacén de Urahara. Tras unos minutos más andando, pronto llegan a su destino. El almacén de Urahara era un modesto edificio, haciendo contraste con los demás edificios de la zona. En su puerta, una niña barre tranquilamente, y, al ver la llegada de Zer, Brett y Josex, detiene su labor.
Ururu entra en la tienda, seguida de los tres amigos. La tienda se reducía a una sala, con dos grandes estantes a los lados y dos puertas. La puerta al frente, más visible, era corredera y daba a la vivienda. La otra puerta estaba algo más oculta y daba a un pequeño almacén. Al entrar a la tienda, Ururu se dirige a un hombre muy alto, de una cara tan seria que incluso da miedo, con gafas y trenzas.
La puerta corredera en el interior de la tienda, que daba a la vivienda, se abre. Por ella aparece un hombre rubio, con sombrero verde y con rayas blancas, sandalias, y roas verdes y negras. El hombre se para ante Brett, Josex y Zer, bostezando y frotándose los ojos.
Nota*: Tubo expendedor que da unas “cápsulas” que contienen un alma modificada. Esta pastilla, al ser tragada por un Shinigami en un cuerpo humano, hace que el Shinigami se separe del cuerpo, mientras que en el cuerpo se introduce un alma sustituta, para disimular la ausencia del verdadero.
Dejando atrás el almacén de Urahara y a sus extraños dueños, Zer, Josex y Brett se separan, yendo cada uno a su casa. Ya atardeciendo, Zer llega a su casa.
Tras descalzarse, Zer entra al salón de su casa, donde se encuentra a su madre viendo la tele. "¿Otra vez viendo esos programas del corazón, mamá?" le comenta, algo asqueado. No obstante, la madre de Zer guarda silencio, prestando solo atención a la tele. Zer al ver como su madre lo ignoraba comienza a enojarse, con un tic en el ojo, hasta que al final acaba gritando:
Zer sube las escaleras de su casa y entra en su cuarto en la segunda planta. Tras dejar la mochila en el suelo, se deja caer sobre la cama, quedando mirando al techo.
Finalmente llega la noche. Zer estudia en su cuarto mientras que abajo su madre prepara la cena. Sentado frente al escritorio, con los libros delante e iluminado por una lámpara, Zer estudia, entre suspiros de aburrimiento.
Pasando las hojas de mala gana, y cada vez con menos interés en la lectura, Zer comienza a pensar en las palabras de Urahara, preguntándose quien podría ser ese Shinigami del que les había hablado.
Zer se levanta del escritorio y se coloca en la ventana, apoyado. Allí cierra los ojos y comienza a agudizar sus sentidos, tratando de rastrear algún reiatsu. Al principio todos los reiatsus que sentía eran de personas que conocía, pero insistiendo en su búsqueda, pronto localizó un reiatsu nuevo.
Zer trata de hacer un esfuerzo para poder notar con más claridad el reiatsu, pero de repente, lo pierde del todo. El reiatsu había sido tapado por otro mucho más claro, un reiatsu oscuro, el de un Hollow.
Zer tras asegurarse de tener la pulsera, baja corriendo las escaleras de su casa y una vez en la cocina-comedor, con la misma prisa con la que había descendido las escaleras, se inventa una excusa.
De un portazo, Zer sale de su casa, acelerado. A pesar de que se había inventado una excusa, él sabía muy bien que su madre era consciente de lo que él iba a hacer. Usando su velocidad de Quincy, Zer se mueve por los tejados de Karakura, en dirección a donde siente al Hollow. A mitad del camino, justo al caer a un tejado, Brett y Josex, en su forma Shinigami, aparecen y caen junto a él. Los tres se entienden tan bien que no les hace falta hablar sobre su destino o idear un plan. Tras unos pocos minutos, llegan a donde se encuentra el Hollow. Desde lo alto de un edificio, observan la escena.
Nota*: Plus es el nombre que le dan los Shinigamis a los espíritus que nosotros llamamos fantasmas. El plus era una chica, que al no encontrar salida por el callejón, estaba a punto de ser comida por el Hollow. Zer libera su arco, Brett y Josex sacan sus Zanpakuto, mientras la chica grita al ver que el Hollow se abalanza sobre ella. Pero, no obstante, antes de que alguno de los tres pueda hacer algo por la chica, ven como un misterioso personaje, vestido con un kimono negro y portando una espada, frena el ataque del Hollow e incluso lo hace retroceder. Zer, Brett y Josex se quedan congelados, mientras que el plus no entiende lo que ha sucedido.
El Hollow se lanza sobre el misterioso personaje, el cual, sin inmutarse, con un corte vertical parte en dos al Hollow, que se desvanece siendo purificado.
Mientras Brett, Josex y Zer teorizaban, el personaje misterioso se acerca a la chica plus, la cual estaba histérica. Tras tranquilizarla, comienza a hablar con ella. Por su parte, Brett, Josex y Zer que aún estaban observando desde lo alto del edificio, deciden acercarse y comprobar la identidad del misterioso personaje. El chico hablaba con el plus dando la espalda a Brett, Josex y Zer, que ha medida que se acercaban escuchan la conversación.
La chica ya estaba mucho más tranquila y se reía ante los comentarios del chico.
El misterioso chico golpea suavemente con la empuñadura de su espada en la frente del plus, haciendo que aparezca un sello. Al aparecer dicho sello, el plus comienza a desvanecerse. Zer, Josex y Brett quedan sorprendidos al ver que había ejecutado un funeral del alma.
Mientras Josex, Brett y Zer estaban en completa tensión, Xavi, en cambio, estaba muy relajado. Xavi guarda su Zanpakuto poco usual en la funda de su espalda, y, tras suspirar, da la espalda a los demás.
A pesar del grito de Brett, Xavi comienza a moverse velozmente, dejando en pocos segundos la zona.
To be continued... |
Capítulo 2
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The Evil and the Princess. |
Barrio de Karakura, prefectura de Tokio, región de Kanto, Japón. 7:35 AM. Hogar de los Kurowsaki. En una de las habitaciones de la segunda planta comienza a sonar un despertador. El despertador sobre la mesita hace un ruido espantoso y una mano aparece para apagar ese ruido infernal. Desde la cama, cubriendo su cabeza con la almohada, un joven ha apagado el despertador.
Enojado, el joven hace fuerza y lanza fuera de la cama a la chica. De pie sobre la cama, molesto, el chico regaña a su hermana menor.
Una vez solo, Xavi comienza a vestirse. Después de sufrir el torbellino de Alme, está bien despierto, sin una pizca de sueño. Poco a poco se pone su llamativo uniforme. Primero el pantalón de tonalidad grisácea, luego el cinturón con calaveras, la camisa negra, las deportivas rojas y por último la chaqueta también grisácea, con el cuello levantado. Con todo listo, sale de su cuarto. Al poner un pie en el pasillo choca con su otra hermana, Aura, la cual estaba con su móvil sin poner atención a por donde andaba. Aura cae al suelo, pero Xavi sigue de pie.
Xavi baja las escaleras y llega al salón-comedor. Con el sonido de la radio de fondo, Aura y Alme ya están sentadas en la mesa desayunando, mientras que la madre, Ikumi, aún está preparando el suyo. Xavi se queda mirando a sus hermanas durante unos segundos, y es cuando Ikumi lo mira y lo saca de sus pensamientos.
Xavi se sienta frente a sus hermanas y comienzan a desayunar. Alme habla con su madre mientras que Xavi desayuna sin quitar ojo a su hermana Aura, aún pendiente del móvil. Ikumi se sienta también a desayunar y como producto de ello, todos se centran en como Aura no deja de mirar el móvil.
Poco rato después todos terminan de desayunar. Tras recoger los platos, ponerlos en el lavaplatos y algunos últimos detalles, los tres “niños” de Ikumi están preparados para afrontar la jornada. Alme y Aura salen delante de Xavi, quien se retrasa al despedirse de su madre. Finalmente, Xavi sale a la calle solo para ver como Alme molesta a Aura mientras lo esperan.
Al oír las palabras de su hermano, las dos cambian de comportamiento radicalmente, poniendo cara de “niñas buenas” a su hermano.
Las dos salen corriendo bajo la mirada de su hermano. En última instancia, Xavi grita: "¡Tened cuidado!". Después de ver como sus hermanas toman la esquina de la calle, Xavi suspira, se da la vuelta y pone dirección al instituto. Tras girar varias esquinas y recorrer dos calles en unos pocos minutos, llega al instituto de Karakura. En el edificio principal, segunda planta, llega a su clase, la C. Nada más entrar por la puerta que estaba abierta:
Xavi tranquilamente cruza la clase y llega hasta su pupitre, junto a la ventana. Tras dejar su bolsa en el suelo, se sienta en el pupitre, suspira y mira por la ventana. Es entonces cuando es abordado por Inoue y Taktsuki.
Xavi se ríe, mientras Inoue hincha los mofletes, diciendo a Taktsuki “no es justo”. En eso, la profesora entra a la clase, tan enérgica como siempre.
Las primeras horas pasan rápido y llega la hora del almuerzo. Todos salen de la clase, aunque Xavi se queda algo rezagado. Cuando termina de guardar sus cosas, eleva la vista hacia la mesa y es cuando Zer pone sus manos bruscamente sobre ella.
Zer trata de agarrar a Xavi, está muy alterado, pero es frenado por Brett y Josex que también seguían en la clase.
Con esas palabras, Xavi se levanta y da la espalda a los tres, en dirección a la puerta.
Xavi vuelve a andar hacia la puerta y finalmente sale de la clase, dejando a Brett, Zer y Josex con más dudas que antes. Josex y Brett sueltan a Zer, quedando los tres pensativos.
Los tres están realmente contentos por la idea de Josex, tienen muchas esperanzas en ese plan. En la clase solitaria, los tres se ríen, y es cuando llega Javi, que se queda a cuadros ante la escena.
Pasan las últimas horas del instituto, y a la salida, Zer, Brett y Josex marchan por un lado mientras que Javi, Inoue y Taktsuki marchan por el otro, al igual que ayer. Era lo normal cada vez que querían ir a ver a Urahara. Los tres amigos comenzaron su camino dirección al almacén de Urahara, al igual que el día anterior. No obstante, esta vez andaban a un ritmo mucho más rápido, pues eran muchas las preguntas que tenían que hacer, su inquietud les hacía moverse más rápido. Mientras tanto, en el propio almacén, Urahara trata con una clienta. Sentado frente a una chica morena, baja (1’44 m.) y vestida con un kimono negro, Urahara cumple con sus funciones de mercader.
En eso, Zer, Brett y Josex irrumpen en la tienda, abriendo la puerta de forma brusca, cortando la conversación al grito de: "¡¡Urahara tenemos que hablar!!". La euforia y los gritos de los tres se detienen por completo cuando ven que Urahara está con una clienta, quedando los tres con cara de póker. Rápidamente pasan a disculparse, agachando la cabeza.
Josex y Brett quedan sorprendidos al ver que Zer tenía razón, ella era una Shinigami, no había otra conclusión. La chica sonríe y se dirige a Urahara.
Nota*: Fuku-taicho significa Sub-capitán en japonés.
Ante la simple respuesta de Urahara, Brett, Josex y Zer caen al suelo, mientras Rukia no se entera de nada.
Mientras tanto, en la calle principal de Karakura, ya atardeciendo, frente a un escaparate se encuentran Xavi con sus dos hermanas. Mientras Aura y Alme observan con atención el escaparate, Xavi estornuda*, llamando la atención de Aura.
Es entonces cuando una voz femenina grita el nombre de Xavi, lo cual deja a él y sus hermanas mirando para varios lados. Al final, la voz resulta ser de Inoue, que venía de comprar con varias bolsas.
Ante la respuesta positiva de Xavi, sus hermanas como acto reflejo cogen la bolsa que llevaba y lo empujan al lado de Inoue. Alme y Aura sonrientes comienzan a despedirse, al ver su plan cumplido.
Las dos salen corriendo y desaparecen de la escena en cuestión de segundos.
Mientras tanto, en la parte contraria de Karakura, Zer camina por la calle sumergido en sus pensamientos mientras el Sol se esconde en el horizonte.
En la parte opuesta de Karakura por donde andaba Zer, Xavi caminaba junto a Inoue, llevando él las bolsas con la compra de Inoue.
De repente, toda la confianza y tranquilidad que transmitía Xavi, había desaparecido. Inoue siente esto y dirige sus sorprendidos ojos hacia la cara de Xavi, que seguía mirando el suelo. El joven prosiguió contando su historia.
Al terminar de contar su historia, traga saliva, aprieta los puños y mira a Inoue tratando de dibujar una sonrisa, pensando en la siguiente frase que iba a decir para relajar un poco el ánimo. Pero, entonces, Inoue, como las estrellas que iluminan la oscura noche, abraza a Xavi, a pesar de lo tímida que se mostraba normalmente. Xavi se queda de piedra, no se esperaba tal reacción de Inoue.
Tras unos segundos, Inoue se retira de Xavi y queda mirándolo a los ojos. El joven le mantiene la mirada, contemplando los temblorosos ojos de Inoue. Bajo aquella mirada, Xavi deja de apretar los puños, suspira de alivio y recuperando la sonrisa responde:
Finalmente, Inoue y Xavi llegan a los apartamentos donde vive Inoue. En la entrada al bloque, Inoue y Xavi se frenan, pues al parecer hasta aquí llega su camino. No obstante, a Inoue no parece gustarle la idea:
Xavi también se ríe y accede a la invitación. Los dos suben las escaleras del bloque y en la tercera puerta, llegan al apartamento de Inoue. Con una breve pausa al abrir la puerta, ambos entran al interior.
En el pequeño cuarto de estar, en una mesa redonda, Xavi se sienta, observando el apartamento mientras Inoue prepara algo de té. En la habitación había una estantería con la foto de un chico y algunos adornos fúnebres a su alrededor, algo que llamó mucho la atención a Xavi. En unos minutos, Inoue se sienta frente a Xavi y sirve un poco de té. El joven lo toma y bebe con gusto.
Inoue se queda mirando la foto de su difunto hermano, aprieta los puños y los dientes, manteniendo el llanto y susurra “Onii-chan”. Cuando Inoue cierra los ojos pensando que no va a poder retener sus lágrimas, siente como Xavi se acerca a ella y la rodea con sus brazos, abrazándola. Inoue abre los ojos, sorprendida, y tras unos segundos, Xavi se retira, mirándola.
Mientras Xavi e Inoue se miran sonrientes, de una estantería junto a la ventana del piso, se caen todos los libros. Inoue extrañada se levanta.
Xavi interrumpe su frase cuando siente el reiatsu de nada más y nada menos que de un Hollow. En unos instantes, Xavi comprende que el Hollow ha causado el fenómeno de la estantería para que Inoue se acerque. Horrorizado, corre hacia Inoue gritando:
La ventana se rompe y por ella entra la mano de un Hollow, tratando de agarrar a Inoue, pero de un salto Xavi se anticipa y la aparta. Xavi sujetando a Inoue choca contra la pared. Inoue asustada ve que se trata de un Hollow. El monstruo era de color morado, con dos manos y una larga cola en vez de piernas, con la característica máscara blanca de los Hollow.
To be continued... |
Capítulo 3
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Shikai. |
Con medio cuerpo dentro del apartamento de Inoue, entrando por la ventana que él mismo había roto, un Hollow mira fijamente a Xavi e Inoue. El Hollow, cubierto por la característica máscara blanca, con una piel de una tonalidad morada, apuntaba con sus garras a los dos humanos, anhelando devorar sus almas. Inoue con miedo, desde el suelo, miraba al Hollow, y luego deposita su mirada en Xavi. Para su sorpresa, el joven no daba muestras de miedo.
Con aquellas palabras, Xavi dibujó una sonrisa, confiado. Inoue aún seguía confundida, tratando de asimilar las palabras de Xavi, aunque ya había dejado de temblar. Xavi echa mano a su bolsillo, buscando algo, pero, no lo encuentra. Alarmado, Xavi comienza a registrar sus bolsillos de forma brusca, sin encontrar nada.
La sonrisa de confianza que tenía se desvanece. Aprieta los puños y los dientes por la rabia. Es entonces cuando el Hollow lanza un ataque con su poderosa garra. Xavi, que no puede apartarse, trata de detener al Hollow con sus manos desnudas, pero, las garras lo hieren, causando una herida en el hombro derecho.
Nota*: Hado treinta y uno, disparo de fuego rojo.
Nota*: Kido es un tipo de hechizo en el que los Shinigamis concentran su energía y la sueltan.
Inoue queda sorprendida, “¿Qué clase de Shinigami es Xavi?”, se preguntaba a sí misma. Sus pensamientos se ven interrumpidos cuando Xavi la lanza lejos de él. Mientras Inoue cae, ve como el Hollow había aparecido encima de ellos y se lanzaba contra Xavi. Mientras ella choca con el asfalto, el Hollow llega donde Xavi, levantando algo de polvo en la colisión. Inoue, temblando del miedo, trata de reincorporarse.
Inoue cierra los ojos llorando, aunque por poco tiempo, pues, una voz desconocida hace que los abra.
Inoue ve como una chica de pelo negro, vestida con un kimono, de baja estatura, está deteniendo al Hollow con una katana. Xavi, sentado en el suelo queda boquiabierto.
Rukia queda sorprendida por la reacción de Xavi, ella se esperaba un aluvión de preguntas, pero Xavi se molestó por ese detalle.
Rukia vuelve rápidamente su mirada sobre el Hollow, que lanza un ataque con su otra garra. La Shinigami, sin despeinarse, esquiva el golpe de un salto y en el aire, dibuja un círculo con su katana mientras dice:
Nota*: Shode no Shirayuki viene a significar “Manga de la nieve blanca.”
La Shinigami se acerca a él y lo golpea con la funda de su espada en la cabeza, provocando a Xavi un chichón.
Aquello último provenía de Brett, que junto a Josex y Zer acababan de llegar al lugar del conflicto, transformados en Shinigami y Zer con su ropa blanca de Quincy. Los tres aparecen como verdaderos héroes, pero su postura se ve reducida cuando Rukia golpea a los tres, provocando a cada uno un chichón y gritando:
Ante el grito de Xavi, se genera una gran tensión de la nada. Todos se quedan sin saber que decir, mirándolo, esperando que cualquier palabra salga de su rostro serio.
Mientras Zer grita sujetado, provoca la risa de Inoue. Por otra parte, Rukia guarda su Zanpakuto, que había vuelvo a la normalidad, y se acerca a Xavi. Rukia se agacha y ayuda a Xavi a levantarse mientras le dice: "Vayamos al almacén de Urahara, hay que curarte esas heridas". En unos minutos todos, excepto Inoue que vuelve a su casa, llegan al almacén de Urahara. Dentro de él, en la vivienda, en una sala de estar cuadrada, no muy amplia, todos se sientan alrededor de una mesa redonda mientras que a Xavi le colocan unos vendajes. Ururu, la niña que vive con Urahara y Tessai, sirve algo de té a los invitados.
En eso, Tessai que estaba vendando a Xavi, comienza a apretar las vendas con fuerza, lo que provoca un grito de Xavi.
Mientras Rukia seguía quejándose y Josex y Brett trataban de tranquilizarla, Zer mira fijamente a Urahara. Para sus adentros debatía sobre el misterioso personaje: "Urahara... Él es un hombre misterioso. Realmente tiene conocimientos sobre Xavi, y a pesar de ello, no nos dijo nada. ¿Por qué? Siempre actúa de forma tan misteriosa..."
Todos se quedan en silencio durante unos instantes ante las duras palabras de Xavi. Los tres amigos se miran entre ellos, sin dar crédito a las palabras de Xavi, mientras que él permanece serio. Rukia mira a Xavi sorprendida y Urahara oculta su vista bajo la sombra de su sombrero. El silencio y la tensión se ven interrumpidos por Josex.
Durante unos segundos permanece el silencio, y el nombre de la Zanpakuto resuena en las cabezas de todos, excepto Urahara, el cual se levanta y con su típico tono amistoso dice:
Todos asimilan las lógicas palabras de Urahara, así que cada uno sale de la vivienda y se disponen a volver a sus casas. Xavi es el primero en irse, de forma rápida, sin siquiera despedirse. Rukia se despide y pide a Zer, Josex y Brett que estén más atentos a los Hollow. Los tres por su parte, vuelven a casa tranquilamente caminando en la despejada noche.
Por su parte, Xavi llega a su casa tras un rato andando, pues no podía transformarse en Shinigami sin las Soul Candy y tenía que llegar a su casa como una persona normal. Al entrar por la puerta y descalzarse grita: "¡Ya estoy en casa!". A las palabras de Xavi rápidamente acuden sus dos hermanas, que se quedan mirándolo en el pasillo de la casa.
De la nada aparece Ikumi, la madre de Xavi, que lo golpea en la cabeza haciéndole un chichón.
Siguiendo las órdenes comienza a lavar platos. Su familia era dueña de un pequeño local de comida, donde preparaban ramen, principalmente, el cual estaba montado en la misma casa. Mientras Xavi lava los platos, sus hermanas lo bombardean con preguntas sobre que estuvo haciendo, pero él se niega a contestar. Finalmente sus hermanas se marchan a descansar y cuando él termina de fregar, vuelve a entrar en la vivienda, donde se sienta en el sofá. Cae a plomo en él y mirando al techo suspira de cansancio. Es cuando Ikumi llega por detrás.
Ante la frase decidida de Xavi, Ikumi levanta la mirada y lo mira a los ojos, riéndose.
Antes de que Xavi pudiera explicarse, Ikumi empieza a abrazarlo mientras le molesta diciendo cosas como “Ya te hiciste mayor” o “Tienes que presentarme a tu novia”. Él se enoja y ella se ríe. Al día siguiente, en el instituto de Karakura comienza la jornada. La mañana transcurre normal hasta que llega la hora de almorzar. Subido desde una mesa, para celebrar el que había llegado la hora del almuerzo, Javi da un salto como si fuese una bailarina de ballet, gritando:
Todo el grupo toma su almuerzo y se prepara para salir de la clase, no obstante, antes de que lo hagan, Taktsuki deposita su mirada en Xavi, el cual acababa de levantarse de su pupitre, tomando su almuerzo. Al pararse en la puerta, el grupo entero se detiene, y su mejor amiga, Inoue, le pregunta:
Ante la propuesta de Taktsuki, los cuatro chicos del grupo se quedan congelados, sin creer que tal cosa era posible. De forma opuesta, Inoue apoya la idea.
Mientras llegan a la zona del instituto donde ellos se sientan a almorzar, concretamente bajo un gran árbol en el patio, todos explican a Taktsuki la relación entre Xavi y ellos. Sentados haciendo un círculo mientras comen, continúan con la charla.
Todos se quedan sorprendidos ante la defensa de Inoue, sin saber que decir. Para los cuatro chicos del grupo, lo que Inoue había dicho no tenía sentido, pero les extrañaba la convicción de Inoue. Es entonces cuando Taktsuki hace la pregunta que todos piensan:
Con las palabras de Inoue, todos se quedan pensando. Los chicos se preguntan si realmente Inoue estaba en lo cierto, si Xavi hacía todo aquello para tratar de alejarlos del peligro.
Mientras tanto, en otra parte del patio, Xavi almuerza solo, estornudando de vez en cuando. Debido a los continuos estornudos, termina diciéndose a si mismo: "Vaya... Pues va a ser verdad eso de que me he resfriado." Tranquilamente pasan las horas restantes de la jornada. A la tarde, con el sonido de la campana del instituto, todo el grupo de amigos sale de él, conversando sobre que hacer en la tarde de un maravilloso viernes como aquel.
La idea de Inoue gusta al grupo, así que en eso quedan. Cada uno va a su casa a cambiarse, y una vez vestidos de calle, van a unos recreativos en la calle principal de Karakura. Allí todos juegan a diversos juegos y se lo pasan en grande, riendo, haciendo bromas, e incluso compitiendo por ver quien hace mejor puntuación en las máquinas y los diversos juegos.
La tarde transcurre velozmente, y en poco tiempo comienza a atardecer. Para finalizar, como todos los viernes, el grupo decide ir a un local para comer todos juntos, aunque esta vez no se ponen todos de acuerdo.
La propuesta de Brett le parece buena a todos y deciden visitar el local, aunque Inoue se queda un poco pensativa.
Ya entrando la noche, tras unos minutos andando, el grupo llega al local acordado. Aparentemente parecía una casa normal, de una planta, no obstante había una puerta de cristal, grandes ventanas y cartel por encima en el que se podía leer “Ramen Kurowsaki”. Por encima del cartel había otras ventanas que correspondían a las de la primera planta, seguramente de la vivienda. En la parte izquierda de la fachada, había una pequeña entrada, seguida de un porche, al parecer era la entrada principal a la casa, evadiendo el local. Tras unos segundos de leer el cartel, el grupo entra por la puerta de cristal. El local no era muy grande, era más bien sencillo. Una habitación rectangular, de color rojo en el suelo y blanco en las paredes. Había cuatro mesas con varias sillas en cada una, así como algunas plantas que decoraban. También había cuadros bastante curiosos en las paredes. Al lado opuesto de la entrada había una larga barra, con varios taburetes. La barra iba de un extremo a otro del local. Detrás de ella podían verse varios objetos decorativos, así como utensilios de cocina. En el extremo izquierdo de la barra, por donde se podía abrir y pasar, había una entrada sin puerta, de la que se escucharon unas voces.
Por la puerta mencionada, aparece un chico alto, delgado, pero fuerte. Pelo negro, ojos entre marrón y verde. Sí, era Xavi Hairaru. Al entrar por la puerta, de forma automática dijo al grupo con una sonrisa:
Tras decir aquello, Xavi procesa quienes eran los clientes, quedando congelado sin saber que decir. El grupo también se queda en silencio, totalmente sorprendido.
Ante las palabras de Inoue, todos caen al suelo. Es entonces cuando atraídas por los gritos, asoman por la puerta las dos hermanas de Xavi.
A las palabras de Alme se genera un gran “¡¡¿Qué?!!” de todos, mientras que Inoue y Xavi se sonrojan. Xavi coge a sus dos hermanas y trata de introducirlas de nuevo en la cocina, pero ellas se resisten. Ante la escena tan extraña, de repente, aparece una figura más, la de Ikumi. Golpea en la cabeza a sus tres “niños”, dejándolos fuera de combate.
El grupo observa como Ikumi regaña a sus hijos, con cara de póker, temiendo a la madre de Xavi. En mitad de la regañera, Ikumi se da cuenta de que hay unos clientes, y de inmediato levanta a sus hijos, cambia su expresión de cabreada por muy dulce y mientras sacude la ropa de sus hijos, les dice con dulzura:
El grupo se sienta e Ikumi se dirige a donde sus hijos.
De mala gana siendo algo cortante, Xavi atiende al grupo, aunque era muy simpático con Inoue y Taktsuki, como de costumbre. Con el pedido hecho, Xavi se vuelve a la cocina y el grupo comienza a hablar. Pronto Aura, que estaba en la barra, saca y sirve unas bebidas. Cuando Aura coloca la bebida de Brett, con el brazo extendido, se queda mirándolo por unos segundos. Brett le mantiene la mirada. Ambos se quedan en blanco. Es entonces cuando Josex saca de sus pensamientos a Brett, que desvía la mirada, provocando que Aura termine de servir y se marche. Mientras anda de espaldas a la mesa, Aura sonrojada marcha pensando “Que guapo es”. Brett por su parte, la mira de reojo, viendo como se marcha. Aura esta tan metida en sus pensamientos que cuando llega a la entrada a la barra choca con su hermano, que salía de la cocina con algunos platos de ramen. Aura choca y cae al suelo, pero Xavi se queda igual, sin derramar una sola gota de la sopa del ramen. Aura se duele y su hermano deja los platos sobre la barra, para ayudarla a levantarse. Mientras la levanta le regaña:
Xavi se separa de su hermana mientras esta le contesta con una sonrisa: “De acuerdo”. Tras coger de nuevo los platos, se dirige a la mesa y los sirve. Con todos servidos, se da la vuelta diciendo:"Que aproveche". Mientras Xavi vuelve hacia la cocina, se puede oír como todos pasan a prestar atención a la comida, pudiéndose escuchar cosas como “¡¡Wow que buena pinta!!” o “El mejor ramen que he probado”. No obstante, Zer se queda mirando a Xavi, sin mirar su plato.
To be continued... |
Capítulo 4
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Do you wanna be my friend? |
Hollow. También llamados Vacíos. Una vez fueron almas de humanos normales, fueron plus. Tras tiempo vagando por el mundo de los vivos, su corazón desapareció y su alma fue corrompida, transformándose en monstruos, en Hollow. Su agujero en el pecho representa el hueco que ha dejado su corazón, la máscara blanca oculta su pasado, su rostro humano. Los Hollow devoran almas para tratar de llenar el vacío de su pecho. No obstante, no todo esta perdido, aún queda esperanza. La esperanza somos nosotros, los Shinigami.
Barrio de Karakura, prefectura de Tokio, región de Kanto, Japón. 7:40 AM. Josex y Brett andan tranquilamente dirección a la casa de Javi, charlando por el camino.
Tras pasar por la casa de Javi, recogerlo, luego encontrarse en el cruce a Inoue y Taktsuki, y por último, pasar por la casa de Zer, como todas las mañanas, el grupo se dirige al instituto. Segunda planta del edificio principal, a la clase C. Al entrar por la puerta el típico “Buenos días” que era devuelto por los otros alumnos que habían llegado antes. Todos a sus pupitres, pero sin sentarte, solo apoyando en ellos los libros, manteniéndose de pie siguiendo la conversación que traían. Javi bromea con Inoue y Taktsuki, riéndose los tres, mientras Zer, Brett y Josex hablan concentrados.
Mientras Taktsuki también saluda a Xavi, los tres amigos, Zer, Josex y Brett se miran fijamente, susurrando los tres: “Comienza el plan”. Los tres se quedan mirando seriamente a Xavi, mientras el sigue hablando con las chicas. Cuando la mirada de Xavi se deposita en ellos...
Xavi se queda mirándolos incrédulo durante unos segundos, y luego, vuelve a su conversación con Inoue y Taktsuki.
A pesar de haber sido completamente ignorados, los tres rápidamente hacen un círculo y siguen con sus planificaciones.
Prácticamente como un suspiro, las primeras horas de clase pasan, llegando con el sonido de la campana el tan esperado almuerzo.
Zer estaba frente a Xavi, que se acaba de levantar de su pupitre, con su almuerzo en mano. Josex y Brett estaban detrás de él.
Ante la proposición de Zer, a Xavi solo se le viene un pensamiento a la cabeza: "¿Qué le pasa a este tío?". Luego, cuando está a punto de rechazar la oferta, Inoue se mete por medio.
Zer se da la vuelta y levanta el pulgar como símbolo de victoria hacia sus dos amigos, los cuales reaccionan gritando: "¡¡Pero no seas tan descarado!!". Todos juntos, pero no revueltos, van a la zona donde el grupo suele almorzar, bajo un árbol en la zona norte del patio. Allí todos se sientan, como siempre, pero esta vez nadie habla, solo se oye el ruido de la comida masticada. Zer, Brett y Josex no le quitan ojo a Xavi, mientras que él muy tranquilo esta pendiente a su fiambrera. Xavi solo aparta su atención de su comida cuando le hablan Inoue o Taktsuki en un intento de romper el hielo. Javi trata de aguantar la tensión sin hacer alguna tontería, pues, teme la reacción de Xavi.
La pregunta de hace que reine el silencio una vez más, mientras que Brett y Josex se miran entre ellos, diciéndose con la mirada “Ha dado en el clavo”. Es cuando Zer sonríe y contesta:
Zer y Xavi durante nos segundos se mantienen la mirada, sonriendo. Brett y Josex también comienzan a sonreír, mientras que Inoue, Javi y Taktsuki no se enteran de nada. Zer extiende su mano derecha, ofreciéndosela a Xavi.
Xavi deja de cruzar los brazos y extiende el derecho, agarrando la mano de Zer.
Con esta nueva y extraña alianza, transcurre el resto de la jornada. Ya en la tarde, con la campana señalando el final de las clases, todos salen del instituto. El grupo se despide de Xavi en la puerta del instituto, aunque este se siente incómodo y solo responde un “Nos vemos”, mientras se marcha. Por el camino de vuelta a casa, Xavi piensa en lo sucedido en el instituto.
De repente, los pensamientos de Xavi son interrumpidos al sentir un reiatsu nuevo, uno oscuro, el de un Hollow.
Xavi presiona la cabeza de pato del tubo, del que sale disparado una pequeña bola verde. Al tragarla, el espíritu de Xavi se separa de su cuerpo, mostrando su forma Shinigami. Kimono negro, sandalias y una Zanpakuto colgada a la espalda. El cuerpo de Xavi se levanta, pues, el alma artificial de las Soul Candy se ha introducido en él.
A toda velocidad gracias a su forma Shinigami, Xavi sale disparado hacia el parque de Kinogaya, en el sureste de Karakura. En poco tiempo, pues estaba cerca de su casa, llega al parque. Allí ve como el plus de un niño corre desesperado, huyendo de un Hollow con forma de araña. El niño continúa corriendo, sin mirar atrás, pero, cuando cesa el ruido que el Hollow hace al correr, se frena, mirando hacia detrás.
De un salto se había colocado entre el Hollow y el niño plus, apuntando con su katana a la máscara blanca del Hollow.
Al gritar aquello, el Hollow se abalanza sobre Xavi. El joven Shinigami, apunta hacia el cielo con su katana y dice: "¡Canta, Fay!". Con esas palabras y en menos de un segundo, la katana bañada por la luz del Sol se convierte en una espada medieval. La empuñadura se ensancha y la hoja se vuelve recta. La empuñadura pasa a tener un color rojo, mientras que la hoja era de una tonalidad blanca. Xavi baja su espada, la agarra a dos manos y cuando el Hollow llega a él, con un corte vertical parte en dos la máscara blanca del Hollow, y por lo tanto, su rostro, haciendo que desaparezca.
Es entonces cuando se oye a una persona aplaudiendo. Esto extraña a Xavi, que se da la vuelta para encontrarse con nada más y nada menos que Rukia Kuchiki. La Shinigami no llevaba el típico atuendo de los Dioses de la Muerte. En vez del kimono negro y la katana en la cintura, iba vestida con un vestido veraniego blanco, con flores azules en la parte baja.
En aquel momento, una pareja que pasaba por el parque se queda mirando a Rukia fijamente, muy extrañados. Rukia se sonroja y comienza a disimular, mientras que Xavi no entiende nada. Tras unos segundos, la pareja continúa su camino, dando a Rukia por loca.
Xavi hace lo propio, llama a su cuerpo que estaba en posesión de un alma sustituta, y lo recupera al introducirse en él. Rukia y Xavi comienzan a andar hacia casa de este último, mientras Rukia explica la rara escena del parque.
Durante unos segundos los dos permanecen en silencio. Rukia mira de reojo ha Xavi, preguntándose si su mentira había sido acertada y había conseguido engañar a Xavi.
En poco rato, los dos llegan a la casa de Xavi, entrando por el local en vez de a la vivienda directamente. Al entrar hay varios señores en la barra, que están siendo atendidos por la madre de Xavi. Con un “espera aquí y ahora te atiendo”, Xavi deja a Rukia observando el local y entra en su casa por la puerta tras la barra, a la izquierda. Al entrar, su madre lo sigue.
Los pensamientos de Rukia se ven interrumpidos cuando se oyen unos gritos y golpes desde la puerta que da a la casa.
En el local todos quedan atónitos, sin saber que decir. Al poco que cesan los golpes, vuelve a salir Ikumi, yendo de nuevo hacia los clientes, sonriendo como si no hubiera pasado nada. Tras ella sale un Xavi golpeado, con varios chichones que se acerca a Rukia.
Dicho y hecho, Rukia se sienta en uno de los taburetes de la barra. Por casualidad, cuando ella se sienta los dos hombres se marchan y antes de que Xavi pueda atenderla, su madre se interpone.
Ikumi marcha a la cocina a preparar dicho manjar. Xavi se reincorpora y se apoya en la barra, suspirando.
Rukia queda sorprendida por la cara de Xavi. Al hablar de su madre, su cara no podía esconder la sonrisa y transmitía paz, dejando atrás la cara de que aquel chico de fachada fuerte.
Rukia comienza a reírse mirando a Xavi, lo cual desconcierta a este último.
Xavi sonríe moviendo su cabeza levemente de un lado a otro, tratando de esconder que él también tenía ganas de reír. Es entonces cuando su hermana, Aura, irrumpe en escena, asomando medio cuerpo por la puerta.
Aura entra de nuevo en la vivienda, corriendo felizmente hacia su cuarto. Xavi, antes de seguirla, se voltea hacia Rukia, pero antes de que él pueda decir algo:
Xavi se ríe y entra en la vivienda, yendo tras su hermana. En soledad, Rukia se centra en comer el ramen que le habían servido, el cual por cierto le parecía delicioso. Tan bueno estaba, que en pocos minutos se lo acabó. Es entonces cuando Ikumi vuelve a entrar en el local, encontrándose con Rukia casi lamiendo el plato.
Durante unos segundos ambas sonríen y es entonces cuando Rukia echa mano a su cartera. Cuando la saca y se prepara para pagar, Ikumi agarra el brazo de Rukia y sonriente, acompañada de un guiño, le dice:
Ambas se sonríen, y antes de irse, Rukia le agradece el gesto, además de pedirle que se despida por ella de Xavi. Con un adiós y una sonrisa, Rukia sale del local, bastante contenta, tatareando por la calle. Mientras tanto, dentro de la casa de los Kurowsaki.
En eso Alme irrumpe en la habitación enérgicamente, tirándose cariñosamente sobre la espalda de su hermano mayor, gritando:
Xavi se levanta, siguiendo a Alme hacia su cuarto. Por el pasillo del segundo piso, se encuentra con su madre, que pasaba con una caja.
Ya atardeciendo en el cielo de Karakura, Rukia vuelve a su “hogar” mientras esta en el mundo de los vivos, el almacén de Urahara. Aun tatareando, Rukia llega al almacén. En la puerta, como de costumbre, estaba la pequeña Ururu, barriendo. Al ver a Rukia, se detiene en su labor y la saluda.
Nada más poner un pie en la tienda, cuyas puertas estaban abiertas, Urahara hace acto de presencia.
Al volver su cabeza hacia donde señalaba Ururu, Urahara puede ver a un gato negro, de ojos amarillos, que los miraba fijamente. Urahara se levanta muy serio, bajo la mirada de Rukia. Con pasos firmes se acerca al gato y:
Rukia entra a la vivienda, según dice, para darse un baño y descansar. Mientras por su parte, Urahara felizmente también se introduce en la casa con el dicho gato. En el cuarto de estar, el cual no es muy grande y de forma rectangular, con el suelo verde típico japonés, Urahara deja al gato y se introduce en la cocina. Con un tazón y algo de leche en él, vuelve a la sala de estar, colocando el tazón delante del gato negro, que permanecía quieto, esperando a Urahara. Tras servir al gato, Urahara se sienta frente a él.
Tras unos segundos, los dos permanecen callados. Es entonces cuando Yoruichi rompe el silencio.
Instituto de Karakura, edificio central, segundo piso, clase C. 8:11 AM. Los alumnos llegan al aula, dirigiéndose a su sitio en espera de la profesora, apurando sus conversaciones.
En eso Xavi llega a la clase, dirigiéndose a su sitio, justo al lado del grupo. Inoue y Taktsuki son las primeras en saludarlo.
La puerta de la clase se abre bruscamente y por ella entra la profesora, con gran energía, comenzando así la clase. Uno, dos y tres, en eso se resumen las primeras horas, pues pasan volando. Con el esperado sonido de la campana, comienza el almuerzo, con la típica celebración de Javi, como de costumbre. Esta vez, toma carrera y se lanza de rodillas, como si fuera un rockero, gritando:
Justamente, Javi se frena frente a Xavi, que lo miraba con cara seria, sujetando su fiambrera. Al ver a Xavi, Javi salta reflejando en su cara terror, gritando:
Taktsuki agarra a Javi del cuello y lo tumba por medio de una llave. Xavi se acerca al grupo, preguntando:
Con Javi teniendo que apoyarse en sus amigos, llegan a la zona donde se sientan, bajo el árbol, comenzando con el almuerzo. Esta vez no había apenas tensión, y Xavi hablaba activamente.
Justo en el alto árbol, por la zona que había ojeado Xavi, se encontraba entre las ramas Rukia en su forma Shinigami, espiando la conversación. Muy sorprendida, se decía a sí misma: "Increíble, ¿Sabe que estoy aquí? ¿Cómo puede tener tal capacidad para percibir reiatsus? ". De vuelta a debajo del árbol, Xavi comienza con su cuestionario.
Ante las palabras de Xavi se hace el silencio. Los tres se quedan pensativos, buscando una razón en el más profundo de su ser.
Ante las palabras de Josex y Brett, Xavi sonríe, viéndose satisfecho por las respuestas de los dos. Es entonces cuando Zer habla por su parte:
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Capítulo 5
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Shock. |
Barrio de Karakura, prefectura de Tokio, región de Kanto, Japón. 15:03 PM. Josex y Brett andan tranquilamente de vuelta a sus hogares, charlando por el camino.
Cuando Brett iba a seguir la burla de Josex, el rostro despreocupado de los dos se torna en seriedad, cortando la conversación al instante. Ambos se quedan mirando hacia su derecha, muy serios.
Los dos toman sus Soul Candy, y tras tomar el caramelo espiritual, se separan de sus cuerpos, tomando entidad espiritual, tomando su forma de Shinigami. En los cuerpos vacíos se introducen las almas sustitutas.
Tras ordenar a las almas que los siguieran, pero no se entrometieran en la pelea, Brett y Josex, en sus formas Shinigami, se mueven rápidamente. Vestidos con kimonos negros, sandalias y colgando katanas de sus cinturas, no tardan mucho en llegar al punto donde habían sentido al Hollow. Era en una calle en cuyo final se encontraba el río que pasaba por Karakura. En uno de los muros de las casas, estaba el Hollow, posado, como esperando a que ellos llegaran. El Hollow tenía forma humanoide, piel de un color entre azul y verde, la característica máscara blanca y el agujero en el pecho. Josex y Brett se colocan delante del Hollow, agarrando sus Zanpakuto, pero sin desvainarlas. El Hollow los mira y comienza a hablar:
Con el grito, el Hollow salta hacia Josex y Brett con la intención de morderles. Los dos se hacen a un lado, Brett hacia la izquierda y Josex hacia la derecha. El Hollow choca contra el suelo, mordiendo el asfalto. Tras escupir el trozo de asfalto, el Hollow continúa con su charlatanería.
Con esas palabras, el Hollow se abalanza sobre Josex. Para sorpresa del Hollow, Josex se tira al suelo, racheando, esquivándolo y a la par haciéndole la zancadilla. El Hollow pierde el equilibrio y es entonces cuando Brett desde detrás le provoca un corte en la espalda, haciéndole caer gritando de dolor.
Tras el grito de furia, carga contra Josex y Brett que lo esperaban. Los dos Shinigami usando sus Zanpakuto frenan al Hollow, evitando ser mordidos al colocar las Zanpakuto en su boca abierta. Brett y Josex hacen fuerza, y de una patada doble en el tórax, ganan el choque. El Hollow, antes de que su espalda choque contra el suelo, puede ver como los dos Shinigamis le siguen, tratando de atravesarlo con sus Zanpakuto. Para evitarlos, de sus brazos despliega unas alas, batiéndolas y ascendiendo, siendo rozado en el proceso por las katanas. Brett y Josex quedan boquiabiertos, contemplando como el Hollow los sobrevolaba.
Es entonces cuando un objeto azul, similar a una flecha, atraviesa el ala del Hollow. El monstruo vuelve su mirada hacia de donde venía la flecha. Era de Zer, que lo apuntaba con un arco azul y estirando otra flecha azul, ambos objetos hechos con el propio reiatsu de Zer.
Zer lanza dos flechas más, una seguida por la otra, atravesando las alas del Hollow, que es incapaz de mantenerse en el aire y se estrella contra el piso. Zer, Josex y Brett se acercan al Hollow, que trata de levantarse apoyándose en sus manos y rodillas. Zer apunta a su cabeza con su arco, mientras Josex y Brett le apuntan con sus Zanpakuto a la espalda.
Al grito del Hollow, aparecen unos pequeños seres, del tamaño de un conejo, que se lanzan contra Zer, Josex y Brett. Al contactar con ellos, los pequeños seres explotan, bañando a los tres en un extraño líquido y pegándoles al cuerpo sanguijuelas.
Entre los tirones de intentar quitarse las sanguijuelas, el Hollow se reincorpora entre risas.
La lengua del Hollow tenía una forma peculiar en la punta, pues en vez de una punta tenía dos que estaban firmes, mirándose una a la otra. Es entonces cuando el Hollow choca las dos puntas, produciendo un chasquido parecido al pitido de un silbato. Al instante de ese sonido, las sanguijuelas explotan. La explosión no crea una herida de gravedad, pero si provoca comenzar a sangrar bastante. A Zer le explotan dos, una en el brazo izquierdo y otra en la pierna derecha. A Brett le explota una en la cabeza y otra en el brazo derecho. Por último, a Josex en el hombro izquierdo y en el brazo derecho. Entre risas, el Hollow comienza a regodearse de su estrategia.
La risa del Hollow cesa y de repente se queda callado. Es cuando se escucha como el sonido de unos cristales. Sospechando, el Hollow susurra "¿Qué mierda es ese sonido?". Cuando quiere darse cuenta, el Hollow mira hacia sus pies y se da cuenta que están congelados.
Zer, Brett y Josex quedan igual de sorprendidos que el Hollow. Es entonces cuando escuchan una voz femenina familiar.
Nota*: En conjunto viene a significar “¡¡Baila, manga de la nieve blanca!! ¡¡Primera danza, luna blanca!!”
Por su parte, en el interior del almacén de Urahara, su dueño recibe una visita inesperada. Urahara, sentado con las piernas cruzadas, habla con su invitado, que esta de pie, frente a él.
Xavi se queda pálido ante las palabras de Urahara, con la boca abierta. Luego el vendedor, quien parecía haber previsto la reacción de Xavi, prosigue con su relato.
Urahara termina de contar la historia de los Quincy, quedando callado, mirando a un sorprendido Xavi que trataba de aceptar toda esa información. Ante la tensión de Xavi, Urahara se ríe y decide tranquilizar un poco al chaval.
Es entonces cuando la conversación se ve interrumpida cuando la puerta de la tienda se abre bruscamente. Por ella entran lanzados Brett, Zer y Josex, que se estrellan contra el suelo. Los tres estaban muy magullados por las heridas y por el trato de Rukia, que entra detrás de ellos.
Mientras Rukia explica a Xavi lo sucedido, utiliza las artes demoníacas de los Shinigami, los hechizos Kido, para sanar las heridas de los demás. Poniendo una mano sobre la otra, apuntando a la herida, generando una energía verdosa, Rukia usa un conjuro con el que cura las heridas en unos minutos. Una vez sanadas las heridas, Tessai las venda con fuerza.
Xavi comienza a reírse descontroladamente, burlándose del fracaso de los que ahora eran sus supuestos compañeros.
Cuando Xavi para de reír, los tres agradecen a Rukia por la ayuda y curarles las heridas. Rukia responde orgullosa: "¡No es para tanto!", dándose golpecitos en el pecho. En la conversación irrumpe una vez más Xavi, preguntando:
Brett, Josex y Zer agradecen a Tessai por ayudarlos. A continuación, mientras que Rukia y Xavi están sumidos en una discusión bastante enérgica, Josex y Brett se acercan a Urahara. Los dos se colocan delante de él, de rodillas, como si fueran a pedir algo.
Ante la petición de ambos, Xavi y Rukia dejan de forcejear y se quedan mirando a Josex y Brett. Urahara cruza los brazos y mira hacia el suelo.
Xavi se levanta riéndose, contrastando con la sorpresa de todos. Una vez de pie, saca de su bolsillo una Soul Candy y comenta: "Ya sabía yo que ibas a salir con algo así.". Justo tras decir eso, Xavi usa uno de los caramelos espirituales, separándose de su cuerpo y tomando su entidad espiritual, su entidad como Shinigami. Con el kimono negro, sandalias, y una Zanpakuto a la espalda, sonriente:
En eso, Brett y Josex se levantan, ellos aún estaban en su forma de Shinigami. Con las heridas completamente curadas gracias al Kaido de Rukia, aceptan el reto.
Todos salen a fuera del almacén, en el pequeño descampado. Ahí contaban con suficiente espacio y tranquilidad para una pelea. El Sol ya empezaba a descender, pero se podía ver claramente. Xavi en un lado, mientras que enfrente estaban Josex y Brett. Desde la puerta del almacén, Urahara, Rukia, Zer, Tessai y Ururu iban a presenciar el enfrentamiento.
Con el grito doble, Josex y Brett desenvainan sus Zanpakuto y salen corriendo hacia Xavi. Josex por la derecha y Brett por la izquierda, Xavi se queda quieto, sin siquiera sacar su Zanpakuto. Cuando los dos llegan a Xavi lanzan un corte horizontal hacia él, pero éste lo esquiva saltando. Xavi apoya los pies en las cabezas de sus contrincantes y luego salta desde ellas, cayendo al lado opuesto.
Brett y Josex vuelven a cargar, esta vez el doble de rápidos. Sin embargo, Brett llega antes a la altura de Xavi, pero, para sorpresa de todos, amaga y no llega a lanzar un corte. Xavi se traga el amago y queda expuesto al ataque de Josex, que llega después. Xavi inmediatamente saca su Zanpakuto y bloquea a Josex.
Brett trata de cortar a Xavi por la espalda, pero su rival se hace un lado y su espada choca contra la de Josex. En la puerta del almacén comentan los movimientos.
Xavi esquiva varias envestidas más, tras lo que toma algo de distancia y eleva su espada hacia el cielo, diciendo: "Ahora me toca a mí atacar. Canta, Fay". La katana de Xavi bañada por la luz del Sol se convierte en una espada medieval. La empuñadura se ensancha y la hoja se vuelve recta. La empuñadura pasa a tener un color rojo, mientras que la hoja era de una tonalidad blanca. Xavi baja su espada y se lanza contra Brett y Josex. Los dos toman posición defensiva. Xavi parece que carga contra Josex, pero justo antes de lanzar el ataque, se frena y cambia bruscamente hacia Brett. Xavi comienza a acosar con golpes de espada a Brett, que solo puede retroceder, bloqueando los ataques a duras penas. Josex va contra la espalda de Xavi, para ayudar a Brett, pero de un salto hacia atrás, Xavi se pone detrás de Josex. Con un fuerte y rápido golpe, Xavi lanza la Zanpakuto de Josex por los aires, tras lo cual estira su brazo, poniendo la mano sobre la espalda de Josex y diciendo:
Nota*: Bakudo uno, obstrucción.
En la puerta del almacén Urahara, Tessai y Ururu aplauden. Zer se resigna con un “Lo sabía”, y Rukia queda sorprendida por la facilidad con la que había ganado Xavi." Con la batalla terminada, todos vuelven dentro de la casa. Tessai sirve algo de té mientras todos conversan alrededor de la mesa redonda, en la pobre habitación de estar.
En un visto y no visto, Xavi se introduce en su cuerpo que aún seguía en posesión de una alma artificial y sale corriendo muy apurado fuera de la casa y el almacén de Urahara. Antes de salir por la puerta del almacén, Brett le grita:
Con esas palabras, Xavi se marcha a la velocidad del rayo, en dirección a su casa. La noche ya empezaba a hacer acto de presencia en el cielo de Karakura. Apurado por la hora, Xavi en cuestión de minutos llega a su casa. Exhausto por la carrera, delante de la entrada a la vivienda, toma algo de aire mientras busca las llaves por sus bolsillos. Con ellas en la mano, abre la puerta. Nada más cerrarla suelta un “Ya estoy en casa”. Esperando la furia de su madre, se descalza y entra en la vivienda. A medida que avanza por el pasillo se percata de que todo está muy oscuro, algo raro. Al final del pasillo de la primera planta, a la izquierda, donde esta el salón de estar, Xavi oye como el volumen de la televisión esta muy fuerte. En la oscuridad y apenas sin hacer ruido, asoma por la puerta al salón, viendo como sus hermanas, completamente a oscuras, ven una película que parecía ser de terror.
Xavi se acerca tranquilamente, sin hacer mucho ruido, a la espalda del sofá. Sus dos hermanas estaban en el suelo, muy metidas en la película, totalmente tensas. Xavi pone sus manos sobre el sofá, tranquilamente observa a sus dos hermanas y cuando hay un momento de tensión máximo en la película, toma aire y grita a pleno pulmón:
Aura y Alme dan un gran salto gritando como locas por el susto, mientras Xavi se parte de risa. Las dos, al ver que había sido cosa de Xavi, toman los cojines y se los lanzan, al grito de:
Xavi esquiva dos o tres cojines entre risas, y sus hermanas se quedan de morros, muy enojadas, ahora ya sin prestar atención a la película.
Las dos se vuelven hacia el televisor, ignorando por completo a Xavi, que siente como si una nube negra se posara sobre su cabeza.
Al oír aquello, la expresión de Alme y Aura cambia por completo, y se acercan muy cariñosas hacia su hermano, abrazándolo.
Nota*: Por si alguien no lo sabe, en los juegos de mimos, cuando se toca la nariz y se señala a alguien, significa que ese alguien ha adivinado a lo que se estaba imitando.
Por otro lado, Zer vuelve a su casa en la noche de Karakura. Llega a la puerta de su casa, con las llaves en la mano. Entra en su casa y mientras se descalza grita:
Zer va a la cocina, dejando antes en la escalera su cartera. Al poner un pie en la cocina, pregunta a su padre, el cual estaba cocinando:
Zer toma la cartera y sube las escaleras, yendo hacia su cuarto. Una vez dentro, cierra la puerta, lanza la cartera al suelo y se tumba en la cama, mirando al techo.
Zer se levanta y mirando por la ventana la noche en Karakura. Luego aprieta los puños y se dice a sí mismo: "Tengo que entrenarme más." Al día siguiente comienza una nueva jornada en el instituto de Karakura. En este día, los alumnos están más contentos de lo normal, pues se puede leer claramente en sus miradas “¡Por fin es vienes!”. En la hora del almuerzo, el grupo de amigos vuelve a interactuar con su “nuevo miembro”.
Es entonces cuando suena la campana que da paso a la hora del almuerzo. Nada más oír el sonido, Javi se levanta de la silla y pone un pie sobre la mesa mientras que el otro lo mantiene en el suelo. Estira el brazo señalando al infinito, como un conquistador, y grita eufórico:
De repente, Inoue aparece en escena con una guitarra acústica, tocando una canción muy española.
Es entonces cuando Javi entra en escena, de rodillas, tapando su rostro con un sombrero. Con una voz de narrador, comienza a hablar:
En eso Taktsuki golpea a Javi en la cabeza, evitando que termine con su discurso y haciendo que choque contra el piso.
A pesar de que Javi estaba fuera de combate, Inoue seguía tocando. Taktsuki se voltea y da un golpe en la cabeza a Inoue, provocándole un chichón.
Con las aguas calmadas, todos van a su sitio en el instituto, bajo el árbol. Allí todos comen y ríen. A Xavi se le ve mucho más inmerso en el grupo, bromeando con todos.
Es entonces cuando Taktsuki le lanza a Javi una piedra, la cual esquiva de milagro.
En el brazo derecho de Xavi, en la zona de la muñeca, por la zona de abajo, hay un tatuaje nada más y nada menos que del ojo Sheikah, uno de los símbolos más mediáticos de la saga.
La alegría de Javi es compartida al instante por todos, menos por uno del grupo. Excepto a esta persona, para todos una de esas quedada significaba una tarde de diversión y risas, de esas que crean grandes momentos. Todos comienzan a discutir los planes para la quedada de esa tarde, pero es entonces cuando Inoue se percata de la persona que era la excepción y le pregunta con una sonrisa:
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Capítulo 6
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Friendship on the wrist. |
Barrio de Karakura, prefectura de Tokio, región de Kanto, Japón. 15:03 PM. Xavi anda tranquilamente hacia su casa después de haber terminado la jornada de instituto.
Mientras avanza por la calle, inmerso en sus pensamientos, una voz familiar lo saca de ellos. Al oír la voz, Xavi vuelve su cabeza hacia la derecha, pues es de donde provenía la voz. Aquella voz familiar era de Rukia, vestida con su atuendo de Shinigami, estaba tumbada sobre un muro de una de las casas de la calle, mirando una novela que sostenía por encima de su cabeza con ambas manos.
Ante el grito de Xavi, sumado a la tensión de la lectura, Rukia da un grito asustada y se cae del muro, dándose un porrazo contra el suelo.
Rukia se levanta con la cara roja por el golpe, apretando los dientes, muy cabreada. Es entonces cuando lanza la novela contra Xavi, quien no se lo espera y se lleva un librazo en la cara.
Tras un par de gritos más, los dos se relajan respirando profundamente. Con toda su ira controlada, Xavi retoma la conversación.
Rukia toma el libro que estaba en el suelo, luego se dirige al muro y de un salto se pone en lo alto de él. Luego se vuelve hacia Xavi.
Cuando Rukia parece quedarse sin argumentos, se escucha el sonido de un móvil. Es entonces cuando Rukia de dentro de un bolsillo de su kimono negro, saca un móvil rosa, que mira a toda prisa.
Tras el encuentro con Rukia, Xavi vuelve a su casa. Allí, tras cambiarse y comer, se prepara para ayudar en el local. En cuestión de poco rato, empieza a llegar clientela, aunque todavía queda para la hora punta. A eso de las 17:00 PM, que es cuando había quedado con el grupo Xavi, el local ya comienza a llenarse y la familia Kurowsaki trabaja duro, llevando el ritmo del local a un buen nivel. En la barra, Xavi acaba de servir dos platos a dos empresarios y su madre lo llama.
Xavi se acerca a las chicas, las cuales parecían tener una edad de veinte-pocos años. Amablemente las atiende, preguntando y aconsejado sobre lo que iban a tomar. Tras una broma y causar la risa de las chicas, Xavi se vuelve hacia la cocina, donde Alme y Aura están cocinando. En un tablero en la pared de la concina, apunta la petición de las clientes. Tras apuntar, su hermana Alme se le acerca con unos platos:
Xavi coge los platos y se los lleva. Con los platos en la mano, mira hacia la puerta de cristal del local al oír como se abría. Resulta ser que por ella entran los que ahora parecían ser sus amigos. Xavi se dispone a acercarse a ellos, pero su madre se anticipa.
Todos se sorprenden ante las palabras de Xavi, pero lo entienden, era lógico que se quedara allí, pues su familia lo necesita. Xavi sonríe a pesar de la decepción de los demás, pero, la sonrisa no reflejaba su sentir. Su madre, sin embargo, tuerce el rostro al conocer a su hijo y poder ver su sentir. A pesar de la decepción, el grupo responde con una sonrisa.
En mitad de la despedida, cuando el grupo encara la puerta, Ikumi golpea uno de los platos que Xavi tenía en la mano, tirándolo al suelo. Aquello solo es visto por Xavi y el grupo. Con el plato roto en el suelo y el ramen esparcido por él, todo el local mira hacia allí. Ikumi, haciendo como si estuviera cabreada mira hacia su hijo.
Xavi le pide al grupo que lo esperen en la puerta de la casa y se dirige a la cocina. Antes de que el grupo salga del local, se despiden de Ikumi, que ya estaba recogiendo el estropicio con una escoba.
Ikumi se da la vuelta y vuelve a sumergirse en su trabajo. El grupo sale fuera y espera en la puerta de la vivienda. En unos minutos por ella sale Xavi, ahora vestido de otra forma. Una camisa negra de manga corta, para poder lucir su tatuaje. En la camisa había dibujada un brazo blanco, en cuya mano había un corazón rojo que se asemejaba a una granada. Al lado del brazo se podía leer “American Idiot”. Un pantalón negro con su cinturón de calaveras, y del bolsillo izquierdo colgaban dos cadenas. Por último unas deportivas negras, con la suela y los cordones de color blanco. El estilo de Xavi sorprende a sus compañeros, pues su forma de vestir varía de la de los demás.
El grupo comienza a andar por las calles de Karakura. Todos tienen muy claro a donde van, excepto Xavi, que todavía ni ha llegado a planteárselo al estar inmerso en otra conversación.
Nota*: No le busquéis lógica a las películas, solo he usado las que están en el cine o se van a estrenar mientras escribo esto.
Ante la respuesta de Xavi, Taktsuki y Zer se dan las cinco, Josex y Brett quedan resignados e Inoue y Javi lloran en un rincón, decepcionados. Con la decisión tomada, el grupo se dirige al cine. Por el camino todos conversan y bromean, riendo. Sin duda alguna, Xavi ya era uno de ellos, aunque no quisiera admitirlo. En un rato llegan a un gran centro comercial, en cuyo interior se encontraban los cines. Como tenían algo de tiempo, deciden dar una vuelta por el centro comercial. Pasan por tiendas muy variadas, de deportes, juegos, ropa, libros o tecnología. También se detienen en una de peluches, donde Xavi decide comprar un peluche blanco de un conejo.
Con el paseo finalizado y la hora de proyección cercana, se van donde los cines. Tras comprar las entradas, algunos del grupo deciden comprar algo de comer. Inoue en particular, compra un enorme cartón de palomitas.
¡Para la sala de proyección! Allí se sientan en la fila que está más o menos en el centro de la sala, un poco más arriba. Se sientan, de derecha a izquierda, Zer, Brett, Josex, Javi, Taktsuki, Inoue y Xavi. Comienza la proyección, y todos lanzan alguna broma durante los anuncios, sobre todo Javi y Josex. Al iniciarse la película, la conversación desparece prácticamente, concentrados en la trama, solo haciendo algún que otro comentario esporádico. Por la mitad de la película, Inoue ya ha acabado con el inmenso cartón de palomitas, ayudada un poco por Taktsuki. Con sus manos libres, se dispone a colocar sus brazos en los reposa-brazos, no obstante, su mano izquierda se apoya sobre la derecha de Xavi, que también estaba en el reposa-brazos. Al notar que coincidían, Inoue la retira de forma brusca. Ella se sonroja y Xavi se queda mirándola.
Inoue se ríe ante la broma de Xavi, aunque trata de controlar un poco su risa para no molestar en el cine. La sesión de cine pasa volada por lo interesante de la película y a eso de las 21:00 PM salen del cine.
Con el sí del grupo, todos se ponen en marcha hacia el local de Xavi. Tardan un rato en llegar, pues el centro comercial no estaba ni mucho menos cerca de la casa de Xavi. Tras un rato andando por las calles de Karakura en la temprana noche, llegan al local de Xavi, que empezaba a vaciarse. Al parecer la clientela no había sido tan exagerada con en el pasado viernes. Cuando el grupo entra al local, dos mesas están ocupadas y algunos taburetes de la barra. La madre de Xavi, Ikumi, charla tranquilamente con unos clientes, hasta que ve a Xavi y sus amigos entrar por la puerta.
Xavi se voltea y pasa al interior de la barra, entrando a la cocina. Su madre lo sigue.
Dentro de la cocina, Aura y Alme estaban preparando unos platos. Gracias al grito de su madre, se percatan de que Xavi había vuelto.
Ikumi golpea en la cabeza a Alme y le hace un chichón. Tras eso sale de la cocina. Xavi busca una libretilla y un bolígrafo para poder apuntar lo que iban a tomar sus amigos. Cuando la encuentra vuelve la vista hacia la puerta de la cocina y se da cuenta de que Aura y Alme estaban asomadas, sacando solo un poco la cabeza por el marco de la puerta, fijándose en los amigos de Xavi.
Alme se queda mirando a Aura, la cual ni pestañea. Alme la vuelve a llamar, e incluso pasa la mano por delante de sus ojos abiertos, pero nada, no reacciona. Entonces Alme mira hacia donde mira Aura y se percata de que miraba a uno de los chicos del grupo. Antes de que pudiera gastar una broma a su hermana, Xavi aparece por detrás con un cucharón y una cazuela, golpeando una contra la otra, asustando a sus hermanas. Alme y Aura se quedan en el suelo, derrotadas tras el susto.
Xavi se dirige donde esta el grupo, que se estaban riendo por una tontería que estaba haciendo Javi. Estaban sentados rodeando a dos mesas, de derecha a izquierda, Brett, Javi, Josex, Zer, Taktsuki, Inoue y un asiento libre que era para Xavi. Al ver llegar a Xavi todos se callan y comienzan a decirle lo que quieren tomar. Con todo apuntado, se vuelve para la cocina, y el grupo se queda mirando a Inoue, que miraba aún a Xavi.
Todo el grupo se ríe de la respuesta de Inoue. Es entonces cuando la pobre se da cuenta de cual era la broma y muy sonrojada comienza a negar.
El grupo se ríe aún más y la rojez de Inoue va en aumento.
En eso Xavi llega de nuevo donde el grupo, con algunas bebidas en la mano, sorprendiendo a todos.
Con Xavi ya sentado y empezando a meterse en la conversación, Aura llega para servir las pocas bebidas que faltaban. Primero le sirve a Javi, luego a Josex y por último a Brett. Cuando sirve la bebida a Brett, se queda mirándolo durante unos segundos, y éste le mantiene la mirada. Ruborizada, Aura le dice:
Con eso se da la vuelta, pasando antes su mano sobre el hombro de Brett, que se queda sin habla, mirando como Aura se marcha.
Al oír aquello, Inoue se sonroja y casi se atraganta con los fideos. La pobre se pone muy nerviosa, aunque por una parte se siente aliviada de que Xavi lo no haya oído.
Comiendo, bebiendo y riendo, así termina la quedada del grupo, la primera de Xavi. Tras un buen rato en el local, todos se preparan para marcharse. En la puerta del local, todos se despiden de Xavi. No obstante, antes de irse, Inoue sonriente se acerca a Xavi.
Xavi sonríe levemente y hace lo que le indica Inoue, estirando el brazo hacia ella y cerrando los ojos.
En eso Taktsuki va por detrás de Xavi y le tapa los ojos con sus manos, “Por si acaso”, como dice ella. Xavi siente como Inoue introduce por su mano algo, que tras unos segundos identifica claramente como una pulsera. Con la pulsera colocada en la muñeca izquierda de Xavi, pues en la derecha tiene el tatuaje, Inoue le dice a Taktsuki que ya puede dejar a Xavi. Al retirarse, el joven abre los ojos y ve en su muñeca una pulsera de tela, con los bordes rojos y el centro azul. Una fina línea blanca separa el rojo del azul.
Xavi se fija en que todos los demás llevan también la suya propia. Sonriendo por unos segundos, da las gracias a su manera.
Todos sonríen antes las palabras de Xavi, pues eso era claramente un “gracias” del chico cabezón y orgulloso. Finalmente se despiden y todos se van a sus respectivos hogares. Xavi sonriendo entra en el local para ayudar a recoger, mirando la pulsera. Su madre lo mira mientras pasa un trapo por la barra.
Ikumi y Xavi se ríen, mientras que Aura y Alme no se enteran de nada. Con el local cerrado y todo recogido, Xavi se dispone a salir de su casa.
Ikumi se asoma al pasillo, pero antes de que pueda regañarlo, Xavi cierra la puerta y sale corriendo. Su madre se lo permite, refunfuñando “No tiene remedio”. Es entonces cuando se da cuenta de que la cartera de Xavi aún estaba en las escaleras tras el medio día. Ikumi se acerca maldiciendo a su hijo por dejarla allí tirada. Al cogerla, se percata de que dentro de ella estaba la Soul Candy.
Mientras tanto, en el almacén de Urahara, dentro de la vivienda, en el cuarto de estar, Rukia, el propio Urahara y Tessai toman algo de té, mientras Ururu juguetea con sus muñecas.
En eso que suena la puerta del almacén. Alguien llamaba a ella.
Tessai va a abrir la puerta, encontrándose al otro lado a nada más y nada menos que Xavi. Un poco sorprendido, Tessai lo deja pasar, aunque la sorpresa de Urahara y de Rukia es aún mayor.
Xavi sonríe y extiende su brazo, ofreciendo a Rukia, en su mano, el peluche del conejo blanco que había comprado en la tarde.
Rukia comienza a dar vueltas en el suelo como una niña pequeña ilusionada, ante la sorpresa de los demás, que sienten un poco de vergüenza ajena. Al ver el espectáculo que estaba armando, Rukia trata de volver a ponerse seria y se sienta sobre sus rodillas en el cojín de nuevo.
Xavi se despide y en un visto y no visto desaparece del almacén de Urahara. Rukia sigue maravillada por el regalo de Xavi. Urahara se ríe y Tessai vuelve a la cocina. Mientras Rukia comienza a compartir el peluche con Ururu, Urahara puede ver como Yoruichi pasa por la cocina. Urahara se levanta y decide seguir al gato, con el tazón de leche en la mano. Yoruichi llega a la habitación de Urahara, donde se sienta, esperando al dueño de la habitación. Urahara entra y tras dejar el tazón de leche junto al gato, se sienta en el suelo, cruzando las piernas.
To be continued... |
Capítulo 7
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Six flowers. |
Así es, nosotros carecemos de destino. Sólo aquellos engullidos por la ignorancia y el miedo, los que avanzan dando pasos en falso, se precipitan en un remolino que llamamos “destino”.
Sábado, 14 de junio. Casa de los Kurowsaki. 11:25 AM. En el salón-cocina, pues ambos se encuentran dentro de una gran habitación, Ikumi habla con sus hijas. Su conversación se ve detenida cuando Xavi llega al salón, recién levantado, tras bajar las escaleras. Con risueño y rascando su cabeza suelta las primeras palabras del día.
Ikumi retoma la conversación con sus hijas, mientras que Xavi se prepara el desayuno y posteriormente comienza a desayunar. En la mesa de la cocina, mientras come presta atención a la televisión, ignorando la conversación de su madre y hermanas. Tras unos minutos, Ikumi capta su atención al decirle:
Mientras tanto, en la casa de los Windie, Zer que ya hace un rato que se ha levantado. Tras desayunar se queda en el salón, sentado, navegando en su ordenador portátil. Al quedarse un rato pensativo por el hecho de que sus padres no estaban en casa, decide tocar su móvil. Con él llama a su buen amigo Josex y así comienza la conversación que deriva en:
Tras dejar el móvil en su escritorio, Josex se va hacia la ventana de su cuarto, que por cierto está en un primer piso. De un cubo del escritorio coge unas pocas piedras pequeñas, y abre la ventana. Asomándose por ella, mira a la casa de al lado, comenzando a tirar las piedras sobre la ventana más cercana a él. A la segunda pequeña piedra, la ventana se abre y se asoma Brett por ella.
En otro lado de Karakura, concretamente en la residencia de los Arisawa, Taktsuki habla con su madre en la entrada de la casa. Mientras que se calza y luego busca sus llaves de la casa, habla con su madre:
Con el postre de su madre en mano, se despide de ella y sale de su casa, con mucha energía, en dirección a la casa de Inoue. De vuelta a la casa de los Kurowsaki. En la cocina Ikumi toma un café mientras lee un libro, sentada en la mesa de la cocina. Es entonces cuando aparece Alme, rompiendo con la paz del ambiente.
El tornado de Alme sale de la cocina-salón y se dirige a las escaleras. Tras subirlas, se para en la primera puerta del pasillo, la de su hermano, que estaba cerrada. Al grito de “¡Onii-chan!”, toca a la puerta, esperando la respuesta de su hermano.
Alme, resignada por haber sido confundida con su hermana, abre la puerta y entra en la habitación. Mirando de reojo a su hermano que estaba sentado en su escritorio, delante del pc, le refunfuña:
Xavi se levanta de la silla y abre el armario empotrado de su cuarto. De la repisa de arriba, baja la Nintendo 64, con sus cables, mandos y juegos respectivos dentro de una bolsa. Tras bajarlos con sumo cuidado, como oro en paño, se lo da a su hermana.
Con el preciado “tesoro” en sus manos, Alme sale escopeteada de la habitación.
Las horas del día pasan rápido y tranquilas en la vivienda de los Kurowsaki. Cuando llegan las 16:30 PM, todos comienzan a prepararse para abrir el local. Dando un último repaso para ver que todo está limpio y en su sitio, solo queda esperar a la hora de apertura. Con las 17:00 PM en el reloj, el local queda abierto, llegando unos dos clientes, bastante temprano. Xavi los atiende y les sirve con total normalidad, no obstante, a pesar de que todo parece muy normal, como un día cualquiera, de repente una extraña sensación invade su cuerpo y mente. La sensación se resume a una frase: “Hay algo raro”, no sabe el que y mucho menos donde, pero no puede dejar de repetírselo, “Hay algo raro”. Para tratar de despejarse, sale a la puerta a tomar el aire y mirar el cielo azul.
Tragando saliva, con las ojos completamente abiertos y las pupilas dilatadas, Xavi no daba crédito a lo que veía en el cielo. En el normal y tranquilo cielo azul había como unas especies de grietas, que arrugaban un sector del cielo. Xavi nunca había visto algo parecido y se preguntaba si solo él como Shinigami podía verlo. Fue justo cuando llega un cliente, que, por curiosidad, mira al cielo buscando que es lo que miraba Xavi.
Xavi hace pasar al cliente y antes de entrar él, vuelve a mirar al cielo agrietado.
Por otra parte, en el almacén de Urahara, pasan la tarde tranquilamente. Ururu ayuda a Tessai con la limpieza del almacén, mientras Urahara toma algo de té y conversa con Rukia.
Antes de que Urahara pueda hacer otro de sus ocurrentes comentarios, el móvil de Rukia suena, le ha llegado un mensaje.
Rukia se queda mirando el móvil, confirmando que la sugerencia de Urahara era cierta. Una vez memorizado el punto donde había aparecido el Hollow, guarda el móvil dentro del kimono y da un último trago a su té.
Es entonces cuando vuelve a sonar el móvil. Rukia lo saca de nuevo y lo mira algo extrañada.
Rukia cierra el móvil y cuando va a volver a guardarlo en el kimono, recibe una nueva notificación. Ya muy extrañada, vuelve a mirar el móvil.
Aún con el móvil abierto, frente a sus ojos, Rukia puede ver como comienzan a llegar más señales de Hollow. Seis, Ocho, Doce, Diecisiete, Veinticinco... A medida que el número de Hollow sigue aumentando, Rukia queda paralizada ante lo que están viendo sus ojos. Varios sudores fríos recorren su cuerpo tembloroso, solo de pensar que tal masa de Hollow estaba apareciendo sobre Karakura.
Rukia, aun temblando, hace caso a Urahara y sale del almacén a toda prisa. Al abrir la puerta corredera y levantar la cabeza, puede ver como el cielo azul de Karakura cuenta con unas enormes grietas que cada vez se hacen más grandes.
Mientras tanto, en la casa de los Windie, las risas de Zer, Brett y Josex han parado por completo. La música sigue, pero la fiesta se ha terminado. Los tres guardan silencio, muy pendientes a como aparece un reiatsu maligno tras otro.
Dicho y hecho. Brett y Josex toman su forma Shinigami gracias a las Soul Candy y Zer prepara su pulsera Quincy. Los tres ordenan un poco la casa, limpiando lo que habían ensuciado y apagando los dispositivos que estaban usando, todo de forma apresurada. Con todo terminado, salen a fuera de la casa.
Antes de que sus dos amigos pudieran contestar, un Hollow salta desde lo alto de un tejado, tratando de atacarles. No obstante, con una rapidez asombrosa, Zer ilumina su pulsera Quincy y convoca a su arco de reiatsu, lanzando una flecha que fusila al Hollow instantáneamente.
Los tres se ponen en marcha. En otra parte de Karakura, sentadas en uno de los bancos del parque de Kinogaya, Inoue y Taktsuki comían tranquilamente un helado. Es entonces cuando Inoue, quien tenía la percepción más desarrollada que Taktsuki, siente como empiezan a llegar Hollow.
De vuelta al local de la familia Kurowsaki, el murmullo de los clientes y el sonido de la cocina se ve interrumpido por el sonido de un plato cayendo contra el suelo y quebrándose. Todos dirigen la mirada a de dónde provenía el ruido, incluido la dueña del local, Ikumi. Es entonces cuando ve como su hijo, con los ojos muy abiertos y sin poder articular alguna palabra, estaba quieto en mitad del local, sujetando aún el trapo con el que lleva el plato de ramen, para no quemarse. Tras unos segundos, Xavi se arrodilla, mirando al techo. Su madre grita su nombre, asustada por cómo estaba su hijo. De un salto sale de la barra y se acerca a su hijo, apoyándolo hacia ella, agarrando su cara. Asustada y alterada le pregunta:
Varios de los clientes se acercan y tranquilizan a Ikumi. Luego se llevan a Xavi a dentro de la casa, y lo sientan en una silla, dándole aire y algo de agua, para que supere el mareo. Solo Ikumi se queda con su hijo, pues, no quiere que sus hijas lo vean tan mal.
Xavi se levanta, apartando las manos de su madre. De pie, trata de dejar de temblar, trata de contener el miedo, aprieta los puños y trata de volver a su imagen de chico duro. Trata de... De volver a su postura como Shinigami. A medida que Xavi recupera el aliento, abandona el temblor y comienza a disipar la duda, su madre pierde el aliento, queda paralizada por el temblor y la duda la atrapa, temiendo por la vida de su hijo. Xavi de pie, firme, como una montaña. Su madre sentada en el suelo, tenue, como un lago.
Decidido, Xavi se mueve hacia fuera de la cocina, pensando en ir a por su Soul Candy. Su madre, sin embargo, lo agarra de las piernas, histérica.
Finalmente, Ikumi rompe a llorar y su hijo corre a su cuarto, en busca de la Soul Candy. En el primer cajón de su escritorio, ¡ahí está! A toda prisa toma una de las capsulas y toma su forma de Shinigami. Antes de que si quiera la alma modificada tome conciencia en el cuerpo de Xavi, el joven ya ha abierto la ventana y sale de un salto de su casa, cayendo en un tejado de enfrente.
Mientras Xavi salta de tejado en tejado, dos Hollow aparecen y lo atacan por ambos flancos de forma simultánea. Xavi se da cuenta al instante y desenfunda su Zanpakuto. Al grito de "¡¡Y una mierda!!", gira su cuerpo en el aire, sin necesidad de liberar su Shikai, cortando a los dos Hollow, acabándolos. Con los dos Hollow desintegrados, Xavi se posa en el tejado de la casa.
En eso, un tercer Hollow aparece por encima de él, lanzándose a devorarlo en picado. Xavi, al grito de “¡¿Cómo no se me había ocurrido?!” lanza un corte al aire, en dirección al Hollow, que lo corta por la mitad.
Sin previo aviso, que una voz femenina saca a Xavi de sus pensamientos. El joven se vuelve para ver que era Rukia, la que llega al tejado donde estaba él.
Es entonces cuando Xavi lo recuerda y muy apurado dirige su mirada hacia el cielo.
De vuelta al parque de Kinogaya con las dos chicas. Inoue, que se ha levantado del banco donde estaba sentada, con una risa falsa y nerviosa, trata de convencer a Taktsuki para que dejen el parque cuanto antes.
A pesar de que Taktsuki ya está de pie y van a comenzar a caminar, Inoue vuelve su mirada hacia la colina en el este del parque. Encima de ella, un Hollow con tentáculos, como si fuese un pulpo, observa a las dos chicas. En su máscara blanca, por la parte de arriba, cuenta con una especia de semillas incrustadas. Su tamaño es similar a la anchura de dos coches.
Mientras Taktsuki alcanza a Inoue, ésta mira de nuevo a la colina donde estaba el Hollow, pero, para su sorpresa, el Hollow ya no se encontraba allí. Inoue, preocupada, comienza a mirar a los lados para ver si lo localiza.
Entre risas, el Hollow dispara de su cabeza las extrañas semillas y alcanzan a Taktsuki de lleno, la cual se había quedado quieta al ver al Hollow tan cerca, por lo que no esquiva el disparo. Una de las semillas se clava en el hombro izquierdo de Taktsuki, por el que comienza a sangrar considerablemente. Inoue que se había agachado ante el disparo, se levanta y puede ver a su amiga en el suelo. Corre hacia ella, desesperada y se arrodilla a su lado, gritando:
Es entonces cuando el Hollow, al oír aquellas palabras, comienza a reírse. Inoue y Taktsuki no se explican el porqué de la risa. De repente, el brazo izquierdo de Taktsuki agarra el cuello de Inoue. El Hollow se ríe aún más ante la escena. Taktsuki comienza a apretar el cuello de Inoue.
Inoue se queda mirando a su amiga, muy asustada, dudando de si salir corriendo o no. Taktsuki nota como poco a poco deja de controlar sus extremidades. No obstante se resiste, como puede, y se da la vuelta, mirando hacia el Hollow.
Es cuando el Hollow se inclina y dispara otras dos semillas. La primera alcanza a Taktsuki en la pierna derecha y la segunda en la cabeza. Al estar tan cerca, el impacto provoca que caiga de espalda contra el suelo. Inoue, vuelve en sí, y entre gritos de desesperación va hacia su amiga.
Ante el llanto de Inoue, su amiga se levanta, con una mirada perdida. Ya ha perdido todo el control. Es entonces cuando asesta una patada al estómago de Inoue, provocando que incluso vomite. Es normal, pues, Taktsuki es la campeona juvenil de kárate en la región de Kanto, tiene una gran fuerza. Inoue, a pesar de la patada, continúa mirando a su amiga.
Taktsuki sigue dando patadas a Inoue, la cual ni siquiera puede levantarse. El Hollow se parte de risa contemplando la escena. Taktsuki, a pesar de no poder controlarse, llora. Sus lágrimas invaden sus ojos perdidos en el horizonte. Durante unos segundos, las patadas cesan y Inoue lentamente comienza a levantarse.
Inoue se acerca a su amiga, agarrándola de la cara, mirándola a sus ojos vacíos y llorosos. Casi entre lágrimas, Inoue:
La risa del Hollow se detiene cuando, las dos horquillas* que Inoue lleva siempre consigo se iluminan y separan en distintos rayos, levantando un polvo alrededor de Inoue y Taktsuki. Nota*: No siempre las lleva en el pelo, a veces se las coloca en la ropa. Tengo que mencionar, porque me parece que no lo he hecho, que las horquillas son un regalo del difunto hermano de Inoue, por eso siempre las lleva consigo. ¡Las horquillas son importantes, no las olvidéis!
El polvo se disipa, revelando a Inoue andando hacia el Hollow. Ya no temblaba, ya no tenía miedo, su mirada estaba clavada en el Hollow. Alrededor de ella revoletean unos extraños seres, de un tamaño pequeño, similares a hadas con forma humanoide.
Ante las palabras del Hollow, Inoue ni se inmuta y mantiene fija la mirada sobre él.
Es entonces cuando uno de estos seres se posa sobre Inoue, concretamente en su hombro. Con la apariencia de una pequeña persona, continúa hablando:
Nota*: No esperéis traducción, pues ya lo puse, “Seis Flores Danzantes”. :P
Nota*: Para el que no lo sepa, los liliputienses son unos humanos diminutos que pertenecen a la obra “Los viajes de Gulliver”.
Inoue permanece callada durante unos instantes, mirando fijamente a Shuno, que volaba enfrente suyo. Es entonces cuando lo atrapa con ambas manos, como cuando tratas de atrapar una mosca.
Antes de que Inoue pueda formular alguna pregunta, otro de los seres, de un aspecto más duro, da una patada en la cabeza a Shuno.
Es entonces cuando el Hollow, ya cansado de intentar entender el poder de la chica, decide volver a la escena.
El Hollow se inclina apuntando hacia Inoue, preparando el disparo de sus semillas. Es entonces cuando tres de los seres rodean a Inoue.
El Hollow dispara las semillas en dirección a Inoue. Los tres seres se colocan delante de Inoue, haciendo la forma de un triángulo. Inoue repite las palabras que le dice Shuno.
Nota*: Significa “Escudo sacro de los tres enlaces”.
Shuno se aleja de Inoue y se acerca a Taktsuki, que estaba tirada en el suelo inconsciente. Sobrevolándola, junto a otro de los seres, Shuno vuelve a tomar la palabra.
Nota*: “Escudo sacro doble del retorno”. (No veas la pila de notas que estoy poniendo. xD)
Nota*: “Escudo sacro solitario cortante”.
Al decir aquello, Inoue se desmaya, cayendo en el suelo dormida. Inmediatamente todos los Shun-Shun-Rikka se acercan hacia Inoue, gritando su nombre, preocupados.
Con esas palabras, los miembros del Shun-Shun-Rikka en un destello vuelven a convertirse en las horquillas características de Inoue, cayendo a su lado. En mitad del parque, con Inoue y Taktsuki dormidas tras la aventura, aparece una silueta. Un hombre con sandalias, kimono verde, una chaqueta negra y un gorro, que es acompañado por un hombre alto con gafas y una niña de rostro dulce, se acerca a las dos chicas.
El hombre descrito claramente es Urahara, que vuelve su mirada hacia el cielo, mirando las grietas en él. Luego vuelve su mirada hacia las chicas.
To be continued... |
Capítulo 8
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Fissure in the sky. |
Entre los árboles del paseo forestal de Kasazaki, en Karakura, tres personajes comienzan a estar en serios problemas...
Zer el Quincy y los dos Shinigamis, Brett y Josex en su búsqueda de Rukia, han llegado al paseo forestal de Kasazaki. Moviéndose entre los árboles, los Hollow comienzan a rodearlos. Brett y Josex se compaginan leyendo los movimientos del otro, como si estuvieran haciendo una coreografía, matando a un Hollow tras otro. Su poder por individual no era gran cosa, pero los dos juntos son un dolor de cabeza para los Hollow. Por otra parte, con una frialdad y puntería admirable, Zer fusila a un Hollow tras otro con sus flechas.
Miren a donde miren se encuentran con Hollow, no parecen acabar. Cuando exterminan a uno de ellos, en unos segundos otro ocupa su lugar. Al principio al menos podían suspirar, pero poco a poco, a medida que los Hollow son atraídos, no tienen tiempo ni para preocuparse por su sombra.
Brett que esta de espaldas a Josex, se agacha esquivando un ataque y se voltea habilidosamente en el suelo. Josex toma la posición de Brett y de un espadazo corta la máscara del Hollow que había esquivado. Brett por su parte mata al Hollow que perseguía a Josex. No obstante, un tercer Hollow se lanza sobre ellos, pero una flecha de Zer los salva, dando en la misma frente al Hollow.
Como los Hollow no paran de llegar, Zer, Josex y Brett acaban espalda contra espalda, rodeados completamente por Hollow.
Los Hollow que miraban a los tres sin hacer nada comienzan a acercarse, haciendo más estrecho el círculo, preparándose para el ataque. Los tres, acorralados, comparten miradas que dicen: "Esto pinta mal". Cuando parece que el ataque de los Hollow va a comenzar, para sorpresa de los tres, los Hollow se quedan quietos.
Ante las palabras de Zer, todos guardan silencio y el sonido de unos cristales de hielo chocando contra el suelo invade sus oídos. Una parte del círculo de Hollow desvía su mirada de los tres. Es entonces cuando el suelo se congela, y atrapa a la mitad de los Hollow del círculo. El sonido del cristal de hielo vuelve a repetirse. Los Hollow dirigen su mirada a nada más y nada menos que a Rukia, que sostiene su espada en horizontal, apuntando a los Hollow.
Nota*: Viene a significar “¡Segunda danza! ¡Onda Blanca!”
Es entonces cuando de entre la otra mitad de Hollow, comienzan a salir varios de ellos por los aires. Los Hollow salen despedidos con los gritos de un chico. De entre la multitud de Hollow, el chico resulta ser Xavi, que a mamporrazos acaba haciendo una montaña con los Hollow derrotados, sobre la que se coloca con una pose de victoria.
Mientras los Rukia sigue regañando, Xavi y Zer solo pueden asentir y Josex y Brett observan el espectáculo resignados, comienzan a llegar nuevos Hollow que reemplazan a los vencidos, llamando la atención del grupo.
Cuando los Hollow ya volvían a rodearlos, toman posición de ataque y cargan contra ellos. Ahora, gracias al apoyo de Xavi y Rukia, los Hollow caían más fácilmente. Rukia, con su Zanpakuto de hielo, como si bailara, acaba con un Hollow tras otro sin despeinarse. Xavi, con movimientos rápidos y poderosos, golpea a cada Hollow que se cruza en su camino. Brett y Josex continúan con su estilo de combate doble, ahora mucho menos apurados y moviéndose más libremente. Zer les da cobertura con sus flechas. Rukia por su parte no quita ojo a los movimientos de Xavi, ella puede permitirse observarlo, pues su nivel es muy superior. En mitad de la lucha, Rukia entabla conversación con él.
Rukia y Xavi se ríen en mitad de la batalla, como si sus vidas no estuvieran en juego. Por otra parte, Zer llama la atención de Josex y Brett.
Zer señala a un Hollow con forma de ciempiés, mostrando verdadero asco hacia esa criatura en su cara.
El Hollow con aspecto de ciempiés se lanza sobre Zer, pero Brett y Josex aparecen para salvarlo, cortando al Hollow en dos. Cuando el Hollow desaparece, Josex explica:
Josex sale disparado contra un árbol. Un Hollow, de forma humanoide, con un tamaño tres veces más grande de lo normal, había golpeado a Josex. A pesar del golpe, el joven se levanta.
El Hollow que claramente era más de lo normal, lanza un segundo puñetazo contra Brett, pero el ágil joven lo esquiva.
Xavi, con una sonrisa, sale corriendo hacia el Hollow. De un salto, agarrando su Zanpakuto a dos manos, lanza un espadazo vertical, tratando de acabar con el Hollow de un golpe, no obstante, el Hollow cruza sus brazos y consigue parar el golpe de Xavi. Los dos forcejean durante unos instantes y Xavi pierde el choque al pasar a sujetar la Zanpakuto con una sola mano. Mientras Xavi se aleja del Hollow por perder el choque, apunta con su mano libre a la cara del Hollow, gritando:
Nota*: ¡Hado treinta y uno! ¡¡Disparo del fuego rojo!!
Con el Hollow sin poder ver nada, Xavi vuelve a tomar carrera contra él. Esta vez, mientras se acerca, eleva su katana al cielo y grita: "¡Canta, Fay!". La Zanpakuto de Xavi toma su forma de Shikai, abandonando la apariencia de una gran katana y toma la de una espada medieval, con la empuñadura roja y la hoja blanca. Para cuando el humo desaparece y el Hollow puede volver a ver. Xavi da un nuevo salto y apunta a la cara del Hollow. Esta vez, el Hollow no puede hacer nada y Xavi asesta un golpe mortal, borrando la cabeza del Hollow en una explosión de sangre.
Con Xavi todavía suspendido en el aire, se escucha una risa, la cual proviene del Hollow que acababa de derrotar. En el hombro izquierdo del monstruo aparece una nueva cara con su máscara blanca, riéndose.
El Hollow da un puñetazo al indefenso Xavi en las costillas. En el aire, mientras recibe el golpe, Xavi suelta su Zanpakuto. La fuerza del golpe es tal que provoca que escupa sangre y luego salga disparado hacia un árbol, quebrando su corteza. Antes de que pueda si quiera abrir los ojos tras el golpe, el Hollow ya está enfrente de él. Totalmente quieto, solo puede cerrar los ojos al ver como el Hollow alza sus afiladas garras y lanza las dos manos para matarle. Cuando espera el dolor y la sangre, sorprendentemente, lo único que siente es sangre, pero salpicada, no la suya. Cuando Xavi abre los ojos, se da cuenta de que Rukia había sido atravesada por el Hollow. Con su Zanpakuto, Rukia solo había podido parar uno de los brazos del Hollow. El otro la atravesaba, como si sus garras fuesen una espada.
El Hollow retira sus garras de Rukia, con brusquedad. Rukia cae de rodillas, totalmente vencida, y no cae al suelo gracias a que Xavi la agarra, apoyándola en él. A pesar de que la había agarrado como un acto reflejo, no puede articular ni una sola palabra. La sangre de Rukia comienza colorear el césped verde, así como a manchar a Xavi. Sus brazos y pecho quedan manchados con la sangre de Rukia. Temblando y con las pupilas dilatadas, Xavi solo balbucea una cosa:
Xavi, que se siente culpable por lo que le acaba de suceder a Rukia, es incapaz de mantener las lágrimas y comienza a llorar de rabia, apretando fuertemente a Rukia entre sus brazos, mientras la sangre sigue goteando.
El Hollow eleva sus garras que cortaban como una espada, preparándose para el siguiente ataque. Zer y Josex se quedan quietos, sin saber qué hacer. Brett corre hacia la Zanpakuto de Xavi y se la lanza, al grito de “¡¡Tómala!!”, pero, para su sorpresa, Xavi no se mueve y la deja pasar. Rukia cierra los ojos esperando el golpe final, pero antes de hacerlo, decide mirar por última vez a la cara de Xavi. El joven, no la miraba a ella, miraba al suelo. A pesar de que sus ojos miraban el infinito, su cara expresaba furia y rabia. Tras mirarlo, Rukia cierra los ojos. No obstante, el tener los ojos cerrados no impide que quede sorprendida al sentir como Xavi deja de apretarla con sus brazos y manos. Decide volver a abrir los ojos, para contemplar como Xavi eleva su mano manchada de sangre en dirección al Hollow, sin apartar la mirada del suelo.
Con el grito, el Hollow lanza sus garras contra Xavi. Las “espadas” del Hollow, sedientas de sangre, de repente chocan con una energía que proviene la mano alzada de Xavi. La potencia del impacto entre ambas fuerzas provoca que el Hollow, al tener menos fuerza, pierda sus dos brazos al instante. Entre gritos de dolor, el Hollow ve como sus brazos se han pulverizado y la sangre no deja de brotar. Zer, Josex y Brett son incapaces de explicar cómo Xavi, solo con su reiatsu, había provocado tal herida al Hollow.
Xavi baja el brazo y lo vuelve a utilizar para agarrar a Rukia, aunque ya no apretaba. Con el brazo bajado, lo que eleva es la cabeza. Aún con un rostro enfurecido y una mirada que congelaba, grita a los otros tres:
El grito de Xavi hace reaccionar a los tres, aunque su mirada se clava en ellos y hace que sus huesos se estremezcan. Esa mirada, no parecía la de Xavi. Tras unos segundos de duda, Brett sale corriendo contra un agonizante Hollow. Inmediatamente, Josex y Zer lo siguen. El Hollow que solo da vueltas sobre sí mismo, gritando por el dolor y con la sangre cayendo por su torso, esta indefenso ante los ataques. Brett y Josex le cortan las piernas, y mientras se separa de ellas, cayendo, Zer se posa en su pecho y lo fusila con una flecha. Nada más hacerlo desaparecer, Zer, Brett y Josex rodean a Xavi y Rukia. Los tres se ponen en guardia, esperando a más Hollow, mientras que Xavi sigue sujetando a Rukia sin saber que decir. La chica, sin embargo, levanta uno de sus brazos con la poca fuerza que tiene, pone su mano ensangrentada sobre la cara de Xavi y balbucea:
Xavi agarra la mano de Rukia con la suya, también manchada de sangre, y luego con la otra mano pone un dedo sobre los labios de Rukia, provocando que se calle.
Con el grito de Zer, Xavi aparta su mirada de Rukia y la dirige hacia él. Josex y Brett de inmediato también ponen su mirada sobre su amigo Quincy, que grita:
Era cierto, los Hollow se empezaban a ir. Josex, Zer y Brett comienzan a celebrarlo, no sabían porque, pero los Hollow se iban, significaba la victoria. Xavi deja un momento en el suelo a Rukia, recoge su Zanpakuto del suelo y la envaina. Luego vuelve a tomar a Rukia, bajo la mirada de los otros tres.
Todos asienten y salen corriendo como alma que lleva el diablo. Tienen que salir de los árboles, encontrar de nuevo el camino asfaltado del paseo forestal y salir de Kasazaki en dirección al almacén de Urahara. Mientras corren, Zer, Josex y Brett aún tenían muy en mente como Xavi con su mero reiatsu había descuartizado los brazos del Hollow, era algo que no se podían explicar. Por fin llegan al camino. Pero, cuando colocan un pie en el asfalto, se quedan congelados, mirando al cielo.
Todos miran horrorizados como en el cielo las grietas se habían hecho mucho más grandes. Y para colmo, los Hollow no se habían retirado, se estaban reuniendo junto a las grietas. Todavía no se había acabado.
Antes de que Rukia pueda contestar, se oye un gran crujetazo en el cielo. Todos dirigen su mirada hacia las grietas, para contemplar cómo, sin explicación alguna, todos los Hollow se desvanecen ante ellas. El crujetazo vuelve a oírse, y ahora, una de las fisuras en el cielo se rompe. Como abriendo una herida, unas largas uñas blancas aparecen, seguidas de dos manos gigantescas del mismo color. La grieta es ampliada por estas manos, apareciendo detrás de ellas una gran cara de Hollow, con una larga nariz. Un monstruo gigantesco que entra a Karakura agrietando el cielo, paralizando de miedo al grupo.
Con sus brazos, el Menos Grande sigue aumentando la grieta en el cielo, para así poder avanzar por ella y entrar definitivamente en Karakura.
Xavi vuelve a mirar el suelo, comenzando a sentir rabia. Sus amigos por su parte empezaban a sentir verdadera preocupación al ver como el Menos Grande cada vez estaba más cerca de poner un pie sobre Karakura.
Los tres se vuelven hacia Xavi, el cual se acerca a un árbol y con sumo cuidado, deja allí a Rukia, apoyada en él. Luego desenvaina su Zanpakuto que aún mantenía su forma de Shikai, y se dirige hacia los demás. Ante la mirada de sus amigos, Xavi pasa andando entre ellos, encarando al Menos. Xavi toma aire y grita: "¡¡Cabrón!!". Tras el grito, Xavi sale corriendo hacia el Menos Grande con su espada alzada.
El Menos, que ya había agrandado bastante la grieta, coloca un pie sobre el asfalto del paseo de Kasazaki. Xavi se dirige a él sin recular, manteniendo su grito y rabia. El Menos, con sus ojos rojos, ve como el Shinigami se acerca corriendo. Deteniendo su movimiento, sin quitar ojo a Xavi, crea en su boca una gran bola de color rojo oscuro. Los demás, al ver la clara intención del Menos y que Xavi seguía corriendo le gritan: “¡¡Sal de ahí!! ¡¡Xavi!!”, pero el chico sigue corriendo. La gran bola es terminada y se convierte en un poderoso rayo que sale disparado hacia Xavi. (3) El joven, que se detiene al sentir la inmensidad del reiatsu que contenía el ataque, ve como el gran rayo se dirige hacia él. No puede correr, no puede rechazarlo, no puede esquivarlo, ni si quiera rendirse. Como acto reflejo, eleva su Zanpakuto por encima de su cabeza para frenar el ataque. Y para la sorpresa de todos... Lo consigue.
Bajo una gran luz roja, Xavi es sometido a una gran presión. El Menos mantiene el Cero, esperando pulverizar al joven en cualquier momento. La presión es tal que Xavi comienza a hundirse en el suelo. Sus brazos tiemblan y poco a poco se agacha, pero no cede.
Contra todo pronóstico, Xavi saca fuerzas de donde ni siquiera él pensaba que las tenía, y comienza a hacer fuerza contra el Cero, haciendo retroceder de a poco al ataque del Menos. Sus amigos, boquiabiertos, ven como Xavi comienza a vencer. De repente, un reiatsu rodea el cuerpo de Xavi, y sus ojos se vuelven azules. Su espada comienza a brillar en un tono azulado. Instintivamente, Xavi grita:
Nota*: Aunque mi intención es que signifique “Rayo celestial”, la traducción más exacta es “Trueno celestial”.
Con el grito, el Menos Grande comienza a retroceder, entrando de nuevo en la gran grieta que él mismo había generado. Xavi se mantiene de pie, dando bocanadas de aire, sin quitar ojo al Menos. El gigantesco Hollow, herido, primero introduce su cuerpo en la gran grieta. Una vez dentro, con sus manos blancas y arrugadas, con uñas largas, comienza a cerrar la propia grieta que había creado. Finalmente, la grieta en el cielo se cierra totalmente, desapareciendo el Menos y devolviendo el cielo de Karakura a la normalidad. A pesar de que el Menos Grande se ha marchado, Xavi aún continúa mirando al cielo de Karakura. Zer, Brett y Josex se acercan a él. Xavi, se voltea y sonriente, apoyando su Zanpakuto en su hombro, levanta la mano haciendo la V, gritando: "¡¡Victoria!!". Nada más celebrarlo, Xavi se desploma en el piso. Zer, Josex y Brett lo rodean preocupados.
Todos se quedan con cara de póker ante la respuesta de Xavi.
Los cuatro sonríen y pueden suspirar tranquilos, ya ha acabado. Con todo de vuelta a la paz, Josex y Brett ayudan a Xavi a levantarse, mientras que Zer coge a una Rukia casi inconsciente.
El grupo comienza a caminar tranquilamente. Con unos cuantos pasos, Xavi también pierde la conciencia, se había esforzado demasiado contra el Menos Grande. Cargado en los hombros de Brett y Josex, lo llevan con los pies medio arrastrando. Es lo mínimo que pueden hacer, al fin y al acabo él había puesto fin a aquella tarde tan peligrosa. O tal vez no...
El grupo entero se vuelve hacia de dónde provenía la voz, encontrando encima de la rama de un árbol a dos Shinigami. El que había hablado tenía el pelo rojo, varios tatuajes y una cinta de vice-capitán como la de Rukia. Sonriente y de cuclillas, no quitaba ojo al grupo. A su lado, había otro Shinigami, muy serio. Su pelo era negro y un poco largo, con algunos adornos en él. A diferencia de los demás Shinigami, llevaba ropa blanca por encima del kimono negro, así como una especie de bufanda del mismo color.
Nota*: Recordad que significa vice-capitán.
Nota*: Si fuku-taicho es vice-capitán, taicho simplemente es capitán.
El capitán, Byakuya Kuchiki, cuando va a dirigir su mirada a Renji por haberlo presentado innecesariamente, se queda mirando a la chica que lleva Zer, a Rukia. Dilatando las pupilas y perdiendo un poco la postura, el capitán exclama: “¡Rukia!”.
Con esas palabras, Zer mira a sus brazos, los cuales encuentra vacíos. Ya no sujetaba a Rukia, por lo que exclama sorprendido: "¡¿Pero qué demonios?!". Buscando a Rukia, mira detrás suyo y ve como el capitán ahora la tenía en brazos.
Rukia, al notar que otra persona la había tomado, entre abre los ojos reconociendo la figura del capitán y susurrando:
Nota*: Es la forma más respetuosa de dirigirte a un hermano mayor.
Nota*: “Sueño forzado”.
Ante las acusaciones del capitán de la sexta división, Zer, Brett y Josex se ponen muy nerviosos, sabiendo que los dos Shinigamis no tenían intenciones buenas. Muy alterado, Zer se dirige al capitán, mientras Brett y Josex dejan al inconsciente Xavi en el suelo al ver lo que se venía.
Las palabras de Renji resuenan en la cabeza de los tres, concretamente una de ellas: “objetivo”. Muy confusos, tratan de buscar una explicación, pero en su cabeza son incapaces de hallarla. Por ello, preguntan al vice-capitán.
Brett y Josex se quedan congelados, sin saber que decir o pensar ante las palabras que estaba revelando Renji. Los demás Shinigamis planeaban asesinarles.
Al conocer la verdad, Zer, Josex y Brett están totalmente en blanco. ¿Rukia no era una aliada, sino una enemiga? ¿Todos estos días ella había estado fingiendo?
Una vez más, en las cabezas de los tres resuena una palabra: “objetivo”. Ante aquella humillación, Brett y Josex se enfurecen, apretando puños y dientes, con la mirada fija en el vice-capitán de la sexta división. Un único impulso pasa por la mente de los dos; atacarle. Cuando los dos echan mano a sus Zanpakuto, Zer de inmediato los frena.
Al oír la orden del capitán, Zer, Brett y Josex se colocan en guardia, esperando lo peor de un vice-capitán. Zer mientras tanto trata de evaluar la situación.
Ante sus tres contrincantes dubitativos, Renji recupera su sonrisa confiada y desenvaina de su cintura su Zanpakuto. Con ella, apunta a sus enemigos.
Nada más pronunciar esas palabras, el grupo pierde de vista al pelirrojo vice-capitán, que aparece detrás de ellos. Renji eleva su katana y elije atacar a Brett, el cual a duras penas consigue parar el golpe con su Zanpakuto. Josex y Zer se alejan por el pánico de ver tan cerca a su rival.
El teniente lanza varios ataques fuertes sobre la Zanpakuto de Brett. Al tercer golpe, desde arriba, Renji parte en dos la katana de Brett. El joven, indefenso, solo puede ver como una parte de su katana cae al suelo mientras que sujeta la empuñadura con su brazo. Luego Renji da una patada en el estómago a Brett, provocando que caiga de espaldas contra el suelo, vomitando.
Por la rabia de ver a su primo en ese estado, Josex carga con furia contra el vice-capitán. Renji esquiva con una facilidad burlesca las embestidas de Josex y tras esquivar una estocada con un paso lateral, provoca a Josex un corte que le cruza el pecho. La sangre vuela y empapa el asfalto. Josex al instante cae de rodillas, escupiendo sangre y dejando de sujetar su Zanpakuto. Antes de que Renji lo remate, una flecha de Zer lo obstaculiza, viéndose obligado a esquivarla.
El vice-capitán trata de volver a sorprender a Zer moviéndose con rapidez detrás de él. No obstante, Zer esquiva el corte horizontal agachándose y contraataca con una flecha, que Renji también esquiva. La operación se repite dos veces más, Renji ataca, Zer esquiva y contraataca con una flecha.
Ante la sonrisa macabra de Renji, Zer se queda en blanco, ¡no había considerado esa posibilidad! Zer, como precaución toma algo de distancia con Renji. El vice-capitán, mientras pasa la mano sobre la hoja de su Zanpakuto, dice:
Nota*: Cola de serpiente.
Con el grito de Renji, sacude su Zanpakuto que para la sorpresa de Zer, se estira. (4) La Zanpakuto estirada alcanza sin problemas a Zer, y sus dientes se clavan en el hombro izquierdo de Zer. Una vez clavados los dientes, Renji hace fuerza hacia atrás, provocando que los dientes desciendan por la piel de Zer, desgarrándola y aumentando el charco de sangre. Mientras que Zabimaru vuelve a su forma normal, con las risas de Renji, Zer se derrumba, totalmente vencido y perdiendo el conocimiento sobre su propio charco de sangre.
El vice-capitán se vuelve hacia Brett, el cual estaba en el suelo, temblando, sin poder asimilar el destino de sus amigos. Renji se acerca a él, y con una patada en el cuello, lo deja inconsciente. El vice-capitán devuelve su katana a su forma normal, la envaina y luego toma a Brett.
Byakuya, sin cambiar su rostro inexpresivo, se queda mirando a su vice-capitán, esperando a que llegue a su altura. Renji pasa entre los inconscientes Josex y Zer. Luego, antes de llegar junto a su capitán, pasa por lado de Xavi, sin hacerle caso. Es entonces cuando el joven, agarra el pie de Renji. El vice-capitán, sorprendido, vuelve su mirada hacia abajo, mirando como Xavi eleva su cabeza sonriendo.
Haciendo fuerza, Xavi trata de tirar a Renji, pero el teniente con un movimiento acrobático recupera la postura. Xavi se levanta y desenfunda su Zanpakuto.
Renji lanza al inconsciente Brett al suelo, y sonriente desenfunda su Zanpakuto, poniendo su mano sobre ella.
Byakuya Kuchiki con los ojos muy abiertos, sorprendido, mira fijamente a Xavi. Sin perder la sorpresa, examina al joven detenidamente. Tras unos segundos, recupera su rostro frío. Xavi se percata de que lo mira.
Al oír el nombre, la sorpresa vuelve a invadir a Byakuya. No obstante, pronto recupera la postura. Antes de que Xavi pueda seguir la conversación con el capitán, escucha decir a Renji: "¡Ruge, Zabimaru!". Renji se abalanza sobre Xavi con su Shikai. El joven, para la sorpresa del teniente, pronuncia también unas palabras y detiene el ataque.
Renji retira a su Zabimaru, saltando hacia atrás y ganando algo de distancia entre él y su oponente. Muy sorprendido al ver que Xavi también cuenta con un Shikai.
Renji vuelve a lanzar un ataque estirando su Zanpakuto. Xavi se prepara para detenerlo con Fay, pero antes de que la hoja de Zabimaru llegue, Renji hace un movimiento de muñeca, produciendo una ondulación en la Zanpakuto que sortea a la de Xavi. Zabimaru alcanza el hombro izquierdo de Xavi, y al igual que con Zer, al retroceder la Zanpakuto lo desgarra. Con la sangre saltando de su pecho, Xavi clava las rodillas en el suelo.
Mientras Renji ríe ante un Xavi que pierde la mirada, Byakuya sigue sin quitarle ojo al enemigo. Es entonces cuando ve como Xavi recupera la mirada, colocándola en Renji.
Xavi de un salto provoca un corte en el hombro derecho de Renji, quien hasta que no siente el corte no se da cuenta de la velocidad de su adversario. Renji, a pesar de la herida no pierde la postura, se voltea y toma pose defensiva.
Xavi vuelve a cargar contra Renji, de frente. El vice-capitán trata de frenar con los dientes de Zabimaru a Fay, pero la fuerza del impacto es tan grande que sale disparado en el aire. Renji, tras chocar de espaldas contra el suelo, con una nueva herida en la frente, trata de reincorporarse.
Renji solo alcanza a colocarse de rodillas, pues Xavi aparece delante suyo, elevando su Zanpakuto. Con una sonrisa confiada, pues está disfrutando el combate, Xavi le dice: "Yo gano". Luego baja a Fay, mientras que Renji cierra los ojos esperando lo peor. No obstante, tras unos segundos, Renji no siente su piel cortada, por lo que abre los ojos. Al hacerlo encuentra a un Xavi contemplando su Zanpakuto partida, sin dar a crédito. Ahora Xavi solo sujetaba la empuñadura.
Xavi vuelve su mirada hacia Byakuya Kuchiki, quien, para su horror, sostiene con una mano la otra parte de la hoja de Fay, mientras que deposita a Rukia en el suelo.
Antes de que Xavi pueda darse cuenta, a una velocidad que sus ojos no pueden seguir, siente como si el capitán caminara a su lado durante unos segundos. Tras eso, Xavi mira hacia el capitán, justo detrás de él.
Nota*: Flor destello.
El capitán se vuelve hacia Rukia, la toma y mira a Renji, que todavía estaba de rodillas en el suelo. El vice-capitán contempla el cuerpo de Xavi en el suelo, sangrando, pensando en el movimiento que acababa de realizar su capitán.
Renji inmediatamente obece y se levanta, envainando su Zanpakuto y luego tomando a Brett. Finalmente, con una vista desoladora mientras llega la noche a Karakura, los dos Shinigamis se marchan, llevándose consigo a Rukia y a Brett. En el suelo, Xavi poco a poco pierde el conocimiento.
Xavi finalmente pierde el conocimiento. Es entontes cuando aparece un hombre con sandalias, kimono verde, una chaqueta negra y un gorro, que queda mirando al inconsciente Xavi. To be continued... |
Capítulo 9
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For you, friend. |
Nosotros no debemos derramar lágrimas, son la derrota del espíritu frente al cuerpo, puesto que no existe mayor prueba de que somos seres a quienes sobra espíritu.
Poco a poco Xavi comienza a abrir los ojos. Cuando su vista deja de estar cegada, puede ver cómo frente a su cara esta la cara de Tessai, que lo mira de forma siniestra. Al darse cuenta de que Tessai estaba tumbado sobre él, con la cara tan pegada, Xavi suelta un grito, asustado.
Casi a golpes, Tessai se retira de Xavi. El joven, se reincorpora en la cama, notándose débil y el cuerpo vendado. Tras eso, comienza a mirar a su alrededor. Con el rápido vistazo fácilmente se da cuenta de que no está muerto y que ha despertado en la casa de Urahara. Mientras sigue asimilando su situación, la puerta corredera de la habitación se abre, entrando por ella Urahara, agitando su abanico.
Urahara esquiva la almohada y tras un par de pasos se sienta en el suelo, junto a la cama de Xavi. El joven, vuelve a mirar a su pecho totalmente vendado, y luego vuelve a mirar a Urahara, preguntado:
La tensión y el silencio invade la conversación. Xavi desvía su mirada de Urahara, poniéndola en el suelo. Estaba triste, se sentía impotente por no poder hacer nada. No había podido protegerlos a todos, no había podido proteger a Brett, su nuevo amigo. Viendo el sufrimiento en la cara del joven, Urahara retoma la palabra:
Con aquello, Xavi levanta su mirada rápido, poniéndola otra vez en Urahara. Muy sorprendido por las palabras del vendedor, le responde:
Exaltado por las palabras de Urahara, Xavi se levanta a pesar de sus heridas y agarra de los hombros al vendedor. Con la impaciencia de su parte, el joven exclama:
De repente, sin saber de dónde venía, la punta de un bastón golpea la frente de Xavi, a la par que Urahara lo zancadillea, tumbándolo de espaldas contra el suelo. Urahara queda encima de Xavi, apuntando con su bastón al pecho del joven. Todo esto sucede bajo la mirada del gato Yoruichi, que acaba de entrar a la habitación.
El rostro amigable de Urahara había cambiado, no parecía el mismo. Xavi no solo tenía que lidiar con la siniestra mirada de Urahara, también sentía como si el bastón que apuntaba a su pecho fuese una espada, una sensación muy desagradable.
Urahara retira su bastón y deja de pisar a Xavi. Tras volver a sentarse, continúa hablando ante el conmocionado Xavi, tanto físicamente como sentimentalmente.
Tras aceptar las condiciones de Urahara, Xavi finalmente recoge sus cosas y se marcha del almacén de Urahara, en dirección a su casa. Urahara le ha dado una medicina líquida especial, la cual le ayudará a recuperarse más rápido. Aquel día era martes por la tarde y Xavi llevaba inconsciente desde el sábado. En dos días, es decir, el jueves, debía de volver al almacén de Urahara para comenzar con su entrenamiento. Tras un rato de caminar, por fin llega a su casa. Nada más entrar en ella y descalzarse, antes de abrir la boca para gritar el clásico: “Ya estoy en casa”, sus hermanas aparecen de la nada, lanzándose contra él.
Al abrazo de sus hermanas Xavi reacciona con gestos de dolor por sus heridas. Ante los gestos de su hermano, Alme y Aura se retiran, mirándolo con preocupación.
Xavi se levanta tratando de no aparentar dolor, aunque en realidad rabiaba de dolor. Como sus vendajes estaban tapados por su ropa, fácilmente consigue disimular. En eso llega su madre.
Con un “Sí, mamá”, los tres hijos de Ikumi comienzan a andar para la cocina. Cuando las hermanas se voltean, Ikumi guiña un ojo a Xavi. Con el atardecer, en la casa de los Kurowsaki preparan la cena y posteriormente, ya en la noche, se la toman. Durante la cena Alme y Aura molestan a Xavi con comentarios sobre “esa fiesta” que tuvo su hermano, mientras que su madre se ríe. Después de la cena y un rato de televisión, las hermanas marchan a acostarse, quedando solo Xavi y su madre. En la habitación salón-cocina, mientras Ikumi toma un vaso de leche desde la mesa, Xavi desde el sofá le comenta:
Ikumi agarra su vaso y va hacia al sofá, sentándose al lado de su hijo. Junto a él, tras suspirar, vuelve a hablar.
Ante la mirada de preocupación de su madre, Xavi es incapaz de decir algo. Por la mente de Xavi pasa la idea de que aún tiene que contarle el que irá a la Sociedad de Almas a por Brett.
Mientras Xavi divaga por sus pensamientos, Ikumi deja el vaso ya vacío en la mesa frente al sofá y luego, tras suspirar, agarra la mano de su hijo con la suya. Mirando a su hijo a los ojos, le dice:
A sabiendas de lo peligrosa que era la aventura en la que se embarcaba su hijo y que no podía hacer nada para remediarlo, Ikumi simplemente decide confiar en él. Emocionada, lo abraza. Xavi le devuelve el abrazo, siendo consciente de lo duro que iba a ser para su madre.
A la mañana siguiente, miércoles, Xavi ya está más recuperado gracias a la medicina de Urahara, por lo que no tiene problemas en ir al instituto. Unos minutos antes de que suene la campana del instituto, Xavi llega a la clase, muy pensativo sobre lo sucedido en el sábado. Está tan inmerso en sus pensamientos que cuando entra por la puerta de la clase no devuelve el saludo a nadie, ni siquiera a Taktsuki o Inoue. Mientras Xavi deja sus cosas en su pupitre se queda mirando por la ventana, aun pensando. En eso se acerca Taktsuki e Inoue, preocupadas.
Todos miran hacia Javi, que estaba tirado sobre su pupitre, con un nubarrón sobre su cabeza.
Como es el penúltimo día de clases, el habiente es muy informal. De una clase de 25 personas, sólo 14 habían asistido. Era normal, todas las notas estaban puestas y no había nada que hacer. En vez de dar clase, los alumnos charlan en grupos o se pasean por el instituto, incluso acompañados por los profesores. Todos los alumnos hablan sobre sus notas y su futuro en la Universidad. Bueno, no todos. Haciendo un círculo, Josex, Xavi, Zer, Inoue, Javi y Taktsuki hablan sobre lo sucedido estos días atrás. Javi, Taktsuki e Inoue eran conscientes de lo que le había pasado a Brett gracias a que Josex y Zer se lo habían contado.
Todos se quedan pensativos durante unos instantes, dudando de si de verdad podían hacer algo en aquel lugar. Es ahí cuando Xavi sonriente responde:
La confianza de Xavi rápidamente es transmitida a Zer y Josex, los cuales terminan de trasmitirlas al grupo.
Javi saca unos pompones de color azul y comienza a hacer coreografías.
Inoue y Taktsuki explican a Xavi como un Hollow las atacó y como respuesta ante el deseo de querer defender a Taktsuki a toda costa, Inoue desarrolló su propio poder, el cual reside en las horquillas que lleva enganchadas en su uniforme de instituto.
La primera mitad de la jornada termina, por lo que llega la hora del almuerzo. Todos van a su sitio de almorzar, bajo el árbol más alto del instituto. Allí continúan con la conversación.
Al oír la determinación de sus amigos, Xavi se pone de pie. Mientras tanto, Javi y Taktsuki estaban apartados en una esquina, se sentían totalmente inútiles ante la situación y desplazados.
Xavi logra captar la atención de Javi y Taktsuki, la cual se suma a la de Inoue, Zer y Josex. En frente de ellos, Xavi estira su brazo izquierdo, sonriente, mostrado la pulsera roja y azul del grupo.
Todos se levantan y estiran su brazo, mostrando su propia pulsera. Todos ponen las manos encima de la de Xavi, sonrientes. Con todos en círculo, demostrando el buen grupo que son, mirándose los unos a los otros y sonriendo, Xavi exclama:
Completando la segunda mitad de la jornada, el penúltimo día de instituto termina. Todos se separan en la puerta del instituto. Xavi vuelve sólo a su casa, como de costumbre. Taktsuki y Javi toman otro camino, aunque Inoue no les acompaña, pues tiene que comprar unas cosas y toma el camino de Josex y Zer. Estos últimos andan por las calles de Karakura, charlando sobre lo que se venía, pues sería muy duro. Tras unos minutos, el primero en desviarse es Zer, dejando solos a Josex e Inoue. Los dos comienzan a hablar sobre su entrenamiento.
Sorprendidos, Josex e Inoue miran a todos los lados, buscando a la persona que les había hablado. Pero, sorprendentemente, no veían a ninguna persona.
En eso, Yoruichi se acerca a Josex, el cual se queda mirando. El gato da un salto y le cruza la cara con un arañazo.
Josex se queda totalmente sorprendido ante la confianza del gato. A pesar de que el sentido común le decía que era imposible que un gato lo entrenará, al ver esa confianza, sumado al hecho de que Inoue y Urahara confiaban en aquel animal, decide acceder.
Con el final del miércoles, todos ya tienen un objetivo y han aclarado sus ideas. El día siguiente sería el inicio del entrenamiento. Todos tienen que entregarse en cuerpo y alma a dicho entrenamiento o no podrán hacer nada en la Sociedad de Almas. Llega el tan señalado jueves. La mañana pasa rápido, y ya en la tarde, en la casa de los Kurowsaki.
Mientras su madre ríe y sus hermanas no paran de molestarlo, Xavi se calza y se despide, ignorando los intentos de sus hermanas por molestarle. Finalmente, el joven sale de su casa de camino al almacén de Urahara. Casi corriendo, Xavi llega al almacén, deseoso de comenzar su entrenamiento y recuperar sus poderes. Al llegar a la puerta, se encuentra en ella a Urahara, ayudando a Ururu a limpiar.
Xavi sigue a Urahara dentro del almacén. Tessai y Ururu cierran el local, poniendo un cartel de: “Lo sentimos, pero hoy cerramos.” Mientras cierran todo, Urahara pregunta a Xavi.
Con todo cerrado, Tessai levanta una parte del suelo del almacén, revelando unas escaleras secretas. Todos bajan por esas largas escaleras, llevando a una habitación subterránea. La habitación era de gigantescas proporciones, de suelo terroso con algunos árboles, aunque estaban marchitos. Las paredes estaban pintadas simulando el cielo. Nada más poner un pie en aquella gigantesca habitación, Urahara comienza a gritar:
Xavi comienza a hacer estiramientos bajo la mirada de Urahara, que guarda su abanico y saca un bastón, aquel con el que tumbó a Xavi hace unos días.
Con esas palabras, Urahara eleva su bastón y con la punta señala a la frente de Xavi. En la punta del bastón puede observarse el símbolo de una calavera entre llamas. Con la punta donde esta el dibujo, Urahara golpea la frente de Xavi, provocando que su alma se separe de su cuerpo, como si hubiera usado una Soul Candy. No obstante, a diferencia de las Soul Candy, el cuerpo de Xavi queda vacío y sin un alma, Urahara simplemente ha sacado el alma del cuerpo. Otra gran diferencia es la forma espiritual de Xavi, no tenía aspecto de Shinigami, pues ya no tenía los poderes. Era exactamente igual a su forma humana, solo que con una diferencia, una cadena atada al pecho que le unía con su cuerpo vacío. Xavi se levanta tras el golpe que lo había separado de su cuerpo, enojado por la brusquedad de Urahara.
Después de los dos gritos, Xavi nota que le falta el aliento y le cuesta moverse, así como de su apariencia no Shinigami.
Al grito de Urahara, Tessai recoge el cuerpo de Xavi que aún estaba unido a él con la cadena del destino. Mientras que la cadena del destino esté unida al cuerpo, la vida del sujeto no se perderá. Luego aparece Ururu, la dulce niña, cubriendo sus manos con dos guantes de boxeo y en su cara un protector.
Ururu le lanza unos guantes y otro protector a Xavi, el cual mira atónito a Ururu. Alarmado, se gira hacia Urahara.
Xavi se gira para ver el movimiento de Ururu, pero cuando mira, la dulce niña ya no está ahí. Cuando quiere darse cuenta, Ururu está justo frente a él, con el puño alzado. Instintivamente, Xavi se hace a un lado y el puñetazo de Ururu falla, haciendo un gran agujero en la tierra de la habitación. Desde el suelo, sorprendido por la fuerza de la niña, Xavi no sabe qué hacer o decir.
Ururu vuelve a lanzar otro ataque, y Xavi lo esquiva apurado una vez más. Con prisa, al ver que la cosa iba en serio, Xavi coge los guantes y el protector para colocárselos. Mientras huye apurado de los puñetazos de Ururu, que no para de hacer agujeros en la tierra, trata de colocarse el protector, pero no acierta, por lo que grita:'
Desde cerca, Urahara y Tessai, que están viendo la prueba, le dan indicaciones a Xavi.
Es entonces cuando Ururu lanza una nueva embestida que casi acierta a Xavi, provocando que el joven siga corriendo. Expectante, Urahara insiste.
Al decir las palabras... No ocurre absolutamente nada.
Xavi decide pasar de Urahara, y mientras sigue corriendo por la gigantesca habitación, huyendo del poder destructivo de Ururu, por fin atina a colocarse la banda protectora en la cara. Después se coloca los guantes y se da la vuelta, encarando a Ururu.
En eso, Ururu lanza otro puñetazo que a duras penas puede esquivar Xavi. Después de eso, no le queda más remedio que seguir corriendo.
Xavi se frena en seco, esperando a Ururu. La dulce niña lanza un nuevo puñetazo, pero esta vez, Xavi mueve su cuello, esquivando el golpe de la niña. Bajo la sorpresa de Urahara y Tessai, Ururu se queda desprotegida, y Xavi lo aprovecha para dar un puñetazo en la cara a Ururu, no muy fuerte, casi rozándola.
El rasguño en la cara de Ururu derrama un poco de sangre. Al ver su propia sangre, la niña abre mucho los ojos y coloca en Xavi una mirada asesina. Con el brazo de Xavi aún estirado, la niña se coloca encima, elevando una de sus piernas. Ante la velocidad de Ururu, Xavi lo único que puede hacer es ver venir el golpe. La patada lo alcanza en la cara, provocando que salva volando contra una de las rocas del terreno de la habitación. Por fortuna, Urahara había parado la pierna de Ururu antes de que diera a Xavi de lleno, y Tessai lo había agarrado para que no colisionara contra la gran roca.
Mientras que Xavi se levanta, dando las gracias a Tessai, Urahara acompañado de Ururu se acerca.
En eso, aparece Tessai con una gran hacha y corta la cadena del destino, separando definitivamente el alma de Xavi de su cuerpo, acabando con el único vínculo entre cuerpo y alma.
To be continued... |
Soul Society Saga[]
Capítulo 10
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Two friends, two destinies. |
Jueves, 16:37 PM, Karakura. Paseo forestal de Kasazaki. Entre los árboles, junto a un arroyo que baja por una pequeña cascada, Zer deposita una caja en el suelo, la cual está envuelta con unas bandas azules. Zer queda mirando el fluir del agua del arroyo, pensativo.
Zer se voltea reconociendo la voz, era de Inoue. De entre los árboles salen Inoue y Josex, que tras pasar por encima de unas rocas de considerable tamaño, llegan a la altura de Zer. Los dos están acompañados por el gato Yoruichi, al que en un principio Zer no ve.
Los tres se sientan en las rocas cercanas al riachuelo, aquellas que previamente habían salteado, aunque Zer deja la caja en el mismo lugar. La conversación comienza, en la que Inoue y Josex le explican a Zer que iban a ser supervisados en su entrenamiento.
Zer desvía la mirada hacia la izquierda de su asiento, viendo al lado de la roca a Yoruichi, percatándose por fin de su presencia. Zer durante unos segundos se queda mirando al animal, sin reaccionar. Finalmente comenta:
Al ver que el gato hablaba, Zer se queda con la misma expresión, sin decir nada. Tras unos segundos, reacciona de forma exagerada, cayendo de la roca, asustado y gritando:
Cuando el ambiente se relaja y Zer asume el hecho de que Yoruichi es un gato parlante, retoman la conversación. Yoruichi le ofrece a Zer entrenarse con ellos, y ante la proposición responde de forma asertiva:
Sus dos amigos se marchan, siguiendo al gato Yoruichi. Tras que se pierdan entre los árboles, Zer vuelve junto al curso del arroyo, donde había dejado la caja. Mirándola, de pie, Zer vuelve a sus pensamientos.
Zer se agacha, sin quitar ojo a la caja. Luego pone sus manos sobre las bandas azules que la cubren y las retira. Después de tomar algo de aire, traga saliva y retira la tapa de la caja, saliendo de su interior una luz cegadora de color blanco.
De vuelta al almacén de Urahara, concretamente en la gran habitación subterránea, Xavi ya ha superado el primer entrenamiento, por lo que es hora de pasar al segundo. Es entonces cuando Tessai, usando una gran hacha, corta la cadena del destino de Xavi, separando su alma de su cuerpo para siempre. Al ver esto, Xavi se altera mucho, bajo la mirada sombría de Urahara.
Antes de que Xavi se tire sobre Urahara, Tessai se lanza sobre él, tumbándolo en el suelo. Tessai se sienta en la espalda de Xavi, inmovilizándolo.
Con esas palabras, Urahara estira su brazo hacia el frente. Con su mirada, Xavi sigue el brazo de Urahara, esperando que suceda algo. De repente, un gran agujero aparece debajo de Xavi, por el que cae, aún con Tessai a su espalda. Mientras que Xavi cae al fondo del pozo, gritando, Urahara sigue a lo suyo.
Xavi sigue cayendo y gritando, bajo la mirada de Urahara, que se vuelve hacia Ururu.
Finalmente Xavi se lleva un gran porrazo, tocando fondo. Para entonces, Tessai ya no está sobre su espalda, no obstante, una especie de cuerdas con unos reforces atan sus brazos hacia su espalda. En frente suyo, Tessai realiza un conjuro Kido con sus manos.
Nota*: Kin significa “sello”
Es entonces cuando Xavi, que se había puesto de rodillas apoyando su cara en el suelo, pues sus manos estaban atadas, mira a su pecho. En el extremo de la cadena, puede ver como aparecen unas bocas sedientas, que comienzan a devorar la cadena hacia arriba, en dirección al pecho. Cada mordisco que da una de esas bocas, es como si una daga ardiente atravesara el pecho de Xavi, provocándole un gran dolor.
Por otro lado, vamos a alejarnos del barrio por donde nos hemos movido hasta ahora, Karakura, para visitar el otro mundo, la Sociedad de Almas. Este mundo es el lugar de descanso de las almas que son purificadas por los Shinigami, renaciendo en una segunda “vida”. La Sociedad de Almas se divide en dos grandes bloques, el Rukongai y el Seireitei. El Rukongai es la parte más grande de la Sociedad de Almas, donde viven las almas comúnes. El Seireitei, levantado en el centro de la Sociedad de Almas, es la parte donde residen los Shinigami. El Seiretei cuenta con el Gotei, es decir, las cortes de los once escuadrones Shinigami*. En una parte en concreto del Seireitei, en el sector perteneciente a la sexta división, en la casa de su capitán, Byakuya Kuchiki, se está armando una buena discusión. La hermana del capitán, a pesar de que pertenece a otra división, ha estado allí descansando y ahora que se encuentra mejor, discute con su hermano. En un salón bastante amplio, con vistas al jardín de la casa, Rukia grita ante el semblante serio de su hermano. Los dos están sentados en una mesa cuadrada, frente a frente.
Rukia se queda callada, apretando los puños sobre su regazo, intentando contener sus lágrimas de rabia. Ella no suele levantar la voz a su hermano, es más, siempre le habla con el mayor respeto. Sus emociones la habían traicionado al ver que por su culpa se había “matado” a varios inocentes. Para evitar explotar, Rukia se levanta y se dispone a marcharse de la habitación, bajo la seria mirada de su hermano. Justo antes de salir por la puerta, Rukia se detiene y girando un poco el cuerpo mira hacia su hermano, preguntándole:
Durante un instante, el rostro sereno de Byakuya se tuerce, pero retoma la serenidad con tal rapidez que ni su hermana se percata. Totalmente serio, responde un rotundo: "No". Tras oír la respuesta, Rukia, ahora también seria, abre la puerta corredera y sale por ella. Con los pies en el pasillo, cierra la puerta y suspira, mirando al suelo.
En eso que por el principio del pasillo llega el vice-capitán de la sexta división, Renji Abarai. Con su aire un poco chulesco, pero amigable, saca a Rukia de sus pensamientos.
Con esa respuesta tan seca, Rukia sale corriendo por el pasillo, despidiéndose de Renji, gritando: “Tengo prisa”. Renji se queda mirando como su amiga se marcha.
Mientras tanto, en el mismo cuartel de la sexta división, en las mazmorras, un recluso algo especial recibe la visita de unos mensajeros. La habitación es rectangular, con una mitad dedicada a una celda y con la otra “libre”. La celda es fría, de losa y paredes azules. Cuenta con una cama en una esquina y una sola ventana circular, con unos barrotes que forman el símbolo del sexto escuadrón. Al otro lado de los barrotes, la parte libre cuenta con un color más vivo y no tan frío. El suelo es de madera y en las paredes se puede ver de forma repetida el símbolo del escuadrón. El recluso, Brett, está sentado debajo de la ventana de la celda, apoyando su espalda en la pared y rodeando sus rodillas con sus brazos. Brett mira fijamente la luz que entra por la ventana, la cual no le llega a tocar. Los dos mensajeros, con ropas rojas y negras, con una estética similar a la de un ninja, rompiendo con la normal de los Shinigami, se dirigen a Brett.
Los mensajeros guardan silencio, como esperando las súplicas de Brett. No obstante, el joven Shinigami eleva lentamente su mirada, dejando la luz y poniéndola sobre los mensajeros. Entonces rompe su silencio:
Los impulsos de los guardias son detenidos por un Shinigami algo diferente al resto. Llevaba Zanpakuto y el kimono negro, como todos los Shinigami, pero sobre su espalda portaba una bolsa blanca, un kit médico. El Shinigami era de una estatura media, piel morena y complexión delgada. Tenía el cabello castaño oscuro y ojos de color café.
Ante las palabras de Brett, todos se quedan callados, sorprendidos por la facilidad con la que el chico se había rendido y aceptado la muerte. Finalmente uno de los mensajeros retoma la palabra.
Está vez, Brett ni siquiera mueve su mirada y permanece callado, mirando la luz que no llegaba a tocarle. Tras unos segundos y ver que el recluso no decía nada, los mensajeros se retiran, así como algunos guardias. En la sala se quedan Fénix y otro guardia. Fénix mira a Brett, pensativo, aunque el guardia interrumpe sus pensamientos.
Tras unos segundos de silencio, Fénix decide marcharse. Aunque, antes de ello, se vuelve hacia la celda y mira a Brett. Durante unos segundos mantiene la mirada en él, sin que el recluso se inmute, que no quita ojo a la luz. Al final, Fénix rompe su silencio.
En eso, Brett, bruscamente cambia su mirada de la luz a Fénix. Clava su mirada en él de tal forma que Fénix siente un escalofrío. Es entonces cuando el recluso, deja de rodear sus piernas con sus brazos, estira las piernas en el suelo y apoya la cabeza en la pared, mirando hacia la ventana que tenía encima.
Ante las palabras de Brett, Fénix se queda boquiabierto. No sabía que contestar, realmente hablar con aquel recluso era muy molesto, no había forma. Con la mente en blanco, Fénix se voltea, decidido a marcharse, mientras que Brett aún sigue mirando hacia la ventana. Justo cuando Fénix va a salir por la puerta, aparece Rukia, sorprendiendo al chico de la cuarta división.
Con la regañina de Fénix, Rukia sigue avanzando, saluda al guardia y se para frente a la celda, ignorándole totalmente.
Rukia se queda mirando a Brett, en silencio. El recluso sin bajar la cabeza, baja la mirada, y la deposita en Rukia. La Shinigami, algo nerviosa, rompe su silencio.
Ante la pregunta, Brett vuelve a elevar su mirada hacia la ventana, ignorando a Rukia. Al ver como la ignoraba, Rukia agarra su brazo derecho con su mano izquierda, insegura. Tras mirar a la derecha y tragar saliva, prosigue:
Rukia devuelve su mirada sobre Brett, sin soltar su brazo. El recluso, por su parte, sigue ignorando a Rukia.
Brett sigue mirando a la ventana, ignorando a Rukia. Ella, que comienza a perder la paciencia, deja de agarrar su brazo.
Fénix y el guardia presente se están quedando de piedra al oír las palabras de la vice-capitana de la tercera división. Ella se estaba rebajando, se estaba tragando el orgullo Shinigami... Sólo para seguir siendo ignorada por Brett.
Rukia ya comienza a perder los nervios al ver como Brett la ignoraba de forma tan fría. La Shinigami, apretando los puños y reteniendo sus ganas de llorar de rabia, grita:
En eso, Brett baja no solo su mirada, si no su cabeza y la deposita en Rukia. Ante la rabia de la vice-capitana, Brett, totalmente serio y asesinando a Rukia con la mirada, quebranta su silencio:
Las palabras de Brett chocan contra el corazón de Rukia, que siente como si quedará petrificada. Temblando, sintiéndose ahora más culpable que nunca, eleva la cabeza, cruzando por primera vez sus ojos con los de Brett. Al chocar, Rukia, totalmente superada por su sentimiento de culpabilidad, cae de rodillas, temblorosa. Brett devuelve su mirada hacia el círculo de luz reflejado en el suelo, aquel que nunca que le toca. Rukia, entra en un ataque de ansiedad y Fénix la atiende, llevándosela al pasillo. En la sala sólo permanece el guardia de la celda, que se queda mirando a Brett, diciéndole:
Ante las palabras del guardia, Brett comienza a reírse, sin quitar ojo de la luz. Cuando Brett calma su risa, quebranta una última vez su silencio.
Fuera de la habitación donde mantenían a Brett, en el pasillo, tras unos minutos, Rukia se recupera un poco gracias a Fénix. Tumbada en el suelo conversa con el médico de la cuarta división.
Ahora volvamos al mundo de los vivos, donde el entrenamiento de Inoue y Josex por fin ha comenzado. En uno de los edificios abandonados de Karakura, bajo la supervisión del gato Yoruichi, los dos tratan de controlar y aumentar sus poderes.
Delante de tal espectáculo, que claramente inútil, Yoruichi lo contempla con cara de póker. Entre suspiros, el gato decide ayudar un poco a los dos, pues siente vergüenza ajena.
Las palabras del gato dejan seria y pensativa a Inoue. En sus pensamientos encuentra la respuesta: "Claro... Yo aquella vez quería proteger... a Taktsuki". Al dar con la clave dentro de sus pensamientos, las horquillas en su pelo brillan durante un instante, algo que ve Josex.
En ese preciso momento, las horquillas de Inoue se iluminan y se separan, invocando así a su poder, los Shun-Shun-Rikka. Inoue, muy contenta por ver de nuevo a los pequeños seres que forman sus poderes, exclama: “¡Sois vosotros!”. No obstante, la alegría de Inoue no es compartida por Tsubaki, uno de las Seis Flores Danzantes, que rápidamente se tira sobre Inoue, golpeándola y tirándole del pelo.
Mientras Inoue sigue corriendo de un lado a otro, huyendo de Tsubaki quien sigue martirizándola a pesar de los intentos de Shuno por pararlo, Yoruichi se vuelve hacia Josex.
Por su lado, en el subterráneo del almacén de Urahara, continúa el entrenamiento de Xavi. En el interior oscuro del gran pozo que había hecho Ururu, se encuentra Xavi, tirado en el suelo, retorcido de dolor, observando como las bocas sedientas habían devorado ya más de la mitad de la cadena. Junto a él está Tessai, que mantiene el conjuro sobre los brazos de Xavi. Con las bocas calmadas, Xavi puede respirar un poco.
Xavi se pone de rodillas sobre el suelo, apoyándose con su cabeza para conseguirlo. Luego permanece mirando a la lejana salida del pozo.
Mientras que Xavi piensa en una forma de escalar, aunque él realmente sabe que es imposible, desde lo alto del pozo, Ururu y Urahara observan al joven. En eso, el vendedor comienza a hablarle.
Las palabras de Urahara provocan un escalofrío en Xavi, pues en realidad, empezaba a sentirse hambriento. Urahara, con tranquilidad, mira al techo pintado como el cielo azul. Luego mira un reloj que llevaba Ururu, sabiendo así el tiempo que había transcurrido en total.
Al oír el tiempo que había transcurrido, conociendo lo poco que le quedaba, Xavi se altera aún más y por el impulso del pánico sale corriendo contra la pared, tratando de escalarla corriendo. Evidentemente, es imposible y se da un talegazo. Tras volver a colocarse de rodillas, respirando muy rápido y con el corazón acelerado, se mira el pecho. Ve como aún le queda más de un cuarto de la cadena, no puede ser que haya pasado tanto tiempo, se decía.
Con las palabras de Urahara, por toda la cadena del destino aparecen bocas sedientas que comienzan a devorar la cadena. Antes las bocas solo aparecían en el extremo, pero ahora era por toda la cadena. Con una velocidad increíble, las bocas comienzan a devorar la cadena, con los gritos de dolor de Xavi. En menos de un minuto, la cadena es devorada por completo y desaparece, dejando un hueco en el pecho de Xavi, un hueco exacto al de los Hollow. Durante unos segundos, Xavi deja de gritar, pero después, una máscara blanca comienza a crearse alrededor de su cara, soltando un nuevo grito. La máscara de Hollow poco a poco cubre el rostro de Xavi, bajo la mirada de Tessai, que aún mantenía el sello. En lo alto, Urahara y Ururu observan.
Mientras la máscara cubre los ojos de Xavi, él pierde el conocimiento. A medida que sus sentidos lo abandonan escucha una voz femenina:
Es entonces cuando Xavi poco a poco recupera sus sentidos y la conciencia, volviendo a abrir los ojos lentamente. Para cuando lo hace, puede ver como ya no estaba en el pozo o en el almacén de Urahara. Ni siquiera estaba en Karakura.
Xavi estaba en una isla, pero no una isla cualquiera sobre el mar, no, la isla en la que estaba era una isla sobre el cielo. En la parte que él estaba era una plaza, la cual tenía una torre en uno de los lados. Por encima de la isla había otra pequeña isla por la que caía una cascada, que iba a parar a un lago, del que nacía un río que recorría la isla. A ambos lados del río había casas y en la parte más alejada se podía ver un largo puente que unía con otro trozo de isla, en el que había una gran estatua dedicada a una deidad.
Xavi deja de observar aquel lugar que ya parecía conocer y mira a su espalda, siguiendo la voz que le hablaba. Cuando se vuelve ve a una figura femenina, de aspecto azul, vistiendo con ropas entre moradas y azules, y con una joya azul en el pecho. Esta figura estaba de pie sobre una Zanpakuto, la cual estaba clavada en el suelo. Pero no era una Zanpakuto cualquiera, era la Zanpakuto de Xavi. El joven, sorprendido, al ver la figura femenina exclama:
La figura femenina era la personificación del espíritu de la Zanpakuto de Xavi, y aquella isla era nada más y nada menos que el interior de Xavi, donde habita el espíritu de la Zanpakuto. Fay, al ver que su amo la reconocía, sonríe y contesta:
Antes de que Xavi pueda decir algo más, se siente un gran temblor por toda la isla. De repente, el agua del río se desborda hacia un lado, quedando el río seco y yendo toda el agua hacia Xavi. Por si fuera poco extraño, cuando quiere darse cuenta, Xavi se está cayendo hacia el vacío. ¡La isla se había inclinado! Mientras que Xavi cae gritando, Fay lo persigue volando, poniéndose a su lado.
De repente, numerosas cajas comienzan a caer desde encima de Fay, llegando hacia Xavi. Caen con los escombros de la isla. Son tantas cajas que es imposible hacerse una idea de cuantas son.
Bajo la mirada de Fay, Xavi sigue cayendo, viéndose rodeado por un gran número de cajas. Debajo de Xavi aparece una grieta oscura por la que caerá si no hace nada.
Nota*: El Reiraku es una técnica usada por los Shinigami en la que personifican las entes espirituales de su alrededor en lazos de color blanco, que están unidos a sus dueños. Es muy útil para localizar a otros espíritus. El lazo de los Shinigami es de color rojo.
La caja llega junto a él y al abrirla se encuentra dentro la empuñadura de su Zanpakuto. Mientras Xavi la observa, Fay se coloca detrás suyo.
Fuera de su interior, en el subterráneo del almacén de Urahara, el propio Urahara observa como solo falta una parte de la barbilla de Xavi para que la máscara se complete. En eso, Urahara siente una fuerte presión espiritual, y muy apurado aparta a Ururu del gran pozo. Mientras salta, en el interior del pozo se produce una gran explosión que lanza una onda de reiatsu fuera del pozo. Mientras mira la explosión, ve como de la ráfaga de reiatsu sale algo que choca contra el suelo, levantando polvo.
Urahara se vuelve hacia donde se había chocado la cosa que había salido de la explosión del pozo, esperando a que el humo se disipe.
Poco a poco, el humo comienza a disiparse, revelando a un ser con ropas de Shinigami, una Zanpakuto en forma de Shikai a la espalda y en la cara... ¡Una máscara de Hollow! To be continued... |
Capítulo 11
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The blade and me. |
Bajo el techo que simula el cielo, en la gigantesca habitación subterránea del almacén de Urahara, su dueño de mismo nombre contempla lo que para muchos es algo imposible, un Shinigami con una máscara de Hollow.
Bajo la mirada de estos dos, Xavi no se mueve. Simplemente está de pie, mientras el poco polvo que queda rodeándolo desaparece. Su apariencia es la de un Shinigami: kimono negro, sandalias y una Zanpakuto; pero, la máscara... Es como la de cualquier Hollow, completamente blanca, aunque tiene unas marcas de color rojo en el ojo derecho, de arriba hacia abajo, haciéndose de grandes a pequeñas, como si fueran un arañazo. Del pozo de donde había estado Xavi, sale Tessai, con sus ropas sucias por la explosión, pero él aparentaba estar bien. Urahara se da cuenta y se dirige a él:
En eso que Xavi, por fin se mueve. Toma su Zanpakuto en forma Shikai, la cual es igual a una espada medieval, y con la empuñadura golpea la máscara de Hollow. Con total normalidad rompe la máscara de Hollow, revelando que su cara estaba igual que siempre. ¡Había recuperado al completo sus poderes de Shinigami! Aunque con un extraño adorno. Tras terminar de romper la máscara, se dice a sí mismo:
Xavi sonriente se acerca a donde están Urahara y los demás. Cuando está a su altura, cambia su cara sonriente por una diabólica y golpea a Urahara en la cabeza, haciéndole un chichón.
Cuando Urahara termina de explicar en qué consistía el nuevo entrenamiento, para su sorpresa, Xavi realiza un rápido movimiento con su espada, rozando su sombrero.
Mientras habla, Urahara toma su bastón por un extremo y tira de él, desenfundando de su interior una katana. La hoja de la katana era delgada, aunque transmitía respeto. Totalmente serio, termina diciendo:
Mientras tanto, en uno de los edificios abandonados de Karakura, Inoue y Josex continúan con su entrenamiento bajo la supervisión de Yoruichi. Inoue ya es capaz de invocar su poder a voluntad, y ya comienza a estar familiarizada con él a la hora de usarlo. Por otro lado, Josex, gracias a los consejos de Yoruichi ha conseguido desarrollar el Shikai en un tiempo récord.
Algo cabreado por las provocaciones de Yoruichi, Josex desenfunda su Zanpakuto de su cintura. Agarrándola a dos manos, cierra los ojos y se concentra. Es entonces cuando unas llamas aparecen en sus manos. Luego abre los ojos y grita:
Nota*: Sazandora es el nombre en japonés del Pokémon Hydreigon.
El grito de Yoruichi llega demasiado tarde, pues una gran llama rodea a Josex, siendo incapaz de controlarla.
Mientras grita, Yoruichi corre junto a Inoue para ponerse a salvo. Con ellas fuera de escena, Josex hace caso al gato y realiza un ataque. De una sacudida, gritando: “Kaen kosha*”, suelta una llamarada que golpea la pared del edificio y crea una explosión. Al hacerlo, Josex pierde el control y su Zanpakuto deja la forma de Shikai forzosamente. Josex se queda delante del gran destrozo, con cara de póker, bajo la mirada de Yoruichi e Inoue.
Josex, Inoue y Yoruichi salen por patas, antes de que lleguen los asustados vecinos de aquel edificio abandonado. De vuelta al almacén de Urahara, en el subterráneo, el espectáculo ha comenzado. Tessai y Ururu contemplan con atención como su jefe, Urahara, suelta espadazos hacia todos lados con su katana, mientras que Xavi lo esquiva hábilmente, aunque se ve obligado a retroceder. Urahara provoca cortes en el suelo y rompe rocas con su katana, mientras que Xavi salta hacia atrás, riendo.
A pesar de su tono amistoso, Urahara lanza un corte horizontal, con mucha violencia. Xavi consigue detenerlo con su Zanpakuto, pero la potencia es tal que le hace retroceder, arrastrando los pies por el suelo para tratar de frenar.
Xavi contempla como le decía aquello Urahara, serio a la par que retador, sosteniendo su sombrero con la otra mano para que no saliera volando. A pesar de que Urahara parecía un rival formidable, Xavi aún está confiado de que podrá vencerle.
Los pensamientos de Xavi son interrumpidos cuando Urahara alza su espada y sin que el joven pueda percibirlo, le provoca un pequeño corte en la cara, que derrama algo de sangre. Xavi se sorprende al ver que fue cortado por una simple katana.
Xavi se queda sin palabras, mientras Urahara le señala con su katana, clavando su mirada en él, esa mirada que se ocultaba en la sombra de su sombrero.
Nota*: Benihime significa “princesa carmesí”.
Sin previo aviso, Urahara se abalanza sobre Xavi, quien esquiva el tajo por instinto. Urahara destroza una roca que había detrás de Xavi, reduciéndola a polvo. Sin perder un solo segundo, se vuelve hacia su adversario y vuelve a cargar. Xavi apenas puede detener los golpes de Urahara, encajando uno tras otro sin siquiera poder recuperar la postura. Urahara lanza un tajo desde arriba, el cual Xavi bloquea y los dos se quedan forcejeando. Mientras que Xavi usa toda su fuerza para frenar a Urahara y puede verse en su rostro lo apurado que está, Urahara mantiene el duelo con una sola mano, apenas sin mostrar esfuerzo.
Urahara gana el choque con una sola mano, aunque daba la sensación de que solo con su mirada había derrotado a Xavi, enviándolo por los aires y luego chocando de espaldas contra el suelo. Xavi se reincorpora del golpe, solo para ver como Urahara ya vuelve a estar encima de él. Xavi esquiva el golpe y se pone de pie, solo para ver como Urahara le hace una herida en el brazo izquierdo. Con la sangre corriendo por su brazo, Xavi vuelve a retroceder, ante la mirada en la sombra de Urahara.
En mitad de la explicación, aún con Xavi agarrando su herida, Urahara lanza un nuevo ataque, pero falla pues Xavi lo esquiva saltando hacia a un lado.
Urahara vuelve a lanzar un ataque hacia Xavi, el cual lo esquiva a duras penas, levantándose y saliendo a correr. Urahara lo persigue, sin piedad, lanzando cortes por arriba, abajo o a los lados, mientras que Xavi lo único que puede hacer es correr.
Urahara sorprende a Xavi colocándose delante de él y le provoca un corte en el hombro izquierdo, derramando aún más sangre. Ante el dolor, Xavi se pone de rodillas frente a él. Urahara entonces le da una patada en la cara y hace rodar a Xavi por el suelo terrenoso. Xavi a pesar del dolor trata de reincorporarse. A pesar de los golpes en ningún momento ha llegado a soltar su Zanpakuto. Aunque todavía está armado, el miedo y la duda lo invaden.
Una voz resuena en la cabeza de Xavi, la cual lo llama. Es la voz de su Zanpakuto, Fay. Ante los ojos de Xavi, como si se paralizara el tiempo, aparece Fay. Aparentemente el espíritu de Fay solo puede ser visto por Xavi.
Aunque Xavi es el único que puede ver a Fay, mientras se comunica con ella, Urahara se queda totalmente quieto, observando, serio. Fay sigue hablando a su amo.
A medida que Fay habla, Xavi comienza a levantarse, de a poco, sin perder la mirada en Urahara.
Con las palabras de Fay, Xavi se queda mirando a Urahara, totalmente serio. Su energía había dejado de mostrar miedo. Lentamente levanta su Zanpakuto de aspecto medieval y con ella señala a Urahara. El “pacífico” vendedor, sonríe y rompe su silencio.
Xavi eleva su espada, en la que rápidamente se concentra una energía de color azul. Cuando la energía se concentra y la hoja de la espada pasa de blanca a azul, Xavi la sacude gritando a todas sus ganas: "¡¡¡Raika ten!!!". Un gran rayo de luz azul sale disparado hacia Urahara. El vendedor, muy sorprendido, siente la terrorífica energía del ataque y rápidamente levanta su Zanpakuto, creando un escudo espiritual delante de él. Se genera una gran explosión que levanta polvo. Tessai junto a Ururu consigue cubrirse de la explosión escondiéndose tras una roca. Entre el polvo aparece volando el sombrero de Urahara, cuya mitad había desaparecido en el ataque. A medida que el sombrero llega al suelo, el resto del polvo desaparece, revelando a Urahara detrás del escudo, el cual estaba quebrado, pero se mantenía en pie. El pelo rubio de Urahara ya no era cubierto por su característico sombrero.
Urahara se voltea hacia su adversario, al cual encuentra en el suelo, durmiendo por el cansancio. El vendedor se coloca su sombrero roto y sonriente se dice así mismo:
En eso se acercan Tessai y Ururu hacia su jefe, preocupados. Urahara les dice que está bien, aunque tendrá que comprar otro sombrero. De nuevo se vuelve hacia el dormido Xavi.
La tercera lección finaliza, pero ello no significa que el entrenamiento termine. Durante seis días más, Xavi continúa luchando de Sol a Sol contra Urahara, siguiendo el duro entrenamiento. Finalmente, cuando el entrenamiento termina, Xavi vuelve a su casa a descansar. Al igual que él, Josex, Inoue y Zer han terminado con su entrenamiento y también les toca descansar. El tiempo que tienen para descansar es el de una semana. Urahara necesita siete días para poder crear el portal que los llevará a la Sociedad de Almas, por lo que el descanso es más bien obligado. Tal vez sea por la impaciencia o tal vez sea por la preocupación, pero la semana pasa rápido, haciéndose muy corta para todos. Pronto llega el día tan señalado, un lunes, día en el que partirán a la Sociedad de Almas. Por la mañana, en la casa de los Kurowsaki, Xavi se despierta por los gritos de sus dos hermanas en el pasillo:
Las dos empiezan a forcejear, pero la furia de las dos desaparece cuando sienten como su hermano abre la puerta de su habitación. Sabiendo que con sus gritos lo habían despertado, se vuelven hacia a él, esperando la regañera. Antes de que su hermano comience a hablar, las dos gritan:
Las dos cierran los ojos esperando los gritos de su hermano enojado, pero, para su sorpresa, Xavi pone sus manos sobre las cabezas de sus hermanas, acariciándolas.
Las dos se quedan sorprendidas por la reacción de su hermano, estaba totalmente fuera del guión. Al ver la cara de sus hermanas, Xavi echa a reír y luego sigue: "Alme, se justa y dale la 3DS a tu hermana". Luego se voltea y baja las escaleras, bajo la mirada de Alme y Aura, que no se explican esa reacción.
Xavi baja las escaleras y entra en el salón-cocina. Allí comienza a prepararse el desayuno, bajo la mirada de su madre, que toma un café. Con el sonido la radio de fondo y viendo como su hijo se prepara unas tostadas, Ikumi sabía que hoy era el día en que su hijo iría a la Sociedad de Almas. No podía dejar de mirarlo y recordar todos los buenos momentos vividos junto a él, estaba bastante nostálgica. Xavi al sentir la mirada de su madre, se ríe y rompe el silencio.
Ante el comentario de Xavi, Ikumi comienza a reírse, lo cual lo extraña aún más. Xavi toma sus tostadas y su taza con leche y se sienta en la mesa de la cocina, enfrente de Ikumi.
Al oír el nombre de Inoue, Xavi se atraganta con la tostada que estaba comiendo y comienza a toser, nervioso. Su madre se ríe de él. En eso bajan a la planta de abajo Alme y Aura, atraídas por tanta risa.
Ante el enojo de Xavi, Ikumi y sus hermanas comienzan a reírse por la reacción. Entre risas los siguen molestando, diciendo: “Tonto, negarlo es el primer síntoma de que estás enamorado”, provocando aún más el enojo de Xavi. Entre tanta risa, al final Xavi se acaba contagiando un poco y también se ríe. El resto de la mañana continúa tranquila, con un Xavi que a pesar de las burlas de sus hermanas se comporta de forma cariñosa con ellas. Llega la hora de comer, y todos ayudan en la cocina. Hoy comerán sekihan, un plato de arroz cocinado con azuki, muy común en ocasiones especiales. Con todo preparado comienzan a comer, aunque Aura y Alme no entienden porque comen ese plato, más reservado a ocasiones especiales.
Nota*: Las playas de Onjyuku son las más famosas de Tokio.
Aura y Alme comienzan a batallar de nuevo con su hermano, mientras Ikumi se ríe de la escena. Ikumi se había inventado aquella mentira para justificar la ausencia de Xavi durante los próximos días, mientras estaría en la Sociedad de Almas. La comida pasa y así llega la tarde. Si la mañana había sido tranquila para Xavi, la tarde solo le generaba tensión. A todos ratos miraba el reloj, calculando el tiempo que faltaba para las 23:00 (11:00 PM), hora que le había señalado Urahara. Xavi pasa la mayor parte de la tarde en su cuarto, jugando a videojuegos o viendo anime, solo para despistarse. Aunque a Xavi no es el único que le sucede esto, pues los demás del grupo también viven una tarde tensa. Zer, Josex e Inoue pasan la tarde en su casa, con la misma tensión, y tratando de distraerse de distintas maneras. Inoue en particular recibe la visita de su mejor amiga, Taktsuki. Las dos pasan la tarde conversando en el salón, tomando un té.
Ante la nostalgia de Inoue por su hermano, se crea un nuevo silencio. Taktsuki mira a un lado y luego devuelve su mirada hacia Inoue.
El día sigue avanzando y la tensión crece. Finalmente llega la hora deseada, las 23:00 PM. En la casa de los Kurowsaki, Xavi ha dicho que se irá temprano, por lo que ya se ha despedido de toda su familia. Dentro de su cuarto, Xavi abre la ventana, mirando al horizonte.
Pasan unos segundos y mientras Xavi mira por la ventana, ve como a lo lejos se acerca un objeto extraño, a gran velocidad. A medida que se acerca, identifica el objeto como una especie de pelota en la que está dibujada la cara de Urahara y debajo hay escrito: “mensaje”. Xavi se agacha, la bola entra por la ventana y choca contra el armario empotrado de su habitación.
Al chocar la bola libera una especie de sustancia roja, parecida a un líquido que se esparce por toda la pared. A medida que el líquido rojo se resbala hacia el suelo, comienza a dejar un mensaje sobre el armario, con unas letras rojas y terroríficas: “Nos vemos en el almacén ahora mismo (Urahara)”.
Mientras Xavi se queja, el líquido sigue resbalando, revelando un: “PD:”. Xavi espera y el resto del mensaje se hace visible: “Si al ver el mensaje has pensado que parece el de un asesino, tienes muy poca imaginación.”
Xavi toma una bolsa con algunas pertenencias, para que la mentira de las vacaciones sea más creíble y abandona su casa. Al salir por la puerta, antes de comenzar a andar hacia el almacén, se vuelve para dar un último vistazo a su casa. En la noche iluminada por la luna llena, Xavi contempla su casa nostálgico y termina susurrando:
Con esas palabras, Xavi se voltea y comienza a andar hacia el almacén de Urahara. En la noche de Karakura, las calles están bastante tranquilas, y mientras Xavi circula por ellas no encuentra a nadie. Al principio solo camina, pero por la impaciencia, empieza a correr. En su carrera, al girar una calle, se topa con Inoue, la cual también corre hacia el almacén. Inoue va vestida con una camisa rosa de manga corta y un pantalón de color azul oscuro; en su pelo lleva las características horquillas.
Los dos continúan corriendo hacia el almacén. En mitad de la carrera, Xavi entabla una conversación.
Los dos continúan en carrera, hasta que finalmente llegan al almacén de Urahara. Respirando fuerte para recuperar aire, los dos llegan a la puerta, donde para su sorpresa está Zer, que ha llegado de hace rato. El Quincy los está esperando allí, con las ropas blancas de su clan y un curioso guante en la mano derecha, de color azul con algunas líneas azules. Una de las líneas azules pasa por el centro del guante, dibujando una cruz.
Zer señala a la otra calle por la que no habían llegado Xavi e Inoue. Sobre el asfalto está el mismo mensaje que le habían enviado a Xavi, con esas letras rojas terroríficas.
Todos se giran y se encuentran con Josex, el que faltaba del grupo. Al contrario de Xavi, Josex ya estaba en su forma de Shinigami.
Xavi se ríe y a la par se alegra al ver que Josex ahora era fuerte. En eso, Josex se acerca a Zer, y tras mirarlo de arriba abajo le pregunta:
Todos se vuelven hacia la puerta del almacén y encuentran a Urahara, moviendo como siempre su abanico.
Todos siguen a Urahara y entran en la tienda. Por medio del pasaje secreto, todo el grupo al que se le incluye Tessai, bajan por las largas escaleras y llegan a la habitación subterránea donde Xavi se había estado entrenando. Nada más poner un pie allí, Inoue exclama:
En eso se acerca Tessai, que agarra a Inoue de las manos y emocionado, mientras trata de secar sus lágrimas con un pañuelo rosa, le dice:
Todos caen al suelo ante la tontería que acababa de decir Urahara. Xavi y Zer se levantan rápido y comienzan a gritarle, casi comiéndoselo:
Urahara cierra su abanico y acto seguido, de la nada, aparece un estructura cuadrada y de piedra blanca. Era el portal que Urahara había creado durante los siete días anteriores (1). Todos se quedan sorprendidos mirando el portal. En eso Urahara se coloca detrás de Xavi y con la punta de su bastón, donde hay una calavera envuelta en llamas, golpea la cabeza de Xavi. El chico se separa de su cuerpo y queda en su forma de Shinigami.
Mientras, Zer y Inoue comienzan a tocar el cuerpo vacío de Xavi, muy sorprendidos por como lo había abandonado.
Todos se vuelven y ven que la voz proviene del gato Yoruichi, que continúa hablando.
Con todos decididos, el grupo formado por Xavi, Yoruichi, Josex, Inoue y Zer se prepara para empezar el viaje. Urahara y Tessai se colocan junto al portal, cada uno a un lado. Ambos se agachan y se preparan para utilizar un conjuro que abra el portal. Mientras Yoruichi sigue dando indicaciones:
El grupo se prepara para empezar la carrera y se quedan mirando a Urahara. Éste último y Tessai por medio de un conjuro comienzan a pasar reiatsu al portal, abriéndolo. Entonces, Urahara grita:
El grupo sale corriendo a toda velocidad hacia el portal, decididos. Finalmente entran por la luz blanca del portal y desaparecen de éste mundo. Con ellos ya fuera del almacén de Urahara, su dueño y Tessai se levantan. Urahara se coloca delante del portal, mirándolo como nostálgico. Tessai detrás, le menciona:
Urahara sonríe y luego contesta: “seguro”. Luego, el vendedor, alza su brazo y lentamente acerca su mano hacia el portal. Al final, la mano choca con el portal, que lo repele. Urahara se queda mirando su mano y al apretar el puño susurra:
To be continued... |
Capítulo 12
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Fourteen days for conspiracy. |
El grupo formado por Xavi, Zer, Inoue, Josex y Yoruichi utiliza el portal creado por Urahara para acceder a la Sociedad de Almas con la única intención de rescatar a Brett. Tras atravesar la luz del portal, aparecen en una dimensión que une al mundo de los vivos con la Sociedad de Almas, el Dangai. Nada más poner un pie allí observan un largo pasillo maleante, desagradable, mal oliente, oscuro, con unas paredes de las que fluye un extraño líquido púrpura. El pasillo está lleno de huesos y cráneos humanos, hasta al punto de que tienen que caminar sobre ellos. Una especie de neblina recorre el pasillo, aunque es tan leve que no impide ver lo que hay al final de él: una puerta. Esa puerta por donde entra la única luz del pasillo, es la meta del grupo.
El gato comienza a correr y todos lo siguen instintivamente. El gato encabeza el grupo, seguido por Xavi e Inoue. Luego Josex y Zer van algo más rezagados. Nada más empezar a correr, las paredes de detrás de ellos se cierran, chocando entre ellas y liberando una gran cantidad de sustancia viscosa. Todos tienen que correr por sus vidas, pues si ese líquido los alcanza, se acabó.
Todos siguen corriendo, pero entonces la pared realiza como una especie de sacudida, liberando más líquido de lo normal. Por suerte, casi todo el grupo esquiva la sacudida, aunque el más rezagado de ellos, Zer, la esquiva a duras penas. Por ello pierde algo de velocidad y la capa corta que lleva a su cuello queda enganchada al líquido de la pared. El líquido tira de Zer, con la intención de tragárselo, frenándolo por completo. El grupo se percata del peligro, y Josex reacciona agarrando su Zanpakuto para salvar a su amigo. Cuando Yoruichi ve como Josex agarra su katana, grita histérico:
Josex se detiene ante la advertencia de Yoruichi, viéndose limitado. Por suerte, Xavi reacciona rápido y con sus propias manos desgarra la tela de la capa de Zer, liberándolo. Luego lo agarra y sigue corriendo, arrastrando a Zer.
Todos siguen corriendo, sin perder de vista la puerta al final del pasillo, la única luz en él. Zer se vuelve a unir a la carrera tras que Xavi lo suelte. Mientras todos corren, de repente, una nueva luz aparece, pero esta vez detrás de ellos. Todos se vuelven mientras corren para ver de dónde viene esa luz.
Las paredes y el líquido se vuelven a abrir bruscamente, para dar paso a un extraño objeto de grandes proporciones. Una gran masa que avanza a toda velocidad, iluminando su camino con un foco, como si fuera un tren.
Aquella entidad espiritual que recordaba a un tren avanza a una gran velocidad, alzando en pocos segundos al grupo. Todos corren lo más que pueden, pero Kototsu es muy rápido, tal vez demasiado. Mientras corren por sus vidas, ven como apenas faltan unos metros para llegar a la salida.
A pesar de las palabras de Yoruichi, la sensación es que la limpiadora va a acabar alcanzándolos. Apenas a dos pasos de la puerta, viendo que no lo iban a conseguir, Inoue se voltea por completo.
Inoue ignora el grito de Xavi y estira sus brazos como haciendo frente a Kototsu. En eso, sus horquillas se iluminan y ella grita: “¡Hinagiku! ¡Lily! ¡Baigon! ¡Escudo de los tres cielos! ¡Unión! ¡¡Yo te rechazo!!” Ante los gritos de Inoue, tres de los pequeños seres que forman su poder crean un escudo de luz naranja que colisiona con la limpiadora, creando una explosión. Mientras tanto, dentro de la Sociedad de Almas, en la parte del Rukongai, es decir, la parte donde habitan las almas normales y no los Shinigami, es un día tranquilo como otro cualquiera. El Rukongai tiene el aspecto del Japón feudal, por lo que apenas existe algo de tecnología, llegando incluso a ser las calles de tierra. (1) No obstante, algunos de sus habitantes han divisado un portal por el que entra luz blanca, situado en el cielo. Mientras todos lo observan, se oye una explosión y por el portal aparecen varios “objetos no identificados” impulsados por la explosión que chocan violentamente contra el suelo. Después, el portal se cierra. Todas las personas que ven el suceso huyen y se esconden en el interior de sus casas. Los objetos han colisionado en mitad de la calle, levantando algo de polvo. Cuando el polvo se disipa revela a Xavi y los demás, que habían conseguido llegar a la Sociedad de Almas. Ninguno de ellos ha llegado a estrellarse contra el suelo, pues Inoue los ha detenido a todos usando su técnica del escudo sagrado.
Al oír aquello, Josex y Xavi miran a Zer con mucha curiosidad, no sabían a qué se refería, tal vez fuese una nueva arma. Contra todo pronóstico, Zer saca de dentro de su atuendo una segunda capa.
Mientras los demás siguen con sus comentarios, Yoruichi, tras superar el mareo, se levanta y se acerca a Inoue. La chica, sonriente exclama: “¡Me alegro de que todos estén bien!”, pero su sonrisa desaparece en cuanto Yoruichi le asesta un cabezazo en la frente. Inoue se queda llorando ante el cabreado gato.
Mientras que Xavi defiende a Inoue ante Yoruichi, Zer ojea la zona. Cuando el polvo del choque termina de desaparecer, puede ver claramente la zona en la que han aterrizado. El grupo guarda silencio al darse cuenta que han aterrizado en un pequeño claro, entre las casas del Rukongai.
Cuando Yoruichi termina su explicación, Xavi fija su mirada en una zona muy cercana, al norte. La zona contrasta totalmente con la pobreza que se ve en el Rukongai. Separados por una marca ancha en el suelo, aquella zona contaba con un suelo de losa azulada en vez de suelo terrenoso, casas en mucho mejor estado y una red de murallas fácilmente identificable.
Xavi sale corriendo hacia el Seireitei, cortando las palabras de Yoruichi. Mientras Xavi corre hacia el Seireitei, el gato se altera y le grita:
Xavi sigue corriendo y de repente se frena en seco, pero no lo hace por las palabras de Yoruichi. Nada más frenarse, mira hacia el cielo, solo para ver como una gigantesca muralla cae de él. La muralla, como si se tratara de fichas de dominio, se va colocando a lo largo del horizonte, rodeando al Seireitei. La gran muralla de madera encaja a la perfección con la gran marca en el suelo, esa que dividía al Seireitei y al Rukongai. Al depositarse en el suelo con tanta fuerza, levanta una nube de polvo que ciega a todos los del grupo. De entre la nube de polvo se escucha una voz muy grave:
El humo se disipa y revela a un Shinigami gigante delante de Xavi. Todos se quedan asombrados ante el gigante, todos menos Yoruichi y el propio Xavi que lo tenía justo delante.
Mientras todos miran expectantes, Xavi no retrocede, y muy serio, no quita ojo al gigante. El guardián de la puerta saca de su kimono una gigantesca hacha, con la que señala a Xavi.
Sin previo aviso, el gigante sacude su hacha sobre Xavi. El joven Shinigami, con unos grandes reflejos, desenfunda su Zanpakuto que estaba en forma de Shikai y detiene el hacha de su adversario.
Xavi sostenie la gigantesca hacha de Jidanbo con una sola mano, sonriente. Inoue y Josex salen corriendo hacia Xavi. Inoue invoca a los Rikka y Josex saca su Zanpkuto, ambos con la intención de ayudarle. Antes de que alguno de los dos pueda hacer algún acto que lo ayude, Xavi les grita:
Sus dos amigos se frenan al instante, confusos ante la petición de Xavi.
Ante la confianza de Xavi, Inoue y Josex deciden retroceder junto a Yoruichi y Zer. Solo van a asistir a ese combate como espectadores. Por su parte, Jidanbo, comienza a reírse por las palabras de Xavi.
El gigante vuelve a atacar a Xavi. Lanza tres golpes con su hacha, uno por la izquierda, otro por arriba y luego de nuevo la izquierda. Xavi bloquea los tres, con una sola mano, sin inmutarse.
Mientras los demás charlan, Xavi sigue delante del gigantesco Shinigami, sin inmutarse, parando con su Zanpakuto agarrada con una sola mano todos los golpes que le llegan. Tras varios golpes más, Jidanbo lanza uno desde arriba con toda su fuerza, pero, para su sorpresa, Xavi vuelve a bloquearlo. Las dos armas colisionan y provoca que ambos dueños forcejeen. A pesar de que su tamaño, el hacha de Jidanbo retrocede ante Fay. Xavi sonríe confiado, mientras que Jidanbo, viéndose algo apurado, sorprende a todos retirando el hacha entre risas.
Bajo la mirada expectante de todos, Jidanbo saca de sus ropas de Shinigami una segunda hacha, exactamente igual a la otra. Ahora tenía dos hachas a cada mano, con las que apunta a Xavi. A pesar de que el poder de Jidanbo ahora sería el doble, Xavi ni se inmuta, y sigue mirando al gigante con una sonrisa confiada. Jidanbo eleva sus hachas preparándose para atacar mientras grita:
Jidanbo lanza un ataque primero con el hacha de su mano derecha, de arriba hacia abajo, pero Xavi lo detiene una vez más. Jidanbo sonríe y grita: “Fesdival Jidan de diez cordes. ¡Juppon Jidanda Matsuri!”. Al pronunciar su ataque, eleva el hacha de la mano derecha y a la par baja el hacha de la mano izquierda, golpeando a Xavi. Con la colisión grita: “Dos”. Luego repite el proceso, eleva la mano izquierda y a la par desciende la mano derecha, golpeando el hacha a Xavi. Con la colisión grita: “Tres”. El proceso se repite hasta que el gigante llega a contar diez. Cuando llega a diez, la fuerza de las colisiones es tal que levanta una nube de polvo que cubre a Xavi. Jidanbo queda exhausto, dando bocanadas de aire, aunque sonriendo al pensar que había vencido a Xavi. Los compañeros de Xavi guardan silencio, sabiendo que el combate no había acabado.
El gigante, alterado, trata de buscar explicación a como Xavi había bloqueado sus dos hachas sin despeinarse. Sus ataques no solo eran fuertes, también veloces, pero para Xavi no habían sido un reto. Jidanbo se coloca en guardia cuando ve como Xavi baja su Zanpakuto y luego se coloca para lanzar un tajo.
La amenaza de Xavi no es en vano, y tras decirla, mueve a Fay de izquierda a derecha creando un tajo horizontal que alcanza de lleno al gigante. Instintivamente, Jidanbo trata de detener el tajo con sus hachas, pero la amenaza de Xavi se cumple y sus preciadas armas son reducidas a polvo por el precio de detener el ataque. La fuerza del tajo es tal que provoca que Jidanbo caiga de espaldas, ya sin hachas en sus manos. La fuerza de Xavi sorprende al grupo.
Xavi se mantiene de pie, aun en la misma pose después de haber lanzado el tajo. Jidanbo sigue en el suelo, mirando al cielo, aun sin poder explicarse como Xavi lo había vencido con tanta facilidad. Después el gigante se reincorpora y mira sus manos, buscando sus hachas, pero ya solo sostiene el mango de una de ellas. Para sorpresa de todos, Jidanbo comienza a llorar como un niño pequeño, golpeando el suelo con sus puños al grito de: “¡Mis hachas!”. Con el gigante llorando por sus hachas, sin poder ser consolado, Xavi y el grupo se queda con cara de póker, sin saber que decir o hacer ante tal escena.
Curiosamente, el que al principio parecía ser un rival despiadado resulta ser un guerrero noble que queda conmovido por Xavi, aunque él solo se había disculpado por instinto, para tratar de acabar con aquella escena tan extraña. Todo el grupo se acerca a la puerta y a Xavi, felices por poder pasar al otro lado y entrar al Seireitei. Aunque alguno del grupo no termina de inspirarle mucha confianza el gigante.
Todos siguen las indicaciones de Jidanbo y se apartan un poco. Luego, el gigante se acerca a la gigantesca puerta y se agacha, metiendo las manos por debajo de ella. Una vez tiene bien agarrada la puerta por debajo, Jidanbo hace uso de una fuerza monstruosa y levanta la gigantesca puerta de una sola vez. La puerta queda por encima de la cabeza de Jidanbo, siendo sostenida por sus dos fuertes brazos, estirados hacia arriba. Con el camino libre todos se preparan para avanzar.
Jidanbo está mirando al interior del Seireitei. Por su cara caen gotas de sudor frío y su expresión describe verdadero terror. Al percatarse de la mirada de Jidanbo, el grupo entero dirige su mirada hacia dentro del Seireitei. Allí, en el pequeño claro de losa azul en la entrada aparece un solo Shinigami. El Shinigami tiene el pelo púrpura claro, una sonrisa sádica y unos ojos rasgados. Viste como todo Shinigami, aunque por encima de su kimono negro lleva una ropa blanca, ropa que solo llega un determinado tipo de Shinigami.
Antes de que Jidanbo pueda decir algo en su defensa, con una velocidad que escapa al ojo de todos, Ichimaru lanza un tajo que corta el brazo izquierdo de Jidanbo. El brazo de Jidanbo sale volando hacia el Rukongai. Del cuerpo de Jidanbo sale un gran charco de sangre, que empapa la entrada al Seireitei. Mientras la sangre sale a montones, Jidanbo grita de dolor. Para cuando el grupo vuelve a mirar al capitán de la quinta, lo encuentran con el brazo alzado, pero su Zanpakuto ya estaba envainada.
El brazo de Jidanbo queda en mitad de la calle del Rukongai, y como consecuencia la gran puerta cae sobre sus hombros al no tener la fuerza suficiente como la sujetarla con un brazo. La puerta queda cargada en sus hombros, mientras sufre. Al ver la acción del capitán, la mirada de Xavi se torna en furiosa y la clava en Ichimaru. Yoruichi no quita ojo al capitán, pensativo.
Ichimaru echa mano a su Zanpakuto y la desenvaina preparado para lanzar un ataque que acabe con el gigante. La Zanpakuto de Ichimaru es realmente corta, tan corta que más que una katana es un wakizashi. Cuando Ichimaru se dispone a atacar, su Zanpakuto se ve detenida por otra, la de Xavi. Las dos Zanpakuto colisionan, e Ichimaru, sorprendido por la acción del joven Shinigami, retrocede unos metros.
Mientras Xavi discute con Yoruichi a voces, Ichimaru se queda mirando fijamente a Xavi, pensativo. No pierde ni un detalle, mira de abajo a arriba a Xavi. Cuando termina de examinar a Xavi con la mirada, este se vuelve hacia él, haciéndole cara. Xavi ignora por completo las órdenes de Yoruichi y se queda delante del capitán.
Para sorpresa de Xavi, a pesar de las palabras de Ichimaru, se voltea y comienza a andar hacia dentro del Seireitei, dándole la espalda a su adversario. A pesar de que parece que abandona el combate, Ichimaru mantiene su wakizashi en mano. El gesto del capitán de la quinta enoja a Xavi, pues lo entiende como que se está burlando de él.
Nota*: Significa literalmente “lanza de Dios”.
Después de tanta tensión el grupo por fin puede respirar un poco, lo cual es aliviador. Xavi, aún cabreado por el resultado de la batalla toma su Zanpakuto y la envaina en la funda de su espalda. En eso, Yoruichi se acerca a él y le araña la cara.
El grupo se queda pensativo, tratando de buscar una solución a lo que parece no tenerla. Mientras examinan la situación, un nuevo suceso vuelve a sorprenderles. De las casas del Rukongai comienzan a salir las personas que se habían escondido al tener miedo de los recién llegados a la Sociedad de Almas. Ese miedo parecía haber desaparecido, y todas las almas comunes se acercan al grupo. Entre el gentío aparece un anciano, el cual parece representarlos. El anciano se coloca delante del grupo y se agacha en muestra de agradecimiento.
Rápidamente las personas del Rukongai acogen a los intrusos, reconociéndolos como héroes por salvar a Jidanbo. Al parecer la gente del Rukongai no tiene muy buena visión de algunos Shinigamis, pues llegan a ser arrogantes e incluso abusan de su autoridad. Pero Jidando era diferente, él era bueno y noble y siempre ayudaba a las personas del Rukongai. Por orden de Inoue, entre diez hombres del Rukongai mueven el brazo separado de Jidanbo junto a su cuerpo. Una vez el brazo está junto al cuerpo de Jidanbo, Inoue utiliza sus poderes: “Escudo de los tres cielos. Retorno. ¡Soten Kishun! ¡Yo te rechazo!”. La capa naranja cubre al separado brazo y al cuerpo de Jidanbo, cubriendo exactamente la zona del corte. Así Inoue comienza a curar al gigante herido. El resto del grupo va a la casa del anciano, donde Yoruichi habla con él. Aunque no todos van a la casa del anciano, Xavi se queda fuera de ella, observando como Inoue cura a Jidanbo y a la par hablando con algunos integrantes del Rukongai.
La tarde pasa y poco a poco comienza a oscurecer en el Rukongai. Xavi a ratos entra en la casa del anciano y a otros ratos está fuera, mirando cómo se esfuerza Inoue. Dentro de la casa del anciano, Josex y Zer juegan a las cartas. Xavi en esta ocasión se encuentra dentro y habla tranquilamente con Yoruichi sobre la fuerza de los capitanes. Es entonces cuando el anciano les sirve a todos algo de comer y té. De todo el conjunto sobre una taza de té y algo de la comida, pues esa parte corresponde a Inoue. Xavi toma la taza de té y sale de la casa hacia Inoue. Fuera ya es de noche e Inoue sigue delante de Jidanbo, de rodillas, muy concentrada y con un poco de sudor cayendo de su frente. Xavi se acerca por detrás de ella y le pone la bebida enfrente de sus ojos, rodeándola con los brazos, pero sin llegar a abrazarla.
Inoue suelta el brazo de Xavi y se marcha hacia la casa, muy contenta por el trabajo bien hecho, algo que se le nota en el caminar. Xavi la sigue de cerca, sonriendo mientras le comenta: “¿Te has peinado el flequillo de otra forma?”. Los hombres del Rukongai se quedan mirando como los dos se van.
Xavi e Inoue entran a la casa del anciano. Allí, sentados en el suelo, Yoruichi, Josex, Zer y el propio anciano hacen un círculo. Yoruichi pide a los dos recién llegados que se sienten junto a ellos. Una vez que los dos se sientan en el círculo, Yoruichi comienza a hablar sobre la situación actual del grupo.
A la mañana siguiente, a primera hora, en el interior del Seireitei, la alarma sobre unos intrusos que han llegado al Rukongai se ha propagado por los once cuarteles de las once divisiones del Gotei. A pesar de la noticia, los Shinigamis están tranquilos y siguen con sus rutinas. No obstante, en el día de hoy se produce un movimiento poco usual, el movimiento de un preso. El preso conocido como Brett, el Shinigami del mundo de los vivos, es movido del cuartel de la sexta división hasta el Senzaikyu, también conocido como el Palacio de la Penitencia. Dentro de dicho lugar, una torre blanca se eleva por encima de todo lo demás, la cual está unida a un puente. A través de ese puente, unos guardias vestidos de blanco y con la cara tapada transportan al prisionero, rodeándolo. A su vez son escoltados por el vice-capitán de la sexta división, Renji Abarai, y la vice-capitana de la tercera división, Rukia Kuchiki. Brett viste con un kimono blanco y sus manos están retenidas por unas cadenas especiales, las cuales absorben la entidad espiritual y evitan que pueda usar sus poderes de Shinigami. Brett avanza mirando el suelo, aunque realmente tiene la mirada perdida. Renji avanza quejándose de lo poco que le apetece acompañar hasta la misma celda al recluso y Rukia avanza en silencio, mirando de vez en cuando a Brett, sintiéndose culpable. Tras recorrer el largo puente llegan a la torre blanca, cuyas puertas se abren. La torre en su totalidad es una celda y cuenta con escaleras pegadas a la pared que suben haciendo un círculo, llevando hacia ninguna parte. A pesar de la inmensidad de la torre, apenas entra en ella la luz, pues solo cuenta con unas estrechas y alargadas ventanas por las que entra algo de luz. Frente a una de ellas sueltan a Brett.
Renji suelta a Brett, el cual a pesar de las palabras del vice-capitán ni se inmuta y queda indiferente. Renji se da la vuelta, algo molesto por la actitud de Brett, y comienza a andar hacia fuera de la torre, donde le esperan los demás guardias. Rukia se queda mirando a Brett, sin poder quitarse el sentimiento de culpa. Luego Renji se vuelve.
Renji vuelve a ir hacia la puerta. Al notar que Rukia no lo sigue, dice: “¿Rukia, a qué esperas? Vámonos”. El vice-capitán de la sexta saca a Rukia de sus pensamientos y tras asentir, va detrás suya. Cuando los dos salen de la torre, los guardias proceden a cerrarla, mientras que Rukia da un último vistazo a Brett, quien contempla el Soukyuku por la ventana.
To be continued... |
Capítulo 13
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Swirl’s fireworks. |
El Rukongai es la parte más grande de la Sociedad de Almas, el cual rodea al Seireitei y es donde viven todas las almas comunes. El Rukongai está dividido en un total de 80 distritos. A medida que el número es más alto, más delincuencia se vive en el distrito. Por ello, el distrito 1 es el mejor para vivir y el más pacífico, mientras que el distrito 80 es el peor para vivir, donde la muerte es algo común. El grupo comandado por Yoruichi ha tenido la suerte de ir a parar al distrito 1, llamado Junrinan. A la mañana siguiente de su llegada a la Sociedad de Almas, el grupo sale a las afueras del distrito, siguiendo al gato. En las afueras no hay construcciones, sino campo. El grupo se mueve por un camino de tierra que divide a dos campos de hierba. A medida que caminan se puede oír el sonido de los insectos, así como percibir un olor a tierra verde. A lo lejos todavía se puede verse la aglomeración de casas del distrito, aunque por el campo aún se divisa alguna que otra casa solitaria.
Todos dirigen la mirada a donde ya la tenía puesta Yoruichi. Al este, cerca de ellos, ven una casa no muy grande, de forma cuadrada y de estética muy parecida a las demás casas del Rukongai, es decir, paredes blancas de piedra, puertas de madera y un tejado inclinado con tejas azuladas. Pero hay algo que la diferencia de las demás casa. A cada lado de ella hay una escultura de piedra negra que simula unos brazos levantados, con los puños cerrados. Cada brazo sostiene el extremo de un cartel que pasa por encima de la casa y en el cual se puede leer: “Kukaku Shiba”. (1) La pintoresca estética de la casa deja con cara de póker a Xavi, Zer y Josex.
El grupo se dirige a la casa, mientras que Zer, Xavi y Josex rezan para que nadie les vea entrar en ella. En el camino, Zer se percata de un extraño tubo alargado que hay detrás de la casa, como si fuese una chimenea. No obstante, la teoría de la chimenea no parece muy lógica, pues tiene la boca de salida tapada. Cuando el grupo llega junto a la casa, se oyen dos voces que gritan: “¡Alto ahí!”, lo que provoca que el grupo se detenga. Las voces resultan ser de dos hombres, los cuales están sobre el tejado de la casa. Ambos saltan de forma acrobática, caen al suelo y se quedan delante del grupo. Los dos son casi iguales, muy altos, musculosos, con un sombrero rojo y poco pelo en la cabeza salvo un bigote. (2) Como si de una coreografía se tratara, los dos comienzan a presentarse.
Los dos gemelos terminan su presentación en una pose ridícula y permanecen mirando al grupo de Yoruichi, esperando una reacción. Los gemelos esperaban haber intimidado al grupo con su presentación, pero ocurre todo lo contrario.
Ante los comentarios de Xavi y Josex, los dos gemelos entran en depresión y se quedan en el suelo, de rodillas, sin voluntad, con un nubarrón púrpura por encima de sus cabezas.
El gato se coloca tranquilamente delante de los dos gemelos. Mientras Yoruichi se queda mirando a ambos, los gemelos le devuelven la mirada. Los tres intercambian miradas, y tras unos segundos una gota de sudor cae por el rostro de los gemelos. Al reconocer al gato, los dos gemelos se miran y exclaman:
Gracias a Yoruichi, el grupo consigue entrar a la casa. Uno de los dos gemelos se queda en la puerta, mientras que el otro los guía al interior de la casa. La sorpresa invade al grupo debido al trato tan respetuoso que le dan los gemelos a Yoruichi, a un gato. Curiosamente, la casa de Kukaku Shiba, la que se ve desde fuera, en realidad son cuatro paredes que cubren una escalera. Siguiendo la escalera llegan a la verdadera casa que está bajo tierra. La casa se compone de un largo pasillo con varias puertas correderas en el lado derecho. El suelo está hecho de madera, mientras que las paredes y el techo de piedra. En la segunda de las puertas correderas, el gemelo se detiene y antes de que pueda tocar se oye una voz femenina.
El gemelo muy apurado se pone de rodillas y con sus dos manos abre la puerta corredera de par en par, ante el expectante grupo que por fin iba a conocer la apariencia de Kukaku Shiba. La puerta muestra una habitación muy amplia, pero prácticamente vacía, solo había una segunda puerta corredera a la derecha y una especie de altar al final de la habitación. Por delante del altar, sentada sobre varios cojines morados, esta Kukaku Shiba. Para la sorpresa de los chicos, resulta ser una mujer muy atractiva. Pelo corto y negro, con algunas vendas en él, ojos azules y sonrisa confiada. Vestía con un vestido entre rojo y blanco, muy provocativo, en el cual se podía ver el símbolo de un remolino, al parecer símbolo del clan Shiba. También llamaba la atención el hecho de que le faltaba un brazo y en su lugar tenía un brazo de madera. (3)
Mientras habla, Kukaku toma una pipa que se ve que estaba fumando. Al cogerla comienza a mirar uno por uno a todos los “críos”, llegando su mirada en último lugar a Xavi. Cuando Kukaku ve a Xavi, se queda totalmente en blanco, abriendo mucho los ojos y la boca, dejando caer la pipa en el suelo. Kukaku consigue recuperar un poco la postura cuando Yoruichi se le acerca.
Por orden de Kukaku todo el grupo entra en la sala. El gemelo coloca unos cuantos cojines para que todos puedan sentarse en ellos. Kukaku se queda enfrente de Yoruichi, mientras que los demás permanecen detrás del gato, como en un segundo plano. Cada miembro del grupo se presenta ante Kukaku, con el máximo de respeto. El último en hacerlo es Xavi, que cuando pronuncia su nombre, una vez más provoca una alteración en Kukaku, quien consigue controlarse. Con todos presentados, la conversación se centra entre Yoruichi y Kukaku.
Kukaku se levanta de sus cojines púrpuras y se dirige hacia el lateral de la habitación, donde está la otra puerta corredera. Se para junto a ella y luego la agarra a punto de abrirla, aunque antes comienza a hablar con la persona que parece estar al otro lado.
Kukaku corre la puerta y muestra a un joven que al parecer era su hermano. El joven estaba de rodillas y vestía con una ropa entre blanca y verde. Tenía el pelo negro como su hermana y unas vendas verdes en él, así como los ojos oscuros. Sus pantalones eran negros y tenían un el símbolo de un remolino, al igual que las ropas de Kukaku. (4) El joven se presenta:
Nota*: Recordar que es un nombre japonés, se pronuncia “Ganyu”, el equivalente a la “j” en japonés es la “h”, la “y” sería para la “j”. :P
Siguiendo la orden de su hermana, Ganju conduce a todo el grupo, a excepción de Yoruichi, fuera de la sala hacia el largo pasillo y luego hacia las escaleras que llevan al exterior. Kukaku y Yoruichi permanecen en la sala. Kukaku vuelve a sentarse en sus cojines, en frente de Yoruichi, suspirando.
Fuera de la casa, el grupo es dirigido por Ganju, el cual parece bastante creído y chulesco. Ganju les lleva junto a la gran “chimenea”, aquella en la que se fijó Zer antes de entrar a la residencia de los Shiba. Junto a aquella gran “chimenea”, el grupo se detiene y Ganju sigue hablando.
Mientras que Xavi y Zer discuten, Ganju sigue hablando solo y Josex e Inoue miran la “chimenea”, llegan Kukaku y Yoruichi. Kukaku tranquilamente se acerca a la “chimenea”. Frente a ella, dibuja una sonrisa confiada mientras la mira, pasando su mano por ella, como si echara de menos hacer algo con aquella “chimenea”. Luego se vuelve hacia el grupo y comienza a hablar.
Nota*: “Kukaku” significa “grulla del cielo” y la traducción literal de fuegos artificiales es “flores de fuego”, de ahí el nombre del cañón.
Siguiendo las indicaciones de Kukaku, aunque dudando un poco al principio, Xavi mira fijamente la esfera con la grulla roja, la aprieta con las palmas de las manos, introduce su energía espiritual y tras unos segundos [...] ¡Una capa espiritual rodea a Xavi! Ahora Xavi estaba dentro de otro círculo espiritual transparente. Kukaku se acerca a la esfera y tras golpearla con un nudillo, como para comprobar su dureza, continúa hablando.
Tras las palabras de Kukaku, antes de que Xavi pueda siquiera pensar a que se refiere, como producto de haber perdido la concentración, aparece una grieta en la esfera que lo rodea. A continuación, Kukaku se aparta de la esfera, la grieta se agranda y se produce una explosión que envuelve a Xavi. Cuando el humo de la explosión se desvanece, revela a Xavi en el suelo, chamuscado.
Todo el grupo, a excepción de Yoruichi, había escuchado atentamente la explicación de Kukaku. A pesar de ello, era evidente que tenían muchas dudas, sobre todo por la seguridad de sus vidas durante el proceso de lanzamiento. Sin embargo, antes de que alguno de ellos pueda manifestar sus dudas, Kukaku vuelve a hablar.
De la nada aparecen los dos gemelos, que agarran con rapidez a los integrantes del grupo, a excepción de Yoruichi una vez más. Koganehiko agarra a Zer y a Josex, mientras que Shiroganehiko a Inoue y Xavi. A pesar de las protestas, ninguno de ellos puede evitar ser agarrado. Luego los dos gemelos salen corriendo hacia la casa, ignorando toda queja. Yoruichi los sigue, andando tranquilamente, entre suspiros. Por su parte, Kukaku se queda junto a su hermano Ganju, junto al gran cañón. Tras unos segundos de silencio por contemplar cómo se marchaban los demás, Kukaku finalmente habla.
Ganju asiente con la cabeza y luego sale corriendo hacia la casa, obedeciendo las órdenes de su hermana. Finalmente Kukaku se queda completamente sola, observando el horizonte anaranjado, pensativa. Tras un suspiro, sus ojos se tornan tristes y sus labios dibujan una leve sonrisa, para terminar diciéndose a sí misma:
Dentro de la casa subterránea de Kukaku Shiba, en la cuarta habitación del largo pasillo de la casa, procede el entrenamiento del grupo. En una habitación muy especiosa y sin nada en ella, a cada miembro del grupo se le da una esfera de la grulla roja. El objetivo del entrenamiento es que todos aprendan a introducir en el interior de la esfera su reiatsu para así crear la “bala de cañón” a su alrededor. También han de controlar su concentración o se verán en problemas. A pesar de lo complicado que parece ser, realmente es algo muy sencillo, por lo que la mayoría del grupo consigue controlar el concepto con mucha facilidad. Xavi, Zer e Inoue lo consiguen en menos de una hora, pero para Josex es otra historia. Los tres primeros están más acostumbrados a utilizar su reiatsu como arma, pero Josex es un Shinigami muy básico y no es capaz de controlar su reiatsu en ese sentido, es decir, no utiliza artes Kido como Xavi. Por ello a Josex le demora más que el resto aprender a usar la esfera adecuadamente, un total de tres horas y media. Cuando lo consigue después de mucho esfuerzo es felicitado por todos.
Bajo la mirada expectante y curiosa de todo el grupo, Josex obedece al gato y deja la esfera de la grulla roja en el suelo. Lentamente, Yoruichi se acerca a la esfera, como disfrutando el momento. Luego el gato negro se sube sobre la esfera, creando casi al instante una barrera perfecta, dejando boquiabierto al grupo.
Con la prueba superada tras tres horas y media, el grupo ahora no le queda más remedio que descansar, pues ya es de noche. Todos cenan tranquilamente y hablan sobre lo acontecido durante el día. En mitad de la cena, Yoruichi les informa a todos que el lanzamiento hacia el Seireitei será llevado a cabo al amanecer, pues no tienen tiempo que perder. Con eso en mente, todos deciden ir a dormir tras la cena, los días siguientes serán muy duros y deben estar lo más frescos posibles. Los gemelos les ofrecen a todos unas camas a ras de suelo en las que pueden descansar. Tras agradecer las camas y acomodarse, el grupo por fin descansa... Bueno, no todos. Cuando todos se han quedado dormidos, a escondidas, sin hacer ruido, Xavi se marcha de la habitación. Tranquilamente pasa por el largo pasillo, sube las escaleras y llega al exterior. Fuera sube al tejado de la “falsa casa”, en el cual se tumba observando las estrellas. Él no sabía porque, pero sentía que quería contemplar aquel cielo estrellado. Al contemplar todas aquellas estrellas, Xavi se sentía calmado y todos los pensamientos o preocupaciones que rondaban por su cabeza desaparecen, era como si desconectara su cerebro y solo se centrara en disfrutar aquella vista que no tiene en su mundo. La serenidad que lo invade se ve interrumpida cuando siente unos pasos. Xavi se reincorpora, sin levantarse del todo, mirando detrás de él, por donde sonaban los pasos. Para su sorpresa encuentra a Kukaku, la cual también había subido al tejado. Xavi por su sorpresa no dice nada y solo ve como Kukaku se acerca y luego se detiene a su lado, quedando de pie y mirando las estrellas. Suceden unos segundos de silencio, en los que Xavi mira a Kukaku extrañado y ella sigue mirando el cielo, y por fin Kukaku quiebra el silencio.
Kukaku mantiene su sonrisa y su mirada en el cielo, mientras que Xavi aún no le encuentra explicación a la actitud de la chica. No parecía esa mujer intimidante y decidida, es como si ahora se hubiera relajado, como si estuviera junto a alguien conocido. Xavi se rinde y decide sonreír mientras vuelve a poner su mirada en el cielo. Durante unos segundos el silencio vuelve a reinar. Mientras los dos miran el cielo, sentados, Kukaku mira de reojo a Xavi, sin que éste se percate. Con algo de duda le pregunta:
Xavi se ríe tras la respuesta, pero no se da cuenta de la reacción de Kukaku. La chica queda totalmente impactada, abriendo los ojos y la boca, quedándose sin palabras. Xavi deja de reírse y la mira, quedando dubitativo por el rostro de Kukaku. La chica, que parece intentar buscar una respuesta, desvía su mirada hacia el suelo, aun impactada por la respuesta.
Kukaku no termina su frase, pues por producto de los nervios que la invaden, al querer dar un paso sobre las tejas, resbala. Antes de que se caiga, Xavi la agarra, evitando el accidente. Xavi la agarra de la cintura con la mano izquierda, mientras que su mano derecha queda sobre la espalda de Kukaku. La jefa del clan Shiba cae encima de Xavi, apoyándose en su pecho. De inmediato, Xavi pregunta: “¿Estás bien?”, a lo que ella le contesta: “Sí”. Kukaku se retira del pecho se Xavi, aunque éste no la llega a soltar. La chica sigue apoyada en él, aunque ahora su cara se queda enfrente de la suya. Kukaku mira a los ojos a Xavi durante unos segundos, sin decir nada y luego los desvía hacia sus labios. Xavi por su parte, que no puede procesar nada, tras mantener la mirada de Kukaku, la baja hacia sus pechos, muy provocativos gracias al escote de su ropa. Ambos tragan saliva y de a poco, como si una fuerza los moviera, comienzan a acercar sus labios. Lentamente las dos caras comienzan a juntarse, y ambos entrecierran los ojos. Cuando están lo suficientemente cerca como para sentir el aliento del otro, Kukaku abre mucho los ojos y se retira bruscamente. Los dos quedan separados, a pesar de que se relamen. Kukaku se levanta de forma brusca y nerviosa, y muy sonrojada, dándole la espalda a Xavi, le dice:
Con esas palabras, Kukaku tira de orgullo y se marcha del tejado, dejando allí a Xavi, el cual no da crédito ante la escena que acaba de vivir. “¿Qué demonios acaba de pasar?”, es la única pregunta que se le viene a la cabeza. Xavi permanece en el tejado unos minutos más, pensando sobre lo sucedido, pero al final decide obedecer a la jefa del clan Shiba y se marcha a dormir. Amanece el tercer día del grupo en la Sociedad de Almas. Con los primeros rayos de Sol en el cielo, aunque aún no se llega a ver al propio Sol, el grupo, que ha conseguido descansar, ya está en pie. Sin decirse nada, comienza la operación. Todos saben cuál es su papel, por lo que no es necesaria ninguna explicación. El grupo formado por Xavi, Ganju, Josex, Inoue, Zer y Yoruichi entra en el cañón, esperando ser lanzados. Cada uno de ellos agarra con una mano una esfera, la cual está en el centro de ellos y es sostenida por todas las manos, a excepción de Yoruichi, que está sobre la esfera. A fuera, junto al cañón, Kukaku comienza con los preparativos para el lanzamiento. Con un gran pincel, casi de su altura, dibuja alrededor del cañón una línea negra, mientras que los gemelos colocan unas cuerdas con sellos colgadas en ellas alrededor del cañón. En el proceso, dentro del cañón, Yoruichi toma la palabra.
Fuera del cañón, cuando el Sol por fin asoma, Kukaku ha terminado de dibujar la línea negra que resultar ser un círculo que rodea el cañón, aunque no llega a cerrarse. Los sellos y las cuerdas también están colocados. Kukaku tira el pincel, desenfunda la espada en su cintura y la clava justo donde empezaba la línea negra, gritando:
Dentro del cañón, Yoruichi deja sus explicaciones y con mucha intensidad grita: “¡Ha empezado!”. Con el grito de Yoruichi, todos entienden que deben hacer y sin dudarlo introducen su reiatsu en el interior de la esfera de la grulla roja, generando una barrera circular transparente que los rodea. Fuera del cañón, Kukaku prosigue:
Finalmente el fuego y el conjuro de Kukaku provoca una explosión en el interior del cañón que manda con violencia a la “bala de cañón” en su interior por los aires. En esa bala está el grupo, así como sus esperanzas de rescatar a Brett. La bala se pierde entre la altura y el humo de la explosión, aunque Kukaku permanece mirando el cielo, con la venda de su cabeza en la mano, ya sin arder.
Dejando un poco de lado a los hechos que envuelven al grupo, nos centramos de nuevo en el Seireitei, pues ellos también han empezado la mañana con bastante movimiento. Para sorpresa de muchos, se ha convocado una reunión de todos los capitanes en el cuartel general de la primera división. Es una reunión fuera de contexto entre los capitanes y a la que todos tienen que asistir obligatoriamente, aunque se pueden dar algunas excepciones. Una reunión de capitanes no solo los moviliza a ellos, también moviliza a sus respectivas divisiones y más cuando se trata de una reunión tan repentina. Al igual que los capitanes, los vice-capitanes también son obligados a reunirse, también en el cuartel de la primera división. Éste cuartel es el más importante de todos, pues contiene la sede el capitán-comandante del Gotei y el Seireitei. El cuartel, al igual que los demás, cuenta con cobijo para sus integrantes así como campos de entrenamiento y unas oficinas para los oficiales. No obstante, lo que lo diferencia de los demás cuarteles es el tener una sala especial para la reunión de capitanes, así como otra para que se reúnan los vice-capitanes. Antes de que la reunión de los capitanes comience, los distintos vice-capitanes comienzan a llegar a su sala. La sala de los vice-capitanes es bastante amplia, tiene una gran mesa con un total de 11 asientos, uno por cada vice-capitán. También hay algunas plantas de adorno y puede verse en las paredes el símbolo de la primera división. Dentro de la sala ya está esperando el vice-capitán de la primera división, Chojiro Sasakibe, siempre en silencio y firme, esperando a los demás. Los primeros en llegar son Renji y Rukia, los cuales avanzan por el pasillo preocupados, charlando.
Mientras que llegan los vice-capitanes, por su lado, en la sala expresa para la reunión de los capitanes, ya ha comenzado la cita. La sala es bastante grande, con el suelo de madera y las paredes de piedra roja. Por el techo se cruzan algunas vigas también de color rojo. Al final de la sala hay un asiento, el cual es usado por el capitán-comandante. Dentro de la sala ya están los diez capitanes, contando la ausencia de Ukitake, capitán de Rukia, el cual parece estar enfermo. Enfrente del anciano capitán-comandante, el cual está sentado, los capitanes se colocan en fila, haciendo un pasillo, con cinco capitanes a un lado y al otro los cinco capitanes restantes, quedando unos enfrente de los otros. Cabe mencionar que todos los capitanes llevan sobre su kimono negro la característica ropa blanca en cuya espalda puede verse el símbolo de su división. Con todos los capitanes en sus posiciones, la reunión queda abierta por el anciano capitán de la primera división y capitán supremo del Gotei, Genryusai Yamamoto.
Inmediatamente, Ichimaru sale de entre la fila de capitanes de la izquierda y se coloca en medio, mirando al anciano mientras que los demás capitanes mantienen su posición. Luego el capitán supremo continúa:
Nota*: Ryoka significa en japonés “intrusos”.
La discusión de los capitanes Kenpachi Zaraki y Mayuri Kurotsuchi continúa, avergonzando a los demás capitanes, hasta que el capitán comandante los silencia gritando: “¡Ya basta!”. De inmediato, la discusión se termina. Los dos capitanes vuelven a su posición inicial, guardando silencio. A continuación, Yamamoto pone su anciana mirada en Ichimaru y pregunta:
Byakuya Kuchiki guarda silencio ante las palabras de Ichimaru, es más, ni siquiera le cruza la mirada. En contraste con la tranquilidad de Byakuya, todos los capitanes posan su mirada en Ichimaru, muy intrigados por las palabras del capitán de la quinta división.
Las palabras de Ichimaru provocan una reacción muy diferente en cada uno de los capitanes. Algunos como Hitsugaya o Soifon se alteran ante la posibilidad de alguien parecido a ese antiguo capitán. Mayuri y Kenpachi sonríen, cada uno viendo lo interesante que sería interactuar con ese Ryoka. No obstante, Byakuya mantiene su seriedad, a pesar de la mirada de Ichimaru. El capitán comandante, que tampoco se ha inmutado, vuelve a tomar la palabra.
Las palabras del anciano capitán supremo se ven interrumpidas por un sonido que proviene de afuera de la sala. El sonido es la alarma, generada al golpear un objeto de madera, que resuena por todo el Seireitei. El sonido de la alarma despista totalmente a los capitanes y los coloca en guardia.
To be continued... |
Capítulo 14
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Foray into the Seireitei |
Tercer día del grupo en la Sociedad de Almas, quedan doce días para la ejecución de Brett. La mañana en el Seireitei está siendo muy ajetreada, yendo los Shinigamis de un lugar a otro. En un principio esto se debía a una repentina reunión de capitanes, la cual se ve interrumpida por la voz de alarma en todo el Seireitei. Shingekuni Yamamoto, el capitán-comandante del Gotei, decide disolver la reunión y manda a todos los capitanes hacia sus respectivos cuarteles. Sin mucho apuro a pesar de la voz de alarma, cada capitán sale andando de la sala de reunión. En el camino, ágilmente, aparecen sus vice-capitanes, que fieles se colocan junto a ellos. Capitanes y vice-capitanes se dirigen a sus respectivos cuarteles, algunos de ellos con conversaciones curiosas sobre la voz de alarma, como los miembros de la séptima división, Kaname Tosen y Shuhei Hisagi*. Tosen, como el capitán, camina ligeramente delante de Hisagi.
Nota*: He pensado en ir alternando entre imágenes del manga y el anime, pues unas veces encuentro imágenes de más calidad de uno o de otro. xP
Por otro lado, el capitán de la novena división, de aspecto más extraño, Mayuri Kurotsuchi, analiza la situación. A éste le sigue su vice-capitana, Nemu, una chica alta, en buena forma y atractiva. Tiene el pelo oscuro recogido en una trenza, ojos verdosos y piel blanca. También lleva una especie de collar rojo. Curiosamente no porta ninguna Zanpakuto. Su ropa Shinigami varía de los demás, en vez de un pantalón largo lleva una falda ajustada, mostrando piernas. (1)
Entre los demás que salen del cuartel del primer escuadrón, el más llamativo de ellos, con un sombrero de paja y un kimono rosa, caminando con total tranquilidad como si la voz de alarma no fuera con él, el capitán de la octava división, Shunsui Kyoraku. Junto a él marcha su vice-capitana, Nanao Ise, una chica de pelo oscuro con el flequillo hacia a un lado, con gafas, ojos azules, muy seria y llevando consigo un enorme libro. (2) Contrastando con los otros dos dúos, Kyoraku anda pegado a Nanao, casi sobándola, mientras la vice-capitana sigue seria, maldiciendo a Kyoraku con la mirada.
Mientras que todos los capitanes conversan, volando sobre el cielo del Seireitei se acerca una bola espiritual. Esta bola es nada más y nada menos que la “bala de cañón” con nuestros protagonistas en ella. Dentro de ella todos continúan en la misma posición que estaban cuando fueron lanzados, alrededor de la esfera de la grulla, concentrando su energía en ella. El único que ha variado es Ganju, quien ha sacado un pergamino con la consecución del conjuro de lanzamiento. Mientras vuelan clavan su mirada en el Seireitei, con el cual van a colisionar pronto. Yoruichi toma la palabra.
Todos asienten con la cabeza al entender el mensaje, no separarse. Después de recibir las instrucciones del gato la mirada vuelve sobre el Seireitei, cada vez más cerca. Aunque caen a gran velocidad, les parece estar cayendo a cámara lenta, viendo cada vez más cerca la colisión. Algunos temen, otros suspiran para encontrar fuerzas y otros mantienen su determinación. Finalmente, el gato grita: “¡¡Vamos a chocar!! ¡¡Concentrad en la esfera toda la energía que podáis!!”. El grupo se olvida de todo y obedece inmediatamente al gato, vaciando toda la energía que pueden dentro de la esfera de la grulla. El tamaño de la esfera se multiplica y un instante después colisiona con la barrera del Seireitei. La colisión crea un fuerte sonido sordo que recorre toda la Sociedad de Almas, así como una espectacular luz que llama la atención de todos los Shinigami dentro del Seireitei, que observan la escena atónitos. Durante unos segundos las dos fuerzas mantienen la colisión, pero respaldando la fama de los proyectiles de la familia Shiba, la esfera de grulla perfora la barrera, disolviéndose en ésta, liberando en el aire a los integrantes de la esfera, que quedan suspendidos.
Con el grito de Yoruichi, la fuerza de la colisión y la disolución de la propia esfera en la barrera genera un remolino que atrapa al grupo suspendido en el aire. El remolino comienza a sacudir al grupo con violencia, haciendo que algunos de ellos pierdan la calma. Yoruichi trata de que todos mantengan la calma, gritando: “¡Agarraos a la persona más cercana!”. Los más decididos recuperan la calma y obedecen al gato. Yoruichi se agarra al hombro de Xavi, mientras que Ganju, temeroso de salir volando, se agarra a la pierna de Xavi, aunque éste último no le agrada la idea. Inoue agarra a Josex y luego los dos tratan de llegar junto a Zer.
Zer trata de estirarse lo más que puede, trata de luchar contra la fuerza del remolino, pero es vencido. Por ello es el primero en ser expulsado del remolino y sale disparado hacia uno de los sectores del Seireitei.
Obedeciendo a Yoruichi una vez más, Inoue y Josex, así como Xavi y Ganju, luchan contra la corriente de aire con todas sus fuerzas para tratar de llegar a juntarse. Poco a poco avanzan y tanto Xavi como Inoue estiran sus brazos, tratando de llegar al del otro. Los dos alzan sus brazos lo más que pueden, pero no es suficiente aún, aunque ya casi se rozan sus dedos. En ese momento, se produce otro sonido sordo, que resulta en la explosión del remolino. El aire se separa de forma violenta, separando definitivamente a todo el grupo, que sale disparado a distintas direcciones del Seireitei. En total se divisan unos cuatro rastros en el cielo del Seireitei, que salen disparados en diferentes direcciones. Los Shinigami contemplan la escena, sin perder detalle. Un capitán, para ser exactos el de la undécima división, Kenpachi Zaraki, observa con mucha atención cada uno de los rastros.
Los cuatro rastros en el cielo son cada uno de los protagonistas que han quedado separados, algunos en pareja mientras que otros en solitario. Hacia el oeste sale disparado Zer. Hacia el norte Yoruichi. Hacia el sur Josex e Inoue. Por último, hacia el este Xavi y Ganju. Lo que más querían evitar ha sucedido, el grupo ha quedado separado. La velocidad con la que cae cada uno de ellos es tal, que pone sus vidas en peligro y cada grupo se ve obligado a maniobrar en el aire para evitar daños. Zer, hábilmente, utiliza el guante blanco con marcas azules en forma de cruz de su brazo, del cual sale un arco azul oscuro, una nueva versión del arco Quincy. (1) Usándolo, crea con reiatsu una flecha y al extremo de ella ata un hilo de su propio reiatsu. Luego apunta a un edificio elevado que hay cerca y dispara la flecha con precisión, clavándola en el edificio. Por la fuerza de la inercia, el hilo de reiatsu frena la caída de Zer y lo lleva hacia el edificio, aunque como no puede frenar se choca de morros.
Por los demás, Josex e Inoue caen agarrados. Inoue, más decidida, llama a sus Shun-Shun-Rikka con los que crea el escudo sagrado en el suelo para amortiguar la caída, al igual que hizo cuando el grupo salió disparado del Dangai. Yoruichi, sorprendentemente ágil, es capaz de controlar la fuerza del lanzamiento y llegar a posarse encima de un tejado del Seireitei. Ahora sólo, el gato se vuelve para ver como caen los demás y susurra:
Con ese susurro, escuchando la agitación de los Shinigamis cercanos, Yoruichi comienza a avanzar sobre los tejados del Seireitei hacia un destino desconocido. Por último, Xavi y Ganju caen sin remedio, gritando porque se van a estrellar. En eso, Ganju agarra a Xavi con el brazo izquierdo, y con el derecho hace un círculo en el aire mientras que grita: “¡Conviértete en arena! ¡Onda de roca! ¡¡Seppa!!”. Ganju consigue realizar el conjuro y la losa azulada del Seireitei pasa a convertirse en un círculo de arena, en el que se zambullen los dos, como si fuera una piscina, quedando sumergidos en la arena. Tras unos segundos los dos asoman la cabeza y medio cuerpo, escupiendo arena. Entre la tos y escupir arena, Xavi comienza a hablar.
Los dos salen de la arena. Por fin están dentro del Seireitei, aunque están encajados entre la red de muros del mismo. Se trata de una especie de laberinto que recorre casi todo el Seireitei. A no ser que seas un Shinigami que vive en el Seireitei, es imposible orientarse por la red de muros. Frente a ellos tienen un amplio pasillo que solo tiene dirección hacia el norte o el sur. Esa es la estética general de la red de muros. Mientras los dos observan el lugar de aterrizaje, Xavi sorprende a Ganju desenvainando su Zanpakuto. En ese mismo instante, llegan dos Shinigamis que saltan desde uno de los muros. Los dos Shinigamis son hombres, uno de ellos es calvo, tiene unas marcas rojas cerca de los ojos y lleva su Zanpakuto sobre el hombro. (1) El otro tiene el pelo medio largo y de color oscuro, ojos entre grises y azules y dos curiosos accesorios en el lado derecho de la cara, uno de color amarillo y otro de color rojo. (2) Los dos Shinigami saltan del muro y se colocan delante de Xavi y Ganju, que aún tenían restos de arena en sus ropas.
El extraño baile del Shinigami deja a todos callados y a Xavi y Ganju con cara de póker. Mientras que los dos Ryokas no saben que decir y solo procesan el estúpido baile de su enemigo, el Shinigami calvo que lo ha realizado se enoja y les grita:
Xavi se voltea para ver como Ganju estaba corriendo, huía dejándolo sólo. “¡Serás merluzo!”, le grita Xavi, aunque Ganju sigue corriendo. En eso, el Shinigami calvo grita: “¡Yumichika!”, a lo que el otro responde: “¡Entendido!”. El Shinigami de pelo oscuro, que al parecer se llama Yumichika, sale corriendo detrás de Ganju, siguiendo la orden del Shinigami calvo. Así quedan solos en escena Xavi y ese Shinigami de una energía espiritual intimidante.
Antes de que Xavi pueda responder, el Shinigami se abalanza sobre él, desenfundando su Zanpakuto a una velocidad de vértigo. No obstante, Xavi lo consigue esquivar, sorprendiendo al Shinigami. Por si fuera poco, también le hace un pequeño corte por encima del ojo, empezando a caer sangre sobre el ojo del Shinigami calvo. Xavi y el Shinigami se quedan a cierta distancia.
A pesar de la aparente superioridad de Xavi, Ikkaku se muestra feliz y disfruta de la contienda. Ambos se quedan en guardia, mirándose. Ikkaku es un guerrero fuera de lo común, normalmente se suele tirar o guardar la funda de la espada, pero él la mantiene en una mano, a pesar de que eso le impide usar las dos manos como hace Xavi. En ese momento, Ikkaku destapa la punta de la empuñadura de su Zanpakuto, revelando tener el interior de la empuñadura hueco. Dentro guarda coagulante que utiliza para detener la sangre que cae y molesta a su ojo.
Ikakku se vuelve a lanzar sobre Xavi, esta vez lanzando golpes con su Zanpakuto, golpes fuertes y secos, que Xavi bloquea de forma hábil. En uno de los golpes, Ikakku sorprende a Xavi y lanza un ataque con su vaina, golpeando en la cara a Xavi. Así rompe la defensa de Xavi, aunque consigue recuperar el equilibrio y esquivar el tajo de Ikakku saltando hacia atrás.
Al oír el nombre del “tranquilo” vendedor que había entrenado a Xavi, Ikkaku abandona su expresión confiada y la cambia completamente, boquiabierto, sin palabras, todo por oír el nombre de Urahara. La reacción de Ikkaku extraña mucho a Xavi, y tras unos segundos, Ikakku vuelve a su mueca confiada.
El tercer oficial del undécimo escuadrón estira sus brazos mostrando en uno a su Zanpakuto y en el otro la vaina de ésta. Luego choca a las dos, juntándolas y grita: “Crece ¡Hozukimaru!*”. Así revela la forma Shikai de su Zanpakuto, en la cual la vaina y la propia Zanpakuto se unen formando una lanza. (3)
Disfrutando del momento, con una mueca macabra, Ikkaku se lanza sobre Xavi, tratando de empalarlo con su lanza. Xavi sin problemas se hace a un lado y esquiva la lanza. Poniendo a Fay sobre Hozukimaru para no ser cortado, Xavi avanza hacia Ikkaku, arrastrando a Fay a lo largo de la lanza. Cuando está a punto de alcanzar a Ikkaku, este sonríe y grita: “¡No te confíes! ¡Pártete Hozukimaru!”. La lanza se separa en tres partes unidas por unas cadenas, dejando de ser una superficie rígida que choca contra la Zanpakuto de Xavi. Como Xavi hacia fuerza sobre la lanza, provoca que el extremo de la lanza se vuelva hacia él, lo cual sumado al manejo de Ikkaku, provoca un corte a lo largo del brazo izquierdo de Xavi. Antes de verse rodeado por las cadenas, Xavi se apoya en el hombro de Ikkaku y da un salto, escapando de la trampa. Para cuando Xavi cae, Ikkaku vuelve rígida a la lanza y comienza a presionarlo con ataques punzantes que Xavi bloquea con Fay. En la lluvia de golpes, Ikkaku vuelve a “partir” su Zanpakuto, pero esta vez manda el extremo opuesto hacia Xavi. Este extremo está hecho de metal y golpea en la cara a Xavi, tumbándolo. Ikkaku se queda mirando, con la Zanpakuto “partida” sobre sus hombros.
Mientras Ikkaku habla, Xavi se levanta y mira sus heridas. De su kimono saca unas vendas que le dio Kukaku y con ellas rodea el brazo izquierdo que no para de sangrar. Con eso, agarra a Fay a dos manos y se lanza sobre Ikkaku sin dudarlo. El tercer oficial, sorprendido, esquiva el ataque, solo para ver como Xavi revienta el muro que estaba detrás de él.
Xavi carga contra Ikkaku de frente. Ahora Xavi es el que presiona a Ikkaku con tajos en todas direcciones, pero el tercer oficial de la undécima división consigue detenerlos todos. “¿De dónde ha sacado tanta confianza?” se dice a si mismo Ikkaku, algo preocupado por la determinación de su rival. En mitad de la lluvia de golpes, la velocidad de Xavi disminuye de repente, cosa que aprovecha Ikkaku sin dudarlo para contraatacar. Trata de empalar a Xavi, pero éste detiene la punta de la lanza con su Zanpakuto. Ahí Ikkaku separa su arma y manda el otro extremo de acero hacia la cara de Xavi, esperando alcanzarle. Cuando el acero va a colisionar con la cara de Xavi de nuevo, el joven Shinigami agarra el extremo de Hozukimaru y evita ser golpeado. Xavi sonriente mantiene agarrado el extremo, ante la sorpresa de Ikkaku. “Te tengo.” Con esas palabras Xavi tira de la lanza, hace perder el equilibrio a Ikkaku y suelta un tajo en el pecho de su rival, creándole una herida del hombro a la cintura. Xavi suelta a Hozukimaru y se queda mirando a su adversario. Ikkaku cae de espaldas, sujetando su Zanpakuto, sonriendo mientras la sangre sale disparada desde su pecho, manchando el suelo. Finalmente Ikkaku cae de espaldas, vencido, mientras que Xavi envaina su Zanpakuto a su espalda. Desde el suelo, mirando al cielo y sin perder la sonrisa, Ikkaku sigue hablando.
Tras oír el nombre, Xavi da un último vistazo a Ikkaku Madarame, le da las gracias por los consejos y la información, y así sale corriendo en dirección a donde salió disparado Ganju, con la intención de reencontrarse con él. Solo espera que el Shinigami que lo perseguía no fuese tan poderoso como Ikkaku. No muy lejos del escenario donde Xavi había combatido, corriendo a través de los largos y confusos pasillos del Seireitei, Ganju, con varias heridas a lo largo de su cuerpo, huye como puede del Shinigami de nombre Yumichika, el cual resulta ser el quinto oficial de la undécima división. Ganju trata de parar el avance del Shinigami usando su habilidad de la arena, pero es inútil. Yumichika porta en su mano derecha su Zanpakuto, aún como una katana normal. En la carrera, Yumichika le grita a Ganju:
En eso, el Shinigami creído pasa la mano izquierda por la hoja de su katana mientras que dice: “Florece, Fuji Kujaku*”. Con sus palabras, su Zanpakuto pasa a la forma de Shikai, en la cual la hoja toma la forma de una hoz, aunque con varias hojas. (4) Con la Zanpakuto en esa forma, sin apenas esfuerzo, Yumichika alcanza a Ganju, creándole una herida en la espalda que provoca que caiga al suelo. Ganju aun así se resiste y se apoya en el muro, mirando a Yumichika, respirando fuerte.
La respuesta de Ganju provoca el enojo de Yumichika, y antes de que el Shinigami tome represalias, al otro lado del muro se oyen unos gritos. “¡¡Ganju!! ¡¡Cabrón!! ¡¿Dónde te has metido?!”. Los gritos son de Xavi, que busca desesperadamente a Ganju mientras corre entre la red de pasillos del Seireitei.
Aprovechando que Yumichika se había alterado y que había bajado la guardia, Ganju saca unos petardos que prende gracias a la superficie de la ropa negra que lleva en sus antebrazos. Luego le lanza los petardos a Yumichika, generando confusión que aprovecha para salir corriendo una vez más. Mientras recupera la visualización, Ganju hace un remolino con su mano en el suelo. Yumichika sale disparado hacia Ganju, pero éste saca un montón de bombas con distintos adornos que lanza de forma consecutiva al Shinigami. El quinto de la undécima utilizando su Zanpakuto destroza las bombas, saliendo ileso, mientras que Ganju se mueve hacia la derecha, haciendo otro círculo en el suelo. Yumichika lo alcanza y le da una patada, mandándolo hacia la izquierda, contra el muro.
Ganju hace un nuevo círculo en el suelo y se hace un lado para esquivar el tajo de Yumichika. El impulso del Shinigami es tal que clava a su Zanpakuto, Fuji Kujaku, en la pared. Lejos de quedar atascada, Yumichika la retira creando una gran grieta en el muro. No obstante, Ganju ha tomado suficiente distancia.
El golpe de Ganju crea un rastro de arena que se une con los otros círculos que había realizado anteriormente. Todos los círculos se unen y así provocan que el suelo empiece a ceder, hundiéndose con el Shinigami en medio. Yumichika, que no puede explicar la técnica, pero percibe el peligro, salta hacia el aire huyendo, quedando suspendido mientras ve como el suelo se hunde.
En el aire, Yumichika deposita su mirada en Ganju, encontrándolo encima del muro, con una bomba prendida en la mano, sonriendo confiado. Es entonces cuando Ganju arma el brazo y se prepara para el lanzamiento como si de un lanzador de béisbol se tratara. Al grito de “Booooola... ¡¡Va!!”, Ganju lanza la bomba con precisión hacia Yumichika, el cual, suspendido en el aire, lo único que puede hacer es gritar. Finalmente se produce una explosión de fuegos artificiales, la cual divisa Xavi desde cerca. Mientras tanto, cerca de la actividad de Xavi y Ganju, un grupo de la cuarta división, es decir, la división dedicada a curar, avanza. El grupo está comandado por Fénix, el tercer oficial de la cuarta división. Este grupo de Shinigamis difiere mucho de los demás, pues no portan Zanpakuto y a su espalda llevan un kit médico.
El grupo sigue la orden y continúa corriendo, mientras que Fénix se detiene en seco para atarse la sandalia, perdiendo de vista al grupo. Cuando Fénix termina de atar la sandalia y revisar la otra por si las moscas, se da cuenta de que todo está demasiado silencioso, por lo que levanta la mirada. Al hacerlo encuentra que se ha quedado totalmente solo y ha perdido completamente a su grupo.
Fénix se apresura y comienza a correr por la red de muros del Seireitei, buscando a su grupo. Mientras corre no encuentra al grupo bajo su responsabilidad, pero encuentra a otro grupo. Justo al otro extremo de la calle, enfrente de Fénix, aparece Ganju, gritando como loco mientras huye de una masa de Shinigamis que lo persiguen, como una manada de lobos hambrientos. Al ver a toda esa masa, por instinto, Fénix comienza a correr hacia el lado contrario. Sin darse cuenta, Fénix y Ganju huyen de los Shinigamis que los persiguen, aunque no tiene mucho sentido que Fénix huya también. A pesar de eso, Fénix corre junto a Ganju, sin pararse a pensar. Tras unos metros, Ganju y Fénix ven como Xavi doble una esquina. Al ver a su compañero, Ganju se alegra.
Ganju no termina la frase, pues ve como detrás de Xavi, otro grupo de Shinigamis aparece por la esquina, persiguiendo a Xavi. Aunque era perseguido por un buen número de Shinigamis, Xavi ni se inmuta y al ver a Ganju empieza a saludarlo como si los dos estuvieran completamente solos.
Xavi concentra su reiatsu en la hoja de Fay y se prepara para lanzar un ataque. Ganju lo sobreentiende y se agacha muy apurado. También hace que Fénix se agache, por instinto al tenerlo al lado. Es entonces cuando Xavi suelta una ráfaga azul de reiatsu que golpea a los Shinigami que perseguían a Ganju, mandándolos por los aires. Con el ataque de Xavi se deshacen de unos cuantos Shinigamis, pero a pesar de ello, siguen rodeados. No obstante, el ataque de Xavi los ha intimidado un poco y se mantienen quietos. Ganju se levanta gritando:
Xavi y Ganju comienzan a discutir bajo la mirada de los Shinigamis, que a pesar de que los tienen rodeados, no saben cómo reaccionar. Mientras discuten, Fénix, aun desde el suelo, levanta la mirada para observar a los dos Ryoka.
En ese preciso momento, Ganju y Xavi comparten una mirada cómplice y una sonrisa macabra. Luego depositan esa mirada macabra sobre Fénix, el cual comienza a sudar por el miedo que le provoca la forma en la que lo miran. Sin dudarlo dos veces, Xavi y Ganju agarran a Fénix. Xavi le coloca su Zanpkuto en el cuello, pues pretenden usarlo como un rehén.
Mientras que Fénix grita alterado, maldiciendo su suerte por haberse topado con dos de los Ryoka, los Shinigamis se quedan mirando a Ganju y Xavi. Para sorpresa de estos últimos, los Shinigamis se quedan con cara de póker durante unos segundos y luego echan a reír como locos. Xavi y Ganju se quedan a cuadros, mientras que Fénix llora por su cruel destino.
Xavi toma su Zanpakuto a dos manos, señala con ella al grupo que tienen delante y cierra los ojos, respirando profundamente. Poco a poco el reiatsu de Xavi se concentra en Fay, y una energía de color azul puede empezar a verse alrededor de ella. De repente, la energía desaparece, Xavi abre los ojos de forma brusca, alza a Fay y grita: “¡Raika ten!”. Así lanza un tajo que libera una onda azul que arrasa con todos los Shinigamis de delante, liberando el camino.
Siguiendo el grito de Xavi, Ganju sale veloz detrás de él, aunque una vez más, por el instinto de tenerlo cerca, Ganju agarra a Fénix y se lo lleva con él. Los dos salen corriendo y así por fin consiguen huir del alboroto y de los Shinigamis. No obstante, la incursión en el Seireitei acaba de comenzar... To be continued... |
Capítulo 15
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A new ally. |
Segunda mitad del tercer día del grupo en la Sociedad de Almas, todavía quedan doce días para la ejecución de Brett. El grupo ha conseguido entrar en el Seireitei, pero ha quedado separado. Yoruichi y Zer se han quedado en solitario, mientras que Josex e Inoue forman una pareja y Xavi y Ganju otra. Nada más aterrizar en el suelo del Seireitei, sin daños gracias a los Rikka, Josex e Inoue se mueven por el Seireitei ocultándose de los Shinigamis que los buscan activamente. Los dos están tras unas cajas apiladas cerca de uno de los edificios de la undécima división, observando como los Shinigamis van y vienen.
Mientras Josex se queja sin remedio, Inoue sigue vigilando los alrededores y tras procesar las palabras de Josex se queda pensativa. En su cabeza resuena lo de “¿Por qué no hay más Shinigamis pacíficos como Brett o yo?”. Tras unos segundos, la bombillita de Inoue se enciende y entusiasmada por la idea que había tenido, abraza a Josex, agarrándolo del cuello y aplastando su cara entre sus pechos.
Josex se queda totalmente sorprendido ante la gran idea de Inoue, preguntándose a sí mismo como demonios no se le había ocurrido algo así a él. No se hable más, a poner en práctica el plan de Inoue. En eso pasan cerca de las cajas donde ellos estaban dos Shinigamis, un chico y una chica. Por lógica, Josex debía de abatirlos de forma rápida y silenciosa. Por cuando Josex se prepara para atacar, echando mano a su Zanpakuto, Inoue sale del escondite sorprendiendo a los dos Shinigamis y al propio Josex. Con una patada voladora, Inoue deja K.O. a la chica Shinigami. El chico se lanza sobre ella, pero Inoue le hace una llave de kárate y lo deja fuera de combate. Ella sola se había bastado para acabar con los dos Shinigamis, dejando perplejo a Josex.
Ambos arrastran a los Shinigamis a su escondite tras las cajas apiladas. Inoue le quita el kimono negro a la chica, y luego Josex ata y amordaza a los dos Shinigamis con unas cuerdas que había encontrado entre las cajas. Fue sumamente fácil, pues los dos Shinigamis estaban inconscientes.
En eso Inoue toma el kimono negro que había obtenido de la chica Shinigami y se dispone a cambiarse. Como no se para a pensar que estaba con Josex, un chico, Inoue no vacila y se quita su camisa rosa, descubriendo el torso de su cuerpo y sus pechos aun tapados por un sujetador negro. Josex se queda boquiabierto, mirando los pechos de Inoue, sin decir o hacer algo. En eso, Inoue mira a Josex y se percata de que estaba con un chico. Contra todo pronóstico, Inoue no se alarma, solo se sonroja un poco y le dice a Josex:
Josex se coloca de espaldas mientras Inoue se cambia. A pesar de la petición de Inoue, Josex no puede evitarlo y acaba mirando furtivamente. Solo mira por unos instantes, pero es suficiente como para deleitarse con el bello cuerpo de Inoue. Aunque lo que hace es quedarse en ropa interior, la figura esbelta de su cuerpo y sobre todo los buenos pechos con los que está dotada, son suficiente como para hacer perder el sentido a Josex. Después de poco más de un minuto, Inoue termina de cambiarse y llama la atención de Josex con un: “Bueno, ¿cómo estoy?”. Josex se queda de piedra ante lo bien que le quedaba el uniforme Shinigami. El kimono negro típico Shinigami, añadido a que se había recogido el pelo, daba un “look” bastante diferente de Inoue, pero se veía muy bella.
Por su parte, en el otro extremo de los dominios de la undécima división, escondidos tras unos de los muros de la red de murallas del Seireitei, descansa el otro dúo, Xavi y Ganju, ahora acompañados por un tercero, el Shinigami tercer oficial de la cuarta división, Fénix. Mientras tratan de tomar aire los tres sentados en el suelo, Xavi rompe el silencio.
Xavi y Ganju comienzan a examinar con la mirada a Fénix, el cual solo puede sentirse incómodo. Fénix teme a los dos Ryoka, por lo que no se atreve a siquiera pensar en salir corriendo y tratar de huir. Tras unos segundos, Xavi y Ganju dejan de mirarlo y comparten una mirada, diciéndose: “Es totalmente inofensivo”. Fénix no sabe si sentirse aliviado o temer aún más las intenciones de aquellos dos. En eso Xavi le comienza a hablar.
Fénix se queda sorprendido ante la tranquilidad de las palabras de Xavi. Se temía lo peor, pero aquel Shinigami al que calificaban de intruso lo dejaba marcharse con toda buena fe. La reacción de Ganju no es la misma, que preocupado pregunta:
Inmediatamente, el rostro de Fénix cambia de temeroso a relajado, incluso podría decirse que ilusionado. Con mucho entusiasmo, Fénix sonríe y luego se agacha en muestra de respeto, diciendo: “¡Un gusto conocerle!”. La actitud de Fénix confunde a Xavi y Ganju, que no pueden darle explicación alguna al cambio de su “rehén”.
Fénix comienza a explicar que él es amigo de Rukia desde que estaban en la Academia de las Artes Espirituales, donde se forman los Shinigamis. Cuando Rukia volvió y se reencontró con ella, pudo escuchar sus historias sobre lo que le había sucedido en el mundo de los vivos. Fénix había escuchado todas las vivencias de Rukia con Xavi y los demás, él sabía la verdad, por lo que ante sus ojos Xavi no era un enemigo. Al terminar su explicación, Fénix se percata de que no se había presentado todavía, por lo que inmediatamente lo hace.
Con la charla terminada, Xavi se levanta y Ganju le sigue. Los dos se preparan para seguir con su avance por el Seireitei, bajo la mirada dudosa de Fénix. Antes de marchar, Xavi le repite a Fénix que es libre de irse, pues confía en él al ser un amigo de Rukia, está seguro de que no dirá nada sobre su posición. No obstante, Fénix los sorprende.
Al observar la determinación en los ojos de aquel Shinigami que nunca se ponía ante el peligro, Xavi sonríe y luego le responde: “Entendido, no seré yo el que te impida venir con nosotros.” Ante la respuesta de Xavi, Fénix sonríe y agradece la confianza, aunque a Ganju no termina de convencerle la idea.
No hay nada más que hablar, el dúo había pasado a ser un trío, ahora Fénix se movería junto a los Ryokas por el Seireitei para rescatar a Brett. Xavi pregunta a Fénix sobre el lugar donde tienen encerrado a Brett, a lo que le contesta que el Palacio de la Penitencia, el mismo lugar donde le había indicado Ikkaku. Aquel Shinigami de verdad no le mentía. Xavi y Ganju deciden ponerse en marcha, pero claro, no tienen ni idea de cuál es el mejor camino, por lo que piden a Fénix que los guíe. Es entonces cuando el Shinigami, que parecía pequeño entre Xavi y Ganju a pesar de su 1,75 m. de altura, los sorprende mostrando una ruta que ellos ni imaginaban. En un claro entre la red de muros, al levantar una baldosa, encuentran una escalera que lleva a la red de alcantarillas del Seireitei. ¡Una gran idea! ¿Quién iba a pensar que los Ryoka se moverían por las alcantarillas? Por su lado, en otra parte del Seireitei, Zer se mueve entre los tejados de los muros y los edificios de la undécima división, huyendo de los Shinigamis que lo buscan por todos lados. Después de saltar por varios muros llega al tejado de un edificio, sobre el que decide tumbarse al sentir llegar un grupo bastante grande de Shinigamis. Mientras permanece tumbado, viendo cómo pasan los Shinigami, se sumerge en sus pensamientos.
Mientras Zer sigue divagando por sus pensamientos, el grupo de Shinigamis ya ha pasado de largo, aunque en la puerta del edificio permanecen unos cuatros Shinigamis, que mantienen una conversación muy interesante.
De repente, rompiendo la conversación de los Shinigamis, Zer salta desde lo alto del edificio de la undécima división y se posa delante del grupo, con un perfecto equilibrio. Una vez en el suelo, del guante en su mano izquierda genera un arco Quincy y con su brazo derecho estira la cuerda del arco creando una flecha de reiatsu, apuntando a los Shinigamis. (1) Los enemigos se quedan totalmente quietos, sorprendidos ante la aparición de Zer.
Ahora volvemos con el grupo de Xavi, Ganju y Fénix. Los tres caminan por dentro de las oscuras alcantarillas del Seireitei. Fénix encabeza el grupo, en medio va Xavi y en último lugar Ganju. Las alcantarillas son un complejo de pasillos, con dos caminos junto a cada pared. Por medio del pasillo pasa el agua impura de las alcantarillas, la cual huele bastante mal. Al ser un espacio cerrado está bastante húmedo, y el aire que se respira transmite una sensación cargada. A pesar de todos los inconvenientes, se puede avanzar por las alcantarillas sin problema, simplemente es incómodo. Fénix, al igual que todo miembro con cierto tiempo en la cuarta división, conoce a la perfección las alcantarillas. De todas formas, porque más vale prevenir que curar, Fénix también tiene un mapa de las alcantarillas. En el camino Fénix y Xavi hablan activamente, mientras que Ganju escucha y observa las alcantarillas.
A la cabeza de Fénix se vienen las frías imágenes en las que Brett con pocas palabras rompía su espíritu o el de su amiga Rukia. Las respuestas de Brett eran claramente las de una persona con un trastorno, seguramente causado por la aparente “pérdida” de sus amigos y la sentencia de su destino. No obstante, aunque Fénix está preocupado, ve como Xavi comienza a reírse.
Fénix se queda sorprendido ante la confianza que tiene Xavi en sí mismo y en sus amigos. Era como Rukia le había contado, Xavi suele decir tonterías, pero transmite calma y seguridad. De algún modo, Fénix veía a Xavi capaz de rescatar a Brett, a pesar de todas las pruebas que le estaban esperando. Tras casi una hora andando por dentro de las alcantarillas, el grupo llega a un callejón sin salida. El callejón tiene en la pared unas escaleras de acero, las cuales llevan a la superficie. El grupo las sube y una vez en lo alto apartan la losa de encima de sus cabezas y salen al exterior. Gracias al camino de Fénix, han salido de la red de muros con suma facilidad. Estaban en un claro de losa azul, bastante espaciosa. Detrás de ellos tenían lo que era uno de los finales de la red de muros, así como algunos edificios de fachada blanca y techo de tejas anaranjadas. Delante tenían como unas escaleras que llevan a la parte central del Seireitei, el Senzaikyu, donde tenían a Brett preso, en la gran torre blanca que se elevaba por encima de todos los edificios.
Antes de que todos puedan celebrar lo cerca que están, un potente reiatsu invade la zona. Xavi, Ganju y Fénix lo sienten de inmediato, colocándose en guardia mientras miran a los alrededores, buscando al portador de la potencia espiritual. En eso, una voz que proviene de las escaleras que llevan al Senzaikyu grita:
Todos dirigen su mirada a las escaleras para ver la figura de un Shinigami, la cual Xavi conocía de antes. Pelo pelirrojo, tatuajes por la frente y los brazos, la banda de vice-capitán de la sexta división. Era nada más y nada menos que Renji Abarai, aquel Shinigami con el que Xavi peleó en Karakura.
Después de haber lanzado la orden, Xavi agarra su Zanpakuto en su espalda y la desenvaina, apuntando con ella a Renji. Al ver que Xavi iba en serio, Ganju no tarda en obedecer y coge a Fénix para salir de allí y ponerse a suficiente distancia como para seguir el choque sin salir perjudicado.
Renji desenvaina su Zanpakuto de su cintura. A diferencia de la Zanpakuto de Xavi, la de Renji no estaba en su forma de Shikai. Al parecer Xavi era el único Shinigami que tenía la rara costumbre de llevar su Zanpakuto liberada. Cuando Renji se coloca en guardia, Xavi no lo duda y se lanza sobre él. Las dos Zanpakuto colisionan, liberando una gran cantidad de reiatsu que se propaga por todo el campo de batalla, estremeciendo los huesos de Ganju y Fénix. Después del primer choque, con rabia, Xavi comienza a lanzar tajos con la hoja de Fay, en todas direcciones, aunque Renji lo bloquea. No obstante, la presión de Xavi hacia retroceder al vice-capitán.
La lucha continúa y Xavi sigue presionando a Renji, el cual no encuentra la manera de contraatacar. En uno de los cruces las espadas vuelven a mantener un choque, con sus dos dueños forcejeando. Durante el forcejeo, Xavi lleva las de ganar, lo que provoca que Renji se retire unos metros.
En ese mismo momento, Renji pasa la mano por encima de su Zanpakuto mientras que exclama: “Ruge, Zabimaru”. La katana pasa a alargarse y aparecen unos dientes largos, como si fuera una sierra. En eso Renji sacude su Zanpakuto y esta se estira, en dirección a Xavi. (2) La Zanpakuto de Renji sorprende a Xavi, que aduras penas la detiene con Fay. A pesar de que detiene la hoja, la potencia del golpe manda a Xavi por los aires, provocando que choque contra el muro cercano, levantando polvo por la colisión. Renji recoge a su Zanpakuto y la apoya en el hombro.
De la aparte de atrás de la cabeza de Xavi comienza a chorrear sangre por el impacto con la pared. No obstante, Xavi aún parece capaz de pelear. A ojos de Fénix, semejante herida no debería permitir luchar a Xavi, pero él estaba de pie. En eso, Renji da un gran salto a una buena velocidad y se coloca delante de Xavi, armando a Zabimaru para un ataque. Xavi trata de reaccionar, pero Renji sacude a su Zanpakuto que golpea a Xavi levantando una nueva nube de polvo y a la par destruyendo el muro que estaba detrás. Renji cree haber alcanzado a Xavi, pero éste sale de entre el humo, pues había esquivado la Zanpakuto. Tras apoyarse en el muro, Xavi carga en el aire, pero Renji lo detiene con Zabimaru. Después del impacto los dos caen al suelo de forma acrobática y nada más poner un pie, salen impulsados para colisionar una vez más, generando otra presión de reiatsu. Los choques de reiatsu eran tan potentes que empezaban a sentirse en las partes más cercanas del Seireitei. Mientras tanto, muy cerca de la zona donde están batallando Renji y Xavi, atraída por el choque de reiatsu, la vice-capitana de la tercera división, Rukia Kuchiki, se dirige a la zona del conflicto. Inmersa en sus pensamientos y preocupaciones, Rukia se mueve por el techo de los edificios cercanos al Senzaikyu, saltando de uno a otro, apurada.
Al confirmar con su sentir que los Ryoka eran Xavi y los demás, sus amigos, en un principio se sintió aliviada y calmada por saber que todos estaban bien. Pero pronto esa sensación de alivio desaparece para dar paso a la preocupación y al miedo de que de verdad les sucediera algo al cometer la locura de irrumpir en la Sociedad de Almas. Rukia acelera, quiere llegar lo antes posible donde Renji y Xavi, tiene que detener la batalla, o sus dos amigos saldrán mal parados. Está tan inmersa en sus preocupaciones que no siente como otra vice-capitana, Rangiku Matsumoto de la décima división, llega a su lado.
La respuesta de Rukia deja confundida a Matsumoto, que no termina de entender a qué se refería Rukia. Matsumoto desconocía por completo la historia de Rukia en el mundo de los vivos y de su amistad con los Ryoka. Volviendo al campo de batalla, Renji y Xavi siguen colisionando brutalmente, sin ceder ninguno de los dos. Ahora Xavi se dedica a moverse de un lado a otro, esquivando los ataques de Zabimaru. Es muy incómodo pelear así para Xavi, pues gracias a la capacidad de Zabimaru, Renji apenas tiene que moverse y obliga a Xavi a correr de un lado a otro. Renji no acierta a Xavi, pero destroza todo lo que su Zanpakuto toca.
Renji vuelve a sacudir su Zabimaru, pero vuelve a fallar, destrozando el muro cercano a las escaleras que llevan hacia el Senzaikyu. Esta vez, en lugar de seguir corriendo, Xavi decide cargar de frente hacia Renji.
Tal y como había deducido Xavi, Renji lanza una segunda sacudida con su Zanpakuto alargada. Xavi, a pesar de ir de frente, la esquiva sin problemas. Renji se percata de que Xavi se le está acercando demasiado y lanza una tercera sacudida, apurado. Xavi la esquiva de un salto y luego cae en dirección hace Renji. El vice-capitán tiene que recoger su Zabimaru, sin poder atacar, y se queda totalmente expuesto a Fay. Desde arriba, con toda su fuerza, Xavi lanza un tajo hacia Renji. No obstante, Renji lo esquiva con facilidad haciéndose a un lado, dejando ahora a Xavi descubierto.
Con esas palabras, Renji clava a Zabimaru en el torso del expuesto Xavi, rasgando su piel con las cuchillas de su Zanpakuto. Por la fuerza, Xavi rueda unos metros, dejando un rastro de sangre detrás de sí. A pesar del golpe, Xavi no suelta a Fay. Escupiendo sangre, sintiendo el pecho mojado y viendo como la sangre se derrama por su torso y el suelo, Xavi se coloca de rodillas, clavando a Fay en el suelo, preparándose para hacer fuerzas para levantarse. Renji se acerca a él caminando tranquilamente, con Zabimaru al hombro.
Después de la explicación, Renji eleva a Zabimaru hacia el cielo, preparando el tajo final que acabe con Xavi. El joven Shinigami no puede moverse, la herida en el costado lo ha trastocado y le cuesta hasta respirar. De repente empieza a sentir la herida en la cabeza. Intenta sacar fuerzas de donde no las hay, pero es en vano.
Como una sentencia, Renji baja su Zanpakuto con la intención de acabar con su enemigo. No obstante, para sorpresa de Xavi, algo detiene a Zabimaru. No era una espada lo que detenía el avance de Zabimaru u otro tipo de arma. Había sido una voz la que había detenido a Zabimaru. Desde lo alto de uno de los edificios cercanos, Rukia gritaba a todas sus fuerzas: “¡Renji detente!”, consiguiendo que su amigo parara el ataque. Muy apurada, Rukia baja del edificio, seguida por Matsumoto, y se acerca a escasos pasos de Renji y el arrodillado Xavi.
A pesar de la orden de Renji, Matsumoto ni se inmuta y no responde al vice-capitán de la sexta. Al ver que Matsumoto no daba respuesta, Renji lo vuelve a intentar, pero nada, lo sigue ignorando. Matsumoto estaba de pie, como si fuera una estatua, con los ojos y la boca muy abiertos, mirando fijamente a Xavi. Al ver a Xavi de cerca se había quedado totalmente impactada, sin poder articular un solo gesto o palabra. Tras unos segundos de incertidumbre, la bella chica del décimo escuadrón traga saliva y mientras mira a Xavi susurra:
Nota*: Os recuerdo que “taicho” es capitán.
Matsumoto clava las rodillas en el suelo, sin quitar la mirada de Xavi o dejar de estar sorprendida. En eso Rukia se da cuenta de que ella también lo veía, ella veía en Xavi a la misma persona que veían su hermano o la propia Rukia.
Renji de inmediato, sin perder ni un segundo más, vuelve a alzar a Zabimaru contra Xavi y lanza un tajo desde arriba. Rukia desenfunda su Zanpakuto al grito de: “¡Renji! ¡No lo hagas!”. Pero, antes de que Rukia pueda siquiera desenvainar del todo su arma, Zabimaru es detenida por la mano de Xavi. Con su mano desnuda había parado la Zanpakuto del teniente de la sexta.
El grito de Xavi deja de piedra a Rukia. Del impacto de las palabras Rukia ni abandona su pose de desenvainar a Sode no Shirayuki. Pero, si Rukia está sorprendida, Renji aún más. Xavi estaba medio moribundo y de la nada había sacado fuerzas como para detener a Zabimaru con la mano desnuda. Xavi se levanta, aun manteniendo a Zabimaru en su mano.
Ante las palabras de Xavi, Rukia deja de agarrar su Zanpakuto y se echa mano a la boca. A continuación, sus ojos temblorosos comienzan a derramar algunas lágrimas y después se clava de rodillas en el suelo. Rukia comienza a llorar de felicidad. A pesar de todo lo sucedido, a pesar de que ella sentía que Xavi estaba en peligro por su culpa, a pesar de que parecía una traidora, Xavi aun la llamaba su amiga y estaba dispuesto a protegerla.
Moviendo su muñeca Xavi rompe el primer “diente” de la sierra de Zabimaru. Al verlo, Renji inmediatamente retrocede. Renji se queda mirando su Zanpakuto, ahora sin uno de los dientes de su sierra. Xavi deja caer el diente que aún tenía en la mano. El sonido metálico del caer del diente hace que Renji mire a Xavi. En eso, Xavi saca a Fay del suelo.
Con un golpe sordo, la potencia del reiatsu de Xavi se duplica, estremeciendo a todos los que están cerca, Rukia, Matsumoto, Ganju, Fénix e incluso al propio Renji. A la cabeza de Renji llegan unas imágenes, las de su primer enfrentamiento con Xavi. En aquel entonces fue igual, cuando Xavi estaba acabado sacó un terrible poder que sobrepasó a Renji.
Xavi incrementa aún más su poder espiritual, provocando incluso que Renji tiemble involuntariamente, aunque consigue controlar los nervios. Xavi eleva lentamente a Fay hacia el cielo, bajo la mirada de Renji que se coloca en guardia, temeroso. “¿Qué pretende?” se pregunta el teniente de la sexta. La mirada de Xavi se vuelve azul y un reiatsu del mismo color rodea a Fay. Al chocar su mirada con la de Xavi, Renji se queda paralizado. En eso Xavi lanza un tajo de arriba hacia abajo, liberando una onda azul de reiatsu en dirección a Renji. Muy apurado, Renji coloca a Zabimaru para detener el ataque, pero es en vano. Zabimaru queda partida en dos y el ataque alcanza de lleno a Renji, creándole una herida desde el cuello hasta la cadera. La sangre sale como un cacho de agua del pecho de Renji. A la sangre del pecho le sigue la que escupe por la boca. A continuación, Renji comienza a desplomarse, siguiendo a la sangre hacia el suelo, cayendo sobre su propio charco de sangre.
Renji antes de caer inconsciente, clava su mirada en Xavi, y mientras cierra los ojos graba en su retina la figura del Shinigami que lo había derrotado de forma tan aplastante. Al ver a Renji sobre el suelo, Rukia muy apurada se acerca a su amigo, gritando su nombre. Rukia había aceptado que uno de los dos Shinigamis iba a resultar herido, pero nunca pensó que Renji recibiría semejante herida. Ganju y Fénix celebran la victoria de Xavi y se acercan a él. Xavi se queda mirando a Rukia, que seguía gritando muy preocupada, ignorando a Ganju y Fénix. En eso, Xavi susurra un “lo siento”, y luego pierde el conocimiento, muy agotado por la lucha. Ganju y Fénix lo agarran, evitando que choque contra el suelo. Al percatarse de que Xavi se había quedado inconsciente, Rukia se altera aún más todavía.
Inmediatamente Fénix y Ganju corren hacia donde está la baldosa, la levantan y se introducen por ella, de nuevo hacia las alcantarillas, bajo la mirada de Rukia y Matsumoto. Unos segundos después de que los Ryoka se oculten en las alcantarillas, Matsumoto llega al lado de Rukia y de Renji.
Las dos levantan a Renji y se preparan para salir de allí. Deben llegar rápido al cuartel de la cuarta división y dejar allí a Renji al cuidado de la capitana Unohana y la vice-capitana Isane. Ellas lo curarán. Antes de salir, Matsumoto lanza una última mirada a la baldosa por la que se habían ocultado los Ryoka.
To be continued... |
Capítulo 16
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The beast. |
Cada vez que abandonamos un poco de nuestro orgullo, damos un paso más para convertirnos en bestias. Cada vez que acallamos más los deseos de nuestro espíritu, damos un paso más para alejarnos de ser bestias.
Amanece sobre el Seireitei. Aún quedan once días para la ejecución de Brett. Los Shinigamis a lo largo del Seireitei están inquietos, unos intrusos han logrado penetrar sus defensas y ahora andan por la “casa” Shinigami con intenciones desconocidas. A la par que el Sol asoma y arroja su luz sobre el Seireitei, desde el cuartel de la primera división salen unos mensajeros especiales. Estos mensajeros no son personas, no, son bellas mariposas de tonalidad negra a las que los Shinigamis llaman “mariposas infernales”. Estas mariposas pueden transmitir cualquier mensaje de un Shinigami a otro. Las distintas mariposas infernales que salen del cuartel de la primera división llevan como objetivo a los capitanes y vice-capitanes del Gotei. El mensaje es de nada más y nada menos que el capitán supremo, Genryusai Yamamoto. El mensaje informa sobre la derrota del vice-capitán de la sexta división, Renji Abarai, a manos de un Ryoka. Teniendo en cuenta lo peligroso que puede ser uno de esos Ryoka, el capitán comandante permite a todos los Shinigamis de nivel capitán liberar su Bankai si es necesario. Cuando el mensaje llega a los oídos de los capitanes, cada uno de ellos tiene su propia reacción u opinión acerca del permiso para liberar el Bankai. En el cuartel de la cuarta división, es decir, en el hospital de los Shinigamis, dos de los capitanes reciben el mensaje coincidiendo estar juntos. En una de las habitaciones del cuartel, las cuales son de tamaño medio, lo suficiente como para dos camas y algunas sillas, descansa el derrotado Renji. Junto a él está su capitán, Byakuya Kuchiki, su amiga Rukia, la vice-capitana de la cuarta división Isane Kotetsu, y la propia capitana de dicha división, Retsu Unohana. Todos oyen a la perfección el mensaje de las mariposas, generando distintas impresiones. Byakuya se limita a no decir nada, permanece mirando a su vice-capitán inconsciente, quedando impasible ante el mensaje. Las reacciones de las chicas son muy diferentes:
En eso Byakuya se aparta bruscamente de su vice-capitán, tomando la salida de la habitación. En la puerta se detiene y mirando hacia atrás, pero sin voltearse del todo, dice de forma seca: “Tengo cosas que hacer. Gracias por su ayuda, capitana Unohana”. Al terminar sus palabras Byakuya sale de la habitación y se dispone a abandonar el cuartel de la cuarta división. En la habitación todas permanecen por unos segundos calladas, hasta que Rukia algo apurada se agacha en signo de disculpa:
Unohana seguida por Isane deja la habitación, quedando solo en ella Rukia y su amigo inconsciente, Renji. Rukia se coloca junto a la cama de Renji, mirándolo de forma triste. En el cuartel de la séptima división, en la oficina del capitán, Kaname Tosen, el propio capitán y su vice-capitán, Shuhei Hisagi, se mantienen en silencio tras escuchar el mensaje. La habitación es de un tamaño normal, con el suelo de madera oscura y paredes rojas. A los lados de la habitación hay estanterías llenas de libros y de frente a la entrada, junto a la ventana, está el escritorio del capitán. Tosen está sentado en el escritorio, mientras que Hisagi se mantiene de pie a su lado. El silencio que ha quedado después del mensaje es interrumpido por Hisagi, que inquieto pregunta:
El capitán Tosen se levanta de su asiento con tranquilidad, pero en sus gestos se nota la determinación de su decisión. Tosen se acerca a una de las estanterías de la derecha, toma su Zanpakuto, la ata a su cintura, y luego se dirige enfrente de su subordinando. Mirándolo a los ojos, a pesar del hecho de que Tosen era ciego, le mantiene la mirada a su teniente, que era más alto que él, y por último deja caer unas palabras:
Con esas palabras, Tosen desvía su ciega mirada de su subordinado y luego se dirige hacia la puerta de la habitación. Sin necesidad de algún gesto, Hisagi lo sigue. Ambos se disponen a salir del cuartel de la séptima división para comenzar lo que parece la búsqueda de los Ryoka. Ahora nos vamos al cuartel de la décima división, al igual que la última ocasión, en la sala del capitán, Toshiro Hitsugaya. Allí el propio capitán habla con su vice-capitana, Rangiku Matsumoto. La sala es de forma rectangular, con el suelo de madera, pero de una tonalidad más clara que la de la habitación del capitán de la séptima, mientras que la pared vuelve a ser roja. En el centro de la sala hay un sofá con una mesa enfrente de él. Detrás del sofá está el escritorio del capitán, y detrás del mismo hay una gran ventana, así como una estantería a cada lado de la pared. El capitán Hitsugaya está sentado en su escritorio mientras que Matsumoto está tumbada en el sofá, vagueando.
El comentario de Hitsugaya no recibe respuesta por parte de su teniente. La sensación era que Hitsugaya estaba hablándole a la pared. Reteniendo su ira, Hitsugaya se levanta de su escritorio y se acerca al sofá, solo para ver como su teniente se había quedado totalmente dormida. Ignorando la sensualidad de Matsumoto, Hitsugaya grita enojado:
La vice-capitana se asusta ante el grito de su capitán y da un salto del sofá por la sorpresa, cayendo al suelo. Desde él comienza a quejarse por el porrazo, mientras su capitán aun la mira, muy enojado.
Dejando de lado la discusión, al parecer, no todos los capitanes están en sus respectivos cuarteles, hay uno que espera en el Senzaikyu. Como ya se ha dicho, el Senzaikyu está en el centro del Seireitei, y es un complejo de edificios altos, la mayoría de ellos son prisiones. La estructura del Senzaikyu es hacia arriba, las torres se van interponiendo hasta quedar la más alta de ellas, la torre blanca, donde está encerrado Brett. La forma de moverse por el Senzaikyu es por medio de los distintos puentes que conectan los edificios o ascendiendo por un complejo de escaleras y moviéndose entre los altos edificios. En lo alto uno de los edificios más bajos, cercanos a la zona donde Xavi había combatido contra Renji, el capitán de la undécima división, Kenpachi Zaraki, observa los alrededores mientras permanece sentado, como esperando algo. La brisa acaricia el techo del alto edificio, haciendo resonar los cascabeles que Kenpachi tiene en los extremos de su pelo. La tranquilidad se ve interrumpida cuando de las ropas del capitán, a la espalda, sale una niñita, de pelo rosa y con la banda de vice-capitán, que se apoya en su hombro. (1) Muy animada, la niñita comienza a golpear a Kenpachi en la cabeza mientras se queja:
La última parada entre las reacciones de los capitanes es el cuartel de la quinta división. Allí, una vez más en la sala del capitán, de aspecto muy parecido a la habitación de Toshiro Hitsugaya, el capitán de dicha división, Gin Ichimaru, habla con la vice-capitana, Momo Hinamori. Mientras Ichimaru mira por la ventana de la habitación, Hinamori está detrás, dudando en si decir algo para romper el hielo o simplemente esperar a que su capitán hable. A pesar de que la actitud y la forma de hablar de Ichimaru pueden calificarse como infantil, con sus gestos y palabras intimida mucho a su teniente. Finalmente Ichimaru habla, pero sin quitar su mirada de la ventana.
A pesar de que Ichimaru había roto el hielo, Hinamori seguía callada, sin siquiera mirar directamente a su capitán. Ella no sabía que decir o hacer, temía cualquier reacción de su capitán. En eso, Ichimaru se voltea un poco, lo justo para clavar su rasgada mirada en su teniente y preguntarle:
En eso Ichimaru termina de voltearse y tranquilamente se acerca a Hinamori. La diferencia en altura es clara, así que Ichimaru se agacha un poco mientras que con su mano agarra la barbilla de Hinamori, de forma suave. Luego empuja a la cabeza de Hinamori hasta conseguir que lo mire directamente, aunque los ojos de Hinamori aun querían evitar el contacto. Ichimaru sonríe de forma inquietante y sigue hablando:
Hinamori sigue sin poder articular una sola palabra, temblando y muerta de miedo. Finalmente Ichimaru la suelta y se dirige hacia su escritorio, para sentarse en él. A pesar de que ya se había alejado de ella, Hinamori seguía con las mismas sensaciones. Ya sentado, Ichimaru sigue con su monólogo:
A pesar de la mirada y la sonrisa sádica de Ichimaru, el engaño había sido un éxito total ante la inocente Hinamori. Cegada por querer “salvar” a su buen amigo Hitsugaya, la teniente acepta robar el libro de la décima división para luego dárselo a su capitán, el cual lo pondrá “a buen recaudo”. Dejando ya de lado a los capitanes, la mañana sigue avanzando en el Seireitei hasta que el Sol se coloca en lo más alto. La actividad por buscar a los Ryoka sigue siendo intensa a lo largo de la “casa” Shinigami, pero es totalmente en vano. No obstante, donde nos centramos ahora no llega la luz del Sol y tampoco pasan los Shinigamis. En el interior de las malolientes alcantarillas del Seireitei, muy cerca de la salida hacia el inicio del Senzaikyu donde habían combatido Xavi y Renji, descansa el pequeño grupo formado por Xavi, Fénix y Ganju, bueno, algunos terminan de descansar. Después de haberse levantado repleto de energía, estirarse y tomar su Zanpakuto, Xavi exclama: “¡Vamos a por Brett!”. No obstante, su entusiasmo es detenido por Ganju, el cual le pide algo de calma y deje descansar a Fénix, que estaba sobando.
Mientras Fénix sigue durmiendo a pierna suelta, Xavi y Ganju comienzan a hablar. La conversación no es muy animada, pues el sitio donde están no acompaña. En mitad de la conversación, mientras rasca su cabeza y sin poder darse explicaciones, Xavi comenta lo siguiente:
Gracias a Ganju, Xavi empezaba a explicarse muchos de los comportamientos de algunas de las personas que se le habían acercado. Rukia y Byakuya probablemente estuvieron conectados a ese capitán, por eso mostraron interés en él. También explica por qué Kukaku tuvo una actitud tan “cercana”.
Con algo de misterio resuelto, Xavi estaría más tranquilo cada vez que lo miraran raro, era algo normal, suponía. Así pasa un poco más el día, hasta que finalmente Fénix despierta. “¡Ya era hora!”, exclaman Xavi y Ganju. Fénix se disculpa, pero estaba demasiado cansado. De todas formas, de su kit médico saca una extraña cápsula de color verde. Se parecen a las Soul Candy, pero no tienen nada que ver. Es una cápsula que repone la energía espiritual del médico que la toma. Está diseñada para que los miembros de la cuarta división puedan trabajar más allá de sus límites en caso de emergencia. Con la explicación de Fénix, la toma, recuperándose instantáneamente. Ya están todos en perfectas condiciones para seguir. No obstante, antes Fénix llama la atención de Xavi.
De su kit médico Fénix saca un objeto muy familiar para todos, una máscara de Hollow. Al verla Xavi se queda totalmente extrañado, él no había llevado consigo esa máscara en ningún momento. La máscara era como aquella que le surgió en el entrenamiento con Urahara, una máscara blanca con unas marcas rojas sobre el lado izquierdo, como si fueran un arañazo.
En eso Ganju la agarra y la tira al agua de las alcantarillas. “Dejaros de tonterías, no hay tiempo que perder”, dice para justificar su gesto. Todos se dan cuenta de que tiene razón y desbordando energía llegan a donde las escaleras por las que salen a la superficie. Levantando la losa vuelven a llegar al mismo lugar donde Xavi había combatido contra Renji. Tras observar un poco los destrozos de la batalla, el grupo encara las escaleras que los introducirán en el interior del Senzaikyu y su complejo de escaleras y edificios.
El grupo suspira, se llena de valor y sale corriendo hacia las escaleras. Son unas largas escaleras, pero su energía es tal que la suben corriendo a toda pastilla. A poco que suben las escaleras sienten como los altos edificios del Senzaikyu, de fachada azulada, los rodean. La sensación es la de estar atrapados entre todos esos edificios, con un montón de caminos que escoger, escaleras o puentes que llevan a unos edificios u otros. No obstante, para ellos no es un problema, Fénix los guía. Suben las escaleras y llegan a un pequeño claro en el que se frenan. Una explanada de losa azul, rodeada por un montón de edificios.
Mientras Fénix saca y comienza consultar el mapa, Xavi y Ganju observan los alrededores. Xavi tiene una extraña sensación, no hay nada peligroso, pero tiene un mal presentimiento. En eso, el sonido de unos cascabeles llega a los oídos del grupo.
Antes de que Xavi o Fénix puedan contestarle, se oye un golpe sordo y de inmediato una altísima presión espiritual invade la zona. La presión de esa energía hace temblar al propio suelo o los edificios. Hasta un fuerte guerrero como Xavi comienza a sudar al sentir la energía que los presionaba. Era como una presión en el pecho, muy desagradable. Todos miran a su alrededor buscando la fuente de ese reiatsu, pero no ven nada. De nuevo vuelven a sonar unos cascabeles.
La pregunta es lanzada por una voz anónima, que proviene del mismo lugar de donde había salido el sonido de los cascabeles. Xavi, Ganju y Fénix dirigen su mirada inmediatamente a ese lugar, en lo alto de uno de los edificios, viendo a un hombre. Un Shinigami de gran altura y fuerza física, con las ropas blancas de capitán. Pelo negro y peinado en punta, con cascabeles en los extremos de esas puntas, una cicatriz que cruza su rostro en vertical, sonrisa sádica y mirada asesina, con un parche en el ojo.
En ese preciso momento, por la cabeza de Xavi pasan dos conversaciones. La primera con el gato Yoruichi: “Si os encontráis con un Shinigami de nivel capitán ni se os ocurra enfrentarlo.” La segunda es la conversación con el Shinigami Ikakku: “En ese caso mi capitán irá a por ti. Ten cuidado, a él no le interesan los débiles.” Xavi debate en su cabeza que hacer, ¿hay alguna manera de luchar contra un capitán y ganar? Mientras Xavi, Ganju y Fénix están paralizados por la presión espiritual, el capitán de la undécima, Kenpachi Zaraki empieza a analizarlos uno por uno con la mirada.
Por último coloca su mirada asesina en Xavi, sonríe de forma sádica y susurra: “Te encontré”. Kenpachi salta desde lo alto del edificio y cae justo enfrente del grupo, como si nada, aunque había saltado desde una gran altura. Al tenerlo más cerca, la presión espiritual se intensifica. Es tan fuerte que Fénix no lo puede resistir y se clava de rodillas en el suelo, vencido simplemente por la presión. Ganju también acusa la presión, aunque puede mantenerse y trata de ayudar a Fénix. Xavi es el único que lidia con la tremenda presión de reiatsu. De inmediato Xavi desenfunda a Fay, provocando la risa de Kenpachi.
Las palabras de Xavi impactan a Ganju, pues había comprendido el mensaje. La prioridad de Xavi es rescatar a Brett, aunque para ello tenga que exponer su vida ante el peligro. Si él retiene al poderoso, Ganju y Fénix tienen vía libre para llegar a donde Brett y liberarlo. Esa es la prioridad. Sin decir una sola palabra, Ganju toma a Fénix y sale corriendo, adentrándose en el Senzaikyu. Mientras corre grita: “¡Xavi! ¡Sal vivo de esta o tus amigos me matarán!”. Xavi sonríe y se interpone entre ellos y el capitán, en guardia con Fay en mano.
Tal y como le decía Ikkaku, Kenpachi Zaraki es temido por amar la lucha y no importarle otra cosa. A él no le importaba si rescataban a Brett o no, solo quería medirse con Xavi, el más fuerte del grupo. Kenpachi desenvaina a su Zanpakuto, una espada larga, de hoja blanca, aunque muy deteriorada. (2) Xavi mira la espada atentamente, tragando saliva y esperando lo peor del monstruo que tenía delante. Sin embargo, Xavi está tan concentrado en Kenpachi que cuando quiere darse cuenta, sobre su hombro tiene a la niñita de pelo rosa que iba con Kenpachi, vice-capitana de la undécima división. Mientras Xavi mira asombrado a la niña sobre su hombro, ésta le dice:
Tras gritar aquello, la niñita de pelo rosa, salta del hombro de Kenpachi y se aleja de él. Con su increíble velocidad, Yachiru llega a lo alto de uno de los edificios que rodeaban el claro, sentándose en el tejado para ser espectadora del combate de su capitán. De vuelta al ruedo, la batalla va a empezar. Kenpachi clava su Zanpakuto en el suelo y luego agarra su kimono, exponiendo su pecho.
La mirada sádica de Kenpachi lleva a Xavi a actuar sin pensar. Empujado por la situación se lanza sobre el capitán y realiza un tajo hacia el pecho. A medida que lanza el ataque Xavi cierra los ojos. Finalmente Fay colisiona con el cuerpo de Kenpachi. Como resultado se derrama sangre que comienza a salpicar el suelo. Xavi abre los ojos, solo para ver como su Zanpakuto estaba en el pecho de Kenpachi, pero, ¡no le había hecho ni un solo rasguño! Es como si la Zanpakuto estuviera simplemente apoyada en el rival. “¿¡La sangre!?”, se dice Xavi, por lo que mira a sus manos para ver como sangraban por la colisión. No solo no le había hecho nada, estaba sangrando al intentarlo.
Inmediatamente Xavi se retira, mientras Kenpachi se queda mirando, decepcionado. ¿Cómo es posible?, se pregunta Xavi, ¿cómo no le he hecho nada? Como leyendo su mente, el capitán de la undécima contesta:
Siguiendo su instinto asesino aunque conteniéndolo para hacer la batalla lo más duradera posible, Kenpachi se lanza sobre el asustado Xavi. Un tajo de frente, desde arriba, que choca con la Zanpakuto de Xavi. Las hojas colisionan, pero la fuerza de Kenpachi es tal que hunde a Xavi en el suelo. Se suceden algunos golpes más, y aunque Xavi los detiene todos, la fuerza lo acaba mandando por los aires, chocando contra un edificio. Solo ha sido un mero choque, pero el miedo ha invadido a Xavi. Solo se le ocurre una cosa: huir. El joven Shinigami sale corriendo y trata de perderse entre los edificios del Senzaikyu, seguido por Kenpachi que empieza a quejarse. La batalla también es seguida por Yachiru, que se mueve entre los tejados. Xavi corre entre los edificios, controlado por su miedo, tratando de dar esquinazo a su enemigo. Tras girar varias esquinas, es sorprendido por Kenpachi que aparece de frente, rompiendo la pared de uno de los edificios. Vuelve a lanzar un tajo de frente que Xavi vuelve a detener. Está vez Kenpachi intenta hacer un segundo, pero falla y Xavi sale corriendo una vez más.
Xavi sigue corriendo, lo más que puede, tiene la mente en blanco, tiembla y suda por el miedo. No puede hacer nada, ¿cómo iba a poder lidiar contra semejante poder? Solo de sentir su reiatsu contenido Fénix se había desmayado. ¡Es un monstruo! Mientras corre la única imagen que se le pasa por la cabeza es la de su Zanpakuto, incapaz de cortar a su rival. En un momento dado, Xavi siente que Kenpachi ha dejado de moverse, cosa que aprovecha para detenerse a tomar aire. Ha conseguido darle esquinazo temporal al capitán, gracias al laberinto de edificios. Apoyado sobre la fachada de uno, clavando a Fay y su mirada en el suelo, respirando muy fuerte, mantiene un debate interno:
Tomando un poco de aliento, Xavi levanta la mirada, saca a Fay del suelo y vuelve a empuñarla, suspirando, tomando coraje. Él no se puede permitir el lujo de sentir miedo, no puede. Si muere, todos los que confían en él, Ganju, Fénix, Inoue, Josex, Zer, Yoruichi o Brett, estarán perdidos. Solo él puede lograr luchar contra un capitán. Lleno de valor, disipando el miedo, Xavi sale corriendo, pero esta vez en busca de Kenpachi Zaraki. Totalmente decidido, tras girar varias esquinas, entre dos edificios, se encuentra con el capitán de la undécima, que estaba sentado en el suelo. Nada más verlo, Kenpachi se levanta, tomando su Zanpakuto.
Xavi carga contra Kenpachi, de frente, decidido. Mientras llega hacia Kenpachi por su cabeza pasa la cara de todos sus amigos y se jura a si mismo que los protegerá a todos. Kenpachi ni se molesta en defenderse con su Zanpakuto y solo mira como Xavi se le acerca. Finalmente Xavi lanza un tajo horizontal y... Lo corta. Xavi consigue herir a Kenpachi, le hace un corte horizontal en el pecho. Al ver su sangre, Kenpachi se sorprende y permanece mirando su corte. Xavi aún mantiene la posición del ataque, diciéndose: “¡Puedo hacerlo!”. Luego mira a su rival y le dice:
Contra todo pronóstico, Kenpachi comienza a reírse a carcajadas. Su mirada se intensifica y la sed de muerte va en aumento. Su reiatsu también se intensifica, haciendo a Xavi estremecerse de nuevo. Cuando Kenpachi calma su risa, mira a Xavi.
Xavi traga saliva, tomando posición defensiva. Lo había herido, pero Kenpachi se alegraba de ello. Desde las alturas, Yachiru observa el combate, sonriente, susurrando: “Ken-chan parece feliz”. Kenpachi ataca, de nuevo de frente, con un tajo desde arriba. Xavi lo para, y no retrocede. Se suceden diferentes golpes, por todos lados, pero el resultado siempre es el mismo, las Zanpakuto colisionan. Xavi va tomando confianza ante la mirada asesina de Kenpachi, que disfruta cada segundo de lucha. Kenpachi pelea usando su mano derecha, mientras que Xavi usa las dos. En uno de los cruces, Kenpachi sorprende y con su mano izquierda desnuda coge el filo de Fay, cortándose, pero desequilibrando al joven Shinigami. Mientras Xavi cae, Kenpachi trata de empalarlo, pero mueve su cuerpo en el aire y esquiva. Luego, aprovechando que está tumbado en el aire, Xavi patea la mano de Kenpachi, liberando su Zanpakuto y volviendo a recuperar el equilibrio. Xavi toma un poco de distancia, y para cuando levanta la mirada ya no encuentra a Kenpachi. Su vista no lo encuentra, pero su oído se percata del sonido de los cascabeles en su pelo, justo detrás de él. Instintivamente, Xavi se da la vuelta y detiene el golpe de Kenpachi que iba a la espalda.
Tras el choque Xavi vuelve a tomar distancia, para respirar un poco. Estaba dando la cara, pero seguía siendo un combate de alto nivel. Kenpachi también se detiene, y sigue hablando.
Antes de que Xavi pueda seguir hablando, Kenpachi lanza una estocada hacia el pecho del joven Shinigami. Xavi detiene la punta de la Zanpakuto con Fay, quedando en esa postura ambos guerreros.
De repente la Zanpakuto de Kenpachi quiebra a Fay. Al ser una hoja más fina, pasa a través del arma de Xavi, pero sin llegar a romperla, solo creando un agujero. Así la Zanpakuto de Kenpachi se clava en el pecho de Xavi, empalándolo.
Lentamente Kenpachi saca su arma del pecho de Xavi, saliendo la sangre junto a la hoja. Vencido, Xavi cae al suelo de rodillas, viendo como la sangre sale por la herida en su pecho. El joven termina desplomándose, impotente, bajo la mirada de Kenpachi Zaraki.
Decepcionado, Kenpachi le da la espalda a Xavi y mientras arrastra la hoja de su Zanpakuto ensangrentada por el suelo, creando un chirrido, el capitán de la undécima se aleja dando el combate por concluido. Desde el suelo, sin fuerzas para poder hablar, Xavi contempla como su rival se marcha.
Mientras que Kenpachi se marcha, una nueva silueta pasa a su lado, acercándose a Xavi. Era una figura muy conocida por él, el espíritu de su Zanpakuto, Fay. Ella tranquilamente se coloca delante de Xavi, de pie, mirándolo a los ojos.
Mientras que Kenpachi levanta la espada del suelo y la pone en su hombro, buscando a Yachiru con la mirada, siente un golpe sordo. De la nada aparece una fuerte presión espiritual que comienza a hacerle competencia a la fuerza espiritual del propio Kenpachi. Sorprendido, el capitán se voltea solo para ver como Xavi se levanta, rodeado de un aura azul. Tanto Kenpachi como Yachiru se quedan sorprendidos. Hace unos instantes estaba medio muerto, pero ahora se había levantado. Su reiatsu estaba deteniendo la hemorragia de la herida en el pecho. Pronto Kenpachi siente como Xavi clava su mirada en él y sin dudarlo dos veces carga, decidido a atacar. Sin que Kenpachi pueda reaccionar, Xavi le provoca un corte en el hombro izquierdo, recorriendo parte de su pecho. La sangre sale disparada, pero por ello el ataque no termina y luego intenta una estocada. Kenpachi la detiene con su Zanpakuto, pero acto seguido Xavi lanza otro ataque y logra hacerle otro gran corte en el lado derecho del pecho. El capitán no puede detener los ataques, por lo que pasa a la ofensiva, lanzando un tajo que Xavi esquiva, ganando un poco de distancia. Kenpachi clava su Zanpakuto en el suelo, respirando fuerte, viendo como su sangre se derrama por su pecho.
Kenpachi levanta la mirada y agarra su Zanpakuto, con un rostro de enfermo, sádico, disfrutando de las heridas que había recibido y del poder que estaba demostrando Xavi de la nada. Ahora empezaba lo emocionante para el capitán.
Kenpachi carga contra Xavi, con la mirada de asesino latente. Va disparado, sin alguna posición de ataque. Xavi lanza una estocada para defenderse, consiguiendo clavar a Fay en la cara de Kenpachi, pero eso no detiene al capitán. Kenpachi lanza una estocada, y Xavi se hace un lado, provocando un pequeño corte en su mejilla izquierda. Xavi gana algo de distancia ante el enloquecido Kenpachi.
Kenpachi vuelve a cargar, lanzando espadazos hacia todos lados. Xavi los detiene hábilmente y vuelve a causar un corte en Kenpachi, esta vez en el brazo derecho, con el que sostiene la espada. Otra vez toman algo de distancia, y Kenpachi dirige su enferma mirada hacia el cielo.
Mientras ríe alocadamente y mira al cielo, Kenpachi pone una mano sobre su cara ensangrentada y agarra el parche sobre su ojo derecho, retirándolo. En cuanto lo hace, un reiatsu mucho más fuerte del que había mostrado hasta ahora lo rodea, una fuerza que se siente a lo largo de todo el Seireitei.
El chorro de energía que rodea a Kenpachi es tan poderoso que incluso es visible. Una energía amarilla rodea al capitán, que con su cara enferma no para de reírse, disfrutando del momento. A pesar del nuevo aumento de poder, Xavi estaba tranquilo, confiado.
Completamente eufórico, Kenpachi arroja al suelo el parche y acto seguido sacude su Zanpakuto. Como resultado de la sacudida, uno de los edificios cercanos queda partido por la mitad. Una fuerza destructiva que corta un gran edificio apenas sin esfuerzo. A pesar de la intimidante fuerza de Kenpachi, Xavi sigue firme y se limita a cerrar los ojos, comunicándose con Fay.
Xavi afina su poder y lo aumenta a gran escala una vez más. Un chorro de reiatsu capaz de competir con el de Kenpachi Zaraki, un poder que es sentido en todo el Seireitei. Si Kenpachi estaba rodeado por un aura amarilla, Xavi queda rodeado por un aura azul.
Kenpachi afina lo más que puede su poder espiritual, provocando una tormenta de reiatsu amarillo. Está tormenta choca con el reiatsu de Xavi, que sigue sin intimidarse ni un poco.
Contestando a la tormenta de energía de Kenpachi, Xavi afina su poder espiritual y crea una nueva tormenta de reiatsu azul, la cual compite con Kenpachi. Con los dos poderes al máximo, ambos combatientes lanzan una carga frontal. La sádica mirada de Kenpachi contra la determinación de Xavi. A cada paso, su energía desgarra el suelo. Finalmente las dos armas, las dos energías y los dos combatientes colisionan, en una gran explosión de poder. La explosión es tal que no solo se siente en todo el Seireitei, sino en toda la Sociedad de Almas. La presión del choque de los dos reiatsus provoca que todos los edificios cercanos se derrumben, desapareciendo y levantando una gran nube de polvo. Así se crea un claro en mitad del Senzaikyu, cubierto por polvo. Poco a poco, el polvo se escurre entre los escombros y da a conocer el resultado del combate. La sangre empapa el suelo. Con su Zanpakuto, Xavi había atravesado el lado derecho del pecho de su rival, mientras que Kenpachi había atravesado el estómago de Xavi. Los dos permanecen quietos, en la postura del ataque, solo derramando sangre. Tras unos segundos, el primero en derrumbarse es Xavi, que cae al suelo mientras la Zanpakuto de Kenpachi sale de su estómago. Mientras cae, Xavi balbucea:
Xavi besa el suelo, aunque no llega a perder la conciencia. Kenpachi permanece de pie, sin hacer nada, ahora sin la Zanpakuto de Xavi en su pecho. Sonriente, Kenpachi levanta su Zanpakuto y se queda mirándola. En eso un nuevo chorro de sangre sale de su herida. De repente, la Zanpakuto queda partida en dos.
Con esas palabras Kenpachi se desploma al lado de su rival, perdiendo la conciencia. El combate había terminado, aunque el resultado era dudoso. De la nada aparece la veloz Yachiru, que muy seria se acerca a Xavi. Tras observarlo unos segundos, se agacha en muestra de agradecimiento mientras exclama:
Xavi recibe el agradecimiento, pero es incapaz de contestar, bastante con que no ha perdido todavía la conciencia. Yachiru tranquilamente se acerca a Kenpachi y lo agarra, cargándolo sobre su espalda. A pesar de ser tan pequeña era fuerte. Luego se voltea hacia Xavi para darle unas últimas palabras.
Con la inocencia de una niña, aunque preocupada por el estado de Xavi, Yachiru se despide y hace uso una vez más de su increíble velocidad, desapareciendo entre los edificios del Senzaikyu rápidamente. Poco a poco, sintiendo como las fuerzas, la sangre, e incluso su vida lo abandonan, Xavi cierra los ojos y cae inconsciente. Allí se queda, tendido en el suelo ensangrentado, en un panorama totalmente destrozado por la batalla. En eso llega a escena otro personaje. Es el gato Yoruichi, que había seguido el choque de reiatsu y había llegado a donde Xavi. El gato se coloca al lado de él y mirándolo, apenado:
To be continued... |
Lo siento por si leíste los 16 capítulos y te quedaste con ganas, porque por los motivos que explico en este blog, Soul Edge ha sido cancelado.