¡Holi Troli! Hago este blog para continuar con el fic de Vendetta. En el blog anterior, cuando grababa la página desde el capítulo 15 en adelante, se lageaba mucho el PC y se hacía todo más difícil, así que decidí hacer este nuevo blog. Como se dieron cuenta, en el primer blog se alcanzó a ver dos sagas: "Comienza la Historia" y "Construcción, Elemento y el Despertar". En este nuevo blog quizá también se alcance otras dos sagas, pero eso dependerá de cuánto escriba. ewe También he de decir que quizá comience a publicar los miércoles, jueves o viernes, cualquiera de esos días, porque los martes... No sé, se hace más difícil ahora. xD
Causas para consecuencias fatales a la mente[]
Conocimientos de Historia y más Elementos[]
Capítulo 22
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Historia Pasada |
Y la visita inesperada.
La oscuridad parecía eterna, pero la luz apareció por fin. Estando recostado en una habitación, con las paredes tipo caverna rocoso y con mucha tierra, me di cuenta que había despertado en Ciudad Goron. Poco recordaba del incidente ocurrido en la tercera prueba. No sabía qué hora era. Tampoco sabía en qué día estaba. Lo que sí recordaba era que entré a la sala del monstruo ese y rato después, tenía la piedra representante al Elemento del Fuego en las manos. Sí, lo había obtenido. Es más, tenía la misma piedra a un lado mío en aquel rato que desperté de la inconciencia. Lo más extraño en ese momento es que no recordaba cómo acabé con semejante monstruo… Rato después de haber despertado, me levanto y me dispongo a ir a una de las habitaciones donde haya más gente. Un ejemplo claro sería la mismísima habitación del patriarca Goron. Antes de dirigirme a dicha habitación, tomé el elemento recién obtenido y me largo de la habitación en la que estaba. Para salir completamente y llegar a la sala principal de la ciudad, tuve que cruzar un pequeño pasillo. Justo al terminar ese pasillo y dar el primer paso a la gran sala después de un buen rato, me encuentro con una grata sorpresa: todos los Goron estaban en respectivas posiciones de la sala, tanto en las zonas altas como las bajas, y nada más al verme comienzan a gritar eufóricamente, a la vez de hacer girar el significante gran jarrón del primer piso. Se podría decir que se convirtió en un “paraíso” o “gran fiesta” Goron. Al ver todos los Goron felices, gritando como si no hubiera un mañana y la inmensa sorpresa que no me esperaba, terminé quedando totalmente boquiabierto y feliz. Tras ello, el patriarca, o mejor dicho ahora, el anciano Goron, Gorleone, aparece de la gran habitación del primer piso, junto a Xavi y otro Goron que parecía haber visto antes. Claro, era el mismo Goron antes convertido, pero se debe recordar que en esos momentos yo tenía borrosos recuerdos de la tercera prueba. Volviendo al tema, los dos Goron y Xavi salen de aquella habitación y suben al tercer piso, donde estaba yo.
Tras esto, Darunia se disculpa por haber causado tantos problemas, tanto al anciano como a mí y Xavi. Humildemente le contesté que no se preocupara. Los problemas no pasaron a mayores, o eso creía yo y todos, especialmente yo. Por algún motivo, Xavi parecía estar un poco más pensativo y callado de lo normal. Debo recalcar que no estuvimos todo el rato parados conversando en la zona donde nos encontramos, sino que estuvimos recorriendo la ciudad misma. Me dijeron que estuve dos días completamente inconciente. ¡Mierda! Las clases comenzarían muy pronto… En un momento dado, mientras estábamos en la habitación del patriarca, Xavi me dice que el día anterior se recibió una visita de una chica. Lo primero que se me pasó por la mente fue Prímula; no me había equivocado. Xavi agregó la descripción de la chica y encima su nombre, la cual era ya la mencionada. Luego añadió que ella volvería a la Ciudad Goron con intenciones de encontrarme. Y yo que pensaba irme… Sería de mala educación rechazar a la chica con quien fui muy feliz en Términa, mas aún sabiendo que Xavi me dio información acerca de su regreso. Por un lado quería evitarla para que no me vuelvan a suceder cosas con ella, pero por otro lado quería verla porque, a pesar de lo anterior, igual extraño verla y hablar con ella normalmente. Rato después comenzó el almuerzo. Los Goron comían sus propios platos de rocas, mientras que a mí y a Xavi nos dieron solamente sopa, o mejor dicho, cazuela. Odio esa comida, así que incluso dejé. Estaba muy bien preparada y sabrosa, pero no había caso que me gustara. Xavi, por su parte, se comió casi tres platos llenos de cazuela. Al parecer éste comía absolutamente de todo… Tras ese almuerzo donde una vez más me “alabaron”, todo vuelve a la normalidad. Poco rato después aparece la figura de aquella chica que esperaba que llegase: Prímula. Como un acto más irrespetuoso de mi parte, no fui directamente a saludarla, sino que fui a la habitación donde estuve inconciente por más de 48 horas. De hecho, Xavi se acercó a ella primero para saludarla, al igual que unos tantos Goron. De igual manera, luego salí de allí y me enfrenté a lo que se vendría. Tras salir no la vi, es más, ella me vio primero y se lanzó encima de mí desde atrás.
Todo ese rato fue un juego de frases; ella me decía casi las mismas cosas que en el aparato y yo tan solo le seguía la corriente, agregando casi siempre a mis respuestas un “también”. Mientras ella iba diciéndome las cosas con extremo cariño, yo me las iba dando de un irónico fantasma y mentiroso directo, aunque ella estaba tan ciega como para no darse cuenta. Mientras estábamos conversando, logré percibir a Xavi, quien estaba mirando desde el otro lado de la ciudad. Como una mirada fugaz logré mirarlo: se supone que estaría contento al ver que yo recibí a una vieja conocida o casi burlándose por tener una tremenda admiradora, pero no, estaba completamente serio. ¿Acaso se dio cuenta de cómo yo “juego” con Prímula y eso le molesta? No lo creo… Además, él ha estado así desde que lo vi por primera vez aquel día. Tras hacerle esa mirada fugaz, al parecer él se dio cuenta y se marchó del lugar. Momento más tarde, invité a Prímula para conversar en las afueras de la ciudad, o sea, en el sector de la montaña cercana a la entrada de la Ciudad Goron. Para ser un poco más preciso, estuve con la chica en el mismo círculo de piedras donde estuve con Xavi durante el entrenamiento. Aunque he de decir que no estuvimos tan precisamente ahí, sino que estuvimos más cerca de un acantilado del lugar. En esa zona también había una Flor Bomba. En la invitación que le hice a Prímula no sucedió nada especial. Ambos conversamos durante un largo rato, recordando nuestros momentos en Términa o contando hechos mientras no nos veíamos. Le conté que el viaje para encontrar los elementos encargados por la Princesa Zelda estaba siendo un éxito, además de haber obtenido recientemente el Elemento del Fuego. Ella comentó esto diciendo que sabía algo de la historia y que incluso tenía tanto conocimiento como para saber que el elemento era una piedra roja que yo portaba.
No podía oponerme a su inmensa energía positiva y enérgica que tenía. Acabé rindiéndome. Mientras ella daba pequeños saltos y aplaudía rápidamente por entusiasmo, pareciendo una niña chica, yo iba sacando la “piedra roja”. Al tenerla en mi mano, le dije a Prímula que tenga cuidado al tocarla. Ésta desobedece, me quita la piedra con sus dos manos a una velocidad increíble y saca su risa pícara segundo después de tener la piedra ya en sus dos manos. Sin embargo, toda esa alegría y energía enérgica de Prímula desaparece de un momento a otro. ¿Qué había pasado? Pareciera que Prímula vio un fantasma o algo parecido, pero quedó completamente inmóvil, con la mirada perdida y sus pupilas dilatadas. Hasta incluso el color de piel pasó de un color “grisáceo” a blanco completo. “Prímula, ya para de jugar… ¿Prímula?”, le decía cuando quedé mirándola. Tras esto me asusté y le quité a forzadas la piedra. Justo cuando quedé con el elemento en mi poder de nuevo, Prímula vuelve nuevamente a la normalidad. Le pregunté qué le había pasado, pero ella respondió tan solo diciendo “Nada, nada. No te preocupes” en tono bajo y luego enseñando una falsa sonrisa. No entendía. Quería saber qué le había pasado en ese transcurso de tiempo, pero tampoco quería presionarla a decirme las cosas. Como dicen: cada cosa en su tiempo. Estaba completamente seguro de que algún día ella me diría lo que le pasó en ese rato que tomó el elemento. Supondría que no fue nada bueno… Prímula y yo continuamos en ese mismo lugar durante un rato más, hasta que finalmente regresamos a Ciudad Goron. Dije “regresamos” porque ella acordó conmigo en que no se iba a separar de mí hasta que ella regrese a Términa o yo me vaya de Hyrule. Yo no me iba a ir todavía, quería saber la información acerca del siguiente elemento. Estando en Ciudad Goron, Xavi acordó conmigo en que yo podría continuar con mi viaje si quería, pero con la condición de que él me seguirá, ya que quiere decirme algo. Sospechaba que quería decirme algo, pero no que me iba a seguir… De todos modos, es un protector más. Encima ahora estaría Prímula. Cuánta gente… Así que tras habernos quedado unos treinta minutos más en la ciudad, Xavi, Prímula y yo nos despedimos de Gorleone, Darunia y los demás Goron. Cuando estábamos en la salida, el patriarca nos dijo que podríamos ir a visitarlos cuando queríamos; le agradecimos. Ahora comenzaría el viaje para el siguiente elemento, el cual comenzaría oficialmente con ese viaje durante la semana larga del 18 de septiembre, donde se celebra las Fiestas Patrias en Chile, o desde el mes de diciembre, cuando se estaría terminando las clases. Ahora lo que quería cual era el elemento a seguir y con tal de saber de qué se trataba, podría tener al menos una idea de lo que me esperaba. Los tres salimos completamente normales de la montaña. Aún dejaba caer rocas desde lo alto, menudo volcán intranquilo… Al igual que siempre, Xavi iba pensativo y callado, Prímula era la que más hablaba y decía cosas amorosas a mí, mientras que yo seguía la corriente a la chica, mentía y observaba sigilosamente a mi amigo/protector. El destino de nuestro viaje era el Bosque de Farone, lugar donde habitan los minish. Bajamos completamente la montaña, salimos de Kakariko y luego tendríamos que salir de Eldin. Curiosamente, en todo el rato que estuve con Prímula, ella nunca me dio un beso alguno, sólo abrazos. Repetía todo el rato que me extrañaba, me quería y demás, pero nunca llegó a tocar mis labios con los suyos. ¿Acaso espera a que yo lo haga o qué? Lo siento, pero si es así tendrá que esperar eternamente… Volviendo a la caminata, cuando aún íbamos caminando por la pradera de Hyrule en Eldin, sentía la observación del “protector” de este mundo, el tímido. Me preguntaba cuándo sería el día en que se presente como tal… Caminamos por todo Eldin, con algunos bichos siendo acabados por Xavi o por mí y con las múltiples miradas que sentía de mi “protector” de Hyrule. Mientras caminábamos ya por la zona de Farone, sin embargo, sentí un breve escalofrío. Había sol y todo, pero el escalofrío provino, quizás, por la segunda “mirada” que comencé a percibir. Sentía las miradas del “protector” anónimo, pero desde aquel momento comencé a sentir otro. La energía de aquella mirada intranquilizaba un poco. Si intranquilizaba el de mi “protector” de Hyrule, multipliquen esa inquietud por cinco; así me sentía yo. Xavi parecía totalmente tranquilo, por lo que deduje que no se da cuenta. Prímula tampoco se habrá dado cuenta, pero sí por mi inquietud.
Tras esto, di una leve mirada a Xavi, quien sólo permanecía en silencio y mirando el trayecto hacia al frente. Rara vez hablaba, apenas cuando uno le preguntaba algo. Recuerdo que tan solo abrió conversación en sólo tres o cuatro ocasiones, pero eran para hablar acerca del viaje y no de ocio o historias. Me empezó a preocupar su actitud, él no es así… Mientras tanto, Prímula volvió a contar sus historias e hice lo posible para darle más de conversación, aún manteniendo la intimidad que me daba la “segunda mirada” de otro anónimo. Finalmente, los tres terminamos llegando al Bosque de Farone. Faltaba poco para el atardecer, por lo que nos apresuramos en llegar a la comunidad minish. Cuando llegamos al tronco con la cual me convertía en diminuto, les dije que debía buscar a Saria, la que cantaba la canción. Sin embargo, Xavi me detuvo diciendo que él se sabía la canción, por lo que no había problema. ¡Genial! Entonces de inmediato me subí al tronco y comenzó el proceso. Cuando me transformé en minish, Xavi dijo que se quedaría vigilando la zona, al igual que cuidaría de Prímula por mientras. Al estar con mi cuerpo diminuto, comencé mi trayecto hacia la entrada de la comunidad minish. Cuando estaba en aquel tamaño, yo no sentía las miradas de mi “protector” ni nada por el estilo. Esa sensación intimidante de la “segunda mirada” también desapareció por completo, por suerte. Volviendo al tema, los minish de la entrada me recibieron muy amablemente, así como los Goron se despidieron de mí al marcharme. Luego me dirigí solamente a la casa de Gentel, el anciano minish. Al entrar estaba bebiendo una típica hierba suya, esas hierbas extrañas que daban sensaciones de vómito o algo parecido.
No lo podía creer. Los nuevos lugares que visitaría sería un gigantesco mar y el otro una zona que está más arriba que las nubes. ¡Esto sí que es vida! O eso creo, ya que estaría arriesgándola, después de todo… Lo importantes es que las zonas que visitaría, podría pasarlos de lujo. Pensé en que quizá juntaría rupias para comprar cosas de otros lugares y tenerlos como recuerdos. No estaría mal, aunque recolectar rupias era algo… ¿Aburrido o cansador? Volviendo a la comunidad minish, terminé acabando la conversación con el anciano y finalmente, me marché del lugar. Caminé por el mismo trayecto anterior hasta llegar al tronco, cosa que Xavi logró verme a través de las luces que salían del tronco mismo. Comenzó a tocar la canción de nuevo con la ocarina y volví a mi tamaño normal. Así también volvieron las miradas de los dos anónimos. El atardecer empezó a caer y los tres fuimos al Rancho Lon Lon, lugar donde quedé a dormir. Prímula tenía reservado su habitación en la ciudadela junto a su padre, pero ésta le habló a través del aparato de alta tecnología que no iría a dormir esa noche, porque estaría conmigo. Su padre sí que confía en mí… El aparato que usó Prímula no fue el mismo que utilizaba conmigo, por lo que habrá obtenido un modelo nuevo para comunicarse entre ella y su padre, solamente. En el rancho cenamos por la cocina amable que realizaron los granjeros y luego caería la noche total. Antes de irme a dormir, Prímula estaba conmigo, apoyando su cabeza con mi hombro y agotada, con sueño. Mientras tanto, Xavi jugaba una partida de cartas con Talon y Malon, a lo que él ganó varias veces, aunque en otras ganaba Talon y su hija. Ingo ya había ido a dormir, pues es él quien trabajaba más, al parecer. Mientras veía la partida entre Xavi y Malon, ya que Talon se fue a dormir, Prímula no aguantó más y me dio las buenas noches. Justo antes de levantarse para irse a la cama, ésta me da un beso en los labios. “Aura… ¿Qué estoy haciendo? Yo… No debería aceptar esto, pero… Sólo lo recibo y lo respondo como ella se lo esperaría”; mal, muy mal, Brett… Durante ese choque de uno o dos segundos, sentí la mirada de Xavi. Cuando todo acabó, ella se levantó y se fue. Desde ahí quedé en blanco. No supe que decir o hacer después de eso. Así que sólo me dispuse a ver el suelo o las partidas entre Xavi y Malon. Llega la noche completa y los tres últimos despiertos comenzarían a prepararse para dormir. Yo me puse el típico pijama, al igual que Malon con el suyo, mientras que Xavi no tenía pijama algo, por lo que tuvo que dormir así como así. En la habitación estaba Prímula en una cama, y Xavi y yo en el suelo, como si fuéramos japoneses o una huevada así. A diferencia de ellos, yo usé un saco de dormir, pero Xavi durmió en el suelo mismo, sin importarle en absoluto. Yo dormía de lado, en sentido contrario a Xavi, mientras que él miraba el techo. De pronto, el silencio de la noche se interrumpe.
Cuando mencionó ese nombre… tan solo quedé extrañado. No sabía quien era, qué edad tenía o de dónde provenía. Estaba claro: los recuerdos que logré obtener durante la batalla con el monstruo gigante, estaban completamente borrados en ese entonces. Ya no recordaba el “pasado” que logré recordar. Olvidé las imágenes vistas, Glasse de joven, la “Coté” y el mismo personaje recién nombrado, Drott. Volviendo a la conversación. Al haber escuchado el nombre de ese misterioso personaje, Xavi comienza a contarme que quién era: es el hermano mayor de un chico que vivió muchos años antes y ese chico fue el que tocó el Cristal Dorado por primera vez. Como si de una coincidencia se tratara, aquel chico se llama Brett, igual que yo. Ambos hermanos vivían en Celéstea. Cuando niños tenían una muy buena convivencia, pero al crecer y convertirse en guerreros, todo empezó a cambiar. Sin embargo, su conexión volvió a ser “normal” cuando un día, ambos hermanos tuvieron conexión con el mundo humano. A ellos, sobretodo a Drott, empezaron a agradarles el ambiente en ese mundo y comenzaron a visitarlo por más de una ocasión, donde conocieron a Glasse y la tal María José (Coté). Los cuatro se convirtieron en grandes amigos, hasta que los celos y los pensamientos malignos comenzaron a apoderarse de Drott. Ahora describiré algunas cosas que me dijo Xavi. Drott siempre vestía ropas negras, por las que terminaron representándolo: una camisa con dibujos extraños y antiguos negro, pantalones con el mismo diseño y negro, un traje negro que sobrepasaba sus zapatos, pelo negro y lo único blanco era su pálida piel. Mientras tanto, aquel Brett mencionado es el “Antihéroe Legendario”, o también conocido como “El Primero de Todos”; él vestía las mismas ropas que usaba yo, es por eso de las “ropas del antihéroe legendario”. El padre de ambos hermanos era nada más y nada menos que el emperador de Celéstea de esos tiempos, la persona que dejó a cargo el poder del Cristal Dorado a Brett. Aquel artefacto fue creado por una antigua civilización, estuvo perdido por años y terminó llegando a manos del emperador. Él descubrió que el Cristal Dorado no funcionará con su poder al 100% hasta que los cuatro elementos, tierra, fuego, agua y aire, estén en el poderío de la persona elegida como el antihéroe, en este caso, Brett. Si bien fue extraño que el padre le haya entregado los elementos a Drott, sabiendo que Brett los necesitaba, de seguro habrán quedado con un revoltijo en la cabeza, al igual que yo cuando escuchaba la historia. Para tener todo claro, Xavi continuó y dijo que el emperador de Celéstea había entregado los elementos en “malas manos” debido a que él había peleado con Brett y decidió dejarlas encargadas por Drott, desconociendo el maligno poder que comenzaría a atormentarle poco tiempo después. Debido a la riña de Brett y su padre, el emperador envió a Brett al mundo humano como castigo, quitándole los poderes del Cristal Dorado y dejándolo convertido en un humano más dentro de su “nueva vida”. Así fue creado el portal de Hyrule al mundo humano. Con Brett estando en el mundo humano atrapado, ya que los humanos no podían ver el portal, Drott le siguió los pasos y decidió visitarlo un día. En un principio fue con sarcasmo absoluto para reírse de él (recuerden que no tenían buena convivencia), pero, sin embargo, Brett ya había conocido a María José y Glasse. El joven Drott vio algo en Glasse y como dicen por ahí: se enamoró a primera vista. Sin dudar el joven de Celéstea decidió “acompañar” a su hermano atrapado en ese mundo, sólo con la intención de conocer mejor, conquistarla y enamorar a Glasse. Como el hermano mayor quería conquistar y estar con Glasse, la chica que se llevaba mucho mejor con Brett, decidió hacer un pacto con el demonio mismo para obtener poder y así, eliminar a su propio hermano en secreto. El poder obtenido por Drott comenzó a ser tan poderoso para su cuerpo, que sin control empezó a ser apoderado por los poderes. Como fue “poseído”, Drott comenzó a utilizar su poder para hacer cosas maléficas desde ese entonces y no ha parado hasta el día de hoy. Desconoce el por qué Drott sigue reviviendo una y otra vez, si ha sido abatido por más de una ocasión. Terminé preguntándole a Xavi el por qué sabía toda esa historia y su respuesta fue la siguiente, en tono nostálgico y sonriente: “Soy una de las reencarnaciones vivas de mí mismo de aquellos tiempos, Brett, al igual que tú con “ese Brett”. Tiempo incluso más atrás de la historia que acabo de contarte, tú y yo hicimos un trato, o también se podría decir “pacto de amigos”, donde ambos prometimos juntarnos cada vez que una reencarnación de nosotros mismos nazca. En un principio pensamos que era broma, pero al final se hizo realidad. Entonces, como el pacto se hizo realidad, una reencarnación de mí nació en el tiempo de la historia contada; fuimos amigos una vez más y aún tengo esos recuerdos grabados, al igual que unos tantos”. Con eso terminamos la conversación y con un buenas noches, dejándome completamente fuera de sí al oír eso último. ¿Acaso era verdad que yo era una reencarnación de alguien del pasado? ¡Pero qué loco! Decidí dejar de pensar y concentrarme solamente en dormir. Mientras estaba en un sueño completamente normal, empiezo a escuchar la voz de Prímula, la cual provenía del “mundo real” aparte del sueño. Debido a esto, ella termina despertándome y me comienza a hablar, mientras Xavi dormía profundamente.
Sí, algo como dijo ella deseaba yo con Aura. Yo lo único que quería era estar con ella, pero era imposible en ese entonces. No sé porqué tuve que pensar en ella en ese momento, pero la cosa fue así. Al recordar que mis deseos tendrían muy bajas probabilidades en comparación con el deseo que tenía Prímula, pensé mejor y decidí cumplírsela, al menos para que ella sea feliz y no cargar con la tristeza y rabia que tenía yo por no cumplir el mío. Así que salí de mi saco de dormir y subí a la cama. Allí, Prímula comenzó a juguetear conmigo por un rato, sin hacer mucho ruido y sin que haya pasado algo “raro”, hasta que nos quedamos dormidos. Amanece el día siguiente. No hubo nada raro en ese entonces. Cuando desperté, Prímula estaba durmiendo y Xavi a se había levantado. Me bajé de la cama, me bañé, me cambié de ropa y bajé al primer piso para tomar desayuno. El único que estaba dentro era Talon. Me sorprendió al no ver a Xavi por ningún sitio. Pregunté al granjero si sabía en dónde estaba mi amigo y respondió diciendo que estaba con Malon en alguna parte del rancho. Salí de la casa del rancho y busqué por algunos sitios, hasta que finalmente encontré a él y Malon sentados en una zona dentro del corral. Frente a ellos estaba un caballo de color rojizo, o mejor dicho, una yegua, que según Malon se llamaba Epona y era su mejor amiga. Tras haberlos vistos, regresé a la casa del rancho y tomé el desayuno con tranquilidad. Más tarde despierta Prímula y también toma el desayuno. Así pasó la mañana, con total tranquilidad. El rancho parecía un lugar más pacífico que un lugar donde se podría encontrar malos olores y demás. En una hora de la mañana, un Hylian llegó al rancho para comprar dos botellas de leche Lon Lon a 100 rupias; significa que cada botella costaba 50 rupias. Según recordaba, en otras zonas la leche se vendía a tan solo 20 rupias. Allí será más caro debido a que sería el original, supuse. El cliente se sorprende por el gran número de visitas en la casa, agradece la compra y se marcha. Minutos después de ese acontecimiento, decidí marcharme del rancho para volver al famoso “mundo cruel”. Tenía planeado regresar junto a Xavi, pero éste me dijo que se quedará en Hyrule un día más. Mientras tanto, Prímula no aceptaba el hecho de que tendría que irme tan pronto, pero terminó aceptándolo. Dijo después que su viaje en Hyrule acabaría aproximadamente en una semana más, por lo que le quedaba poco. Como no percibía muy bien los mensajes “verdaderos” de las mujeres en ese entonces, sólo le respondí: “Oh, está bien. Nos comunicaremos por el aparato cuando visite Hyrule”; sin embargo, su mensaje “verdadero” estaba claro: me dijo aquello para arrepentirme de mi regreso al mundo cruel para quedarme con ella, aprovechando sus últimos días en Hyrule. Después de arreglar todo, los tres nos despedimos de los granjeros y nos marchamos, agradeciendo también la estadía que nos propinaron. Xavi, Prímula y yo caminamos por la pradera de Hyrule con destino al Castillo de Hyrule, lugar donde Xavi se separaría de nosotros. Así que caminamos rumbo hacia allá. Primero cruzamos la peligrosa pradera infectada por monstruos, pasamos por toda la ciudadela y finalmente ingresamos con normalidad al castillo. Tanto Xavi como yo teníamos permiso para entrar y como Prímula venía con nosotros, no pasó nada. He de decir también que desde que salí del rancho, las dos miradas comenzaron a joder de nuevo. Suponía que uno era de mi protector anónimo, mientras que el otro era de Drott, según Xavi. Estando dentro del castillo, Xavi sube con total tranquilidad al piso más alto, lugar donde está la habitación de la princesa Zelda. Allí, cuando la princesa notó la presencia de Xavi, salió corriendo de su habitación sólo para llegar donde mi amigo y abrazarlo con fuerzas. ¿Pero qué mierda? ¿Desde cuándo se conocían tanto? La princesa actuó casi de la misma manera que Prímula solía hacer conmigo… Tras ese suceso, Zelda ve que estaba yo y Prímula. Deja un rato a Xavi y nos va a saludar. De inmediato la princesa se dio cuenta que tenía el Elemento del Fuego. No sé cómo, pero pareciera que lo percibió o algo, porque ni alcancé a decirle y ya me felicitó por el nuevo elemento obtenido. La princesa nos invita a comer algo, pero yo negué. En tanto, Prímula aceptó con gusto y como Xavi también quería que vaya, pues no me quedó otro remedio que quedarme... En el gran comedor conversamos varias cosas: el elemento, Prímula en Hyrule, mi regreso al mundo cruel, los siguientes elementos, las explosiones que continuaba mientras yo no estaba y la relación entre Xavi y la princesa. En este último tema, la princesa se notaba un poco incómoda y sonrojada al hablar, pero Xavi solucionaba todo. Vaya parejita de loquillos… Terminamos de comer. Prímula y yo agradecimos la comida y nos despedimos, tanto de la princesa como de Xavi. A éste último le dije que nos veríamos en el liceo del mundo cruel. Obviamente no dije “cruel”, sino “humano”. Xavi sonríe y responde: “Por supuesto”. Por otro lado, a la princesa le dije que la vería otro día más, que se cuidara y demás. Finalmente, Prímula y yo nos marchamos. Desde ese momento, me pregunté qué haría Xavi y la princesa casi a solas… Por cierto, el Rey no fue tocado en un tema ni por si acaso. ¿Qué habrá pasado con él? Prímula y yo salimos del castillo, finalmente. Antes de dirigirme directamente a la pradera y despedirme de Prímula, para ir a buscar el portal, ella dijo que iría a buscar a su padre para decirle alguna cosa, pidiendo también que la esperara. Así que eso hice, la esperé. Estuve unos cuantos minutos esperándola y lo único que hacía era estar sentado en una banca de la ciudadela, y mirar gente y gente Hylian caminando por todos lados. Luego regresa Prímula mucho más sonriente que antes y dice que me acompañará para irme a dejar al portal. Yo contrarresté diciendo que no se preocupara, ya que además el camino de regreso no sería muy seguro por el gran número de monstruos de la zona. Sin embargo, ella insistió e insistió hasta que no me quedó otra alternativa que llevármela conmigo. Salimos de la ciudadela y caminamos hacia la zona de Farone, lugar donde está el portal. Íbamos caminando durante casi todo el viaje, aunque como ya se sabe, la que llevaba el peso de la conversación era Prímula. Como era de esperarse, unos cuantos enemigos se cruzaban por el camino y yo tenía que encargarme de ellos. La observación de los otros dos personajes no queda atrás; estuvieron todo el maldito rato vigilándome. No sé si era alguien muy importante o qué demonios… Finalmente, llegamos al portal.
“No… No es una perfecta idea, Prímula, definitivamente…”, pensaba yo. No obstante, yo le respondí con un simple “sí, claro que sí” de mentira, para que al menos se tranquilizara. Conocería el mundo humano, conocería la forma que tomo en ese maldito lugar, tal vez conocería a mi familia, amigos del liceo, gente del liceo y lo que es peor: Aura. ¡Mierda! ¿Qué pasaría si ambas cruzaran su camino? O lo peor que pudiera pasar: ¿qué pasaría si Aura me ve a mí y a Prímula haciendo algo que no le agrade? Toda la confesión se iría a la miseria. Tras un breve rato de pequeña conversación entre Prímula y yo antes de cruzar el portal, la mirada intimidante desaparece misteriosamente. En ese momento no me importó en absoluto, lo veía casi normal, pero… Le recordé a Prímula que en el mundo humano yo no tendría los poderes que tenía en Hyrule o Términa, ni tampoco la misma apariencia. Ella parecía no importarle en absoluto, solamente quería conocer el mundo en donde me crié y estar conmigo en esos, al menos, seis días juntos. También le dije eso por si a ella le podría pasar lo mismo: su apariencia podría cambiar. Pero como ya dije, no le importaba. Cruzamos el portal. Cuando lo cruzaba con otra persona, todo se veía un poco más diferente. Las luces revueltas y el fondo azulado permanecían, pero se sentía de otra manera el viaje. No sabría explicarlo o definirlo, la verdad. Finalmente, Prímula y yo pisamos el césped del Parque Cuarto Centenario. Volví con mi forma humana. Abro los ojos y lo primero que veo son los típicos árboles del parque, oscureciendo la zona más de lo que es. No se veían las parejas todavía, pues el portal está más escondido de todo. Dejé mí vista al parque para girar mi cabeza y ver a Prímula: estaba con la misma forma que tenía en Hyrule y Términa, además de sus orejas puntiagudas que sería extraño verlas en el mundo cruel, y permanecía nostálgica mirando todo el lugar. “Es hermoso”, balbuceó de pronto mientras miraba el cielo y el brillo de las hojas más altas. Aquel día había sol. Sonreí levemente por ese comentario y me paré frente a ella, ya que suponía que aún no me había visto; estaba en lo cierto. Al quedar mirándome se sorprendió más de lo que me esperaba. Hasta incluso añadió a su comentario sobre mí que me veía mejor en el mundo humano. Claro, claro, de seguro es para que me sienta confiado en mí mismo… Saqué a Prímula del lugar cercano al portal y comencé a presentarle por completo el parque. Ella miraba todos los sectores maravillada por el lugar. “Y así decías que Hyrule es más bonito”, me dijo Prímula. Pero era cierto, Hyrule era mucho mejor que este mundo. Prímula, tan solo has visto el parque de mi ciudad… Luego sacó un comentario típico que me esperaba: “este lugar es especial para novios”. Estaba claro, es por eso que tantas parejas se juntan en ese parque y hacen de sus cosas. La presentación del parque fue un éxito; le mostré las dos zonas de columpios, la zona donde antes se hacían pequeños festivales, la zona donde se juntan más parejas, la zona más oscura del parque y la zona más baja del parque, lugar donde se juntan los hippies, grupos de drogadictos, alcohólicos e incluso parejas para hacer… ya saben. Sin embargo, toda la excusión “se va a la mierda” cuando Prímula y yo íbamos de camino para salir del parque. Estábamos en la zona más oscura del parque, por lo que no había casi nadie. En el principio de este pequeño encuentro inesperado, comencé a sentir una fuerte energía, tensa e intimidante, la misma que sentía con las miradas en Hyrule. Sí, era Drott y estaba visitando el mundo cruel. La energía de ese tipo era tan fuerte que hasta Prímula y yo, con mi forma humana y sin tener poder alguno, podíamos sentirlo. La energía de ese tipejo nos dio de frente y empujó unos centímetros, a la vez de que nos añadía algo de escalofríos. Era una energía completamente negativa, intimidante, densa, poderosa y oscura. “¿¡Qué está pasando!?”, preguntó gritando Prímula, hasta que combatí la energía y miré de frente: lo primero que vi fue una silueta completamente negra, que tenía las manos escondidas en los bolsillos del largo traje, el pelo un tanto chascón y que ni se inmutaba a las ondas de energía, porque claro, era él quien los enviaba. Mientras miraba a este nuevo personaje, comencé a tener visiones un tanto extrañas: veía “gente muerta”, con sus cuerpos completamente negro, caminando en un fondo blanco hacia una zona desconocida; otra imagen era de unos “fantasmas” igual de negros y la imagen con fondo blanco, aunque esos “fantasmas” tenían rostros tristes. Creo que hubo otras, pero no las recordaba ni tampoco las recuerdo ahora. No sabía qué fue lo que vi. Prímula logró despertarme de esos cortos segundos, poniéndose detrás de mí con susto. ¿Acaso ya no recuerda? No la puedo proteger por nada. No tengo los poderes… De silueta negra comienza a convertirse en la viva imagen de Drott: cara pálida, ojos negros, pelo negro y algo desordenado, heridas por todos lados del rostro, la camisa y los pantalones con diseños peculiares de color negros, unas botas negras y un traje largo que pasaba a arrastrarse con el césped también negro. El joven saca sus manos de los bolsillos y comienza a aplaudir de la nada, sorprendiéndome.
¿Así que esta clase de poder tenía? No sólo su propia energía podía enviar lejos e intimidar a un simple ser humano, sino que puede dejar inconsciente a una con tan solo chasquear sus dedos. Parece que era verdad lo que dijo Xavi en la historia: este tipo era poderoso. Como yo estaba completamente indefenso, no me quedó más remedio que hacerle caso a cada cosa que diga y responderle a cada pregunta.
La sonrisa sarcástica de Drott desaparece tras hacer estas preguntas. Deja sus brazos cruzados y me dice: “Déjate de bromas. Vamos, dime, ¿qué viste en ese entonces?”; sin embargo, como yo no recordaba casi nada de lo que había tenido en esa tercera prueba, no sabía qué responderle. Como no tuve otra alternativa que responderle, le dije solamente lo que recordaba. La seriedad de Drott comenzaba a acumularse cada vez más, empezando a soltar su energía intimidante cada vez más, creyendo que le mentía o le jugaba una mala pasada. Finalmente, como acto de furia de Drott al no creer mis palabras, se lanza sobre mí a una velocidad casi de teletransportación y con su dedo índice me toca la frente, haciendo que unas ondas oscuras comiencen a aparecer. Sufría daño, pero el dolor no lo sentía en lo externo, sino que interno. Pareciera que Drott estuviera tocando mi cerebro, o algo parecido, y eso me causaba dolor. El joven estuvo así durante casi un minuto así y al parecer, no consiguió lo que buscaba. “Es imposible”, dijo al terminar y apartarse de mí, en tono preocupado y con rostro sorpresivo. Le contesté balbuceando que lo mejor sería que me dejara en paz y que me creyera en las próximas ocasiones. Aunque haya escuchado esto, Drott sólo quedó con su cuerpo algo inclinado y mirando el césped, sin aliento. Finalmente, éste acepta la petición y se reincorpora.
Aquella onda la recibí en pleno pecho, un tiro directo. Me pareció oír algo de él antes de marcharse, pero terminé no escuchando absolutamente nada. Tras haberse ido, Prímula despierta de su inconsciencia, tal como dijo Drott. Yo aún me quejaba un poco del ataque que me lanzó, pero el golpe fue suave como para no caer malherido. Al parecer, Drott me golpeó con suavidad a propósito, no con intenciones malvadas, sino no estaría contándoles esto. Cuando Prímula se despertó por completo, ésta se lanza sobre mí y me abraza, a lo que yo le respondo. Eso fue extraño; hacía tiempo que no respondía un abrazo de Prímula con tanto cariño como lo hice en ese entonces. Como estaba con mi mente en otra parte en aquel momento, no pensé en eso y no me dio importancia. Sólo quería estar a salvo junto a Prímula. Finalmente, ambos nos levantamos y caminamos rumbo a mi casa. Ahora sí que no tuvimos ninguna interrupción. El susto fue tan grande que nos dio Drott, sobretodo a mí, que no me di ni cuenta, del error que estaba cometiendo: caminaba a mi casa tomado de la mano junto a mi compañera terminiana… En la habitación oscura, el joven de ropas oscuras, que ahora ya se sabe su identidad, Drott, llega del parque. El otro hombre del ajedrez se encontraba en el rincón, quien estaba mirando al techo, pero fuera de sí. Entonces, para desahogar su furia interior, Drott comienza a hacer uso de sus poderes desordenando y golpeando los objetos de la habitación contra las oscuras paredes, mientras gritaba con furia, hasta que finalmente, acaba.
Drott no respondió a la pregunta durante un instante. Entonces, comenzó a reordenar la habitación con tan solo moviendo sus brazos. Parecía que éste podía mover las cosas a través de poderes psíquicos. Finalmente, cuando el hombre se aburrió de esperar la respuesta, Drott comienza a aplaudir de la nada, extrañándolo. Entonces, el joven sonríe irónicamente, mira al hombre barbudo y aún aplaudiendo, responde: “Tal vez”. |
Capítulo 23
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Días con Prímula |
Y la respuesta de Aura.
Por primera vez logré llamar completamente la atención a mi familia. Por primera vez todos quedaron mirando estupefactos a los lugares donde yo caminaba. Era la primera vez que mi hermano chico miró con tanta atención y maravillado. Por fin mi madre y mi abuela quedaron boquiabiertas por algo que hice en mi vida. Todos estaban así cuando yo entré a mi casa junto a Prímula. Realmente, era la chica Terminiana la que llamaba la atención completa, pero como ella estaba siempre al lado, entonces las miradas igual terminaban dirigiéndose a mí, sobretodo la de mi madre, buscando una explicación. “¿Quién es ella?”, preguntó incluso balbuceando mi madre cuando entré con Prímula en el comedor. Ella estaba tendida en un sofá de la misma habitación, mi abuela miraba desde la cocina sorprendida y mi hermano nos siguió desde atrás, desde la sala de estar, ya que estaba jugando en la computadora. Antes de que yo pudiera hablar, Prímula abre la boca primero. Se presentó como tal y sin mentir, es decir, diciendo que venía de otro mundo. Esto hizo que todos quedaran aun más sorprendidos de lo que estaban, considerando incluso en un principio a Prímula como una extraterrestre. Calmé un poco las alarmas diciendo que la traje desde el “mundo del portal”, como lo llamábamos desde el día en que lo crucé, y que se la consideraba una “Terminiana”. Todo había sido un lío en ese entonces. Les recuerdo que durante el viaje a casa, después de lo ocurrido en el parque, Prímula y yo íbamos tomados de la mano, hasta que “desperté” de mi estado de shock y me di cuenta de ello. Entonces de inmediato solté la mano, pero no bruscamente o de una manera en que Prímula se lo tome a mal. Luego comencé a pensar en cómo se lo tomaría mi familia al ver a la chica proveniente de otro mundo alterno al humano, así que me esperaba más o menos el resultado que hubo. Pensé incluso que sería peor, que mi familia la expulsara. Afortunadamente, mis pensamientos fueron erróneos y ella pudo quedarse, con la condición de que dormiría en mi habitación; no tuve problema alguno. El acontecimiento ocurrido en la casa, tras la llegada de Prímula y yo, hizo olvidar, tanto a mí como a la chica de Términa, lo ocurrido en el parque. Ambos subimos a mi habitación y le presenté todo. Ella encontró mi habitación muy “simplona”, pero diferente y más grandes a las que había en Hyrule o Términa. Como era de esperarse, Prímula no conocía varios de los aparatos del mundo cruel, como el televisor o los teléfonos móviles, por lo que les llamó la atención. Es más, cuando encendí el televisor, ella saltó un poco del susto, además de que estaba con el volumen fuerte. Le expliqué el funcionamiento de dicho objeto y se calmó. Prímula encontró muy cómoda mi cama, así que estuvo tumbada ahí por un buen rato. Al terminar de presentarle toda mi habitación, cuidando el lugar donde estaban guardados los papelillos con la cocaína, decidí presentarle el resto de la casa. Le presenté la habitación de mis padres, la que tenía una cama grande de dos plazas, la habitación de la abuela, la nueva habitación propia de Mateo y la habitación de mi tío, aunque éste último sólo le pude mostrar la puerta desde fuera, ya que permanecía cerrado con candado. Luego bajamos y le mostré el pequeño baño, la “habitación oscura”, la cocina, la sala de estar y la despensa. Completé el recorrido mostrándole el patio. A Prímula de inmediato le gustó esto último y salió a dar una vuelta entera corriendo, también subiéndose a mi árbol favorito: el manzano, lugar donde Eileen y yo hablamos por primera vez. Luego volvimos a la casa y regresamos a la habitación. A Prímula le extrañó un poco esto y preguntó el por qué volvimos allí. Yo simplemente le respondí que mi cuarto era el único lugar donde podía estar tranquilo en mi casa y que no acostumbraba a estar en el primer piso. A Prímula no le gustó mi respuesta y comenzó a insistirme a que bajara con ella, mientras yo estaba casi recostado en la cama y con el televisor encendido. Negaba y negaba su idea, pero como ella era terriblemente testaruda, me agarró del brazo y me llevó a forzadas al primer piso. Ni siquiera alcancé a apagar el televisor… Finalmente, me llevó al piso de abajo. Todos quedaron mirando estupefactos este nuevo espectáculo entre Prímula y yo. Ella me llevó a un sofá de la sala de estar, esas que son para dos o tres personas, y se sentó conmigo allí. Para mantenerme inmóvil, lo único que se le ocurrió es dejarme sentado correctamente y ella se tumbó sobre mí, colocando sus brazos rodeándome zonas del cuello y cercanos a él y su cabeza apoyada a un hombro mío. Fue peor, o también se pudiera decir “mejor”, cuando ella se sintió incómoda estando siempre en esa posición, por lo que puso sus piernas sobre las mías, quedando con la postura de lado, su torso chocando con la mía y sus brazos quedaron intactos, mientras que su cabeza ahora se apoyaba con la mía. A la mierda, era la misma posición que tuvimos en el pozo de los Gibdos… Estaba mal, muy mal. El “yo” del mundo cruel es diferente al del mundo “maravilloso”, tanto en psicológico como en físico. En Términa me había sorprendido bastante por lo que hizo, pero luego me tranquilicé y nada más. Sin embargo, en el mundo cruel mis instintos de pubertad actuaron y no podía contenerme. La sensación de intranquilidad me ganaba, haciendo que sude la espalda. Para remate, como ya no era tan fuerte como en Términa, podía sentir el peso de Prímula y no como en el otro mundo, donde casi parecía una pluma encima de mí. No tuve otra alternativa que tomarla de la cintura. Y todo iba para peor cuando Prímula se movía un poco, pasando a tocar parte de sus piernas, cercanas a su trasero, con cierto miembro masculino. ¡Eso sí que no lo podía contener! Tragaba saliva. Sudor, nervios y los instintos de pubertad actuando por sí mismo. No pude más y tuve que inventar una excusa para levantarme del sofá. Dije que iría a buscar algo para comer, entonces ella se levantó y decidió acompañarme. “Qué alivio”, me dije cuando se levantó. Pero faltó un detalle: cuando me levanté y empecé a caminar, dicho miembro masculino impedía que caminara con total normalidad, por lo que me encorvaba un poco. Maldita seas, Prímula… Tras haberme hecho un pan untado con manjar para la excusa, le convidé un poco a Prímula y luego caminé para regresar a la sala de estar. Antes de llegar pasé a ver el calendario, el cual ya decía “Agosto”. Le pregunté a mi abuela que estaba ahí en qué día estábamos y me respondió que era 7 de agosto, el cual cabía a un día miércoles. ¡Mierda! Las clases ya habían comenzado… ¿Tanto tiempo estuve con Xavi en Hyrule? Los días parecían cortos y habíamos calculado a la perfección los días faltantes para agosto. Vaya que perdimos la cuenta… Al volver a la sala de estar, no pasó nada más extraño, salvo que Mateo comenzó a llamar más la atención a Prímula, por lo que ambos jugaban un rato. Sí, los dos eran juguetones, así que podrían llevarse bien. A mi hermano le llamó la atención las orejas largas de Prímula, como era de esperarse, y jugaba con ellas, mientras que ésta solamente se dejaba. Mucho más tarde llega la cena. Todos comimos bien y llegó el turno de mi padre para que se sorprenda por la visita de Prímula, o mejor dicho, la nueva compañera de habitación por una semana. Pareció que a él no le agradó mucho la idea de su estadía, pero como la mayoría se encariñó con ella, no quedó otra alternativa que aceptarla en la casa. Yo estaba sentado comiendo al lado de Prímula en la cena y parecía que yo ni existiese. Mientras ella hablaba y hablaba, yo permanecía en completo silencio. Esto llamó la atención a la Terminiana y me lo preguntó en mi habitación antes de dormirnos, a lo que le respondí con sinceridad: “No me llevo bien con mi familia. Casi ni convivo con ellos”. Ésta me responde con un simple abrazo que duró por toda la noche hasta dormirnos. Antes de lo ocurrido en aquella noche, tras terminar de comer, arreglé mi mochila para las clases del día siguiente, así como recoger la ropa planchada que mi madre arregló y me quedé un rato más en el primero piso a petición de Prímula. Estando allí, yo tan solo miraba como ella jugaba en la consola con mi hermano. Luego subimos y quedó una pequeña duda: ¿con qué dormirá Prímula? No sería buena idea que durmiese con la ropa que traía puesta. Afortunadamente la talla de Prímula y mi madre eran iguales, así que ésta última prestó un pijama antiguo a mi compañera de habitación. Tras esto, Prímula se cambió, se acostó en la misma cama junto a mí, ocurrió lo del párrafo anterior y nos dormimos. Llega el día siguiente. Al despertarme correctamente, me levanté con cuidado de no despertar a Prímula. Luego me vestí con el uniforme del liceo e hice mis labores de todas las mañanas antes de partir. A continuación, salí de la casa y comenzaría la rutina de todos los días de clases una vez más. Así comenzó el segundo semestre, después de regresar de Hyrule con dos elementos en el poder, con el conocimiento de un tipo llamado Drott y con una Terminiana llamada Prímula durmiendo en la casa, en mi habitación, en mi cama, con el pijama antiguo de mi madre en uso. El viaje al liceo se me hizo un poco largo, ya que todavía no me acostumbraba completamente. Tras llegar puntualmente, justo a las 08:00 hrs., fui directamente a mi sala de clases. No me encontré con nadie conocido durante el camino hacia allí. Al llegar encontré a Daniel dentro, a Sofía y Cristián del “Trío Dinamita”, parte de las “Dears” y de los flaites, y un poco más del resto. Todavía faltaban compañeros de clases por llegar. Fui al asiento de siempre, al lado de Dani. Éste me saluda enérgicamente al verme y comienza a hablarme, como algunas cosas de lo que pasó durante los dos días que falté, ya que las clases comenzaron un día martes, y lo que hizo durante las vacaciones de invierno. Yo, por mi parte, sólo le dije que no hice nada especial. Más tarde llegaría el resto de alumnos y las clases comenzarían normalmente. A diferencia del primer semestre, esta primera semana se toma como horario normal y no se sale todos los días a las 13:00 hrs., a excepción del primer día. La primera hora de clases del día jueves fue lenta y aburrida, como era de esperarse. De vez en cuando, conversaba con Dani para pasar el rato, pero él estaba más centrado en la clase más que nada. Al fin toca el timbre de las 09:30 hrs., después de casi quedarme dormido. Caminé por el pasillo del pabellón A, como lo hacía siempre, para llegar al gran pasillo. Cuando llegué a una de las ventanas del gran pasillo, con vista hacia el patio del liceo, una voz familiar se escucha de lo lejos gritando mi nombre. Era la voz de Eileen.
Nuestra conversación se vio un poco interrumpida cuando Eileen vio a Raúl pasar al lado de nosotros. Éste pasó saludando con la mano, acto que yo también hice para saludarlo. Sin embargo, tanto él como Eileen no se cruzaron miradas. ¿Qué estaba pasando? De hecho me di cuenta que mi prima no había quedado mirándolo con un rostro muy amigable… Intenté preguntarle qué pasó con Raúl, pero Eileen fue llamada por unas nuevas amigas suyas, por lo que se fue de inmediato y me dejó solo de nuevo. Escapó. El resto de ese día jueves fue muy aburrido, en realidad. No pasó nada especial. No fue Aura. No fue Xavi. Eileen estuvo con sus amigas. En algunos ratos estaba con Dani o el Trío Dinamita. Los flaites y las “Dears” hacían de las suyas. Raúl con su grupo de amigos. Debo recalcar que en ese día me di cuenta que el grupo flaite parecía estar más dividido en dos grupos: uno parece comandado por Diego y el otro por Carlos y Francisco. Parecían que éste último grupito era “un poco” más amigable que el de Diego, aunque yo consideraba a todos unos perros con rabia que debían ser eliminados de la faz de la tierra. Como no pasó nada especial ese día, salto todas las clases y llego a casa. Prímula me recibe con un fuerte abrazo y un pequeño beso de labios, cosa que ningún miembro de mi familia alcanzó a ver. Tras esto, yo me dirigí a mi habitación para cambiarme y Prímula a continuar con el juego junto a Mateo. Luego comí algo preparado por mi madre y más tarde, un pequeño rato de regaloneo con Prímula. Aunque ella tuvo la idea, yo sólo me dejé llevar para seguirle la corriente y para dejar un poco el estrés del día. Luego caería la noche, la cual no tardó tanto, debido a que todavía oscurecía temprano, y como la cena junto a Mateo, la abuela y Prímula. Todo continuó con normalidad hasta irnos a dormir. No podía hacer las cosas típicas por la presencia de la Terminiana, como por ejemplo, mirar la televisión y ponerme a pensar o criticar a la vida. Más tarde voy a la cama junto a Prímula, un poco más de regaloneo por parte de ella y me quedé dormido primero, pues tenía más sueño al despertarme mucho más temprano. Amanece el día siguiente y todo fue igual como la mañana anterior, sólo que esta vez pasé a despertar a Prímula, pero continuó durmiendo después. Cuando iba camino al liceo me encontré con Xavi, quien estaba saliendo del parque. Éste me saludó de lo lejos agitando el brazo, a lo que yo respondí haciendo lo mismo, pero no tan animado como él, pues estaba algo dormido todavía. Xavi cruza el puente que dividía el camino entre el parque y la vereda por donde iba yo y empezamos a hablar.
Al terminar con mi fría respuesta, pareció que Xavi quedó por un rato pensativo, pero yo no le dije nada. Tras unos breves minutos, Xavi vuelve a hablar para decirme que intentará ayudarme para que esté con Aura. ¿Pero cómo? Le pregunté qué haría para ayudarme y él respondió que intentará hacer algo con el flaite. Pensé que le golpearía o algo así, pero no, intentaría hacer una trampa para que caiga y luego, con tales evidencias, se los mostraría a Aura para que finalmente, ella enseñe esas mismas pruebas en la cara de Diego, con Xavi y conmigo de testigos, y así el flaite no pueda hacer nada, salvo terminar obligatoriamente con Aura. Y de nuevo: ¿pero cómo? Ahí tan solo respondió: “Ya verás, Brettcy”. Durante el resto del viaje, Xavi y yo conversamos cosas absurdas. También me extrañó el por qué iba al liceo con ropa normal, ya que sólo reciben a los alumnos con sus respectivos uniformes. Él me respondió que tiene cierta cercanía con los inspectores y el propio director, por lo que es reconocido totalmente por la administración del liceo. Además, él dijo que tenía unas ropas de reserva dentro de un casillero del liceo. Vaya chico, usar los casilleros en el liceo sí que era extraño. El 90% de los alumnos no los usaba; yo me incluyo… Es un poco arriesgado, pues son todos muy buenos para robar allí y casi ni seguridad había en ese entonces. Llegamos al liceo y dejo a Xavi en la inspectoría, ya que él se cambiaría de ropa y demás. Por mi parte, yo me dirigí a mi sala de clases, pero desde el camino de la inspectoría y no por el pabellón A, ya que incluso desde la inspectoría el camino se haría mucho más corto. No tardé nada en llegar y veo a la mayoría de los alumnos en la sala. Como siempre, Dani me saluda enérgicamente al verme. Me siento en el puesto de al lado, conversamos un poco y a continuación, llega la profesora para comenzar la clase, aunque Dani y yo continuamos conversando de vez en cuando. El día viernes sería corto, así que no habría tanto estrés. Al igual que el día jueves, el viernes no pasó nada especial. Xavi y Aura sí fueron esta vez. A ésta última la saludé en el primer recreo, cuando la encontré distraída saliendo de su sala de clases. En ese mismo recreo, estuve todo el rato con Dani, saludé a Eileen y Raúl, cada uno con su grupo de amigos, y también estuve un poco de rato con el “Trío Dinamita”, quienes me contaron cotilleos del liceo sin importancia, aunque para ellos parecían de vital importancia. Durante el segundo recreo, estuve conversando con Xavi. Aura estuvo en todos los recreos junto con Diego, por lo que éste último no estuvo con su grupo. La jornada del día viernes acaba. Todos salieron felices y estresados del liceo cuando tocó el último timbre del día. Yo no estaba ni feliz ni estresado, sino que completamente normal. Ahora volvería a estar todo un día junto a Prímula y ver las caras del resto de la familia. Aún no me acostumbraba, pero tenía que hacerlo mientras esté la Terminiana en la casa. Le quedaban todavía unos cinco días, incluyendo el viernes. Antes de tomar el camino directo para ir a casa, Aura me alcanza a tomar del brazo. Ésta me dice que quería conversar acerca de la propuesta que le hice antes de salir de clases en julio, es decir, responder mi confesión. ¡Vaya! Se me estaba incluso olvidando. De inmediato me puse nervioso, pero me relajé un poco y le respondí con normalidad: “Está bien. Entonces el lunes hablaremos”. Aura afirmó sonriente, se despidió y se fue en dirección al liceo. Quizás volvió para buscar a alguien o tomaría el micro ahí. De igual manera, no importaba. Después de esto, volví a mi trayecto normal para regresar a casa. Al igual que el día anterior, la rutina en la casa fue completamente igual: almorzar, Prímula, mirar TV, jugar en el patio con el hermano y Prímula, más Prímula y regaloneo, mirar juego de Prímula y Mateo, cena, otra vez el juego, más Prímula todavía, aburrimiento y cansancio, comer antes de dormir, de nuevo Prímula, labores de la noche, acostarse en la cama, Prímula y su ataque de regaloneo final y por último: dormir. Amanece el día sábado. Desperté a las 13:40 hrs., aproximadamente. Prímula ya había despertado. Me levanté, me cambié de ropa y bajé al primer piso para hacer labores de “mañana”, aunque ya estaba en la tarde. Empecé a visitar todas las habitaciones de la casa, pero no encontraba a Prímula. Ni siquiera estaba escondida en el patio o en la despensa. Me dio lo mismo, pues sabía que debería regresar muchos días después a Hyrule y encima no dejó una carta de despedida ni nada. Luego almorcé y al terminar, me tendí en un sofá del comedor. En breves minutos después, se escucha la puerta de la casa abrirse, con la voz de Mateo y mi madre escuchándose. Ambos me saludaron y me di cuenta que tan solo ellos dos salieron, sin embargo, la puerta de la casa se cerró tras terminar los saludos. Me di cuenta perfectamente de aquello, por lo que tras la cerradura de la puerta, aparece salvajemente Prímula corriendo hacia mí. Como la chica regalona de Términa apareció corriendo, se lanzó con tal fuerza hacia mí que me desequilibró y caímos juntos al mismo sofá en el que estaba tendido reposando. Ésta llevaba una playera de mi madre y un polerón mío, mientras que los pantalones negros eran los mismos con las que llegó de Términa, al igual que sus zapatillas rosas. Menuda chica, sacando las primeras cosas que pillaba. El polerón le quedaba un tanto grande, así que se veía algo graciosa. Lo primero que me dijo cuando caí en el sofá con ella fue: “¡Hoy saldremos a conocer Osorno!”. ¿Pero qué…? ¡Ahora no me vengan con que la invitaron a salir a conocer la maldita ciudad! Pero si serán… Y encima me invitan a mí sin siquiera avisarme. Entonces, tras haberme sorprendido por la frase animada de Prímula, me negué rotundamente. Sin embargo, ésta comenzó a insistirme, hasta estar gritando como una histérica y dejando a todos mirándola estupefactos; yo, también me incluí. Como empecé a no soportar la locura de Prímula, no me quedó otro remedio que aceptar su invitación. Como respuesta de felicidad, ésta una vez más se lanza sobre mí y me tira al sofá con ella misma, gritando y agradeciendo como una loca. ¿Acaso ésta era la verdadera personalidad de Prímula? Rato después ella almorzó juntos a los demás que habían salido. Para remate me dijeron que la salida sólo era entre Prímula y yo, nadie más. Me pregunté si mi compañera de habitación tenía un plan o algo parecido para esta salida de improviso… Así que mientras Prímula comía, yo aproveché de cambiarme de ropa a una más decente para salir. Cuando ella terminó de comer, se cambió de polerón a otra que también era mío, sólo que con un diseño diferente y que le gustó más. Le dije que se veía rara con ropa tan grande para ella, pero sólo rió y no le importó en absoluto mi comentario. Después de unas cuantas labores más, Prímula y yo salimos de la casa, sin antes sacar dinero para llevar. Para que la Terminiana esconda sus orejas largas de la gente, se puso un sombrero blanco elegante de mi abuela. Polerón juvenil azul de hombre y largo, una playera verde con una flor de estampado rosa, pantalones ajustados de color negro, unas zapatillas de color blanco y rosa, y un sombrero elegante también blanco, además de su pelo grisáceo y largo. Su vestimenta no combinaba para nada… Lo que a ella le parecía importar era solamente la salida, nada más. Cuando salimos, lo primero que hicimos fue caminar por el camino que hago para ir a mi liceo y también para venir de regreso a casa. Así que lo primero que visitamos fue aquel establecimiento escolar desde fuera. A ella le pareció una bonita estructura y grande. Luego visitamos la Plaza de Armas, a la vez la Catedral que está justo en frente. A Prímula le gustó mucho la plaza, tanto así que quiso estar sentada allí conmigo durante un rato. Invité a comer un helado mientras estábamos allí y lo aceptó rápidamente. También mirábamos las piruetas de los chicos que hacían BMX, algunos niños jugando en la pileta, los raperos bailando “break dance” en la cúpula blanca de la plaza, algunos adultos jugando en un gigantesco tablero ajedrez pintado en el suelo de la plaza, otros niños jugando en algunos juguetes para ellos, los cuales se alquilan por $500 los cinco minutos, y unos tantos grupos de jóvenes o algunas parejas haciendo de las suyas, tanto en el césped como en las bancas. Luego de estar durante unos 30 minutos en la plaza, continuamos con el recorrido de Osorno. Estando aún en la plaza, pero caminando para irnos, le mostré el edificio más grande de la ciudad, el Kauak, la cual tan solo consta de 20 pisos. Es demasiado chico en comparación a otras torres, pero era el más grande de esta pequeña ciudad. Luego pasamos al famoso mall, pero antes visitamos la Plazuela Yungai, donde se juntaban más los grupos de flaites. Esa plaza no me gustaba, pero tuvimos que pasarla obligatoriamente para llegar al mall de la ciudad, la cual estaba al frente de la plazuela. Estando dentro del mall, le pasé a mostrar el supermercado de la planta baja, el supermercado Jumbo. Luego subimos al segundo piso, donde estaría el primer piso de la tienda Paris y los baños. También pasamos mirando unas tantas tiendas. Finalmente, subimos al tercer y último piso. Aquí era el lugar donde había más entretenimiento. Aquí se encontraba la sala de cine “secundaria”, ya que la principal es otra llamada “Cine Lido”. Pasamos mirando una que otra tienda del piso y también el segundo de la tienda Paris. Hasta que finalmente llegamos al Patio de Comida, donde se encuentran varios puestos para sacar la comida, como McDonalds o Doggis, varias sillas y mesitas para la gente, y no faltan los puestos donde sirven comidas saludables. Estos últimos puestos son donde menos gente hay. También hay una segunda zona de baños, bueno, tercera si se suma el del supermercado Jumbo. Estando en el Patio de Comida, invité amablemente a Prímula a comer algo; ella, aceptó con ganas y felicidad. No sabía cómo, pero parecía que la salida de casa me relajó y me dejó ser más amigable con Prímula. Así que sin más preámbulos, me dirigí al puesto de Doggis. Estuve unos 15 minutos, sólo para que me sirvan dos Coca-Colas, dos completos (hot dogs, perritos calientes, o como se les llame en su país) y una bolsita llena de papas fritas. A Prímula le fascinó la comida, agregando que nunca antes había comido eso. Claro, en Términa no tendrían la fascinante idea de crear comidas como éstas, aunque engordaran mucho. Prímula deseó más, así que le prometí que le compraría más papas fritas en otro lado, ya que tardaría otros 15 minutos esperando. Luego Prímula pasó al baño y cuando nos estábamos yendo, ésta se percató de los juegos que estaban en un rincón. Exacto, detrás de todo el Patio de Comida está la zona de juegos para niños, como son los Arcades con juegos de autos, un puesto lleno de bolitas para bebés, otro donde parecían columpios con globos flotando por todos lados y más cosas. Hay otro también en Osorno y más completo que el nuevo, el cual está ubicado en el segundo piso de la tienda Falabella, lo que antes era un mall, pero se fue a la quiebra y sólo quedaron los juegos y la tienda. Así que le dije a Prímula que lo invitaría a esa zona de juegos, ya que es más juvenil que la del mall actual. Así que nos fuimos de ese lugar, llegando a la plazuela de nuevo. Ahí quedamos reposando un poco más tras la comida en el mall. Luego de unos 10 minutos, fuimos en dirección a Falabella, la cual está al frente de la Plaza de Armas, por lo que tuvimos que volver. En el camino pensé en lo buena que era para comer Prímula. Habiendo comido en la casa y vuelve a comer en el centro... En fin, la cosa es que terminamos llegando a Falabella. Estando ahí subimos al segundo piso, para continuar caminando hasta el fondo, lugar de los juegos. Compré diez fichas y comenzamos a jugar. Primero jugamos dos veces en un juego para acertar los balones a un hueco; otras dos fichas menos para jugar a un “Dispara a los Patos”; otra ficha menos para jugar a un Arcade de autos; otra ficha menos para jugar un juego para bailar, en el que sólo Prímula jugó; dos fichas menos para que cada uno juegue al PinBall; otra ficha menos para el Pac-Man; y la última la utilizamos para colocarla en una máquina de dulces. Tras jugar mucho, salimos de ahí y nos dirigimos al Centro Comercial de Osorno. Ahí cada uno estuvo mirando las cosas que le interesaban. A Prímula le gustó mucho un vestido negro, la cual tenía algo tirantes a los lados y encaje en la zona baja. Entramos a la pequeña tienda y se lo probó: a la mierda con todo. No sé cómo, pero no estaba siquiera arreglada o con tacos, pero se veía enormemente hermosa. Ella me despabiló tras quedar extasiado mirándola y le dije que sí, le compraría dicho vestido. Como era de esperarse, me costó “ojo de la cara”. Arriesgué todo el dinero que tenía y le compré el vestido a Prímula. Cuando salimos, ella saltó de alegría, me abrazó fuertemente y me dio múltiples besos por todos lados de la cara, así también repitiendo una y otra vez “gracias”. Se notaba que el color favorito de Prímula era el negro. Cuando la invité al último lugar que visitaríamos, el Museo Municipal ubicado en la calle Francisco Bilbao, aproveché de decirle que si pudiera colocarse el vestido nuevo. Con el sombrero puesto le quedaría de fábula, aunque las zapatillas… Pero lo importante es que se sacara la ropa que usaba, porque se veía ridícula y llamaba la atención de la gente que pasaba mirándola. Ella no dudó en aceptar lo dicho y pasamos al baño de una farmacia. Luego fuimos camino directo al museo. Allí, ella quedó interesada en el mundo animal, le llamó mucho la atención la momia que está bajo estricto cuidado, le agradó la historia antigua de Osorno y también sorprendida por el armamento que usaban los chilenos durante las guerras y batallas del siglo XVIII. Al terminar el recorrido del museo, los dos fuimos directo a casa, tomando el micro. Durante ese viaje, Prímula agradeció la salida y puso su cabeza apoyándola en mi hombro. Así estuvo en todo el recorrido de regreso. Prometí que algún otro día la invitaría de nuevo, lo mejor sería un día de verano cuando el sol se esconda más tarde, entonces se aprovecharía más tiempo. Prímula se puso aún más contenta y me abraza. Yo le respondí también abrazándola. Finalmente, llegamos a casa, no cenamos debido a que comimos mucho, estuvimos un rato con la consola de Mateo y finalmente, nos fuimos a dormir. Prímula estaba completamente agotada, por lo que se durmió primero. Antes de dormirme, yo quedé mirándola por un rato, le acaricié su rostro y sonreí diciendo: “Gracias también por todo, Prímula”. A continuación, cerré los ojos y después, me dormí. Al día siguiente, el cual era domingo, salir de casa sería más aburrido, ya que varias tiendas y demás estarían cerradas. Así que ese día fue casi un día de semana, pero más tranquilo de lo normal. Estuve acompañado gracias a Prímula todo el día. Como no habíamos comido nada de cena, ambos comimos con ganas en el almuerzo, atrayendo las miradas de los demás. Cabe decir que tanto a mi abuela como a mi madre les gustó el vestido de Prímula. Como el día fue completamente normal, no pasó nada interesante, así que lo salto hasta el día siguiente. Lunes, vuelta a clases. Cuando desperté, me levanté con cuidado para no despertar a Prímula. Me cambié de ropa, hice las labores de cada mañana y salí de casa. ¿Por qué lunes siempre es el día menos preciado de la semana? Es un misterio. La mayoría piensa eso y yo me incluyo, pero no sé con certeza el por qué es el peor día de todos. ¿Será que con tanto descanso uno se dice “Llegó el lunes y vuelta a clases/trabajo/labores”? Deberá ser eso. Además, sentía que ese lunes lo odiaba más porque sería el penúltimo día que estaría con Prímula, ya que al siguiente ella volvería a Hyrule. Continuando con la historia, llego al liceo y me dirijo directamente a mi sala. Como era de esperarse, estaban todos los que siempre llegan antes de las 08:00 hrs. Al verme, Dani me saluda enérgicamente. Sofy, José y Cristián también se acercan para saludarme. Eso fue raro, pues no saludan a otro que no sea entre ellos o hasta cuando se sale a recreo. También saludaron amablemente a Dani. Luego llega el profesor jefe y comenzaría el famoso “consejo de curso”, una cosa que no me importaba en absoluto. En algún momento de ese bloque de hora, el profesor me llama. No podía responderle con negatividad, así que fui hacia su escritorio para escuchar lo que me quería decir. Como era de esperarse, mientras caminaba hacia él, unos cuantos sonidos raros hicieron los del grupo flaite para molestarme. Al estar frente al profesor, éste me dice unas cuantas cosas sobre mi rendimiento y la ausencia de clases que había tenido. Me recomendó que estudiara un poco más y que no me ausente demasiado este semestre, o podía repetir. Además, me dijo que despabile un poco más en las clases, ya que me lo pasaba siempre pensando en alguna otra cosa para distraerme. Esto último me lo dijo indirectamente y en tono irónico, algo que me molestó de cierta manera. Hasta incluso sacó una molesta sonrisa cuando me lo dijo. Iba todo bien, hasta que dijo eso. ¿Qué se creerá aquel viejo de mierda? Volví a mi puesto, continué conversando con Dani y el resto de minutos continuó con su eternidad de siempre. ¡Toca el timbre! Todos salen de la sala para el primer recreo. Recordé que Aura me iba a decir una cosa ese mismo día, así que decidí esperarla en el gran pasillo, ya que mientras caminaba en el pabellón A no la vi, pero sí la sentí. Así que al llegar a ese pasillo, Xavi pasó saludándome, al igual que Eileen. Luego llegaría Aura, quien se acercó sonriente. Yo también dibujé una sonrisa al verla. Ambos nos saludamos, preguntamos unas cuantas cosas habituales post-saludo y a continuación, fui al grano, preguntándole qué era lo que quería que conversáramos. Ella me invitó a la azotea para decirme las cosas y comenzó la conversación.
“¿¡Q-qué has dicho…!?”, me pregunté completamente sorprendido al decirme eso. ¡No me lo podía creer! ¡El sueño que tenía de a poco se estaba convirtiendo en realidad! Si el flaite ese deja a Aura, ¡mi único obstáculo desaparecería! ¡Excelente! Como quedé tan sorprendido por lo que dijo Aura, me había quedado parado en el patio del liceo fuera de sí, sólo estando en mis pensamientos y con la frase “Se lo tomó a mal, pero terminamos” repitiéndose una y otra vez. Aura se había asustado un poco por mi rostro en shock que tuve, pero luego desperté haciéndole la misma pregunta que formulé en mis pensamientos. Ella respondió repitiendo lo mismo de antes y como respuesta mía, la abracé con fuerza, diciendo que no podía creer lo que estaba pasando. Ella también se puso feliz, se tranquilizó, dejó la timidez y respondió a mi abrazo. Era lunes, el peor día de todos, el día más odiado, el día que uno desea que no existiese, pero hasta ese momento, el lunes 10 de agosto fue uno de los mejores días que había tenido: el comienzo de una relación mucho más cercana con Aura. Como era de esperarse, aún no le pedí el pololeo/noviazgo hasta que pasara un tiempo con ella. En ese instante sólo le pedí si pudiera estar conmigo para andar como dos personas denominadas “más que amigos”. Lo otro vendría después. Así que tras esa petición que ella aceptó felizmente, nos dimos nuestro primer beso. Aquel beso fue uno de los que detuvo el tiempo, de los que borró todo nuestro alrededor quedando solamente nosotros dos, uno de los que deja perdido toda la negatividad del mundo, uno de los más calurosos y hermosos de los que se podrían dar. Perdí la noción del tiempo mientras estaba con Aura, hasta que… Tras terminar ese beso infinito pero algo corto y darle un segundo abrazo, miré hacia el patio y vi a una persona inesperada, quien intentaba escalar las murallas del liceo y estaba vestida con ropas ridículas: Prímula. “¿¡Qué mierda haces!?”, me pregunté histérico dentro de mi mente. Tenía que hacer algo. Sería peligroso dejarla por ahí haciendo lo que ella quiera. Fue un error haberle mostrado el liceo… Así que el momento romántico se va a las ruinas cuando tuve que decirle a Aura que debía hacer algo urgente. Maldita sea. No quería hacer aquello, pero no tenía otra alternativa. ¿Qué pasaría si vieran a Prímula? ¿Qué pasaría si le descubren sus orejas largas? ¡A la mierda! Si descubren que tiene una piel más pálida de lo normal, su rostro muy diferente a la de un humano y las orejas puntiagudas de duende, creerán que es un ser fusionado de un gringo alemán que vive en Chile con un duende gigante, o simplemente: una extraterrestre o un ser anormal. Fue un grave error, muy grave, Prímula… Bajé corriendo las escaleras, pasando a empujar las personas que se cruzaban por el camino y finalmente, llegué al muro donde estaba Prímula. Por suerte aún no alcanzaba a saltar, sino que estaba en la parte de arriba. Sólo unas cuantas personas alcanzaron a verla cuando llegué, pero no era problema. Más sería si un/a inspector/a la vería…
Al oír lo de las orejas, Prímula se da cuenta de su error y afirma. Entonces, de inmediato pone una cara de tristeza y empieza a bajar pero con lentitud, haciéndolo a propósito para que la vea con su cara de decepción y pena. Menuda chica… Finalmente, desaparece del muro y varias risas se escucharon alrededor, avergonzándome. De igual manera, volví corriendo a la azotea para regresar con Aura, pero ya no estaba. ¡Mierda! No la pillé en todo el resto del recreo ni durante el segundo, pero sí la encontré en el recreo largo de las 13:00 – 14:00 hrs. Estuve con ella durante todo ese recreo en la azotea, regaloneando. En tres instantes tuvimos que bajar: una fue para comprar algo, otra para que ella vaya al baño y el último para regresar a clases tras haber escuchado el timbre de regreso. Luego llegaría el último recreo del día, pero en ese rato estuve con Xavi y le conté todo lo sucedido durante el día y éste, como era de esperarse, me felicita con muchos halagos y dejando fuera el plan que intentó hacer. Luego tocaría el timbre para regresar a clases y finalmente, para salir. Aquel lunes fue sólo para pensar en Aura, nada más. Durante las clases, durante los recreos en que no estuve con ella, durante el trayecto para irme a casa, e incluso cuando estuve dentro de ésta. Hasta incluso Prímula se dio cuenta del por qué estuvo tan distraído todo el día, sin estar poniendo atención a lo que me decían y por ello, tenían que repetírmelo. Esto le molestó un poco a Prímula. Sin embargo, en un momento de la noche, recordé que mi compañera de habitación volvería a Hyrule el día siguiente. Así que hice lo posible para intentar dejar de un lado un rato el tema con Aura y disfrutar de los últimos momentos junto a Prímula durante el resto de la noche. Aquella noche fue extraña. Debido a que no podía parar de pensar en Aura durante tanto rato, estar con otra chica que me acompañase por varios minutos me pareció algo raro. Más aún sentí eso cuando Prímula se acostó en la cama al lado de mí. Pero lo más extraño fue cuando vi a Prímula a la cara mientras estábamos acostados. Cuando ésta me preguntó una cosa que no recuerdo, la miré a los ojos y de pronto, un recuerdo tuve de cuando estaba en Términa: aparecieron múltiples imágenes de aquella anciana de Ikana enseñando sonrisas, múltiples imágenes de Gibdos gritando y una imagen en donde sólo aparecía Prímula asustada y llorando, abrazada junto a su padre en un espacio negro. Mis pupilas se dilataron de inmediato y una energía siniestra mezclado con miedo recorrió por mi cuerpo. Esto causó que sudor apareciera principalmente de mi espalda y que la atención se alarmara en Prímula, preguntando de inmediato qué me había pasado. Le respondí con sinceridad lo que había visto. Prímula se asustó un poco con mi respuesta, pero de inmediato se tranquilizó e intentó hacerlo conmigo dándome un abrazo cariñoso. Estando aún abrazado junto a ella, me quedé dormido. Llega el día martes 11 de agosto, el día de despedir a Prímula del mundo cruel. Todo transcurrió con normalidad durante la mañana, igual que siempre. Las clases estaban aburridas y apestaban. En el primer recreo estuve con Xavi y en el segundo con Aura. Todo normal. Sin embargo, cuando las sirenas de los bomberos sonaban para anunciar las 12:00 hrs. del día, el inspector de piso abre la puerta para anunciar mi retiro a petición del “apoderado”. ¿Pero qué demonios? Yo nunca había pedido a mi madre o a mi padre que me sacaran del liceo… De igual manera guardé mis cosas, me despedí de Dani y salí de la sala, sin antes escuchar los típicos sonidos extraños de los flaites para molestarme. Caminé por los pasillos hasta llegar a la salida del liceo, donde se encontraba Prímula esperando, con el vestido negro, el sombrero blanco, sus zapatillas y una bolsa de Tricot, una tienda ropa. Tras haberla saludado, le pregunté si fue ella quien pidió mi retiro y lo afirmó, agregando que me retiró para pasar su último día en el mundo humano conmigo. Perfecta idea, Prímula. No me negué en absoluto y salí con ella. Me dijo que en la bolsa traía las ropas que usaba antes de entrar al portal y también algo de ropa mía para cambiarme, ya que sería incómodo estar todo el rato con el uniforme. Agradecí su preocupación y fui al famoso mall para cambiarme dentro de sus baños. Finalmente, ambos salimos perfectamente vestidos. Estábamos sin dinero, pero a ella no le preocupó en absoluto eso. Parecía que sólo le interesaba estar acompañada conmigo. Aquel día no visitamos los lugares más famosos de Osorno, sino que estuvimos visitando varios locales de la calle Patricio Lynch. Cabe decir que las calles donde más se llenan debido al número de locales son Ramírez, Lynch y parte de Errázuriz. Mientras que la calle Los Carrera se llena de gente por la espera de micros, puesto que esa es la calle donde todo tipo de micros pasa. Regresando a la historia, tras haber visitado varios lugares de Lynch, volvimos a la calle Ramírez para estar de nuevo en el Centro Comercial. No compramos nada, sino que tan solo vimos algunas cosas. En esta visita, a Prímula le interesó mucho un tremendo peluche un oso de felpa. Estaba claro, a ella le gustaba mucho los osos de felpa. Incluso dormía con uno pequeño en su casa de Términa, algo que olvidé mencionar, creo. Prometí a Prímula que algún día lo compraría y se lo pasaría cuando regresara a sus tierras. Ella agradeció, me dio un corto abrazo de juguetona que es, me agradeció y me dio un beso en la mejilla. Espera, ¿cómo? ¿En la mejilla? Ella siempre me felicitaba con un beso en los labios. Eso no me importó, sólo me extrañó. Además, la noche pasada no regaloneó ni nada por el estilo, salvo ese abrazo que me dio antes de dormirme. Raro… Luego continuamos caminando y visitamos, para finalizar, el Museo Interactivo de Osorno. Este museo era más moderno y más entretenido que el municipal. “Entretenido” en el sentido de que hay más cosas para interactuar, conocer y hasta jugar. En cambio, en el municipal no permitían tocar absolutamente nada, solo ver y leer. Así que Prímula se entretuvo lo suficiente en aquel museo. Dentro hice otra cosa más para que me agradezca y una vez más, me da un beso en la mejilla. Una vez más… Raro. Ni siquiera abrazo hubo. ¿Acaso se puso más descariñada? Al terminar todo el viaje, llegaría la hora de despedirse en el parque. Le pregunté el por qué no iríamos a casa cuando ésta me empezó a llevar al parque. Prímula respondió que ya se despidió de ellos antes de irme a buscar al liceo y de mi padre en la noche del día anterior cuando yo no estaba junto a ella. Tenía todo planeado… Estando dentro del parque, o mejor dicho, frente al portal, llegaría el momento definitivo para decir adiós, al menos por un tiempo.
Tras esto, Prímula quita un poco su sonrisa y se acerca para darme un fuerte abrazo, enérgico. Pidió que me cuidara mucho, que me iba a extrañar y que lo pasara bien el resto del año. Yo le dije lo mismo. Sin embargo, ésta deja lentamente el abrazo, baja la mirada, la vuelve a clavar en mí y me dijo:
Le respondí con un “Claro” y la miré a los ojos con una sonrisa. Sin embargo, ocurrió lo mismo que en la noche anterior, con las imágenes de la anciana, los Gibdos y Prímula junto a su padre. La chica se dio cuenta de esto y preguntó qué fue lo que me pasó, respondiéndole diciendo: “Lo mismo de anoche”. Algo no andaba bien… ¿Por qué veía todas esas cosas sin sentido? Finalmente, termina la despedida definitiva, con otro abrazo más de Prímula y con otro beso más en la mejilla. Nuevamente le dije que se cuidara, se portara bien en Términa y yo mantendría la promesa de regalarle el oso gigante de felpa cuando visite su mundo, durante las vacaciones de verano o para la larga semana del 18 de septiembre. Ella respondió diciendo que mantendrá esas promesas grabadas en su mente y prometió que se cuidará lo mejor posible con su padre. Nos quedamos por un breve rato conversando tras esto, recordando los últimos momentos que tuvimos en Términa también y reírnos de aquellos. Como último hecho por parte de la chica, comenzaron a salirle lágrimas por la emoción.
Prímula me miró un poco sorprendida y clavó su mirada en mí al decirle esto último. Lo que iba diciéndole era en serio. Estaba realmente agradecido por su estadía en el mundo cruel, que gracias a ella, en algunos momentos ni pensaba que este mundo era “cruel”. Prímula entendió a la perfección mi mensaje y afirmó, mientras se secaba un poco más el rastro que le dejaron las lágrimas en su rostro. Finalmente, ambos nos dimos el último adiós, repitiendo casi las mismas cosas de antes. Poco antes que Prímula cruzara el portal, ella repitió su última frase: “Gracias, Brett. ¡Nos vemos!”, mientras que yo le respondí repitiendo la promesa: “Gracias también y no olvides el oso de felpa que te daré, para agradecerte por todo”. Ella respondió con una seña de su mano y finalmente, cruzó el portal. Sin Prímula frente a mí, quedé un rato parado mirando el portal y sin darme cuenta, una lágrima salió desde mi ojo derecho. Al darme cuenta de este detalle me sequé la lágrima, quedé un rato mirando con nostalgia el césped al recordar todos los momentos divertidos con Prímula y sonreí. |
Capítulo 24
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Lo Previo a Fiestas Patrias |
Y más Hylians por conocer.
Ahora sí todo volvería a la normalidad. Prímula regresó a Hyrule, para luego regresar a Términa junto a su padre. Caminé solitariamente por todo el parque, luego por la pequeña carretera y finalmente, llego a mi casa. Mi madre hizo un intento para que me quedara en el primer piso, pero pensé que sin Prímula no tendría sentido. Yo estaba en esa zona de la casa sólo por Prímula. Era ella la motivación para estar allí. Por eso no tendría sentido. Todo había vuelto a la normalidad: mi abuela, mi madre y mi hermano en el primer piso, mi padre durmiendo casi toda la tarde después de trabajar y yo estando en mi habitación haciendo cualquier cosa para olvidarme de lo que sucede en el alrededor. No tenía que entrarme un bajón. No, no era el momento. Prímula se había ido sólo por ahora y la volvería a ver algún otro día. Hasta incluso volvería a hacer cosas locas conmigo en este mismo mundo. Sí, de eso estaba seguro. No hay que malinterpretar; tanto ella como yo sabíamos que logramos obtener un cariño completamente de amistad, nada más. Claro, Aura era la chica con la que deseé estar por siempre. Era ella quien sería la chica que me olvidase de todo. Como algunos dicen, ella sería “mi mundo entero”. Estaba totalmente claro. Ahora mismo sí que no tenía que entrar en bajón, pues ahora podría estar siempre con Aura cuando quiera. Diego ya se fue como obstáculo. Todo se fue como obstáculo. Él mismo me entregó un camino completamente libre para mí y Aura. Es esta una sensación de libertad y felicidad. La paz y el amor culminarán desde ese momento. Así se debía pensar y así pensaba yo en ese instante. Así que aparte de lo positivo que tenía de mi relación con Aura, también logré pensar positivo en mi segundo encuentro con Prímula. Sí, la volvería a ver y lo pasaremos muy bien. Después de tanto pensamiento, tuve que bajar al primer piso para cenar algo. Estaba con tanto pensamiento positivo que incluso conversaba en la mesa. Mi abuela me miraba y ponía cara diciendo algo como: “¿Quién diablos es este chico…?”, pero no importaba. ¿El muro? Se debilita. Hasta ese momento no necesitaba un muro que me proteja, pues todos mis caminos estaban siendo iluminados en ese entonces. Estaba tan extasiado que después de la cena, me dediqué a jugar un poco con Mateo, sorprendiéndolo, aunque aceptó de inmediato. Más tarde en la noche, alisté mis cosas, hice las labores de la noche y dormí. Amanece el día siguiente, un miércoles. Es un día corto al tratarse de clases. Al despertarme, intenté no hacer tanto ruido para “despertar a alguien que estaba al lado”, pero luego me di cuenta que Prímula no estaba. Claro, en ese instante estaría tomando el tren con su padre para volver a Términa… Después de todo, olvidé esa sensación de desmotivación y sonreí antes de decaer. Luego hice mis labores de cada mañana y salí de casa, completamente listo para un nuevo día en el liceo. En aquella mañana helada todo transcurrió con normalidad. Cuando llegué al liceo, fui directamente a mi sala de clases. Ahí estaban los mismos de siempre, los que llegan antes de las 08:00 hrs. Dani me saluda enérgicamente y yo también lo hice esta vez, sorprendiendo a mi compañero de puesto. Le dije que estaba así porque Aura aceptó mi petición para que estemos juntos y además, terminó con el flaite antes de aceptarlo. Daniel de inmediato me felicitó y deseó lo mejor para ambos; le agradecí. Luego comenzaría las clases. No puse atención, sólo estuve pensando en qué haría con Aura. ¿Cómo serían mis días desde aquel entonces? Según decían, las parejas alejan a los amigos. ¿Será verdad? De igual manera, dudaba mucho que la amistad con Xavi desapareciera, o también la de Daniel, mientras que a Eileen la estaría viendo de vez en cuando, tanto en el liceo como en la casa. Así que pensé que no importaría demasiado. Dudaba mucho que ellos se alejaran. Ese día miércoles sólo estuve pensando en Aura. En algún momento, ya empecé a creer que me estaba obsesionando demasiado con ella, así que la dejaba de lado en algunos momentos y me concentraba en la clase o pensaba en alguna otra cosa. Durante el primer recreo estuve un rato con Xavi, quien me felicitó con ganas mi relación con Aura, y luego me junté con Aura. En el segundo recreo estuve un rato con Dani, para luego volver con Aura. A las 13:00 hrs. toca el timbre de salida y todo volvemos a casa. Acompañé a Aura hasta uno de los paraderos de micros. Ese día no vi a Raúl por ningún lado. … Pensándolo bien, me saltaré varios días de agosto. Para resumir un poco de lo que fueron esos días que me salté, sólo podré decir que estuve juntándome en los recreos con Xavi, Aura y Dani. En muy pocas ocasiones me junté con el Trío Dinamita o Eileen. El grupo flaite tuvo una riña con otro grupo de flaites de otro liceo, por lo que Diego y otros dos más de mi curso estuvieron suspendidos durante cinco días; casi fueron expulsados. También quedó suspendido Francisco, Mario y otros más, pero Carlos no. También esos días fueron muy tranquilos en cuanto a clases, pues aún no tocaban exámenes o trabajos prácticos. Además yo no ponía mucha atención. Más que nada, Dani me explicaba en varias ocasiones las cosas cuando se lo preguntaba. Y por último, un detalle que nunca me gustó: el profesor jefe continuaba insistiéndome que yo esté más despabilado durante las clases, ya que incluso había otros profesores que reclamaban lo mismo. Ahora iré directamente a fines de agosto. Esta semana fue una en donde hubo dos exámenes y un trabajo práctico. El trabajo lo hizo Dani y colocó mi nombre, mientras que en los exámenes él mismo me ayudaba. Vaya chico tan “buena onda”, arriesgando incluso sus notas si es que un profesor lo ve ayudándome. La cosa es que gracias a él, podía tener buenas notas. En la siguiente semana de septiembre tendría un cañonazo de exámenes, así que tenía que estar preparado. Ahora volviendo con lo que les quería hablar, a fines de agosto llegaría otro día más que sería inolvidable para mí. Para ser más certero, esto ocurrió un día viernes 30 de agosto, dos días antes de entrar a septiembre. En la siguiente semana llegarían los “fusilazos de exámenes”, como había dicho. La cosa es que tras haber pasado la hora de clases, invité a Aura a salir a caminar. Tenía pensado pedirle el pololeo/noviazgo. Además, ya había pasado varios días desde que andábamos juntos sin ser pololos oficiales. Así que cuando tocó el timbre de salida, me quedé esperando por unos breves minutos en la puerta de la sala del 1º C. Cuando Aura salió, ambos sonreímos, nos dimos un pequeño beso en los labios y salimos del liceo tomados de la mano. Esto causó que unas chicas detrás de nosotros, las cuales iban en el curso de Aura, comenten en susurro, pero yo escuchaba algo de lo que decían. Ambas cotilleaban sorprendidas por la decisión de Aura, incluyendo el cómo pudo dejar a Diego. Perras, me cagan los cotilleos. Luego nos ve Eileen y sonríe al vernos, a la vez haciendo la seña con su mano de despedida. Aura y yo también lo hicimos para despedirnos. Cuando salimos del liceo, ambos caminamos en dirección a la Plaza de Armas, algo que no era muy común. La mayoría lo hace en los lugares donde se conocieron, en el Parque Cuarto Centenario o en el Parque Chuyaca, en algún otro lugar bonito que yo no conozca, o para hacerlo más “romántico”, en lo alto de la Villa Olímpica, lugar donde se puede ver todo Osorno e incluso el Volcán Osorno, ubicado al sureste de la ciudad. Pero yo no, decidí hacerlo en frente a la pileta de la Plaza de Armas, donde el lugar no está nada mal para tener una excelente vista a la pileta misma, al sol que nos apuntaba directamente, unos cuantos edificios con luces, la cúpula blanca de la plaza y el edificio Kauak incluido. Así que tras haber caminado y sentándonos en una banca de allí, comprando unos dulces para cada uno antes de llegar, llegó la hora de la verdad.
Aura se dio cuenta de mi nerviosismo y preguntó: “¿Pasa algo?”. Yo levanté la mirada para clavarla a sus ojos, que se resplandecían cada vez que nos veíamos de frente y tan de cerca. A continuación, la tomo de las manos y de inmediato le pregunto, tomando algo de aire antes de preguntar: “Auri querida, ¿quieres ser la polola oficial de este tipo con cara de perro pidiendo por favor?”. Tras esta petición, Aura de inmediato se sorprende y dibuja una tremenda sonrisa de alegría, para luego responder con un enérgico y exclamativo “Sí”. A continuación, ésta me abraza con fuerza y luego de ese cálido abrazo, le doy un beso que sería otras de aquellas eternas. “Este lugar será simbólico para nosotros, no lo olvides nunca, por favor. Y aquí mismo te juro que nunca te dejaré sola. Siempre estaré contigo, cuidándote y protegiéndote, por siempre”, le dije a Aura tras haber terminado nuestro beso, a lo que ella aceptó sacando una pequeña risa sólo por la alegría que tenía. Estaba seguro que ese maldito perro con rabia nunca fue así con Aura… Después de todo, ella ya estaba conmigo y el flaite se alejó de su vida. Ahora yo la haría feliz y no la maltrataría como lo hizo ese otro imbécil que no merecía vivir. Ahora seré yo quien la protegiera, a pesar de ser tan débil en aquel mundo. Luego de terminar nuestro momento en la plaza, continuamos caminando por el centro de la ciudad, en casi todo el rato tomados de la mano y con sonrisas dibujadas cada uno mientras hablábamos. Ese “yo” que estaba con Aura era diferente a todos; no era el pensativo de la sala de clases, no era el negativo de la casa, no era el nostálgico, sonriente y expresivo del mundo “maravilloso”. Parecía otro, uno completamente nuevo. Es como si acababa de crear un nuevo “yo”, uno nuevo para interactuar socialmente. Una nueva máscara para mí. Esta sería la máscara con la que me presentaría estando con Aura. Sería uno de los más positivos que tendría. Tendría el diseño de un muchacho enamorado, con una sonrisa un tanto histérica y con una mirada perdida. Nada más que decir, al terminar la salida terminé dejando a Aura en las afueras de su casa. Aquel día fue algo cansador por tanta caminata, pero valió la pena estar con la chica de mis sueños todo un día libremente, sin estar siendo intimidado por posibles cotilleos. Luego regresaría a mi casa, ya casi estando de noche, y me quedo todo el rato en el primer piso hasta irme a dormir. Finalmente, Aura y yo nos convertimos en pololos/novios oficialmente. Ahora sólo faltaría que toda la gente cercana a mí se enterara. El fin de semana, entrando al famoso y querido septiembre, fue completamente normal. Recibí la visita de Eileen y Bastián en la casa. Allí aproveché de contarle lo ocurrido entre Aura y yo a ambos. Bastián me felicitó de una perfecta manera, con abrazo rápido y todo. En tanto, Eileen también me felicitó, con un abrazo y una sonrisa, aunque ambas cosas me parecieron un poco falsas y forzadas; pude notar esto con facilidad debido a que la conocía perfectamente. Su sonrisa no era la misma de siempre, parecía más de tristeza o decepción que de suma felicidad. Su abrazo pareció más forzado que todo. Eileen, ¿qué te pasaba? Una pregunta como esa me daban ganas de hacerle. Estaba rara… Luego llegaría la semana completa de exámenes: la semana de los fusilazos. Aquella semana casi ni escritura en los cuadernos tuvimos, más que nada, fueron en hojas de oficios. Daniel me ayudaba en diferentes exámenes. En algunas no pude hacer nada, ya que el/la profesor/a de ciertas asignaturas eran muy atentos/as a las personas que intentaban copiar. En aquellas asignaturas, en cada examen no me quedó más remedio que aplicar mis conocimientos sobre ello. Durante septiembre, el grupo flaite no se pasaba el rato mirándome con sus típicos rostros de siempre que colocaban. Es más, su propio líder intentaba desviar la mirada hacia mí. ¿Acaso es vergüenza? ¿Vergüenza por sí mismo o por mí? Realmente no me importaba, pero esas preguntas quedaron al aire. ¿Por qué decidió dejar a Aura? Esa fue una de las preguntas que más resonaban en mi cabeza. El primer lunes de septiembre, todos se enteraron de mi relación oficial con Aura. Xavi y el Trío Dinamita eran los que más me felicitaban, seguidos por Daniel y el propio Raúl. ¿Eileen? No felicitó porque ya lo había hecho anteriormente. Sería muy tonto hacerlo una vez más. Aunque debo destacar que ese día la vi con un poco más de angustia que antes. Las ganas de preguntarle qué le pasaba llegaban a ser más fuertes, pero a la vez más débil por la simple razón de no meterme en su vida privada. Me saltaré esa primera semana de septiembre. No pasó nada interesante, aún más debido a que estaba casi todo el tiempo con Aura. La siguiente fue un poco más interesante, sólo por el hecho de un acontecimiento que sucedió un día martes. Para ser más preciso, martes 10 de septiembre. Durante el recreo largo del día anterior, el Trío Dinamita volvió a hablarme acerca de la “chica genio”. Estos me dijeron que una vez más hicieron algo para llamar la atención de la chica extraña, pero no consiguieron nada de nuevo. Como el tema me motivó un poco, decidí visitar a aquella chica para intentar hacer algo para llamarle la atención, mientras Aura estaba almorzando junto a otra chica más dentro, que según Aura era una de las pocas con las que hablaba dentro de su sala de clases. Así que eso hice, ir a la biblioteca abandonada. Al llegar y entrar, encontré a la chica genio sentada de rodillas y leyendo atentamente los libros complejos que tenía a su disposición. Estaba en la misma pose y con las mismas prendas que usaba cuando la vi por primera vez. Me acerqué a ésta, me agaché a su lado izquierdo, quedé mirándola por un breve momento en silencio y luego abrí la boca: “Me pregunto cómo le haces para concentrarte tanto”. No esperé respuesta alguna. Sabía que ni siquiera me iba a mirar. Sin embargo, inesperadamente la chica despierta de su concentración y levanta la mirada, con algo de susto, hacia mí. Yo me sorprendí tanto como ella conmigo.
De inmediato, al ver toda la comida “hecha por ella”, recordé lo que me habían dicho el Trío Dinamita. Según José, esta chica vivía en el liceo y en la biblioteca abandonada misma, por lo que no tendría casa. ¿Quién diablos era ella en realidad? La chica genio, o mejor dicho, Coté, me sacó de mis pensamientos al invitarme a comer con ella, a lo que terminé aceptando. Probé un poco de su pasta, la cual estaban completamente blancos pero con trozos de carne. Estaban exquisitos, mejores incluso de la pasta que cocinaban en casa, a pesar de que éstas no tenían salsa. Tras haber comido un poco de la pasta de María José, la felicité al decirle que estaba delicioso. Ella respondió tan solo enseñando una sonrisa. A continuación, me levanto de haberme agachado por comer y le digo: “Sería bueno que estuvieses en las salas de clases junto a los demás alumnos, como si fueras una alumna normal, ¿no crees?”, pero ella tan solo quedó mirándome. Terminé preguntándole: “¿No vas a querer algo?”, pero una vez más quedó mirando sin responder. No obstante, antes de decirle que me iba a ir, ésta levanta un poco más la mirada y concluye la conversación diciendo, de una manera algo fría pero suave: “Nos vemos”. Quedé mirándola por unos segundos, viendo cómo volvió a su lectura con los libros. Luego me marché de la biblioteca abandonada. ¿Fui la primera persona que le pudo hablar con normalidad? ¿Fui la primera persona que escuchó y con la que habló mientras estaba en su lectura? Eso sí que pareció haber sido un logro que varias personas han intentado superarlo, al parecer. No es por casualidad que esta chica sea famosa por el solo hecho de que está siempre en la biblioteca abandonada o por ser muy inteligente. Más que inteligente parecía muy extraña, aumentando esta característica al hablar con ella. Es como si uno le hablara y ésta en apenas ocasiones continuaba la conversación. Si no le interesaba, simplemente cambiaba de tema o se despedía con frialdad. Parecía que vivía su propio mundo. Cuando salí de la biblioteca donde estaba la famosa alumna superdotada, o ahora conocida como “Coté” o María José, bajé al primer piso y volví al gran pasillo. Me quedé pocos minutos allí hasta que llegó Aura y volvimos a estar juntos. Ese recreo pasó rápido, la siguiente hora de clases lento, el último recreo también rápido y la última hora de clases igual pasó lento, aunque menos que la anterior. Dani y yo conversábamos por varios minutos en las horas de clases. Más que nada, ambos sacábamos temas de música, series o películas. Estos dos últimos temas los comparto debido a que me pasaba el tiempo mirando televisión, claro. En tanto, el tema de la música lo sacaba debido a que compartíamos gustos de ello, principalmente en el género clásico. También nos gustaban muchas canciones de películas o series. Mi MP4, el cual siempre lo mantenía en uso, a excepción en los momentos que estaba con Aura o quería escuchar una conversación que me interesaba, estaba lleno de canciones de los tipos de géneros que les mencioné, así que se deberán imaginar un poco de lo que tenía dentro de su memoria. Aquella semana pasó lenta y a la vez, fugaz. Sí, es una mezcla un tanto extraña, pero así pasó a mí gusto. El miércoles no pasó nada especial, salvo una pequeña discusión entre un flaite y otro joven más que no pertenecía a ningún “club”, en otras palabras, era alguien “normal”. Según el Trío Dinamita, la riña se originó debido a que el joven “normal” había dicho algo a las espaldas del flaite que lo golpeó. Esos insultos pasaron y pasaron por adolescentes cotillas, que de seguro más de uno le habrá agregado alguna mentira para que se ponga más intensa, hasta que finalmente llegó al flaite, provocando su enojo. Éste flaite, quien pertenecía al grupo de Diego, no volvió nunca más al liceo, mientras que el otro joven regresó dos semanas después. Supuse que lo suspendieron por cinco días. ¿Por qué no volvió el jueves o el miércoles de la semana posterior? Simple: ¡fiestas patrias! Debo decir que aquella semana de fiestas patrias no hice nada especial en familia y antes de que comience esos días festivos, ocurrió uno de los acontecimientos que comenzarían a marcar una “nueva” etapa en mi vida, o mejor dicho, se presentaría un nuevo enemigo. Aún antes de llegar a eso, destacaré que el viernes de la misma semana en que visité a la Coté, volví a visitarla en la biblioteca abandonada. Estaba con las mismas prendas, la misma pose de su sentada y con los mismos libros. Me acerqué a ella, comencé a llamarla en un principio por “María José” y no contestaba. En ese entonces no recordaba muy bien su apodo, por lo que empecé a decir cualquier tontera que se me venía a la cabeza. Finalmente, di en el clavo y le llamé la atención.
Inmediatamente después de esto, me disculpé al haberle hecho una pregunta que le podría doler con tan solo responderla. La teoría que sacó el Trío Dinamita acerca de esta chica, la cual decía que ella vivía en la biblioteca abandonada del liceo y que era mucho menor que un/a estudiante de Primero Medio, era totalmente cierta. Creí que podría haber sido una farsa y es por eso que quise comprobarlo preguntando de frente a la chica que acabaría con los rumores. Tras las disculpas, la Coté solamente me levanta la mirada, me queda mirando por un rato y termina la conversación diciendo: “Nos vemos”. A continuación, vuelve a abrir el libro que leía y sigue su lectura. Había metido la pata. No quise insistirle en nada, ni siquiera llamarle la atención de nuevo. Así que dejé que continúe con su lectura y salí de la biblioteca, o también conocida como “la casa de Coté”. ¿Qué habría pasado con sus otros parientes? ¿Por qué no quisieron recogerla a sabiendas de que no tenía padres? Hasta su familia parecía ser extraña. Quedaron muchas interrogativas al aire y que podría hacérselas en ese mismo momento, pero con lo ocurrido no me atrevería a decirles las preguntas. Dejando de lado esa experiencia con María José en la biblioteca, luego se terminaría la semana y llegaría la siguiente: la semana de las Fiestas Patrias. Como el 18 y 19, días feriados por la celebración, cayeron en un día miércoles y jueves respectivamente, dejaron el día viernes 20 como un feriado más, haciendo que esa semana sea totalmente larga. Vaya país flojo… Lo bueno es que no habría clases y así me daban más ganas de visitar Hyrule, ya que no tendría que preocuparme por el detalle de mi regreso al mundo cruel hasta que llegase el domingo. Entonces, el día lunes 16 de septiembre, en la mañana estuvimos haciendo adornos de fiestas patrias por toda la sala de clases. Cada curso tenía que hacerlo y la sala mejor adornada, se ganaba un pequeño premio. A mí no me importaba en absoluto el premio, sólo hacía aquello para pasar el rato y aprovechar de conversar con Dani o el Trío Dinamita, quienes eran ellos los que llevaban el peso de las conversaciones; yo, por mi parte, casi solamente comentaba o decía apenas un “Sí” o “No”. El grupo de “Dears” eran las más trabajadoras, mientras que el grupo flaite se esforzaba por hacer cosas buenas, pero les salían desastres y desastres. Cristián se esforzaba en hacer adornos, a José les salía perfecto y a la Sofy les salía regular. Dani hacía adornos de “calidad” cada cinco minutos. Vaya máquina con ingenio… En tanto, yo tardaba unos 30 minutos en hacer algo. Como era de esperarse, nuestro curso no ganó nada, pero tanto a mí como los demás no nos importó la derrota. Lo que importaba era la unión como curso y hacer de la sala un espectáculo rojo, blanco y azul, tanto con globos, copihues, tiritas de lujo, etc. Todo eso lo hicimos durante el primer bloque de clases, es decir, en Consejo de Curso y Orientación junto al profesor jefe. También avanzamos cuando tuvimos Lenguaje y Comunicación por la tarde, ya que el profesor es el mismo. En este último bloque, el profesor me hizo una broma más que no me agradó del todo… Al día siguiente, martes 17 de septiembre, saldríamos a las 15:00 hrs. y no a las 16:50 hrs., algo que agradó a la mayoría. Más que uno esperaba a las 13:00 hrs., pero con la hora que pusieron ya nos conformábamos. Las clases terminarían a las 13:00 hrs. y durante la tarde, se realizaría un acto en ceremonia previo a las fiestas patrias. Es algo que se hacía también en la Escuela Básica, pero ahora se haría decentemente en un gran gimnasio y espectando sentado en las galerías del gimnasio, no en las colchonetas y desde el suelo. Aquel día martes y el día anterior, durante la mayoría de los recreos estuve con Aura, aunque el lunes, en el último recreo de la mañana se incluyó Eileen, mientras que parte del recreo largo y en el último recreo de la tarde, se incluyó Xavi. En el día martes, en el primer recreo estuve solamente con Dani y el Trío Dinamita, y en el siguiente recreo estuve con Aura. En el recreo largo estuve un rato con Eileen y mientras estábamos conversando, salí con una pregunta que llevaba guardada.
¿Un chico? Quedé con esa duda, pues no le quise preguntar. Después de que ella terminara su historia, sólo le respondí con un miserable “Entiendo”, para que así mi prima sacara un nuevo tema. Pocos minutos más tarde, Aura se incluye a la conversación y pocos minutos después, Eileen se separa para irse con sus dos únicas amigas. Hay que recordar; ella, al igual que yo, no éramos personas de crear amigos y preferíamos estar a solas que con gente falsa. Sí, ella tenía pensamientos parecidos a los míos, aunque yo tenía un tanto de odio más hacia la gente. Es por eso que Eileen también sufría de maltrato escolar en la escuela básica, aunque pareciera que lo superó. Llega la hora del acto, 14:00 hrs. Esto terminaría justo a las 15:00 hrs., cuando todos los alumnos se tendrían que marchar para regresar casi en una semana completa más. Mientras buscaba asientos en la galería junto a Aura, pillé uno que estaba al lado de Dani. Éste estaba sentado al lado de una chica que tanto él como yo desconocíamos. Estaba con auriculares en sus oídos y con la cabeza algo inclinada, con sus ojos cerrados y manteniendo la sonrisa típica de él. Al sentarme con Dani, quedando él a mi derecha y Aura a mi izquierda, se sorprendió y me saludo enérgicamente. Ahí conoció a Aura en persona, a quien la saludó posteriormente. Antes de que el gimnasio se llenase más y más, siento una pequeña energía a mis espaldas que luego pasa a tocarme el hombro. Era nada más y nada menos que Xavi, quien estaba acompañado con la tal Ashley. Ambos permanecieron sentados detrás de Dani, Aura y yo. Vi pasar a Eileen junto a una amiga, a Raúl con su grupo de amigos, entre otros. Cuando todos los grupos de cursos, primeros, segundos, terceros y cuartos medios, se sentaron en sus respectivos puestos en las galerías del gimnasio, comenzó el acto. Se tardaron unos cinco o más minutos mientras esperaban la llegada de alumnos, por lo que se agrega esos minutos al acto. Vaya impuntualidad… Algo típico, pero que siempre me ha molestado. El acto comienza inmediatamente después de que el director haya puesto un pie en el gimnasio. Éste se dirige al centro de la cancha, toma el micrófono que estaba puesto allí y su voz comienza a escucharse a través de los grandes parlantes colocados en el gimnasio. Cuando el director dice al menos una palabra, varias pifias de “molestia” se escuchan por todo el gimnasio, provenientes principalmente de los cuartos y terceros medios. Por otro lado, los primeros aplaudían como lo pendejos que éramos y los de segundos tan solo permanecían en silencio, pero algunos aplaudían y otros también pifiaban. A mí eso no me molestaba. Al contrario, me divertía ver a los adultos “tensos” ante la situación. Después que el director haya terminado su pequeño discurso, tocaría el momento de cantar el himno nacional chileno. Todos se levantan, se ponen la mano derecha en el pecho y comienza el típico inicio de aquel himno, para luego comenzar con el cántico en donde yo tan solo escucho como cantan. Me da flojera ni tengo las ganas de cantar el himno. Mientras escuchaba los cánticos y la canción de fondo, todo el volumen de esto comienza a bajar y múltiples voces en susurro empiezan a escucharse en mis oídos. Reconocí el idioma Hylian, pero no lograba traducir lo que decían las malditas voces. Además, un pequeño pitido empezó a molestar mis oídos mezclándose con las voces. Me tapo los oídos, pero continuaba. Intento concentrarme en otra cosa, pero no ayudaba. Tras este suceso extraño y molesto, sentí que me tironeaban del polerón. Era Xavi, quien me dijo que ya me podía sentar. Al contrario de cómo estaba, cuando volví en sí yo estaba con los brazos a cada lado y miraba una de las paredes del gimnasio. Nunca me tapé los oídos. Nunca cerré los ojos por nerviosismo. Nunca estuve incómodo delante de todos. Lo único que les llamó la atención a los demás es que había quedado parado con la mirada perdida cuando todos se tenían que sentar. Así que hice caso a Xavi y avergonzado de mí mismo me senté. ¿Qué había pasado? ¿Acaso fue todo una imaginación mía lo que pasó? Rato después de lo ocurrido, los sucesos paranormales no se detuvieron ahí. Cuando estaban aproximadamente en la mitad del acto, sucedió lo mismo de antes. Esta vez no escuché pitidos ni múltiples voces. Solamente escuchaba una voz en susurro, la de un joven. Me pareció conocida: Drott. También decía palabras en Hylian, así que no entendía nada de lo que decía. Una corriente oscura se mantenía rodeándome, la cual me causaba repetidos escalofríos. Aura se percató de esto y me preguntó qué me pasaba, respondiéndole con un simple y mentiroso “Nada”. Ella no creyó mucho en mi respuesta, pero aun así no insistió. Tras esto, la voz de Drott desaparece. Más tarde tocó el turno a los músicos del liceo para tocar una excelente canción de género clásico, indicando que faltaba poco para el término del acto. Yo no lo pude disfrutar debido a que otro hecho, igual a los dos anteriores, apareció una vez más. Éste fue más intenso: la voz de Drott, hablando en Hylian y en tono bajo, se escuchaba con más fuerza; escuchaba gritos femeninos, como si tuvieran miedo de algo; sentía una especie de fuerza o energía viviente cerca de mí alrededor; y como último detalle, la música escuchada en el gimnasio sonaba deteriorada y yo sentía leves mareos. Miraba a mí alrededor; veía a Aura tranquila escuchando la canción, a Daniel hipnotizado, a Ashley apoyada en el cuerpo de Xavi y éste último, por alguna razón extraña, no se veía tranquilo. Movía su pierna izquierda inquietantemente, sus manos las tenía cruzadas encima de las piernas y la mirada que tenía hacia los músicos, era más de nerviosismo o miedo que de tranquilidad. Más arriba estaba el Trío Dinamita, quienes también se sentían un tanto incómodos. Antes que me dese la vuelta, Xavi se da cuenta de que yo también me sentía inquieto. Así que al cruzar la mirada conmigo, siento su voz en mi cabeza, como si de telepatía se tratase, diciendo: “¿Lo sientes también?”. En un principio me sorprendí por la pregunta telépata, pero luego afirmé. Tras esto, aún con esa voz y sensaciones incómodas, una chica en el gimnasio desde la zona de Cuarto Medio comenzó a gritar de la nada. Como la música no sonaba muy fuerte, su grito se alcanzó a escuchar. Todos dirigieron la mirada a la zona proveniente del grito, pero dos segundos más tarde otra chica también comenzó a gritar. Ésta última provenía de los Terceros Medios. Dos segundos más tarde, le tocó al turno a una de Segundo Medio y dos segundos más, a una de Primero. Todos, principalmente los inspectores, comenzaron a inquietarse de la situación, ya que cada dos segundos una chica comenzaba a gritar. Luego le tocó al turno a dos chicas, una de Tercero y otra de Segundo. La música se apagó en el gimnasio y corridas de profesores e inspectores, por aquí y por allá, se iniciaron. Los gritos no se detenían. Por más que sus amigos, compañeros y la gente adulta hacían intentos de calmarlas, no funcionaba. Cuando el gimnasio se llenó de murmullos de incomodes por parte de los estudiantes y con los gritos ensordecedores de las alumnas hipnotizadas, Xavi se levantó de su puesto rápidamente y me dijo en voz alta: “Llévate a Aura, a tu amigo y a Ashley lejos de aquí”. Yo y los otros tres quedamos mirándolo sin entender el por qué dijo aquello, pero antes de que uno le haga la pregunta, una fuerza completamente oscura sentí en mi interior, no alrededor. Me sentí debilitado, por lo que caí, pero fui afirmado por Dani y Xavi. Sentí mareos. Veía las cosas con una vista un tanto extraña, pero repetidamente volvía a la normalidad. Luego sentí que una cosa se acercaba y tras aquello, dirigí la mirada hacia el muro norte del gimnasio, es decir, al frente de la galería donde estaba. Justo allí donde una araña gigante negra, con parte de su cuerpo blanco más unas extrañas marcas de color rojo, se estrelló con el gimnasio, aterrizando justo después en medio de todo. Por suerte, en ese muro no había ningún alumno o adulto. “¿Pero qué mierda es esa cosa?”, pregunté en voz alta e histérico al verlo, ya recuperándome de lo que me estaba pasando. Xavi de inmediato insiste en que sacara a Aura, Daniel y a Ashley del gimnasio lo más pronto posible, a lo que empecé a realizar. Antes de que Ashley pudiera detenerlo, Xavi la abraza, le dice algo que no escuché para calmarla y baja de inmediato de la galería, dirigiéndose a la araña gigante. Supuse que le dijo algo a Ashley debido a que ésta le afirmó moviendo su cabeza, a pesar de que su rostro mostraba susto. Luego se tranquiliza y baja junto conmigo y los demás. Sabía que Xavi podría enfrentarse a tal cosa por sí solo, de eso estaba seguro. Lo que sí tenía miedo era si algo le pasara a Eileen o al Trío Dinamita, a quienes les perdí de vista desde que el acontecimiento del gimnasio sucedió. Aura, Ashley, Dani y yo salimos del gimnasio, salimos del liceo a través del portón negro del patio y corrimos hasta llegar a Jumbo, cansados de tanto correr. Al menos estábamos en un lugar mucho más seguro. Gran cantidad de alumnos también salían corriendo, muy horrorizados. Algunos salían desde el portón negro u otros desde la puerta oeste del gimnasio, la cual no se rompió. Cuando nos detuvimos en las afueras del Jumbo, Ashley preguntó asustada qué era esa cosa del gimnasio, a lo que todos respondimos con un obvio “No sé”. Aura y Dani también parecían estar muy asustados. Por mi parte, yo estaba un poco más relajado por el hecho de que Xavi acabaría con tal araña gigante, sin importarle el hecho de enseñar su verdadera identidad frente a todo el liceo, aunque de igual manera estaba con algo de susto por la gran sorpresa inesperada. Tres de las chicas que gritaban hipnotizadas en el gimnasio las vi salir corriendo e impactadas por lo ocurrido. Después de un rato y cuando ya estábamos más tranquilos, aún en las afueras del Jumbo, una explosión se sintió proveniente del gimnasio del liceo. De inmediato entré en pánico y corrí hacia la zona de la explosión, ignorando los gritos de Aura y Ashley para detenerme. Dani intentó detenerme tomándome del brazo, pero sólo logró tomar el polerón y me solté con facilidad. Corrí y corrí, sin importar lo que pasaba en mí alrededor, tanto así que un chofer de un auto tocó la bocina por cruzarme. Regresé al liceo desde el portón negro, lugar donde aún los alumnos salían del liceo. Varios estaban mirando el destrozado gimnasio y el humo que lanzaba aquella explosión. Al ver que el gimnasio se hizo trizas y parecía no haber quedado ningún rastro, me asusté todavía más y continué corriendo hacia la “Zona Cero”, sin importar el cansancio. Dos inspectores intentaron detenerme, pero no lo hicieron con éxito y logré llegar a la humareda. No veía nada, salvo una pata de araña en el suelo y los instrumentos rotos en el suelo. Supuse que estaba en el centro, así que creí que estaba cerca del lugar donde debería estar Xavi. Seguí caminando lentamente, buscando a mi amigo/protector de los escombros. Sin embargo, me topé con tres tipos extraños: uno vestía ropas grises, con una espada y escudo pequeño; otro parecía un ser extraño, que usaba zapatillas rojas y tenía una especie de pelaje puntiagudo azulado; y la otra parecía ser una chica, de piel muy blanca, pelo negro y largo y parecía portar un cañón.
Estos tres se acercaron más al presentarse. Es por esto que pude ver mejor las características de los tres: Cristián/Seik había mantenido su estatura, pero usaba una túnica gris, una gorra del mismo color idéntica a la que usaba yo en los otros mundos, una espada y escudo pequeño, botas cafés, camisa y pantalones blancos, sus orejas crecieron como las de un Hylian y su cabello pasó a ser rubio. José/Josex bajó de estatura, le creció un largo pelaje azulado puntiagudo desde su cabeza hasta la espalda, una pequeña cola, usa unas grandes zapatillas rojas, parte de su cuerpo mantuvo su color moreno, pero la mayoría quedó azulado, y su rostro cambió notablemente. Mientras que Sofía/BRS creció en estatura y su delgadez era notable, su pelo quedó completamente negro y largo, al igual que sus prendas que llevaba, el color de piel quedó a un blanco demasiado pálido, su brazo derecho era un pesado cañón que estaba incrustado en él, por lo que no lo cargaba con manos, y en su ojo izquierdo le aparecía un fuego azulado de vez en cuando. Quedé sin palabras al ver estos tres convertidos de esa forma. Mi pregunta no completada era: “¿Acaso también provienen de los otros mundos?”. Parecía que Cristián/Seik sabía la pregunta, pues antes de presentarse dijo “Sí”. Volviendo al término de su presentación; como quedé mirándolos estupefacto, éstos esperaron una respuesta y al ver que no la había, intentaron llamarme la atención, pero fueron interrumpidos cuando una silueta y voz conocida apareció desde atrás de ellos: era Xavi. Al ver que estaba completamente bien, sin rasguño alguno, dije aliviado: “Así que estás bien”, para luego soltar una pequeña risa de locura, sentir nuevamente los mareos con mucha fuerza y finalmente, caer desmayado. En la habitación oscura, Drott y el hombre barbudo recibieron la visita de un hombre. La silueta de éste último personaje era conocida, así como su voz grave y fuerte. Cuando el hombre abrió la puerta, dando paso la luz amarillenta a la habitación oscura, y quedando parado allí, tal como lo hizo una vez anterior, Drott lo mira y sonríe irónicamente, para luego comenzar a aplaudir.
Tras esto, Drott se sienta en su cama y comienza a reír de la nada. Su acompañante de habitación se levanta del rincón y se dirige hacia él para decirle: “Ahora entiendo por qué no quieres ayudar a la organización, a pesar de que ambos tengan como objetivo principal eliminar a mi hijo…”; al escuchar esto, Drott detiene su risa sarcástica y mira a su compañero, enseñándole una mirada afirmándole su punto de vista. |
Capítulo 25
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Los Antepasados |
Y la historia de un traidor.
“Últimamente me he estado desmayando demasiado”, me dije a mí mismo cuando desperté en casa. Estaba de noche, 21:14 hrs. Todo el caos ya había pasado. A pesar de haber perdido la conciencia, recordaba a la perfección lo que pasó horas antes. Sentía algo de dolor de cabeza. Los mareos y sensaciones de nauseas habían desaparecido, por suerte. Me habían dejado en mi habitación de la casa en la que vivo, recostado en mi cama. Es por eso que pude saber la hora, ya que el reloj estaba en el velador al lado de mi cama. Como me dolía la cabeza y no tenía ganas de hacer algo, me quedé recostado allí. Las características que tenían, tanto BRS como Josex, eran distintas a las de un Hylian cualquiera. Por ejemplo, a Xavi y Cristián/Seik les crecían las orejas, sus narices quedaban un poco más puntiagudas de lo normal y sus complexiones son más desarrolladas de lo normal. En cambio, José/Josex parecía más una especie de animal azulado, que caminaba en dos patas y usaba zapatillas, incluyendo sus guantes blancos en cada mano; éste tenía una nariz negra de punta, ojos grandes y era mucho más bajo de su estatura común. Mientras que Sofy/BRS creció enormemente, algo que no pasaba conmigo o Xavi, queda extremadamente delgada, al contrario de un cuerpo desarrollado, un cañón está pegado a su brazo derecho, como si fuera el brazo mismo, llamas azules salen de su ojo izquierdo y los atuendos… No tienen nada de similitud a los ropajes comunes de los Hylian. Lo más probable es que eran “seres” de mundos aún más lejanos que Hyrule o Términa. La noche pasó lenta. Poco rato después de despertarme del desmayo, bajo al primer piso y como algo de cena, hago las labores de cada noche y finalmente, voy a la cama para recostarme e intentar dormir. Costó dormirme, pero se pudo al final. ¿Recuerdan el sueño en que yo estaba dentro del liceo y en el final, a Daniel le caía una gigantesca roca? Pues, en aquella noche tuve un sueño parecido a ese. A diferencia de la vez anterior, Xavi y Ashley pasaron detrás de mí, Eileen y Raúl caminaban por caminos separados y en el lugar del grupo flaite, veía a Aura junto a Diego, pero lo extraño es que ella estaba completamente feliz junto a él. El director, que en el sueño era mi profesor jefe, disfruta el momento “apasionante” entre ambos alumnos, hasta que luego me ve y se acerca quedando frente a mí, como si usara teletransportación. Tras esto, éste me dice repetidamente y burlón: “Despabila, chico raro”. Sentí que todos reían de mí, incluso la gente cercana. Estaba por estallar. Sentía impotencia. Daban ganas de golpearlos a todos. El deseo quiere cumplirse cuando veo el Cristal Dorado frente a mí. Intento obtenerlo, pero la voz de Daniel me detiene y dice la misma frase del sueño anterior, acompañado de su sonrisa típica: “Aún no es el momento, Brett”, para luego colisionarle una roca encima. “¿Qué ha sido todo eso…?”, me pregunté al despertar de la pesadilla, justo después de la caída de la roca y aplastamiento de Daniel. El sueño fue idéntico al anterior, donde se mostraba las rutinas de los alumnos en ese entonces. Xavi junto a Ashley, Eileen junto a Raúl, Aura incómoda con Diego, el “director” riendo con los flaites y lo de Daniel… no me lo explicaba. Mucho menos me lo expliqué en el nuevo sueño, mostrándose de nuevo las situaciones actuales y acertando en la mayoría: Xavi junto a Ashley, Eileen peleada con Raúl y el “director” burlándose de mí con su famosa frasesita. Pero, ¿qué pasa con Aura/Diego y el hecho de que a Dani le caiga una roca encima, pero pareciendo que éste la esperara solamente para morir? Amanece el día siguiente, 18 de septiembre. Ese era el día más festivo en Chile. Todos los locales y tiendas estaban cerrados. Nadie trabajaba, todos en sus casas o en fondas celebrando. En mi caso, mi familia siempre le ha gustado celebrar las fiestas patrias en la casa, junto a los demás integrantes de la familia. Así que era completamente normal que ese día llegaran mis primos. Los más chicos, Mateo, Esteban, “La Yocy” (Jocelyn) y “La Jose” (Josefina), eran los más felices y los que más se divertían. Bastián estaba con “La Coni”. ¿La recuerdan? La chica del hospital. Resultó que ambos terminaron como pololos/novios oficiales. La prima mayor fue por un rato a celebrar, ya que luego iría a la casa de su pareja, y Elizabeth vivía en su propio mundo. En tanto, Eileen y yo parecíamos los aguafiestas con nuestras miradas amargadas por todos lados. El día estuvo aburrido. Lo único que hacía era mirar cómo los demás se divertían en cada cosa que hacían. Algunos jugaban, otros se encargaban de la cocina, otros en los aparatos tecnológicos, otros en el asado, otros en el patio. En varias ocasiones encendía mi MP4 y escuchaba música, o también subía a mi habitación, para recostarme o ver televisión a solas durante cortos períodos de tiempo. En algunas ocasiones pensaba en que aquél día podría haber sido más divertido si Prímula estaría compartiendo junto a todos. Ella podría convertirse con facilidad en el alma de la fiesta. Ella podría ser la única que lograría levantarme más el ánimo y “obligarme” a dibujar sonrisas por varios minutos. Sonrisas veía. Felicidad por toda la casa había. Risas escuchaba siempre. Frases de amor entre Bastián y Constanza escuchaba a veces. Conversaciones de adultos y de niños resonaban por toda la casa. Ya era de noche. Todos compartían, incluso Eileen de vez en cuando. ¿Yo era el único que prefería estar solo? Necesitaba diversión o estar con alguien para compartir una conversación que me interesara. Quería estar riendo al igual que los demás. No tenía ganas de ser un aguafiestas una vez más. Preferí hacer cualquier tontera que estar sin hacer nada recostado en mi cama o sentado solitariamente en algún lugar del patio. Así que decidí ir a mi habitación, coger un papelillo, vaciarlo por completo e inhalarlo al 100%. ¡Ahora sí llegaría la diversión! Un papelillo menos, pero era la única manera de sentirme como los demás. Recuerdo que bajé de mi habitación e hice varias cosas sin sentido. En un principio actuaba un tanto normal, pero luego vendrían los momentos en que reiría por cualquier tontera o jugaría junto a los demás primos. Recuerdo a la perfección que mientras reía y reía, Bastián y Coni me invitaron al patio para fumar algo que estaba absolutamente prohibido: marihuana. Como yo estaba en “otro mundo”, acepté sin dudar. No podría describir cómo me sentía en ese entonces. Tampoco podría describir más cosas, sino les estaría mintiendo. Todos los recuerdos de ese 18 de septiembre son borrosos, hasta entonces. Aun así, puedo asegurar que estuve con Eileen varias veces. Incluso conversaba con ella o… Si mal no recuerdo, en más de una ocasión ambos manteníamos miradas a distancias muy cercanas, pero como no sabía lo que hacía, no me incomodaba ni nada. Al día siguiente, jueves 19 de septiembre, despierto con un inmenso dolor de cabeza. Eran las 15:20 hrs., o algo así. Por alguna extraña razón, aunque estuviera desganado, con dolor de cabeza, incluso con un poco de mareos, me dieron ganas de ir a Hyrule. Cuando obtuve el Elemento del Fuego, tenía planeado visitar Hyrule de nuevo durante la semana larga del 18 de septiembre y también en las vacaciones de verano, tras salir de clases. Así que al haber almorzado lo mismo de la noche anterior, a pesar del bombeo intenso que tenía en mi cabeza, me arreglé para ir al Parque Cuarto Centenario. Mi familia se despidió, fui hacia allá, crucé el portal y regresé a Hyrule. Al cruzar completamente el portal, volví a mi aspecto que tengo en Hyrule y también empecé a sentir nuevamente la lejana vigilancia del desconocido protector. El mundo maravilloso que había visto la primera vez que crucé el portal, estaba desapareciendo más y más por cada visita. Todo el ambiente colorido que tenía en un principio, ya había comenzado a opacarse. El césped estaba sucio. Los monstruos habían tomado el control de casi toda la pradera. ¿Qué te pasó, Hyrule? Mientras miraba el paisaje de aquel mundo, sintiendo la observación permanente del protector incógnito y con la resaca del día anterior completamente desaparecido, algo extraño que sucedió justo después de cruzar el portal, veo de lejos a Xavi acercarse hacia mí. Lo pude confirmar al usar la famosa “vista de águila” que poseía. Cuando éste se acercó lo suficiente, comenzamos una breve conversación, partiendo con él diciendo: “Al fin regresaste”. ¿Sabía que iba a venir o qué? ¿O acaso fue debido a él que tuve la sensación de ir a Hyrule? La cosa era que éste comenzó a contarme lo que hizo el día anterior, iniciando su historia cuando fue a una de las tantas fondas que se celebraban en la ciudad. Cuando terminamos con nuestras historias de 18 de septiembre, Xavi inició un nuevo tema. Comenzó nombrando a Términa, para luego terminar contando la historia de una espada llamada Espada Sagrada, una espada que sólo el antihéroe legendario podía tomarlo. ¿Pero cómo? Si es un antihéroe, alguien que no es tan “santito” como un héroe, ¿entonces cómo la espada puede ser nombrada “sagrada”? Al diablo con la lógica. Lo importante era que Xavi me contó esa historia para que yo me embarcara en un viaje hacia Términa antes de que terminara la semana larga del 18 y empuñar aquella espada. Sin embargo, antes de terminar su historia completa, dijo que el poder de la hoja fue roto anteriormente y sólo podría ser devuelta con la ayuda de los cuatro elementos. No obstante, en el estado que está actualmente, la espada sólo podrá ser utilizable como una espada normal y no de la misma manera que “el antihéroe” anterior la usó. Además, el diseño de la espada también fue cambiada. Su historia fue algo confusa, pero lo importante era la espada en ese entonces. Como dijo que la espada estaba en Términa y un viaje en tren tardaba muchos días, entonces Xavi decidió ayudarme atravesando el Bosque Prohibido, un gigantesco atajo entre Hyrule y Términa. Ese camino solo podría tardar un día, incluso caminando, aunque tomando el camino correcto y sin perderse, obviamente. Xavi agregó, antes de partir, que como es un bosque donde mucha gente se ha perdido, es muy habitual encontrarse con Stalfos o Skull Kids. Explicó que ambos son seres que fueron Hylians, Terminianos o humanos alguna vez anteriormente, pero como terminaron perdidos en los bosques, cobraron esos aspectos. Añadió que los Skull Kids, sin embargo, no todos atacan, hasta incluso algunos huyen al ver un visitante. Se pueden diferenciar a los Skull Kids con los Stalfos con facilidad, ya que estos últimos usan armas, como una espada y un escudo para atacar y defenderse, mientras que los Skull Kids tienen apariencias de un niño y suelen llevar una flauta consigo. Sin más preámbulos, aún con el sol radiante, Xavi me guió hacia el famoso Bosque Prohibido. Para ir a esa zona, debíamos llegar al Bosque Kokiri. Estando en ese lugar, al lado izquierdo la casa de Mido, se encuentra una especie de salida hacia una zona desconocida. Hay un Kokiri que está como guardia allí, pero con tan solo ver a Xavi, el niño no dudó en dejarnos pasar. ¿Tan famoso era Xavi por Hyrule? Salimos del Bosque Kokiri y entramos a un bosque de aspecto un poco más siniestro. Era mucho más oscuro que el Bosque de Farone. Esto quizá era debido a que el sol no llegaba con fuerza a este bosque. Los árboles eran altos y el césped era del mismo color y grosor del césped del Bosque Kokiri. Xavi ordenó que no me alejara de él. Estaba claro; si me alejaba, terminaría completamente perdido y… no les estaría contando esta historia. Así que caminé a un lado de mi compañero todo el rato. Encontrábamos unos cuantos Stalfos y Skull Kids, tanto de lejos como de cerca. Dos Stalfos intentaron atacarnos, pero fueron abatidos con facilidad por Xavi y uno de ellos fue atacado unas tantas veces por mí. Unos cuantos más también nos veían y se nos acercaban. Cuando eran muchos, lo mejor era correr. Xavi podría derrotarlos de igual manera, según yo, pero lo que le preocuparía era mi seguridad. Debió ser por eso que evitábamos varias veces a los enemigos. El viaje duró todo el resto del día. Por la noche nos estacionamos bajo de un árbol. Xavi había llevado una carpa/tienda y todo, demostrando que predijo el viaje. Hasta incluso tenía comida suficiente, o también de sobra, para dos personas. Mientras estábamos descansando dentro, ningún enemigo se nos acercaba. Dormí con tranquilidad y desperté a la mañana siguiente, retomando el viaje hacia Términa. Por la mañana, numerosos enemigos se nos acercaban. Xavi ordenaba que debiéramos correr, aunque en algunas ocasiones él tenía que abatir a unos tantos monstruos para abrir caminos. El resto del día transcurrió con más tranquilidad. Comimos con normalidad en la mañana, tarde y también algo para cenar. Ese día fue lento, pero rápido a la hora de contar, ya que no pasó nada interesante. Cuando la noche había caído una vez más, Xavi no quiso estacionarse debido a que estábamos muy cerca de la entrada a la cueva que une Hyrule con Términa; era cierto. Caminamos sólo unos metros más, en un camino más despejado de lo habitual al tratarse de monstruos, y Xavi y yo nos encontramos con una cueva. Para llegar a ella, teníamos que saltar unos troncos anchos. Al cruzar esa pequeña cueva, caímos a una especie de vacío. Sin embargo, aunque la caída se veía sumamente fuerte, llegando incluso a ser mortal para una persona, justo antes de caer una pequeña fuerza de levitación se sintió por debajo de mis pies. Eso me ayudó lo suficiente para pisar el suelo sin recibir rasguño alguno. A Xavi le sucedió lo mismo, aunque él ya sabía que pasaba eso. Tras estar en esa desconocida cámara solitaria, caminamos por unos cuantos más. En algunos casos, teníamos que utilizar nuestras condiciones físicas para realizar grandes saltos, sólo para llegar a otra cueva, la última. La última cueva conducía a, nada más y nada menos, que la parte baja de la Torre del Reloj de la capital de Términa, Ciudad Reloj. Pude ver las gigantescas máquinas que daban el funcionamiento perfecto a la torre. Quedé impresionado en primera instancia. Creía que las maravillas de los mundos de Hyrule y Términa se estaban acabando, pero al ver la compleja maquinaria olvidé esos pensamientos inmediatamente. Luego de mi impresión, Xavi y yo tuvimos que subir hasta la gran puerta de entrada y salida de la torre. Con tan solo abrir aquella puerta junto a Xavi, pude ver por segunda vez la belleza por la noche de Ciudad Reloj. Me di cuenta también que podía visitar a Prímula si así lo deseaba, aunque eso quedaría para el día siguiente. Volviendo al tema, las “mágicas” luces daban vida y con tan solo verlas encendidas, hacía feliz a la persona que las presenciaba. Ya casi no recordaba lo mágico que podía llegar a ser la iluminaria de Ciudad Reloj, con una gigantesca tecnología. ¿Y por qué no decir? Hasta incluso llegaría a igualar o superar a la tecnología del mundo cruel. Como en la ciudad estaba de noche, con Xavi tan solo pude visitar algunas tiendas. Más tarde, él me llevaría a la posada del puchero, lugar donde quedaríamos a descansar. Tenía todo reservado, todo completamente listo. Ambos quedamos a dormir en la habitación para huéspedes. Sin embargo, antes de dormirme, decidí levantarme e ir al tejado de la posada, lugar donde se encuentra una gigantesca campana. Quedé parado en ese lugar, mirando en dirección al este, es decir, hacia el cañón Ikana. Recordé a Prímula, tanto en los momentos juntos en el mundo cruel como en Términa al conocernos. Entonces, mientras estaba allí todavía parado, tomé impulso, cerré los ojos y usé mi sentido del olfato hacia Ikana. Una gran variedad de olores se cruzaron, principalmente a muerte, pero finalmente logré dar al reconocido olor de Prímula. Al sentir una vez más su aroma, abrí los ojos y sonreí, decidido para ir a visitarla al día siguiente. A continuación, regresé a la habitación para dormir. Amanece un nuevo día. Después de ir a desayunar, momento en que Xavi me contó los preparativos para ese día, junto a él fui a la residencia del alcalde, sin arma alguna. Pensé que no nos dejarían entrar, pero la recepcionista reconoció de inmediato a Xavi y dijo, dirigiendo mirada hacia mí y a él: “El alcalde los está esperando. Acompáñenme, por favor”. Menuda organización tenían todos antes de mi regreso a Hyrule… Sin lugar a dudas, Xavi y yo pasamos por un largo pasillo siguiendo a la recepcionista, para luego subir unas escaleras que conducían al segundo piso y a la puerta de la habitación del alcalde. Al llegar, la recepcionista entra y sale por unos segundos, confirmando el pase de invitación. Entonces, Xavi y yo entramos a la habitación y la recepcionista vuelve a su puesto. El alcalde era un hombre bajo, con pelo un tanto largo y morado, ojos dormilones, un rostro idéntico al de un duende y vestía ropas típicas de un Terminiano.
No entendía ni un carajo de lo que estaba sucediendo, pero Xavi afirmó sin dudar y yo seguí los pasos de ambos. Dotour abrió una habitación secreta detrás de un estante y de una cortina antigua encima. La nueva habitación era bastante pequeña. Tan solo podían caber unas diez personas en total sin estar incómodos. Como estaba la famosa fuente, la cantidad se reduciría a ocho. Como sólo éramos tres personas, teníamos espacio suficiente. La habitación era oscura, con paredes y suelo negro, techo gris, en las paredes habían estantes con varios frasquitos que brillaban y la fuente también brillaba bastante. Aquella fuente era de un color plata muy blanqueado, mientras que su agua y las luces emitidas por los frasquitos de los estantes, era un celeste muy claro.
Tras haber terminado, quedé pensando en lo conversado durante un momento. Un silencio se produjo en un momento dado, pero fue roto por los silbidos de Xavi y las quejas del alcalde. En tanto, yo quedé mirando el agua de la fuente. Finalmente, el alcalde logra encontrar la lágrima que buscaba y se acerca a mí diciendo: “Desearía que vieras este recuerdo. No te ayudará con información, pero al menos quiero que lo veas para que te enteres de algunas cosas. Es casi una reliquia, ya que la lágrima fue entregada hace más de mil años atrás, así que tengamos cuidado”. Dotour abrió el frasco y vertió todo el contenido a la fuente. Entonces, concentré mi mirada al agua de la fuente, mirando como la lágrima se fusionaba con el agua pura y finalmente, una reproducción parecida al de una película en primera persona comenzó a funcionar. Aparecí dentro de una habitación con adornos lujosos, casi todo de oro. Los sofás eran blancos y la estructura del lugar era parecida al de los dioses de la mitología griega. No había ventanas, sino que una vista al aire libre. Desde esa zona, podía ver un gran pueblo verdoso, con casas de varios colores y la gente que residía allí, parecían ser Hylian por sus largas orejas. Lo más extraño fue el horizonte, ya que no veía nada más que nubes. La vista del paisaje fue interrumpida cuando comencé a escuchar una conversación, o más bien dicho, una discusión entre dos personas. Ambos venían bajando unas escaleras. El primer personaje vestía ropas negras y tenía su rostro muy pálido: Drott. En este caso, parecía llevar una especie de báculo. El segundo, que parecía más enojado, era idéntico a mí y vestía las mismas ropas. Llevaba una espada y un arco consigo en la espalda.
A pesar de que el chico de ropas negras tironeaba a su hermano, éste último no quitaba la vista hacia la zona donde estaba yo. Según Dotour, los tipos de los recuerdos no podían sentir, presenciar ni mucho menos hablar con las personas que están viendo el recuerdo, por lo que esto fue sumamente extraño. Antes de que Drott y su hermano desaparezcan de escena, unas ondas oscuras aparecen de la nada, destruyendo las imágenes y todo a su paso. Finalmente, vuelvo en sí en la habitación de la fuente, con Xavi y Dotour a cada lado.
El alcalde Dotour me sacó de la habitación y me llevó a otra habitación del establecimiento, la cual era privada y tenía una llave propia. Al entrar en esa nueva habitación, pude ver varios cuadros que estaban ordenados de corrido por la pared de la izquierda. A continuación, Dotour continuó: “Éste es el cuadro (indicando la primera) que muestra al Primero de Todos. Él vivió en las tierras ubicadas más allá de las nubes: Celéstea. Ya conoces sus detalles”. El cuadro enseñaba a un joven, con la misma apariencia del personaje del recuerdo y parecido a mí, que levantaba una espada dorada y encima de ésta, estaba el Cristal Dorado. Luego pasamos al segundo cuadro. Aquí se mostraba a un joven con las mismas ropas, pero menos parecido al joven anterior y aún más conmigo. Éste se encontraba parado y con los brazos levantadas diagonalmente. En la mano derecha le salía fuego, mientras que en el izquierdo agua. Ambas energías generaban electricidad en medio de todo. El cuadro enseñaba un soplido del viento y también una imagen “movida”, como si un temblor hubiera ocurrido dentro del cuadro. Además, el fondo era completamente oscuro. Dotour contó acerca de este personaje: “Él es el Segundo de Todos: El Dominador Elemental. Su nombre era Brettonio y fue el segundo antihéroe, que vivió en Hyrule y podía dominar el poder del fuego, agua, electricidad, tierra, aire y un poder que pocos pueden hacerlo: el poder de la magia oscura. Tenía un increíble poder y manejaba cada fuerza elemental mejor que el antihéroe anterior. Falleció siendo un anciano”. A continuación, pasamos a ver el tercer cuadro. Había otro joven más también distinto, pero con los típicos rasgos parecidos al primer personaje y a mí. Vestía las ropas del antihéroe y la espada dorada, igual que el primero. El cuadro mostraba a este joven con varios detalles alrededor de él, demostrando que estaba corriendo a una rápida velocidad. Dotour comienza a hablar: “Éste es el Tercero de Todos: El Veloz. Su nombre era Brettio y fue el tercer antihéroe, nacido en Hyrule y criado en Términa. Tenía por característica especial ser un corredor extremadamente rápido, incluso se podría decir que fue el más veloz de la historia de todos los mundos. Hacía uso de su velocidad para confundir y atacar con facilidad a sus enemigos. Durante su viaje estuvo bastante acompañado, según dicen. Él falleció al intentar salvar a su nieto, siendo ya un anciano”. Al terminar con el tercero, pasamos al cuarto cuadro. Aquí se veía a un joven que no portaba arma alguna, sino que un simple frasco pequeño con un líquido dorado en su mano derecha y enseñaba una sonrisa bastante irónica. A diferencia de los demás, éste vestía unas ropas elegantes: usaba una levita café, una camisa blanca debajo, medias de seda blancas, un sombrero de “pirata” con el mismo color de la levita y zapatos negros de hebilla. Dotour habló sobre este extraño personaje: “Él es el Cuarto de Todos: El Perfumista. No se sabe mucho sobre él debido a que muchas personas lo olvidaron a cuenta propia, ya que muchos pensaban que es un mal recuerdo. Aun así, igual tengo detalles sobre él. Él fue el cuarto antihéroe, nacido y criado en Términa, pero que pasó mucho tiempo en Hyrule y recorrió varios mundos. Su característica especial fue un tremendo desarrollo del olfato y su obsesión por los olores, lo llevó a confeccionar un perfume que ha sido denominado el mejor perfume de todos los tiempos. Se desconoce el poder de su perfume y cómo logró acabar con su villano, al igual que su paradero después de su éxito y del propio perfume”. A continuación, pasamos al quinto cuadro. Aquí se mostraba a un joven sentado en una pared, con la mirada perdida hacia el techo. Sin embargo, su mirada parecía estar fijo en una sombra que aparecía en el techo. Como otro detalle más, portaba solamente un arco que estaba flotando frente a él y con unas luces doradas rodeándolas. También no vestía las ropas del antihéroe legendario, sino que unas simples: camisa a cuadros de color rojo, una chaqueta café oscura, pantalones cortos negros y zapatillas grises. Parecía estar tomando un gorro en su mano izquierda. Dotour habló: “Éste es el Quinto de Todos: El Psíquico Solitario. Sólo una persona lo pudo recordar y entregó información sobre él. Su nombre era Bretto-Damus, vivió en Términa y tuvo como características especiales un gran desarrollo visual, además de sus extraños poderes psíquicos. Se dice que lograba dominar las mentes de las personas, ver espíritus errantes, atacar o defenderse sólo con la mente, etc. Como se muestra en el cuadro, él parece ver un espíritu en el techo y a la vez usa de sus poderes psíquicos para mantener el arco flotando. La persona que dio su información desconocía su paradero, pues había desaparecido”. Luego pasamos al sexto cuadro. Aquí se mostraba a un joven que vestía las ropas del antihéroe y usaba la famosa espada dorada. Éste tenía un rostro más sádico que los anteriores. No tenía muchos detalles, sólo que aparecía con una bola de energía oscura en su mano derecha y su rostro estaba lleno de cicatrices. Dotour habló: “Éste es el Sexto de Todo: El Mago. Su nombre era Bredini, nació y se crió en Términa, pero su mayor parte de la vida lo pasó en Hyrule. Sus características especiales fueron parecidas a las del antihéroe anterior, pero con más debilidad al referirse a usar los poderes psíquicos como arma. Tenía el don de atraer fácilmente a las personas y usar extraños poderes para hacer magia, incluso podía dominar el poder oscuro. Como puedes ver, en el cuadro aparece con un objeto mágico oscuro. Se desconoce su muerte, pero según los espectadores de su último truco, desapareció haciéndolo y no recuerdan nada, ni siquiera cómo desapareció”. Pasamos al siguiente cuadro, el séptimo. En este cuadro aparecía un joven con las ropas del antihéroe, aunque en muy mal estado. Su rostro parecía estar un tanto quemada, al igual que parte de las ropas. Usaba una espada diferente de los demás y enseñaba un rostro muy serio, siniestro. Sin embargo, detrás de él parecía haber una especie de sombra, que no se notaba con mucha claridad por el fondo negro de la pintura. Noté que Xavi miró con más seriedad este cuadro. Pronto, Dotour habla sin mucho entusiasmo: “No me gusta hablar tanto de éste antihéroe, pero habrá que hacerlo para que te informes… Éste es el Penúltimo de Todos: El Lógico y Estratega. Su nombre era Cradd, nació en Celéstea, fue criado en un mundo lejano a éste y parte de su vida lo pasó en Términa, Hyrule y otros lugares. Sus características fueron: gran desarrollo auditivo, muy inteligente y capaz de crear estrategias para acabar con facilidad a un enemigo; también era un muy buen observador a la hora de luchar. Gracias a mucho entrenamiento, él logró aumentar de fuerza sin ser notada físicamente, desarrollar su visión de lejanía, usar ataques con poderes mágicos y psíquicos, ser veloz para correr y por último, dominar la magia oscura, aunque esto último no lo pudo hacer con mucha efectividad. Se dice que está muerto, pero no está confirmado. Y si está vivo… su paradero sería completamente desconocido”. No entendía el por qué este antihéroe fue casi a forzadas mencionar y que Xavi se haya quedado mirando el cuadro por un buen rato, con seriedad y un tanto de nostalgia. Después de todo el misterio que se tornó en la habitación, Dotour me llevó al último cuadro. Sin embargo, no se pudo ver mucho de éste, ya que estaba casi con el 80% tapado con pintura negra o se encontraba en mal estado. Sólo podía ver unas luces doradas que resplandecían desde el centro de la pintura y dos de los antihéroes anteriores en forma de “fantasmas”.
Sólo respondí diciendo “Impresionante”. Antes de que la habitación vuelva a quedar en silencio, el alcalde recordó el motivo principal por la que Xavi me había llevado a ese lugar. Así que Dotour nos hace salir de la habitación de los cuadros y nos lleva a su oficina de nuevo. Allí, el alcalde nos entrega una llave para abrir una puerta y la clave del escondite Bomber, para así tener acceso al alcantarillado de la ciudad. Estos últimos eran una banda de niños de Ciudad Reloj que se denominaban “Sociedad Secreta para la Justicia”. Ellos suelen pasearse por cada área de la ciudad y ayudan a la gente. Dotour, Xavi y yo regresamos a su oficina, hubo una conversación nada interesante y finalmente, fui hacia el escondite Bomber junto a Xavi. Aquel lugar se hallaba al lado de la residencia, por lo que al salir inmediatamente fuimos al escondite. Estaba custodiado por un miembro de los Bomber. Al darle el código secreto, el niño creyó que Xavi y yo pertenecíamos a la banda y nos dejó pasar. La entrada consistía en un largo y estrecho pasillo. Apenas le entraba la luz solar. Si uno caminaba más adentro, empezarían los malos olores del alcantarillado y también se hallaban unas cuantas antorchas en las paredes para iluminar. ¿Por qué el alcalde nos envió a un lugar tan desagradable? Esa pregunta me la hice yo mismo y luego se la realicé a Xavi, quien respondió diciendo que en esa zona encontraríamos lo que buscábamos, es decir, la Espada Sagrada. ¿En un lugar así encontraríamos semejante reliquia? La cosa es que avanzamos por dicha zona oscura. Encontrábamos ratas por todos lados. El hedor del lugar era muy desagradable, sobre todo para mí que tenía el maldito olfato fuera de lo normal, tal como El Perfumista de años antes. Finalmente, tras pasar por varias zonas del alcantarillado, llegamos a un estrecho y largo pasillo y en el fondo del todo, había una puerta gris. Intenté caminar confiadamente hacia la puerta, pero Xavi me detuvo y dijo: “Cuidado. Este lugar no dejará pasar a los viajeros así como así”. Lo que decía Xavi era verdad, pues al voltear para mirar la puerta, una especie de sombra comenzó a levantarse desde el agua. La sombra tomó forma de un guerrero que se abalanzó a gran velocidad hacia mí y Xavi. Como estaba muy atento, mi compañero logró detenerlo dándola un simple corte con su espada. “No era nada especial. Fue sólo una advertencia de que este pasillo está asegurado”, dijo después. Tras lo ocurrido, Xavi empezó a avanzar sigilosamente conmigo detrás de él. En primera instancia, tres Skulltulas intentaron sorprendernos, pero tanto Xavi como yo nos percatamos de sus presencias y finalmente, fueron eliminados con facilidad. En segunda instancia, aparecieron varios esqueletos armados muy pequeños. Recuerdo haberlos vistos en el libro entregado por la princesa Zelda; se llamaban Stalkin. Tanto Xavi como yo eliminábamos a todos los que aparecían. Sin embargo, pronto me di cuenta que no me podía mover muy bien. Xavi se percató de esto y me sugirió que haga un “ataque circular”. Consistía en cargar el arma con todas las fuerzas con ambas manos y soltarlo con un rápido giro, cortando todo lo que esté alrededor. Así que eso hice y “mágicamente”, lo que me estaba inquietando desapareció, volviendo a mi velocidad original. Cuando todos los Stalkin fueron eliminados, Xavi me dijo que las cosas que me ralentizaban eran unas ratas muertas llamadas Ratas Ghoul. Uno no los puede ver ni escucharlos, ya que están en forma de fantasmas. Sin embargo, alguien con percepciones bastantes, llegando a las de un animal, podría sentirlas o incluso verlas. La única forma de quitárselas era con un ataque circular. Tras la explicación, continuamos avanzando y aparecieron otros seis esqueletos, aunque más grandes. Estos avanzaban bastantes lentos, usaban ropas de guerreros medievales y portaban una espada y un escudo. También recordé haberlos vistos en el libro de Zelda; se llamaban Staltroop. Justo después de verlos, Xavi me dice que retroceda, advirtiéndome en el proceso que tenga cuidado con los gritos de aquellos enemigos, ya que paraliza y me deja completamente indefenso. Como no me podía acercar, se me ocurrió la idea de usar el arco. Al ver este gesto, Xavi saca unas extrañas flechas que parecían estar combinadas con bombas. “¿Pero cómo lo ha hecho? Qué ingenioso”, me dije a mí mismo al ver esto. Así que usé las flechas sugeridas por Xavi y se las disparaba a cada Staltroop. Como cada uno necesitaba dos impactos y Xavi me dio solamente diez flechas-bombas, a él le quedó mucho más fácil atacar al último que quedaba. Así que mi compañero se acercó a él a una velocidad increíble, le dio un rápido corte horizontal, luego dio un salto encima de él, provocándole otro corte más en la cabeza en el proceso, y lo remató con una estocada desde atrás. “A esto le llamo el Rompeyelmos”, dijo Xavi después, con una sonrisa dibujada. Realmente, eso fue la técnica más impresionante que vi de Xavi sólo hasta ese momento. Después de los Staltroop, aparecieron unos cuantos enemigos más que eran más fáciles de destruir. Al estar lo suficientemente cerca de la puerta, creyendo que íbamos al fin tocar la manilla y entrar a la habitación esperada, Xavi me detiene de nuevo. Éste siente una presencia cerca. Yo empecé a mirar a los alrededores para intentar ver algo. Cuando tocó voltearme, veo otra sombra más que estaba armado, aunque no era un guerrero. Esta sombra era más espesa a la anterior y se parecía un poco a Xavi. Llamo la atención a mi compañero, diciéndole que volteé también y al ver la sombra, se sorprende. A continuación, éste me dice: “este enemigo es más poderoso que los anteriores y no nos dejará entrar a los dos a la habitación, a menos que uno de nosotros lo elimine. Ve tú, yo enfrentaré a esta cosa. Coge la Espada Sagrada y si ves una salida en esa habitación, sal por ahí. Pero si el acceso a la espada está sellado, tendrás que esperarme. Por nada del mundo salgas de esa habitación; no te preocupes por mí, estaré bien”. Hice caso a Xavi. Me dirigí a la puerta gris y cuando volteé para ver lo que sucedía, una especie de pared de luz me separaba a mí de Xavi y la sombra. No había vuelta atrás. Lo único que podía hacer era entrar a la habitación. Ni siquiera podía ver la batalla de Xavi con la sombra extraña. Volví a dar media vuelta, tomé la manilla y abrí la puerta gris. Al fin pude entrar a la misteriosa habitación. Era una sala común y corriente. Constaba de un suelo blanco, cuatro paredes pintadas de negro, un techo también de color negro, pero con unas raras estrellas que se veían muy bien debido a la oscuridad de la habitación, seis antorchas y en el centro de todo, un pedestal con una espada clavada en ella. ¿La Espada Sagrada? ¿Tan fácil pude tener acceso a ella? Aunque, bueno, el trabajo duro lo había hecho Xavi, después de todo… Me acerqué al pedestal lentamente, preparado por si alguna trampa aparecería. Afortunadamente, no hubo nada extraño. Cuando ya estaba lo suficientemente cerca, pude llegar a leer lo que decía el pedestal de la espada: “Aquí yace la Espada Sagrada, objeto protector y guiador del antihéroe de la leyenda, y que no podrá ser empuñada por otro individuo”. Era la única y auténtica Espada Sagrada. Era la misma espada que aparecía en las pinturas vistas anteriormente. Sin embargo, su diseño era diferente al que se presentaba en los cuadros: no estaba con su típico color dorado, la empuñadura estaba de color gris, un adorno celeste de la empuñadura estaba de color rojo y la hoja parecía la de una espada común y corriente (en los cuadros parecía tener unos dibujos en la parte baja de la hoja y antes de la punta, se ensanchaba un poco más). ¿Será verdad todo lo que me dijo Xavi antes del viaje? Es decir, que la espada ha perdido su poder natural. En cuanto al diseño era cierto, pues estaba presenciando el cambio, así que era cierto esto último. Sin más preámbulos me acerqué aún más la espada, preparándome para empuñarla. Como detalle extraño, al estar cada vez más cerca de la espada, sentía una extraña corriente o energía a mí alrededor, pareciendo que algo o alguien estuviera girando en torno mío. Finalmente, tomé la empuñadura de la espada con las dos manos y antes de sacarla, los dos elementos que había obtenido hasta entonces, el de la tierra y del fuego, salieron de la nada a través de mi cuerpo, como si estuvieron dentro de mí. Entonces, ambos elementos cargaron de energía y la espada tomó ambas fuerzas, absorbiendo las piedras elementales. A continuación, la espada emite una luz dorada muy fuerte y al final, la empuñadura cambia a un color negro, con algunos rasgos dorados; la hoja de la espada recibió un dibujo en la zona baja y antes de la punta, se ensanchó un poco. Estaba igual como en las pinturas, pero faltaba el dorado en la hoja, el punto celeste de la empuñadura y el diseño de “alas de murciélago” en la empuñadura misma. Cuando todo pasó y dejé de contemplar la espada, decidido la saqué de su pedestal. No ocurrió nada nuevo o algo impresionante, sólo la quité de su pedestal. Tras esto, Xavi apareció de la puerta gris diciendo: “Así que al tomar la espada, toda la guardia del pasillo desaparecía… Debí haberlo previsto”. Sonreí al escuchar su frase y volví a mirar la espada. No sabía el por qué, pero al tenerla empuñada sentía que podía acabar con cualquier enemigo que se cruzara. Sentía que podía ser insuperable, acabaría con todo y podría enfrentarme sin dificultades al autor de las explosiones en Hyrule y Términa. Luego dejé la Espada Kokiri y la cambié por la nueva. La funda de mi nueva arma estaba en una mesa chica a un lado de la habitación. La hoja de esta espada era mucho más larga que la Kokiri. Al fin no me tendría que acercarme demasiado a mis enemigos… Obviamente, la antigua espada tendría que llevarla conmigo todavía para devolvérsela a los niños Kokiri. Aún en la habitación, mientras ambos estábamos sentados y yo miraba la espada nueva, le pregunté a Xavi el por qué Dotour no quería hablar de Cradd y también por qué él se puso más serio de lo normal. Sin embargo, Xavi respondió tan solo diciendo: “Más tarde te cuento” y luego me invitó a salir. Por dentro pensaba que me estaba ocultado algo importante, una historia que contar, pero por fuera sólo afirmé a su invitación. Así que salimos de los alcantarillados y regresamos al lugar de donde vinimos. De nuevo en Ciudad Reloj. Por la tarde, como estaba libre y con permiso de Xavi, decidí ir a visitar a Prímula. El viaje lo tomé con la espada nueva y con el gancho “prestado” de Linik/Raúl. Me di cuenta que la nueva espada era mucho más poderosa que la anterior, ya que acababa con los Stalchilds de un solo corte. Sólo lo hice de prueba, pues ellos no me atacaban, sino que me quedaban mirando solamente. Al llegar al Cañón Ikana, hice uso del gancho y finalmente, llegué a la famosa casa de Prímula y su padre. Fui recibido muy amablemente, tanto así que me dieron almuerzo, aunque yo haya renunciado en primera instancia su invitación. Pasé el resto del día junto a Prímula, contándole todo lo que ha estado sucediendo hasta el momento en que llegué a su casa. Le impresionó el acontecimiento ocurrido en el mundo cruel, con la arañita gigante invasora, y también la obtención de la Espada Sagrada. El resto del día no ocurrió nada más interesante, así que no tengo más para contar de ese día. Al atardecer me despedí de la pequeña familia de Ikana y tomé rumbo hacia Ciudad Reloj. Como volví a través de la puerta este, no tardé nada en llegar a la posada. Cené antes de ir a la habitación de huéspedes y cuando ya estaba allí, me recosté en la cama hospedada. Una hora más tarde aproximadamente, regresó Xavi tras haber deambulado por la ciudad. Antes de dormirnos, estando cada uno recostado en su respectiva cama, le volví a preguntar a Xavi el por qué él se puso muy serio al quedar mirando el cuadro de Cradd y también por qué Dotour no le gustaba hablar acerca de él. Xavi respondió contando una historia: “A Cradd lo conocí cuando él era un niño de diez años, igual como te conocí a ti. El Rey me envió al mundo humano para protegerlo y ayudarlo en su futura misión en estos mundos alternos, ya que no sabría qué hacer y también no entendería mucho la historia de todo esto. Digamos que lo ocurrido con Cradd fue lo mismo que contigo hasta ahora; vivía en el mundo humano, viajó a Hyrule, a Términa, obtuvo el Elemento de la Tierra, del Fuego y empuñó la Espada Sagrada. Luego también obtuvo los elementos del Agua y del Aire. Estaba muy contento por lo que había hecho, hasta entonces. Todo iba bien, con los poderes de los elementos absorbidos por la espada, hasta que llegó un día que varios conocemos. Lo denominamos El Día de la Traición”. “Para empezar con esto último, debo contarte algunas antes. Como ya sabrás, Cradd nació en Celéstea y cayó al mundo humano por descuido de su madre. Tiempo después salió a la luz un comentario de un anciano hombre diciendo que el Último de Todos los antihéroes iba a nacer en Celéstea, sería criado en un mundo lejano al de los Hylians y que su camino comenzaría cuando crezca, siendo un simple niño. Yo y la Familia Real de Hyrule nunca supimos el verdadero número y orden de antihéroes. Tampoco sabíamos el nombre de los antihéroes, sus características ni tampoco el poder que llegaría a tener este último, pero con lo que había ocurrido antes todos pensamos que ese bebé caído desde Celéstea, sería el último antihéroe de todos. Así que pocos años más tarde, el Rey me encomendó la tarea de proteger, ayudar y enseñar todos mis conocimientos al nuevo antihéroe”, continuó. “Al conocerlo en el mundo humano, me sorprendió su tremenda relación con la gente. Era amable, sonriente, tenía muchos amigos y siempre le gustaron los juguetes de armas medievales, como las espadas y escudos, además de los videojuegos, música, etc. Un defecto que tenía era que le gustaba molestar por los defectos físicos a los demás y era muy engreído. Más tarde conoció Hyrule. Quedó completamente impresionado por el lugar, recorría toda la pradera felizmente y se hospedaba en el castillo mismo bajo la orden del Rey. Se podría decir que Cradd era alguien muy afortunado”, seguía nostálgico. “Luego llegaría el momento en que su viaje comenzaría. Logró obtener con facilidad el Elemento de la Tierra y del Fuego. Ambos elementos las obtuvo enseñándole varias técnicas, entre ellas el aumento de su visión, tal como lo hice contigo. Luego obtuvo la Espada Sagrada y muy pronto, los dos elementos finales. Los poderes de los elementos se absorbieron a la espada y entonces, era completamente indestructible y poderosa. Tanto Cradd como yo pensábamos que la Espada Sagrada respondió en su totalidad a Cradd como el antihéroe que la portaría. Sin embargo, nos dimos cuenta que cada vez que él usaba la espada contra sus enemigos, el aura del arma comenzaba a rechazar sus movimientos, hasta intentaba manejarse por sí sola. Incluso, un día Cradd me dijo que la Espada Sagrada soltó una voz en telepatía pidiéndole que él se alejara de ella y no la usara nunca más. No podía creerlo, era imposible. ¿Cómo la espada rechazaría al antihéroe legendario?”, seguía. “Tras esto, como un hecho de que la oscuridad comenzaría a atormentarle, Cradd se enteró de que su familia del mundo humano, a quienes los trató siempre como sus padres biológicos a pesar de que no lo fueran, fueron asesinados por unos malandrines como venganza de la vida imposible que les hizo él a ellos y también, por deudas del pasado. Cradd se hundió sentimentalmente con esto y por ello, la Espada Sagrada lo rechazó completamente. Como él estaba cargado de rabia, no le importó en absoluto los pensamientos del arma y tomó la espada de igual manera para utilizarla a fines malvados. Como la espada quería ser liberada, no le quedó más remedio que destruirse a sí misma, rompiendo su sello como espada del antihéroe y como única espada que podría acabar con un líder demoníaco, destruyendo también su diseño completo, dejando de lado los elementos y no despertar de nuevo hasta que el verdadero antihéroe, es decir, el Último de Todos, llegue hacia ella y le entregue el poder necesario”. “Luego de todo aquello, Cradd devolvió la espada a su pedestal y en ese mismo momento, según él que me contó la historia después, sintió otra voz parecida a la de la Espada Sagrada. Ésta lo llevó a otro pedestal en una habitación que no ha sido hallada en la actualidad. Allí, Cradd empuñó una espada idéntica a la Espada Sagrada, pero de color más oscuro. Más tarde, según la historia que me contó uno de los sabios, Rauru, dijo que Drott logró convencer a Cradd para renunciar su ‘cargo’ como antihéroe y obtener más poder de lo que tenía, siendo llevado al poder de la oscuridad y a la vez, convirtiéndose en un discípulo de Drott, el líder demoníaco que debía ser eliminado y que sólo la Espada Sagrada podía acabar con él. Yo no podía, ni tampoco quería, creer la historia de Rauru, pero pronto me di cuenta que Cradd estaba cambiado y sólo mantenía pensamientos negativos y malévolos, diferente a cómo era antes”. “Como la persona que debía proteger salió inesperadamente fuera de los planes llevados a cabo, pedí al Rey una autorización para dejar mi puesto como protector de Cradd. El Rey creyó mis palabras y me dejó en libertad. Estaba listo para descansar nuevamente y esperar a un nuevo llamado, sin embargo, Dotour me encontró en el camino y me llevó a su residencia. Allí dijo que me estaba buscando por varios años y luego, me enseñó toda la historia de los antihéroes, dándome cuenta que Cradd no era el último, sino el penúltimo de todos los antihéroes. Me había dado cuenta que protegí al equivocado… Entonces quedé con una duda que nadie ha podido resolvérmela, ni siquiera hasta el día de hoy: ¿por qué Cradd aparece como un penúltimo antihéroe, si al final de cuentas se transformó en un enemigo? Finalmente, después de esto decidí ir a mi descanso y Cradd desapareció sin dejar rastro, traicionando a todos y en mayor parte, a mí y a Hyrule”, concluyó. Menuda historia me contó Xavi antes de dormir. Además, para dejarme con más intriga e impaciencia, finalizó diciendo: “En una instancia, Dotour dijo que el último antihéroe tomaría poderes increíbles, aunque eso dependería del camino que tomase el antihéroe. Para ser honesto, a la palabra “camino” le temo en esa frase. ¿Por qué? Pues si en realidad fuera así el caso y el antihéroe decida ir por un camino oscuro que el camino destinado para él, igual como sucedió con Cradd, significaría la perdición de todo, ¿no? Así que… Brett, si de verdad eres el Último de Todos, como todos están diciendo últimamente, por favor, no elijas un camino erróneo, que los sentimientos no te ganen y cumple tu destino”. Quedé corto de palabras. No mucho por lo que me pidió, sino que por toda la historia que cargué en un solo día. Tantas cosas que me enteré de un rato a otro y ahora me tratan como el Último de Todos. Ahora entendía el por qué todos me decían “te pareces mucho a él”; eso significaba que me parecía demasiado al primer antihéroe… Después de oír lo último de Xavi, afirmé enérgicamente y prometí que no pensaré en otra cosa para dejar mi destino, es decir, enfrentarme y eliminar a Drott. Lo que todavía no entendía era… ¿Por qué “El Vengador”? En la habitación de Drott, uno de los líderes demoníacos, estaba él mismo riendo en su cama. Por otro lado, el hombre barbudo se acerca a él, con su típico paso lento y su postura encorvada.
Tras aquello, el hombre barbudo, con su identidad revelada: Cradd, levanta la mirada sorprendido, da media vuelta y queda mirando a un sonriente e irónico Drott, quien empieza a aplaudir y a reír sarcásticamente. A continuación, Cradd susurra para sí mismo diciendo: eres un verdadero monstruo… |
Capítulo 26
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Prima Querida |
Y entrenando para el futuro.
Amaneció el día para regresar al portal que conducía al mundo cruel. Así que tras un breve desayuno junto a los huéspedes de la Posada del Puchero y también con Xavi, nos preparamos para el viaje. Hicimos el mismo camino con el que había llegado, pero en reversa: entramos a la Torre del Reloj, bajamos, llegamos y cruzamos a las zonas de cuevas, usaríamos una especie de ascensor para llegar al Bosque Prohibido, cruzamos dicho bosque, llegamos a Hyrule y finalmente, nos dirigimos al portal para cruzarlo. Con todo este viaje, llegaríamos el lunes 22 por la noche o en el amanecer del martes 23. La noche llegó mientras caminábamos por el oscuro Bosque Prohibido. Xavi volvió a hacer uso de la carpa/tienda que llevaba, al igual como en el viaje de ida. Cenamos un poco y luego dormimos, sin antes pensar todavía en toda la historia que el alcalde Dotour me había contado. El Último de Todos, el que tendría todos los poderes. Me causaba un tanto de gracia todo lo que sucedía. No lo tomaba como una mala broma, solamente aún no lo podía creer totalmente. Amanece el día siguiente y continuamos con el camino de regreso. Este viaje fue más tranquilo que el de ida, pues los enemigos parecían estar más tranquilos. Parecía que ellos no notaban nuestra presencia y debido a eso no nos atacaban. La cosa es que avanzamos con más tranquilidad y finalmente, llegamos de noche al Bosque Kokiri, es decir, estábamos de regreso en Hyrule. No recibimos daño alguno durante el camino en el bosque, casi ni siquiera usamos nuestras armas, pues la causa ya la dije recientemente. Los niños Kokiri nos recibieron de buena forma y aproveché ese momento de devolverle su espada a Mido, aprovechando también de agradecerle por el préstamo. Luego salimos de allí, entrando al Bosque de Farone y luego salir a la pradera. Antes de que llegara el frío de la madrugada, Xavi se dirigió rápidamente al Castillo de Hyrule, mientras que yo al Rancho Lon Lon. Estando en el ya muy visitado rancho por mí, lo primero que hice fue saludar solamente a Talon, ya que los demás estaban durmiendo, luego comer un poco y con la madrugada ya caída, ir a dormir. Amanece el día siguiente. Tomo el desayuno en la casa del rancho, me quedo un rato dentro y parto de allí con la compañía de Xavi, que me fue a buscar a esas horas de las 10:30 u 11:00 hrs. Mientras lo esperaba dentro, Malon y yo conversábamos un poco y le contaba todo lo que había pasado mientras tanto, al igual como lo hizo ella posteriormente. Así que tras haberme despedido de todos, junto a Xavi partí hacia el mundo cruel. Por el camino aparecían los famosos Bokoblins, entonces Xavi me permitía acabarlos a voluntad propia con la mayoría. Como ya era algo esperado, la espada que tenía era de más poder que la anterior, pues ahora podía acabar con los Bokoblins solamente con un corte. En algún momento, un Peahat se levanta del césped sorpresivamente. Esto pasó por un error mío al ver que un Bokoblin se acercaba. Al acercarme yo también hacia él para encararlo y luego derrotarlo con facilidad, un Peahat, que estaba sobre una repisa y no era visible desde la zona en que estaba yo, se levantó y comenzó a acercarse hacia mí. Xavi se percata de esto e inmediatamente va hacia él, aunque con caminando solamente, para luego acabarlo en un, dos por tres. “Mira bien tu alrededor”, me sugirió Xavi. Luego de todos estos eventos menores dentro de Hyrule, llegamos al portal y lo cruzamos sin dudarlo. Habíamos regresado al mundo cruel. Mis cosas desaparecieron instantáneamente, pero Xavi tuvo que esconderlas a cuenta propia, dejándolas invisibles al ojo humano. Le pregunté el cómo podía combinar sus poderes del otro mundo al actual y su respuesta fue: “Soy tu protector, así que debo estar preparado para cualquiera cosa, ¿no?”. Tenía razón. Mi pregunta lo hice sin haber pensado en eso. Sin embargo, faltaba algo: el Trío Dinamita. Ellos no son protectores míos ni nada de eso, entonces… ¿qué pasó ahí? Después de salir del parque, Xavi se despide de mí y regresa a su casa, al igual como lo hice yo. Llegando a mi destino, la familia me recibió de buena manera, aunque el ambiente del hogar no se veía muy cómodo. Algo habría pasado mientras estuve ausente. Había pasado 18 de septiembre, fecha donde todos deberían ser felices. No. Mi familia no tenía las mismas vibras que en los días previos a la semana festiva. ¿Acaso hubo alguna riña entre familiares de mis primos con los míos? ¿O tal vez será una pequeña discusión típica de mi familia? ¿O tan sólo será cosa mía? No sé. Luego continuaría la rutina que siempre llevo en casa, así que no hay nada más especial. Amanece el día siguiente, miércoles. ¡Día corto de clases! Ese día inmediatamente le pregunté al Trío Dinamita acerca de sus transformaciones cuando los encontré vagando por el gran pasillo durante el primer recreo. Primero nos saludamos como debe ser y luego comenzaría ya la conversación que me interesaba.
¿Será verdad toda esa historia? ¿Realmente hay un grupo de Hylians, Terminianos y entre otras personas de distintas razas, que intentan destruir el mundo cruel? Eso sí que era nuevo. Nunca había imaginado algo como eso. Y pensándolo bien, el punto de vista que tiene esa organización hacia este mundo no es muy erróneo, a mí gusto… ¡Sería genial! Una destrucción de toda esta mierda, para luego vivir solamente en los “mundos maravillosos”. Adiós liceo, adiós familia que ni me quiere, adiós gente de mierda, adiós flaites… ¡adiós a toda la cosa asquerosa con la que he vivido! ¡Adiós mundo cruel! Sin embargo… no podría ver nunca más a Eileen, a Daniel, las drogas, a Aura… Encima tendría al Trío Dinamita como obstáculo para que no detengan las catástrofes, o al mismísimo Xavi, que de seguro sabría esto y también estaría a favor de proteger este mundo. En fin, ya no importa. De todos modos, sólo era un tipo de ilusión. Tampoco querría que todo se acabase, pues por algún motivo aún estoy en el mundo cruel, sino ya estaría viviendo para siempre en Hyrule o Términa, ¿no? El día continuó con su trayectoria normal. No tardó mucho en que se tocara el timbre de salida, por suerte. Se acercaba octubre y yo me estaba ya cansando de los estudios y de la típica rutina diaria. Quería salir de vacaciones de verano e ir a la nueva zona de Hyrule. Ya tenía ansias de obtener el Elemento del Agua. Además tenía una nueva espada para usar. Llegué a utilizarla muy pocas veces tras la obtención. Pero tenía que animarme. Sólo quedaban dos meses y unos días para que llegase diciembre. Con tan solo tener conocimiento de mis notas y si pasé de curso o no, estaría listo para partir a Hyrule. Los días pasaban y pasaban. No ocurría nada especial. Octubre era un mes lento, no había feriado alguno. Unos cuantos trabajos y exámenes se cruzaban por el camino en este mes. La rutina se hacía cada vez más agotador y las ganas de vacaciones aumentaban mucho más. Ya todos tenían su grupo de amigos, o algunos ya tenían su pareja para pololear. Ambos casos los tenía yo, aunque ni yo me lo creería: en caso de “grupo” estaría el Trío Dinamita y de pareja a Aura. Xavi sería mi mejor amigo, Dani el compañero y amigo de las clases, que a veces acompaña en los recreos, y Eileen la prima regalona. Sí, estaba más cariñosa y abrazadora de lo normal. Como logré tener amigos que me ayudasen, a pesar de que la mayoría no son humanos, pensaba en que mi autoestima ya estaba aumentando y que empezaba a tener más confianza en mí mismo, a la vez de tener a personas que me entendieran como soy. Ya no pasaría momentos más a solas, pues estaba Aura. Ya no creería que un típico grupo de molestosos me joderían la vida, ya que ahora estaría Xavi. Puedo tener a alguien con quien comentar cosas de la vida, porque ahí estaría Eileen conversando conmigo. También tenía al típico amigo que comparte gustos, pues Dani parece un alma gemela. Y también tendría al típico grupo que conversa tonteras, con el que me reiría de sus bromas y cuando hay que ponerse serio, todos deben estar serios, ya que el Trío Dinamita logró todos esos objetivos. Ahora bien, ¿yo estaba feliz del todo, o al menos parecía estarlo? Algo faltaba. Parecía que una sola cosa necesitaba para llegar a ser feliz y sonreírle a todos. Faltaba ese “tanto” que provocaría una felicidad parecida a la que me llegaba entregar la cocaína de Bastián. Tenía un grupo de amigos, el autoestima aumentaba, tenía alguien a quien contarle mi vida privada, tenía a un protector, tenía casi una vida perfecta en el liceo. No era el cansancio lo que no me hacía feliz. Era algo más profundo, mucho más importante. Si yo me siento feliz en los mundos maravillosos, donde tengo amigos y gente que me recoge de buena manera a vivir en sus casas, pasándolo bien en aquellos hospedajes… ¿Familia? Creo que eso era la cosa importante que faltaba… Parece que la cosa era más complicada. Ya saben, toda mi familia parece estar independiente. Cada uno por su lado, por su “mundo”. Uno está en los videojuegos, otro en la música y en el trabajo, una está en la cocina, tejidos y telenovelas, otra también en el trabajo y pagar cosas de la casa, un viejo a solas en su habitación y… yo. Apenas todos compartimos en la mesa los días sábados y domingos a la hora del almuerzo y/o la cena. Cuando se trata de charlas sacan temas que a mí no me interesan. Miran las noticias de la TV como si fuera una película de un género que llama la atención a todos los integrantes, excepto a mí y a Mateo. El viejo sube y baja de las escaleras para ir al baño, salir de la casa o volver a su habitación, sin saludar ni despedir. Logré tener amigos. Conseguí tener a gente a mí alrededor en el liceo, pero rearmar una “familia feliz” es otro tema, aún más cuando se trata de la mía. Con las breves descripciones se darán cuenta que lograr un objetivo como ese es como contar del uno al infinito. Creo que hubiera sido más feliz si viviera en casa de otras personas… pero si hubiera sido así, todas las cosas que les había contado, incluso las que estoy contando ahora, no hubiera existido nunca. Un día de octubre, que no recuerdo qué día fue, pero sí era un día largo, pasó algo inesperado en el liceo. Mientras yo estaba conversando con Eileen en el recreo largo, creo que fue en el patio o en un pasillo de segundo, tercer o cuarto piso de un pabellón, intentaba recordar algo acerca de un tema. Al recordarlo chasqué los dedos de la mano izquierda rápidamente y a continuación, sentí algo de calor en aquella mano y vi una especie de luz que salió de la misma, quedando allí al menos un segundo.
¿Era realmente fuego o una pequeña luz que apareció de la nada? Era imposible que alguien sacara una linterna del otro lado, pues no había nadie frente a nosotros e incluso la luz del día apuntaba con fuerza. ¿O tal vez me puse paranoico, tal como había dicho Eileen? Hasta ese momento muchas dudas se quedaron en mi cabeza y mientras conversaba, intentaba lanzar ese fuego o luz de la misma mano, chasqueando los dedos una y otra vez. Desafortunadamente nunca ocurrió tal cosa de nuevo. Sin embargo, cuando había vuelto a la sala y sin que nadie se haya dado cuenta, logré sacar el fuego una vez más. Sí, absolutamente era fuego. Después de eso no lo pude sacar de nuevo en todo el día. Muy pronto conversé con Xavi acerca del tema. Éste me contestó recordándome que mientras más elementos lograba obtener en los otros mundos, más posibilidades tengo de utilizarlos en cualquier lugar, así como él, Cristián, José y Sofy. ¡Genial! Esto me dio más ganas de obtener el tercer elemento, pero tenía que esperar hasta las vacaciones. No había recordado aquello… con eso que había descubierto, me di cuenta que podía dominar el fuego a voluntad propia, tanto en los otros mundo como en el mundo cruel. Desde ese mismo día intentaba una y otra vez chasquear los dedos, intentando sacar el fuego de la mano izquierda. Con la derecha también intentaba, pero jamás salía algo, ni aunque sea un poco. A medida que pasaban los días, el fuego salía más continuamente de la mano, hasta que llegó un día en que podía salir cada vez que quería. Como consecuencia de haber podido dominar el fuego, un día quedé mirando fijamente las brasas de una estufa, las cuales se estaban apagando. Finalmente, el fuego ardió con todas sus fuerzas. Me había excedido, así que no tuve otra alternativa que apagarla con agua de un balde. Casi quemaba la casa… Desde entonces intenté hacer lo posible para dominar completamente el fuego. Un día decidí pedirle ayuda a Xavi. Éste me dijo que también podía tomar la ayuda de Sofy, o más bien BRS, que también tenía conocimientos acerca del fuego. Cuando notó que podía dominar el fuego con la mano chasqueando los dedos, utilizar ese fuego para encender cosas y usar poderosas llamas utilizando un extraño poder psíquico (las que utilicé con la estufa), Sofy decidió entrenar éste último recurso, encendiendo cinco velas a la vez sin que se derritan, obviamente. Era algo imposible, en ese entonces… El entrenamiento se desarrollaba en una zona oculta del gimnasio semi-destruido, la cual estaba en reparación todavía. Ya estando a finales de octubre, el entrenamiento estaba casi a la mitad. Podía encender solamente dos o tres velas exitosamente a la vez, pero no podía con las otras dos: o el fuego se excedía y derretía las velas, o el poder del fuego era muy mínimo y no se encendían. Sofy, aburrida de que el entrenamiento se estaba prolongando mucho, se convirtió en su forma original. Usando las llamas azules de su ojo izquierdo logró encender las cinco velas sin despeinarse. Luego las apagó y volvió a encender las cinco a la vez, esta vez usando su cañón. ¡Eso sí que parecía imposible! Pero lo logró… Increíble. Para terminar, me dijo fríamente que si quería llegar a ser el “famoso antihéroe”, debería hacer eso con facilidad. La personalidad de BRS es casi todo lo contrario a la de Sofy… Un par de días después, llegó José para un nuevo entrenamiento que incluye tres habilidades: la velocidad, precisión y visión. Esto ayuda mucho a tener reflejos para esquivar y/o contraatacar. Consiste en una máquina que escupe pelotas de béisbol, las cuales debo ir bateándolas con éxito. José me dio una muestra de cómo se hace, colocando la dificultad de la máquina en “Normal”. Luego me tocó a mí, dejando la máquina en el nivel “Principiante”. Las pelotas salían muy lentamente, pero lograba darle una o dos y luego erraba, para seguir dando una o dos y errar otra vez. Minutos más tarde llegó Sofy, convertida en BRS, y me obligó a continuar con mi entrenamiento con el fuego. De mala gana hice caso. BRS retó a José para ver quien es mejor bateando pelotas. Así que él aceptó y dejó las máquinas en modo “Experto”. Cuando todo estaba listo, comenzaron con su pequeño juego de pasatiempo. Era impresionante, lograban dar con toda bola que salía de la máquina. Yo estaba boquiabierto mirando. Parecía que conversaban algo mientras hacían el entrenamiento, pero por el ruido de las máquinas (que eran tres y cada uno usó una) y de las pelotas que chocaban con las paredes, no se escuchaba nada. Yo estaba detrás de ellos. No me podría llegar una pelota porque estaba protegido de un pequeño cerco. Completamente desconcentrado de mi entrenamiento y viendo cómo los otros dos le daban y le daban a las pelotas, yo pensé: “Es verdad lo que me dijo BRS el otro día… Si quiero llegar a ser el tan nombrado antihéroe, debería conseguir dominar el fuego y batear todas las malditas pelotas de béisbol en modo experto… Pero sólo logro quemar todas las velas y errarle una y otra vez a las pelotas en modo principiante”. A continuación, me dio un pequeño ataque de rabia por mí mismo y grité: “¡MALDICIÓOON!”, provocando que llamas salgan descontroladamente de mi cuerpo y queme todo lo que estaba al frente de mí, es decir, las velas, la cerca, las pelotas e incluso… José y BRS. Inmediatamente me tranquilicé y quedé mirando un tanto asustado por los chicos y sorprendido por mi poder. Sin embargo… José había quedado solamente con un bóxer negro y BRS con su cañón, con el 90% de su traje quemado.
Después de esto, tan sólo recuerdo que ella misma me apuntó con su cañón y sin darme cuenta, todo quedó completamente oscuro. Despierto en la misma zona de entrenamiento. José todavía estaba allí, pero BRS ya se había ido. Antes de reincorporarme recordé de inmediato lo que había hecho antes de caer inconsciente por una supuesta bala proveniente del cañón de BRS. Miraba a los alrededores y todo no parecía estar tan quemado, después de todo. Cuando ya me reincorporé completamente, José prefirió que dejase el entrenamiento de las pelotas para otro día. Hasta entonces mejor sería dominar el fuego completamente, para evitar sucesos como lo ocurrido anteriormente. Pasaban los días y llegaba noviembre. Éste era el mes en donde uno puede decir en los últimos días: “ya está hecho”, o también puede decir: “debo esforzarme un poco más”. También son los días cuando algunos alumnos ya no vienen más a clases, debido a que saben sobre su reprobación y no tienen alternativa alguna. En mi caso no podría decir nada, pues todavía no sabía mis notas y además, faltaban muchas otras para acabar el año escolar. Ver las notas era un tanto imposible, pues el profesor jefe, como ya he dicho anteriormente, no ha tenido mucha simpatía conmigo… Y entonces no creo que me dejaría el libro de clases para ver mis notas. Podría hacerlo a menos que pudiera colarme con un grupo de alumnos, pero como el cursito lindo que tenía no me gustaba mucho… Cuando se trataba de hablar acerca de la clase, en la mayoría de los casos se escucharán comentarios negativos de mi parte. No me gusta. Hay un inmenso grupo flaite. También otro grupo de chicas que conversan y conversan. Un pequeño grupo de chicos “gamers”, que uno o dos son molestados por los flaites. Un homosexual que se junta con dos o tres chicas. Un inteligente, al que siempre le piden las respuestas en los exámenes y luego es abandonado e incluso molestado. Otros tantos que ni conozco y no me interesan. Un profesor que me rompe los huevos. Sólo salvarían el Trío Dinamita y Daniel. Sólo ellos. Continuando con el tema de mi entrenamiento, se podría decir que ya me estaba aburriendo. No podía dominar nunca el estúpido fuego y ahora sólo podía llegar a batear tres o cuatro pelotas de béisbol. José y Sofy ya no eran tan estrictos, pero siempre me alentaban para que continuara con el entrenamiento. Si no fuera por ellos, no estaría continuando. Así que seguía esforzándome más y más… pero no podía. En las velas siempre quedaba atascado encendiendo dos o tres a la vez. Sólo un día pude hacer cuatro, pero no pude hacerlo de nuevo. Pareciera que realmente no merecía el puesto de antihéroe… Ahora bien, dejaré un rato el lado de los entrenamientos y volveré a lo que hablaba comúnmente cuando estaba en el mundo humano: mi estadía con las personas. Con Sofy y José… bueno, ya saben lo que están haciendo conmigo. Cristián ha estado un poco más apartado, pero de igual manera conversamos durante los recreos cuando estamos todos juntos. Los flaites están tranquilos, al menos conmigo. Ahora eran las chicas las que jodían un poco, incluyendo al profesor jefe… Cuando nombro a Aura, a Dani, a Xavi o a Eileen, no se necesitarán tantos detalles, pues ya se sabe cómo y en qué momentos converso con ellos. Pero… Daniel… hasta ahora me sigue pareciendo un completo misterio. No sé en dónde vive. Muchas veces se queda en el liceo tras tocarse el último timbre. No habla con muchos. Apenas les habla para dar algunas respuestas de exámenes o tareas y cuando tiene que prestar algún objeto, como un lápiz. Todavía recuerdo cuando empujó a Diego en el camarín, en aquellas épocas cuando no conocía casi nadie, y Dani lo envió lejos. Teniendo un brazo un tanto delgado envía lejos a alguien robusto como Diego. No parece ser un típico Hylian que se hace pasar humano en el mundo cruel, pero mis sospechas iban aumentando y la curiosidad para saber quién era realmente Dani, comenzó a picar. Aura, o “Auri”, como le digo yo cuando conversamos. Con ella todo ha ido normal. Ella ya me presentó a su familia y yo la presenté a la mía. Todo esto ocurrió en el mes de octubre. Ambas familias eran algo parecidas cuando se trata de cuidado a sus hijos, pero en convivencia era completamente distinto. Mientras mi familia era independiente, ellos permanecían juntos. Aura y su hermano mayor parecían ser los más aislados de allí, pero cuando la oportunidad de hablar para cada uno y convivir con el resto de la familia llegaba, ahí estaban. Me recibieron de muy buena manera, igual como lo hizo mi familia con Aura. Eso estaba bien. El resto estaba todo normal; ella feliz, yo feliz. La complicada era Eileen. Por más tierna y amable esté conmigo, más oscuro y triste estaba su interior. Así lo podía sentir yo cada vez que me abrazaba o incluso la veía. No parecía estar triste por su antigua separación con Raúl. Era algo distinto, pero no sabía qué… Cada vez que intentaba llegar a un tema como este, ya sea indirectamente o preguntándole, ella lo evadía inteligentemente. Además, por cada abrazo que me daba Eileen y Aura estaba cerca para presenciar la escena, podía sentir los celos de ésta última. Yo le preguntaba si estaba bien o mal que estuviese muy cerca de Eileen, pero Aura insistía diciéndome que no importaba, a pesar de que podía sentir sus pequeños celos en las palabras. Eso era antes que no podía sentir… ¿Acaso los poderes psíquicos iban aumentando? Pero bien, esto último no es el tema. Lo importante era eso, que Eileen no estaba del todo bien. Respecto a mí… ya estaba aburrido de las clases y entrenamientos. José y Sofy continuaban insistiéndome. Estábamos a mediados de noviembre y estaba por acabar el entrenamiento con el fuego. Mientras tanto, con las pelotas de béisbol aún era un desastre. Quizá necesitaba un poco más de mis poderes “extras” que obtengo en Hyrule. Ya saben, tengo muy poco en el mundo cruel. Apenas puedo utilizar el fuego y, al parecer, hacer uso psíquico inconscientemente. Así que entrenando continuamente, llegó por fin el día en que pude encender las cinco velas exitosamente. Llamé de inmediato a Sofy para enseñarle las velas encendidas, pero no me creyó hasta que lo intentase frente a ella. Hice el intento, pero no pude. Entonces me dijo: “Supongo que lograste hacerlo, pero todavía no lo dominas. Sigue intentando, te falta muuuy poquiiito”. Exacto. El entrenamiento no era encender las cinco velas a la vez con la mente, sino dominar el fuego… Aún me faltaba. Como ya pude encender las cinco, dejé a un lado los pensamientos vagos y me esforcé todavía más en dominar el fuego. Fue tanto así que en algunos recreos no me juntaba con Aura, Eileen o algún amigo, sino que iba directamente a la zona de entrenamiento. Algunas veces no podía, ya que había gente de la reparación del gimnasio. Pero no sólo lo hacía en el liceo, sino que también intentaba hacerlo en casa. Como ya no derretía las velas excediéndome con el fuego, entonces podía usar otras velas sin preocuparme. Esto lo hacía en mi habitación. Ya no miraba mucho la TV, sino que continuaba esforzándome en el dominio del fuego. Llegó un día de noviembre en que invité a todo el Trío Dinamita y a Xavi hacia mi zona de entrenamiento. Con una mentalidad ganadora y un tanto engreída de mi parte, los llevé a la típica zona donde todavía están las cinco velas puestas en el suelo, esperando ser encendidas todas a la vez. Los cuatro invitados se pararon frente a las velas y yo me senté en el lado opuesto, también frente a las velas. Quedé mirando cada vela. Concentraba mi mente y energía. Pasaron unos diez segundos y… ¡Listo! Encendí las cinco velas a la vez. Tanto Cristián como José y Xavi me aplaudieron, pero Sofy las apagó y me dijo que las vuelva a encender. Esta vez ni siquiera me concentré y con tan sólo chasquear los dedos de la mano derecha, sin que me salga fuego en la mano, y mirando engreídamente a Sofy, encendí las cinco velas a la vez de nuevo. Al fin lo había dominado. Pasaban los días y ya quedaba una sola semana para que llegase diciembre. Esta última semana estaba plagado de exámenes y trabajos. Los alumnos de Cuarto Medio se preparaban para su licenciatura. Unos cuantos varones se vestían de terno algunos días y las chicas con su traje propio. Algunas parecían modelos de belleza profesionales, incluso. Mientras los “niñitos” de primero y segundo medio babeaban viendo a aquellas que parecían “modelos de belleza”, los de tercero se reían y conversaban con algunos de ellos. Claro, los de tercero deben hacerle una fiesta a los de cuarto, entonces deben ponerse de acuerdo. Esa es una fiesta aparte y mucho más informal que la famosa Fiesta de Gala de Cuartos Medios, una que se desarrolla días después de la licenciatura y en donde se reúnen todos los alumnos ya licenciados. Un día de esta semana y otro de la semana siguiente, pasaron hechos que realmente deben ser contadas. La primera es completamente inexplicable, mientras que la segunda era esperada y a la vez inesperada. Obviamente comenzaré con el primer hecho. Ocurrió justo el día viernes, día en que se acababa la semana de arduo trabajo al tratarse de tareas y esas cosas. Tras haber tocado el timbre de salida, salí de la sala y me encontré con Aura en el típico pasillo del pabellón A. Ella me dice que la acompañase para comprar algunas cosas en una tienda ubicada al final de la calle Lynch, una calle del lado sur del liceo. El problema es que había quedado con Eileen para también acompañarla a Falabella y también a otros lugares más. Acepté a la salida con Aura, pero faltaba ponerme de acuerdo con Eileen. Ésta última se encontraba esperándome en la puerta de salida. Los tres terminamos reuniéndonos. Allí fue donde todo tuvimos que ponernos de acuerdo.
Fue muy amable de su parte… Entonces tras una amorosa despedida de Aura, como siempre lo hacía, se fue sola de compras. Sentí algo de lástima, más aún por la frialdad con la que Eileen le habló. No inicié una conversación con mi prima acerca de eso justo después de partir. Además, ella fue la que comenzó. Inició contando algunas cosas que hizo en las clases, cosas que no me interesaban mucho, pero de igual manera la escuchaba y le respondía alguna que otra cosa al azar. No tardamos mucho en llegar a Falabella, pues caminamos un poco rápido y además, la tienda no está demasiado lejos del liceo. Aura podría habernos acompañado si así lo deseara, pero como si fuera casualidad, también estaba apurada. Eileen y yo entramos a la tienda y ella comenzó a revisar distintos tipos de ropa. En varias ocasiones se cambiaba y me preguntaba si le quedaba bien o no. Tardaba mucho, se podría decir que estuvo más de treinta minutos dentro. Y así decía que estaba apurada… Ya muy tarde se decidió. Después de Falabella, Eileen dijo que aún la acompañe a ver algunas cosas en otras tiendas, mientras conversábamos temas no importantes. Pasamos en tiendas como La Polar, Corona, Tricot y una galería llamada Rombocol. Allí Eileen compró un par de aros y visitó varios locales, especialmente donde hay piercings y otras donde se hayan joyas. Terminamos dirigiéndonos al mall. Le pregunté para qué me quiso llevar a ese lugar y me respondió diciendo que era una invitación para ir a la zona de juegos. Ahí me preguntaba, ¿por qué primero no pasamos al mall junto a Aura en primer lugar y luego ir a las tiendas, además de que este lugar estaba más cercano al liceo? Además, si estaba tan apurada, ¿entonces por qué me invitó a los juegos del mall? Me aburrí de ser paciente y ser el típico huevón que está siendo esclavizado por alguien y les hice las mismas preguntas.
Así que era eso… Al haber comprendido sus razones del por qué tanto misterio y mentiras con la salida, decidí continuar con la salida más sonriente y animado. Pasamos a jugar en el mall, donde parecíamos verdaderos niños de cinco años. En algunas ocasiones recordábamos cosas de cuando éramos más chicos. En una ocasión estuvimos corriendo dentro del mall. Realmente parecíamos niños de un jardín infantil dentro del lugar. La gente nos quedaba mirando, pero a nosotros ni siquiera nos daba una pizca de vergüenza. Lo habíamos pasado increíble. Luego del día tan animado que tuvimos, había llegado la hora de despedirse y cada uno a su casa. Eileen aún no quería irse, pero la noche estaba cayendo y la convencí de que ya era hora, además de que yo tenía que regresar caminando a mi casa. Así que ambos fuimos a un paradero de micros y esperamos a que llegara el micro de mi prima. A esas horas ya no estábamos en el centro de la ciudad, sino que estábamos un poco más lejos de lo que se esperaba. Lo bueno era que los micros pasarían más vacías y Eileen se iría más rápidamente, pero lo malo era que yo debería caminar más de la cuenta. En un momento dado, Eileen sacó el tema de mi relación con Aura. Muy pronto recordé algo que nunca le había dado a Eileen desde entonces, sólo porque lo había olvidado.
Tras esto, Eileen no respondió y solamente me quedó mirando con un rostro algo pensativo. A continuación, desvié la mirada hacia ella para mirar la calle, revisando si venía un micro que le sirva a Eileen. Justo venía uno en camino. Entonces le advertí diciendo que allí venía su micro, pero… justo después de regresar la mirada hacia Eileen, ésta estaba parada muy cerca de mí. Antes de poder decirle algo o mirarla al menos a su cara, ella agacha la mitad de su cuerpo hacia mí, pone rápidamente sus manos en mi rostro y… me besa. No, no fue en la mejilla… ya se habrán imaginado. Quedé con la mente en blanco, absolutamente borrada, pero consciente de lo que estaba sucediendo. Miles de preguntas comenzaron a pasar y pasar por mi mente. No lograba entender lo que estaba haciendo Eileen. Claro, era un suceso extremadamente inexplicable para mí. Después de varias preguntas en una mente borrada, escuché un susurro de ella misma diciendo: “Con esto basta” y vuelvo a la normalidad, viéndola subiendo el micro que ya estaba estacionado. Eileen, ¿qué diablos fue lo que te picó? Luego ya me levantaría del paradero y caminé hacia mi casa, todavía pensando en lo que pasó. De pronto comencé a sentir una presencia cercana. Es una sensación idéntica a la que sentía cuando mi protector de los otros mundos me vigilaba. Por instinto propio de esta presencia, me volteé hacia el lugar de donde provenía y vi a la persona menos esperada: Diego. El flaite estaba parado en la esquina más cercana del paradero. Éste se dio cuenta que lo pude ver y alcancé a ver que me sonrió sarcásticamente, para luego voltearse e irse junto a otros dos flaites más que lo acompañaban, pero que estos no tenían ni la menor idea de quién era yo. Mierda. En casi todo el camino a casa anduve pensando en lo que había pasado. ¿Mi prima? Eileen, peor aún. ¿Por qué ella? Estaba tan confuso que casi ni importancia le había tomado a la aparición de Diego en la escena. Con lo ocurrido ya era más entendible el comportamiento de Eileen conmigo durante los recreos. ¿Acaso todo este tiempo anduvo pensando en este tipo de cosas? ¿Será por esto también la verdadera causa del comportamiento de ella hacia Aura? Al diablo, todavía no lo podía creer. Eileen, mi prima querida… todo era absolutamente inexplicable. Más tarde ya habría dejado a un lado un poco más el tema y me di cuenta del tremendo problema que se realizará si Diego contara el hecho. Tenía preocupación, pero luego pensé en que podría estar a salvo debido a que todos mis cercanos no creen las “copuchas” que dice el flaite. Eso me daba al menos un punto a favor, pero como él era tan conocido y los demás podrían correr la voz… muchos estarán diciendo pronto en el liceo “el actual noviecito de la ex de Diego la está engañando con otra”. Madre mía, ¿por qué tuvo que estar ese estúpido perro en ese lugar y en ese preciso momento? Aunque ahora que me daba cuenta… nada de esto hubiera pasado si preferiría acompañar a Aura en las compras. Después de este hecho ocurrió otro en la semana siguiente, como ya dije anteriormente. Esto pasó un día martes, cinco días después del primer hecho. Después de un aburrido día y con el regreso de Eileen después de su ausencia del día anterior, estaba conversando junto con José acerca del nuevo entrenamiento que iba a tener. Consistía en mejorar la velocidad para correr en el mundo cruel, pero para eso necesitaría los miércoles, viernes y sábados para entrenar con él en algún lugar deportivo o lejano de Osorno. Un buen ejemplo sería la Villa Olímpica, que está muy cerca de mi casa, o también en una de las pampas del sector Ovejería Alto. Mientras hacíamos un recorrido en el patio caminando y conversando con José, comencé a sentir una extraña energía. En un principio parecía ser una energía que se tildaba, es decir, aparecía por un segundo y desaparecía un segundo más, para luego repetir el mismo proceso una y otra vez. José también se dio cuenta de la energía y comenzó a revisar el cielo. Dijo que ésta era mucho más poderosa que la del 17 de septiembre, así que lo mejor sería que yo me escondiera en una zona segura. Mientras José me decía que me fuese a la inspectoría general del liceo, tanto él como yo sentimos que la energía ya no se tildaba, sino que se podía sentir claramente. Cristián y Sofy aparecieron rápidamente, quienes gritaron nuestros nombres y se acercaron corriendo. Cuando los cuatro ya estábamos reunidos, todos comenzamos a mirar el cielo hacia cada punto cardinal. Sofy, que miraba hacia el norte, lugar al que llegaba apunta a mi casa, pudo ver una silueta flotando en el cielo que parecía acercarse. Inmediatamente notamos que la energía provenía de esa cosa. Así que José volvió a insistirme para que me escapara yendo a la inspectoría general. Entonces hice caso. Dejé el patio corriendo y llegué a la puerta que conducía a la “mini-inspectoría”, lugar donde está la entrada/salida del liceo, una puerta que conduce a la biblioteca y otra que conduce a la inspectoría general. No obstante, cuando justo pude pisar el suelo de allí, escuché una voz que ya me parecía conocida. Al parecer sólo me hablaba a mí, ya que los demás no parecían inquietarse o algo. “Espérame, tengo que hablar contigo”. La voz era de Drott, la misma que pude escuchar tiempo atrás cuando él atacó a Prímula y a mí en el parque. Después de esto me puse un tanto nervioso. Decidí volver al patio. Si Drott quería hablar conmigo, pues que lo haga limpiamente y sin atacar a los demás. La energía cada vez era más poderosa, tanto así que otras personas humanas parecían estar sintiéndola igual, pues alcanzaba a escuchar apenas sus conversaciones. Después de un minuto, una especie de cono gigante de helado cae en el patio. José, Sofy y Cristián estaban en guardia, aún sin sus formas originales. Todos los alumnos se alarmaron y fueron a ver qué estaba pasando, mirando desde el mismo patio o a través de las ventanas del gran pasillo. Parecía todo normal. Parecía que un objeto perdido de un extraterrestre cayó justo en el patio del liceo, vaya casualidad. Sin embargo, la voz de Drott comenzó a escucharse por todo el liceo, como si estuviera usando altoparlantes. Me estaba llamando. Me estaba invitando a ir al patio del liceo. En un principio no quería, pero cuando su voz comenzaba a escucharse más enojado, decidí salir. Cuando el Trío Dinamita me vio, rápidamente se alteraron e intentaron detenerme, pero no les hice caso. Ellos estaban en el lado opuesto a mí después del impacto, para que se hagan una idea. Drott al fin aparece sobre el cono gigante. Estaba con las mismas ropas de la otra vez. Me di cuenta que el Trío Dinamita se preparaba para convertirse en sus formas originales, sin importarles lo que piensen los demás, pero yo les hice una seña que no lo hagan, todo estaba bajo control.
Al decir esto, Drott me agarra rápidamente del brazo y teletransportación, para finalmente llegar a una de las salas de computación. Habían varias personas concentrados en los computadores: unos jugaban, otros miraban vídeos, otros hacían trabajos, etc. Les llamó la atención obviamente la aparición repentina mía y de Drott, quedando unos cuantos boquiabiertos. Cuando me doy cuenta yo estaba sentado en una silla de clases, mientras que Drott en una de las sillas oficiales de la sala comiendo una manzana. Tanto en las bibliotecas como en las salas de computación no se puede comer… menuda ironía de Drott. Después de esto, le llamé la atención a Drott, diciéndole que no podía comer y preguntando el cómo hizo para tenerlo. Él respondió diciendo que ya sabía lo primero y que la manzana lo robó del casino de comida mientras me teletransportaba. Finalmente, Drott comenzaría con la conversación y dejándome algunas preguntas al aire sobre el por qué me dejó aquí y no en otro lugar, pero creo que eso les contaré para el siguiente capítulo. Además me disculpo por no haber podido escribir, pero es que últimamente he tenido que estar muy ausente en el lugar donde estoy actualmente escribiendo… Dos días antes de este último suceso, el mismo hombre de voz ronca que visita a Drott y Cradd en la habitación oscura aparece, quedando parado en la puerta e informándole a los dos “prisioneros” sobre algunas cosas, mientras Cradd jugaba al ajedrez y Drott estaba recostado en su cama. Este último comienza diciendo: “¿Y ahora qué pasa?”
Volviendo al día de la llegada de Drott con el curioso objeto, una persona vistiendo las ropas del liceo estaba presenciando la escena desde lo más alto de uno de los edificios del establecimiento. Esta persona estaba sentada y con la mirada un tanto seria. Después de que Brett y Drott salen de escena, él pudo ver que todas las personas comenzaban a acercarse al objeto, pero el Trío Dinamita hacía lo posible para detenerlos, diciendo que era peligroso. La persona que estaba arriba del todo, sin que nadie sepa de su presencia, se dice a sí mismo: “La organización ha comenzado a atacar antes de lo previsto, sin que Brett pudiera usar sus poderes… Me pregunto qué es lo que hará ahora y cómo los humanos se las arreglarán con esto - pausa -. Si todo avanza a esta velocidad, en algún momento tendré que revelar mi identidad y ayudar, a pesar de ser uno de… - agacha la cabeza - Maldición”. |
Capítulo 27
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El Primer Arma |
Rumbo hacia el tercer elemento.
Mi rival frente a mí y comiendo una manzana de lo más normal. La mayoría de los alumnos, inconscientes de lo que sucedía en el patio del liceo debido a que estaban en la sala de computación, estaban mirando extrañados a mí y a Drott. El profesor que cuidaba la sala aún no se daba cuenta de la presencia de la manzana, por eso no nos echó. Así habíamos quedado cuando terminé de escribir. De esta misma manera comenzó la conversación dentro de la sala. Drott relajadamente con su manzana y yo un poco preocupado por lo que podría pasar afuera.
Le hice caso y pisé la sustancia, la cual parecía gelatina en la forma que se movía o incluso daba esa sensación cuando estaba encima de él. A continuación, le volví a preguntar sobre qué era lo que me iba a decir, mientras yo aún estaba desconfiando de él; me podría mentir, o me podría atacar en cualquier momento. Drott comienza hablando sobre mí. “Te has estado divirtiendo mucho últimamente y eso no es bueno en absoluto”, comenzó. “Primero que todo, te está gustando un poco estar en el mundo humano y pareciera que no te importara mucho lo que esté sucediendo en los otros mundos. Además, no recomiendo que te estés encariñando con estos lugares, sólo mira esa cosa”, continuó ya estando en el patio, diciendo lo último apuntando el cono gigante caído con una sustancia parecida al helado sobre él. “Se ve muy simpático y agradable, pero sólo te digo que cuando despiertes sentirás explosiones y explosiones… Eso es debido a que el “copo de helado” se transformará en varios cañones que dispararán rayos. No te gustaría eso, ¿verdad?”. ¿Era verdad lo que me estaba diciendo? Era difícil confiar en este tipo y hacía lo posible por creer. Pero… si fuera cierto, ¿qué pasaría con el liceo y con los estudiantes? Al menos me agradaría un poco la idea de suspensión de clases, pues con las notas que tendría estaría pasando de curso y además, podría ir inmediatamente a Hyrule. Pero… Aura, Eileen, Daniel, etc… ¡Maldición! “Esa cosa, al igual que la Skulltula de hace tiempo, fueron enviadas por una organización que ya sabes de qué trata, pero no sólo su objetivo es destruir la humanidad de este mundo, sino a ti, hermanito”, continuó, creándose una breve pausa y preocupándome de mí. “¡Vaya, vaya! Eso sí que te ha sorprendido, ¿eh? No creas que te esté diciendo todas estas cosas sólo por bromear y reírme de ti. Después de todo, eres mi hermano mayor e igual me preocupas, aunque sea un poquito”, dijo. Eso de “hermano” me hartó y le exclamé que no me llamase así. “Eso fue muy cruel…” contestó de modo irónico y continuó: “Pero de seguro sabes que tú eres una reencarnación viva de mi hermano mayor original, ¿no es cierto? Recuerda, te lo dijeron hace un mes en Términa. Ahora bien, te invito un rato hacia acá”, terminó para chasquear los dedos y aparecer en una habitación completamente oscura, con dos camas, muebles, una lámpara de techo que alumbraba un poco y parecía haber un tipo jugando ajedrez, pero estaba inmóvil. ¿En dónde diablos estaba? “De seguro no sabes qué es este lugar… es mi celda, ubicada en lo más bajo del Castillo de Hyrule. Aunque… yo no estoy completamente solo. El que está sentado inmóvil frente a su mesita de ajedrez es tu verdadero padre, Cradd. Él es mi compañero de celda”. Imposible… ¿Cradd? ¿Estaba junto a Drott todo este tiempo y yo no tenía ni la menor idea? Ahora yo había quedado nuevamente sin palabras. “Si quieres puedo hacer que conversen, pero el problema es que en “tu mundo” va a haber caos y tú no podrás estar”. No podía hablar. Estaba totalmente inmóvil y en silencio. Drott se dio cuenta de que no era el momento indicado para haber una conversación… Así que chasqueó los dedos una vez más y aparecimos en mi casa. “Gracias a tu memoria pudimos llegar aquí. Recuerda que sólo puedo ir a lugares que yo conozca o de una persona que tenga conexión psicológica, por ejemplo, tú. Ahora bien… has convivido con esta familia desastrosa durante mucho tiempo. Parece que sólo tu madre te ha cogido cariño… La verdad es que ella te quiere demasiado. La principal razón por la cual trabaja siempre has sido tú. Por eso ella siempre te trataba un tanto mal cuando eras chico. Era para que le hagas caso en subir tus calificaciones, para que no tengas flojera en hacer las cosas, para obligarte a luchar por lo que quieres, para que no seas un muchacho con mala educación y malos pensamientos. Todo eso lo hizo para que no te conviertas en un Diego, o esos tipos a las que les llamas… ah sí, flaites. Lo entiendes, ¿verdad?”. Drott me cargaba con información de intimidad de golpe. No lograba entender todo de una sola vez… “Créeme que no te estoy mintiendo, realmente puedo ver los pensamientos y sentimientos de las personas. Tú no eres la excepción, claro. Tu madre adoptiva siempre quiso dar lo para educarte, aunque no fue de la mejor manera en tratarte casi como un estropajo cuando eras chico, pero al menos logró que no seas un tipo de mala educación y que hagas caso a cada cosa que se te diga. Lo hizo bien, ¿verdad? Ahora cuando hablo de la viejecita, tu padrastro, tu hermanastro y el vejestorio… a ellos no les importas en absoluto”. Mientras hablaba de todo esto, él y yo recorríamos la casa. “Cada vez que veía tus pensamientos mientras estabas aquí, me daba cuenta que deseabas no estar en este lugar más y más… pero ahora que te digo esto, pareciera que te estás arrepintiendo, ¿eh?”, terminó, para luego volver a chasquear los dedos y reaparecer en la sala de computación, en la misma silla y todavía en la misma hora. “Te digo todo esto para que despiertes de una vez con quienes estás a tu alrededor y qué es lo que realmente debes hacer. Mucho cuidado con esa maquinita de allá afuera, podría hacerte daño en este estado tuyo, pero también deberías proteger a la gente que quieres… Si quieres hacer esto último, ¿entonces qué esperas? Ve por los elementos y completa toda tu verdadera fuerza de una vez. Quizás, en un futuro no muy lejano, ambos tengamos que poner a prueba nuestras fuerzas, tal como lo hacíamos miles de años atrás. Tal vez no recuerdes ahora, pero espero que muy pronto recuperes tu memoria, la original. Hasta entonces, hazte fuerte y yo te esperaré, para jugar un rato como lo hacíamos en los viejos tiempos”. Él decía todo esto sonriendo, al fin sin ironía y casi con nostalgia. Cuando finalizó se levantó de la silla, terminó su manzana y recordó algo: “Y por si acaso... Cradd es un tanto celoso y no le agradaría mucho... ya sabes. Prometí no decirte esto último, pero tenlo en cuenta... muy en cuenta”. Al concluir con todo, Drott da dos aplausos rápidos, desaparece mágicamente y el tiempo vuelve a la normalidad. Me iba a poner a pensar en todo lo que me había dicho, pero tres segundos después del “despertar”, una explosión se escuchó lejos de la sala. Recordé lo que me dijo acerca del cono de helado gigante... así que no dudé en pararme y salir corriendo hacia el patio. Era tal y como dijo Drott. A la cosa que parecía esponjosa encima del helado le salieron varios orificios, los cuales disparaban balas. Sus objetivos eran los humanos, así que no destruía el liceo, sino que eliminaba a las personas. Desesperadamente comencé a buscar a Aura, al Trío Dinamita y a Eileen, ya que ellos estaban en el patio. Los demás conocidos sólo los vi dentro, mirando a través de las ventanas. El “helado gigante” disparaba continuamente. Varias personas caían a mis pies, pues yo estaba en una de las puertas hacia el patio, u otros pedían ayuda o incluso intentaban usarme para protegerlos, haciendo que las balas lleguen hacia mí y no a ellos. Decidí salir de inmediato al no notar la presencia de alguna persona conocida, pero cuando quise voltearme, pude ver un gigantesco impacto que le llegó al “helado”. Era una bala de BRS, quien estaba escondida tras un árbol. También aparecía José en su verdadera forma, que pasaba corriendo y atacando a la base del arma destructora una y otra vez. A Cristián/Seik no lo veía. Al darme cuenta que parecían no tener problemas, comencé a buscar a Aura, Eileen o a Daniel dentro del establecimiento. Unas cuantas balas pasaban a través de las ventanas, así que lo mejor era pasar por los pasillos de los pabellones. Estaba totalmente lleno. Si alguien iba con alguien, perdería a su “dúo” o pareja casi con facilidad. De pronto se sintió un gigantesco impacto. Había recordado algo importante... ¿dónde estaba Xavi? A él no lo podía ubicar durante todo el día y tampoco se había presentado aún en la batalla contra ese “helado”... ¿Justo en un día tan importante tuvo que faltar? Muy pronto se incluiría Raúl en su forma de Linik. Al enfrentarse, Cristián convertido en Seik lo acompañó para ir al ataque. Pareciera que se conocían, pero pronto me di cuenta que no se coordinaban lo suficiente en sus movimientos. Y Xavi nada que aparecía... Continué con mi búsqueda por las chicas. Con tantas balas y temor a que me llegase uno, pareciera que el Cristal Dorado respondió al llamado de esto. ¿Por qué? Mis reflejos para esquivar las balas aumentaron considerablemente. Incluso en dos oportunidades esquivé las balas a saltos acrobáticos. Como todo estaba pasando tan rápido, ningún alumno me vio, o eso creí. Finalmente pude dar con Aura. Estaba tan asustada como los demás. La tomé de la mano y anduvimos juntos desde entonces. Algunos alumnos subían las escaleras, pero era lo peor. ¿Qué pasaría si unas cuantas balas de cañón llegasen a uno de los edificios? Simplemente se derrumba. Cuando intentaba buscar refugio con Aura en el pasillo del pabellón A, miré hacia el gran pasillo: sólo veía balas pasar por los aires y alumnos tendidos en el suelo estando muertos o heridos, incluso un profesor estaba en el suelo. De pronto, otro gran impacto se escucha. Aura se asusta y de inmediato recurre al abrazo. Sentía empujones, gritos, miedo y peligro en todo mí alrededor... Después de un momento, las puertas de la inspectoría se abren para dar más refugio a los alumnos. Sólo dejaban entrar a todas las mujeres de cualquier curso o varones sólo de primero medio, en un principio. No faltaban los alumnos varones de otros cursos mayores que daban por obligación su entrada. Muchos no llevaban sus mochilas, aunque claro, más importante eran sus vidas que las cosas de estudio. Fui junto a Aura a la puerta donde todos estaban entrando, pero yo no estaba conforme... ¿Dónde estaba Eileen y Daniel? Así que le dije a Aura que me esperase dentro y no se fuera del lugar. Así que al dejar allí a Aura, justo sintiéndose otro impacto de bala de cañón, volví hacia los pasillos. Se estaba vaciando, por lo que sería más fácil ubicar a Eileen. En el grupo gigante de alumnos, esperando entrar a la inspectoría, no la pude encontrar. Hice lo posible para utilizar algún poder psíquico con el que pueda sentir a mi prima... y pude hacerlo. Estaba un poco lejos del lugar y desde allí me indicaba el sur. En otras palabras, hacia el patio del liceo... Dejé de lado la percepción psíquica y corrí a toda máquina hacia el patio. Al llegar pude notar que la base del arma destructora estaba muy dañada, pero la cosa esponjosa de arriba seguía y seguía disparando. Escondiéndome de las balas, usé de nuevo la percepción y esta vez, sentía a Eileen lo suficientemente cerca para saber en dónde podía estar. Gateando fui hacia el lugar donde percibía fuertemente. Algunas partes de la pared donde estaba la “cadena de ventanas hacia al patio”, estaban un tanto destruidas, así que tenía que tener cuidado. Pude esquivar exitosamente las balas y llegué al mismo punto de inicio, el lugar donde logré ver en un principio a Josex y BRS anteriormente. Vi cómo seguían luchando hasta acabar con aquella cosa que parecía invencible. Luego empecé a buscar a Eileen de entre las personas que estaban en el suelo. Se escuchaban muchos gritos de personas todavía, así que me era imposible ubicarla si me estuviera gritando. Aunque... de igual manera la pude ver. Estaba tendida en la escalera para entrar/salir del gran pasillo, con el brazo izquierdo extendido intentando llegar a uno de los últimos escalones. Su mano izquierda estaba manchada con sangre, mientras que con la derecha se tocaba la panza, lugar donde parecía caerle sangre. No le llegaban balas mientras estaba tendida, pues dos cuerpos moribundos de otros alumnos bloqueaban el paso, por suerte. El rostro de Eileen también estaba manchado con sangre, pero era poco. “Imposible... Eileen... ¿Por qué ella? Es injusto, es completamente injusto. ¿Qué hizo ella para merecerse eso? ¿Qué fue...? ¿¡Qué mierda hizo de mal mi prima para merecer esto!?”, me decía, sintiendo gran impotencia. Segundos después caigo de rodillas, agacho la cabeza, me repetía todavía las preguntas en mi mente con las que inicié y golpeaba el suelo, con algunas lágrimas cayendo. “¿Cómo y por qué no la pude proteger? ¿¡Por qué soy tan débil en este maldito mundo!? [...] Por favor... dudo que me escuchen, pero pido por favor que ayuden a esta chica... No merece morir, mucho menos en este lugar y en este estado... necesito destruir esa cosa...”, dije después de caer casi destruido psicológicamente, olvidándome de lo que sucedía en el exterior y sólo importándome Eileen en esos momentos.
Glasse finalizó interrumpiéndose, dándome a entender lo que quería decir... luego se apartó de mí, me deseó suerte y desapareció, como si de un fantasma se tratase. A continuación, todo lo que sucedía a mí alrededor volvía a la normalidad. Se escuchó una explosión más causada por un fusil del arma destructora de humanos. Se escuchaban gritos de la batalla, de ayuda y de desesperación. Pero yo no estaba utilizando mis poderes. No, yo continuaba siendo el mismo con forma humana. No obstante, dirijo la mirada hacia Eileen una vez más. La miro atentamente. Muchas cosas pasaban por mi cabeza en ese entonces; recuerdos de ella, felicidad, promesas que hacíamos, etc. También escuchaba voces, muchas voces. Todas decían cosas diferentes. Las entendía en ese momento tan fugaz, pero ahora no recuerdo en absoluto. Lo que sí recuerdo fue escuchar mi propia pregunta: “¿Por qué no la pude proteger?”, con una respuesta burlona por parte de la voz de Drott: “Porque fuiste descuidado, hermanito querido. Si sigues así, siempre serás el Hylian más débil de la actualidad y no podrás proteger a nadie... ¡Véngala!”. Todavía agachado y después de escuchar la respuesta, me enojo de mí mismo, bajo la mirada y aprieto todavía más los puños. A continuación... “¡¡¡EEEIILEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEENN!!!”. Como consecuencia de un grito eufórico mío, varias llamas salen descontroladamente de mí y una luz dorada cegadora aparece, que lograba iluminar todo el gran pasillo. Las balas se detuvieron de inmediato, así que me di cuenta que llamé la atención a la estúpida máquina invasora. Podía sentir la corriente de energía que pasaba por todo mi interior y eso me dio fuerza suficiente para levantarme rápidamente. Miré por la ventana más cercana y pude ver que Josex, Seik y Linik, se habían quedado mirando boquiabiertos. Solamente BRS estaba continuando con la batalla, quien estaba usando una moto recorriendo por todo el patio. Quizás lo usaba para confundir al enemigo. No estaba totalmente descontrolado. No era el mismo poder que me llegaría a otorgar completamente el Cristal Dorado, pues podía controlar mi cuerpo. El problema es que las llamas eran las que no podía controlar... Después de levantarme y quedar mirando por un rato al arma, éste intentó dispararme múltiples veces, pero de una manera extraordinaria mis llamas las detenían cuando se acercaban. Salté por la ventana y encaré al enemigo. Mientras tanto, los otros cuatro le iban atacando y desconcentraban más al enemigo. Corrí hacia él y cargué con todo mi cuerpo, aun con las llamas. Fue una gran colisión... El arma no se detenía, pero sí había quedado “aturdido”. Entonces, aprovecho de dar un gran salto y quedar encima del “copo de helado”, sintiendo que así era la forma de acabarlo. Tanto Linik y Seik se alarmaron y me gritaron que no haga locuras, pero mi mente sólo pensaba destruir a la cosa que hirió o incluso mató a Eileen, nada más... Por confiarme demasiado, recibí un balazo de cañón del arma directamente, pero eso no me detuvo. Me empujó metros hacia arriba y sólo me ayudó a que cargara con todo hacia el “copo”. Caía a gran velocidad y con todo el fuego acompañándome, pareciéndome a una antorcha humana. Finalmente, antes de que el arma intentara atacarme de nuevo, colisioné con el “copo de helado” y luego aterricé con normalidad en el suelo del patio. Todos se sorprendieron por lo que pude hacer. El arma parecía haber llegado a su fin. Los cuatro chicos que atacaron desde el principio, volvieron a cargar ahora mucho más confiados hacia el arma, para darle el K.O. final. Yo tampoco quería detenerme. Una vez más fui con todo hacia la cosa y éste impacto hizo que el arma se detenga completamente. Sin embargo, esto sólo era para que el “copo de helado” comience a agrandarse una y otra vez. Si esa cosa llegaría a explotar... adiós liceo y a todos los que estaban allí. Todos se alarmaron, pero a mí ya no me interesaba en absoluto si la explosión era muy poderosa o no. “Creo que estoy llegando a mi límite... pero sólo una más y adiós estúpida arma”, me dije a mí mismo. Quería terminar la venganza por mi prima. Así que no dudé en volver a acercarme, pues había salido empujado tras la última colisión. Luego di un salto, tal como lo había hecho anteriormente, y volví a cargar todo el fuego de mi cuerpo. Mientras iba hacia él, soltaba un grito como el que hice al activar mi poder en ese momento, pero esta sólo mencionaba la vocal “A”. Cuando estaba a centímetros para estrellar con él, sin embargo, apareció una espada ya conocida por mí que impactó también. Tras esto, el portador de la Espada Maestra, Xavi, y yo fuimos tragados por la presión del “copo de helado” y segundos después, fuimos expulsados. Recuerdo que luego estuve en el patio y caí, frente a mis amigos. Después de haber cerrado los ojos tras lo ocurrido en el liceo, despierto en mi reservada habitación del Rancho Lon Lon. ¿Qué había pasado? ¿Acaso todo lo ocurrido fue un sueño? No... Eso era imposible. Salí de la habitación y encontré solamente a Malon en el primer piso. Pregunté el cómo había llegado ahí y respondió diciendo que Xavi me había traído. También sabía lo que ocurrió en el mundo cruel. Vaya... ¡pero Eileen! Necesitaba verla, al menos por última vez. Así que salí corriendo del rancho, a pesar de que Malon intentó detenerme. Corrí por toda la pradera hasta llegar al mundo cruel. Era cierto, reaparecí en ese mundo con las ropas del liceo. Extrañamente no estaban quemadas. Ahora tenía que buscar a alguien que sepa de Eileen: mi familia. Ahora no entendía el por qué Xavi me llevó a Hyrule, si primero necesitaba saber qué había pasado con mi prima... Rápidamente llegué a la casa de mi supuesta familia adoptiva. Sólo estaba la abuela. Pregunté acerca de Eileen y dijo que estaba internada en el Hospital Base de la ciudad. Espera... ¿internada? ¿¡Significa que no murió!? Nuevamente salí corriendo, sin antes haberme cambiado de ropa. Mi destino ahora era el hospital. Tomando un micro que conducía al lugar ya dicho, entré y di una petición para visitar a mi prima. Me dijeron el pabellón, el número de la habitación y todo eso. En un principio estaba algo perdido, pues parecía un laberinto esa cosa y además, muy pocas en mi vida había estado allí. Después de unos quince minutos de retraso y búsqueda, logré dar con la habitación. Ahí estaba Eileen, con mascarilla, un montón de cables y esas cosas. Al menos no estaba grave, pues si lo estuviera no podría siquiera visitarla... Estaba descansando y en todo el rato no abrió sus ojos. Le dije algunas palabras, incluso agradeciendo a Dios por haberle dado más vida. Mientras hacía esto último, Glasse aparece de la nada.
... ¿¡Q-Qué!? ¿Hai...lian? ¿Ahora mi prima querida de toda la vida es una Hylian? ¿Pero cómo diablos? Glasse... ¡ahora sí que te quiero! Esto era inesperado... ¡Completamente inesperado! Miré mejor a Eileen y me di cuenta que no tenía rasgos faciales cambiados, pero cuando levanté su pelo para ver una de sus orejas... sí, era Hylian. Su cambio físico no cambiaría en el mundo cruel ni en Hyrule, tal como pasaba con Prímula. Por suerte tenía el pelo largo...
Con una afirmación de mi parte, Glasse desaparece como una nube de polvo brillante en el aire. Luego entraría una enfermera avisándome que los minutos de visita ya terminaron para mí. Me despedí rápidamente de Eileen, pidiéndole que mejore y me fui del hospital. Tardé unos diez minutos en salir, sólo porque había perdido la salida. Menudo laberinto... Al estar fuera me toparía con Xavi, quien no parecía tener mala cara. Así que fui relajadamente hacia él. En un principio pensé que cambiaría su rostro y me hablaría enfadado... pero no, solamente me preguntó qué hacía allí. Le expliqué todo y lo entendió mi situación, añadiendo que me dejó en Hyrule para que yo me recuperara más temprano. Claro, tardé un día entero en recuperarme y estando en el mundo “maravilloso”. Si hubiera sido en el mundo cruel, lo más probable es que despertaría después de unos tres días. Mucho más tranquilizado por el actual estado de Eileen, fui hacia el liceo junto a Xavi. Tal como suponía, las clases fueron canceladas hasta el próximo año y todos los alumnos terminaron sus promedios con las notas que tenían. ¡Pasé de curso! No sé cuántos chicos repitieron/reprobaron en mi curso, pero según Xavi fueron siete los desafortunados en el suyo. En el mío había un pequeño grupo que estaba peligrando, entre ellos tres de los flaites, ahí no estaba ni Diego o Nicolás. Una lástima... Luego volvería a Hyrule junto a Xavi.
Al oír esa respuesta con entonada normal de Xavi, como si no fuera sorpresa o algo por el estilo, me alteré de inmediato. Xavi agregó que incluso yo no era un humano mientras le explicaba a Aura, sino un ser proveniente de otro mundo, pero que formaba parte del mundo humano. Luego dijo que Aura pensó que todo era una broma, pero al creer toda la historia se lo tomó con calma. Lo único que faltaba: Aura creyendo que yo podría ser una especie de extraterrestre o algo así. Pasamos el atardecer y la noche dentro del Castillo de Hyrule. Xavi me dijo que, al tener el control de mis poderes y no esforzándome como en el mundo cruel, podía utilizar los poderes del fuego con bastante normalidad, tanto en Hyrule como en Términa. Hasta incluso podía aumentar las fuerzas de las llamas mucho más, pero no excesivamente. Seguramente, el entrenamiento de las velas no sería nada en comparación a cómo me sucedía en el mundo cruel. Esa misma noche jugué con mi fuego propio en el patio del castillo, teniendo cuidado con el césped, arbustos y demás. Me di cuenta de inmediato que podía crear desde lenguas de fuego hasta brazos largos de fuego a libertad propia. Ahora sí que tenía control absoluto de este elemento. Aunque fuera así, con todo lo que esté en el lado derecho, es decir, el brazo derecho, la pierna derecha, etc., no se podía utilizar fuego. Era extraño, pues en el mundo cruel ardió todo el cuerpo durante la batalla... Así pasó el resto de la noche hasta cuando me fui a dormir en una cama reservada para mí. Dormiría en una habitación que está al lado de la reservada por Xavi. Esta habitación lo pidió él mismo al Rey para poder quedarme. Antes de dormirme todavía pensaba en lo ocurrido en el mundo cruel. No estaba del todo conforme al no proteger a Eileen. Estuviera muerta si no hubiera sido ayudada por Glasse. Estaría llorándole en su tumba si su destino era continuar siendo humana por siempre. Pensaba que esa vez fue un golpe de suerte, pero a la siguiente ya no sería así... Tras dormir plácidamente en una cama que por primera vez probaba, desperté tempranamente en mi primer día en Hyrule después de casi dos meses. Me habían llevado ropa para dormir, así que me vestí con mis prendas tradicionales y salí de la habitación. Fui directamente al comedor, pero no había nadie. Aumentando mis sentidos, logré escuchar con claridad las voces de la princesa y de Xavi dentro de la sala de estar. Parecían estar divirtiéndose, así que preferí no interrumpir. Del comedor fui directamente al patio del castillo, lugar donde entrené la noche anterior. Recordé lo que me dijo Drott: si quería proteger a la gente que quería, necesitaría más poder, y para eso requeriría obtener los cuatro elementos. Sí, eso era todo. Me motivé y entré al castillo, sólo para salir de inmediato y dirigirme al Lago Hylia. Por el camino, todavía dentro del castillo, se cruzaron Xavi y Zelda. La princesa me dijo que no me apurase tanto y tomara el desayuno, además tenía casi cuatro meses completos para obtener los dos elementos restantes. Tenía razón, me había apurado mucho. En estas misiones no debería faltar la comida. Así que tuve que volver al comedor y tomar el desayuno, acompañado por Xavi y Zelda. Ellos sólo acompañaban, ya habían comido. Mientras comían me dijeron que Xavi me ayudará en esta nueva misión. Al contrario de lo anterior, él no ayudará mucho en mejorar habilidades esta vez, sino que el camino correcto para llegar a la zona final. Me preguntaba qué era lo me esperaba esta vez... Minutos después del desayuno y ya completamente reposado, Xavi y yo partimos del castillo. La princesa nos deseó suerte y cuidado para el viaje. Durante el camino, Xavi me dijo que en cualquier momento me dejará ir al mundo cruel para visitar a mi familia, ver al resto de amigos, a Aura y a Eileen. Él ya sabía que mi prima era una Hylian, así que al momento de hablar con ella y contarle qué es actualmente, será con ayuda de Xavi. Conocería Hyrule y todo lo demás. De seguro le gustará este mundo, tal como me pasó a mí años atrás. El Lago Hylia no estaba tan lejos del castillo y de la ciudadela misma, así que no tardamos casi nada en llegar. Era un enorme lago y muy profundo, con un puente sobre él a muchos metros de altura. Xavi y yo mirábamos el lago desde esa misma altura. En este lugar había algunos seres de raza Zora, según Xavi. La mayoría de ellos, que están en estos alrededores, protegen un pequeño templo que está al fondo del lago. Para entrar allí se necesitaría al menos el permiso del Rey Zora, quien está en los Dominios Zora, lugar que está al final del Río Zora. La mejor opción para llegar allí es a través de la zona norte de la pradera. Xavi me dijo que podíamos llegar con facilidad al fondo del lago con la ayuda de unos objetos que sólo lo tienen los Zora, aunque él dice que portaba tan sólo dos. ¡Justo uno para cada uno! Sin embargo, continuó el tema diciendo que faltarían más de lo que pensábamos. Esos objetos se llamaban Frutos Zora, los cuales ya no aparecen con mucha frecuencia en comparación a como era antes, según Xavi, cuya historia fue contada por una conocida amiga Zora suya. Era nada más y nada menos que la princesa de los Dominios Zora: Ruto. Lo que faltaría ahora serían más Frutos Zora y el permiso del Rey Zora para entrar al pequeño templo, lugar donde podía sentir la energía del Elemento del Agua. Sí, ahora podía sentirlas cuando estaban cerca. Así que eso hicimos. Salimos del Lago Hylia, desde la vista en la que estábamos, y fuimos camino a la pradera norte de Hyrule. Tuvimos que pasar mirando el castillo una vez más. Volví a pisar tierras de esta zona de la pradera después de varios años. Esa era la parte de la llanura menos visitada por mí. Las razones eran simples: era la parte más lejana a la región de Farone y el camino para acortar hacia Eldin estuvo siempre cortado por gigantescas piedras. No recordaba muchas cosas de la zona norte: había un pequeño puente sobre un estrecho río, cuyas aguas provenían de los Dominios Zora. Hay un gigantesco valle, la cual estaba en ese tiempo plagado de monstruos. En esa zona es donde estaba la entrada directa a los Dominios Zora. Con nuestras armas y actuales habilidades de combate, sería pan comido entrar. Ambos caminamos directamente hacia el valle, preparados para lo que se venía. Pero Xavi se percató de un problema antes de pisar las primeras partes de tierra del valle... había una barrera protectora transparente que cubría el lugar. Si uno intentara cruzarla, terminaría completamente desintegrado. Él mismo me hizo una muestra lanzando una piedra a la barrera, que sólo era posible de ver cuando tocaba algo. Se supone que emitía alguna energía y es por eso Xavi lo pudo percibir, pero yo no sentía nada... Aquello era magia oscura, así que alguien que está en contra de nuestros planes había colocado eso. Alguien nos estaba siguiendo y preparaba más trampas para no poder avanzar. Por culpa de eso no pudimos pasar la entrada principal al pequeño valle, pero Xavi tuvo una pequeña idea al ver el agua. Si comíamos los Frutos Zora, que tenían formas de pastillas con diseños extraños y de muy mal sabor, podríamos lograr cruzar ese río a pesar de la fuerza de la corriente. ¿Y cómo? Su explicación fue muy simple: al tragar un Fruto Zora, al cabo de un rato tendríamos la forma de un Zora. ¿¡Era eso posible...!? No lo creía en un principio, pero cuando el plan fue llevado a cabo al 100%, Xavi decidió tomar un Fruto Zora primero para demostrar que era cierto lo que decía... y lo era. Así que de inmediato tomé el fruto restante y sin darme cuenta, comenzaba a tener los rasgos de un Zora: las pieles se tornan azuladas, el cuerpo cobra una forma acuosa, aparecen branquias en el cuello, unas especies de membranas aparecen entre los dedos de las manos y de los pies, también largas aletas en el antebrazo de cada lado y una aleta extra encima de nuestra cabeza. Increíble. A continuación, Xavi me invitó al agua y yo le seguí. Era un poco incómodo nadar. Lo más fácil era respirar, pero nadar lo hacía como un humano. Xavi me dio algunas indicaciones para nadar como un Zora, como empujar más el cuerpo y el uso de las aletas para cambiar de dirección propia. Era difícil acostumbrarme, pero al menos la corriente no era gran cosa siendo un Zora, pero igual no tenía que confiarme. Cuando ya estaba afuera, tras haber llegado a tierra en la zona llamada Río Zora, sentí una pequeña corriente de frío por mi cuerpo, pero de inmediato se volvió estable y podía respirar oxígeno con normalidad. Antes de continuar caminando, Xavi intentó percibir alguna trampa cercana. Cuando se dio cuenta que el lugar estaba limpio, nos dirigimos al famoso Dominio de los Zora. El lugar parecía un salón elegante de gran tamaño, mientras que el brillo del agua, más el diseño arquitectónico del lugar, le daban un toque muy elegante. Ese mismo brillo del agua parecían diamantes brillando de lo lejos. Una gran cascada caía desde el centro del lugar, cuya agua es la que fluye hacia el Río Zora y acaba recorriendo la pradera de Términa, aunque principalmente se dirige hacia un lugar llamado Curso Alto del Río Zora y que finalmente llega a parar al Lago Hylia. Si los Dominios Zora no tuvieran agua, no existiría el Lago Hylia. Lo importante ahora no era contemplar la belleza de los dominios, sino ir a buscar a la princesa Ruto y al final, dirigirnos hacia su padre y obtener un permiso real. El problema es que la princesita no estaba en los alrededores... Diablos, ¿por qué casi siempre la persona más importante no está cuando se necesita? Según información de otra Zora conocida por Xavi, Ruto fue hacia el pequeño templo del Lago Hylia para averiguar algo que pasaba. Se rumorea que los guardias del lugar notaron algo extraño dentro del templo días atrás. Lo único que faltaba, otro monstruo. Y ahora marino... Aburrido esperé más de dos horas dentro de los dominios, ya estando con mi forma original. El efecto duraba una hora o algo así. Mientras tanto, Xavi se daba el lujo de estar con chicas Zora, especialmente con la tal chica que le habló desde un principio. Estaban muy apegados los dos. Mirando los alrededores me di cuenta que la contraparte de la raza Zora de Términa, la cual reside en la Gran Bahía de ese mundo, tiene una banda llamada Indigo-Go’s. “¿Qué clase de música harían unos peces con formas humanas?”, me pregunté. Finalmente, la princesa Ruto aparece. Una belleza, tanto fuera del agua como dentro. No le hablamos inmediatamente, pues se dirigió al salón del trono, donde supuestamente estaría el Rey Zora. Xavi y yo esperamos unos minutos más y dentro de unos diez o quince, Ruto vuelve a hacer aparición en la gran fuente. Xavi rápidamente la llamó y ésta reacciona de forma instantánea, como si esperara el grito de Xavi. Ambos se saludan y me presentan desde lo lejos, pues ellos estaban en medio del todo y yo sentado en una orilla. Ruto nadó rápidamente hacia mí para saludarme, acompañado de Xavi que llegó después.
Xavi volteó la mirada hacia mí. Yo hice lo mismo hacia él, pero no entendía bien lo que me quería decir. Luego me di cuenta: ayudar a Lord Jabu-Jabu investigando mejor, además de intentar conseguir el tercer elemento. Así que Xavi habló con la princesa Zora acerca del plan entre él y yo, pero Ruto pareció no haberse quedado conforme del todo... Creía que el monstruo podría ser extremadamente peligroso, pero Xavi continuaba insistiéndole. Yo sólo comentaba algo cuando Xavi me invitaba a decir algo, pero sólo respondía con un “claro”, “sí”, o “por supuesto”. No sé cómo sucedió, pero Xavi y Ruto terminaron discutiendo el tema en la habitación de la princesa Zora. Por mi parte, yo preferí quedarme afuera. Xavi terminó saliendo después de varios minutos, con una sonrisa dibujada. Logró conseguir los Frutos Zora necesarios para la misión. Ahora llegaría lo último: el permiso otorgado por el Rey Zora. Antes de ir directamente hacia allí, Ruto sale de su habitación y nos guía. La altura era inmensa, así que tardamos al menos diez minutos en llegar al salón. Si no fuera por la princesa, quizá el Rey Zora ya nos hubiera echado con tan sólo vernos. Parecía estar de muy mal humor. A pesar de su furia interna, que podía sentirlo estando cerca de él, logró reconocer a Xavi y sus ganas de atendernos aumentó. También apareció otro joven Zora. Éste se presentó, denominándose príncipe Zora: Ralis. Significaba que él era el esposo o el prometido de Ruto. Después de lo último, Ruto, Xavi y yo... o mejor dicho, Ruto y Xavi hicieron lo posible para convencer al Rey Zora y darnos el permiso al templo. Los argumentos que entregaban ambos compañeros míos eran suficientemente convencedores para que el Rey aceptase de inmediato, pero se negaba una y otra vez... al darse cuenta que su hija terminó de rodillas pidiendo el permiso, como si fuera una compañera más de nosotros en el viaje, el Rey Zora terminó aceptando y se puso manos a la obra para buscar y entregarnos un objeto. Esto serviría para mostrárselo a los guardias del templo y así darnos el permiso para entrar. El objeto fue entregado a Xavi. Tras esto, todos agradecimos al Rey Zora y nos fuimos de la sala, despidiéndonos también de Ralis que sólo presenció la escena. Bajamos completamente los Dominios Zora y Xavi y yo agradecimos la ayuda de la princesa Ruto; ésta nos deseó suerte y protección para lo que se pueda venir. Cuando Xavi y yo estuvimos a puntos de tomarnos los nuevos Frutos Zora, nos dimos cuenta que la noche estaba cayendo. Lo mejor sería volver al castillo, para descansar e ir directamente al Lago Hylia después de despertar al día siguiente. Así que caminamos para salir de los Dominios Zora, pero en el Río Zora tuvimos que saltar y que la corriente nos llevase a la pradera norte de Hyrule. Saltamos en un lugar especial para que ocurriese esto, sino terminaríamos en el Lago Hylia. Después de llegar a la pradera caminamos hasta la ciudadela, luego al castillo y llegamos allí. La primera mujer que nos saludó fue la princesa Zelda, con mucha energía y abrazando tiernamente a ambos. Luego fuimos al comedor para cenar, donde estuve más de treinta minutos debido a una larga conversación que se prolongó durante la comida, contando lo sucedido en el día y nuestros planes. Cuando ya todos estuvieran completamente desocupados, decidí ir a mi habitación de reserva y me tendí en la cama. Estando cómodamente, comencé con mis pensamientos negativos otra vez de lo sucedido en el mundo cruel. Eileen... su muerte casi se hizo realidad. También recordé lo que había visto Aura de mí, así que... ¿qué rayos le digo cuando la tenga cerca? Maldición... Mi madre adoptiva, ¿me estará extrañando? ¿Habrá mentido Drott sobre esto último? Y si mi padre biológico era el tipo que estaba sentado jugando ajedrez, con una cara deteriorada y ropa en muy mal estado... ¿realmente sería él mi verdadero padre? De todos modos, no le pude ver bien la cara. Tenía tantas preguntas, tantas dudas... pero lo que más me preocupaba era mi debilidad... Todavía no podía dominar el poder del Cristal Dorado, no podía utilizar mis poderes en el mundo cruel como los demás, siempre tengo que contar con el poder del cristal para acabar con los enemigos más duros... no pude proteger a mi prima. Maldita sea, ¿por qué soy tan débil? Rato después me quedaría dormido del cansancio... cansancio inútil, pues solamente caminé y nadé un poco. Qué débil. ... “No tengas miedo, Brett. Baja ya del árbol”; esa voz... me es familiar... Eileen. [...] “Mi-mírenme. M-me cagué e-en los pa-pantalones”; ese es... es... sí, el Polo... pedazo de inútil. [...] “Hora de que te vayai de aquí por un tiempo”, “Perdón por todo lo que te hacía antes, hijo… yo también te quiero”; esa voz femenina y áspera... ¿mamá? [...] “No te preocupes. Vas a estar bien, amigo”; Xavi... protector, amigo mío. [...] “Así que tú erí el pendejo que se deja pegar”; ese es... Carlos, el estúpido idiota ese... [...] “Por favor… debes cuidarnos y protegernos”; su voz tan suave... Glasse. [...] “Brett… yo sé que fuiste tú”; princesa Zelda... [...] “Creo que ya sabes mi nombre, ¿no?”; exacto... Daniel. [...] “Así que vo erí el hueoncito que anda detrá de mi mina”; el malparido... Diego. [...] “¡No te preocupes! Sólo tómalo y pruébalo y ya”; Bastián y su droga... [...] “No nos gusta ver gente que estén muy solos”; el Trío Dinamita... [...] “¡Aléjate, monstruo!”; Prímula... todavía no me conocías... [...] “Hola. Me llamo Aura”;... ¡AURA! “¡Me encantaría estar contigo en ese lugar!”; Eileen... [...] “Necesito hablar un poco contigo”; dime... [...] “Hacía tiempo que no hablábamos tanto”; eso es cierto... [...] “Tenemos varias cosas que contarnos”; ¿qué cosas? [...] “Eras tímido, no socializabas, te costaba hablar con personas”; creo que así era yo antes... [...] “Yo hablaba de él casi todo el tiempo”; era de mí, ¿verdad? [...] “Gracias por acompañarme”; yo nunca te acompañé... Raúl estuvo contigo. [...] “¿Qué te pasa? Tú no eres así conmigo”; ¿cómo así...? [...] “Ya te ayudé con Aura, ahora ayúdame a mí, por favor”; ¿y cómo mierda quieres que te ayude? ¿Engañando a Aura...? “De todos modos gracias por salvarme ahora”; de nada, Prímula... [...] “No quiero quedarme sola de nuevo”; a mí tampoco me gustaría quedarme solo... [...] “Sal de aquí, por favor. No queremos problemas”; ¿qué fue lo que hice...? [...] “Tengo miedo”; descuida, yo te protegeré... [...] “Cumpliste tu promesa”; siempre la cumplo contigo. [...] “Por favor, cuídate mucho”; siempre... [...] “No paraba de pensar en ti”; yo también pensaba en ti... [...] “Gracias, Brett. ¡Nos vemos!”; pronto... muy pronto. “¿Brett? Qué guay”; otra vez Xavi... [...] “Yo también estoy bien, adaptándome a este lugar”; ¿al mundo humano...? [...] “Tuve que ser enviado a esta ciudad para ser tu protector en este mundo”; protector... [...] “Suponía que necesitarías ayuda”; creo que sí... [...] “Vaya, Brett, te felicito”; pues... gracias [...] “No elijas un camino erróneo, que los sentimientos no te ganen y cumple tu destino”; te aseguro que no, Xavi... eso creo [...] “¿Estás listo para ir al Lago Hylia?”; ya quiero vacaciones de verdad... “Mi nombre es Glasse, tu protectora”; Glasse... [...] “Hyrule necesitará de tu ayuda algún día”; Lo sé, Glasse... [...] “Brett, por favor, despierta”; quiero descansar... [...] “¿Qué es lo que deseas en este momento?”; poder y descanso... [...] “Usa el poder del Cristal Dorado”; ¿qué? Pero... [...] “¿Por qué estás tan confundido?”; realmente no lo sé... [...] “¿Te drogarías sólo para no enfrentar la realidad?”;... no sería tan mala idea [...] “¿Y si te llegaras a descontrolar?”; no lo sé... [...] “Brett... mi querido Brett”; mi querida protectora... [...] “De algún modo me hace muy feliz saber que me quieres”; siempre te he querido... gracias por todo. “Es primera vez que los hago”; sándwiches de Aura... [...] “Desde un principio pensé que eras alguien más tranquilo”; lo era... pareciera que estoy cambiado... [...] “No te veía de hace tiempo por acá”; perdón. [...] “Entonces, ¿de qué querías hablarme?”; pues... Eileen y yo... [...] “No sabes lo feliz que me hace escuchar esto”; ¿eh? [...] “Pero yo estoy con Diego y ya sabes cómo reaccionaría”; ¿qué...? [...] “No te preocupes, amor, voy a estar bien”; pero él... ¡No! ...
Un lugar todo negro. Un ambiente oscuro. ¿Estoy en la otra vida o es un sueño? Frases de las personas que considero más cercanas a mí se repetían. Frases que me habían dicho alguna vez en mi vida. Yo sólo respondía. A ellos los quiero. Pareciera haber confusión en mi cabeza... Creo que me estoy arrepintiendo de haber nacido. Quiero descansar. Me está hartando todo esto de “antihéroe”, dos o tres chicas alrededor mío que solamente me proponen más confusión y no puedo proteger a otros, o incluso a mí mismo... me está hartando. Escucho una frase. Al fin era con mi voz. Siempre dice: “Momentos humillantes, vergüenza, rabia... mundo cruel” y se repite una y otra vez...
La figura se convierte en su forma verdadera: tenía las mismas ropas del antihéroe, ojos rojos, cabello del mismo color y largo, altura de unos diez o un poco más alto que yo, el mismo color de piel, teniendo la misma herida en la mejilla izquierda y los mismos rasgos faciales míos. Era el mismo tipo al que vi en un recuerdo de su propia lágrima en la fuente de los recuerdos: era mi antepasado más antiguo, el llamado Primero de Todos. A continuación, éste se presenta todavía con su voz intimidante: “Soy Brett, el reconocido antihéroe legendario y al que conocen como el Primero de Todos. Soy tu otra parte, o en otras palabras, soy la parte dormida de tu alma... ¡Al fin me puedes escuchar, reencarnación mía!”. Volviendo un poco en el tiempo, después de que Drott se haya ido del mundo humano tras haber hablado con nuestro protagonista, regresó a la habitación oscura. Cradd estaba en la misma pose de antes, mirando su mesa de ajedrez. Drott va hacia su cama, toma un libro y se pone a leerlo, sin decir nada. A continuación, Cradd mueve una pieza de ajedrez e inicia una breve conversación.
Cradd no se convence de las palabras de su compañero de celda, así que enojado se lanza sobre éste a gran velocidad. No obstante, Drott lo alcanza a detener a tiempo creando una rápida barrera oscura en ambas manos. Ambos quedan forcejeando y pareciera que Cradd toma la ventaja, pero Drott se levanta y rompe el forcejeo, saliendo ambos volando por los aires. Cradd aterriza en una pared, sosteniéndose como una araña, mientras que Drott aterriza en el suelo.
Esto provocó a Cradd una vez más, así que se lanzó hacia Drott de nuevo. Sin embargo, la tacleada fue detenida por sí mismo para lanzarle la cama, haciendo que Drott lo evada y se desconcentre. Aprovechando esto, Cradd logra darle un puñetazo rápido y efectivo. Drott retrocede y carga su cuerpo con una energía abrumadora, descargándola por toda la celda. Cradd retrocede y a causa de no poder ver a Drott, recibe dos puñetazos de su adversario: uno en el estómago y otro en el mentón, levantándolo por los aires. Drott aprovecha esto para rematarlo con un poderoso puñetazo usando ambas manos, haciendo caer a Cradd bruscamente. A continuación, el joven de inmediato lo levanta y lo lanza a una pared, dejándolo atrapado con unas sogas artificiales de energía oscura que Drott creó. “Nunca más intentes atacar a la persona que te salvó la vida y te dio poder. Desde ahora yo seré el que tomará las decisiones para hacer algo con Brett o no”, dijo Drott al terminar la pelea. Luego, deja la cama tal y como estaba antes y se recuesta, para continuar leyendo el libro. Mientras tanto, Cradd baja la mirada y comienza a pensar, sabiendo que Drott no puede leerle los pensamientos. “No me queda otro remedio... Si este tipo sigue así, perdonando a Brett de esta manera, no tendré otra alternativa más que incluirme en la organización... seré yo quien elimine a Brett, Drott pedazo de mierda”. Por otro lado, al terminar la batalla con el arma de la organización, la persona que estaba sentada en lo alto del edificio del liceo queda mirando contento por lo ocurrido. Luego comienza a hablar por sí mismo: “Supongo que la organización lanzó esta arma sin saber que Brett podría hacer un poco de uso de sus poderes, utilizando efectivamente el fuego, el primer punto débil de esta arma, y aplastando la cosa viscosa rosada, la segunda debilidad. Pero esto no es nada... probablemente, la segunda arma será un desafío mucho mayor y me pregunto cómo se las arreglarán. Y además... Cradd, ese hombre lleno de ira, ¿vendrá a la siguiente ocasión? Si es así, no me quedará más remedio que entrometerme...” |
Capítulo 28
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Entrenamiento Zora |
Y empezando a reconstruir el muro.
Él sabía todo de mí. Sabía acerca de mis pensamientos. Sabía todo lo que hacía en los otros mundos. Sabía mis pensamientos de las otras personas, de mí alrededor. ¡Sabía todo! Parecía que fuera un eterno psicópata mío. El entorno que me rodeaba junto a él era como un sueño, pero lo recuerdo absolutamente todo. Por esa razón les estoy contando, ¿no? Él... al igual como fue con Drott, no venía para mucha ayuda... parecía que me descontrolasen aún más psicológicamente. ¿Acaso este antepasado es un aliado o un enemigo mío? Pero bien... gracias a él estaba vivo. Si no fuera así, ¿qué podría haber pasado con Keeta o con el Goron transformado? Y otra cosa... él también se descontrolaba cuando los atacaba. ¡Así es!
Todo esto termina intentando detenerlo, gritándole que espere, pero su cuerpo se desvaneció de entre todo el espacio negro, vacío. Lo último que dijo, volviendo con la voz “intimidante” sacada en el principio, fue: “Yo soy tú... y tú eres yo”. Despierto. Despierto con tranquilidad y con inseguridad en la misma cama de la habitación del Castillo de Hyrule. Todo era un sueño, uno de los tantos que recuerdo hasta ahora completamente. Así que era verdad, yo era débil. Era demasiado débil para todavía intentar dominar el poder del Cristal Dorado. Aún no podía proteger a alguien que yo quiera. No podría igualarme con el poder que poseía mí antepasado... ¿cómo diablos lo hago para fortalecerme, así como él decía? No pude dormir bien el resto de la noche, así que al día siguiente estaba con sueño. Durante el desayuno bostezaba una y otra vez. Xavi me dijo que no era buena idea tener un mal sueño, menos ahora que comenzaríamos a entrenar nuevamente. ¿Entrenar? Le hice la pregunta, respondiendo que me enseñará a utilizar mi cuerpo de Zora, tanto dentro del agua como en la superficie. Maldita sea... pero en el sueño me decían: fortalece más tu cuerpo y obtendrás mejores resultados. ¡Así debía ser! Aun así, yo estaba con sueño... Después de tomar el desayuno, Xavi y yo partimos del gran castillo. Volvimos al Lago Hylia, el gigantesco lago con agua pura y limpia. Por las mañanas, el sol hacía brillar enormemente este lago; se veía espectacular. Olvidé mencionar algunos detalles: en la superficie del lago hay una pequeña tienda, o algo así, en donde un sujeto nos invita para ser lanzados con un cañón hacia un parque de diversiones. No me interesaba en absoluto. Según Xavi, en una fuente que ahora era inalcanzable vive un espíritu denominado Espíritu de Luz, llamado Lanayru. Tenía el mismo nombre de la región. Ahora entendía el por qué se llamaba así esta región... ¿y qué pasaba con Eldin, Farone y Latoan? ¿Igual tenían un Espíritu de Luz? El Lago Hylia también contaba con una zona terrestre. Sin embargo, era un lugar peligroso si una persona no sabía saltar muy bien... Esa zona está en frente del lugar ya dicho, del tipo de los cañones. Según Xavi se llamaba Tobías esa persona. En fin, la cosa es que en ese lugar terrestre hay una cueva al descubierto y una especie de faro más al oeste. También había más zonas terrestres, como el que estaba ubicado en medio de todo el lago. Allí había una pequeña zona con un árbol sin hojas, pero lo más extraño era que el árbol tenía una especie de rasguño gigante, como si fuera de un hombre lobo o algo así. También en la pequeña “isla” había una marca muy extraña. Según una leyenda contada por Xavi, si se lanza una flecha al sol recién naciente desde esa zona, caerá una flecha especial: las flechas de fuego. Ya había pasado un buen rato desde que se produjo el amanecer, así que la prueba no podía ser todavía... pensándolo bien, ¿cómo yo podría ver el sol para dispararle? Además de todo lo dicho, más al este del lago, lugar donde cae la cascada proveniente de las aguas de los Dominios Zora, hay otra zona terrestre. Ésta era más pequeña que la primera mencionada y no tenía necesidad de dar saltos para llegar de una zona a otra. Aquí se hallaba un laboratorio, el cual se encargaba de investigar las especies que existían en el lago. Igual se hallaban dos extraños espantapájaros, a los cuales no me llamaron la atención aquellos días de entrenamiento. Además de estos puntos de interés en el Lago Hylia, había una que otra diminuta “isla” en la que se puede descansar de tanto nadar. Este lugar era genial, pero me faltaba conocerlo de noche. Volviendo a la mañana de ese día, Xavi me invitó a ir a la última zona terrestre mencionada anteriormente, lugar donde estaba el laboratorio. Estando en la orilla, él me dio uno de los frutos Zora, o mejor dicho pastillas Zora. Me tomé uno y dentro de un corto período de tiempo, mi cuerpo se transformó en un Zora. Luego me introduje al agua y comenzaría las lecciones. Ese día me enseñó a cómo sumergirme y caminar en el fondo del agua, soportando la presión. No se sentía mucho durante las prácticas. Sin embargo, cuando el efecto comenzaba a acabarse, empezaba a sentir la maldita presión y tenía que salir a la superficie, sino tomarme inmediatamente una nueva pastilla. Lo de antes fue muy fácil, así que ahora vendría un nuevo reto: nadar. Puede que sea fácil para un Zora, pero para alguien que no acostumbraba a utilizar ese cuerpo no era mucho... no me sentía como un pez, o mejor dicho como un Zora. Así que practicamos un rato al nado y luego almorzamos con algunas cosas que llevamos cada uno. Reposamos unos minutos tras esto y regresamos a la práctica. Ese día entero no llegué a dominar el nado completamente, pero sí había avanzado un poco más en comparación a cómo lo hacía en la mañana. Cuando el sol estaba cayendo, Xavi y yo tuvimos que volver al castillo. Por el camino, éste me dijo que deberá regresar al Dominio de los Zora para conseguir más frutos Zora, así que de inmediato fue hacia allá. Por mi parte, yo volví al castillo sano y salvo. Ahora sí que estaba cansado, pues el nado agotaba mucho, igual como les sucedía a las personas que practican esto como un deporte al ser principiantes. Ese cansancio, más el sueño que tenía por el mal dormir, me agotó muy tempranamente. La cena lo comí cabeceando una y otra vez, demostrando el cansancio. Yo intentaba continuar despierto, pero Zelda se dio cuenta de esto y me sugirió que me vaya a dormir. Le hice caso, me disculpé al no poder comer todo y me tendí en la cama. Me quedé dormido inmediatamente. Así fueron los primeros días. Siempre salía desde el amanecer con energías y llegaba durante la noche joven muy cansado. Me iba acostumbrando, así que después de una o dos semanas, ya no llegaba tan agotado. Un día, antes de que pudiera dominar completamente los poderes Zora, pude percibir la energía viviente de Eileen. ¿Cómo diablos pude desde tanta distancia? Fue impresionante, tanto así que Xavi me felicitó. Lo importante es que él decidió tomarme un día libre e ir al mundo cruel para visitarla. También podría visitar a Aura o a quien quiera. Así que salí corriendo del castillo y fui directamente al portal. Me di cuenta que mientras más ganas tenía de hacer algo, más rápido podía correr. Estaba tan concentrado en Eileen que no me di cuenta de esto en ese momento, pero corría extremadamente rápido. Finalmente, crucé el portal y volví al mundo cruel. Como había podido sentir la energía de mi prima, supuse que estaba en su casa y ya no en el hospital. Por si las moscas visité este último lugar, porque una cosa es que haya despertado y otra que se haya recuperado. Esto último era un poco difícil... Dentro del hospital me confirmaron que le dieron de alta el día anterior. Vaya, se recuperó muy rápido. Así que, a continuación, tomé un micro y me dirigí a la casa de Eileen. Llegué. Recordé cuando éramos más chicos y la sacaba para salir. Toqué el timbre y me atendió su madre. Se sorprendió al verme y me dejó pasar. Me invitó a tomar algo, pero rechacé y pregunté por su hija. Luego aparecería su padre, que estaba por salir a su trabajo. Con él no teníamos mucha comunicación, así que solamente nos dimos un saludo estrechando la mano. Eileen estaba en su habitación, recostada y descansando, me dijo la madre. Se dio cuenta de mis intenciones y me dio el permiso para ir al cuarto de mi prima. Era la primera vez... así que subí las escaleras, llegué a una puerta, que tenía un pequeño peluche colgando y encima diciendo “Aylín”, la forma en que se traduce su nombre y cómo ella lo escribe; toqué la puerta, se escuchó un grito diciendo: “¿Qué?” y respondí. De inmediato me dejó pasar. La habitación era casi del mismo tamaño que el mío, pero obviamente con varias diferencias. Su cama estaba en el lado izquierdo, quedando en frente de la puerta, su ropero estaba en el lado derecho, un mueble donde estaban las cosas para maquillarse u otras cosas privadas estaban al fondo de la habitación (detrás de la cama), un gran espejo encima del mueble recién mencionado, justo al lado de la puerta había un televisor, las ventanas estaban a la derecha de la cama y unos cuantos posters y adornos rellenaban la habitación, más algunas muñecas que estaba en un rincón, al lado del televisor. El color del techo era blanco y de las paredes un amarillo pálido. Eileen estaba con su pijama, recostada encima de toda la cama y leyendo una revista, con el televisor encendido. El pijama era de color rosa, que parecían tener algunas flores de diseño, se abrochaba con botones y lo demás era normal. Obviamente estaba usando el pantalón, también. Su enérgica y cariñosa sonrisa aparece justo después cuando entré en su habitación. Ambos exclamamos el nombre de cada uno; yo “Eileen” y ella “Brett”. Intentó levantarse rápidamente de su cama, pero le dolió el lugar donde recibió la bala y no pudo. En cambio, yo fui hacia ella y la abracé. La abracé con fuerza, realmente con cariño, pero teniendo cuidado de no apretarla tanto o le dolerá su herida.
Ella realmente era mi prima. Era la misma de siempre. Lo que me dijo Glasse, acerca de doble personalidad, parecía que todavía no se presentaba. Lo más bueno es que era ella misma, sin complicaciones. Me llegó una sensación de emoción y felicidad una vez más, así que instintivamente la volví a abrazar. Ésta me dice: “Estás muy tierno hoy”. No me importaba si lo estaba, lo único que quería era estar felizmente con ella en ese momento. A pesar de todo lo ocurrido, como ese beso extraño que ocurrió semanas atrás, que en ese entonces no lo tenía en mente. Sólo pensaba en la vida de Eileen, en su nueva oportunidad. Ahora más que nunca, tenía que aprovechar los momentos con ella. Ya la “desaproveché” anteriormente, ahora le pondré más atención.
Aunque no lo parezca, Eileen había quedado “K.O.” con tan sólo escuchar estas últimas palabras. Agregué después que gracias a Glasse, ella podrá visitar Hyrule cuando quiera, pues el portal ya le será visible. Como era de esperarse, en un principio creyó que le estaba gastando una broma, pero le dije que cuando se recupere la llevaré al portal y le demostraré que todo era cierto. Después de esto, Eileen dejó el tema de lado y prefirió conversar las cosas que hizo mientras estuvo en el hospital y su regreso. Después de aproximadamente una o dos horas me fui de la casa, recordándole una y otra vez la promesa a Eileen. Ahora el destino a seguir era la casa de Aura. Tomé un micro en un paradero y fui directamente a Rahue. Después de bajarme, caminé intentando encontrar la casa de Aura y finalmente, pude dar con ella. Toqué el timbre y me atendió su madre. Pregunté por ella, pero desafortunadamente me respondieron diciendo que Aura no estaba. ¿Y en dónde habría salido? No quise ser muy intruso, así que me guardé esa pregunta. Es raro, muy raro. Se supone que Aura solamente tenía de amiga a Eileen, pero ella está en su casa a solas. Se podría decir que incluso mi prima ya no habla tanto con ella. Encima nunca mencionó a Aura mientras conversábamos en su habitación. Entonces... ¿en dónde podría estar? La mejor teoría sería que salió junto a algún familiar. No estaba conforme. Quería ver a Aura, sea como sea. Así que disimuladamente me quedé esperando. Me paseaba por varios sitios, sin llamar la atención de algún vecino. Después de eternos minutos de espera, “eterno” debido a que no estaba con el MP4 o con alguna persona para entretenerme conversando, encontré a Aura volviendo a su casa. La detuve en su camino, gritando su nombre y llamándole la atención. Parecía venir con “cara larga”, pero al verme saca una sonrisa, menciona con alegría mi nombre y abre los brazos para abrazarme, a la vez que corría hacia mí. No llevaba nada, sólo un bolso chico donde llevaría sus cosas personales.
Me interrumpí bruscamente debido a que justo en ese momento, listo para continuar con la pregunta, mientras la miraba a sus ojos apareció una secuencia de imágenes que, al parecer, eran recuerdos y pensamientos de Aura, o incluso algunas mías. Su cara feliz y sonriente se transformaba en tristeza, depresión y hasta casi de tragedia. A veces aparecía ella con Diego, ambos abrazados o siendo maltratada por él. En otras aparecía conmigo, pero por alguna razón estábamos distanciados y no juntos. Se escuchaban frases, muchas, pero entre ellas destaco la misma que escuché en mi sueño anterior: “Pero yo estoy con Diego”. Además se escuchaban lágrimas de ella, sufrimiento, imágenes donde aparecía Aura llorando desconsoladamente en su cama y toda la secuencia se finaliza con ese tipo de imágenes, sumados con las mías cuando Eileen me besó. Debido a esto, saqué la conclusión de que Aura, en ese mismo momento mientras estaba con ella, sabía que mi prima querida me besó. ¿Cómo era posible? Acaso... ¿Diego contó todo y Aura le creyó? ¿Por eso era que en varias imágenes Diego y Aura aparecían abrazados y hasta en otras ella rendida a los pies de ese infeliz? ¡Maldita sea! ¡Esto era lo único que me faltaba! ¿Por qué yo no podía vivir pacíficamente feliz? Maldito mundo. Mundo “humano” y la concha de tu madre... Maldigo la vida sin felicidad que tengo. ¡Flaites miserables! ¿Por qué esas “cosas” deben existir? ¿Cómo una mierda de persona como “Dieguito” pudo haber nacido? ¿Por qué ese perro sarnoso tuvo que estar justo en el momento menos oportuno en mi salida con Eileen? ¿¡Por qué ese hijo de perra tiene que estar entrometiéndose en mi maldita vida!? Mátate... Mátate, mátate, mátate...
Tras esto, mi brazo izquierdo comenzó a arder de la nada. Esto asustó aún más a Aura, quien ya terminó mirándome como si yo fuera un extraño, o incluso un monstruo. Sí, era un monstruo... estaba completamente descontrolado. No era el mejor momento para que me empezaran a insistir con preguntas. Avergonzado por lo que le hice, me disculpé en voz baja y me fui corriendo del lugar. Aura intentó detenerme a gritos y al parecer, corriendo detrás de mí, hasta que su voz no se escuchó más. Corría. Corría buscando el camino para volver. Mientras corría, el fuego del brazo comenzaba a apagarse. “No lo había controlado totalmente... ¡Maldito cuerpo débil!”, me decía, enfureciéndome psicológicamente más y más. Escapaba. Escapaba de la realidad. Odiaba admitir que un día, un atardecer de un fabuloso día, ocurrió lo más inesperado con Eileen justo antes de irse a su casa en aquel día. Coraje. Coraje me faltaba para ver la cara de Aura a partir de ese momento. Corría por todo Rahue buscando el camino de vuelta al centro, porque escapaba de Aura debido a que no tenía coraje de verle la cara después de todo lo ocurrido. Además, mi brazo... Me detuve cuando me cansé y empecé solamente a caminar. Desorientado, bajé la gran cuesta que separaba Rahue Alto con Rahue Bajo. Ahora sólo faltaba caminar directamente una calle hasta llegar a un puente, el que llevaba al centro de la ciudad o a Francke. ¿Dónde voy? ¿A mi casa o a Hyrule? Una pregunte de Glasse comienza a escucharse: “¿Te drogarías para no enfrentar la realidad?”. Se escuchaba en mi mente una y otra vez. A veces respondía “sí”, otras veces “no”. En ciertas ocasiones respondía “no sé” o simplemente no contestaba. De algún modo terminé en mi habitación de la casa. Estaba sentado en mi sillón favorito, con el televisor frente a mí, un control remoto en mi mano izquierda, la lámpara al lado derecho y un papelillo completo en una pierna. Muy pronto ese papelillo terminaría vacío. En la TV pasaban telenovelas. Daban películas románticas. Daban series dramáticas. ¡Pero por qué no pasan otra cosa! Ahora... Aura me ve como un monstruo. Me verá como la persona que engañó a Eileen. Sus sonrisas serán falsas. ¿Me querrá? No. ¿Me amará? Menos. ¿Me odiará? Tal vez. ¿Con quién querrá estar? ¡Con Diego! ¿Quién es Diego? ¡El flaite que te jode la vida! ¿Y por qué? ¡Porque es su pasatiempo! ¡Aplausos para el flaitucho cagón! Suenan mis palmas chocar. Te felicito. Muy pronto ya me quitarás la novia, flaite y la re puta que te pareó. ¿Es posible? ¿Es posible estar con la prima? Pero eso es incesto... Aunque es más “decente” ver eso que ver hermanos enamorados... o pornografía entre hermanos, padre/hija o madre/hijo. ¡Mierda! ¿Pero en qué chuchadas estoy pensando? Sin embargo... es divertido. “Akjfhasjkhaskjl”, se escucharían las risas absurdas. ¡Pero! Hay un pero... Según todos yo nací de un huevón llamado Cradd, el cual es un Hylian y que llegué desde naves espaciales al mundo de mierda en el que vivo. Mientras tanto, Eileen nació de padres humanos y se habría hecho pasar por mi prima toda la vida. ¡Ahí está! No es mi prima de sangre, ¡es tan sólo una amiga! Pero... hay otro pero. Yo la considero y la quiero como mi prima. Además, casi todo Osorno nos conoce por primos. De todas maneras, es Eileen. Solamente Eileen, la nueva Hylian. ¿No puedo ser feliz? Sólo quedaría una... ¡Prímula! La simpática y querida Prímula. Esta chica Terminiana que siempre ha sido buena onda conmigo, hasta incluso quería hacerme cosas raras. ¡Ja! Esta chica es pura dinamita. Ella sería una buena opción. Aunque... parece que su “amor” por mí ya se ha acabado. Ahora tan sólo recibo dos mensajes por semana de ella. Como siempre: “te extraño, te quiero, quiero verte pronto, visítanos un día”, etc. Pero ya no manda como dos o tres mensajes diariamente. ¿Qué sería de ella? No recuerdo más. Seguramente después de eso me habré quedado dormido. ¡Así fue! Desperté en el sillón, con el televisor encendido y con estática en la pantalla. Vi la hora y eran las 04:53 am. El efecto de toda droga había desaparecido y me quedé a dormir en mi cama con un leve dolor de cabeza, sin haber recordado aunque sea un poco de lo que sucedió con Aura anteriormente. Despertaría al día siguiente aún con el dolor de cabeza y con los recuerdos de Aura devueltos a mi memoria. Me sentía desganado. Todo el ánimo que tuve en algún momento para llegar a obtener el tercer elemento estaba borrado. La mañana ya había empezado mal. Después de todo lo ocurrido, muchos ladrillos se introdujeron en el muro que por poco lo estaba olvidando completamente... No había pensamiento positivo en ese entonces. Todo estaba mal. Todo el mundo era un asco, un lugar donde no se puede vivir en paz. Viven flaites, abusadores, perros con rabia. Vive gente a la que quería, pero siempre debe pasar algo para que todo salga mal. Aura me ve como un monstruo... la chica a la que más quería me ve ahora como un monstruo; está muy asustada de un tipo que se enciende como antorcha y que encima se tira con su prima. Menudo monstruo. ¿Qué haría yo? ¿Cómo le hablaré la próxima vez que la vea? Todo en mi mente era un caos. Me volvieron esas ganas de no regresar nunca al mundo cruel y estar escondido en Hyrule. Ahora, si llegaba a ese lugar vendrían los entrenamientos y esas cosas. ¡Carajo! No se puede estar en ninguna parte. No tenía ganas de entrenar ni hacer ese tipo de cosas... Pasaron los días y yo me mantuve en casa, en mi habitación, mientras el muro continuaba creciendo. Un día llamé a Bastián para que me regalase más cocaína, pero llegó con otra cosa: marihuana. Éste me invitó a fumar un día a escondidas en la Villa Olímpica. Hay zonas de allí que están menos vigiladas que en el parque. Se han hallado casos de chicas que han sido violadas en esos lugares, incluso. Es por eso que hoy en día, la villa está completamente vigilada durante las 24 hrs. Pero en esos tiempos, la vigilancia era mucho menor. La fumada de esos “pitos” prensados se sintió bien, tanto así que quería repetir esa sensación una y otra vez. Nota: La palabra “pito” también se utiliza en Chile para referirse a los cigarrillos hechos de papel envuelto en marihuana. Llegó otro día en que finalmente, Xavi fue personalmente a recogerme a la casa. Fue durante una tarde y había fumado un poco de marihuana prensada. Él entra a mi habitación desesperado, me ve y se enoja. Inmediatamente después, apaga el televisor y me lleva forzadamente al portal. Yo intentaba detenerlo, pero él insistía y esta vez sí que se enojó. Dentro de la casa solamente me tironeaba de la ropa y les hablaba a mis padres amablemente, pero después de salir me toma el brazo, se convierte en su forma Hylian y sale corriendo hacia el portal. No tardamos casi nada y al cruzar el portal, me sentía completamente normal. Fue como si los pequeños efectos que comenzaba a producirse por la marihuana, se eliminaron instantáneamente al regresar con mi forma Hylian. Parecía que mi “otro yo” eliminara todos esos efectos. No me dolía la cabeza. No me sentía mal. ¡Estaba perfecto! El problema es que los recuerdos que logré crear en el mundo cruel todavía permanecían almacenados en mi cerebro... con un Xavi todavía con la actitud molesta por lo que hacía yo en el mundo cruel, tomó el camino hacia la región de Lanayru. Inmediatamente después, le pedí disculpas por no haber pensado antes de fumar marihuana y por faltar en mis entrenamientos. Esto lo hace detener, darse media vuelta y quedar mirándome, para empezar a dar un breve discurso: “¿No has pensado primero en cómo terminan las personas que fuman marihuana? ¿Sabes al menos lo que produce esa cosa y la cocaína en tu cuerpo y en tu cerebro? ¿Estarás haciendo todo esto para llamar la atención o para no querer enfrentar a tu realidad? Sólo piensa bien antes de hacer las cosas, Brett. No sería buena idea ver al chico que llaman antihéroe en un centro de rehabilitación muy pronto y teniendo 15 años de edad... Y por si acaso, tu cuerpo de este mundo es completamente inmune a esas drogas. Ahora, volvamos al entrenamiento”, finalizó retomando el camino. Sus palabras eran convencedoras, pero... yo utilizo las drogas casi sin pensarlo. Y como la cosa es adictiva, a veces no la podía controlar como sucedió aquella vez. En cosa de minutos regresamos al Lago Hylia. Antes de que pueda pedir una pastilla, Xavi me entrega uno de los llamados frutos Zora. Éste igual toma uno y finalmente, ambos adaptamos la típica forma de un Zora. Así continuaría nuestro entrenamiento por todo el día. Llegué algo cansado al castillo con la noche recién caída. No había hecho entrenamiento por casi una semana entera. Había perdido la costumbre. Zelda se enteró de todo el show que ocurrió en el mundo cruel y me miró preocupadamente. Le dije que fue solamente por ese día, mintiéndole, pero su rostro no cambiaba. Así permaneció todo el tiempo, preocupada por mí. Pareciera que fue apuñalada con las palabras de Xavi contando la historia o algo así... Más tarde, mientras estaba ya listo para acostarme y posteriormente dormirme, la princesa me va a visitar en mi cuarto reservado. Al principio se presentó con una sonrisa, pero luego volvería su cara de preocupación. Ésta me invitó a sentarme en un borde de la cama al lado de ella y a continuación, comenzó a dar su opinión sobre la historia. Según ella, desde que se enteró de esta historia se ha encontrado muy intranquila. Es más, dijo que presentía que esa sensación que viví podría repetirse muy a menudo en mi futuro. Le dije a la princesa que se calmara y que yo procuraría no estar más con drogas, pero ésta no parecía convencerse. Muy pronto se despediría, me desea suerte, añade que me cuide y suplicó que no intente más con una “droga de humanos”, como ella les decía, porque sería realmente peligroso. Terminaría con el típico “adiós” y se iría de la habitación, al fin. Esa noche volví a tener un sueño extraño. Tantos sueños que recuerdo, madre mía... aunque esta no fue una “informativa” como la anterior. Fue un sueño muy rápido y corto, pero preciso y confuso. En este sueño la protagonista era Prímula. El sueño trataba de una simple secuencia de imágenes. Podía ver la casa de ella y su padre, a la propia Prímula, a su padre, la entrada a la Torre de Piedra, una cueva con agua y los famosos Gibdos. Nada más. Al final del sueño, Prímula aparecía corriendo felizmente hacia mí en el Cañón Ikana, a las afueras de la casa. Gritaba mi nombre una y otra vez, pero luego vi que detrás de ella había una especie de “ejército Gibdo”. Prímula parecía no estar enterada de esto y sólo seguía corriendo hacia mí, gritando mi nombre y sonriendo. De esa manera terminó el sueño totalmente inconcluso. Prímula no era la única que gritaba mi nombre. La persona que lo gritaba en la realidad era la princesa Zelda, quien me estaba despertando. Era tarde, se me había pasado la hora. ¿Tan cansado estaba? El cansancio era menos que el primer día de entrenamiento. Eso sí que fue fatal... Así que de inmediato me cambié de ropa y fui al desayuno. Zelda me acompañó en la mesa sólo por amabilidad, porque ya había comido. Mientras tanto, Xavi estaba en otro lado del castillo. Pero está bien... el resto lo dejaré hasta allí. Los días pasaban y suponía que ya estábamos en diciembre. La llamada Navidad no existía en Hyrule, mucho menos en Términa. Pensaba estar con la familia durante el 24 y 25 de diciembre, para aprovecharme de obtener algunos regalos. Como ya dije, los días pasaron volando. Cerca de Navidad, ya tenía casi todas las habilidades Zora, e incluso algunas cosas extras. Ya sabía nadar, moverme a rápida velocidad, estar alerta, caminar y correr bajo el agua, atacar y defenderme bajo el agua, e incluso un movimiento especial que debería ser único: justo después de concluir el efecto del fruto Zora, sacaría la espada y daría distintos tipos de ataques a un enemigo, para finalmente nadar a toda velocidad hacia la superficie, o termino ahogado. Recuerdo también que me enseñó un movimiento especial: era un escudo que aparecía mientras el Zora estaba nadando, el cual no sólo es un escudo para protegerme, sino para contraatacar. Estando de pie bajo el agua era más difícil, así que solamente me enseñó nadando. Lo único faltaba a perfeccionar era luchar al 100% bajo el agua. Ya sabía cómo hacerlo, obviamente, pero faltaba perfeccionarlo. No tardaría mucho. Podría decirles que incluso antes del año nuevo, logré perfeccionar esto último. Volviendo al tema de la Navidad, pasé esos dos días ya mencionados en mi casa. El 24 recibimos las visitas de los primos, quienes dejaban sus regalos para mi familia. Eileen ya podía caminar bien, así que ambos nos pudimos ver ese día, darnos un temprano abrazo de nochebuena y conversar algunas cosas. Ambos estuvimos hablando acerca de Hyrule, pero cuando la quise invitar, pude sentir una extraña sensación negativa que parecía impedir la aparición de Eileen en Hyrule, así que me arrepentí y no le dije nada. Dejaría la invitación para otro día. Bastián, quien estaba “volado”, también aprovechó para darme cocaína como en los viejos tiempos, aunque en esa ocasión no las utilicé. Más tarde los primos se marcharían a sus casas y dos o tres horas después, llegaría al fin la nochebuena. Lo que recibí como regalo fue una pulsera por parte de Eileen, el cual estaba grabado las iniciales de cada uno de nuestros nombres y entre medio un corazón. Ya me esperaba algo como eso, querida prima... mi padre me regaló un nuevo MP4, mi abuela algunos perfumes, los tíos y tías ropas, mientras que mi madre, mi querida madre, me regaló dinero y un collar para colocarlo en el pecho. Este collar era de cadena metálica, tenía un corazón también metálico y dentro de éste se podían meter al menos dos fotografías en miniaturas. Son esos típicos que aparecen en películas o series. Las fotografías que aparecían era una de ella sosteniéndome en sus brazos cuando yo era bebé y otra más reciente, sacada durante mi cumpleaños de ese mismo año, ambos sonrientes a la cámara que nos sacó la foto. Era la primera vez que un regalo me había conmovido tanto. Recordé las palabras de Drott; era cierto. Él no estaba mintiendo. Mi madre, o madrastra según muchos, realmente me quería. Tal vez no me trató de la mejor manera, pero si era para que yo no me convirtiese en uno de esos flaites que me han estado cagando toda la vida, le agradecería de por vida. No era costumbre de mí, pero de inmediato fui hacia mi madre para abrazarla fuertemente. Entre todo ese cariño apareció una frase que nunca pensaba decirle a la edad que yo tenía, a sabiendas de todo lo ocurrido también en el pasado: “Te quiero mucho, mamá”. Esa cadena me la coloqué de inmediato y solamente me lo quitaba para atravesar el portal, pues si lo mantenía puesto conmigo desaparecería con el resto de la ropa. En cambio, si lo llevaba con mi mano permanecería allí. Pero en general, podría decir que esa cadena nunca me la quitaba. No me importaba mucho el dinero que me regaló, porque esta cadena que pudo haber valido poco, valdría una fortuna para mí. La pulsera y la cadena fueron, en definitiva, los mejores regalos que tuve ese año, o incluso podría decirse en mi vida. Luego llegaría el día siguiente, 25 de diciembre. Ese día no ocurrió nada especial, sólo me mantuve regaloneando un poco con mi madre, mientras miraba por primera vez una película en familia. Se suponía que regresaría al atardecer de ese día a Hyrule, pero decidí quedarme a dormir y partir al día siguiente. Sí, todo ese día estuve apegado con mi madre/madrastra. Tanto ella como el resto de la familia se sorprendió por ese nuevo detalle: quedarme todo un día en el primer piso sin la necesidad de otra persona. Claro, ¿recuerdan cuando estuve con Prímula? Esos días apenas podía subir las escaleras para ir a dormir en las noches... Al día siguiente partiría a Hyrule sin haber desayunado. Llegué a ese mundo a esas horas de las 09:00 hrs. aproximadamente. Me dirigí directamente al castillo, donde podrían estar esperándome. Por el camino Xavi me encontró y me llevó directamente al Lago Hylia. Se dio cuenta de mi cadena y preguntó por él, a lo que yo respondí contando toda la historia, explicando así el por qué no llegué el día anterior. Ese día comí en el almuerzo mucho más que Xavi, pues no había tomado el desayuno. Los días continuaron. Logré perfeccionar por completo la última etapa de todo mi entrenamiento: luchar “sin despeinarme” bajo el agua. Esto ocurrió tres días antes de año nuevo. Un dato que conocí ese día es que el año nuevo se celebra el mismo día que en el mundo cruel. ¿Qué es lo que quiere decir? Que tanto el mundo cruel como en Hyrule tienen 365 días para cumplir un año... Eso sí que no lo sabía. Todas las veces anteriores celebraba el año nuevo en el mundo cruel debido a que no estaba en Hyrule a fines de año. ¡Vaya! De inmediato decidí celebrar ese año nuevo en Hyrule, siempre y cuando salía con vida en la batalla contra la cosa que me esperaba con Lord Jabu-Jabu. Ese monstruo que vigilaba mi principal objetivo: el Elemento del Agua... |
Capítulo 29
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Dentro de Lord Jabu-Jabu |
Y el Elemento del Agua.
Cansado con el entrenamiento que me entregó Xavi al día previo de la batalla definitiva contra el monstruo del Lago Hylia, llegué al Castillo de Hyrule. Era 29 de diciembre en el mundo cruel. En Hyrule sería el mismo día, pero no se sabe si hay meses, nombre de un día, etc. Pareciera que no, pues los Hylians trabajan todos los malditos días y solamente descansan por la noche, a excepción de algunos empleos nocturnos. Algunos de estos empleos igual se practican en el mundo cruel. Un claro ejemplo es encargarse de la música para fiestas de un lugar. Aunque fuera así, la música de Hyrule es mucho más agradable que la mugrosidad a la que llaman “reguetón”, o como verga se escriba, donde los y las flaites mugrosos parecen perritos haciendo lo suyo. Vaya mierda, ¿a eso le llaman baile? También se practican oficios que en el mundo cruel existe y es muy conocido: la famosa prostitución. Vaya, parece que ningún mundo se salva de eso... A pesar de que sea algo que llame mucho la atención en el mundo cruel, pues los humanos son todos unos animalitos que buscan sexo, en Hyrule son mucho, pero MUCHO más discretos, tanto así que un 70% ó 75% de la sociedad en Hyrule desconoce la existencia de este oficio, incluido hombres. No sé cómo esta información llegó a mí, pero Xavi fue quien me lo dijo. ¿Acaso éste anduvo haciendo de las suyas algún día por ahí? Me daba lo mismo. Después de todo es su vida y hace lo que quiera con ella. Ahora bien, que me estoy desviando del tema. Anteriormente les dije que el año nuevo en Hyrule se celebraría el mismo día que en el mundo cruel. Esto no lo sabía debido a que siempre en el mes de diciembre no estaba en Hyrule. Ahora que lo estaba, gracias al entrenamiento que me otorgaba Xavi en forma Zora, me enteré por palabras de la princesa Zelda. Desde ese momento decidí de inmediato celebrar el año nuevo en Hyrule y no en el mundo cruel, siempre y cuando lograra salir con vida, pues la batalla con el monstruo que protegía el tercer elemento era un día antes. De eso estuvimos hablando en la gran mesa del comedor, mientras comíamos la cena. Xavi me dijo eso de los empleos y oficios nocturnos de Hyrule y Zelda del año nuevo. Obviamente, el más interesante fue este último, aunque quise añadir lo otro para que sepan algo de un Hyrule “sucio”. Yo no hablé mucho en la mesa, más escuchaba. Estaba muy cansado. El entrenamiento de ese día fue muy duro, igual como el de los dos días anteriores posteriores de mi regreso a Hyrule, tras la Navidad. Luego haría mis labores nocturnas y finalmente, iría a dormir en mi cama reservada. No tardé nada en quedarme dormido, sin antes haber escuchado cuchicheo entre Xavi y Zelda desde los pasillos y posteriormente, silenciarse tras haber oído el sonido de la puerta de una sola habitación. Ya suponía lo que podría pasar ahí... Esa noche volví a soñar con Prímula. Esta vez, mi querida amiga Terminiana estaba dentro de su casa conmigo. Ambos estábamos durmiendo en la cama de ella. Tales escenas son recuerdos míos de aquella vez que estuve en Términa. Prímula estaba con su sensual pijama y yo sudando de nerviosismo al tenerla tan de cerca. Me sentía como si estuviera en esos momentos al conocer a Aura, esos inquietos momentos por las que pasé. Mientras estaba de esta forma con Prímula, de un rato a otro ella coloca la mayoría de su cuerpo sobre el mío, a la vez que decía y repetía mi nombre lentamente y casi en susurro... un poco más aclarativo: era demasiado excitante. Encima que ella me miraba con su rostro sonrojado, enseñando una sonrisa de satisfacción y placer. Esto fue aún más cuando aparece de la nada Eileen desde mi lado izquierdo, lugar donde está la pared. ¿¡Cómo diablos había llegado ahí!? Bueno... la cosa era un sueño, de todas formas. Mi prima querida hacía algo parecido a Prímula, sólo con la diferencia de que era más agresiva. ¿Cómo así? Pues, Eileen comenzaba a lamerme el cuello y a la vez, le daba caricias a mi torso, lugar del cuerpo que estaba tapado por los pechos de Prímula. ¡Vaya mierda tan excitante! Se remata todo esto con la aparición de Aura desde mi lado derecho, lugar contrario a la pared. A ella la vi agachada en el suelo, pero se las arreglaba para hacer lo mismo que Eileen, sólo que desde el otro lado. Además del cuello, Aura se atrevía más con la cara. Al intentar reaccionar ante todo esto, Prímula se cansa de su posición y se sienta sobre mi entrepierna, lugar muy, pero muy frágil y... ¡placentero! Gracias a esto último, terminé completamente K.O. y dejando que las chicas hicieran lo que quieran, mientras yo daba uno que otro suspiro y aguantaba las ganas de hacer alguna otra cosa más, sobre todo con Prímula que estaba sentada allí, JUSTO allí. Cuando ella intentaba acomodarse y tenía que moverse para un lado a otro, era peor... Sin embargo.
Esta respuesta me causó sorpresa y temor a la vez. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y no podía admitir lo que me dijo el “Primero de Todos”. ¿Qué pasaría si él no llegase a controlar mi cuerpo? ¡Todo se pierde! Yo moriría... a pesar de que Glasse pudiera ayudarme dándome vida, tal como lo hizo con Eileen, no quería que me hiciera eso. Tal vez yo tenga pensamientos pesimistas, pero a la hora de decir algo como la muerte soy lo contrario. Se podría decir que incluso le temía a eso. Mi antepasado no podría controlar mi cuerpo y yo tampoco la podía utilizar mientras el poder del Cristal Dorado esté al 100%. Entonces... ¿qué hago? ¡La batalla sería al día siguiente!
Él no logra terminar su frase cuando él desaparece de la nada y yo comience a ver una secuencia de imágenes, donde pude ver claramente lo que ocurrió en la batalla contra el Goron convertido, o también llamado “Pyrus”, según mi antepasado. No sólo veía imágenes, sino que también escuchaba los sonidos del exterior y de mi interior. Gracias a esto, pude escuchar lo que me había dicho Glasse, acerca de pensar o recordar algo muy feliz y relajarme mentalmente, para así lograr controlar mi cuerpo. Al finalizar la secuencia, mi antepasado termina su charla: “Chico, el próximo enemigo que te espera vive dentro del cuerpo de un ser que ocupa el agua para su ventaja, es por eso que Xavi te entrenó tanto en este último tipo de entrenamiento. Ahora será cosa tuya si haces o no las cosas bien, sólo será cosa tuya determinar la batalla que te espera. Me llamas cuando las cosas no estén para bien, ¡pero recuerda! No debes confiar mucho en mi poder, mucho menos bajo el agua y con forma de un Zora... Y por cierto, cuida un poco más tus pensamientos depravados, chico. Recuerda que no solamente yo soy quien puede ver tus pensamientos. Además, la persona que te espera al despertar no le agrada mucho la idea... ¡Hasta entonces, mocoso!”. Justo después de finalizar con el doble sueño, teniendo los recuerdos de la batalla contra Pyrus devueltos, vi a Glasse sentada a un lado de mi cama. Ésta me veía con una mirada seria, pero serena y que incluso me tranquilizaba. No obstante, las primeras palabras que dijo para romper el hielo fueron: “Te estás convirtiendo en un depravado, y encima no me invitaste en el grupo...”. Posteriormente, su rostro cambia drásticamente a una celosa. Su aura se incrementó y podía sentir claramente su energía.
Esto último ocurrió debido a que Glasse, sin previo aviso, se tumbó sobre mí y posteriormente, se tapó rápidamente con las sábanas y todo, quedándose a dormir conmigo. Finalmente, ella terminó recostándose a un lado dejando la mayor parte de su cuerpo junto al mío. La cabeza de Glasse quedó sobre mi pecho, su brazo derecho rodeó mi torso y la izquierda rodeó por debajo, para que luego ambas manos chocaran en mi brazo izquierdo. Un poco más certero: quedó abrazándome de lado con su cabeza agachada, dejando esto último en mi pecho. Además, su blanca pierna derecha quedó sobre las mías. Lo que más me sorprendía es que mientras estábamos así, su largo pelo morado flameaba centímetros sobre mi rostro, a pesar de que no había viento alguno. Parecía magia o algo por el estilo... Antes de que dijera algo, Glasse dice: “Ojalá pudiera estar así contigo todos los días”. A continuación, sentí una extraña energía que me obligó a dormirme en segundos. Día siguiente, 30 de diciembre. Cuando desperté, Glasse todavía estaba acurrucada sobre mí, aún con la pose que quedó en la noche. Estaba profundamente dormida, así que preferí quedarme en cama hasta que ella despertara. A pesar de que esté dormida, su pelo continuaba flameando sin razón alguna. Aprovechando el relajamiento mañanero pensé en lo que podría pasar más tarde, cuando vendría la batalla por el tercer elemento. ¿Qué podrá pasar? ¿Haré las cosas bien esta vez? Si en caso de que el cristal se activara, ¿podrá mi “otro yo” antepasado utilizar mi cuerpo en buenas condiciones? Tantas interrogativas, tanta preocupación... todo esto no servía de mucha ayuda, porque cada vez me ponía más nervioso para la batalla. Después de varios minutos, Glasse por fin despierta. En un principio estaba algo perdida, pero luego recordó lo que había pasado anoche. Lo primero que hizo al verme no fue asustarse o algo parecido, sino que sonreír y volver a acurrucarse en mí. Estuvimos conversando algunas cosas sin importancia, así que no haré tanto relleno. Antes de que desaparezca, Glasse me desea mucha suerte para mi enfrentamiento. Le contesté diciéndole que no se preocupara, porque estaría bien y saldría vivo de ese templo y de Jabu-Jabu, con el Elemento del Agua en mis manos. A pesar de esto, Glasse desaparece sin haber sonreído y manteniendo su preocupada mirada. Ya estando solo de nuevo, me vestí con la ropa tradicional y desayuné. No se conversó mucho en la mesa, estuvo más silencioso de lo normal. En ningún momento se tocó el tema del combate en el Lago Hylia. Sí se tocaban temas del año nuevo o lo que será para el año siguiente. Eso a mí no me importaba mucho, así que no le tomaba tanta importancia. Estaba tenso. No tenía mucha hambre. Comí muy poco en comparación a lo que comía cada mañana de costumbre. Me comía las uñas todo el rato y no dejaba de rascarme la cara, cosas típicas en mí cuando estoy nervioso. No sabía cómo, pero estaba mucho más nervioso que en las batallas anteriores. Ni siquiera fue así con Keeta, a sabiendas que era mi primer gran enfrentamiento. Posterior al desayuno, cada uno hacía algunas cosas que quisiera. Xavi fue a no sé qué lugar, Zelda a su habitación y yo fui a uno de los tantos jardines del castillo. Me quedé sentado frente a una pequeña pileta, donde veía el agua pasar y pasar. Por aburrimiento pensé en usar mi fuego contra el agua. Lo más normal es que se apague, pero este fuego era “mágico”. Parecía uno común y corriente, pero no tan así. No obstante, todas estas últimas frases de pensamientos no servían de nada, pues mi fuego salida de la mano izquierda se apagó al hacer contacto con el agua de la pileta, como era de esperarse. En todo el rato estuve en ese jardín, paseándome por toda esa área. Mientras estaba ahí, también escuchaba algunos mensajes de Prímula que estaban pendientes. Aproveché de enviarle uno, diciéndole mi condición actual. Sin embargo, en medio del mensaje apareció su voz, interrumpiendo todo y preguntando por mi nombre desesperada, aunque contenta. Desde ese mismo momento iniciamos una conversación que se prolongó hasta por veinte o treinta minutos. A pesar de que los números se vean grandes, la duración me pareció muy corta. El tiempo pasó volando por tan entretenido que estaba... Gracias a esa conversación, logré recordar varios momentos que tuve con ella, incluyendo las que tuve en el mundo cruel y hasta el sueño de la noche anterior. Gracias al aumento auditivo que tengo, por un momento escuché la voz de la princesa Zelda. Estaba conversando con Xavi.
Después de esa última frase, dejé de escuchar su conversación al oír un sonido en el subterráneo. Venía desde debajo de la tierra. Ya se imaginan el poder auditivo que tenía yo... Así que me agaché y puse mi oreja en el suelo, para escuchar con más claridad. Se escuchaba de muy lejos, como si estuvieran a casi 100 o más metros de distancia. Sólo oía voces de hombres, pero una de ellas me era familiar: Drott. No obstante, otra voz que parecía haberla oído antes, se escuchó entre medio de todas esas voces. Era la voz del Rey, el padre de Zelda. Un momento... me puse a pensar en algo: recién había escuchado la conversación de la princesa con Xavi. Zelda dijo que Cradd ya pagó por lo que hizo, a lo que Xavi contestó diciendo que lo vio morir. Sin embargo, Cradd está todavía vivo y encarcelado en una celda junto a Drott. Hace tiempo, cuando la primera arma cayó en el mundo cruel, Drott me dijo que las celdas están en lo más profundo de los subterráneos del castillo; su voz que apareció recién lo confirma. Pero... el Rey parece que visita las celdas y se encarga de vigilarlas de vez en cuando, o eso me da a entender el por qué estaba allí hablando con un guardia. Y ahora la duda por la que me quedé pensando en ese entonces: ¿por qué Zelda y Xavi no saben que Cradd está vivo y encerrado en una celda junto a Drott, si el Rey conoce esa información? Todos mis pensamientos y las voces que escuchaba en el subterráneo se interrumpen cuando escucho la voz de la princesa. Ésta había abierto la ventana y gritó mi nombre. Como estaba con mi sentido auditivo aumentado... su voz casi me destruye el tímpano de mi oído izquierdo, el que estaba libre. Luego, ella me echa bromas del por qué estaba agachado en el suelo y demás. Yo le dije que solamente estaba meditando y a continuación, entré al castillo para sentarme en un sofá. Menuda mentira, pero no se me ocurrió otra mejor excusa improvisada. No me dio ni tiempo para descansar al menos cinco minutos, pues Xavi llegó a la sala de estar y comenzó a prepararme para el viaje hacia el Lago Hylia. La batalla por el tercer elemento se acercaba... Así que preparé mi nueva espada, que sería utilizada por primera vez en un combate real. Él mismo me recomendó que llevase el gancho “prestado” de Linik, por si las moscas. Además, llevé el arco y algunas flechas. Sí que llevaba equipaje... aunque Xavi me ayudó con el arco, mientras llevaba consigo la Espada Maestra y obviamente, los llamados frutos Zora. Esta vez me enseñó los frutos originales, los cuales no tenían la forma ni tratamientos de una pastilla. Salimos del castillo con la bendición de la princesa Zelda. El Rey había regresado del subterráneo y también se despidió de mí y Xavi. Después de la conclusión que saqué tras haberlo oído en las celdas, comencé a tomarle cierta desconfianza a este hombre... Era muy extraño que su hija y la persona que se le podría denominar “mano derecha”, Xavi, no sepan la verdad de Cradd. Aun así, yo quedé silenciado en mis propios pensamientos. No sería buena idea que me metiera en donde no debería estar... mi función en Hyrule y en otros mundos es ser el antihéroe que debería ser reconocido como último de todos, el que pasaría a la historia. Nada más. Junto a Xavi partimos rumbo al Lago Hylia. Por el camino conversamos cosas sin importancia. Lo que más se repetía era si yo estaba nervioso o completamente preparado para la batalla; yo negaba lo primero y afirmaba con entusiasmo lo segundo. Cuando llegamos al lago, cada uno se sirvió un fruto Zora y, a diferencia de las pastillas, nos transformamos inmediatamente en Zoras. El efecto era instantáneo... a pesar de todo, la duración de esto era solamente de una hora, así que no cambiaba. Estando en el agua, nos sumergimos inmediatamente y fuimos camino directo a la entrada del pequeño templo que nos espera. Xavi sacó la nota que entregó el Rey Zora anteriormente, el cual parecía no deteriorarse con el agua. ¿Qué papel del demonio era ese? Al fin y al cabo, eso no era lo importante; los guardias Zoras nos dejaron entrar inmediatamente. Claro, con el permiso del Rey Zora ninguno de ellos puede dar un argumento válido para defenderse en contra. Así que ambos continuamos nadando y entramos con total libertad al pequeño templo. Después de entrar, las puertas se cierran y los guardias quedan vigilando de nuevo. La entrada no era nada más que agua. Solamente había agua. Por el camino nos encontrábamos con unas especies de medusas gigantes eléctricas. Estos se llamaban Bari, según el libro de información de enemigos que tenía. Claro, aún lo seguía leyendo de vez en cuando. Recordé que hay que tener mucho cuidado al acercarse y la única forma de acabarlos es sacándoles su núcleo con el gancho o lanzándoles un bumerán. Yo tenía el gancho, así que me encargaba de ellos. Xavi se encargaba de otro tipo de enemigos, los cuales se llamaban Shell Blade. Estas cosas tienen un poderoso caparazón que los protege de todo tipo de ataques. Sin embargo, cuando abren su gigantesca mandíbula, tan grande como para tragarse a una persona completamente, exponen su punto débil. Entonces, en ese mismo instante hay que atacarlos con la espada y morirán de un solo corte; como éramos Zoras, Xavi tenía que hacer uso de las aletas, los cuales abatían a los Shell Blades con una cuchillada. A pesar del detalle de la espada, Xavi insistió en que la lleváramos... El pasillo parecía ser infinito, pero finalmente logramos llegar a superficie. Ahí estaba la deidad Zora: Lord Jabu-Jabu. Era un pez gigantesco que estaba sobre una fuente. En su cabeza parecía tener una gran variedad de adornos. Con tan sólo verlo, pensé en que si la consideración de que era una deidad para los Zora iba totalmente en serio o un chiste... era solamente un pez gigante, que no parecía hacer algo bueno. Nada más respiraba y esperaba comida. ¿Qué clase de deidad es esa? Cuando intentábamos acercarnos, Xavi me decía que la energía del elemento lo sentía mucho más fuerte. Yo intenté percibirla y era cierto. Este lugar era el epicentro. De pronto, Lord Jabu-Jabu nota nuestra presencia y de inmediato se enfurece. Éste abre su boca, el cual era muy gigante, y nos empieza a tragar. La corriente era tan fuerte que no pudimos escapar... sin darnos cuenta, estábamos dentro de Lord Jabu-Jabu. Al tragarnos nos llevó directamente al estómago, lugar donde podía sentir la energía del elemento sin siquiera tener que usar mi percepción. Antes de que me guiara por esta energía, comencé a buscar a Xavi. Empecé buscando por los alrededores, con la ventaja de utilizar mis sentidos del oído y olfato. El recurso de éste último no era muy buena idea, pues en el lugar donde estábamos no había olores tan agradables... así que intenté al principio solamente con el auditivo. Escuchaba sonidos de Baris y otro tipos de monstruos, pero de pronto escuché la voz de Xavi que gritaba mi nombre. Estaba lejos, pues cuando dejé el audio normalizado no escuchaba sus gritos. Guiándome por el lugar que me indicó mi sentido del oído llegué a parar con Xavi. Él había caído en un lugar peor que yo, así que estaba mucho más sucio y hediondo. Tras la caída se le perdieron algunos frutos Zora, pero al menos le quedaron cinco; eran más que suficientes. El efecto del fruto Zora comido anteriormente ya se estaría apagando, pues en el transcurso para llegar hacia Jabu-Jabu tardamos varios minutos. Dentro de Jabu-Jabu se encontraban solamente Baris, o también algunos Biris, los cuales son una versión más pequeña de los Baris y que sólo pueden ser eliminados con un objeto a distancia, como el bumerán, el arco o el gancho. Yo tenía estos dos últimos objetos, así que no había complicación para derrotarlos. Los Shell Blades eran más difíciles de hallar, pero sí habían. También se hallaban algunos Lizalfos, por más raro que sean, y algunos Like-Likes. A estos últimos les temía más, pues estos se acercaban con intención de tragarme y quitarme algún objeto. Los Lizalfos eran fácilmente eliminados por Xavi. Mientras Xavi y yo recorríamos por zonas asquerosas de Jabu-Jabu, que también estaban con agua, encontramos el tesoro del lugar. Se trataba del bumerán, objeto que se lanzaba a una zona que yo quiera y regresaba a mí. Xavi me enseñaba a utilizarlo a medida que avanzábamos dentro, acabando con algunos enemigos fácilmente, como los Biris, o incluso paralizando a otros, como los Lizalfos. Seguimos recorriendo por varios lugares del estómago de Jabu-Jabu, utilizando otro fruto Zora para cada uno, hasta que finalmente dimos con una entrada diferente a los demás. Xavi y yo nos acercamos a este lugar en particular, pero cuando quisimos llegar los dos a la vez, Xavi fue retenido por una extraña barrera mágica, la cual activó una especie de alarma dentro de Jabu-Jabu. A continuación, él me dice: “Tendrás que entrar tú solo, porque obviamente yo no puedo. Me encargaré de proteger la entrada. ¡Mucha suerte, Brett!”. Intenté decir algo, pero cuando miré el camino que estaba detrás de Xavi, camino por la que habíamos llegado, comenzaron a llegar Baris y Lizalfos. Me di cuenta a lo que se refirió Xavi... Entonces, decidido volteé y abrí la única entrada. Cuando entré a la habitación desconocida, el primer evento sucedido fue cerrarse de inmediato la entrada. A continuación, mi cuerpo de Zora pasó a volver a la normalidad mágicamente, como si la sala prohibiera el uso de este objeto. Luego, la oscura habitación comienza a iluminarse cuando unos seres eléctricos utilizan su electricidad para llamarme la atención. Se trataba de varios Baris que estaban flotando en lo más alto de la habitación, para luego ir bajando lentamente. Sin embargo, estos Baris no flotaban por sí mismo, sino que estaban siendo afirmados por otra cosa aún más gigante. Esta cosa, finalmente, hace uso de toda su electricidad por enfurecimiento al verme y la habitación resplandece de luz. Eso era bueno, pero lo malo es que comenzaría a moverse para atacarme... La batalla por el tercer elemento iniciaba. Este enemigo en un principio estaba solamente en medio del campo, junto con los Baris pegados a su cuerpo usándolos como arma de defensa. Para atacar me lanzaba rayos, pero yo hábilmente los iba esquivando. El primer rayo casi me da por sorpresa, pero por suerte logré saltar a un lado. Durante los primeros minutos no encontraba la forma de atacarle. Le lanzaba el bumerán a cualquier parte de su cuerpo, pero nada. Además, si intentaba atacar con la espada, podría terminar electrocutado por los Baris. De pronto, me di cuenta que este ser estaba afirmado por unas cosas con forma de tentáculos en el techo de la habitación. En primera instancia usé el arco, pero las flechas solamente lo atravesaban. Tenía que tener cuidado al usar un objeto, pues si me quedaba quieto me llegaría un rayo. Antes de intentar usar el gancho, recordé el objeto tesoro que había hallado: el bumerán. Entonces, saqué el bumerán y mientras iba corriendo por los alrededores de la sala, iba lanzando el objeto nuevo hacia los “tentáculos”; fue muy efectivo. En total eran cuatro, así que no tardé mucho en quitarlas. A continuación, iniciaría la “segunda parte”. El ser gigante continúa estando quieto y deja de lanzar rayos, pero ahora sacaría unos cinco o seis Baris que rodearían por todo el escenario, moviéndose por orden del monstruo. Lo bueno de esto es que ahora descubría su punto débil, así que era más fácil atacarlo. En un principio yo lanzaba el bumerán a los Baris, pero no les hacía daño. Luego opté por lanzar el objeto hacia el cuerpo del monstruo y esto hizo que lo paralizase junto con las medusas. De inmediato comencé a lanzar el bumerán a cada uno de los Baris y el efecto era bueno: los eliminaba. Después de unos segundos, el ser se reincorpora. Ahora habían quedado solamente dos medusas, así que fue más fácil repetir el proceso. Cuando logré eliminar a todos los Baris, el monstruo sale por fin de su sitio y comienza a movilizarse por todas partes de la habitación. Ahora saca algunas desventajas para mí: utiliza los Baris alrededor suyo como armas de defensa y ataque; como ahora se movía, me era más difícil acercarme y a la vez, atacarle; y ahora el bumerán rebotaba casi siempre con las medusas. La única ventaja que tenía era que por fin descubrió su punto débil completamente, pero como ya dije anteriormente, era defendido por unos seis Baris que giraban a gran velocidad. Los movimientos del monstruo eran lentos, pero el campo de batalla no era tan grande. Para atacarlo obviamente tenía que acercarme, ¿pero cómo? Era muy arriesgado. El bumerán casi siempre rebotaba por culpa de los “invencibles” Baris. Después de unos minutos, logré darle efectivamente al monstruo, pero a la vez fui atacado por un Bari justo antes de que se paralizaran. Esto me debilitó un poco, pero me reincorporé de inmediato y destruí al menos tres medusas. El monstruo se recupera, pero antes de que se levante completamente, logré darle otra vez con el bumerán. Esto lo paralizó una vez más, sin embargo, antes de que pudiera atacarle a un Bari, un sorpresivo rayo logra darme. Eso sí que dolió y me dejó paralizado por unos segundos... Reincorporado de inmediato y con sed de venganza por esto, le di una vez más con el bumerán al monstruo para que continuara paralizado. Esquivé el segundo rayo y el tercero, y antes de que lanzara un cuarto rayo, acabé con los otros tres Baris restantes. A continuación, el monstruo se levanta rápidamente y en el proceso logra golpearme, lanzándome lejos. Me levanto del suelo y esquivo rápidamente un rayo que me había lanzado. Ahora la batalla se puso mano a mano: él ya no tenía Baris que lo defiendan, así que exponía su punto débil libremente. Lo malo es que ahora se movía un poco más rápido que antes y lanzaba rayos consecutivamente. Yo estaba cansado. Tenía que correr para allá y para acá, además de dar saltos en algunas ocasiones para esquivar ataques. Esto era una gran desventaja para mí, más que ahora esa cosa se movía más rápido y lanzaba rayos por cada tres segundos y no cinco como antes. De igual manera tomé aire antes de comenzar con esta “cuarta parte” de la batalla, para luego seguir corriendo y lanzarle el bumerán. Yo estaba cansado y un poco débil, pero él estaba débil también, incluso más que yo. Lo podía sentir. Como ahora exponía su punto débil, darle con el bumerán era mucho más fácil, siempre y cuando lo lanzaba desde una distancia apropiada. Así que no tardé mucho en darle el primer golpe con el bumerán. Lo malo era que a pesar de estar inmovilizado, el monstruo todavía lanzaba rayos. Después de darle con el bumerán, no pensé dos veces y me acerqué corriendo para atacarle con la espada. Tras darle una serie de cortes, el ser retrocede y esconde su punto débil por un período de tiempo, aprovechando de lanzarme uno que otro rayo. Después de unos segundos, el monstruo se vuelve a levantar y habría que repetir el proceso de nuevo. Lo anterior tuve que repetirlo solamente otras dos veces. En la última ocasión, el monstruo se movía a una velocidad increíble y lanzaba rayos por cada un segundo o dos. Debido a esto, un rayo logró alcanzarme, pero no me detuvo para poder derrotarlo ni tampoco para necesitar la ayuda del Cristal Dorado. Cuando lo derroté, comenzaron a salir unas cosas extrañas en el cuerpo del ser, para que finalmente explote y caigan partes de su cuerpo encima de mí. Menuda asquerosidad. Como era de esperar, comencé a buscar si había algún rastro del elemento del agua, pero nada... solamente se abrió una entrada a un vacío en medio de la sala. Fui a inspeccionar y miré el túnel, sin lanzarme todavía. Usé la “vista de águila” para ver un poco y me di cuenta que había agua. Al darme cuenta de esto, dejé de echar un vistazo al túnel y me tiré al suelo por el agotamiento. De pronto, Xavi entra a la habitación también un poco cansado, ya sin su forma de Zora.
No entendí bien el por qué dijo esto, pero al terminar su frase tocó el hueco del túnel, haciendo aparecer una barrera idéntica a la anterior. Esto causó en mí un cansancio interior, soltando un gran suspiro y volver a tenderme en el suelo. Xavi reaccionó con esta actitud mía para él también tenderse en el suelo, mientras ambos conversábamos. El tema principal fue sobre chicas. Xavi siempre mencionaba a la princesa Zelda. Me describía su cuerpo físico, las medidas que tenía, el gusto que tenía él por ella, etc. De vez en cuando mencionaba a Ruto, haciendo lo mismo que con Zelda, o incluso a una chica Gerudo que yo no conocía: Nabooru. Igual mencionaba unas tantas otras chicas, entre ellas la loquilla de Ashley. En tanto, yo mencionaba a Eileen, Prímula y Aura. También hablé acerca de Glasse, a pesar de que ella sabía lo que yo diría de ella. También hablábamos una que otra cuestión, como los momentos que creábamos en el mundo cruel, Hyrule, etc. Igual cada uno contaba una anécdota propia. Yo hablé solamente parte de mi vida junto a Aura y el momento que estuve con Prímula en el mundo cruel. Xavi me contó unas cuantas cosas, como los momentos que estaba con Zelda, sus viajes por todo Hyrule, relaciones con chicas, entrenamientos propios con la espada, etc. Estuvimos casi una hora conversando, cada uno tendido en una parte del suelo y mirando el techo. Después de terminar la conversación y haber descansado lo suficiente, Xavi me invita a levantarme y prepararme para la última batalla. Éste me entrega un fruto Zora, el último que debería usar en el día. Xavi vuelve a darme ánimos para la batalla que me esperaba en el fondo del túnel y finalizó diciendo que me esperará fuera de Jabu-Jabu, esperando que yo salga con el Elemento del Agua. Ambos hicimos esa promesa y a continuación, comí uno de los frutos Zora, para luego lanzarme al túnel y ver cómo me acercaba cada vez más al agua de allí. Cuando quedé en la superficie del agua, miré hacia arriba y me di cuenta que la entrada no se cerró. Ya estando convertido en Zora, comencé a sumergirme. Como tenía la vista especial de estos seres, podía ver perfectamente desde la superficie hasta la arena del fondo. Era muy, pero muy profundo, tanto así que incluso sentía la presión del agua cuando ya estaba cerca de tocar el suelo aun estando con forma Zora. Las algas del lugar eran grandes. Alrededor de la arena había algunos pilares. En medio del todo había una especie de tentáculo que sobresalía de la arena. Después de unos minutos sumergiéndome, terminé aterrizando cerca de en medio. En un principio no pasaba nada, pero de pronto comenzó a sentirse un temblor en toda la zona. Por un momento pensé que Jabu-Jabu se estaba moviendo, pero en realidad era que varios tentáculos estaban sobresaliendo de la zona central del nuevo campo de batalla. “¿Y ahora qué es esta cosa...?”, me pregunté. De inmediato retrocedí, antes de que todos los tentáculos salieran. Mientras caminaba hacia atrás, un tentáculo casi me agarra los pies, pero por suerte su longitud no fue suficiente para alcanzarme... parecía que esta batalla sería más brava que la anterior. En un principio no tenía ni la menor idea de qué tenía que hacer. Sólo veía tentáculos y más tentáculos. Si yo me alejaba, ellos no hacían nada; si me acercaba, me agarraban para atacarme. Sin embargo, en un momento dado vi una cosa saliendo de un tentáculo. Usé mi visión cercana para ver mejor y me di cuenta que era un ojo. Esta cosa aparecía de un tentáculo a otro aleatoriamente. Supuse que ese era el punto débil del monstruo. Pero el problema era: ¿cómo le ataco si no puedo acercarme? Pensé en el bumerán, el objeto “Premium”. No obstante, no sirvió de nada. Solamente atravesó el ojo y tentáculo mismo. El arco no lo podía utilizar, pues no lo tenía en el equipamiento junto a mi forma Zora. Sí podía utilizar el gancho. Así que lo saqué de las prendas que tenía y me acerqué cuidadosamente, para luego esperar a que el ojo apareciera en un tentáculo cercano al lugar donde yo estaba. Cuando esto último ocurrió, sin pensarlo utilicé el gancho. Esto hizo que el ojo saliera del tentáculo y lo trajera hasta mí. Aproveché esta situación para atacarle con las aletas Zora, así como algunas patadas incluidas y el uso del escudo reflector especial, el cual hería bastante también a los enemigos. Después de atacarle, el ojo se retira y vuelve a su posición original, para volver a atacarme con los tentáculos. Tuve que repetir el proceso anterior otras tres veces, siendo un poco herido por culpa de los peces que explotaban cuando chocaban conmigo o les atacaba muy de cerca accidentalmente. Estos enemigos se llamaban Peces Bombas. Algunos de ellos no explotaban al tener contacto, sino que se transformaban simplemente en bombas submarinas. Las heridas que tuve eran leves, así que no me sentía muy débil. Lo que sí estaba sintiendo era el cansancio. Entonces, tras haberse debilitado lo suficiente, la verdadera forma del monstruo aparece saliendo bruscamente desde debajo de la arena. Los tentáculos solamente eran los “pelos” de este monstruo, el cual parecía un pez gigante, o más bien una simple serpiente marina con tentáculos. Volviendo a la batalla, cuando el monstruo salió completamente de la arena, comenzó a nadar dando círculos por todo el lugar. La táctica de batalla cambió y ahora yo tenía que seguirlo y averiguar su punto débil. Estuve un buen rato nadando junto a él. Me di cuenta que era casi inofensivo, pues no me hacía nada. Lo malo era que si lo llegara a tocar me heriría. También me di cuenta que si estaba muy cerca de los denominados tentáculos, estos me agarrarían y me atacarían, igual como antes. No sé lo que podría pasar si me pondría frente a él, pues no quería arriesgarme y mucho ver su horrible cosa llamada “boca”. Pensaba que esa cosa podría succionarme y atacarme o algo por el estilo... Después de varios minutos de tanto averiguar, logré localizar el punto débil de este monstruo: se trataba del mismo ojo ubicado en el lomo de éste, el cual se veía bastante escondido debido a los tentáculos que lo rodeaban y sobre todo, por el color de piel del enemigo. Intenté acercarme nadando, pero me era imposible llegar. Cuando intentaba hacerle una coartada, inteligentemente el monstruo iba al lado contrario o simplemente se volteaba. Sin embargo, recordé que el gancho fue efectivo con el ojo. Así que intenté utilizarlo para ver qué sucedía... Mientras iba nadando, me acerqué lo suficiente para utilizar el gancho y gracias a la vista cercana, logré darle con facilidad. El efecto fue contrario al anterior: el ojo me atrajo hacia él. Quedé encima de éste y rápidamente me afirmé, para luego darle un golpe con las aletas. Fui muy descuidado, desafortunadamente, pues el monstruo usó los tentáculos para agarrarme... era más inteligente de lo normal, ya que utilizó un tentáculo que estaba cercano a un pilar al agarrarme. Así que tras haberme agarrado, comienza a agitarme como si fuera un muñeco o algo parecido, pasando a golpearme contra su cuerpo y finalmente, me hace estrellar contra un pilar. Esto me debilitó en seguida, más que el golpe fue en mi espalda, lugar donde había recibido dos golpes eléctricos en la batalla anterior. Mientras había quedado resentido por el golpe, recordé una típica palabra molesta que siempre me había dicho a mí mismo y que mi propio antepasado me lo dijo también: débil. Claro, Cradd en el pasado podía aguantar este golpe con facilidad, a Xavi no le haría casi ni cosquillas, a mi antepasado mucho menos todavía... Mierda, ¿por qué soy tan débil? ¿Por un estúpido golpe, incluso bajo el agua, me haría tanto daño como para quedar casi inconsciente? ¡No! Mi rabia a mí mismo se convirtió en una especie de tanque de reserva para mi cuerpo, pues reaccionó de forma violenta y me dejé llevar. Nadé a tal velocidad que alcancé en menos de diez segundos al monstruo. Un poco de luz aparecía desde mi frente, pero no lo suficiente para activar por completo al cristal. Cuando me acerqué suficientemente a mi enemigo, utilicé el gancho hacia el ojo y volví a agarrarme. Esta vez usé el escudo reflector para atacar al ojo y defenderme de los tentáculos a la vez; fue efectivo. Los tentáculos no podían atravesar el escudo, así que pude golpear con libertad al ojo. Después de un rato, el monstruo se agita a sí mismo muy bruscamente, haciendo perder mi equilibrio y salir obligatoriamente de su cuerpo. Después de esto, tuve que repetir el proceso otras dos veces. En la última ocasión, el monstruo se sintió tan débil que expulsó de su boca varios Peces Bombas y algunos Biris extras. Ahora me era mucho más difícil acercarme, pero me daba lo mismo. Algunos Peces Bombas chocaban conmigo y estallaban, sin embargo, mi orgullo por querer ser fuerte me hacía ignorar el dolor que causaban estas cosas. En tanto, a los Biris los destruía lanzándoles el bumerán con furia, pues me rompían las pelotas todo el rato cruzándose en mi camino. Cuando iba por la cuarta vez para golpear el ojo del monstruo y me haya acercado lo suficiente, utilicé el gancho como de costumbre e hice uso de la misma técnica de siempre. Aquí fue donde llegó el problema mayor. Confiadamente usé el escudo reflector, sin embargo, de pronto este escudo comienza a fallar entrecortándose una y otra vez, como si estuviera jugando con la luz: apagándola y encendiéndola. Hasta que finalmente, el escudo reflector no apareció más... como consecuencia, un tentáculo alcanza a agarrarme y empezó a tironearme una y otra vez. Ahora no solamente me golpeaba contra su cuerpo, sino que pasaba a chocar con Biris, electrocutándome gravemente, y con Peces Bombas. Para finalizar, me lanza a gran potencia hacia un pilar. Mi fortaleza se había ido a la mierda y casi me desmayo en el fondo del agua... Empecé a escuchar la voz de mi antepasado, como si fuera alucinación, mientras yo tenía la mirada perdida.
Tras esta exclamación, comenzó el intercambio de almas. Ahora, mi antepasado controlaría mi cuerpo (aún con forma de Zora) con el poder del Cristal Dorado y yo me quedaría en mi interior en estado de “espera”, mirando todo lo que sucede afuera. Lo que veía era lo de siempre: luz dorada. Como era de esperarse según mi antepasado, mi cuerpo no se movía. El monstruo estaba lejos, así que no sería mucho problema por el momento, aunque los Biris y los Peces Bombas que se acercaran sería problema. Entonces, cerré los ojos y me concentré solamente en mis pensamientos. Recordaba... recordaba y recordaba. Lo que se me venía a la mente en un principio eran recuerdos un tanto negativos, pero de a poco me fui concentrando más y más y comencé a recordar momentos más felices. Recordé los momentos con Prímula en Términa, momentos juntos con Eileen, el más reciente cuando conversaba con Xavi, pero por sobre todo momentos junto a Aura. Sin embargo, no era suficiente... De pronto se sintió una colisión. Abrí los ojos y era mi cuerpo que había sido golpeado por el gigantesco monstruo. Empecé a escuchar la voz de mi antepasado, quien histéricamente me decía que me apurara. ¡Eso era lo que estaba haciendo! Pero algo andaba mal... no funcionaba. Ningún recuerdo era suficiente para relajarme. ¿Acaso era porque estaba demasiado nervioso por la batalla? No sabía qué hacer... pensaba que fue un gigantesco error otorgarle el cuerpo a mi antepasado. Comencé a desesperarme. Me integré junto al “Primero de Todos” para gritar histéricamente. Quería golpear algo. Movía mi cabeza hacia todas direcciones. Estaba asustado, desesperado y con temor a morir... No obstante. Mientras me movía agitadamente “dentro de mí”, la cadena regalada por mi madre días atrás apareció flotando frente a mí. Durante ese instante, todo lo que sucedía alrededor mío se había silenciado, e incluso desaparecido. No había batalla, no había enemigos, no estaba mi antepasado gritándome... Recogí la cadena del aire y abrí el corazón metálico, para así ver las fotografías que se incluían, las fotografías donde aparecía con mi madre cuando era bebé y la más actual. El mejor regalo que había recibido en mi vida estaba en mis manos. El regalo que recibí con más amor de todos los regalos. El regalo que por primera vez, me emocionó lo suficiente como para perdonar todas las cosas del pasado entre mi madre y yo. Teniendo la cadena en mis manos, cerré el corazón, me coloqué la cadena, mantuve el corazón afirmado con las manos y cerré los ojos, para luego crear una sonrisa y susurrar: mamá. A continuación, una poderosa luz dorada ilumina todo el fondo del agua de la zona de batalla, la luz del verdadero poder del Cristal Dorado. Yo, estando con los ojos cerrados y todavía manteniendo la cadena en mis manos con la forma Zora, vuelvo a tener el control de mi cuerpo. Ahora era mi antepasado el que quedó en estado de “espera”, o simplemente se irá a descansar. Al igual como sucedió contra Pyrus, sentía la gigantesca energía recorriendo mi cuerpo, pero lo único que tenía que hacer ahora era acabar con mi enemigo actual. Así que de inmediato fui nadando hacia el monstruo. Nadaba a una gran velocidad, mucho más que antes, tanto así que alcancé a mi enemigo en casi cinco segundos. Los Biris y los Peces Bombas los iba eliminando en mi camino fácilmente con el escudo reflector. Finalmente, con un poco de felicidad y con sed de venganza, llegué hacia el ojo del monstruo, sin siquiera utilizar el gancho. Tras agarrarme rápidamente, un tentáculo intentó agarrarme, pero para mi sorpresa, mi instinto propio de mi cuerpo hizo que la agarrara con mi mano izquierda y utilice fuego, quemando el tentáculo y dejándolo sin uso. Esto sí que fue sorpresivo e imposible, pues el fuego no podía encenderse con el agua... ¿Así de poderoso era mi verdadero poder elemental? El monstruo intentaba atacarme una y otra vez con sus tentáculos, pero con el poder del fuego los iba quemando y dejando sin uso. A medida que hacía esto, mi enemigo se agitaba a sí mismo una y otra vez para intentar alejarme, pero yo no me soltaba. También comencé a sentirme cansado y agitado en algunos instantes, a la vez que no respiraba demasiado bien. Supuse que era causa de tanto poder y mi cuerpo no podía soportarlo... Así que libremente, sin tentáculos como amenaza, comencé a golpearle una y otra vez al ojo con puñetazos de fuego. Mientras hacía esto último, sin embargo, me di cuenta que me costaba respirar debido a que mi cuerpo Zora iniciaba a dejar de funcionar, para volver a la normalidad. “Esto es más malo todavía...”, me dije a mí mismo. Así que me apresuré en golpear fuertemente al monstruo, pero a veces la velocidad reducía la potencia de ataque; eso sucedió... los golpes no fueron lo suficiente para acabarlo. Antes de que me diera cuenta, las branquias desaparecieron de mi cuerpo, así que ya no podía respirar el agua. Ahora el monstruo tenía la tremenda ventaja de darme un golpe y abatirme. No obstante, mi sed de venganza no estaba satisfecha en absoluto. Así que con lo que quedaba de las aletas Zora, nadé a toda velocidad hacia el monstruo. En un tiempo limitado logré llegar al ojo, pero decidí traspasar esa parte y arriesgarme a quedar frente al enemigo. Mientras quedé allí, las aletas Zora desaparecieron, al igual que todos los otros rasgos. Cuando el monstruo estaba lo suficientemente cerca y abría su boca para intentar comerme o morderme, hice un movimiento practicado en el entrenamiento junto a Xavi: di un impulso hacia arriba, desenfundé la espada e hice una voltereta en el agua, para así quedar con las piernas en posición de feto y los brazos alzando la espada bocabajo, quedando la punta de ésta hacia abajo y gracias a esta posición, ganar fuerza en un impulso hacia abajo; entonces, finalicé el ataque haciendo lo último señalado y clavando la espada justo en el ojo del monstruo cuando terminé de impulsarme. Esto causó que el monstruo se resienta del dolor y lance un grito ensordecedor. Tras esto, el monstruo comienza a moverse descontroladamente por todo el escenario y finalmente, se estrella con los pilares y posteriormente con la pared. La batalla había finalizado. A continuación, el monstruo explota, igual como sucedió con el enemigo anterior, y el Elemento del Agua aparece, para comenzar a acercarse hacia mí mientras iluminaba toda la zona más azulada de lo que estaba, ya que la luz dorada del cristal se estaba apagando de mi frente. Todavía conteniendo la respiración y con las corrientes de energías del cristal desapareciendo, agarré el elemento de color azulado y terminó incrustándose en mi pecho, algo que no había sucedido antes... Segundos después de lo ocurrido recientemente, no soporté más contener la respiración y el agua empezó a entrar en mi boca, al igual que en mi nariz. Empecé a moverme alocadamente, intentando nadar o algo parecido, e incluso me agarraba la garganta, la boca o el pecho desesperadamente. Sin embargo, no duré mucho debido a que gran cantidad agua ya había entrado en mis pulmones. Así que debido a esto comencé a caer lentamente. Mientras iba cayendo hacia la arena, todavía estaba consciente de lo que pasaba. Mi cuerpo había quedado bocarriba, por lo que podía ver el túnel por la que entré. Antes de perder la consciencia completa, estando con la vista quedándose nublada poco a poco, pude ver a una chica con un traje blanco elegante y con pelo largo de color morado, que se acercaba a mí a una velocidad increíble y teniendo los brazos abiertos. Pareciera que ni siquiera nadaba. Cuando tuvo contacto conmigo, me abrazó fuertemente y empezó a repetir mi nombre una y otra vez, con tono de felicidad. Lo último que recuerdo fue que respondí a su gesto y finalmente, la vista quedó totalmente oscura. |
Capítulo 30
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Celebración de Año Nuevo |
Y las sospechas del subterráneo.
¿Por qué estoy vivo? En el último momento que pasé en mi vida antes de despertarme en la cómoda cama de mi habitación del Castillo de Hyrule, yo estaba en lo más profundo de la zona de batalla contra el monstruo que protegía el Elemento del Agua. El efecto del fruto Zora había desaparecido y comenzaba a ahogarme. La desesperación se había apoderado de mí, así como el agua que estaba entrando en mis pulmones. ¿Cómo era posible que siguiera vivo y cómo diablos me sacaron de esa zona tan profunda? Luego me miré a mí mismo todavía estando en la cama y aún permanecía con mis ropas. El equipaje estaba a un lado. Eran las 09:17 hrs. No sabía qué día era. ¿Habría pasado ya el año nuevo? Decidí levantarme de la cama y tomé mi espada y escudo, pero al hacer esto, el elemento recién obtenido, tal como había pasado anteriormente al empuñar por primera vez la Espada Sagrada, salió de mi pecho una luz azul y se adentró en la hoja de la espada, absorbiéndose en ella. Por consecuencia, la hoja de ésta se torna un poco más amarillenta y se alarga un poco, el punto rojo pasa a ser dorado y las “alas de murciélago” se abren un poco. Ya se parece un poco más a la Espada Sagrada que veía en los cuadros de los antihéroes. Posteriormente guardo las cosas en un lugar más apropiado de mi habitación y salgo a las otras salas del castillo. Utilizando mi sentido auditivo localicé rápidamente a Zelda, que estaba en la sala de estar hablando con otra persona sobre los preparativos para las fiestas de año nuevo. Por esa información me di cuenta que había pasado al menos un día inconsciente. También localicé a Xavi, que se encontraba comprando unas cosas en la ciudadela. Con el sentido del olfato localicé al rey, que permanecía en silencio sentado en su trono y por eso no lo había escuchado. Me dirigí a la sala de estar y ahí estaba la princesa, conversando con uno de los tantos guardias del castillo. Al verme, Zelda corta la conversación que tenía con el soldado y a continuación se dirige a mí, mientras este último regresó a su labor habitual sin antes saludarme. Pregunté a la princesa qué día era: el día de celebración de un Nuevo Año, es decir, 31 de diciembre en el mundo cruel. Posteriormente, Zelda pregunta sobre mi estado: cómo estaba, si me sentía bien o mal, mareado o nada, si los poderes que tenía se mantenían con normalidad, etc. Yo le respondí a secas lo que correspondía; la mayoría de las veces: “bien” o “no”. Después de haber terminado de conversar con Zelda, fui al comedor para tomar el desayuno. Fue uno de los pocos que tomé solitariamente en Hyrule. Mientras jugaba con el té verde que daban, sin darme cuenta comencé a controlarlo con la mano derecha. ¿Acaso era obra del Elemento del Agua, tal y como sucedió con el del fuego? Tras alejar mi mano derecha del tazón de té, la “magia” desapareció y debido a eso el té, que había quedado en el aire, cayó a la mesa. Tuve que limpiar todo y posteriormente, continué con el desayuno usando solamente la mano izquierda. Cuando acabé quedé con el día libre. En primera instancia empecé a conocer mejor mi mano derecha y el verdadero poder que poseía. Para eso me dirigí al patio del castillo. Estaba claro: con la mano derecha dominaba el agua, así como la izquierda el fuego; se convirtieron en fuerzas opuestas. Al chasquear los dedos de la mano derecha salía un pequeño chorro de agua, tal como es la común y corriente, que podría dominarlo con la misma mano o brazo. El dominio era tal que usando solamente la mano podía dejar flotando el chorro de agua o convertirlo en una bola de agua de gran tamaño, aunque no quería hacer esto último para no arriesgarme. Luego se me ocurrió juntar las fuerzas opuestas. Como eran poderes mágicos, tal vez no sucedería lo habitual: el agua apaga el fuego. Era lo más probable, pero valía la pena intentarlo. Así que chasqueé los dedos de ambas manos, dominé la fuerza de cada elemento con la mano respectiva y junté los ataques mágicos; el resultado fue que sentí en cada brazo una gigantesca corriente, como si me hubiera electrocutado con altos niveles de voltios. Posteriormente, aparté rápidamente las manos y la corriente desapareció instantáneamente. Menudo susto... Después de aburrirme haciendo las mismas tonteras de siempre con cada mano, pensé enir a alguna zona de Hyrule. No obstante, al decirle esto aZelda me recomendó que tuviera más descanso ese día, además de que la noche estará muy activa y no quería verme cansado en plena fiesta. Recomendó también que la ayudara en los arreglos del castillo o de la ciudadela, pero me daba flojera.En ese momento me hice algunas preguntas, pero la que destaco es: ¿cómo serían las fiestas de año nuevo en Hyrule? Luego recordé a Eileen... ¡Claro! Ella ya había caminado y todo antes de Navidad. Así que no dudé en prepararme y salir del castillo en dirección hacia el portal. Zelda me alcanzó a ver e intentó detenerme, pero desobedecí y salí corriendo, gritándole: “¡Atrápame si puedes!”.Como mi velocidad para correr era muy alta, a la princesa se le sería imposible alcanzarme. Por la ciudadela también pasé corriendo y fui camino a la parte sur de la pradera, lugar del portal. Habiendo salido me iba a relajar y comenzar a caminar, pero de pronto sentí la energía de la princesa detrás de mí. ¿Era posible? ¡Me estaba siguiendo! Como si estuviéramos jugando, yo volví a acelerar mientras reía sin creer lo que veía. ¿Cómo alguien tan importante de un reino como es la princesa, puede estar persiguiendo a una persona como yo por la pradera sólo para obligarme a mantenerme en el castillo y ayudarla con los preparativos? Además me estaba haciendo correr, algo que ella me dijo que no haría. Qué contradictorio...Zelda y yo corrimos por toda la pradera del sur, aunque ella no parecía correr, pues acortaba distancias con facilidad y corriendo le sería imposible por mi velocidad. Para rematar el peligro de la persecución, la princesa intentaba detenerme lanzándome un tipo de ataque con fuego; parecían tener la forma de una bola gigante mágica cubierta de fuego. Una de ellas me alcanzó y lo recibí en el costado izquierdo de mi cuerpo. Me asusté por el impacto, pero luego me di cuenta que el fuego causó el efecto contrario a lo que se esperaba: éste se absorbió en mi cuerpo y causó que tuviera más energía. Por ello, el cansancio que estaba acumulando se desvanece completamente y vuelve mi velocidad original, ampliando diferencias de distancias con Zelda. Finalmente, logré cruzar el portal sin haber recibido ninguna otra bola de fuego. Después de unos días atrás, por fin había vuelto de nuevo al mundo cruel. El típico bosquejo del parque era visto por mis ojos una vez más. Era un día soleado y totalmente despejado, especial para despedir aquel año. Se debe tener en cuenta que en esa época Chile está en verano. Después de contemplar por un rato el parque, caminé por la ruta que seguía siempre para salir del portal y también llegar a éste. Cuando lo hacía, sin embargo, mi visión se tornó un poco borrosa y a la vez se parpadeaban luces “neón” por unos segundos. Esto me asustó y me paralizó en un lugar. Me refregué los ojos creyendo que era obra de un mal cuidado, pero de igual manera se mantuvieron. Cuando el efecto de la vista rara desapareció, sentí un fuerte pulso en mis oídos, a la par comencé a oír conversaciones ajenas de todo el parque durante unos segundos. Manteniéndose esta situación, empecé a oler el césped aunque me mantuviera de pie. También podía oler los árboles o incluso los olores de las personas que estaban más cercas de mí. A continuación, el efecto del párrafo anterior regresa y además el famoso pitido de mis oídos comienza a escucharse infinitamente, neutralizando mi cuerpo por completo. No obstante, afortunadamente todo esto transcurrió sólo por unos segundos que parecieron eternos. Me sentí rendido y débil, como si me hubieran dado una golpiza, así que me arrodillé por un rato. Recordé algo que me dijeron: cuando tenga los cuatro elementos, los poderes que obtengo en Hyrule y Términa podré utilizarlos en cualquier otro mundo cuando yo quiera. ¿Por haber obtenido el tercer elemento pasó todo esto? A pesar de lo ocurrido, mis sentidos no aumentaron en absoluto, pues no escuchaba conversaciones lejanas y no olía a la perfección. ¿Significa que de a poco se van desarrollando en el mundo cruel? Lo de la vista no me había pasado en Hyrule o en Términa. ¿Qué habrá significado eso? Veía todo multicolor y las luces se veían extremadamente potentes, tanto así que se sentía como si luces de linternas me apuntaran a los ojos desde muy cerca. Luego me reincorporé y me mantuve alerta por si las moscas. Seguí caminando por el parque hasta salir, luego tomé un micro y me bajé cerca de la casa de Eileen, para finalizar el trayecto caminando. Por el camino también aprovechaba de correr. Tomando algo de nota: no me cansaba tanto en correr como antes, aunque no era nada en comparación a mi rendimiento en los mundos “maravillosos”. Podría haber corrido bastante, pero no me gustaba por la cantidad de gente que había y además, sería el centro de atención, algo que nunca me ha gustado. Llego a la casa de mi prima y toco el timbre. Me recibió su madre y me invitó a pasar. A continuación, me dio el permiso de ir a la habitación de Eileen. Al entrar nos saludamos como si no nos hubiéramos visto de hace mucho tiempo.
Obviamente Eileen siempre ha querido ir al mundo “maravilloso” para conocerlo. ¡Y no sería mejor idea visitar ese mundo mientras esté de fiestas! Así tendrá una muy buena visión y querrá ir en alguna otra oportunidad entusiasmada. Lo malo es que la alejaría del mundo cruel, ¡pero bah! Vivir en Hyrule es lo mejor. Desearía que todos mis cercanos vivieran en ese mundo, siempre y cuando esté permaneciendo sin disturbios y explosiones. Hablando de eso, hacía un buen tiempo que no se escuchaba una de las típicas explosiones... aunque fuera así, el número de enemigos no cesaba en la pradera, sino más bien aumentaba con el paso del tiempo, a pesar de ser abatidos unos cuantos. Eileen afirmó enérgicamente y añadió que se prepararía para ir conmigo al “mundo soñado”; así lo llamaba tanto ella como yo al hablar sobre Hyrule. Entonces esperé en el primer piso mientras mi prima hacía sus deberes. En cuanto terminó, fue con sus padres a decirles una mentira sobre su salida de casa. La cosa es que ella no regresaría hasta el día siguiente, así que Eileen se las arregló para convencerlos. Después de unos minutos de discusión familiar, mientras yo estaba en el jardín de la casa esperando, sale mi prima querida y exclama: “¡Vamos!”. No tardamos mucho en regresar al parque, pues tomamos el micro con dinero que había prestado Eileen. Me sentí un inútil al haber tomado parte de su dinero para el transporte... Mientras íbamos en el micro, los efectos raros de la visión habían regresado por un corto período de tiempo, pero no fueron lo suficientemente torturadores como los anteriores. El olfato también se había aumentado y pude oler claramente el olor de todas las personas, incluidas las que usaban muchos perfumes o desodorantes, o las que no se habían bañado y otros que estaban traspirados. Eso fue más torturador que la visión, pues estuve como un minuto o más soportando todos esos tipos de olores... Además, no podía controlar estos efectos como podía hacerlo en los otros mundos. Después de habernos bajado del micro y haber caminado hacia el parque, nos encaminamos hacia el portal y al llegar, Eileen se preparó para cruzarlo. Ella estaba nerviosa por ser su primera vez, pero al tomarla de la mano para cruzar el portal conmigo se calmó un poco y se animó a correr hacia éste. Cuando pisé la viva pradera una vez más, automáticamente volví a tener el cuerpo de Hylian, mientras que Eileen se tiró al suelo aguantando las náuseas. “Suele pasar, primita”, le dije bromeando. Cuando ella ya se recuperó y levantó la cabeza desde el suelo mismo, quedó impresionada. “Este lugar es Hyrule, el famoso mundo del que tanto te hablaba. Se ve bastante bueno, ¿cierto?”. Ni siquiera mis palabras de presentación pudieron despertar a una hipnotizada Eileen, que no paraba de quitar la vista al Castillo de Hyrule y al verdoso césped. Aún impresionada empezó a caminar lentamente hacia adelante, mirando todos los alrededores: yo la seguía. No tardó mucho para decir “es hermoso”, por fin abriendo la boca después de haber cruzado el portal. Posteriormente invité a Eileen hacia el castillo, o al menos a la ciudadela. Ella aprueba mi invitación y por primera vez se da cuenta de mi verdadera apariencia. Obviamente se sorprendió al verme con rasgos físicos y ropas diferentes. Eileen no sufrió ningún cambio al cruzar el portal, pues tanto en el mundo cruel como en Hyrule era una Hylian. ¿Recuerdan cómo era yo? Pelo rojo, ojos del mismo color, orejas largas y puntiagudas, la piel estaba de un color púrpura muy pálido y la cara quedó de una forma más triangular, aunque sólo un poco; las ropas eran: un gorro de color café oscuro, una capa del mismo color, una camisa de un café más claro, pantalones cortos grises, sandalias del mismo color y un cinturón amarillo con un broche rojo. Entonces llevé a Eileen hacia el castillo, cuidándola de los enemigos mientras ella continuaba mirando hipnotizada el paisaje de Hyrule. En algunas ocasiones, cuando le hablaba no respondía y tenía que repetirle la frase al menos tres veces o incluso gritarle; así de “pegada” estaba. No tardamos mucho en llegar a la ciudadela. De entre tantas personas, Eileen casi se me pierde de vista, pero afortunadamente no pasó nada. Ella se quedaba mirando las joyas y adornos caseros que vendían en algunas zonas de la ciudadela, pues eran muy llamativos en comparación a los del mundo cruel. Hasta las costuras tenían un diseño muy peculiar y original. Finalmente llegamos al castillo. Al entrar solamente en el jardín, mi prima se sorprende todavía más por lo bien arreglado y cuidado que estaba, además por la belleza que tenía. Luego llegamos a la gran puerta de entrada del castillo; la abrí y entré con Eileen. Los guardias no dijeron nada, para sorpresa mía, así que pudimos entrar libremente. Aun así, la princesa estaba esperando en la misma entrada mi llegada.
Agradecí a Zelda por su ayuda en el caso y fuimos los tres directamente a la sala del Rey. La energía de Xavi la pude sentir dentro del castillo, en el segundo piso para ser más certero. Así que nos tropezamos con él en el camino y se sorprendió al ver a Eileen dentro de Hyrule. No entendía el cómo y por qué, así que le fui explicando la historia mientras subíamos los pisos, a la par Zelda igual aprovechaba de escuchar. Mientras tanto, Eileen pareciera que estuviera en un funeral o algo parecido: no hablaba en todo el rato. Después de tanta caminata llegamos por fin a la sala del Rey. Primero que todo presenté a Eileen como debía ser. Luego, Zelda, Xavi y yo le dijimos el por qué fuimos los cuatro a su sala y a la vez, dimos nuestros argumentos de respaldo para convencer al Rey y dejase a mi prima al menos una noche en el castillo. Después de unos cuantos minutos de discusión, pues él respondió negando en un principio, terminamos convenciéndolo. La condición era que Eileen tendría que dormir en mí habitación y ella tendrá que arreglárselas para dormir adecuadamente, ya que mi cama era de una sola plaza y no había otra, ni siquiera un sofá. Además, no estaba permitido cambiar muebles de una habitación a otra. No quedaba otra opción... que dormir junto a ella. Después de lo sucedido, Xavi y Zelda continuaron en lo que estaban haciendo previamente: ordenar los preparativos para las fiestas de aquella noche. Cuando Eileen por fin dejó de estar “drogada” con Hyrule, le empecé a contar algunas historias como el por qué estaba yo con ese aspecto y por qué tanto movimiento en el castillo. Además le mostré algunas de mis habilidades que tenía, incluido la más nueva que tenía: control del agua. Luego recordé que Eileen tenía una parte de Glasse dentro de ella. Como mi protectora tiene un tipo de poder, supuse que mi prima también lo tendría.Si fuera así sería increíble... Y también sabría más a fondo qué tipo de poder tiene Glasse. Después de una tarde entera junto a Eileen, llegó el atardecer y posteriormente la noche. ¡Por fin! La ciudadela por primera vez estaba tan llena durante la noche. Algunos juegos se iniciaron y música de tipo “medieval”, la mayoría con violines o guitarras, entre otros instrumentos que no recuerdo sus nombres, sonaban por todos los rincones de la ciudadela. Varios Hylians tenían un vaso lleno de bebida alcohólica de Hyrule, otros bailaban como si no hubiera un mañana, otros jugaban y apostaban. Era una noche en donde todos se convertían en una gigantesca familia. El año nuevo era una fiesta totalmente movida. Hasta Gorons, Zoras e incluso Terminianos que había visto en mis viajes por ese mundo estaban de visita. También había otras personas que nunca los vi en mi vida. Según Xavi, algunos de estos provenían de las tierras de Celéstea, Holodrum, Subrosia y Labrynna. Los que vivían en el primer lugar mencionado los conocería pronto, pues esa zona visitaría después para obtener el cuarto y último elemento. Teniendo en cuenta esto, me percaté de que Hyrule era el único mundo que estaba celebrando un nuevo año. ¿Y los demás? Yo, estando con Eileen, me incluí en las fiestas. Para no perder de vista a mi prima la mantenía tomada de la mano todo el rato. Teniendo en cuenta que había Terminianos dentro de las personas, supuse que podría encontrar a Prímula entre la multitud e incluso a Raúl, o mejor dicho: Linik. Eileen podría conocer a éste en su estado de Terminiano, si es que lo encontráramos... La noche fue corta, sobretodo antes de que se cumpliera la hora “pick” del nuevo año, pues estuve en varias actividades con mi prima. En primer lugar, Eileen y yo fuimos a participar en algunos minijuegos, como el tiro con arco, tiro con tirachinas, una llamada “Bolera Bombuchu”, “Tiro a la Calabaza” proveniente de Celéstea, “Agujeros y Rupias” y apostamos en una de las tantas Carreras Goron que se daban en la pradera. También había otros tipos de minijuegos en el Lago Hylia, Río Zora y Kakariko. Minutos antes de cumplirse la hora, la princesa Zelda entregó un breve discurso, donde estuve yo presente con Eileen en el público. Finalmente, todavía estando con mi prima, observamos los fuegos artificiales que duraron alrededor de treinta minutos. Todos provenían del Lago Hylia, así que aprovechando mi velocidad llevé a Eileen a ese lugar y observamos todo con mejor vista. Fue realmente épico. Por primera vez veíamos unos fuegos artificiales tan bien hechos y hermosos en directo y no a través del televisor. Mientras lo veíamos, Eileen y yo estábamos sentados en el césped. En algún momento, ella apoya su cabeza en mi hombro y yo respondí abrazándola, para quedar así hasta el término del espectáculo. Hasta el momento no veía cambios en la personalidad de Eileen, o al menos eso creía. Como todo pasaba tan rápido, quizá no me haya dado cuenta. Sin embargo, casi una hora después del inicio de los fuegos artificiales y ya habiendo regresado a la ciudadela, Eileen tuvo un cambio notorio mientras comíamos carne de pez frito. La cosa es que estábamos conversando de lo más normal, pero de pronto ella comenzó a cambiar su actitud poco a poco. Al final fue tanto su cambio, que hasta sus expresiones y forma de hablar cambiaron. Además se puso más coqueta de lo normal y a veces actuaba con algo de seriedad. Todos estos detalles me recordaban a Glasse. Después de unos minutos, Eileen parece volver a la normalidad sin que ella se dé cuenta. La noche continuaba y una de mis predicciones se hizo realidad: Prímula había llegado a la ciudadela. Llegó tarde, pues su energía no la había sentido en todo el rato hasta más tarde. Junto a Eileen fui a buscarla persiguiendo el centro de su energía, o también el aura. Finalmente llegué a ella; estaba con su padre esperando su turno en “Agujeros y Rupias”, el juego que parecía ser más visitado que los otros. Cuando Prímula me vio, inmediatamente va corriendo hacia mí y me saluda con un fuerte abrazo. Después de tanto tiempo volvía a sentir su agradable aroma. Recordé los días que estuve con ella en el mundo cruel y la abracé con más fuerza. Mientras tanto Eileen sólo se quedó mirando, para luego saludar con la mano a Prímula cuando ésta se apartó de mí. Después de decirnos las típicas frases, “te extrañé”, “tanto tiempo sin vernos”, etc., empezamos a conversar mientras caminamos al lugar donde estaba su padre, todavía en la cola del minijuego esperando. Eileen y yo lo saludamos. Por alguna extraña razón cuando me acerqué a él sentí un olor parecido al de la sangre. Sin embargo, parecía que solamente yo lo podía percibir, pues Eileen, Prímula y las demás personas no parecían quejarse. Inclusive su hija lo abrazaba y todo. Qué extraño... Estando en el mismo sitio me dieron ganas de ir al baño. Así que tuve que dejar a Eileen junto a Prímula y su padre. Cuando me alejé de ellos el olor desagradable desapareció. No encontraba los baños en la ciudadela, así que preferí ir al castillo. Al llegar hice lo que tenía que hacer: orinar. Luego me dirigí al lavabo y cuando me miré al espejo, mis rasgos faciales no se movían, pero seguía siendo “yo”. No obstante, esta cara “pegada” comienza a hablarme.
De inmediato volteé hacia la puerta. Iba a decir algo, pero cuando regresé a ver al espejo mi antepasado había desaparecido y sólo estaba mi reflejo. Posteriormente un soldado toca la puerta del baño; yo le abro. A continuación, él me pregunta el por qué estaba yo hablando solo. Le respondí con lo primero que se me vino a la cabeza: me estaba preparando para ganar un minijuego. El soldado no se creyó mucho lo que le dije, pero de todos modos entró al baño y yo me fui en dirección a la ciudadela. Cuando estaba saliendo del castillo, otro soldado que parecía estar ebrio irrumpe en el camino.
Al salir suspiré por todo el show y fui corriendo a la zona donde estaría Eileen, Prímula y su padre esperándome. El resto de la noche continuó normalmente, compartiendo con las dos chicas que me acompañaban. El padre de Prímula gastaba bastantes rupias para comprar lo que queríamos; yo había quedado casi sin rupias después de todo lo que había jugado anteriormente. En algunas ocasiones, veía que Eileen se sentía un poco sola y aburrida cuando yo le ponía mucha atención a Prímula o viceversa, así que tenía que arreglármelas para no “abandonar” a una de las chicas. Después de haber terminado la noche, precisamente a esas horas en que la ciudadela estaba más vacía y los primeros rayos de sol comenzaran a aparecer, Eileen y yo nos despedimos de Prímula y su padre. Éste anduvo toda la noche con ese maldito olor repugnante. Posteriormente mi prima y yo nos fuimos a mi habitación del castillo. Por supuesto, ella tendría que dormir conmigo en la misma cama. No había saco de dormir ni nada por el estilo; ya lo dije anteriormente. Así que mientras ella fue al baño del castillo, siendo dirigida por mí para que no se pierda, me cambié de ropa y me acosté muy cansado. Luego volvería Eileen, quien no tenía un pijama y se recostó con las mismas ropas que estaba usando, los cuales eran prendas de Zelda y que se las prestó a mi prima para la noche; le quedaban un poco apretadas a Eileen, pero no chicas.Como ambos estábamos muy cansados, solamente comentamos qué nos pareció la noche y nos quedamos dormidos. Luego inició un sueño...
A continuación, un recuerdo de Glasse comencé a ver. Desde la perspectiva de ella, que en ese entonces me había abrazado en el fondo del agua, vi cómo una potente luz azul apareció, sorprendiendo a Glasse quien se apartó de mí. Entonces yo, que tenía los ojos cerrados al haberme desmayado, los abro y alzo con fuerza mi brazo derecho, saliendo disparado hacia la superficie como una bala. Luego mi protectora dice: “Después de eso Xavi te recibió en el lugar donde estuvieron conversando previo a la batalla y tú perdiste el conocimiento inmediatamente. Al final, él salió de Lord Jabu-Jabu, quien volvió a la normalidad después de que los dos parásitos hayan sido derrotados en su interior, llevándote en su espalda. Luego conversó un rato con el Rey Zora y finalmente te llevó al Castillo de Hyrule”. Así que yo mismo me salvé. Sin que me diera cuenta ya había utilizado el poder del agua antes del desayuno del día anterior. A continuación, Glasse dice sus últimas palabras antes de despertarme: “Mi querido Brett... Prométeme que te vas a cuidar de ahora en adelante. No quiero que hagas otra locura más, porque no siempre te podré salvar; lo que te enseñé ahora lo demuestra. Si no fuera por ti mismo... simplemente habrías muerto. Así que es una promesa, ¿vale? Aun así, siempre estaré contigo y me mantendré vigilándote... hasta el fin de los tiempos”. Al terminar con esa última frase, desperté a la mañana siguiente, o mejor dicho, a la tarde del día siguiente. Sentí un peso extra sobre mí: era el cuerpo de Eileen que estaba en su totalidad sobre el mío, teniendo su cabeza apoyada en mi pecho. “¡¿Pero qué...?!”, exclamé. Ella estaba aún dormida y yo no quería despertarla, así que preferí no moverme después de un rato y tampoco decir algo. Minutos después mi prima comenzó a hablar dormida, diciendo mi nombre una y otra vez. Lo más raro es que pareció decir “protegeré”. ¿Acaso Glasse se apodera del cuerpo de Eileen mientras ésta duerme? O pensándolo bien... mi prima, o Glasse, se despertó antes de ponerse en tal posición, ya que dormida sería casi imposible. Además si fuera dormida lo haría con brusquedad y me despertaría; no, fue muy sigilosa. Pasados los minutos, mi prima querida por fin despierta. Con tal de verme ésta sonríe alegremente y a continuación, se da cuenta de la posición y el lugar en donde estaba. Avergonzada se retira rápidamente y se recuesta a un lado. Definitivamente era Glasse la que se puso sobre mí. Terminando de reír por la reacción que tuvo Eileen, comencé a sacarle temas para conversar. A ella le fascinó Hyrule y al igual que yo, deseó por estar viviendo en ese mundo. El problema era la familia, a quienes los extrañaría mucho y además ella confesó que se estaba acostumbrando al mundo cruel. Con esas razones su estadía en Hyrule sería difícil. Más tarde Eileen se cambió de ropa, usando las mismas con las que cruzó el portal el día anterior. Por mi parte, dejé lavando mis ropas tradicionales y también las que había usado la noche anterior, así que me coloqué unas que “identificaban más” a los Hylians. Aun así, mis sandalias no quedaron atrás. Fue la única parte de mis prendas que se quedó con la nueva ropa. A diferencia de los otros días, esta vez no hubo desayuno, sino que un rico almuerzo de las comidas sobrantes de la noche anterior, agregándoles algunos toques que dejaban la comida espectacular como si se hubiera recién preparado. Durante el almuerzo, Xavi le preguntó a Eileen qué hizo durante la noche de año nuevo, además de qué le pareció y si querría repetir la alegría para el nuevo fin de año. Mi prima respondió a todo. No obstante, al querer apuntar el Lago Hylia con su mano en un punto cardinal, salió un pequeño rayo de luz desde su dedo índice al indicar el oeste. Hay que tener en cuenta que ella movió de manera muy brusca su brazo. El pequeño rayo dañó levemente una parte de la pared del comedor. Tanto Eileen como Xavi, Zelda y yo, quedamos en silencio expectantes de lo sucedido. “¿Qué fue eso?”, preguntó la princesa, a lo que respondió mi prima: “Ni que me lo preguntes...”. ¡Mi teoría anterior se había hecho realidad! Parte de los poderes de Glasse también se adhirieron a Eileen. ¿Así que el poder de mi protectora es la luz, al igual que Xavi y Zelda? Vaya, al menos le será más fácil aprender a controlar esos poderes teniendo a dos grandes de Hyrule ayudándola. Después de lo ocurrido en el comedor, gente del castillo comenzaron con el mantenimiento en la pared. Eileen me dijo, mientras estaba con ella en los jardines del castillo, que se sintió culpable por lo hecho y en ese momento estaba con miedo por si la echaran del castillo, pero la animaba diciéndole que eso no era nada y que la princesa se ocuparía de que el Rey no se enterase.
Al concluir con eso, Xavi retira su mano del brazo de Eileen y a continuación, le indica que agite el dedo levantado al cielo. Por consecuencia, el famoso rayo de luz vuelve a aparecer una vez más, saliendo disparado con un poco más de potencia. “Esta vez fue sólo de ayuda. Tendrás que aprender a concentrar esa energía por ti misma y podrás lanzar ese mismo rayo todas las veces que quieras, Eileen”. Inmediatamente ella quedó impresionada por lo que Xavi le había hecho y se motivó a aprender el control y manejo de su poder con él siendo su “maestro”. Aunque haya quedado contento por el resultado y que Eileen se haya inspirado, yo quedé pensando en lo que dijo Xavi. Ese tipo de pensamientos que les di a mi prima para intentar lanzar al menos un ataque de su poder, según Xavi conlleva a una mente oscura, “de las sombras”, como dijo él. Pero ese tipo de pensamientos es el que siempre llevo, principalmente cuando estoy en una batalla. Al menos me ha dado frutos a mí. He podido derrotar a numerosos monstruos, entre ellos gigantescos como los dos últimos, gracias al tipo de pensamiento que tengo. Eso da una clara razón de que los “pensamientos oscuros” van conmigo. ¿Acaso no soy alguien llevado a la luz? ¿Nunca podré dominar el poder de la luz por la energía negativa que tengo? ¿Significa que no soy un ser con energía pura...? ¿Entonces por qué estoy rodeado de gente con buen corazón? No tiene sentido... Eileen se quedó con Xavi aprendiendo algunas cosas sobre el nuevo poder. Mientras tanto, yo me dirigí al castillo, a mi habitación. Allí estuve sacándole vueltas al tema que me había planteado. Después de todo yo no era un buen tipo. No era alguien que se preocupaba mucho de los demás, sino que de mí mismo. Por ejemplo, ya no quiero tener los cuatro elementos sólo para ayudar a Zelda y al Rey después de haberme encargado la tarea, sino que lo quiero para ser reconocido por ellos y también obtener poder en el mundo cruel. Así no seré el famoso debilucho de la clase, o del liceo, o incluso de todo Osorno. No... De Chile entero. ¡De América! ¡¡Del Mundo Cruel!! [...] *Toc, toc*, se escucha con sonido de vidrio.
A continuación, Glasse mira preocupada hacia la puerta, la cual estaba detrás de mí. Yo volteo hacia ésta y aumento mi sentido del olfato, dándome cuenta que Zelda se acercaba a mi habitación. Entonces, Glasse termina diciendo antes de irse: “Brett... no cambies, por favor. Y cuídate mucho durante tu camino hacia Celéstea”. Al finalizar desaparece como un polvillo brillante llevado por la corriente de la ventana. Posteriormente la princesa llega a mi cuarto y me ve parado mirando a la ventana.
Quedé dudando un poco, pero terminé aceptando. Zelda contenta me toma de las manos y me agradece respetuosamente. A continuación, ambos nos levantamos y nos dirigimos a la sala de estar. Allí no pude escuchar absolutamente nada, así que luego me llevó al comedor; nuevamente no sentí nada. Me llevó por varios lugares del castillo, terminando en la cocina. Con los chefs dejando su trabajo en pausa, logré escuchar levemente unas voces. Cansada de no confirmar las voces Zelda decidió llevarme al patio del castillo, lugar donde había escuchado anteriormente la voz de Drott y del Rey días antes. Con Xavi y Eileen en silencio, me recosté en el césped y aumenté mi sentido auditivo. A diferencia de la vez anterior, ahora pude escuchar las voces con más claridad. ¿Será que parte de mis poderes aumentaron después de obtener el Elemento del Agua? Tal como sucedió aquella vez, la voz del Rey la pude escuchar con mucha claridad. Para rematarlo estaba conversando con Drott, así que aproveché de escuchar la conversación entera... En la habitación oscura, Cradd estaba durmiendo dentro de la trampa creada por Drott. En tanto, el Rey de Hyrule estaba parado en la puerta conversando con el “hermano” de Brett, quien permanecía sentado en su camilla mirando el suelo, sonriente.
Mientras Drott reía, Brett dejó de escuchar la conversación para levantarse y decirle todo a Zelda y Xavi rápidamente. Sin embargo, todo fue en vano debido a que antes de que pueda levantarse, nuestro protagonista sufre una pequeña transformación mental que no fue notoria y no causó sufrimiento en él, por lo que ninguno de los chicos se dio cuenta. Como si hubiera salido de una dura batalla, Brett se levanta con algo de dificultad, quedándose de espaldas de los demás, y dice:
Por consecuencia de aquellos gritos, tanto Eileen como Zelda se asustaron por el comportamiento del antihéroe. Entonces, Xavi apartó de inmediato a la princesa de Brett e intentó acercarse a éste. No obstante, nuestro protagonista sale corriendo del patio y entra al castillo. Por la velocidad de corrida, Xavi no lo podía alcanzar, pero de igual manera pudo seguirlo percibiendo la energía de su amigo. Debido a que Brett estuvo siempre de espaldas, ninguno de los chicos pudo notar que él tuvo los ojos negros mientras les hablaba. |
Capítulo 31
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El Viaje por Celéstea |
Y algunos acontecimientos en Altárea.
De pronto estaba en mi habitación, sentado en mi cama con la mirada hacia el suelo. ¿Pero cómo? El último instante que recordaba era cuando estaba en el patio del castillo, pero no recordaba el por qué estaba allí, mucho menos lo que estaba haciendo. Eran muy vagos los recuerdos. Sólo recordaba que junto a Zelda recorrimos todo el castillo en busca de voces de los subterráneos del castillo. No sé cómo llegamos a parar al patio. Estaba en la sala de estar, luego en el comedor, después en otra sala... ¡Y de pronto en el patio del castillo! Después de estar quejándome e intentando recordar lo que había pasado, escucho a alguien subir las escaleras. Por los pasos reconocí a Xavi; venía corriendo. Primero pensé en que iba a visitar a Zelda, pero termina entrando a mi habitación aceleradamente. No se veía muy contento, pues sólo la brusca entrada lo delataba.
De un tema pasamos a otro. Siempre las conversaciones con Xavi eran así... pero tal vez la idea desde un principio para mi protector era ese: hablar de Drott. ¿Realmente ese tipo ha estado reviviendo a lo largo del tiempo y actualmente no es una viva reencarnación del hermano de “El Primero de Todos”? Está bien que sea un demonio según dice él, pero no tendría tanto poder para que resucite por sí mismo después de morir. Lo que más me dio curiosidad fue “vuelve a aparecer a la llegada del siguiente antihéroe”; ¿por qué será así y no revive antes o después? Así podría cumplir con sus objetivos con más facilidad, ¿no? Volviendo a la conversación, yo no supe qué decir y le reiteré una respuesta: “No recuerdo nada”. A continuación, Xavi decide dejarme solo en la habitación y a la par irá explicarle a Zelda y Eileen lo que él cree que sucedió en el patio: Drott me poseyó. Eso fue lo que me dijo. Como yo no recordaba absolutamente nada, pensé en que eso tendría su lógica y tal vez podría ser cierto. Los recuerdos eran demasiado borrosos en ese instante, ¡era imposible que los olvide a cuenta propia! Más tarde llegó la noche y obviamente la cena. Cuando llegué al comedor, Eileen todavía estaba un poco asustada de mí, pero Zelda ya me sonreía y todo. En la mesa mantuvimos conversación de lo ocurrido anteriormente durante un tiempo y finalmente, concordamos en que todo lo sucedido en el patio fue obra de Drott. Desde mi punto de vista actual, es decir, como escritor de mi historia y que ya tengo toda mi memoria fresca, les digo que fue una pena que todos creyeran que Drott me había poseído en ese entonces, pues la conclusión final en esa noche fue: “Brett, todo lo que dijiste en el patio es anulado y falso”, así que lo del Rey, lo cual era verdadero, pasó a ser falso para ellos... una lástima, ¿no? Después de aquel día no sucedió nada raro. Debo decir que después de la cena tuve que ir a dejar a Eileen al mundo cruel e incluso hasta su casa. Mientras estaba en ese mundo, solamente “fallaron” mis sentidos auditivos y olfativos. La vista no sufrió ningún daño, por suerte. Estando en aquel mundo Eileen ya dejó su temor hacia mí y me hablaba como siempre lo hacía. Luego regresé a Hyrule y me quedé allí el resto de los días. Ni siquiera fui a echarle una visita a mi familia. Enero pasaba y pasaba. Un día no muy lejano del tratado en todo este capítulo, fue Eileen a Hyrule para dar una visita por la tarde. No fue sólo una visita, más que nada para hacer una práctica con Xavi y entrenar más sus poderes. Vaya chica, sí que se entusiasmó con la idea... Por mi parte continuaba intentando recordar lo sucedido en el patio del castillo, pero no podía. Zelda ha estado haciendo las mismas labores de siempre, nada de cambios. Por un momento se me pasó a la cabeza visitar Términa. ¿Cómo estará todo por allá? ¿Estará Linik por algún lado? ¿Qué estarán haciendo la gente de Ciudad Reloj? Y Prímula y su padre, ¿estarán bien después de las fiestas? La misma noche del día de visita de Eileen, después de que ella se haya ido y la cena la hayamos comido, Xavi me dijo que mi prima no se especializa en movimientos de ataque, sino en los curativos. También un poco en lo defensivo, pero sería mejor sacarle fruto a lo primero. Como Glasse tenía el poder de revivir personas no me sorprendió tanto la noticia. Ahora sí que estaba confirmado que Eileen tenía incrustado parte de los poderes de mi protectora. Entonces, cada vez que mi prima visitaba de nuevo Hyrule, Xavi le enseñaba a hacer tales movimientos para curar. Él en otra conversación del tema añadió que ella podría ser capaz hasta incluso de curar el veneno o heridas mortales, aunque esto último podría dejarla a ella en riesgo vital si no tiene el poder suficiente o no sabe hacer el conjuro con certeza. Después de unos días decidí viajar a Términa por mi cuenta. Suponía que era ya la segunda o tercera semana de enero, así que me apresuré antes de que llegara febrero y comenzara con el viaje hacia Celéstea. Como el camino que hacía con Xavi era peligroso, preferí tomar el tren desde la Torre de los Dioses donde estaba Bigboy y Radiel. Así que tomé el tren y llegué a Términa en cuatro días después. Aunque después de todo, el viaje no fue totalmente tranquilo... Durante una de las tantas noches que debí pasar antes de llegar a destino, tuve uno de los típicos sueños que no las tenía de hace un buen tiempo. Volví a soñar con el Cañón Ikana. Yo estaba parado justo en la puerta de la casa de Prímula y su padre. Por alguna razón todo se movía en reversa: las aves volaban hacia atrás, el padre de Prímula corría hacia atrás, un Gibdo que lo seguía caminaba hacia atrás, etc... De alguna manera me llamó la atención la entrada a la Torre de Piedra, así que fui a esa zona. Estando cerca de la entrada se encontraba Prímula parada allí mismo. Quedé mirándola, pero ella no reaccionaba. De pronto escuché múltiples voces detrás de mí; miré hacia atrás y Linik se encontraba justo detrás, mirando a lo alto de la torre. Su boca se movía constantemente y las voces provenían desde ahí. Posteriormente al fin se detiene y me dice: “No queda nada. Sólo falta un mes”. A continuación, miré hacia la torre y también a Prímula, pero no noté nada extraño. Entonces pregunté “¿un mes para qué?” y volteé a ver Linik de nuevo, pero sus rasgos cambiaron completamente: su piel quedó verde pálido, sus ropas estaban todas rasgadas, parte de su cuerpo estaba con sangre y de alguna manera, sus ojos desaparecieron. Aunque esté en ese estado me responde: “Para que la maldición del Templo de la Torre de Piedra cobre vida y las momias salgan de su pozo”. Tras esto Prímula grita desesperadamente desde la entrada de la torre, así que volteo a verla y vi que varios Gibdos se lanzaban sobre ella. Intenté correr rápidamente hacia ella, pero poco a poco todo se torna oscuro y la voz de Drott, aunque más grave y siniestra, se escucha junto a sus risas: “No... no y no...”. Así fue el sueño que tuve. No recuerdo bien, pero creo que fue la segunda noche, o tal vez la tercera. La cosa es que aquel sueño, o más bien pesadilla, me estaba entregando un importante mensaje. Al llegar a Términa lo único que hice fue visitar a Prímula y su padre en el cañón. A diferencia del año nuevo, el padre en esta ocasión olía a cuerpo descompuesto, por lo que me mantenía a distancia con él y evitaba lo más que podía aumentar mi sentido olfativo. Luego fui hacia la Ciudad Reloj y aproveché de visitar algunos lugares. Con las rupias que tenía aproveché de comprar un Saco de Bombas Grande, incluyendo treinta bombas dentro. También probé la suerte de la lotería, pero me fue mal. Antes que llegara la noche tomé una reserva en la Posada del Puchero y más tarde visité la Tienda de Curiosidades. Aquellos productos eran muy caros y además mis rupias las gasté todas en el objeto comprado anteriormente, así que sólo vi los productos. El resto de la noche lo pasé en la posada. Allí me encontré con Linik, quien me saludó muy amablemente. Él me contó que estaba preparándose para partir al Cañón Ikana, pues recientemente escuchó sobre una maldición en aquel lugar. No sabía qué y cómo es, y mucho menos de dónde proviene. Recordé la pesadilla que tuve en el tren, ¿a eso se referirá con “maldición aparece dentro de un mes”? Así que le conté a Linik todo mi sueño y lo tomó en cuenta para su viaje, pero contrastó diciendo que no cree mucho en esas cosas. Sólo serían meras coincidencias para él. Al día siguiente tomé el tren y regresé a Hyrule. Lo que se vendría ahora es Celéstea. Esta vez el viaje duró sólo tres días y dos noches, pues llegué a la tercera noche a destino. Cuando entré al castillo me reencontré con Xavi y Eileen que se preparaban para ir a dormir en las respectivas habitaciones. Comí algo antes de ir a mi habitación. Al estar allí en pijamas y todo, mi prima aprovecha de decirme algunos movimientos que aprendió. Sabía curar y sellar heridas pequeñas, detener la hemorragia (aunque no devolver la sangre en el cuerpo), lanzar eficazmente un rayo de luz, que terminó siendo una lanza y no un simple rayo, y crear un pequeño escudo contra ataques mágicos. Éste último estaba en proceso, por eso era pequeño. Después yo le conté mi corta experiencia en Términa y nos dormimos. ¡Pasaron los días! Eileen continuaba frenéticamente entrenando con Xavi, Zelda se movía por el castillo más que de costumbre y yo me preparaba psicológicamente para viajar a Celéstea. Ahora la pregunta es: ¿cómo diablos llego a las nubes? Así que me acerqué a la princesa a preguntarle un día sobre cómo llegar hasta allí. Ella respondió diciendo que en lo alto de la Torre de los Dioses se encuentra el Cañón de los Cielos, cuyo objeto puede lanzar a una o dos personas hasta Celéstea. “Ya, un cañón... ¿Es en serio?”; “Sí” responde Zelda sonriente. Vaya, debería ser un cañón muy gigantesco y con gran potencia para que haga eso... Pasadas las horas llega la cena. Mientras comíamos les dije a todos que al día siguiente partiría a Celéstea. A diferencia de mi camino hacia el Elemento del Agua, Xavi esta vez no se vio muy motivado. Zelda pareció no sorprenderse, pues ya había hablado con ella en la tarde sobre cómo llegar ahí. En tanto, Eileen no tenía ni la menor idea qué era Celéstea. Xavi le explicó y ésta se sorprendió, hasta incluso le gustó la idea de visitar las tierras ubicadas sobre las nubes. Por mí no habría problema para llevarla, ¿pero sería algo peligroso? Después de todo yo voy por el Elemento del Aire, no a visitar. Después de la comida Xavi y Zelda se quedaron conversando, así que procuré dejarlos a solas en la mesa. En tanto, Eileen se fue al patio del castillo para seguir practicando por su cuenta. En primera instancia quedé mirándola desde la puerta, sin que ella notara mi presencia. Al darse cuenta de mí, ella se pone nerviosa y se desconcentra, provocando que su entrenamiento se detenga.
Con lo último dicho convencí a Eileen. Así ella podría utilizar dos tipos de movimientos practicados. Entonces, ésta preparó su energía y a continuación, levantó el brazo derecho en dirección mía, para luego lanzar un potente rayo de luz, con la forma de lanza que había dicho, sacada desde la mano y no del dedo. Por lo tanto, el ataque fue más fuerte de lo esperado. El impacto me envió hacia un arbusto y me resentí un poco del dolor. Debido a que se vio “feo” mi vuelo por el patio,Eileense acercó a mí corriendo y gritando preocupada, a lo que le respondí sentándome en el césped y sonriéndole forzadamente para no demostrar dolor, a la vez que hacía seña con la mano. Cuando ella notó que realmente sí me dolió, comenzó a hacer uso de sus “hechizos” curativos. Sí, así le llamaré: hechizos. Al instante el dolor empezaba a desaparecer y me sentía aliviado. También sentía que varias corrientes energéticas se movían por mi cuerpo, pero principalmente la zona donde Eileen utilizaba su hechizo. Era una sensación única, relajante y que ninguna otra cosa podría realizar. Después de unos segundos, me sentí completamente renovado. Mi prima no se vio ni siquiera cansada por haber usado dos técnicas con su poder consecutivamente. Parecía tener futuro para estas cosas, algo que motivaba aún más. Después nos fuimos a la habitación y felicité a Eileen por su gran y rápido avance. Xavi era un buen maestro, después de todo. La noche continuó en su curso normal y me quedé dormido, nuevamente con mi prima en la misma cama. Nada raro pasó antes ni después. ¡Llegó el día! Ahora sí partiría definitivamente a Celéstea. Ya no sabía si era fin de enero o principio de febrero en el mundo cruel. Así que después de un rico desayuno, preparé mis cosas para ir al viaje. Xavi no parecía moverse ni nada, por lo que no me acompañaría; y así fue. Al bajar con mi equipaje a la sala de estar, Zelda me detuvo diciendo que mi protector no me podrá acompañar a Celéstea debido a que tiene una misión especial: ir al Desierto Gerudo, ya que según reportes se ha visto un gran avance enemigo en esa zona y además, Xavi y ella misma han confirmado eso sintiendo grandes energías oscuras, incluso estando en el castillo. ¿Qué estará pasando ahí? En medio de la conversación, Xavi bajó armado y Eileen llegó a la misma habitación corriendo alegremente por el castillo.
Ella dijo eso último colocándose justo en frente de mí, con un rostro de entusiasmo de esas que no dan ganas de negarle una petición... Así que no me quedó otra que afirmar; Eileen responde con un abrazo y diciendo: “Nos divertiremos mucho”. Tras esto, todos concordamos y mi prima se preparó para ir conmigo, por lo que volvió a la habitación a cambiarse de ropa, después ir al baño, etc. Mujeres. Por otro lado, Xavi pidió que la cuide y yo también. Justo antes de salir dice desde la puerta: “¡Nos vemos en Altárea!”. Ésa era la capital de Celéstea y seguramente, el lugar destinado por el disparo del Cañón de los Cielos. Cuando Eileen terminó de prepararse, Zelda nos detuvo y me entregó una carta que debía entregársela a Radiel. Dijo que con eso ella daría el permiso de nosotros para llegar a lo más alto de la torre y así utilizar el famoso cañón. Agradecí a la princesa y me marché del castillo, con Eileen caminando al lado mío en todo el rato. Le pregunté a mi prima en qué mes estábamos; ella respondió que estábamos ya en febrero, pues la última vez que volvió al mundo cruel, es decir, cuatro días antes, estaban a 30 de enero. Sí que pasaba rápido el tiempo... No tardamos nada en llegar a la Torre de los Dioses, pues su ubicación era muy cercana al castillo y ciudadela misma. Al enseñarle la carta a Radiel, que en un principio pensó que iba a Términa una vez más y por ello se sorprendió de mi presencia, no dudó en abrir una puerta secreta que, según ella, conducía a la cima de la torre. Nos advirtió que debemos tener cuidado de los guardianes de la torre, los cuales eran espíritus dentro de un pedazo gigante de metal con un gran armamento. Dijo incluso que con un solo golpe esas cosas nos podrían matar, sin importar la fuerza vital de uno. Eso sonaba muy temible... Aunque lo bueno era que en algunas zonas podríamos protegernos sin ser vistos por ellos. Podríamos reconocer fácilmente esas zonas debido a que emiten un gran brillo en el suelo, según las indicaciones de Radiel. Sin más preámbulos y con una nerviosa Eileen acompañada, nos encaminamos a la cima de la torre. Me las arreglé junto con ella para atravesar todos los pisos, resolviendo los puzles, teniendo cuidado con los guardianes de la torre, usando las habilidades de cada uno para avanzar, etc. Y finalmente llegamos a la cima. Eileen sobre todo estaba más cansada que yo, pues no acostumbraba hacer viajes como estos y además había ocupado parte de su poder curándome en algunas ocasiones. Todavía no podía hacerse una “autocuración”. Lo que decían todos era cierto: un gigantesco cañón de color blanco llevado a gris apuntando hacia el cielo, estaba en la cima de la torre. La cuestión era subirme junto con Eileen... Noté que había un hueco en la parte trasera del cañón, ¿pero había algo para llegar ahí? El hueco tenía el tamaño necesario para una persona, por lo que definitivamente ahí se ingresaba al interior. Le eché una segunda ojeada al cañón, pero nada. Decidí probar algo: que Eileen lance un rayo débil hacia el hueco, ya que era muy profundo y no se veía nada muy bien. En primera instancia no quería hacerlo por miedo a dañar el cañón, pero a las finales me hizo caso. Gracias a la luz pude notar que había algo de color amarillo y rojo dentro, con forma circular. “¿Acaso hay que usar un objeto para engancharnos?”, me dije. Y claro, el gancho de Linik lo había devuelto anteriormente. Maldita sea... No obstante, a Eileen se le ocurrió una idea: usar la lanza de luz e intentar enrollar la punta para que se enganche dentro. No sólo servirá para Eileen, pues yo estaré agarrado a ella cuando realice el movimiento. Así que me agarré a mi prima, comencé a notar cómo su energía fluía por su cuerpo hacia su mano derecha y finalmente, realiza el hechizo siendo completamente efectivo. Al estar dentro del cañón felicité a Eileen y nos pusimos contentos, no obstante, nos sorprendimos cuando sentimos “temblores”. No, era el cañón que se estaba moviendo... El objeto parece que camina, se prepara, apunta y dispara con todas sus fuerzas hacia las nubes. Antes que Eileen y yo fuéramos disparados, nos tomamos de las manos y prometimos no soltarnos en todo el viaje hasta llegar a Celéstea; eso hicimos. Tras el gran disparo del cañón, con mi prima fuimos a toda velocidad tomados de ambas manos. Los dos quedamos frente a frente, con los brazos extendidos y las manos apoyadas del uno con el otro, para que se hagan una idea, una típica posición de parejas que suele aparecer en películas, aunque en esta ocasión no cayendo... En algunos momentos sentíamos que podríamos soltarnos, pero afortunadamente no sucedió y nunca nos separamos.Eileen a veces gritaba de la pura emoción y adrenalina, encima nunca miraba hacia abajo. En cambio yo noté cómo Hyrule se expandía y a la vez se achicaba cada vez más, hasta que algo con forma esponjosa y blanca se cruzó. ¡Sí! Habíamos llegado a las nubes. En ese trayecto completamente blanco no podía ver a Eileen, así que sólo nos mantuvimos firmes tomados de las manos y miraba hacia arriba, esperando llegar al lugar deseado. Después de unos segundos, salimos al fin de esa masa gigante de nubes. Lo primer que vi en esa zona eran más nubes alrededor de toda el área, a la vez que unas cuantas rodeaban un perímetro. Mientras subíamos noté unas plataformas que se mantenían en el aire, unas más grandes y otras más chicas. También noté que desde el lugar en donde llegué había un gigantesco haz de luz de color amarillo. El detalle más raro que noté hasta ese momento es que a pesar de estar sobre las nubes, en el cielo había más de éstas. El camino estaba tranquilo hasta ahora, pero al subir a lo más alto nos dimos cuenta que la fuerza del disparo del cañón llegaba hasta ahí, por lo que comenzamos a descender. En ese mismo instante Eileen y yo comenzamos a gritar como si no hubiera un mañana, pues si caíamos definitivamente terminaríamos muertos. No obstante, un gigantesco pájaro de color grisáceo con un jinete sobre él, quien nos pasó a rescatar. Éste dijo: “Primera vez que visitan Celéstea, ¿no? *Ríe* Me llamo Aquilo y soy uno de los vigilantes de esta zona para ayudar a los recién ingresados. ¡Bienvenidos!”. Como estaba asustado por lo anterior y confundido al ver aquel pájaro, agradecí balbuceando seguido por Eileen. El llamado Aquilo nos llevó montado hacia la “plataforma” más grande de todas. Éste me dice que todas estas zonas se les denominan “Islas Flotantes”, aunque las más grandes o destacadas tienen sus propios nombres. La isla flotante que es considerada capital de Celéstea es Altárea, lugar donde nos llevó Aquilo. Éste nos advirtió que no todos le dicen de esa manera a su isla, sino que también lo conocen como “Neburia” o “Skyloft”. También nos dijo que el tipo de pájaros en el que estábamos montados se llaman Pelícaros, aunque otros los conocen como “Neburís” o “Loftwings”. Desde ahí ya no lo nombré más como “pájaro”, sino por su nombre. Al terminar el trayecto con ayuda de Aquilo, éste aterriza a una zona de Altárea donde había una gran estatua. Primero se baja el jinete y luego nos ayuda a bajarnos. A continuación Aquilo lanza un silbido y nos dice que esperemos a la llegada de alguien. Luego él vuelve a montar su Pelícaro y se marcha para continuar con su trabajo. Junto a Eileen inspeccionamos un poco la zona. Cabe decir que el aire de Celéstea era mucho más agradable que el de Hyrule u otros mundos, parecía más limpia incluso. Muy pronto me di cuenta que la estatua gigante del lugar en donde aterricé se llamaba “Efigie de la Diosa”. También había una especie de puerta, pero estaba cerrada. Después de algunos minutos llega un joven vistiendo ropas amarillas. Éstas se parecían bastante a las túnicas utilizadas por Raúl y Cristián al convertirse en sus formas Hylians, respectivamente, aunque el joven de Altárea era más alto que ambos. Por lo que recordaba parecía haberlo visto en la ciudadela durante el año nuevo.
Después de las risas, Coocker nos guía a través de Altárea. Comenzó diciendo el nombre de la estatua de la diosa y que en realidad, el lugar en donde estaba era una isla aparte de Altárea, pero que terminó conectada junto con ésta. Luego agregó que cada residente de la isla recibe su Pelícaro bajo la efigie, que para ellos es un símbolo de protección divina de la diosa. Eso significaba que Eileen y yo no podríamos tener uno, pues no éramos residente, sólo visitantes... Coocker nos llevó también hasta la entrada de la Academia de Caballeros, al gimnasio que está a un lado y al Gran Bazar ubicado en el centro de toda Altárea. También nos llevó a la plaza y al barrio residencial. A un lado de esta última zona había una cascada interminable proveniente de una pequeña isla encima. ¿Cómo lo hará para sacar tanta agua? Cerca de allí había una especie de cueva, pero Coocker no recomendó ir ahí por la cantidad de monstruos que habitaban. Definitivamente Altárea tenía un ambiente para animar y a la vez tranquilizar a una persona. Era mucho más bello que Hyrule y Términa, a pesar del tamaño. Celéstea en sí era casi nubes, así que si me harían escoger un mundo sería Hyrule. A pesar de todo no encontraba uno mejor que ése. Estar en Altárea era tan acogedor que no me daban ganas de regresar a Hyrule, hasta incluso ni pensaba en ir a buscar el cuarto elemento. Sólo quería estar en la plaza, sentado en una banca y respirar el tranquilo aire que entregaba. La gente del lugar tenían los mismos rasgos de un Hylian, así que supuse que todos éramos de la misma raza. Después de notar que Eileen se estaba acostumbrando a estar con Coocker, pensé en dejarlos a solas. Así que en un momento le dije al joven que la acompañase por Altárea, porque yo seguiría conociendo el lugar por cuenta propia. Mi prima querida se percató de lo que yo pretendía e intentó detenerme, pero al final no lo logró. Cuando yo estaba ya caminando lejos, Coocker invitó alojamiento en la Academia de Caballeros; yo le respondí con una seña. Además de dejar al amable joven con Eileen, quería visitar la misteriosa cueva detrás de la cascada interminable. ¿Qué tan peligroso serán los monstruos de allí? ¿Y qué habrá adentro aparte de esas cosas? Así que fui a investigar. Nada más entrar encontré varios Keeses que se lanzaron encima. Unos cuantos los acabé con la espada y otros dos con ataques de agua. No quería arriesgarme con el fuego, sino éstos terminarían siendo más peligrosos de lo normal. Continué avanzando y me encontraba con Chuchus. Éstos salían debajo de la tierra para sorprender a su presa y lo atacaban creándole un encerrón con su cuerpo, dejándolo sin movimiento para concluir con una mordida. En el libro lo llamaban “ChuChu de Celéstea”, pues en otros mundos son especies diferentes y con patrones de defensa y ataque propios. El primero que apareció en la cueva me sorprendió, pero no alcanzó atacarme y lo pude vencer con tranquilidad. El resto de la cueva no era para temer... Sólo había que tener cuidado con los ChuChus que aparecían sorpresivamente y con los grupos de Keeses, pero nada más. Sin salir herido ni cansado salí por el otro lado de la cueva, sin embargo, fue una pérdida de tiempo. ¡No había absolutamente nada! Salvo un cofre del tesoro que contenía una rupia equivalente a 100. Menudo viaje... lo bueno es que había una buena vista hacia algunas islas de Celéstea y también varios Pelícaros pasaban volando. Algunos pasaban muy cerca y otros muy lejos. Parecía el hogar para ellos, pues por lo visto volaban por sí solos esperando el llamado de su dueño al necesitarlos. Veía Pelícaros de todos colores: amarillo, azul, celeste, café, violeta, verde, etc. Sin embargo, había un único color que no estaba: el negro. ¿Acaso esa variedad estaba extinta? Además, de entre todos esos Pelícaros había solamente uno de color rojo. El día continuó con su trayecto normal. Estuve un buen rato sentado en el “sitio aburrido” y no hubo mucha movilidad en los Pelícaros: dos se fueron y volvió uno. Cuando ya había regresado al ambiente vivo de Altárea, comenzó a rugir mi estómago. Era la hora pick del almuerzo... ¿Dónde iba a comer ahora? Encontré a Coocker y Eileen en lo alto de una torre de la plaza. Al decirle al joven el problema del hambre, éste amablemente me lleva a mí y a mi prima hasta Calabia, una isla flotante de Celéstea donde sirven ricos platos con calabaza en una tienda llamada Calabarza's. Así que éste corrió hacia una plataforma, saltó y llamó a su Pelícaro. A continuación, nos dice que también nos lancemos por aquella plataforma. Al principio no queríamos, pero terminamos confiando en él y nos lanzamos, siendo recibidos por él y su Pelícaro. Calabia no era una isla muy distante de Altárea. Sólo era cosa de esperar un poco y ya. La isla era mucho más pequeña que la capital de Celéstea. Tenía un huerto lleno de calabazas frente a la puerta de entrada de Calabarza's; el bar también tenía una puerta trasera. No tenía nada más en especial alrededor, así que describiré un poco el bar. Había una mesa y algunas bancas en el centro (dos de ellas estaban siendo ocupadas por clientes), una gran lámpara encima, dos camas de los dueños en el lado izquierdo de la entrada, a la derecha estaba el dueño atendiendo, en frente de un mesón habían más bancas y la hija del dueño era la camarera del lugar, por lo que recorría todo el bar. También había un segundo piso, pero no tenía nada especial. Sólo unas cuantas vasijas, platos y muebles. El dueño se llamaba Ruperto y su hija Calabelle. Al igual como pasa en Altárea, ambos tenían orejas puntiagudas y rasgos Hylians, por lo que serían de esa raza; lo mismo pasaba con los clientes. Después de saciar el hambre allí, junto a Coocker regresamos a Altárea. El día pasó rápido. Estuvimos visitando todos los lugares con lujo y detalle. Los dos lugares donde quedamos más pegados fueron en el Bazar y en la Academia de Caballeros. Finalmente llegó la noche y cenamos en la casa de Coocker. Allí también conocimos a su madre. Cuando salimos me di cuenta que la actividad de los Pelícaros había disminuido considerablemente. Le pregunté el porqué de esto a Coocker y su respuesta fue: “Los Pelícaros tienen una visión muy pobre en la oscuridad, así que nadie puede viajar por Celéstea a estas horas, ni siquiera yo. Sólo los caballeros más especializados pueden viajar con su Pelícaro por la noche, aunque también deben tener un equipo especial para ayudarse”. Recordé que Aquilo tenía una gran cantidad de cosas equipadas en él y su Pelícaro, así que supuse que él era un “caballero especializado”. Más tarde Coocker nos dejó en la Academia de Caballeros. Él se tuvo que ir debido a que le tocaba su turno de noche. ¿No ha dormido nada? Pues no, se había despertado justo antes de que sintiera el silbido de Aquilo cuando llegamos a Altárea. Así que Coocker nos dejó en su habitación y advirtió que llegará a despertarnos cuando él regrese de su turno y deba descansar. Eileen y yo afirmamos y nos pusimos a dormir inmediatamente. Ella durmió en la cama, mientras que yo en el suelo acompañado de una sábana y una almohada. Eileen me dijo que fue un muy lindo día para ella y se divirtió mucho, así que me agradeció por haberla llevado. ¿Por qué a mí? Fueron Xavi y Zelda los de la idea... Día siguiente en Celéstea. Coocker nos fue a despertar a las 06:00 hrs. Estaba un poco histérico, pero no era porque estaba matado de sueño y sólo quería dormir, es porque había visto un Pelícaro de color cian volando sobre la Efigie de la Diosa esperando a su dueño/a. ¡Íbamos a presenciar justo una ceremonia! Así que los tres fuimos a esa zona. Al llegar vimos a arios habitantes que ya estaban expectantes de lo que iba a ocurrir. Por consecuencia de nuestra llegada, el Pelícaro comienza a hacer ruidos y deja de volar, aterrizando justo en frente de la estatua. A continuación, el Pelícaro dirige la mirada hacia el lugar donde estábamos los tres.
Como Coocker no terminó de contar todo eso, ya que justo en ese momento miró a Eileen y se congeló, me volteé para mirarla también. Ella parecía estar hipnotizada o algo al quedar mirando el Pelícaro. Le decía su nombre para “despertarla”, pero ni se inmutaba... ¡¿Eileen era la escogida?! Pero si ella originalmente es humana... No entiendo. Después de mis pensamientos, mi prima comienza a acercarse lentamente hacia el Pelícaro. La cara que tenía era dormida, maravillada, sorprendida y contenta, todo eso en un conjunto. El ave siente que su dueña lo está reconociendo, por lo que también se acerca a ésta. Luego Eileen levanta un brazo para tocar al Pelícaro y finalmente, lo logra hacer. A continuación, todos los espectadores comienzan a aplaudir; yo incluido. Posteriormente, Coocker se acerca a Eileen y le dice que debe montarlo. Para eso él estará de guía junto al Pelícaro suyo. Así que el joven ayuda a mi prima a montar el ave y luego, va corriendo hacia una plataforma cercana, salta y llama a su Pelícaro. A continuación, el Neburí de Eileen comienza a volar también y sigue al de Coocker. Todos los habitantes de Altárea vieron contentos el espectáculo y aplaudían. Por mi parte, sólo quedé expectante con una sonrisa; Eileen ya habría encontrado a su compañero, Coocker, y tal vez ya no me necesitaría. Cuando todas las aguas se calmaron y los habitantes volvieron a hacer lo que hacían siempre, Coocker fue a su habitación en la academia y yo me quedé con Eileen. Ella no soltó a su Pelícaro durante todo ese día. Era tanta su felicidad que hasta lucía el ave por toda Altárea. Un detalle que encontré fue que el Pelícaro no tenía un collar cuando estaba en la Efigie de la Diosa; después de la práctica, ya lo tenía. Aquel día fue más lento. El atardecer llegó y al parecer, Coocker despierta a esas horas. Él me encontró sentado en una banca de la plaza, mirando con la ayuda de mi vista cercana a Eileen volando con su Pelícaro por Celéstea. Cuando llega y pregunta por mi prima, interrumpe mi concentración y pierdo de vista a Eileen. Le contesté diciendo que estaba volando con su nuevo compañero.
Coocker pareció molestarle un poco el tema, pero a las finales me respondió la pregunta. Justo después de responder, dijo que iría a buscar a Eileen antes de que el sol se esconda. Respondí agradeciendo por su ayuda y me quedé todavía sentado en la banca, esperando si regresan los chicos. Finalmente llega la noche. Coocker comenzó con su turno y Eileen y yo nos quedamos en la Academia de Caballeros, una vez más. Mi prima expresó su felicidad y sorpresa por haber tenido un Pelícaro. También me dijo que le cuesta un poco adaptarse al manejo del ave, por lo que seguirá practicando los siguientes días. Así pasó el tiempo. Pasaron tres días y no encontraba respuestas sobre el cuarto elemento. Le pregunté a Coocker sobre el tema, pero no tenía ni la menor idea de qué le hablaba. Pregunté a los habitantes del lugar, pero nada. Además no podía viajar por Celéstea sin un Pelícaro y llevar a Eileen a otras zonas era peligroso. Bueno, yo tampoco podía adaptarme a uno y mucho menos sabía volarlo, así que más peligroso era. Me estaba aburriendo de estar perdiendo el tiempo Celéstea... Además, me estaba cansando de estar viendo a la famosa parejita de Eileen y Coocker casi todo el rato juntos. Ya casi ni podía conversar con ella, porque estaba con el Pelícaro o con el joven Hylian. El agradable ambiente de Altárea se me estaba haciendo opaco, como si el mundo cruel se pusiera sobre ella. Me estaba aburriendo de no dormir cómodamente en una rica cama y no como un mugriento y estúpido en el suelo. Estaba harto de ver las mismas caras y paisajes todos los malditos días. Altárea y Celéstea juntos ya me estaban aburriendo de verdad... Por el atardecer del quinto día en mi estadía por Celéstea, el Pelícaro rojo toma acción y va a buscar rápidamente a su dueño. ¡Xavi! Ya era hora de que apareciera... Al cabo de unos minutos, su Pelícaro aterriza con él en la plaza, lugar donde quedé yo esperándolo sentado en una banca. Los que estaban más cerca se dieron cuenta de su presencia y fueron a saludarlo; yo sólo me quedé sentado. Después de haber saludado a todos y dejara de ser un imán de personas, se acerca a mí y me saluda.
Nota:: “harem” es un término japonés que, por lo que entiendo, significa cuando un hombre tiene en su alrededor varias chicas que están "alocadas" por él, además tienen sus propias y diferentes personalidades. Justo después de conversar, Coocker y Eileen llegan después de la práctica de vuelo. Ambos se veían cada vez más felices y apegados juntos. Cuando el caballero de Altárea vio a Xavi, lo saludó animadamente con una seña y apuró a mi prima en caminar. Ambos se saludaron, con Coocker casi besándole los pies, y Eileen lo saludó con normalidad. A partir de aquí los tres se inundaron con conversaciones, así que yo me aislé del trío y no me dio ganas ni siquiera de escuchar las conversaciones. En algún momento los tres decidieron pasear por Altárea. Éstos me llamaron para que vaya con ellos cuando se dieron cuenta que me estaba quedando atrás, sin embargo, les negué la invitación y preferí seguir sentado solo en la banca de la plaza. No quería estar caminando con ellos mientras hablan. Además, ya conozco toda la maldita isla de memoria, ¿para qué pasearla de nuevo? Incluso con la parejita casi ya tomada de la mano... menos ganas de me dan. ¿Por qué me pasa esto? ¿Eso era lo que le llamaban “celos” o envidia porque Eileen esté con otro y no me tome atención? La noche total cayó y todos fuimos a la Academia de Caballeros. Coocker comenzó a hacer su turno de noche y para sorpresa de todos, Eileen decidió ir con él. Él no quería llevársela porque podría ser algo peligroso, pero mi prima insistió tanto que a las finales, terminaron recorriendo los dos Altárea por la noche. Esto causó más rabia en mí. Xavi se percató de lo que estaba pasando conmigo y quiso conversar, no obstante, me comporté como un niño al no querer responder y más encima, encerrándome en uno de los baños para que no molesten. Cuando ya era más tarde de noche y yo no podía dormir, teniendo en cuenta que yo ya estaba en el suelo con la sábana y todo mientras Xavi dormía en su propia habitación de la academia, llega Eileen totalmente feliz. Tras un suspiro después de cerrar la puerta, me ve despierto y saluda con mucho ánimo. Al contrario, yo la saludé casi a la fuerza y con un tono apagado.
Justo después de terminar, teniendo en cuenta que dije todo eso rápidamente, Eileen me da una bofetada. Ella lo defiende diciendo: “Él nos ayudó cuando llegamos y ha hablado bien de ti, ¿y así lo tratas tú? Y si quieres... ándate solo. Yo me puedo quedar felizmente aquí”. Cuando dijo estas últimas palabras, sentí una tremenda rabia interna. Fue como si la persona que más apreciaba me hubiera traicionado. Por culpa de ello mi brazo derecho se cargó completamente en llamas y a continuación, me abalancé contra Eileen y la agarré el cuello. La fuerza fue tal que la arrastré hasta la pared. Tenía tanta rabia que esto lo hacía casi sin conciencia, sólo pensando en el mal... Sin embargo, mientras hacía tal cosa que me arrepiento hasta el día de hoy, Eileen comienza a echarme un hechizo de luz hacia mi cuerpo. Pude sentir que energías y vibras positivas corrían por todo mi cuerpo, lo que causó que “despertara” un rato de mi rabia y sea consciente de lo que estaba haciendo. Posteriormente quito el brazo rápidamente de Eileen, provocando que esta caiga de rodillas al suelo, se agarra el cuello y tosa. Por mi parte, yo quedé mirándola con arrepentimiento y quedé sin palabras en la lengua. No sabía cómo perdonarla, pues ni siquiera me podía perdonar yo mismo por tal acto. Por lo ocurrido no supe qué hacer y salí corriendo de la habitación, a la vez de la academia. La presencia de Eileen no se alejaba del todo e incluso había gritado mi nombre, por lo que me empezó a seguir. No obstante, como corrí tan rápido hacia la Efigie de la Diosa, el rastro de mi prima se perdió rápidamente. En la misma Isla de la Diosa, en el mismo lugar donde conocí a Coocker, el lugar donde todo empezó; ahí me quedé. Me senté en un arbusto, comencé a reflexionar sobre lo ocurrido y como un niño que sabe actuar con palabras, sino con expresiones, me puse a llorar. No fue un llanto por pena. No fue todo al 100% por lo ocurrido en la academia. No... Fue por rabia. Por culpa del maldito de Coocker pasó todo... “Coocker”, balbuceaba su nombre con ira mientras lloraba y apretaba los puños, golpeando también el césped. Ni cuenta me di cuando desperté al día siguiente. No me desperté por mi cuenta, sino que Xavi me estaba zarandeando. Al abrir completamente los ojos, vi muchas piernas y pies de personas. ¿Por qué había tanta gente? ¿Acaso el chisme de lo ocurrido anoche ya se esparció por todo Altárea? No, no era eso... “Brett, creo que un Pelícaro te estuvo esperando toda la mañana”, me dijo Xavi. Entonces me levanté, di la media vuelta y vi a uno de ellos. Sin embargo... Pelaje negro, aunque el pecho, los ojos y las puntas de las alas, eran de color rojo. Todos estaban boquiabiertos mirando al Pelícaro, incluso yo en un principio. Pero cuando lo vi a los ojos sentí una gran cercanía con él, como si conociera al ave por toda mi vida. Pareciera que sintiéramos los mismos sentimientos. Era una sensación extraña, una conexión, una vibra que tenía con él. Tal como dijo el imbécil: “Son como almas gemelas de sus dueños”. Me acerqué al Pelícaro, éste se acercó también y finalmente, lo pude tocar. Las personas, en comparación a rostros de felicidad cuando estaba la ceremonia de Eileen, en este caso parecían tener rostros de horror, casi de miedo. Parece que yo era el único feliz. Creo que sólo yo sentía que una presencia de ésta especie era normal... Y claro, los Pelícaros negros no estaban extintos, estúpido Coocker. Volviendo a la escena de nuestro protagonista echando a correr después de haber atacado a Eileen. Ella misma intentó seguir a Brett, pero perdió su rastro debido a que éste corrió demasiado rápido en comparación a ella. Como quiso recurrir a alguien y el más cercano, Xavi, estaba durmiendo, decidió buscar a Coocker. No tardó mucho, pues éste estaba recorriendo el Bazar. Al encontrarlo, Eileen se abalanza sobre él y lo abraza.
Tras decir esto, Eileen vuelve a abrazar a Coocker. Éste no le creyó mucho las palabras de la chica, puesto que, ¿cómo una persona va a cambiar de color los ojos? Después de permanecer con él durante un rato y haber recordado nuevamente la escena de la academia, Eileen rompe en llanto, aunque sin exagerar, sólo por el susto que pasó y por el cambio sufrido por su primo. Finalmente ella terminó siendo consolada por Coocker y posteriormente, llevada de nuevo a la habitación de él mismo en la academia, donde ella terminó quedándose dormida y convertirse en una espectadora más de lo ocurrido al siguiente día: el Pelícaro negro. Nota: todo lo dicho sobre el "Pelícaro negro" es obra mía, así que eviten decir algo como: "nada de eso lo dice en Skyward Sword o "pero si en el juego aparece un Pelícaro negro con normalidad". |
Capítulo 32
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La Ciudad de los Cielos |
Y eventos previos en Altárea.
El único que me ayudó a montarme en mi Pelícaro fue Xavi. Todos los demás idiotas estaban con sus caras de imbéciles mirando la escena. Pareciera que hubieran visto un fantasma o no sé qué cosa; vaya gente tan extraña. ¿Sólo por ver un Neburí distinto de los demás, que representaba “el mal” para algunos y que para ellos estaban extintos, provoca tanto miedo a los Hylians de Celéstea? Menuda gente sin sentido del humor. ¡Ver un Pelícaro negro para los residentes de Celéstea debe ser como un tesoro para un pirata! Cómo pueden ser tan amargados... Maldita sea. Como si el Pelícaro me leyera la mente, comenzó a agitar sus alas y muy pronto, a flotar y volar encima de todos. Sin darme cuenta en un par de segundos ya me había alejado de Altárea y me encontraba dentro del mar de nubes de Celéstea. ¿Recuerdan cómo era mi Pelícaro? Era todo absolutamente negro, pero el pelaje de la zona del pecho, las plumas de las puntas de las alas, algunas plumas de la cola y los ojos, eran los únicos distintos: rojo. Una curiosidad es que al igual como mi pelo, mi Pelícaro tenía un mechón de su pelaje negra que le tapaba parte de su ojo izquierdo, pero no le dificultaba nada para su visión. Al cabo de un rato llega Xavi junto a su Pelícaro y entonces comenzamos a volar por todo el mar de nubes de Celéstea. A diferencia de Eileen, yo me sentía muy unido con mi nuevo compañero ave, tanto así que me acomodé inmediatamente al vuelo y al manejo. Aun así no quería arriesgarme yendo a zonas muy distantes como un lugar que está detrás de Altárea, que consiste en varias nubes grises rodeando algo. Recuerdo que el estúpido Coocker dijo que la zona dentro de ese círculo de nubes grises es conocida como “Cúmulo de Nubes”, pero lo que se haya dentro sólo algunas personas lo saben. Estar junto a mi Pelícaro volando me hacía olvidar de todo. Era una sensación única, algo que dan ganas de estar así durante toda la vida. Los vientos producidos en Celéstea ayudaba a esta sensación a sentirse mucho mejor. Las corrientes pasaban alrededor de mí y la vista a las islas flotantes era espectacular desde lo alto. Parecía que me sentía libre junto a mi Pelícaro. Libertad y felicidad; algo así me sentía estar volando con mi nuevo compañero. Después de volar por casi toda Celéstea, sin acercarme tanto a las nubes grises, ya que además decían que varios tornados se crean por esas zonas, aterricé con mi Pelícaro en la plaza de Altárea seguido por Xavi. Al igual como lo hizo Eileen, anduve paseando con mi ave durante todo el día dentro de la gran isla flotante. Y hablando de ella... recordé que aún no le pedía perdón por lo ocurrido en la noche. De tanto movimiento en la mañana se me había olvidado... Así que le dije a Xavi que buscaría a mi prima para conversar algunas cosas con ella en privado y éste me dejó. Para facilitar las cosas me dijo que ella estaba en la Academia de Caballeros. Para no tardarme y llegar antes de que Eileen se marchara de la academia, preferí ir corriendo hacia el lugar. Al entrar me concentré para percibir la energía de ésta, sin embargo, noté que estaba junto al famoso Coocker. Vaya tipo más molesto, no deja a mi prima ni un solo segundo del día. ¡No me importa! A la mierda si está con él o no. Además debo asumir las consecuencias. Me dejaré golpear si es necesario, porque me lo merecía, después de todo... Llegué a la habitación, toqué la puerta y preguntaron quién era desde adentro. Alcé mi voz y dije mi nombre. Inmediatamente Coocker abre la puerta y como me lo esperaba, no tenía para nada una sonrisa dibujada en su cara.
Tras decir esto, un silencio muy incómodo se creó. No sabía qué palabras decirle para convencerla, ya que la forma con la que ataqué era tal como dijo ella: para un caso mortal. Podría haberla matado si no me hubiera dado esas energías positivas... Por otro lado, había un detalle que no me estaba gustando para nada mientras el ambiente se estaba creando: Coocker. El muy imbécil estaba parado en la puerta, escuchando y mirando toda la conversación. Maldita sea, ¿ahora se convirtió en un chismoso? Tu turno para conversar viene después, así que deberías irte... Diría eso, pero no tenía derecho. Entonces yo rompí el hielo después de ese silencio.
De alguna manera, Eileen quedó “pegada” mirándome a los ojos. No obstante, todo eso lo hizo para enviarme mensajes. Varios mostraban que el interior de mi prima estaba muy destrozado por mi actitud hacia ella. Mostraba imágenes cuando lloraba, tanto de la actualidad como de pequeña, momentos tristes de su vida y especialmente, escenas cuando me extrañaba. Todo eso llevaba al significado anterior: tristeza y distancia. Quizás fue porque se suponía que ella y yo estaríamos más unidos que nunca divirtiéndonos en estos mundos, pero al parecer fue lo contrario; nos hemos distanciado más de la cuenta, primero por los entrenamientos y ahora con lo del imbécil, y encima me he comportado como un animal en su presencia. Al terminar de ver todo su mensaje, ella baja la mirada y empieza a jugar con los dedos. Para intentar hacer algo, me arrodillo frente a ella, provocando un llamado de atención para que me vuelva a mirar, y le digo: “Tienes razón, Eileen... Este es el mundo de nuestros sueños, no hay que desaprovecharlo. Ahora más que nunca debemos estar unidos y no distanciados, ya que no quiero crear un nuevo mundo cruel y más aún perderte. Perdón por mi monstruosa actitud y aceptaré cualquier cosa que hagas de ahora en adelante. Después de todo, eres mi prima más querida de todas y debo devolverte los favores que me has hecho en el pasado”. A continuación, Eileen fue tocada por mis palabras y saca una sonrisa, para luego caer emocionalmente y sus ojos comiencen a brillar.Finalmente ella termina dándome un fuerte abrazo. El imbécil comprende lo que estaba sucediendo en la habitación y decide dejarnos solos. ¡Al fin! Luego Eileen agradece por mi comprensión y le respondo:
Así que lo aprendió de la manera menos apropiada... Luego nos quedamos hablando un rato más y posteriormente,agradezco a Eileen su atención y concordamos que hablaríamos más pronto. A continuación, abandono la habitación para dejarlo con el imbécil de nuevo. ¿Qué haría ahora? ¡Ah, claro! El cuarto elemento.Fui en busca de Xavi y para eso necesité ayuda de mi sentido olfativo; lo localicé fácilmente. Así que fui hacia la zona “pegada” con Altárea, la Isla de la Diosa, y encontré a Xavi dentro de la efigie, el cual estuvo cerrado todo el tiempo hasta que él llegó. Dentro parecía haber un pedestal sin espada y un símbolo de algo color plateado en frente, con un “estante” debajo guardando unas especies de piedras grandes estando todas juntas y bien colocadas. Le pregunté a Xavi qué era ese lugar y éste me contó una larga historia de un antiguo héroe, tan antiguo que en su existencia Hyrule ni siquiera se había unificado y los residentes de Celéstea conocían al actual “mundo maravilloso” como las “Tierras Inferiores”. Sí que era antigua la historia... Después me dijo que el director de la Academia de Caballeros, Gaépora, es el hombre indicado para ayudarme en la misión sobre el Elemento del Aire, ya que según Xavi ese hombre está muy informado sobre las historias y leyendas de Celéstea. Como yo no conocía a Gaépora, Xavi decidió acompañarme hasta la academia y hablar con el director sobre el elemento. Después de todo ambos se conocían desde hace un tiempo y eso ayudaría a que Gaépora tenga más confianza al contar la historia y no a un simple desconocido. Al llegar a la academia y a la puerta de la habitación del director, yo toco la puerta de éste. Gaépora responde desde adentro preguntando quién es y antes que pudiera hablar yo, Xavi responde nombrándose. Inmediatamente el director abre entusiasmado la puerta y nos atiende. No obstante, ahí se percata de mi presencia y me queda mirando un poco sorprendido durante un rato. A continuación, Xavi ayuda con mi presentación y Gaépora se sorprende aún más por mi nombre.
Tras esto Gaépora decide dejarnos pasar y cierra la puerta de su habitación con llave. ¿Tan asegurado y en secreto era el tema? Después de invitarnos a acomodarnos en la habitación, el cual era muy grande en comparación al del imbécil o de Xavi y que incluso tenía un gran estante con libros, Gaépora comienza a contar la leyenda de los Ucas y de los Hijos del Viento. Comenzó hablando sobre los Ucas, una raza que vive dentro del Cúmulo de Nubes y además tienen su propia isla flotante llamada Celestia. El denominado “cúmulo” era la cosa que está dentro de las nubes grises en Celéstea. Luego continuó diciendo que el cúmulo no puede ser cruzado hasta descubrir la verdadera entrada a ella. Para aquello se necesitaba apuntar los dos molinos de Altárea hacia la Torre de la Luz, el cual estaba ubicado en la plaza, y posteriormente clavar la Espada Maestra en un sello ubicado en lo alto de dicha torre. La ventaja que teníamos es que los molinos ya estaban en sus posiciones, ya que anteriormente las habían movido. Lo único que nos faltaba era que Xavi clavara la espada en el supuesto sello de la torre, así aparecería un rayo de luz que indicaría el camino. En cuanto a los Hijos del Viento... era la raza que actualmente protegía el Elemento del Aire. No por nada mencionó a los Ucas, ya que éstos conocían y hasta tenían el único método para llegar hacia los Hijo del Viento, quienes vivían en las nubes más altas. Ahora entendía el por qué había nubes sobre Celéstea... Añadió también que al parecer ellos deben tener algunos problemas en la actualidad, puesto que no se han visto últimamente y ni siquiera estuvieron en las dos últimas celebraciones de año nuevo en Hyrule. Concluyó diciendo que si queríamos llegar a Celestia, deberíamos de tener cuidado con los tornados que se crean cerca del cúmulo y aún más con los fuertes vientos que hay dentro. Al terminar de escuchar todo eso, Xavi y yo nos pusimos en movimiento y fuimos a la Torre de la Luz. La mala noticia de todo es que el atardecer ya había caído completamente, por lo que faltaba muy poco para la noche. Claro, cuando Xavi y yo salimos de la efigie, el sol ya se estaba preparando para esconderse. ¿Los problemas? Los Pelícaros no vuelan por la noche, Gaépora dijo que el Cúmulo de Nubes oscurece más temprano que Celéstea (así que ya estaría de noche) y además no tendríamos lugar para dormir. Así que con Xavi preferimos solamente subir la torre de la plaza y que él se encargue de hacer lo suyo con la Espada Maestra. Al hacerlo se desprendió una luz desde la mismísima torre hasta el cúmulo, dejando en vista la entrada a éste, tal como dijo Gaépora. Después de que este hecho se haya producido, sorpresivamente aparece Eileen caminando en la plaza solitariamente. ¿Ya se aburrió de estar tanto con el imbécil? Mi prima se acercó al pie de la torre, lugar donde estaba yo, y pregunta el por qué apareció una luz de la nada. Mientras le explicaba lo que estaba sucediendo, Xavi bajó de la torre y me apoyó en la conversación, logrando convencer del todo a Eileen. Después de escuchar el tema, ésta me desea lo mejor para mi viaje al cúmulo y a continuación, le pide a Xavi un poco más entrenamiento sobre su poder. Como no tenía planes, éste asiente y decide llevarla a la Isla de la Diosa, ya que es el lugar más adecuado para el entrenamiento. Tras esto quedé sentado en una banca de la plaza, tal como lo hacía siempre. Cuando la noche ya había caído pero aún estaba joven, mi Pelícaro aterriza en la plaza y va a verme. ¿Habrá sentido mi soledad y aburrimiento? El ave se acerca con confianza hacia mí y se deja tocar. Luego me di cuenta de un detalle... ¿cómo pudo volar hacia la plaza durante la noche? Se supone que los Pelícaros no vuelan bien cuando Celéstea está oscuro debido a que su visión es demasiado pobre. Curioso por lo que había pasado decidí subirme al Pelícaro y lo llevé hacia la zona de salto. Cuando el ave saltó inmediatamente empezó a aletear y posteriormente a ascender. No se veía absolutamente nada, todo estaba muy oscuro. Algunos haz de luz gigantes, los cuales servían para volver a Hyrule, entregaban algo de luz por el mar de nubes, pero todo lo demás estaba oscuro. También se podía ver apenas la isla de Calabarza’s. Yo no podía saber dónde había una isla flotante, rocas flotantes y mucho menos un tornado. Esto último sí que era peligroso...No obstante, mi Pelícaro parecía saber hacia dónde iba. Pasábamos sobre o debajo de islas o rocas flotantes como si nos burláramos de un choque. También se guiaba por sí solo en algunas ocasiones para evitar estrellarse. Increíble... así que mi Pelícaro no sólo era un fenómeno dentro de Altárea, ¡sino que también podía tener visión nocturna! Y parece que el imbécil no sabía ese detalle. Durante el paseo nocturno pude notar algunos rayos de luz saliendo desde Altárea, los cuales obviamente eran de Eileen. Así que guiado por esas luces fui hacia esa zona. Terminé aterrizando en la Isla de la Diosa y cuando Xavi y Eileen vieron a mi Pelícaro aterrizando, que en primera instancia no lo notaron debido a que su pelaje combinaba con la oscuridad, quedaron boquiabiertos y más aún cuando me vieron bajar de él. Justo después mi Pelícaro agita sus alas como señal de despedida y se marcha volando.
Tras la pregunta, Xavi le responde al imbécil sobre lo que hacía con mi prima: enseñarle movimientos con el poder de la luz. Coocker se sorprendió al escuchar aquello, pues no tenía ni la menor idea que Eileen sabía utilizar esos tipos de poderes. Entonces los tres se pusieron a conversar sobre ese tema. Mientras tanto, yo me excluí del todo y sólo veía lo que hacían y escuchaba lo que conversaban. En ningún momento me colocaron atención una segunda vez, así que aburrido y hartado de que me marginaran me levanté del arbusto, fui hacia la zona de salto y salté, para luego llamar a mi Pelícaro que me recibió. Tras esto aumenté mi sentido auditivo y escuché claramente al imbécil comentando con sorpresa lo que había visto: un Pelícaro volando por la noche. ¿Por qué mi Pelícaro era el único que tenía visión nocturna? ¿Acaso que tenga pelaje negro se trate de una raza especial? El imbécil no lo sabía, ningún residente de Altárea lo dijo alguna vez y ni siquiera Xavi lo sabía. Además, éste se informa de las cosas de Celéstea gracias a Gaépora, el “sabelotodo” de aquel lugar. Tal vez lo pudiera haber sabido y nunca lo mencionó. Aunque tratándose de historias sobre Pelícaros, el que una especie pueda volar de noche es un detalle no menor. Sin embargo, puede que el caso de mi compañero de vuelo es especial y por eso nadie lo sabía. Hay muchas conclusiones... Después del segundo viaje nocturno por Celéstea con mi Pelícaro, regresé a la Academia de Caballeros cuando las luces doradas habían desaparecido de Altárea. En este caso no pretendía ir a la habitación del imbécil. ¡Ni en sueños! Así que no tuve otra alternativa que ir al cuarto de Xavi. Al tocar la puerta éste la abre somnoliento. ¿Tan rápido se quedó dormido? No dudó en aceptar mi petición de quedarme a dormir en su habitación y me quedé ahí, de la misma forma como dormía en la habitación de Coocker: en el suelo, con una almohada y una sábana. Al día siguiente comenzaría lo bueno. Nada más al despertarme por la mañana me motivé psicológicamente y fui directo a la plaza, para luego dar un salto y llamar a mi Pelícaro. No fui directamente al cúmulo, sino a Calabarza’s y comer un buen plato de calabaza para comenzar el día. Después de haber comido allí, decidí volver a Altárea para hacer una mejor preparación. Además sería un poco difícil volver al mar de nubes después de haber cruzado el cúmulo. En Altárea me crucé con Xavi en el camino, quien venía saliendo del Bazar con algunas cosas: una botella llena de poción roja y otra de azul; estas cosas me las dio.Para él se guardó una botella con poción amarilla, algunas bombas para su saco de bombas y una bolsa pequeña, aunque ésta la intentó guardar sigilosamente, pero igual lo pillé. ¿Qué secreto se traía? Después nos fuimos a despedir de Eileen. Ella estaba junto al imbécil, como era de costumbre, en una de las islas flotantes de Celéstea. No obstante, mi prima dice: “Los estaba esperando. Yo también iré”. Tanto Xavi como yo y Coocker nos sorprendimos por su decisión, pero de igual manera la retuvimos. “Es muy peligroso, podrías salir gravemente herida allí”, decíamos la mayoría de las veces. Fue tanto la insistencia que Eileen nos hizo caso, pero a regañadientes. Ella creía que Celestia y el lugar donde vivían los Hijos del Viento era cualquier cosa, pero no... Fue por su bien. Así que al despedirnos y de mala manera entre el imbécil y yo, fui con Xavi hacia el Cúmulo de Nubes. El camino hacia el Elemento del Aire comenzaba... Nada más por el trayecto hacia aquel lugar comenzó a complicarse. Los famosos tornados se creaban una y otra vez. Xavi tenía que maniobrar con su Pelícaro para esquivarlas, en tanto, el mío volaba casi por sí solo. Realmente yo no sabía volar con un Pelícaro... mi compañero tenía que hacer todo por mí. Mientras nos acercábamos al cúmulo, los tornados empezaron a cesar, pero un frío embarazoso comenzó. “¡Mantente preparado para los vientos y el frío que se viene, Brett! ¡Afírmate bien a tu Pelícaro!”, gritó Xavi momentos antes de cruzar el cúmulo a través de la potente luz. Nada más entrar al famoso cúmulo se sintió el ruido de un relámpago. El clima dentro era estruendoso: lluvia torrencial, nubes grises, rayos y relámpagos, frío intenso, vientos feroces en algunas ocasiones que hasta desviaban a los Pelícaros, la zona un tanto oscura y lo peor de todo, una especie de reptiles aéreos volaban por los alrededores, quienes tenían la intención de atacar a los visitantes. A esas cosas las había visto en el famoso libro de enemigos: se llamaban Aeralfos. Estos atacaban lanzándose hacia su presa y posteriormente, daban un corte con su “espada” o cuchillo gigante que tenían. Lo peor de todo es que tenían un escudo, por lo que no era fácil atacarles. Xavi me mantuvo alerta sobre estos enemigos y procuró estar cerca de él para protegerme. Los vientos que aparecían de improviso eran tan fuertes que empujaban a mí y al Pelícaro. En una ocasión llegué a soltarme de éste y caí, pero mi compañero inteligentemente realizó una maniobra para descender rápidamente e ir a buscarme antes que llegase Xavi, por lo que no sucedió nada. En algunas oportunidades, cansado de que los malditos Aeralfos estén presionando, comencé a atacarles lanzándoles bolas de fuego o de agua. Como esas cosas tenían escudos alcanzaban a protegerse, así que prefería el contraataque para atacarles sorpresivamente. Mientras tanto, Xavi se las arreglaba para protegerme y acabar con algunos Aeralfos utilizando sólo su espada. Durante el viaje comencé a ver una edificación a lo lejos. Parecía una especie de ciudad flotante o algo parecido, pues tenía murallones gigantes y hasta molinos de viento, por lo que alcanzaba a ver con mi aumento de visión. A simple vista parecía estar con tecnología mucho más avanzada que la de Altárea y otras zonas de Celéstea. ¿Así era Celestia? Es como si el pasado y futuro estuvieran reflejados entre el mar de nubes de Celéstea y el Cúmulo de Nubes. Un detalle más es que habían otras tres islas flotantes apartes del denominado Celestia: una donde había un gran arco iris, otra donde parecía haber una torre y otra que también había una torre, aunque de mayor tamaño, junto a otra isla más pequeña delante suyo; parecían estar conectadas entre sí estas dos últimas. Aun así no importaban las islas pequeñas, sino que importaba la gran edificación que se veía a lo lejos. Después de haber viajado por todo ese camino tan difícil y peligroso, que por suerte no fue Eileen o estaríamos en graves problemas con Xavi, llegamos a la gran edificación. A medida que nos acercábamos, las fuertes lluvias comenzaban a desaparecer hasta que finalmente, ni una sola gota caía. Las nubes grises misteriosamente desaparecían al estar cada vez más cerca de la gran isla flotante. Y para terminar con los momentos de cercanía hacia aquella isla, los enemigos no querían acercarse, por lo que el final del recorrido fue mucho más fácil y también para tener un aterrizaje adecuado. Cuando la gran isla estaba frente a nosotros, Xavi me guió hacia un camino seguro para bajar. Volar a través de la edificación, que ya terminó siendo confirmado por nombre de “Celestia” gracias a Xavi, era muy difícil debido a los tantos mecanismos que rodeaban el lugar: poleas, molinos y lo peor de todo, fuertes vientos. Esto último era el único detalle del cúmulo que no desapareció. Finalmente aterricé con Xavi en un área donde había un cañón idéntico al Cañón de los Cielos. ¿Acaso esa cosa envía hacia el lugar donde viven los Hijos del Viento o no? Al principio el ambiente era todo normal, pero de pronto apareció un fuerte viento que empujaba a mí y a Xavi a un lado. Lo bueno es que desaparecía después de unos segundos, sin embargo, volvía a aparecer otra vez. Lo peor es que en algunos pasillos no había murallas, por lo que si el viento me empujaba terminaba cayendo al vacío. Tenía que tener mucho cuidado y para ello aumenté parte de mis sentidos auditivos, para así escuchar cuando se acerca un fuerte soplido. Recién había dicho “pasillos” porque después de aterrizar en la zona del cañón gigante, había un camino que después se cortaba por una especie de piscina. Desde allí aparecen otros dos pasillos más: una que llevaba a una tienda y otra a la ciudad de los Ucas. La tienda tenía un ambiente parecido a una habitación infantil. Los productos eran cosas que teníamos o no podíamos tener y el vendedor, que era una especie de gallina con cabeza humana, apenas sabía el lenguaje Hylian. Al principio me había quedado estupefacto al ver y escuchar a ese ser. No sé... pensaba que los Ucas eran más “Hylians” o “humanos” y más aun viendo que tienen una compleja edificación como ciudad. ¿Cómo diantres lograron hacer todo eso? Después de salir de la tienda, Xavi y yo nos encaminamos hacia el otro camino. Luego tuvimos que recorrer por varias zonas de Celestia. Debíamos tener cuidado con los vacíos que se hallaban en algunas salas, así como ciertos suelos que caían al ser pisados o los fuertes vientos de algunas zonas al exterior. También había varios molinos que echaban temibles vientos interminables y que sólo un determinado interruptor los detenía. Estos molinos servían para mover algunas poleas o mecanismos de Celestia. También encontrábamos varios Ucas, pero la mayoría no conocía el lenguaje Hylian y por eso no podíamos tener comunicación con ellos. Afortunadamente unos cuantos lo sabían y nos ayudaban con ciertos acertijos de la compleja ciudad. Finalmente cae la noche y Xavi y yo no pudimos encontrar algo que ayude para nuestra siguiente parada. Según él debíamos encontrar al Uca “jefe” de ahí, o mejor dicho “jefa”. Ésta se llamaba Ucayaya y era la que podía hablar con más fluidez el Hylian, al menos eso me dijo Xavi. Así que como la noche llegó tuvimos que detenernos en el centro de Celestia, lugar donde se reunían varios Ucas para comer antes de ir a dormir. Xavi sacó de sus cosas algo de comida y con eso fue suficiente. No fue mucho, pero por alguna razón me sentí satisfecho rápidamente. ¿Habrá tenido algo para que llenase más rápido de lo normal? Tras terminar la comida, buscamos un sitio donde los Ucas recibían a visitantes y nos quedamos a dormir en unas camas que no eran muy cómodas, pero al menos era mejor que dormir en el suelo. Al día siguiente y después de haber desayunado, Xavi y yo continuamos con el recorrido por Celestia en busca de la tal Ucayaya. Muy pronto nos dimos que algunos sitios eran completamente inaccesibles... No obstante, Xavi recordó que Celestia tenía un tesoro escondido: la doble zarpa. Así que éste me llevó a un camino que nunca había visitado y tras pasar por difíciles caminos, llegamos a una sala donde había un cofre. En el interior de éste se encontraba el preciado tesoro que Xavi buscaba. Ambos celebramos por la obtención del objeto, no obstante, Xavi me dice que él continuaría con el viaje por Celestia y mientras tanto, yo debería quedarme en la sala principal para esperarlo. Nos referíamos a la “principal” a una gran sala que era una de las primeras encontradas por nosotros y dentro se reparten tres puertas; cada una llevaba al exterior y un camino distinto. Así que con Xavi regresamos a aquella sala y él se fue a la ubicada en la derecha, zonas que ya había conocido un poco. La que importaba era la puerta del centro, pero no podíamos avanzar debido a que los molinos gigantes, los cuales apuntaban al exterior, no funcionaban por culpa de un interruptor y por ello, las poleas no giraban. Con la ayuda de esas poleas y la doble zarpa, ya que cada lado de una polea tenía unas rejas eficaces con el enganche, podíamos llegar hacia el otro lado. Como ya dije, estas poleas estaban detenidas por falta de aire de los molinos. Antes de irse, Xavi me había dejado algo de comida para mi almuerzo, ya que tardaría en regresar; así fue. Él regresó a la sala principal desde el techo, lugar donde antes había un ventilador gigante funcionando y que fue detenida por Xavi, cuando estaba cayendo el anochecer. Le pregunté por qué tardó tanto y respondió que se encontró varias “cuerdas flojas” por el camino, además de que eran muy finas, y por eso se retrasó tanto. Tras haber bajado completamente de Celestia, Xavi se engancha sobre unas ramas, las trepa un poco y posteriormente, con la zarpa libre se engancha sobre las rejas del techo. Para terminar con todo eso, alarga un poco la cadena de la zarpa enganchada para bajar un poco y finalmente, con la otra zarpa se engancha sobre una especie de bola que colgaba del techo. Al colgarse en ella causó que ésta se tirara hacia abajo, provocando como consecuencia que el molino del norte comience a funcionar. Gracias a eso, las poleas del que hablaba recién girarían y ayudaría a mí y a Xavi llegar al otro lado. “Así es como se usa la doble zarpa. Tendrás que tenerlo en cuenta para después”, me dijo Xavi al haber bajado. Después de que haya pasado todo esto, los Ucas volvieron a reunirse en la sala: era la hora de la cena. Todos juntos y reunidos comenzaron a comer entre ellos, como si fueran una gran familia. No obstante, por alguna razón los Ucas de la zona norte no venían y en el día anterior pasó lo mismo. ¿Qué sucede con esos Ucas? Ni siquiera Ucayaya ha aparecido y Xavi me dijo mientras cenábamos: “hay una alta probabilidad que la jefa esté en el norte. No puedo percibir mucho su energía, pero sí he sentido una maligna desde que llegamos; creo que esa es la fuente del por qué los Ucas de esa zona no vienen. Hay que estar alerta al cruzar las poleas, Brett”. Después llegó la noche absoluta y Xavi recomendó que visitáramos el norte al día siguiente, así que fuimos a la famosa habitación de visitas. Antes de quedarnos dormidos le pregunté a Xavi por qué fue al Desierto Gerudo y éste respondió: “Fue por un encargo del Rey. Él me había dicho que recibió en los últimos días varias cartas desde el oeste reclamando sobre enemigos que han aparecido en numerosas cantidades continuamente. Entonces recorrí toda la zona buscando una respuesta del por qué tantos enemigos, pero desafortunadamente no encontré nada. La Fortaleza Gerudo estaba tomada por monstruos simples, como Bokoblins, Lizalfos, Poes, entre otros, así que no fue nada difícil. Aunque debo recalcar que se veía un poco gracioso ver a las “temidas” Gerudo encerradas en sus propias celdas. Y en cuanto al desierto que continuaba después... por alguna razón había vientos muy fuertes y en ocasiones se creaban tormentas de arena, pero lo peor de todo es que al querer cruzar el desierto, aun siendo guiado por los carteles que hay en la zona, yo terminaba en el inicio. Era como si el desierto estuviera encantado. Así que dejé de intentarlo tantas veces y decidí viajar a Celéstea, para ver cómo iban las cosas contigo”. El Desierto Gerudo... ¿cómo será esa zona? Aunque la historia contada por Xavi no daban ni ganas de querer ver cómo es. ¿Un desierto “encantado”? Eso intrigaba con tan sólo oírlo... Después de haber escuchado y comentado un poco la historia, terminé quedándome dormido. En aquella noche volví a tener un sueño con el Cañón Ikana. Esta vez yo estaba parado en la zona más baja del cañón. El cielo estaba con color rojo sangre, con nubes negras incluidas. El césped estaba totalmente seco. No había nada de vida en el lugar. La Torre de Piedra había aumentado de tamaño y volumen; daba escalofríos al mirarlo... Después de verificar toda la zona, camina una persona desde atrás y se detiene al lado mío. Estaba encapuchada y olía muy mal. Luego comienza a decir unas frases que ya había escuchado, al igual que la voz: “Vaya destino tan oscuro”; era la anciana que vivía cerca del Cementerio de Ikana, ¿la recuerdan? En fin, cuando dijo esas palabras, me llamó la atención y me di cuenta que estaba mirando directamente a la casa de Prímula y su padre. De un momento a otro me “teletransporté” a la zona alta del cañón, junto con la anciana que no se despegaba de mí. Al ver la casa rodeada de Gibdos, sentí el grito de una chica proveniente de la entrada a la Torre de Piedra. Ese grito era de Prímula, la misma escuchada en un sueño anterior y desde el mismo lugar. Una vez más estaba siendo atacada por Gibdos. De inmediato sentí una punzada en mi pecho, tal como si me hubieran dado con una flecha o algo parecido. Luego la anciana me toma del brazo tambaleante y me dice: “El aparato... ¡Tenlo contigo!”. Despierto de esa pesadilla. Como si fuera coincidencia, la punzada que sentía en el pecho era por las patas de un Uca que estaba sobre mí. Al verlo me asusté e intenté quitarlo inmediatamente de encima, pero éste esquivó mi ataque. Después del susto revisé mí alrededor y Xavi no estaba. ¿Hacia dónde fue? Preferí quedarme en mi sitio esperándolo, pero después de unos minutos me rendí en la espera. Luego tomé en cuenta la pesadilla que había tenido, así que revisé mis ropas a ver si tenía el aparato... no lo tenía. ¡¿Pero cómo?! Maldita sea, ¡se me quedó en la habitación del castillo! Desesperado me levanté y salí a buscar a Xavi. Afortunadamente lo encontré justo en la puerta de aquella habitación. Éste se sorprendió el por qué yo estaba tan acelerado y le dije la razón: el aparato de Prímula. Sin embargo, él me dijo que tendría que dejarlo para después, ya que confirmó la existencia de un ser maligno en la zona norte, así como la estadía de Ucayaya allí. Debido a eso no había forma de convencer a Xavi, ya que más importante era acabar con el ser que atormentaba Celestia que un simple regalo de una amiga mía. Xavi y yo salimos corriendo de la habitación y no tardamos nada en llegar a la sala principal de Celestia. Allí aprovechamos de tomar rápidamente el desayuno y posteriormente, nos pusimos en marcha a la zona norte de la ciudad. Al estar en la zona exterior, Xavi usó una zarpa y la otra me la dejó a mí. Luego dio su indicación para utilizarlo en la reja de una polea y finalmente, logramos llegar. Ahora es cuando se complicaba la cosa: para pasar a la siguiente polea, tenía que esperar manteniéndome enganchado y cuando llegue el momento preciso, debo impulsarme en la polea y dar un salto hacia el vacío, para luego usar rápidamente la zarpa hacia la otra reja. Xavi logró hacer eso sin mayor dificultad. Pero conmigo... ¡Estará loco! No quedaba otra alternativa, tenía que hacerlo. La tarea era más complicada todavía por los vientos que se creaban en algunas ocasiones. Yo incluso rezaba por mi bien... Después de varios minutos aún atascado en la primera polea, realicé lo mismo que Xavi sin siquiera mirar. Debido a que lo hice mal y la cadena de la zarpa no fue lo suficiente para alcanzar la segunda polea, caí al vacío... Gritaba eufóricamente mientras caía y Xavi también lo hacía desde arriba. Sin embargo, mi Pelícaro aparece en última instancia a recogerme, sin siquiera haberlo llamado. Fue como obra del destino, o como si mi compañero ave supiera que yo estaba en peligro. A continuación, por tanta adrenalina y susto mezclado por la caída, termino dando grandes suspiros mientras estaba recostado en el lomo de mi Pelícaro. Mientras él daba un paseo a sí mismo por Celestia y yo miraba las nubes que estaba a lo alto, le agradecí por haberme salvado; éste, a continuación, lanza un gruñido en señal de respuesta. Al terminar el paseo, mi Pelícaro me deja en la zona norte de Celestia, como si hubiera pasado todas las poleas. Ahí estaba Xavi esperándome. Así que bajé de mi compañero e intenté despedirlo, pero esto último fue interrumpido por Xavi diciendo que lo necesitaría de nuevo y agregó: “Pensé que utilizar a los Pelícaros en Celestia era peligroso por tantas cosas que hay, pero como tú has demostrado que no... en ese caso, Brett, vayamos a la cima inmediatamente con la ayuda de ellos. Vaya pérdida de tiempo tuvimos con todo esto”. Luego le devolví la zarpa con la que me había quedado y a continuación, Xavi da un salto al vacío y llama a su Pelícaro. Yo sólo tuve que montar de nuevo en el mío y luego lanzarme con él. Siguiendo a Xavi me llevó hasta una torre. Debo mencionar que en una zona de Celestia estaba llena de torres. Allí dejamos a nuestros Pelícaros y luego los dejamos volar libremente por donde quieran. “Siento muchas energías acumuladas por aquí”, dijo Xavi después de los sucesos anteriores. Posteriormente me lleva a una habitación que estaba en el primer piso de aquella torre. Allí encontramos a varios Ucas, quizás los que no podían ir a la sala principal durante la cena y almuerzo. De entre todos esos Ucas estaba la tal Ucayaya, acompañada de su hijo Ucanene, que era una cabeza humana pequeña con alas. Si los Ucas en sí eran feos, los bebés eran peores... Ucayaya tenía la apariencia de cualquier Uca, pero con la diferencia de que tenía una pequeña corona en su cabeza y su pelaje dorado brillaba como oro puro.
Tras que Xavi dijera esto, Ucayaya se sorprendió por lo último dicho por Xavi. Entonces, él comenzó a dar su explicación del supuesto problema: “Desde que me estuve acercando a Celestia comencé a sentir un poder oscuro apartado de todos. Noté que en el primer día, todos los Ucas se reunían en la central de Celestia y todos comen unidos, pero por alguna razón no venían los de la zona norte, lugar donde la energía negativa provenía. Así que desde ese momento lo más importante era cruzar las poleas y averiguar lo que sucedía en esta área de Celestia. No obstante, cuando terminé de saltar por las poleas sentí que varias energías muy parecidas, la de ustedes, los Ucas, se concentraban en una sola torre. Además, mientras Brett fue rescatado por su Pelícaro, pude notar por un corto instante a una especie de manta raya gigante de color rojo a lo lejos, aunque obviamente era imposible que sea un animal. Además, noté que esa cosa era la energía negativa que sentía tanto”. Ucayaya tomaba total atención a la historia de Xavi y los demás Ucas también comenzaron a escucharla. Era tanta la atención al lugar donde estaba yo con Xavi que me llegaba a sentir nervioso por las miradas. Mientras tanto, mi amigo continúa: “Luego recordé una de las leyendas que me contó Gaépora en Altárea sobre un monstruo llamado Gyorg, que en algún momento invadió a los Hijos del Viento muchos años atrás y a Celestia tiempo después. Lo que más impactó fue su alimento: Ucas. Había invadido esta ciudad sólo para recolectar alimento necesario, aunque afortunadamente en ese tiempo Celestia vivía de lluvias intensas, relámpagos, etc., causando la marcha de Gyorg debido a que no acostumbraba a estar en ese tipo de clima. No obstante, parece que ahora ha regresado en busca de ustedes y como el clima ya no es el de antes, Gyorg no se irá por su cuenta. Lo peor de todo es que el enemigo no es sólo uno, sino dos”. Los Ucas habían quedado boquiabiertos escuchando la historia y cuando Xavi terminó, el pánico se apoderó dentro de la torre. Todos gritaban desenfrenadamente como si no hubiera un mañana, tanto así que me tapé los oídos. Sin embargo, Ucayaya logró calmarlos haciéndolos callar a gritos. Y ahora Xavi sí terminaría definitivamente: “Pero no se preocupen, Ucas. Brett y yo nos encargaremos de esas cosas hoy mismo, así que tranquilizaos que no sucederá nada”. Cuando finalizó, los Ucas comenzaron a abrir discusión entre ellos. Era algo curioso: los Ucas podían entender a los Hylians, pero no sabían hablarlo y los que sabían, no podían hacerlo con fluidez a excepción de Ucayaya.
Aunque Xavi haya dicho eso de mí, Ucayaya no terminó muy convencida, pero a las finales decidió apoyarnos. Así que de acuerdo al plan de Xavi los tres salimos de la torre, sin antes explicar todo a los Ucas para que no se alarmen, sobre todo a Ucanene que era el hijo. Estando afuera nos dirigimos hacia una pequeña isla flotante que estaba conectada con Celestia. Estando allí nos situamos los tres en el centro, alzamos a Ucayaya, Xavi lanza un silbido para llamar la atención y esperamos a la llegada de los dos grandes monstruos denominados como uno solo: Gyorg. En la habitación oscura, Drott “muerto” de sueño se acomodó en su cama y le echó un ojo a Cradd, quien todavía permanecía encerrado en la trampa mágica. “Supongo que una dormida no será nada malo”, dijo bostezando el joven de ropas negras y finalmente, se queda dormido. Tres horas más tarde con algunos minutos pasados, Cradd abre los ojos. A continuación, éste forcejea para destruir trampas colocadas por Drott y sus esfuerzos se cumplen con éxito. Cuando está totalmente liberado, Craddse echa una mirada a sí mismo y dice:
Al terminar de decir eso, el hombre barbudo se acerca silenciosamente hacia Drott. Al estar justo al lado de él, Cradd crea una réplica de la Espada Dorada Oscura, que en ese entonces no la tenía en su poder, y la entierra en el pecho de Drott, quien despertó inmediatamente al recibir el clavado de la réplica con magia oscura. El joven de ropas negras intentó atacar a Cradd o sacar la réplica, pero, sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano y terminó cerrando los ojos, para luego dar su último aliento. A continuación, Cradd suelta la réplica y dice: “Adiós, maestro. Agradezco tu enseñanza y ayuda, pero aburre estar esperando tanto a que te enfrentes a Brett... así que yo mismo seré el encargado de eliminarlo”. Tras aquello, Cradd se va caminando a la puerta y utilizando movimientos con magia oscura, la destruye con facilidad. Posteriormente ataca a los guardias de vigilancia y los derrota sin despeinarse. Como burla para Hyrule, Cradd deja marcas oscuras en el símbolo de la Familia Real y luego destruye la máquina maestra, la cual controlaba todas las celdas. En consecuencia los presos salen descontroladamente de cada celda. Debido al escándalo que se provocaba dentro y obviamente la destrucción de la máquina, la alarma de emergencia se enciende y varios guardias bajaron a los subterráneos para detener a los reos, iniciando una guerrilla. No obstante, la mayoría de los presos sabían utilizar habilidades y magias de las artes oscuras, por lo que soldados eran derrotados con facilidad. Mientras tanto, Cradd sonriendo camina hacia la salida del subterráneo. Por el camino detiene a cuatro presos que pasaban alrededor de él; entre ellos, un hombre de mal aspecto de unos 35 años, una chica de unos 25 años, un chico adolescente de unos 17 años y un niño de unos 13 años. Entonces Cradd les dice: “Sus habilidades destructivas, la forma en que derrotaban a esos inútiles y sus energías que puedo percibir en ustedes, deja mucho que desear... Ustedes vendrán conmigo”. Para que éstos no se escapen o le ataquen, Cradd crea unas ondas de energía desde su mano y deja dormido a los cuatro instantáneamente, para luego llevárselos arrastrando. |
Capítulo 33
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¡Sobre las Nubes! |
¿Y las "premoniciones"...?
En el camino hacia Términa, es decir, en el Bosque Prohibido, un gigante estaba destruyendo todo lo que estaba a su paso. Éste llegaba a medir hasta unos cinco metros de altura. Sin embargo, mientras se acercaba al ex compañero de Drott, Cradd, retoma el tamaño normal de un Hylian común y corriente. Él vestía unos pantalones verdes de camuflaje muy gastado, una camisa blanca sucia y una chaqueta sin mangas verde muy desteñida. No tenía zapatos. Su rostro parecía la de un ogro, con nariz distorsionada, orejas malformadas y ojos cafés oscuros. No era tan alto y el pelo era corto.
A diferencia de Devnamí, Raki era una joven muy atractiva de ojos rojos brillantes como el rubí, alta, con un cuerpo muy bien desarrollado, un pelo castaño claro que le llegaba a la cintura y utilizaba ropas muy atrevidas, como unos zapatos dorados con taco y un traje que no cubría la espalda, piernas, parte de su vientre y dejaba enseñando gran parte de sus pechos. Justo después de haberle respondido a Cradd, Raki comienza a sacar un aura café oscura desde su interior, provocando un temblor y una gran tormenta de arena. A continuación, ella ablanda la tierra y la separa; también la podía endurecer. A medida que hacía esto, ella bailaba una especie de danza árabe y reía disfrutando lo que hacía. Raki también podía mover los árboles a su gusto, doblándolos o quitarlos y volver a colocarlos en sus respectivos lugares. Su poder se incrementaba tanto que la tormenta se hacía demasiado fuerte y el temblor estaba pasando a convertirse en un terremoto.
El chico afirma y de un momento a otro, comenzó a correr como alguien normal. Sin embargo, a medida que avanzaba aumentaba su velocidad a gran magnitud, logrando correr por casi todo el bosque en un minuto. Tras hacer todo eso, el chico reaparece en frente de Cradd. Diadros vestía ropas comunes a alguien de su edad: camisa amarilla con dibujos, pantalón jean azul, zapatillas blancas y una gorra roja con detalles azulados. Como era un niño no tenía gran estatura, así que era el más bajo del grupo. Tenía el pelo corto y el color de ojos eran azules. Cuando está sin gorra se le puede notar que en la parte media de la cabeza tiene pelo levantado, en plan de tener un mohicano falso.
Tras esto último dicho por Cradd, el chico afirma y se va con los demás. No obstante, faltaba uno… un adolescente más joven que Raki, pero mayor que Diadros. Éste estaba durmiendo a un lado de Cradd. El joven se mantenía flotando constantemente, sin tocar el suelo en ningún momento. Vestía con una chaqueta sin mangas negra con pelos de zorro café claro en la gorra que traía la prenda, camisa con mangas largas verde oliva, pantalón verde oscuro, unas botas negras y usaba un collar que parecía estar adornado con dientes de animales. Su pelo era castaño oscuro y largo, y el color de ojos era desconocido por ahora. Éste joven permanecía con la cabeza agachada y no hacía nada más que dormir. “Hasta el momento Raki sería la carta más fuerte que tengo. Diadros podría ser alcanzado fácilmente por el tal Josex y Devnamí tendrá fuerza, pero lo podrían derribar rápidamente y además es demasiado lento. Aunque… Tarq. Este chico... Puede llegar incluso a tener la misma cantidad de poder de Drott, aunque lo malo es que debe recargar su poder durmiendo en el día y soltarlo en la noche. No planeo atacar en la oscuridad, así que debo entrenar a estos tres y así poder ganar una batalla contra los demás, además de encontrar una manera de anular a Xavi… Pero mientras tanto me concentraré con Brett, a quien lo debilitaré de una forma muy eficaz. Gracias por esa información, Drott”, reflexionó Cradd en su mente después de toda la demostración. Xavi y yo estábamos en el centro de aquella isla, con Ucayaya incluida. Mi protector le dijo a la Uca que comience a volar por los alrededores y haga ruido, mientras él estará a un lado por si las cosas se complican. Muy pronto unos silbidos raros y fuertes se escucharon por Celestia. De inmediato Xavi se percata que se trataba de Gyorg, el par de monstruos “come-Ucas”. Todo eso se confirmó al notar una especie de manta raya gigante de color rojo que pasó volando sobre la isla. Quedé totalmente boquiabierto al verlo. No obstante, Xavi me despierta rápidamente entregándome a Ucayaya para que la lleve de regreso a la torre. Así que corrí lo más rápido que pude, logrando llegar en sólo tres segundos desde el centro de la isla hasta la puerta, teniendo en cuenta que había una distancia notoria entre ambos lugares, y la dejé dentro de la torre. Posteriormente regresé al centro de la pequeña isla. Ahí me di cuenta que el par, una especie idéntica a la roja, pero mucho más pequeña y de color azul, estaba volando por la zona también. “Estas cosas no andan amigables, así que llegó la hora de tu primera batalla aérea. Yo me encargaré del rojo y tú por el azul. Corre hacia el acantilado y te tiras para llamar a tu Pelícaro cuando yo te diga”, me dijo Xavi. ¿Batalla aérea? ¿Cómo sería experimentar eso por primera vez? Después de esperar un corto período de tiempo, Xavi me entrega una de las zarpas y junto a esto grita “Vamos”, en señal de lanzarnos en un acantilado. Allí hice mi típico silbido y el Pelícaro negro llegó para ayudarme. Inmediatamente después decidí seguir a Xavi para no perderlo, pero éste me dice que vaya hacia el Gyorg azulado. Como el monstruo azul estaba más distante del rojo, no tuve otra opción que ir tras ése. Yo no tenía ni la más remota idea del punto débil de aquella cosa, así que quedé mirando un rato a Xavi para saber qué hacer, aunque teniendo cuidado con los movimientos que haga mi enemigo. En primera instancia lo único que hacía él en el otro lado era esperar y esperar, hasta que en algún momento el Gyorg rojizo abría sus ojos y Xavi aprovechaba de subirse encima del monstruo con la ayuda de la zarpa, enganchándose en el cuerpo de la cosa. A continuación, éste hábilmente ataca con su espada a todos los ojos de Gyorg y finalmente, salta al vacío para volver a llamar a su Pelícaro. Entonces, lo único que debía hacer ahora es repetir el proceso. Me di cuenta que mi enemigo azulado tenía las mismas especies de ojos, aunque en menor cantidad, por lo que debí esperar el momento indicado. Parecía pan comido con la ayuda de la zarpa. Cuando mi enemigo abrió los ojos, me acerqué lo más posible y me enganché en el cuerpo del monstruo, sin embargo, éste comienza a agitarse a sí mismo justo después que soltara la zarpa. Por culpa de ello me desequilibré y caí, pero afortunadamente mi Pelícaro estaba atento y me recogió en el aire. Tras esto tuve que volver a esperar, mientras tanto Xavi atacaba a su adversario con facilidad. Me estaba sintiendo un inútil en la batalla... fácilmente mi protector podría acabar con la batalla por sí mismo. Además parecía estar en su propio mundo luchando y yo fuera un bicho intentando atacar a otro más. Regresando de esos pensamientos me di cuenta que mi enemigo abrió los ojos de nuevo. ¿Tanto rato me había quedado pensativo? Esta vez procuré poner a mi Pelícaro cerca del enemigo por si las moscas. Al engancharme, esperé a que Gyorg azul se agitara a sí mismo mientras yo me mantenía enganchado. Mi plan fue perfecto y no me desequilibré, así que posteriormente desenfundé rápidamente la espada y comencé a atacarles a todos los ojos. Tras haber logrado con éxito esa fase, el monstruo lanza un gruñido y comienza a agitarse una vez más, aunque esta vez alocadamente. Como ya no estaba enganchado provocó mi caída. No sufrí daño ni mucho menos me caí, ya que mi Pelícaro estaba cerca para recogerme. Al estar montado una vez más, tuve que esperar otra vez a que mi enemigo abriera los ojos. Aproveché de echarle un vistazo a lo que sucedía con Xavi y noté que el monstruo rojo agitaba con fuerza su cola alrededor. También disparaba grandes bolas de energía oscuras. Aun así Xavi lograba esquivar todos estos movimientos de su contrincante. Mi pregunta fue: ¿por qué de un momento a otro ese monstruo comenzó a atacar? ¿Estaría entrando a su límite? Después de esperar unos cuantos minutos, mi adversario al fin abre los ojos. Como yo no estaba tan lejos no tardé nada en repetir el proceso anterior. Logré realizarlo con éxito y cuando se volvió a retorcer del dolor, me monté a mi Pelícaro a esperar la siguiente ronda. Ahora la batalla sí se ponía peligrosa y más difícil, porque ya no podía estar cerca del enemigo. ¿Por qué? Porque éste comenzó a actuar de la misma forma que el monstruo rojo: agitaba la cola por todos lados y disparaba esferas de energía, aunque éstas eran más pequeñas y de color verde y amarillo. Ahora la verdadera batalla había comenzado. Mi Pelícaro se esforzaba en esquivar todos los movimientos del Gyorg azul. También tuvimos que distanciarnos bastante, sino la cola nos alcanzaría o las esferas de energía nos llegarían con más efectividad. Por estar tan atento a los ataques de mi rival, no tenía ni tiempo para ver lo que pasaba con Xavi al otro lado. En algún momento mi adversario abre sus ojos, así que mi Pelícaro utilizó parte de su velocidad para llegar con rapidez. Para evitar un ataque del enemigo, mi compañero de batalla subió bien alto encima del monstruo y tras que éste disparase bolas de energía, me lancé hacia el lomo del enemigo. Como el ataque de las esferas iba hacia el Pelícaro, entonces yo no tenía que preocuparme tanto mientras yo descendía. Finalmente utilicé la zarpa y me enganché con éxito, no obstante, la cola del monstruo también podía atravesarse por todo el cuerpo del monstruo, así que debía saltar para esquivar. Después de esquivar ese ataque, me lancé con todo hacia los ojos y les ataqué. A continuación, me lancé al vacío mientras éste se retorcía del dolor y mi Pelícaro pasó a recogerme. Justo después de subirme a mi compañero, la cola del monstruo se lanza hacia nosotros y nos alcanza, provocando daño tanto al ave como a mí. Afortunadamente mi Pelícaro pudo resistir al ataque y no se desplomó; por mi parte, yo no me solté de él. Cuando éste comenzó a ascender, me di cuenta que por detrás venían bolas de energía hacia nosotros. Sin embargo, logré defender de estos ataques utilizando chorros de agua sacadas de mi brazo izquierdo a cada una de las esferas, siendo cinco en total. Me di cuenta que al utilizar aquel poder muchas veces, gastaba proporcionalmente energía mía, por lo que de inmediato sentí cansancio. Tal vez fue porque todavía no dominaba a la perfección tal poder. Mi Pelícaro finalmente ascendió con éxito conmigo y estando más recuperado, lograba esquivar de nuevo las bolas de energía del enemigo. Ahora me di cuenta que éste había acelerado su velocidad para volar, aunque para atacar seguía el mismo patrón. Como mi compañero había recibido daño, no podía volar lo suficientemente rápido para alcanzar al monstruo instantáneamente. Estuve esperando la siguiente ronda. El enemigo abrió los ojos, pero no pude descender por la distancia que teníamos. No obstante, cuando los volvió a abrir mi Pelícaro estaba un poco más adelantado que el monstruo, así que aproveché de lanzarme sin pensar. Debido a esto no tuve en cuenta el disparo de las esferas de energía... justo mientras iba descendiendo, el monstruo dispara esas cosas molestas. No me quedó otra que pedir ayuda a otro elemento que dominaba: el fuego. A diferencia del agua, que éste se especializa más en ataques a distancia, el fuego lo utilizaba más físicamente, por lo que debía ser muy certero con mis movimientos. Tal como lo esperaba, las esferas de energía no se dirigieron a mi Pelícaro, sino que a mí. Utilizando toda la zona derecha de mi cuerpo encendido en llamas, comencé a atacarles a las malditas esferas; con puñetazos, con patadas y hasta con la espada. Finalmente aterricé al lomo del monstruo, pero como utilicé mucho poder al descenso, me sentí aún más cansado. Entonces volví a atacar a los ojos de Gyorg, sin embargo, no había tomado en cuenta algo: la cola. Igual como había sucedido anteriormente, la cola del monstruo pasó por todo el cuerpo de éste intentando atacarme. Logré saltar a la primera, pero no me imaginé que venía una segunda vez, por lo que me dio de lleno y me lanzó al vacío. Lo peor de todo es que pude ver a mi Pelícaro descender para ir a buscarme, pero cuando iba pasando cerca del enemigo, éste le dispara bolas de energía y también le impactan, debilitando y dejando fuera de combate a mi compañero. “¿Este es el fin? Y pensar que esta cosa ni siquiera es el enemigo para obtener el cuarto elemento... así que seguía siendo débil”, pensaba yo mientras caía. Sin embargo, justo cuando parecía todo perdido, Xavi y su Pelícaro pasan a recogerme, así como el ave de él recoge con sus patas a mi Pelícaro inconsciente. A continuación, mi protector asciende con su compañero hacia el Gyorg azulado. Entonces vi todo el alrededor, pero ni rastro del monstruo rojo. ¿Xavi habrá acabado con él? Después de haber ascendido lo suficiente y sin recibir ningún daño, a pesar de haber pasado cerca del Gyorg azul, Xavi comienza a preparar su ataque. El Pelícaro, mientras tanto, va esquivando todas las bolas de energía del enemigo. A diferencia de mi compañero, el ave de mi protector parecía bailar en el aire por la tanta facilidad que esquivaba. Finalmente, Xavi se lanza hacia el lomo del monstruo con la zarpa, mientras tanto en ese mismo proceso desenfundaba su espada. Al aterrizar hizo una maniobra acrobática con un gran salto incluido, sin dejar atrás la zarpa, para finalmente quedar frente a los ojos de Gyorg. Aprovechando eso, Xavi lanza un poderoso ataque giratorio, lo que debilitó al monstruo instantáneamente. Justo después Xavi se lanza al vacío y su Pelícaro va a buscarlo sin que su dueño lo llame. Cuando Xavi volvió a montar en su compañero, el monstruo iba cayendo al vacío sin energías. Luego le pregunté sobre el Gyorg rojo, respondiendo que fue derrotado antes que el Gyorg azul me golpeara con su cola. Así que después de todo, Xavi fue el vencedor de los dos monstruos... ¿y yo qué hice? Nada más debilitar al azul, que al parecer era mucho más débil que el rojo. Que inútil soy. Después de que Gyorg fue derrotado, el Pelícaro de Xavi desciende hacia la misma zona donde comenzó toda la batalla. Allí dejó a mi compañero ave moribundo y luego, su dueño y yo nos bajamos de él. A continuación, Xavi da los cinco conmigo por nuestro triunfo, aunque yo no lo di con muchas ganas. Luego ambos vamos hacia la torre donde estaban los Ucas esperando. Allí mi protector lanza la noticiar: “¡Los monstruos fueron eliminados!”. Tras esto, todos los habitantes de Celestia gritan, saltan y vuelan de felicidad, incluso la mismísima Ucayaya. De un rato a otro, el miedo pasó a alegría. En medio de la felicidad, los Ucas salieron volando con libertad por Celestia. Gracias a esto se formó una bonita secuencia en los cielos. Mientras sucedía eso, Ucayaya se acerca a nosotros y nos agradece por haber ayudado a su pueblo. Xavi responde que fue también gracias a mí por haber ayudado a la causa, sino él no podría haberlo hecho a solas. Claro, yo lo único que hice fue despistar al monstruo azul... Entonces, después de conversar un rato, la jefa Uca recuerda que habíamos ido por el Elemento del Aire, así que no duda en llevarnos a un lugar especial de Celestia, que no puede ser visitada por un Hylian sin la ayuda de un Pelícaro. Finalmente, montados los dos en el Pelícaro de Xavi, puesto que el mío todavía no se recuperaba, y siendo guiados por Ucayaya, llegamos a una zona de “descanso” de la Ciudad de los Cielos. El lugar era muy tranquilo: había césped, varios pilares a los lados, pájaros de múltiples colores volando alrededor y al final de todo el camino, se hallaba una especie de altar donde un gigantesco remolino permanecía allí. También no había señal de entrada o salida de ese lugar, por lo que solamente se accedía mediante vuelo; por eso era imposible llegar sin la ayuda de un Pelícaro. Ucayaya dice que la zona en donde estábamos se llamaba Arco de los Vientos y estuvo protegida por una barrera protectora para que los enemigos no se acerquen al lugar, pero ésta fue rota por Gyorg, quien tomó el mando en el lugar y por lo tanto, no se podía tener acceso. Luego explica el significado del gigantesco remolino que había: “Eso que ven en el fondo los llevará a una zona más alta que acá, lugar donde viven los Hijos del Viento. Esa zona es más conocida como Sobre las Nubes. La gente residente de allí son los guardianes del Elemento del Aire y si le cuentan a su jefe su hazaña contra el monstruo que acaban de derrotar, de seguro les dará una oportunidad para obtener la piedra representante al elemento que buscan”. Tras decir esas cosas, Ucayaya explica que de alguna manera, el remolino gigante había desaparecido con la aparición de Gyorg y gracias a su derrota, todo volvió a la normalidad. Luego ella nos invita a pisar el remolino. Según la jefa Uca no necesitaríamos firmeza ni nada por el estilo cuando seamos disparados hacia las nubes más altas, así que no debería preocuparme. Xavi y yo nos acercamos al remolino y curiosamente, yo no sentí ninguna corriente cerca. Era como si la figura del remolino fuera una figura imaginaria. Cuando ya estábamos por pisar dicha zona, los dos nos despedimos de Ucayaya y ésta nos desea lo mejor para nuestra continuación en el viaje. Finalmente pusimos un pie en el remolino y fue ahí donde comencé a sentir corrientes de aire. A continuación, puse el otro pie seguido por Xavi y de pronto, mi cuerpo empezó a sentirse muy ligero, como si fuera una pluma. Sin darme cuenta estaba flotando y girando alrededor del remolino y segundos después, mi compañero y yo nos detuvimos en cierto lugar dentro. Desde ese punto comenzamos a ascender en línea recta. Podía ver cómo Ucayaya se veía cada vez menos. También se podía ver perfectamente Celestia completo y hasta las zonas del Cúmulo de Nubes. Mientras más arriba estaba con Xavi, el clima volvía a ser el mismo del cúmulo: lluvia torrencial, tormentas, etc. ¿Acaso Celestia tenía algo “especial” para no recibir dicho clima? Durante la lenta subida, Xavi y yo podíamos conversar perfectamente. Comentábamos lo genial que se sentía estar volando encima de casi todo el mundo. Claro; en ese instante estaba sobre Hyrule, sobre Celéstea y del cúmulo. Sólo faltaría atravesar el hogar de los Hijos del Viento. En fin, pero eso no importaba. La sensación que tenía mientras subíamos era de tranquilidad, puesto que los malos climas y todo eso desaparecían durante el transcurso. Ni siquiera soplidos de vientos se sentían. Era todo un silencio profundo... Nada más teníamos que esperar hasta llegar a destino, pero con la paz y descanso que tenía yo, no daban ganas de llegar. Al terminar el largo recorrido, Xavi y yo atravesamos un hueco que estaba en lo alto, para luego ser empujados levemente hacia una nube. A diferencia de las nubes de Celéstea u otras zonas, éstas eran sólidas y alguien podía caminar con tranquilidad, aunque curiosamente la sensación esponjosa igual se sentía. También podía respirar como si estuviera en tierra firme e igual no se sentía nada de presión. Al igual como sucedía con el “suelo” de Celéstea, la zona que estaba junto a Xavi era todo un mar de nubes, sólo que “este mar” se podía pisar. Era un lugar con mucho espacio y sólo se veían cajas. Era tan grande y solitario que se podría denominar como un “desierto de nubes”. Definitivamente, un viajero que no tiene mapa o no conoce el lugar, acabaría extraviado. Además en algunos sitios había brechas o vacíos, por lo que debíamos tener cuidado por donde pisar y caminar. “Es una locura, el Desierto Gerudo no es nada en comparación a esto... aunque al menos no hay calor”, comentó Xavi mientras caminábamos por la zona. Después de estar un buen rato vagando por los mismos alrededores, puesto que no encontramos un camino, un miembro de los Hijos del Viento nos encuentra. Era una mujer de no sé qué edad; aparentaba ser joven. Era de una estatura mediana, más baja que Xavi y yo.
Era increíble la energía que había obtenido la mujer después de saber la noticia sobre el monstruo. Aun así, había algo que no cuadraba... Estaba claro que los miembros de aquella raza no podían viajar libremente por culpa de Gyorg deambulando por Celestia. Sin embargo, los Hijos del Viento no han descendido desde casi dos años atrás, según Gaépora. Eso quiere decir que es imposible que el monstruo sea la única causa de la “desaparición” de esta raza en Celéstea o Hyrule, ya que si Gyorg hubiera estado dos años en Celestia... los Ucas definitivamente estarían extintos. Entonces... ¿cuál era la verdadera razón de que los Hijos del Viento no viajaban hacia las “tierras inferiores”? Como era de esperarse, el camino era largo y un tanto dificultoso. En algún punto del viaje, la mujer dio a conocer su nombre: Shinán. Con la ayuda de un objeto prestado por ella, la Pluma de Roc, yo podía saltar en brechas, ya que gracias al objeto mi cuerpo quedaba ligero, de una forma parecida a cuando ascendía desde el Arco de los Vientos, y entonces en ese estado los saltos que realizaba eran tan altos que podía alcanzar el otro lado fácilmente. En tanto, Xavi se las arreglaba por sí mismo: en algunas ocasiones usaba la doble zarpa para engancharse en cajas abandonadas del lugar, o simplemente tomaba vuelo y realizaba un gran salto. Mientras caminábamos por todo ese “desierto de nubes”, nos encontramos con una pequeña ciudad cuando el anochecer se estaba acercando. Según Shinán el lugar era un pueblo que estaba cerca de la capital del mundo en donde estábamos, es decir, de Sobre las Nubes. El pueblo era el hogar de ella, así que nos llevó hasta su casa. La mujer nos invitó a quedarnos para acompañarla a comer y hasta quedarnos a dormir. ¿Por qué la gente tiene tanta confianza en estos mundos? Llegan y dejan quedarse en su casa a personas que los había conocido en un solo día... primero Talon, luego el Rey y ahora Shinán. Fuera el mundo cruel nadie nos recibiría, ni siquiera nos hablarían al encontrarnos perdidos, a menos que fuera una persona amable...
El problema era: ¿cómo ingresaríamos al palacio, si primero debemos tener la autorización de la jefa de los Hijos del Viento? Ucayaya nos había dicho que contando la victoria mía y de Xavi contra Gyorg, podría haber altas probabilidades de que tenga contacto con el elemento, en otras palabras, ganaría la confianza de la tribu. Pero a mí gusto eso no me convencía, ya que era más problema para los Ucas que los Hijos del Viento... Llegó la noche y como siempre, Xavi tenía todo el equipo necesario para dormir. Mientras Shinán dormía en su habitación, Xavi y yo tuvimos que quedarnos en el sótano de la casa para dormir. Había algo de frío y el lugar se veía espeluznante de noche. Aun así no me quejaba, pues al menos tenía techo para dormir y no me moriría de frío en el exterior. Sí, estábamos en una zona muy alta, por lo que el frío era un problema... Deberían imaginarse un frío más intenso que el famoso “invierno ruso” en el mundo cruel o del mismísimo Polo Sur, temperaturas que incluso llegan a los -20°; algo así era en Sobre las Nubes, o incluso peor. Gracias al calor de la casa de Shinán, no había problemas con el frío. Pero el frío no fue el problema en Sobre las Nubes, sino que el mismo sueño repetido de otras noches anteriores. Yo, parado en el muerto césped del Cañón Ikana, mientras nubes oscuras y rojas cubrían los cielos. La anciana rara estaba parada a un lado mío encapuchada, mirando a la Torre de Piedra y murmurando cosas que yo no entendía. También se escuchaban relámpagos y rayos que iluminaban por un segundo el cañón. La casa de Prímula y su padre estaba rodeada por muchos Gibdos, unos 30 aproximadamente. La puerta de la casa estaba abierta y algunas momias habían entrado. De pronto, la anciana deja de murmurar y comienza a hablar con claridad, aunque en tono siniestro y mirando el suelo: “Muchacho... La muerte renacerá y el caos se apoderará de Términa. El responsable será alguien cercano a ti”. A continuación, un fuerte rugido se escucha desde la Torre de Piedra. Arriba del todo, un monstruo esquelético con forma de un dinosaurio o algo parecido, teniendo sólo su cabeza, columna y brazos, se levanta de la torre. Su forma era tan gigantesca que con sólo mirarlo de lejos, me producía miedo y escalofríos. Posteriormente, el grito de Prímula se vuelve a escuchar. También se escuchó el grito desesperado del padre de ella pidiendo ayuda, así como una risa sarcástica proveniente de una voz que nunca antes había escuchado. Finalmente, el sueño termina cuando yo estaba tendido en el suelo gritando desesperadamente que todo se detenga. Los gritos en mi sueño también se escuchaban en el “mundo real”. Por ello, Shinán y Xavi estaban en la habitación mirándome preocupados por mi situación. Por supuesto me preguntaron qué era lo que había soñado, así que no me quedó más remedio que contar todo, incluido los sueños anteriores. Shinán solamente me recomendó que mantenga la calma, ya que todo eran unos simples sueños. Al contrario, cuando ella dejó la habitación, Xavi me advirtió que esté alerta por cualquier cosa y si llegase una noche en donde recree un sueño aún más detallado, entonces lo mejor sería buscar un método para descender e ir a Términa. Aunque Shinán me haya dicho eso y más la sugerencia de Xavi, no pude estar tranquilo por el resto del día. No podía parar de pensar sobre Prímula y el Cañón Ikana. Recordé que uno de los sueños recientes, cuando se presenció Linik en escena, la tuve en la segunda mitad de la segunda semana de enero. Él me dijo dentro del sueño algo como “la maldición del Templo de la Torre de Piedra aparecerá dentro de un mes y las momias saldrán de su pozo”. Las momias obviamente serían los Gibdos y eso daría entender el por qué había tantos de ellos en el cañón en los sueños. En el reciente sueño, la anciana dijo “la muerte renacerá”, ¿será el gigantesco monstruo que apareció al final de todo la denominada “muerte”? No tenía aspecto de ser un monstruo vivo. Aunque también se podría relacionar con los Gibdos, ya que son momias después de todo. En el penúltimo sueño había aparecido la anciana de nuevo, diciendo “vaya destino tan oscuro”. Esas mismas palabras lo dijo ella justo después de salir de mi primera visita al Cañón Ikana, cuando conocí a Prímula y su padre. También me alertó sobre el aparato y debería tenerlo conmigo todo el rato. Eso era lo que me tenía más inquieto, pues no lo tenía conmigo y no sabía nada sobre Prímula y sus mensajes... En ese mismo sueño también sentí como si algo me hubiera clavado algo en el pecho. No hay que dejar atrás el acercamiento de los Gibdos a la casa de mi amiga de Términa, pues en cada sueño ellos aparecían más y más cerca, hasta el punto en que este último sueño, algunas momias ya habían entrado. Recuerdo que igual escuché la risa de Drott en uno de los sueños y en el reciente sueño, la anciana me dijo que “alguien cercano” sería el responsable. No me digas que él sería… ¡No se lo perdonaría! Después de haber desayunado, Shinán nos llevó a Xavi y a mí hasta la capital de Sobre las Nubes. Por el camino iba pensando en todas las cosas que dije anteriormente. Mi amigo se percataba de mi bajo ánimo y preocupación, así que no necesitaba ni siquiera preguntarme si estaba bien o no. De vez en cuando me contaba alguna broma o historia suya para subirme los ánimos e intentar concentrarme en mi destino, pero sólo lograba llamar mi atención durante un rato. Estaba asustado, muy preocupado. No podía levantar la mirada. Mis pensamientos inundaban mi cerebro y no me dejaba concentrar en mi misión. Así que cansado de tanta preocupación, no aguanté más y sin decirle algo a Shinán o Xavi, regresé corriendo al pueblo, o más bien dicho, al gran hueco por el que ingresé desde Celestia, para así descender y volver a Hyrule. Por lo ocurrido, a mi amigo no le quedó más remedio que seguirme corriendo también y disculparse con Shinán por el inconveniente, a la vez agradeciendo por la ayuda y prometiendo que él y yo regresaríamos; fue lo último que escuché por mi aumento auditivo. Debido a que yo corría más rápido de lo normal, Xavi no podía alcanzarme del todo. “Lo siento, Xavi, pero mi preocupación por Prímula ya cruzó la raya. Todo tiene un límite. No puedo relajarme habiendo tenido esos sueños tan repetidamente y desde hace mucho tiempo; es me está advirtiendo algo. Nos veremos pronto, amigo mío. Estaré bien, lo prometo”, me decía yo en la mente mientras corría siguiendo las huellas que habíamos dejado en el camino. Al llegar hasta el pueblo, procuré seguir un mismo rumbo desde el lugar en que había llegado el día anterior. En esa ocasión corrí un poco, pero luego continué caminando al no sentir a Xavi cerca. Después de mucho rato caminando, me di cuenta que me había perdido: pasaba por un lugar una y otra vez. Sí, sé que había brechas que saltar y por eso mismo terminé extraviado, ya que hay muchas nubes separadas entre sí y obviamente eran todas idénticas. Además, las huellas del día anterior ya se borraron en esas zonas. Maldición... ¿Cómo me enteré de que estaba perdido? Pues, en una nube de una de las tantas brechas de Sobre las Nubes hay una caja rara anaranjada; pasé mirando esa misma caja tres veces seguidas, creyendo que eran varias y distintas. Para finalizar mi mala fortuna al intentar regresar a Hyrule, la noche comenzó a caer antes que pudiera siquiera llegar al hueco de descenso, por lo que tendría que dormir junto al crudo frío. Poco a poco el cuerpo se me empezaba a erizar y sin que pueda controlarlo la mandíbula temblaba. Buscaba refugio en algún lugar, pero no encontraba nada. Después de un momento, caigo del cansancio y también del frío, para terminar quedándome dormido. Despierto al día siguiente y lo primero que vi fue un techo y varias antorchas. Claramente era un lugar cerrado y al parecer, me habrían encontrado tirado en las nubes. Era una casa más rústica que las del pueblo que había visitado, tanto así que se parecían a las casas Hylians. El lugar estaba totalmente vacío y aunque grite para llamar la atención de alguien, nadie me escucharía. Así que me levanté de la cama en la que estaba y salí del pequeño hogar. ¿Qué hora era? También tenía mucha hambre y ahora sí que no sabía en donde estaba. Curiosamente la choza estaba entre todo el enredo de nubes del mundo. ¿Cómo lo hará el/la tipo/a que vivirá en ella para conseguir víveres y todo eso, y luego regresa sin perderse? Mientras estaba esperando a la persona que vivía allí, noté que estaba el equipamiento de Xavi. Así que me encontró… ¿pero con la ayuda de quién? Después de un rato, veo que mi protector estaba con Shinán, la misma de antes. Al final terminaron ellos encontrándome… Al preguntarle sobre cómo lo hicieron para encontrarme, respondieron esto: Xavi me seguía percibiendo mi aura, mientras que Shinán lo llevaba por el camino correcto. Bueno, era algo lógico. Ahora, lo raro es que me llevaron a una casa diferente, puesto que no había pueblo ni nada. La respuesta fue sencilla: era la casa de “verano” de Shinán. Vaya, así que también hay verano en aquel mundo… y aún más, parecía que esta miembro de los Hijos del Viento no es tan pobre al tener dos casas. Después de que haya pasado todo, hayamos tomado el desayuno y demás, Xavi me dijo que no intentara alejarme de él y Shinán nunca más estando tan lejos de Hyrule, además que estábamos Sobre las Nubes, lugar donde fácilmente un viajero llega perderse, cosa que me pasó a mí al no conocer el camino correcto. No obstante, al terminar de decir todo eso me preguntó si quería descender a Hyrule o no. Quedé pensativo, a pesar de que el día anterior me había impulsado en ir sí o sí. “¿Me voy o no? Si bajara dejaría esta misión de lado y me retrasaría en encontrar el elemento, pero así podría asegurar la vida de Prímula y su padre… ¿Voy o no? No quiero que pase algo malo abajo. ¿Pero y si los sueños son solamente sueños y no tiene nada que ver con una predicción? Yo nunca he tenido una predicción… No quiero retrasarme en la misión. Ya está decidido”. Por lo tanto, le respondí a Xavi diciéndole que me quedaría Sobre las Nubes e iría por el elemento. Desde ese momento haría lo posible para olvidar todo lo sucedido y las malditas pesadillas. Procuraría que solamente fueron sueños y nada más. Después de todas las conversaciones, hicimos una caminata parecida a la del día anterior para volver una vez más al pueblo de Shinán, para así reiniciar el viaje hacia la capital de Sobre las Nubes. En esta ocasión no tardamos mucho en llegar al pueblo, puesto que estábamos más de lo que parecía. Así que después de todo no estaba ni cerca de la bajada… En la casa de Shinán almorzamos, porque estábamos en plena tarde, y luego continuamos el viaje. Mientras íbamos caminando lo más, Xavi cambió de actitud de un momento a otro. Se puso más silencioso e intranquilo. Era como si una sensación lo dejaba preocupado, así como yo con Prímula. A diferencia de mí, Xavi tiene una percepción muy trabajada y desarrollada, por lo que si estaba incómodo por algo debería ser por alguna cosa que esté sucediendo en algún otro lugar, sobre todo si se trata de una persona cercana a él. Un ejemplo claro es la princesa Zelda. Después de caminar tanto y la oscuridad se acercaba a Sobre las Nubes, llegamos a otro pueblo más a petición de Shinán, ya que era imposible llegar a la capital con el tiempo que quedaba. En ese pueblo más pequeño nos quedamos en una casa de un amigo de Shinán. Este hombre se llamaba August. Allí cenamos con tranquilidad, conversamos en la mesa con temas como el por qué Xavi y yo estábamos en su zona, y finalmente todos fuimos a dormir. En esta ocasión dormimos en la habitación para invitados de la casa. Mientras Shinán dormía plácidamente, desperté al sentir que Xavi se levantó para ir al baño. Al regresar éste se percató que me había despertado y preguntó si tuve otro sueño más, a lo que respondí negando. Todo esto lo dijimos en susurro para no hacer ruido y tampoco despertar a Shinán.
Tras las risas de Xavi por mi respuesta, éste finaliza diciendo que al día siguiente regresaríamos a Hyrule sí o sí. Diablos, si no es una cosa es otra lo que me impide obtener el último elemento… Pero bueno, si se trata del castillo, donde está el Rey y la princesa Zelda, entonces la cosa se torna más compleja. Ya no es Prímula y algo personal, el tema ahora es a nivel mundial si hablamos de los mundos apartados del mundo cruel. Para que tenga más razones de mi regreso a Hyrule, tuve un sueño más y éste ya sería el último. Ahora yo estaba parado en la parte central del Cañón Ikana, lugar donde está la casa de Prímula. La anciana estaba a mi lado derecho, agachada y tapándose los oídos, murmurando cosas que no entendía y parecía estar muy asustada. ¿Qué diablos? Empiezo a escuchar unos sonidos muy fuertes, como si un gigante estuviera golpeando algo. Me doy media vuelta y sí, veo a un ser humanoide gigante levantando al mismo esqueleto del sueño pasado desde la Torre de Piedra. No se veía todo bien por una gran tormenta de arena que cubría el lugar. Este gigantesco ser tenía los ojos rojos y brillaban como ninguna otra cosa, claro signo de maldad. A continuación, comienza a escucharse la misma risa de un sueño anterior; era la risa de Drott. Sin embargo, en esta ocasión el tono de la risa empieza a cambiar… No era la de Drott, era de otra persona. Era una risa que nunca había escuchado anteriormente. Entonces como burla comienza a hablar: “Pensaste que era Drott, ¿cierto? Que idiota…”. Al terminar su frase, continúa su risa, para que a continuación, el esqueleto gigante de “dinosaurio” comience a cobrar vida, igual como en el sueño anterior; misteriosamente, el gigante y la anciana desaparecieron. Entonces, este ser esquelético me ve y da un fuerte rugido, para luego mover el brazo y preparar un ataque hacia mí. Yo estaba inmóvil, boquiabierto por lo que veía. Justo cuando el monstruo me iba a dar el golpe, se escucharon los gritos de ayuda de Prímula y su padre, aunque en este caso, también se sintieron a dos más que los reconocí: Linik y la anciana. Cuando en el sueño sentí el golpe, en la “vida real” sentía el empujón que me daba Xavi para despertarme. Lo primero que dijo fue: “De nuevo tuviste esa pesadilla… Levántate rápido que debemos volver o no alcanzaremos a llegar. Aquí se oscurece más rápido, hombre. ¡Vamos, levántate!”. Yo desperté muy somnoliento y con flojera; no había sacado mi sueño. No sé de dónde Xavi sacaba tantas energías para andar con tanto ánimo, a pesar de no haber dormido bien anoche… Salimos tan rápido de la casa que tuvimos que comer nuestros desayunos caminando de regreso. “Ustedes son muy raros… Me hacen caminar de ida y vuelta una y otra vez”, dijo Shinán en tono de broma cuando iniciábamos el viaje, provocando pequeñas risas y disculpas por parte mía y de Xavi. También tuvimos que hacer una parada en medio camino para comer nuestro almuerzo, sacado de la casa de Shinán. Por supuesto, pasamos por su casa aprovechando el camino y también para sacar los víveres necesarios, sino no podríamos comer nada de almuerzo. Al igual como en otras ocasiones, yo no paraba de pensar en Prímula. De hecho ahora la pesadilla enseñó otras cosas que en ningún otro sueño lo había visto; la voz de alguien que no conocía, el gigante, los gritos de todas las personas que más conozco en Términa… ¿Qué diablos significará todo eso? ¿Qué sería esa gigante que apareció de la nada? ¿De quién era la voz? ¿Era de alguien que conozco y a la vez no? ¿Estará bien Prímula y todos en Ikana en estos momentos? Dejando los sueños de lado volveré a Sobre las Nubes. Tal como se había previsto antes de salir de la casa del amigo de Shinán, llegamos al famoso hueco para la bajada justo cuando comenzaba a oscurecer en Sobre las Nubes. A diferencia del día de nuestra llegada, el lugar del hueco estaba lleno de integrantes de la raza de Shinán. Esto quería decir que el rumor de la derrota de Gyorg se había esparcido por todo el lugar… Lo raro es que ellos miraban el hueco, pero nadie se atrevía a bajar. Cuando todos los Hijos del Viento que merodeaban allí me vieron y también a Xavi, se sorprendieron bastante y más de uno exclamó: “Hylianos”. Era como si estas personas no hubieran visto un Hylian de hace bastante tiempo. Mientras sucedía esto, Shinán nos acompañó hasta el hueco. Yo me sentía presionado por tantas miradas que sentía. Venían de frente, de la derecha, de la izquierda, hasta incluso desde atrás mientras me acercaba más al hueco. “Somos famosos”, me susurró Xavi mientras caminábamos, a lo que yo respondí afirmando. Cuando al fin terminamos nuestro trayecto, aún con las miradas de todos los Hijos del Viento, Shinán se despide de nosotros. Agradeció el poco tiempo de estadía, a pesar de haberla hecho caminar de un lado para otro. Por esta última razón nosotros amablemente le agradecimos a ella, porque se lo merecía. Cualquier persona se aburriría de nosotros y nos abandonaría… Y tras finalizar la despedida, ella agradece una vez más, pero en esta ocasión por haber derrotado a semejante monstruo que merodeaba en Celestia. Todos los demás Hijos del Viento se sorprenden todavía más al escuchar eso. Entonces, antes de que ellos llegarían a abalanzarse sobre nosotros, Xavi me empuja rápidamente hacia atrás, para así botarme en el hueco, y luego él también se lanza. “Esa mujer dijo eso a propósito. Sabía que todos ellos iban a ir hacia nosotros”, exclamó Xavi mientras descendíamos. Vaya, así que después de todo a Shinán le gustaba bromear con la gente. A diferencia de la ascensión, cuando bajábamos caíamos como si nos hubiéramos lanzado desde un avión hacia la superficie, aunque en este caso nos hacía caer en línea recta. No podíamos movernos a un lado. Debido a que caíamos a gran velocidad, podía sentir toda la presión sobre mi cuerpo. Al contrario, Xavi parecía divertirse y no le afectaba eso. Poco a poco comenzaba a verse con más claridad Celestia. En una ocasión Xavi me gritó que estábamos por llegar, pero yo no podía ni responder, ni siquiera para mover una mano. Sí, ya me estaba empezando a marear… Aun así, no sucedió nada raro cuando el trayecto terminó: al estar a unos pocos metros del Arco de los Vientos, la velocidad del descenso disminuyó considerablemente para lograr pisar bien el suelo y no romperme los huesos. Al estar en tierra firme, Xavi caminó con normalidad unos cuantos pasos. No pudo avanzar mucho debido a que yo me sentí mal por el mareo, así que no me quedó más remedio que sentarme inmediatamente después de pisar tierra firme.
Tras mi reacción, Xavi se levanta también de las escaleras y llama a su Pelícaro; yo igual lo hago. A continuación, ambos corrimos hacia la salida del Arco de los Vientos, lugar donde nos reencontramos cada uno con nuestras aves, y montamos en ellos cuando saltamos desde un precipicio. Ahora sólo faltaría salir de Celestia y del Cúmulo de Nubes, ir a Altárea para saber cómo bajar desde Celéstea y por último, ¡volver a Hyrule! El mismo día en que Xavi comenzó a sentir una mala sensación mientras viajaba con Brett, en el subterráneo del Castillo de Hyrule el Rey y un pequeño número de guardias bajaron a ver la catástrofe que provocó Cradd el día anterior. Todos quedaban boquiabiertos por el gran número de guardias muertos y de presos escapados en el lugar. Entonces, cuando el Rey va a visitar la habitación donde estaba Cradd, se da cuenta que Drott yacía en la camilla con la réplica de la Espada Sagrada clavada en su pecho.
Tras la respuesta formal del guardia, éste mismo cierra la puerta de la habitación y se queda cuidando por fuera junto a otro compañero. En tanto el Rey, quien ya estaba subiendo las escaleras con otros dos guardias, ya que los demás se quedaron en el subterráneo, pensaba: “Drott, eso te pasó por no querer unirte con nosotros. Desde el principio sabía que ibas a fallar en cuidar a ese malnacido… Y ahora terminarás pudriéndote debajo del castillo, vaya humillación de tu parte… y también humillación para mí al confiar en ti”. Cuando el Rey ya llegó a su trono, sin contarle nada a la princesa Zelda, una luz púrpura oscura aparece desde el cuerpo de Drott en la habitación oscura. A continuación, el joven vuelve a respirar y abre los ojos con brusquedad, sintiendo el dolor que le causó la réplica creada por Cradd. No obstante, después de haber quedado el suficiente tiempo despierto, se da cuenta que tenía la espada clavada en él. A pesar de que sufrió dolor en su “anterior vida” y cuando recién despertó, esta vez Drott empuña la réplica y comienza a sacarla con normalidad, sin sentir dolor alguno. Era como si se sacara una pequeña espina de un dedo. Al terminar de sacar completamente la réplica, lo bota al suelo y a continuación, se levanta de la camilla. Sin embargo, pareciera que Drott estuviera perdido; miraba los alrededores y no reconocía el lugar. Sin decir una palabra, el joven se dirige a la única puerta de la habitación para salir. Es entonces ahí donde se encuentra con los dos guardias que vigilaban la celda.
Debido al ataque, el joven de ropas negras cae rendido al suelo, aunque teniendo conciencia aún, y los guardias gritan para llamar a todos los demás guardias del lugar. Entonces Drott intenta levantarse, pero es pisado por uno de los guardias para que el joven quede inmovilizado. Mientras permanecía así, Drott decía: “Oigan, déjenme, por favor. ¿Por qué me atacan? No sé de qué hablan y yo no he hecho nada malo”. Aun así, el guardia que lo pisaba lo hacía callar o simplemente se reía. Después de un rato, el resto de guardias llegaron y vieron a Drott. Al igual como los dos primeros guardias quedaron boquiabiertos al verlo vivo, ya que todos le creían por muerto debido a la información del Rey. Entonces los guardias comienzan a tomar acción. Lo primero que hacen es levantarlo bruscamente y dejarlo arrinconado en una pared. Allí le empezaron a interrogar.
Mientras todos los guardias reían, éstos aprovechaban de seguir burlándose de Drott, escupirlo, golpeándolo con patadas y puñetazos, y hasta hacerle las clásicas llaves, las cuales son enseñadas por los entrenadores de ellos. En tanto Drott solamente sentía dolor, sangraba y lloraba. En algún momento, el joven lanza un grito para que los guardias dejaran de burlarse y golpearle, pero esto causó el efecto contrario… “¿Qué he hecho? ¿Por qué me golpean de esta forma? No recuerdo… no puedo recordar nada, ni siquiera mi nombre… ¿Quién o qué es Cradd? ¿Qué es la Villa Kakariko? ¿Términa? No puedo recordar. Si estuviera mi hermano aquí…”, pensaba Drott. Sin embargo, justo cuando recordó a su hermano, el joven deja de sentir el dolor de todos los golpes mientras pensaba: “¿Hermano…? Claro, eso lo puedo recordar, mi querido hermano. Recuerdo que lo estaba buscando. ¿Entonces por qué estos tipos me golpean? ¿Por qué no me dejan ir a buscar a mi hermano? Yo sólo quiero… Brett, mi hermano… Y estos bastardos… estos bastardos…”. Cuando Drott decía lo último en sus pensamientos, los guardias pudieron notar que un aura completamente negro aparece alrededor de su cuerpo. Así mismo, notaron que los golpes ya no le eran efectivos y además, lo ojos de Drott comenzaron a tornarse brillantes y de color púrpura oscuro. A medida que pasaba el tiempo, el aura se incrementaba y se incrementaba, tanto así que los guardias comenzaron a sentir una tremenda presión que los dejaba los pelos de punta, les provocaba escalofríos y hasta incluso comenzaron a temerle a Drott, por lo que se alejaron del joven inmediatamente. Sin embargo, no alcanzaron a escapar del todo… Mientras los guardias iban por la mitad de su camino para subir las escaleras, Drott termina de cargar toda su energía y justo cuando lanza un grito ensordecedor diciendo “Malditos bastardos”, dispara una gigantesca bola negra que atravesó el pasillo completo, alcanzando a los guardias y provocándoles la muerte al instante, convirtiéndolos en cenizas y dejando sólo sus prendas como rastros de ellos en el suelo. Tras lo ocurrido, Drott vuelve a tener sus ojos negros de siempre y su enojo pasa, volviendo a ser el mismo chico pacífico que renació en la habitación oscura. “¿Qué…? ¿Dónde fueron los abusadores? ¿Qué ha pasado? ¿Se aburrieron y se fueron? Maldición, eso no ya importa. Tengo que salir de aquí antes de que llegue alguien más. ¡Y también debo encontrar a mi hermano!”, se dijo Drott. Entonces, éste se levanta normalmente, como si el dolor le hubiera pasado, y se va corriendo del lugar. En tanto la princesa Zelda, quien estaba en su habitación, pudo notar tal energía oscura y se preguntó: “¿Qué fue eso? Su energía es distinta a Ganondorf, pero…”. Al día siguiente de los sucesos en Hyrule, en plena madrugada, Cradd y sus aliados llegaron a Términa. Los cinco se dirigieron directamente hacia el este, lugar donde está el Cañón Ikana. Debido a esto, Linik pudo sentir la presencia de las energías de ellos desde la Posada del Puchero, lugar donde vive el héroe de Térmmina. Por estas presencias, Linik preparó todo su equipamiento rápidamente y siguió dichas energías, llevándolo también al Cañón Ikana. |
Inicio de la Caída[]
Capítulo 34
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Amor de una Amiga |
La ira de mis pensamientos...
Mientras viajaba por Celestia y aún estaba con el revoltijo por el descenso desde Sobre las Nubes, me volví a sentir mareado encima de mi Pelícaro. Le tuve que decir a Xavi que nos detuviéramos en alguna parte, ya que no podía viajar adecuadamente. No obstante, él me respondió diciendo que me tomara la Poción Azul, la cual me había dado antes de que nuestro viaje a las nubes altas comenzara. Entonces la saqué de mis cosas y la bebí completamente. Gracias a esto, en cosa de segundos el mareo y el revoltijo desaparecieron, sintiéndome aliviado al instante y de alguna manera sentía energía extra recorriendo en mi interior. Con el viaje continuado por fin salimos de Celestia, con unos cuantos Ucas despidiéndose de nosotros. De pronto el duro clima del Cúmulo de Nubes apareció mientras nos alejábamos de la ciudad central del cúmulo, por lo que yo y mi Pelícaro tuvimos que usar nuestras técnicas para esquivar los ataques de enemigos y soportar los truenos, relámpagos y lluvias torrenciales del lugar. Había que hacerlo, era la única forma de regresar a Celéstea. Recordé que Eileen se había quedado con el “querido Coocker” en Altárea. ¿Cómo estará ella? Finalmente salimos del peligroso interior del cúmulo. Ahora teníamos que tener cuidado con los remolinos que se formaban sobre las nubes de Celéstea. Cada vez estábamos más cerca de Altárea… Mientras volábamos, un remolino casi me alcanza debido a que apareció justo en frente de mí de la nada, pero mi Pelícaro milagrosamente logró realizar una maniobra para esquivar eficazmente. Tal maniobra le sorprendió a Xavi y me preguntó cómo diantres lo había hecho, pero yo le respondí que mi Neburí lo hizo por sí mismo. Xavi comentó que dicha técnica sólo lo podían aprender los caballeros más experimentado de Altárea para que sus Pelícaros pudieran realizarlo, por lo que era extraño que mi compañero ave lograra hacerlo sin esfuerzo alguno. Yo le dije que durante la batalla contra Gyorg también lo pudo realizar, por eso no me sorprendió. Ahora sabiendo que era una técnica para expertos, me daba cuenta lo cuan extraño que era mi Pelícaro… Después de cruzar el dificultoso “campo de remolinos”, Xavi y yo logramos llegar a Altárea. Ambos descendimos en la zona más cercana de la Academia de Caballeros, a la parte noroeste de la plaza si se pudiera decir. Allí cada uno nos despedimos de nuestros Pelícaros y los dejamos en libertad mientras tanto. Algunos residentes de Altárea pasaban por el lugar y se quedaban mirando mi Neburí, cosa que todavía me molestaba… ¿Qué tiene de malo tener un Pelícaro distinto a todos los demás? Malditos envidiosos y miedosos por ser este un “único”. Xavi y yo partimos hacia la Academia de Caballeros para encontrar a alguien que sepa cómo descender de Altárea, por ejemplo: Gaépora, el Maestro Buhel, el imbécil, entre otros. También recordé que Aquilo, el caballero que me recibió junto a Eileen cuando llegamos a Celéstea, sabía información sobre aquello. Sin embargo, él se mantenía en constante vuelo por todo el mar de nubes, así que era difícil encontrarlo en Altárea. No quedaba más remedio que preguntar a alguien de la academia. Debo mencionar que Xavi sabía la manera antigua de regresar a Hyrule, pero las cosas cambiaron y ahora hay una nueva y sola manera. Dentro de la academia no nos encontramos con Eileen y Coocker. Quizás en donde estarían pasándolo bien… Con la primera persona que nos encontramos fue el Maestro Buhel. Él no me conocía, por lo que nos saludamos cordialmente y me di a conocer, contando todo lo que había hecho junto a Xavi hasta entonces y parte de mis aventuras en Hyrule y Términa. Después de tanta charla, Buhel nos dice que la única forma de bajar es a través del cañón que estaba ubicado en Celestia, la cual está ubicada en la zona de entrada de dicha ciudad. Xavi habría pensado lo mismo que yo: “¡No me jodas!”. ¿Ahora habrá que volver a ese maldito lugar? Y pensar que estuvimos allí minutos antes… Xavi agradeció por la información e intentó llevarme de vuelta a Altárea para volver a montar en nuestros Pelícaros e ir una vez más a Celestia, sin embargo, Buhel nos detuvo diciendo que no sería buena idea regresar ahora…
Sí, se entendió con mucha claridad… Las palabras del Maestro Buhel nos llegaron tanto a Xavi como a mí, por lo que decidimos que hacerle caso. Después de todo él era el maestro de la academia y tenía bastantes conocimientos de Celéstea, mucho más que nosotros. A Xavi y a mí no nos quedó otro remedio que quedarnos a dormir dentro de la academia. Todavía no teníamos sueño y claro, aún era temprano, así que salimos un rato a Altárea. Nos separamos en el Bazar, lugar donde Xavi entró para comprar algunas cosas. Por mi parte fui a dar vueltas por la isla. El cielo estaba anaranjado, claro indicio de que la noche estaba cayendo. Después me senté en una de las bancas de la plaza, cosa que suelo hacer cuando estoy en Altárea. Algunas personas pasaban mirándome. Con mis ropas era bastante reconocible como “el chico del Pelícaro negro”. Más tarde seguí paseando por la isla soportando miradas de las personas. No veía a Eileen y al imbécil por ninguna parte y ya había pasado casi una hora desde que llegué. ¿Dónde diablos estaban? Pensé en aquella zona donde se veían todos los Pelícaros, aquel lugar que se debía llegar cruzando la cueva de Altárea. También pensé que estarían dando un típico viaje en Pelícaro por Celéstea o simplemente estén en una isla flotante para estar a solas, sin que nadie los moleste. Pero en fin, ya me debería dar lo mismo. Había acordado con Eileen que ella podría hacer lo que quisiera con su vida, pero no podía parar de pensar en ella junto al imbécil… Después de tanto rato aburrido llega la noche. La gente en Altárea se disminuye debido a que regresan a sus casas. El Bazar también comienza a bajar poco a poco el telón que cubre ambas entradas/salidas. La tienda que se mantiene flotando constantemente, la cual era de un tal Terry, desaparece de Altárea y se puede ver cómo regresa a su isla flotante, donde el dueño esperará al día siguiente para regresar con sus ventas. Cuando ya el sol ha desaparecido completamente y varias lunas y estrellas aparecen en los cielos, el Bazar se cierra completamente y la gente definitivamente regresa a sus respectivas casas. En algún momento de esa noche, mientras yo estaba en la isla donde cae la cascada de Altárea, pude notar una luz que fue disparada hacia el cielo desde la plaza; era de Eileen. Parece que había regresado justo a tiempo con el imbécil. Pude notar que estaba con él debido a que aumenté mi visión al lugar donde se creó la luz. Noté que su poder mágico había crecido por la energía emitida en dicho rayo de luz. Hasta pude sentir la energía de ella. ¿En tan poco tiempo pudo fortalecer su poder? Mientras espiaba a Eileen y al imbécil, Xavi se acercó a ambos para saludarlos. El noviecito de mi prima saludó de una manera muy amigable. Se llevaban bastante bien ambos… Los tres se sentaron en una banca y empezaron a conversar. Es aquí donde incrementé mi poder auditivo y disminuí la vista. Pude escuchar cómo Xavi contaba todo lo que hicimos en el viaje hacia Sobre las Nubes y el por qué tuvimos que regresar antes de tiempo. También escuché que Eileen y el imbécil ya son oficialmente novios; menuda novedad. Ellos contaron todo lo que hicieron mientras Xavi y yo estábamos en el viaje. Las cosas que hacían eran las mismas que pensaba yo: volar con Pelícaro, entrenar poder de Eileen, estar los dos juntos casi todo el día, etc. Un detalle que no me gustó es que Eileen no me nombró en toda la conversación, ni siquiera preguntó si estaba bien o en dónde estaba en ese momento. Apenas me mencionó cuando Xavi estaba contando los sucesos en Sobre las Nubes. ¿Acaso ya no le importo? ¿Ya casi ni siquiera se preocupa por mí? Le hizo bastante mal viajar a Celéstea. Era mejor que se hubiera quedado en Hyrule o en el mundo cruel, tranquilita y sin molestar mis pensamientos. Me aburrí de escuchar conversaciones ajenas y quedé neutro. Me tendí sobre el suelo de la pequeña isla flotante y miré las estrellas más una luna que estaba a la vista. Por alguna razón recordé a Prímula y sentía su llamado de que escuchara el aparato que me regaló. Maldita sea, si lo tuviera conmigo… se me quedó en el castillo por haber salido tan apurado el día en que llegué a Altárea con Eileen. Pero en fin, no quedaba otra que esperar al día siguiente y bajar lo más rápido posible a Hyrule. La noche en Celéstea pasaba y pasaba. Obviamente Eileen y los demás ya se habían ido de la plaza; no se quedarán ahí el resto de la noche… De pronto escucho el grito de Xavi, que me llamaba desde abajo. Éste me decía que ya era hora de bajar e ir a la academia para descansar, que el día siguiente podría ser muy ajetreado. Todos los últimos días han sido así… No me quedó otra que hacerle caso y reencontrarme con él. Me preguntó qué hacía allá arriba, respondiéndole que solamente estaba pensando. Al llegar a la academia, me quedé a dormir en la habitación de Xavi. Él dormía en su cama y yo con una almohada y una sábana en el suelo. Recordé que antes solía hacerlo en la habitación del imbécil, aunque él no estaba y yo dormía solamente con Eileen… Realmente esa noche estuve recordando varias cosas y me costó dormir. No sé si fue el efecto de la poción que bebí en Celestia o no, pero eso pasó en la noche. Recordé los sueños, mis aventuras, mis batallas, el mundo cruel, entre otras cosas. Cierto, hacía mucho tiempo que no veía a mi familia. ¿Cómo estarán? Después de haber dormido muy poco, despierto al día siguiente temprano en la mañana. Raramente no tenía sueño, entonces pensé seriamente que era el efecto de la poción el por qué no dormía… Eso me pasó por beberlo sin haber estado débil, ya que esa poción, además de curar la salud y heridas internas de una persona, contiene un químico energizante muy poderoso. Yo lo tomé sin estar enfermo, agotado o débil por una batalla, sólo fue por el mareo, por lo que se agregó energía extra a mi cuerpo. No había pensado en eso antes de beberlo. Hablando de pociones, Xavi me regaló otra poción azul en esa misma noche. ¿De dónde sacaba las rupias? Después de comer un improvisado desayuno, Xavi y yo partimos a Celestia. Esta vez nos trajimos a Eileen con nosotros, quien decidió regresar a Hyrule. Así que después de una larga y aburrida despedida con el imbécil, montó su Pelícaro y nos siguió en el difícil camino por el cúmulo. Cabe recalcar que yo me despedí de forma maleducada con el “amor de Eileen”, provocando más mala impresión sobre mí y demostrando que aún me caía mal ese tipo, aunque esos detalles no me importaban. Durante el trayecto en el Cúmulo de Nubes, Eileen y su Pelícaro viajaban lo más cerca posible de Xavi para así ambos mantener seguridad. Yo tampoco me alejaba tanto de ellos. Por cierto, cruzar los remolinos en las afueras del cúmulo no fue gran cosa. Además aparecían muy pocos, así que fue sencillo llegar al famoso cúmulo. Después de un largo viaje, que ya no se me hizo tan difícil por ser la tercera vez, llegamos por fin a Celestia con Eileen y todos los Pelícaros a salvo. Nadie sufrió daño ni pasamos malos ratos, por suerte. Nada más llegar a Celestia observamos el gigantesco cañón, el cual era idéntico al Cañón de los Cielos de Hyrule. Como ahora teníamos zarpas no fue tan difícil entrar al hueco del cañón. Xavi y yo usamos cada uno una parte de la zarpa y Eileen utilizó el método antiguo: usar su poder para crear una especie de látigo de luz. Primero mi prima, luego yo y finalmente Xavi. Todo esto lo hicimos en cosa de segundos, ya que si tardábamos el cañón lanzaría a una sola persona. Al igual como el Cañón de los Cielos, éste comienza a caminar, apunta hacia abajo, se prepara y nos dispara con todo el poder. Esta vez nadie se tomó de las manos para afirmarnos el uno al otro al ser disparados, ya que todos salimos disparados en fila y en línea recta. Las nubes desaparecieron rápidamente de mi vista y Hyrule comenzó a verse desde lo alto. Nuestra fila se iba esparciendo a medida que descendíamos. Ahora la cosa es: ¿cómo vamos a aterrizar? Íbamos a gran velocidad y si caíamos en tierra firme… pero no. Pronto me di cuenta que comenzábamos a caer hacia el Lago Hylia, así que tendríamos que prepararnos para sentir un golpe en el agua y encima aguantar respiración. Con el otro cañón teníamos que montarnos con la ayuda de los guardias de entrada o simplemente con nuestros Pelícaros al llegar a Celéstea. Como joden los cañones… Eileen gritaba de susto y adrenalina, Xavi de diversión y hasta reía, mientras que yo sólo esperaba caer rápidamente en silencio. No, esta vez no me mareé. Cuando ya estábamos cerca de caer al lago, Xavi nos grita dando las indicaciones para prepararnos. Yo ya me las sabía y eran obvias, así que no me importó. Y luego… ¡caímos! Al fin pudimos descender a Hyrule. Aguantando la respiración nadé hasta la superficie, al igual como lo hicieron los demás. Luego nado hacia la zona donde están los cofres, cuyo lugar pertenece al minijuego de Jeremías, donde hay que lanzarse con un Cucco desde lo alto y caer en una plataforma con un cofre para ganar un premio. Mientras más dificultoso sea el lugar para aterrizar, el premio será más grande. Yo lo encontraba peligroso, ya que si me podría caer de muy mala manera y terminaría rompiéndome un hueso. No me arriesgo para ganar unas malditas rupias… Dejando de lado el minijuego ese, Xavi, Eileen y yo nos reencontramos en ese mismo lugar mencionado. Los tres comentamos lo divertido que fue lanzarse en tal cañón, aunque igual podría ser arriesgado si no caeríamos en el agua. A continuación, Xavi nos dice que la presencia de maldad percibida anteriormente se ha desvanecido, no obstante, agregó que eso podría ser a causa de que él estuviera cerca del castillo, ya que mientras caíamos lo seguía sintiendo. Entonces Eileen nos echó ganas de que olvidemos lo recién sucedido y vayamos lo más rápido posible al castillo. Para eso, Xavi me dijo que yo me adelantara cuando quiera. No dudé un segundo en adelantarme y fui directamente hacia Tobías, para que así me lanzara con su cañón y así pudiera llegar al Puente de Hylia. Antes de esto Xavi me entregó las 10 rupias que me pediría el dueño del cañón. Salté todas las plataformas que ayudaban a tener un acceso más rápido a Tobías y cuando llegué a él, le pagué las 10 rupias correspondientes y luego me lanzó al lugar donde estaba Jeremías. Allí salí por la única puerta posible y regresé a la famosa Pradera de Hyrule. Seguramente Xavi y Eileen se prepararían para hacer lo mismo, puesto a que era la única forma posible para salir del Lago Hylia. Desde la mismísima puerta tomé el atajo hacia el norte, por lo que entraría a la ciudadela desde la puerta oeste. No caminé en ningún momento, sólo corría y corría. Si un monstruo intentaba atacarme, yo me alejaba de éste y evadía una pequeña batalla. Si un grupo de monstruos intentaba apresarme, pues aceleraba más. No iba a perder ningún segundo con esos bichos… No tardé mucho en llegar a la ciudadela por la entrada del oeste. Solamente al ingresar detuve mi carrera, ya que había mucha gente y no me gustaba chocar. Lo mejor de todo es que ya casi ni sentía cansancio, claro indicio de que mi resistencia aumentó mágicamente. Pasaba mirando las mercancías de los vendedores ambulantes, llegué a la plaza de la gran pileta y luego tomé camino al norte, lugar donde estaba el castillo. Nada más abrir la gran puerta que llevaba al jardín del castillo me encontré con varios guardias del castillo merodeando allí. Algunos parecían estar buscando algo, mientras que otros estaban reunidos en patotas discutiendo algo y luego se disolvían. Esto no era habitual todos los días, algo había sucedido. Le pregunté a un guardia sobre Zelda y me dijo que estaba en el salón de estar preocupada por la situación actual. Uff, menos mal, ella estaba bien… Luego le pregunté cuál era “la situación”, pero el guardia me responde que no lo podía decir por orden del rey. ¿Ocultan algo? Tras esa respuesta fui al castillo y entré en busca de Zelda. Me dirigí directo a la sala de estar y tal como dijo el guardia, la princesa estaba ahí, sentada en uno de los tantos lujosos sofás con vista al jardín, aunque no a la zona de entrada. Claro, el tamaño del jardín era gigantesco.
Así que la princesa de Hyrule no tenía conocimiento sobre la misteriosa búsqueda de los guardias. Si a su hija no le cuenta nada, menos a mí o a Xavi… ¿Qué diablos estará pasando? Después de la respuesta de Zelda ambos nos quedamos en silencio, pero ella rompió el hielo preguntando cómo estuvo el viaje. Le respondí todo sentándome en un sofá junto a ella y le iba contando detalladamente lo sucedido. Parecía que la princesa quiso dejar el tema, así que no me quedó otra que responder a todas sus preguntas. Cuando ya estaba por terminar la historia y la “entrevista” de Zelda, Xavi y Eileen llegan cansados por tanto correr, aunque más mi prima que mi protector. Sí que les saqué ventaja… Tardaron unos 20 o 25 minutos más que mi llegada. Como era de esperarse, Zelda fue a saludar a ambos como si no se hubieran visto en años. Al igual que yo, tanto Eileen como Xavi le preguntaron qué estaba pasando afuera con los guardias; la respuesta de la princesa fue la misma que me dijo a mí. Después de esto, yo me fui a mi habitación para cambiarme de ropa y buscar el aparato de Prímula, así que no sé nada más de lo que pasó en la sala de estar. Ya era hora de cambio de ropa… Me estaba cansando usar tanto el “traje de antihéroe”. Me puse unas prendas que me prestaron en el castillo y la que usaba lo fui a dejar en una habitación donde se lava la ropa. Mientras hacía esto me empezó a dar un fuerte dolor de cabeza. Luego regresé a mi cuarto y busqué alguna pastilla para que calmara el dolor. Logré encontrar una y lo tomé yendo al baño del segundo piso. Después regresé a mi cuarto y empecé a buscar el famoso aparato. Busqué por todos los lugares posibles y no lo podía encontrar... Pero finalmente lo hallé: estaba debajo de la almohada, en el lugar menos pensado. ¿Cómo llegó ahí o cuándo lo puse en ese lugar? Yo nunca dejo cosas debajo de las almohadas… Todavía con el dolor de cabeza me siento en un borde de la cama para comenzar a escuchar los mensajes pendientes de Prímula. No podía escuchar el más nuevo hasta oír todas las anteriores. En ese momento sólo logré escuchar una, ya que luego me fueron a llamar para que baje a almorzar. Ya se imaginarán cómo habrá sido el mensaje, ¿no? Son las mismas de siempre: saluda, cuenta lo que hizo en el día, luego lo que hizo días antes del mensaje, comienza a recordar cuando estábamos juntos, me invita a Ikana y termina con una larga despedida. Lamentablemente no pude tomar mucha atención al mensaje y tampoco lo disfruté al máximo, ya que el dolor me dolía bastante. Así que me saqué el aparato, lo guardé en el velador, salí de mi habitación y bajé al comedor. El dolor de cabeza no se detenía, cosa que ya me estaba molestando. Llegué a la mesa y allí ya estaban todos comiendo y el tema de conversación era sobre Eileen y el imbécil. Mierda, ¡lo que faltaba! ¿Quieren que el dolor de cabeza se prolongue todo el día? Prefería escuchar la voz de Prímula que las estúpidas anécdotas de mi prima y “su amor”; así me alegraría más. Prefería escuchar la historia en Sobre las Nubes y Celestia desde la perspectiva de Xavi. Podría escuchar cualquier otro tema de conversación, pero sin mencionar al huevón de Altárea ese. Ahora hasta en Hyrule va a joder convirtiéndose un tema de conversación… Debido a ese tema y más el dolor, no me dieron ganas de dar ni una sola palabra mientras comía. Mantenía la mirada baja y con seriedad. Hacía lo posible para ignorar la conversación, pero siempre oía “Cocu”, “Cocu”, “Mi lindo Cocu”… La madre que lo parió. Mi cerebro va a estallar en cualquier momento. Eileen sabe que me molesta escuchar sólo el nombre de ese imbécil y ahora lo nombra miles de veces delante de mí. Piensa un poco, prima… Mientras pensaba todo esto, comencé a sentir las repetidas miradas de los tres hacia mí. ¿Ahora llamo la atención por estar muy callado? Zelda quiso romper mi silencio preguntando si el imbécil era una buena pareja para Eileen.
El dolor de cabeza seguía y seguía. Ahora sí que estaba por explotar. Escuchaba la pequeña risada de Zelda, la voz de Eileen continuando la broma con ella y el sonido de la boca de Xavi masticando su comida, sacando también leves risas. No podía comer tranquilo. El apodo del imbécil resonaba en mi cabeza una y otra vez… “Cocu, Cocu, Cocu, Cocu…”; encima con la voz de Eileen y de Zelda. Recuerdos de mi prima y el imbécil estando juntos. Aprieto el tenedor que estaba sujetando con mi mano izquierda. Sentía odio por nada. Sentía repugnancia por escuchar el nombre del imbécil. Sentía envidia porque preferían hablar de ese maricón y no de mí… Ese tipo no debería haberlo conocido; no… él no debe existir. Mezclo y mezclo sonidos. Empiezo a escuchar las voces en eco de mis compañeros, llamándome una y otra vez. Se oía como si estuvieran muy lejos. Escuchaba “Cocu”. Escuchaba risas. Escuchaba carcajadas. Escuchaba el interior de mi cerebro bombeando. Escuchaba la ira de mi mente, de mi cuerpo, de mi aura encendida en llamas. Envidia, rabia, odio, asco… Mi silla se movía mucho; parece que el temblor iba en aumento. Mi comida se transformó en sustancias asquerosas. Mi estómago se revolvía. Vómito, vómito; quiero vomitar. Mezclo y mezclo recuerdos. Días felices con Eileen. Estábamos solamente los dos. Su beso; su cálido beso. Diego, Aura, liceo, mundo cruel… Muro, drogas, alcohol, familia. Gente mala, homicidios, robos. Prímula conmigo en mi casa. Oye, necesito verte que te extraño y me preocupas. Esto ya no es un recuerdo… Gibdos, Linik, cosas siniestras; pesadillas. Más risas escuchaba desde el exterior. ¿Por qué no paran de reír? ¿Se ríen de mí? ¿Es porque no puedo vivir en paz y en felicidad? ¿Se están burlando porque siento envidia de Cocu? Yo ya dejé libre a Eileen con él. Yo no amo a mi prima… “Sí”, no. “Sí”, ¡no! “Sí, admítelo”, ¡que no! ¡No inventen estupideces! Yo… yo… Ya paren de reírse. Dejen de nombrar a ese imbécil. No me griten, si los puedo oír. Cabeza deja de bombear. Estómago espera a que llegue al baño. Risas. En serio, molesta… Molesta… Molesta tanto como la cara de ese imbécil… Qué irritante… Lograste quitármela. Tú ganas esta vez, puto Hylian. Y las carcajadas resuenan cada vez más. Ojos con ganas de ver su sangre derramada. ¡Jajaja! Sonrisa. Sigue vivo; enojo. Se besa cuando quiere con mi prima. Traspasa su cochina saliva en mi prima. Toca la preciada lengua de mi prima. Muérete. Muérete. Muérete. No dejaré que llegues a penetrarla. Tú no le quitarás su virginidad. Todos ríen. Todos lloran. Todos alzan las manos. Todos visten de funeral. Miles de voces y una melancólica canción resuenan en mis oídos… Envidia, rabia, odio, asco… Venganza por quitármela. Vuelvo en sí… Temblor y siguen hablando del imbécil… ¡No me jodan! “¡¡¡Ya paren de hablar de ese hijo de puta!!!”. Golpeo con violencia la mesa, destruyendo la parte en donde estaba yo. El plato con mi comida cae y se rompe en el suelo. El temblor se siente terriblemente fuerte. Todos me miran con ojos a punto de salirse por el susto. Había estallado… Fueron muchas cosas que pasaron en mi mente por unos cortos segundos, provocando mi liberación de furia acumulada en mi interior. Xavi se levanta rápidamente y me saca a forzadas del comedor. Mientras pasaba esto, el dolor de cabeza ya no molestaba, mi enojo se difundía y el temblor desaparecía poco a poco. Mi amigo terminó llevándome a la sala de estar, sentándome en un sillón y ahí comenzó a interrogarme. Empecé a sentir el típico sentimiento de estar arrepentido por lo ocurrido. No quería mirar la cara de Xavi. El temblor desapareció completamente.
Tras mi blanca respuesta, Xavi sólo quedó pensativo y luego quiso decirme algo, pero se arrepintió y volvió al comedor. Quedé solo, sin compañía alguna en un sofá de la sala de estar. ¿Qué mierda fue lo que me pasó? Todos esos pensamientos de tanta ira… Lo extraño es que empecé con eso tras el dolor de cabeza que no se detuvo hasta que desaté la rabia. Entonces esa era la gran pregunta: “¿qué me está pasando?”. Hasta pensaba en matar al imbécil… Está bien que lo odie, pero no para llegar a ese extremo… Esperé y esperé. Después de unos minutos, Eileen sale del comedor, me pasa mirando con una expresión de tristeza y sube al segundo piso. Mierda… Luego Xavi vuelve a aparecer y me pregunta: “¿Estás mejor?”, a lo que yo respondo afirmando. Es entonces cuando éste se sienta y empieza a decirme su conclusión de lo que puede estar pasando con los guardias. Teniendo en cuenta que Zelda pudo sentir una energía oscura y que ahora el Rey esté como loco buscando algo o alguien, Xavi sospecha que Drott podría haber escapado de la prisión del subterráneo. Él dijo que la energía de este tipo era parecida a la de Ganondorf, pero a la vez era muy diferente y un poco más débil; era la misma descripción que le dio la princesa sobre la energía que sintió ella. Entonces tuvo como conclusión de que Drott estaba en prisión aquel día que me comporté de mala manera con Zelda por primera vez. Después de contarme toda esa historia, Xavi se levanta diciendo que va a por Zelda. Antes de que se retirara le dije que le pidiera disculpas a ella y Eileen por parte mía. Sin embargo, él se niega y me recomienda que lo más adecuado fuera hacerlo yo dando la cara. Cierto, eso debería hacer, sin embargo, después de mencionar tanto al imbécil, me irritaba ver la cara de Eileen. Maldita sea... Decidí volver a mi habitación y recostarme en mi cama, reflexionando lo que me dijo Xavi: ¿realmente sería Drott la causa de tanto alboroto en el castillo? ¿Por eso será que el Rey no le dice nada a Zelda ni a Xavi, mucho menos a la gente de Hyrule? Podría ser cierto… ¿Y el tal Cradd? Bueno, tal vez se habrá ido junto a Drott, ya que él era su “discípulo”. Es lo único que se me ocurre. Dudo mucho que uno salga sin que el otro lo siga. En ese caso serían dos personas las buscadas. Vaya lío se habría armado si la teoría de Xavi hubiera sido cierta. Mientras pensaba y pensaba, recordé algo que estaba haciendo antes: escuchar los mensajes pendientes de Prímula. ¡Claro! Si quería relajarme y dejar un rato tanto estrés, debía escuchar sólo eso. Oír la voz de mi querida amiga y escuchar sus historias de día a día. Es como si yo fuera su diario de vida o algo así. Así que saqué el aparato del bolsillo, me lo coloqué en el oído y comencé a escuchar los mensajes. La primera ya la había oído, así que comenzaba con el segundo. Esto lo envió tres días después del mensaje anterior. Ahí decía que ha estado ayudando a su padre con la investigación del pozo. Al principio tenía miedo, pero se iba acostumbrando con el tiempo. Eso era lo más importante que se dijo. En el tercer mensaje, cuatro días después del anterior, me dijo que descubrieron un tesoro en el pozo: era un escudo llamado Escudo Espejo. Me preguntó si lo necesitaba o algo y si era así que vaya a su casa para pedirla cuando quiera. El cuarto mensaje fue dos días después del anterior. Aquí nada más me dice que estuvo con su padre en Ciudad Reloj y lo pasaron muy bien. El quinto mensaje, tres días después del anterior, empieza a cambiar la cosa “maravillosa”. En el mensaje me dice que estuvo paseando con su padre en la Torre de Piedra y se impresionó por la cantidad de monstruos que habían aparecido tras la última vez que visitó dicho lugar. También dijo que una anciana muy arrugada fue a visitar la casa y los alertaba de peligro, así que Prímula y su padre la tomaron por loca y la echaron de la casa. ¿Habría sido la anciana que vive en el camino a Ikana? El sexto mensaje fue en ese mismo día, pero por la noche. Aquí me dice que mientras estaba acostada, sintió unos ruidos y voces afuera, así que fue a investigar. Sigilosamente salió de su casa y vio que era un grupo de cinco personas, quienes entraron a la Torre de Piedra. Ella intentó encontrarlos dentro, pero los perdió de vista. Luego dijo que cuando volvía a su casa se encontró con Linik, quien iba detrás de los tipos que entraron a la torre. ¿Qué mierda? El séptimo mensaje fue hoy en la mañana, dos días después del sexto. Aquí dice que el día anterior y en la misma mañana se ha producido eventuales temblores en Términa. Nadie sabe cuál es la razón, pero ella sospecha por los tipos que entraron a la Torre de Piedra. Argumentaba que era muy extraño que Linik, el héroe de Términa, estuviera siguiendo a esos tipos y además, no ha habido temblores desde hace años en esas tierras. Y el octavo y último mensaje, el cual fue enviado hace unos minutos atrás, para ser un poco más exactos, mientras me cambiaba de ropa, la cosa se puso fea: ella dijo muy asustada y llorando, tanto así que no se entendía muy bien lo que decía, que los Gibdos se volvieron locos, salieron del pozo y comenzaron a rodear su casa. Lo peor es que su padre había salido a investigar el mismísimo pozo. Y para rematar lo feo: escuchó unos gritos de una mujer sufriendo dolor en las afueras y al cabo de unos pocos minutos, esos gritos no se escucharon más. Yo también lo podía escuchar un poco. Su última frase fue: “Te extraño demasiado y recuerda que siempre te querré, no, te amaré hasta el fin de los días. Espero que estés bien y éxito en todo”. Esa última frase me preocupó aún más todavía: parecía una despedida. De inmediato recordé todos los malditos sueños que había tenido desde hace tiempo y me daba cuenta que lo relatado por Prímula era idéntico a las características de aquellas pesadillas. No jodan, ahora todo se estaba haciendo realidad… ¡A la mierda con pensar! No dudo un segundo más y me levanto rápidamente de la cama, para luego tomar mi armamento. Abro la puerta bruscamente, espantando al guardia que iba pasando allí, y bajo corriendo las escaleras. En ese momento me ven Xavi, Zelda y Eileen, quienes estaban reunidos en la sala de estar. Me preguntan el por qué tanta prisa, sin embargo, no alcanzo a responderles y salgo corriendo hacia el jardín. Paso por ese lugar como un relámpago y finalmente, salgo del castillo. No pensaba en ninguna otra cosa, sólo en correr lo más rápido posible para llegar a Términa. Sin que me haya dado cuenta tenía el aparato en mi oído todavía y llevaba las prendas prestadas. No pensé siquiera en cambiarme o algo parecido. Al menos sí tuve conciencia de sacar mi equipo de batalla para hacer algo en Ikana. Diablos, primero mi extraña ira en el comedor y ahora esto… Debo salvar a Prímula, ¡no dejaré que unas putas momias le hagan daño! Corría, corría y corría sin parar. No sentía cansancio, sólo quería correr y llegar a Términa. Tuve que correr por todo el Bosque de Farone y el Bosque Kokiri para luego entrar al Bosque Prohibido. Maldita sea, comenzaba a agotarse el tiempo. Debo apurarme más. Finalmente atravesé todo el famoso bosque y terminé cruzándolo cuando la noche había caído. Por un momento me sentí perdido en el bosque, pero menos mal que llegué a encontrar la entrada a Términa. Al entrar a Ciudad Reloj comencé a sentir el cansancio que tenía. Tal vez fue porque me habré relajado un poco al estar cerca de Ikana, ¡pero no! Tenía que seguir. Todavía faltaba para llegar. No recibí ningún mensaje de Prímula mientras tenía el aparato en mi oído. Eso me hacía preocupar más… Así que tomé aire y seguí corriendo. Atravesé todo el este de la ciudad, llamando la atención de las personas que estaban en la plaza a esas horas y el guardia me detuvo. Fácilmente tuve el permiso de continuar, ya que era cosa de que demostrara mis armas y me creyera un “caballero de guerra”. La pausa causó que la adrenalina se detuviera y sintiera el cansancio de nuevo; no sólo de la falta de aire, sino también de las piernas. También sentí necesidad de agua, pero me fortalecí de nuevo. Hice lo que pude para ignorar aquellos síntomas y seguí mi camino rápidamente a Ikana. Esta vez ya no podía correr, así que fui dando un trote rápido. En el camino tuve que tener cuidado de todos los monstruos que se me aparecían, sobretodo de los tales Bubbles, porque me podrían envenenar con sólo tocarlos. Luego usé con rapidez una de las zarpas que tenía prestada de la Doble Zarpa de Xavi y llegué a lo alto del camino, para luego terminar todo este camino corriendo. Finalmente llegué al Cañón Ikana. Tal como en los últimos sueños, las nubes que cubrían Ikana eran negras y rojas color sangre. El césped se había disecado y quedó de color amarillo opacado. Se murió el verde vivo que tenía antes… La corriente de agua pura que atraviesa el cañón para llegar al río se convirtió en líquido rojo, como si fuera sangre. Lo más feo de esto es que caían Gibdos desde ahí. La canción de la casa de Prímula y su padre, el cual espantaba y mataba a los Gibdos según el científico, no se escuchaba. Olía muy mal todo el lugar. El aire se sentía espeso a pesar de la noche. Mientras tanto, en la Torre de Piedra no se veía nada raro por ahora. Después de quedarme casi más de un minuto congelado mirando espantado el actual estado del paisaje del Cañón Ikana, volví en sí y fui corriendo en busca de los troncos que necesitaba para escalar el cañón. Cabe destacar que el cansancio lo sentía notablemente y pasé tan rápido por el camino a Ikana que ni siquiera pasé a mirar la casa de la anciana. Crucé el puente de la parte baja del valle. Saqué la zarpa que tenía y apunté al tronco más cercano, para luego buscar otro y así sucesivamente. En medio del camino, un fuerte temblor se sintió en Ikana. Así que era cierto lo de los temblores… Al terminar el temblor continué con el camino y tras pasar por unos cuantos troncos más llegué a la cima alta del Cañón Ikana. Al ver lo primero de vista me dieron ganas de inmediato de estar en la parte baja… Muchos Gibdos estaban rodeando la casa de Prímula y unos cuantos habían entrado ya. “Prímula”, balbuceé yo mismo, con las pupilas dilatadas viendo la escena. ¿Llegué tarde? ¿Ya la atacaron? Pero vine lo más rápido posible… No vine corriendo y arriesgando los pulmones sólo para ver a mi amiga muerta. ¡No! ¡Yo vine a salvarla! Impulsado por mi rabia enciendo las llamas de todo mi brazo izquierdo y me lanzo hacia los Gibdos, gritando como un loco a la vez. Gracias a mi velocidad y que ellos eran muy lento, no alcanzaban a darme la mirada para provocarme una paralización. Con tan sólo tocar a uno comenzaba a arder y posteriormente, terminaba en el suelo muriendo. Tenía que tener cuidado, ya que según el padre de Prímula algunos sólo se le quitan las vendas al ser quemados y entonces así revelan su verdadera forma, ya sea un ReDead o un Stalfos. No obstante, tuve suerte con todas estas momias encontradas y solamente fueron quemadas. Dejando algunos Gibdos vivos entré a la casa de Prímula, cerrando la puerta para que así no entren más. Tuve que exterminar algunas momias dentro de la casa, también y finalmente, sin embargo, no encontré rastros de Prímula. “¿Habrá escapado y estará a salvo? Espero que así sea”, me dije. Viendo mejor la casa me di cuenta que una ventana estaba abierta, aunque los Gibdos no podían entrar desde ahí. La única respuesta fue: “Sí, Prímula escapó”. Desde la misma ventana salí de la casa. No me arriesgaría a abrir la puerta y encontrarme con varias miradas de Gibdos, es ir a la muerte misma… Nada más salir de la casa encontré el cuerpo destrozado de la anciana justo a un lado de la casa. Así que de ella provenían los gritos que escuchaba en el último mensaje de Prímula... Maldita escena, me causó un revoltijo en el estómago y me provocó náuseas. No lo pude aguantar. Al acabar con esto un Gibdo casi me toma por sorpresa, pero alcancé a encender mi mano izquierda y le di un puñetazo, abatiéndolo al instante. Luego me alejé lo más que pude de la casa y por culpa del revoltijo no podía correr como antes. Además, mientras me iba alejando de la casa se sintió otro temblor. Parece que algo se venía. ¿Acaso será ese monstruo esquelético o el gigante de ojos rojos luminosos? Madre mía… ¡Pero ya! Lo que me importaba era la situación de Prímula. ¿¡Dónde mierda se habrá metido!? En los sueños casi siempre estaba en la entrada de la Torre de Piedra. Así que es obvio a dónde decidí ir a buscarla. Era arriesgado, pero si quería verla a salvo no quedaba otra opción que guiarme con las pistas de mis pesadillas. Corriendo lentamente por culpa del cansancio, el aire espeso y el revoltijo en el estómago, llegué a la entrada de la Torre de Piedra. Sin embargo, antes de que quisiera entrar escuché los gritos de un hombre. Volteé hacia atrás y no vi nada, pero luego miré mejor y me di cuenta que era el padre de Prímula. Éste parece haber salido desde el Castillo de Ikana e iba siendo perseguido por varios monstruos que no eran Gibdos. Entonces decidí ir en su ayuda, pero una mano en el hombro me detiene: era Linik.
Al decirles estas palabras, que no sé cómo diablos las saqué estando en un ambiente tan desesperanzado y oscuro, Linik me toma la razón y decide ir conmigo para salvar al padre de Prímula. Pero el problema es que debido a la larga charla que tuve con Linik, había monstruos atacando al hombre y los Gibdos estaban muy cerca. Desenfundo la espada, salto un pequeño precipicio y junto al poder de las llamas y del agua, me lanzo hacia todos los enemigos esperando llegar lo más rápido posible donde el científico. En tanto, Linik distraía algunos y los atacaba, teniendo siempre cuidado de no cruzarse con los Gibdos. Mientras atacaba lo más bien y me acercaba a la padre de Prímula, que cada vez parecía más débil por los ataques de Keeses y Guays, sentí que mi cuerpo no se podía mover, solamente mis ojos. Era la culpa de un ReDead que apareció desde el castillo y estaba cerca de mí. Mierda, eso no lo había tomado en cuenta… Enfurecido por haberse entrometido, salgo de la paralización y le corto la cabeza, a la vez que lanzaba ataques de fuego y agua a los demás enemigos que me rodearon tras mi paralización. Todo esto lo hacía a gritos, descargado mi ira y estrés. A continuación, comienzan a lanzarse sobre mí grandes patotas de Keeses, Bubbles, Boes, ChuChus, Guays y hasta polillas. Con los que tenía más cuidado era con los Bubbles azules. No me quedó otro remedio que atacar a todos estos monstruos, sino no me dejarían tranquilo. También noté que Linik no estaba tan lejos e igual se encargaba de varios monstruos. Teníamos que apurarnos con estos, ya que pronto comenzarían a llegar los ReDeads que eran los más lentos. Por mala fortuna me crucé con uno. En algún momento, mientras acababa con todas estas cosas y ya empezaba a sonreír por lo poco que faltaba, escucho el grito del científico. De inmediato me desconcentro y me volteo a verlo: estaba siendo despedazado por un Gibdo. Lo peor es que otros dos más estaban sólo a centímetros. Al ver la cruel escena comienzo correr de inmediato hacia él, pero justo un Guay me ataca en la espalda con su pico y para rematar un Bubble azul me da un golpe en la misma zona, provocando mi caída. Tras sentir mi cuerpo débil por el veneno del Bubble, que produjo un efecto más rápido debido al ataque del Guay que destrozó parte de mi piel, sólo podía escuchar los gritos del padre de Prímula y verlo siendo comido, ahora por tres Gibdos. Linik tenía razón, eran muchos monstruos… Luego sentí que los enemigos cercanos a mí iban siendo acabados uno por uno con la ayuda del héroe de Términa. Mientras pasaba esto, recordé que tenía una poción azul guardad, así que la saco de mis cosas y bebo toda la botella. Ahora sí estaría en peligro si me envenenan de nuevo… Nada más terminado de beber la poción, siento la misma energía que tuve en Celestia y me repongo. Totalmente recargado y enfurecido voy hacia los Gibdos que atacaban al científico y los quemo a todos de inmediato, mientras que los monstruos restantes los mataba Linik. Pero era tarde… el cuerpo del hombre ya estaba en su mayoría despedazado y no respiraba. Sangre, entrañas, piernas y brazos sacados de su lugar… Era la actual escena del hombre. Daba asco ver la escena, así que no me atrevía a verlo y miraba a un lado. Además me sentía culpable por no salvarlo, así que me daba vergüenza verle la cara.
Tras esta respuesta, más rabia se acumuló en mi interior. Pero ya dije, no volveré a arriesgar mi vida. Sólo era por este hombre, no por Términa. Mientras pensaba en lo sucedido, un temblor volvió a aparecer en Ikana. Éste fue más fuerte y prolongado que los anteriores. Aun así, a mí no me importó el temblor debido a que estaba perdido en mis pensamientos. Y claro, es ahí donde debía olvidar al científico… ¡Prímula! Ella era la razón del por qué había ido a Ikana. ¡Tenía que encontrarla! La búsqueda no tardó ni un minuto, ya que cuando recién me iba a mover del lugar en el que estaba Linik grita mi nombre. Volteo a mirar al lugar donde provenía su voz y éste me indicó con su mano a la entrada de la Torre de Piedra; ahí estaba Prímula. Ella no estaba parada justo en la entrada, sino que más adelantada. Para que se hagan una idea, cerca del lugar en donde Linik y yo saltamos momento atrás. Al ver a Prímula sana y salva me tranquilizo. Lo único que quería era que ella estuviera viva y sin heridas. Me sentí tan bien que hasta podía imaginar una luz de entre toda esta oscuridad. Se me brillan los ojos con la pura emoción de poder verla con vida. Sonrío a pesar de todo lo que estaba pasando. Sentí el impulso de correr hacia ella, abrazarla como nunca antes, decirle lo cuanto la extrañaba y lo preocupado que estaba, y finalmente sacarla de Ikana. Cuando la haya sacado y todo esté más calmado, vendría mi explicación sobre lo ocurrido con su padre… Antes de que partiera corriendo hacia ella, grité su nombre a los cuatro vientos y aumenté mi visión para verla mejor. Ella levanta un brazo y me saluda gritando mi nombre también, pero luego se queja de una herida que tenía en el brazo que no movió. Aumenté más la vista hacia aquella zona y me di cuenta que tenía una tremenda herida… no parecía el golpe de un Bubble, tampoco la mordida de un Guay o Keese… era un mordida Mi sonrisa desaparece. Ella necesitaba ayuda urgente. Si era la mordida de un Gibdo, comenzaría a momificarse. La poción azul era el remedio, pero yo la había tomado y no tenía rupias para comprar otra. La poción roja no sirve para curar ese tipo de heridas. No sabía si alcanzaría a llegar con ella tiempo a Ciudad Reloj. Mi visión disminuyó. Prímula cayó de rodillas, señal de que la mordida fue de hace rato y ya se sentía débil. Y para rematar lo peor: pude ver un Gibdo que estaba saliendo desde una casa, justo a un lado de Prímula, por lo que alcanza a agarrarla y atacarla sin problemas. Además otro acechaba desde la entrada de la Torre de Piedra. “¡NOOOOOOOO!”, grité eufóricamente. Mi brazo izquierdo vuelve a encenderse en llamas completamente y voy corriendo al lugar donde está Prímula, quien comenzó a gritar por las mordidas… En cosa de segundos llego hasta donde ella, sin haber sido paralizado por un monstruo en el camino. Nada más llegar di un fuerte puñetazo al Gibdo que mordía a Prímula, tan fuerte que se dividió en dos y encima las llamas consumían ambas partes del cuerpo. El otro Gibdo me inmovilizó por un rato, pero cuando volví a la normalidad le clavé la espada con fuego en su cuerpo. Para darle más sufrimiento moví la espada hacia arriba, partiendo a la momia por la mitad hasta el pecho, y luego hacia abajo. Todo eso lo hice gritando con furia, pero parecía un loco que llegó a su límite. Cuando acabé con los dos y aún tenía ganas de aniquilar enemigos, escucho a Prímula quejándose. Volteo a verla y me di cuenta que el Gibdo que la atacó alcanzó a desgarrarle el vientre, pero sin pasar a cosas extremas como ocurrió con el padre, y el hombro izquierdo y parte del pecho fueron mordidos. Quedé inmóvil por un rato, sin saber qué hacer. Luego boto la espada ensangrentada y me acerco a ella. Caigo de rodillas cuando estoy al lado de ella y le tomo una mano. Empiezo a observar todo su cuerpo. Decía su nombre para llamarle la atención. Prímula respiraba rápidamente. Me miraba con lágrimas en sus ojos. De vez en cuando tosía escupiendo sangre. A veces balbuceaba mi nombre. Luego yo le decía que iba a estar todo bien y sin pensarlo, le doy la poción roja que tenía guardada. Sabía que no serviría del todo, pero me daba igual en ese momento. Estaba asustado. Mis ojos volvían a brillar, pero esta vez porque veía sufrir a una persona que apreciaba y quería mucho. Se empezó a sentir otro fuerte temblor, pero como estaba con Prímula no me importó. Luego ella cierra los ojos, pero seguía respirando. Rápidamente la cargué, busqué mi espada para guardarla y me fui corriendo con Prímula en mis brazos, pensando en llegar con ella a Ciudad Reloj para que la atiendan en alguna parte. No sabía lo que estaba haciendo Linik y tampoco me importaba. Sólo me concentraba en el estado de Prímula. Esquivo a todos los enemigos y uso la zarpa para llegar a la parte baja del cañón. Ahí se siente un temblor muy fuerte. Fue tanto que pareció terremoto, por lo que me caí junto a Prímula. Procuré que ella cayera sobre mí y no sufra más daño. Me levanto rápidamente y continúo mi desesperado viaje llevando a Prímula. El terremoto fue tal que también se sentía en el camino que dividía Ikana con la pradera de Términa. Logré esquivar todos los Bubbles con éxito, a pesar del terremoto. Luego atravesé la pequeña parte de la pradera y llegué a la ciudad. Al estar allí lo primero que pensé fue en una poción azul. Así que fui directo hacia la tienda ubicada en el oeste. La piel de Prímula se estaba tornando verde poco a poco… Entré bruscamente a la tienda y el hombre que atendía allí se asustó por mi llegada.
Debido a mi estado sentimental y ahora me agregaban una cosa más que lo empeoraba, me hizo explotar de ira. “¡Váyase a la mierda!”, le grité y revolví toda la tienda con chorros de agua saliendo de mi mano derecha. Rápidamente salí de la tienda. Estaba enojado porque nada salía bien. Preocupado, asustado y triste por Prímula. Decepcionado por mí mismo. Avergonzado por no haber hecho algo bueno en Ikana después de tanto viaje. “Poder del Cristal Dorado”. No sirve de una mierda el “poder” este. Maldito día, no salía nada bueno… Seguí pidiendo ayuda a la gente de la ciudad que veía a primera vista. Varios me quedaban mirando por el estado de las ropas mías y de mi amiga. Además éramos niños, así que se veía raro. Y la ayuda no llegaba… Rendido salí por la puerta sur para ir al pantano y la famosa tienda de pociones de la bruja que me mencionó Linik un día en que estaba en Términa, pero mi rendimiento ya estaba al límite. Había corrido todo el día, luché con numerosos monstruos y ahora hacía fuerza para cargar a Prímula. Ya no podía más. Así que mientras sentía un temblor, caí junto con mi amiga. La miré estando ambos en el suelo. Ahora a ella le costaba respirar. Su piel ya estaba casi blanco como un papel. No quería verla por mucho tiempo… era penoso verla en ese estado. Mi rostro se cargaba con tristeza y odio; mi mente igual. Mientras yo miraba el césped, ella me llamó por mi nombre.
Con esas palabras dio su último aliento. Con esas palabras sus ojos se cerraron lentamente. Su mano que tenía tomada ya no hacía fuerza. Esa mano tan suave y fría ya no tenía pulso. Solté la mano y cayó tiesa. Empecé a llamarla. En un principio la llamaba con calma, pero luego me fui desesperando. Quería seguir escuchando su voz. No era hora de que se vaya todavía. No… todavía no… Con varias lágrimas recorriendo mi rostro forzaba a Prímula para que hablara o de señal de vida, pero era inútil. No quería reconocerlo. No quería decirme a mí mismo: “Ya pasó, está muerta”. Algo se podía hacer, pensaba yo. Pero nada, no podía hacer nada… ya todo era inútil. Cuando después terminé reconociendo la muerte de mi amiga, me di cuenta que debía hacer algo para que no reviva como Gibdo. Ahora comenzaría su momificación por ser mordida… Así que tomo un suspiro. Tomo fuerzas de mi interior y desenfundo la espada estando aún arrodillado. Intento no llorar más. Alzo los brazos y preparo la espada para cortar la cabeza. La cabeza de Prímula. La cabeza de mi amiga que recién quería salvarla. Mis manos temblaban empuñando la espada. Me preparaba para lo peor y lágrimas seguían mojando mi rostro aunque no quiera. Y finalmente… No pude. No podía hacerlo. Clavé la espada en la tierra y terminé rompiendo en llanto total. Apoyé mi cabeza en el cuerpo moribundo de Prímula y me lamentaba repitiendo una y otra vez “¿¡por qué!?”. No me importaba si quedaba machado de sangre de ella. Sólo quería estar junto a mi amiga hasta el día siguiente. Me importaba una mierda si algo va a pasar en Términa o en Ikana si el esqueleto gigante de los sueños llegase a despertar… Sólo quería estar acompañado de ella. Sólo quería estar con Prímula. No importaba si ella despierta y me convierta en Gibdo. Sólo quería pasar mis últimos minutos de vida con la chica que siempre me amó de verdad. |
Capítulo 35
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El Día del Encuentro |
Y más sucesos en Términa.
De pronto estaba sentado en una silla de madera común y corriente en medio de un “vacío”. Todo el lugar estaba oscuro, pero dos luces iluminaban a mí y a la persona que estaba en frente. Mi compañera era Glasse, que también estaba sentada en una silla. Mientras yo estaba en pose normal y con la mirada desanimada hacia mi protectora, ella estaba en una pose diferente: sus codos se apoyaban en sus piernas, haciendo que los brazos se queden firmes al estar levantadas, y su cabeza se apoyaba en las manos. Glasse mantenía la mirada hacia mí y no enseñaba ninguna expresión facial, sólo estaba “neutra”.
“¿Y a mí qué me importa si te hace mal o bien? A ti te dio lo mismo haber dejado botada a Prímula mientras yo lloraba desconsoladamente…”. Iba a decir eso, pero conté hasta tres antes de escupir tales palabras. Podría herir aún más a Glasse y acabaríamos peleando seriamente. A pesar de haber tenido esta discusión, igualmente no quiero perderla… Pero toda la discusión me causó más rabia. Ella no pudo ayudar a Prímula. Pero claro, yo también debí hacer algo en vez de haberme quedado mirando con semejante cara de felicidad al verla en Ikana. No podía depender solamente de Glasse. Enojado por todo lo que pasaba, además de que Glasse me dijo toda la verdad y yo no quería reconocerlo, las llamas de mi parte izquierda del cuerpo se encendieron; en mi lado derecho apareció agua, aunque sin mojar la ropa. Tras esto, liberé mi rabia lanzando un fuerte ataque desde ambas manos a cualquier parte, evitando golpear a Glasse. Con esto me sentí un poco más aliviado y así no golpearía a mi protectora o una silla del lugar para descargarme. Mientras hice aquello, mi protectora sólo permaneció mirándome. Todo el lugar quedó en silencio. Avergonzado de ver la cara de Glasse por lo sucedido anteriormente, di media vuelta y caminé al “vacío” en dirección donde estaba mi silla. Quedé un poco más atrás de dicho objeto. Me detuve, me senté en el suelo y quedé cabizbajo, sin pensar en nada. Sólo quería olvidar lo que pasó recién y también la tragedia de Ikana. No quería llorar otra vez, mucho menos delante de Glasse. Me avergonzaría a más no poder. A pesar de todo, sin embargo, cuando los recuerdos volvieron a mi mente y por ello empecé a lamentarme por toda la mierda que pasó, un calor extra se sintió en mi espalda y recorrió por todo mi cuerpo. Unos brazos y manos suaves y cálidas se extendieron por todo mi cuello, rodeándolo completamente hasta mi pecho. Algo de peso extra sentía también. La cabeza de ella se apoyó con la mía. Ese suceso me sorprendió por parte de Glasse. Durante un silencio creado con posterioridad, yo sólo podía escuchar su respiración, pero luego mi protectora comenzó a hablar.
Lamentos, lamentos y más lamentos. Un dolor sentía en el interior de mi pecho mientras recordaba la tragedia del día anterior. Veía su cara, su cara sonriente a pesar de estar a punto de morir… Prímula. Prímula… Las lágrimas recorrían por todo mi rostro hasta caer por la barbilla. Muy pronto los brazos de Glasse se pasan a mojar por culpa de eso. Me aferraba a sus brazos y también a otras partes de su cuerpo. Ella tan sólo permanecía en silencio y me hacía cariño. Después de todo, mi protectora terminó haciendo lo que me preguntó en un principio: cariño y consuelo. Parece que eso era lo único que podía hacer… pero al menos me sentía más relajado. Su compañía me ayudó. Mis lágrimas que caían como cascadas desde los ojos, salían con todos los recuerdos malos en mente. Liberaba y limpiaba un poco todo el dolor que tenía en mi interior. Yo lloraba en desahogo y Glasse me acompañaba en silencio. La atmósfera se mantuvo así todo ese rato… De pronto abro los ojos y me doy cuenta de que todo era un sueño. A pesar de ello tenía los ojos mojados, claro indicio de que lo que sucedía en el sueño se reflejó en la realidad. Pero el rostro no estaba empapado con lágrimas, sólo alrededor de los ojos. Por otro lado, me di cuenta que no desperté en campo abierto como debía ser. Tampoco estaba el cuerpo, moribundo de Prímula a mi lado. No, yo estaba acostado misteriosamente en una cama; para ser más específico, en la parte baja de una litera. Al levantar mi torso sin mirar alrededor debido a que me sorprendí por el cambio de lugar, escucho la voz de Eileen. Ella estaba sentada leyendo una revista en la litera que estaba a la derecha/frente a la mía.
Eileen no entendía nada del porqué preguntaba por una persona que ella no conocía. Pero… si Xavi y mi prima me encontraron en la pradera, de seguro habrían visto el cuerpo de Prímula junto a mí. Conociendo a Eileen seguramente su última pregunta sería algo como: “¿Prímula es la chica que estaba tendida contigo?”, pero no. Significaba que ella no vio a mi amiga en el suelo... Asustado me levanto torpemente, sorprendiendo a mi prima. Por esto comenzó a exclamar repetidamente “Espera”, mientras yo me dirigía a la puerta. Pretendía ignorarla; estaba preocupado por el paradero de Prímula. No obstante, antes de que pudiera abrir la puerta, Xavi aparece desde allí.
Eso no es posible… Está totalmente fuera de la lógica que Prímula no estuviera allí conmigo. Sabía que ella iba a terminar momificada y así podría levantarse para caminar como una muerta viviente, pero si fuera así me hubiera comido vivo. Pero no. Xavi y Eileen me encontraron sano y salvo, sin ninguna mordida o rasguño, y Prímula no estaba allí. Entonces… ¿Cómo diablos se pudo levantar e irse sin atacarme? Es muy difícil que Prímula tuviera conciencia estando en forma de Gibdo para no morderme… Mierda, pensar sólo eso ya me hace mal por recordar lo de ayer. Rápidamente salgo de la habitación en donde estaba después de oír las respuestas de Eileen y Xavi. Ahora nuevamente iría en busca de Prímula, pero esta vez teniendo conciencia de que no estaba viva… Sería un tremendo milagro si ella continuara con vida. Corrí por toda la posada y salí por la puerta del primer piso, robando las miradas de todas las personas que estaban allí por mi extraña actitud. Lo único que se me ocurrió fue salir a la pradera desde la puerta este, la que estaba más cerca. Como el guardia de la puerta ya me vio el día anterior, entonces no era necesario enseñarle otra vez mis armas. De hecho mi equipo entero lo dejé en la habitación de la posada. Nada más salir a la pradera veo nubes oscuras provenientes de Ikana. También había otro detalle aún peor: unos cuantos monstruos de la región estaban en la pradera. “Maldición, si hay bichos aquí, en Ikana estará peor… Parece que todavía no se termina mi predicción de mis sueños por la presencia de estas nubes. Y espera, ¿Linik estará en el cañón todavía? Dudo que esté permaneciendo con vida toda la madrugada. Pero a diferencia de la gente que conocía, él está armado y se puede proteger de los ataques enemigos. Debo ir a verificar, no queda otra. No quiero que más vidas se vayan por mi culpa”, me dije. Al intentar picar para correr hacia Ikana, un fuerte temblor se siente por los alrededores. Fue tan fuerte que pareció terremoto. Me desequilibré y caí cerca de la puerta este. Los enemigos estaban esparcidos, así que no se veía peligro. La gran cantidad de estos bichos eran Bubbles, Bombchus reales y monstruos aéreos, como Keeses o Guays. No había grandes números de monstruos terrestres, sólo unos tres o cuatro Stalfos. Cuando el fuerte temblor desapareció, Xavi y Eileen llegaron hasta donde estaba yo. Ambos me ayudan a levantarme y comienzan a regañarme.
Tras esa pregunta de Xavi yo afirmé moviendo la cabeza. A continuación, mi protector mira atentamente a la zona de Ikana desde el lugar en donde estábamos y se concentra. Por sus expresiones faciales me daba cuenta de que solamente no percibía nada en un principio. Sin embargo, después de unos pocos segundos Xavi dice: “Puedo sentir uno, pero creo que no es el de una chica y tampoco la de un Hylian común y corriente. Es muy fuerte su aura. Y es extraño, pero creo haber sentido esta aura con anterioridad”. Por esa descripción deduje que sería la de Linik, así que les dije que posiblemente era de él y además les di una pequeña biografía para que sepan quién era el famoso héroe de Términa. Ahora recuerdo algo: si Eileen y Xavi llegan a conocerlo, se darán cuenta de que es Raúl en el mundo cruel… ¡Pero ya qué! Lo más importante es su vida. Luego le pregunté a Xavi si el aura percibida se estaba desvaneciendo o no y él da una respuesta positiva. Así que estaba vivo, a pesar de todo… Después mi protector me dijo si estaba bien con sólo eso, pero le dije que continuara buscando un poco más. Entonces vuelve a hacer lo de antes… Percibía, percibía y percibía. Casi un minuto de percepción tardó Xavi para que vuelva a notar algo y dice: “Siento otras presencias más y están muy distantes”. Me quedé pensando un poco en quienes podrían ser, pero luego Xavi continúa: “No lo sé muy bien, pero tres de ellas son Hylianos y otro es… diferente”. Le pregunté si podía saber si alguno de ellos era una chica y responde: “No puedo. Las auras están muy lejanas y no puedo saber con certeza si son de un chico o chica. Debería acercarme un poco más y así…”. Por alguna razón Xavi se interrumpió así mismo de manera muy brusca, sorprendiendo a Eileen y a mí. Le pregunté qué sintió o qué pasó. Las pupilas de Xavi por un momento se dilataron y había quedado boquiabierto, pero esa expresión no tardó para que él vuelva en sí. Ahora Xavi se pone totalmente serio y a la vez preocupado. “Imposible…”, murmuró. Eileen preocupada le pregunta qué pasó y yo hago lo mismo, entonces Xavi responde: “Pude sentir el aura de Cradd ahí”. La misma expresión que tuvo él recién se formó en mí, pero mi prima no sabía quién era. Por ello, mi amigo tuvo que explicarle en pocas palabras la existencia de ese tipo. El rostro de Eileen cambiaba a medida que escuchaba la corta historia. La última frase de Xavi fue: “Es imposible que esté vivo. Lo vi morir frente a mí, con mis propios ojos. Yo fui quien lo mató años atrás”. ¿Cómo? ¿Xavi “mató” a Cradd en el pasado? ¿Significa que él me mintió? En la historia que me contó hace un tiempo, antes de que obtuviera el Elemento del Agua, Xavi no me dijo esa parte. Tan sólo dijo que él se fue a un descanso para esperar al siguiente antihéroe y Cradd había desaparecido sin rastro. Nunca contó que tuvieron un enfrentamiento y mucho menos que lo llegó a “matar”. Hasta ahora sólo pensaba que ambos se distanciaron, que Cradd se fue con Drott, luego ambos malandrines terminaron enjaulados en las celdas del subterráneo del Castillo de Hyrule y ya. Esa era la historia que creía yo… ¿Por qué no me lo quiso decir? Así pudiera haber estado más tranquilo durante mi viaje, sin preocuparme de ese tipo. Así pudiera haber ganado algo más confianza y aprendería todos los movimientos anteriores con más facilidad. De hecho, viajaría sin estar preocupándome tanto de que un protector me esté cuidando siempre. Sin decir una palabra decidí retirarme del lugar y regresar a la posada. Xavi y Eileen me llamaban para que vuelva con ellos, pero yo sólo respondía que iba a la posada y que me daba lo mismo si alguien iba a Ikana o no. Después ignoré cualquier palabra que decían mis dos compañeros de viaje. ¿Con qué razón Xavi nunca me dijo que tuvo un enfrentamiento con él y que incluso le llegó a ganar? Yo sabía desde antes que Cradd estaba vivo, pero creía que esta razón era debido a que él se fue con Drott después de traicionar a mi amigo. Pero no, nunca fue así. Me molesta la gente que no me cuenta la verdad. Esa naturaleza humana que tanto odio; una de las razones del porqué creaba el muro en el mundo cruel. Sin darme cuenta ya estaba frente a la puerta de la habitación de huéspedes. La abro y me dirijo a la misma litera en donde desperté; me recuesto en la cama de abajo. Estando allí olvido lo que ocurrió recién e inicio con los típicos pensamientos míos cuando intento relajarme. Pensamientos tan negativos que abren heridas cicatrizadas o que todavía no terminan de cicatrizarse, como la muerte de Prímula… aunque ahora no pensaba mucho en muerte. Sin embargo, yo la vi morir con mis propios ojos. Su respiración ya no se sentía, los latidos de su corazón se detuvieron y además, como había dicho Glasse en mi sueño, aún si estuviera viva se convertiría en Gibdo. ¡Es imposible que desaparezca así como así! En ese caso… ¿Alguien la tomó? ¿Alguien se la llevó? Todos en Ikana murieron, a excepción de Linik, el grupito que encontró Xavi y supuestamente Cradd. Todos estaban en el este, así que sería imposible que llegasen a la pradera fácilmente. Entonces, ¿quién diablos se llevó a Prímula? Maldición, espero que no sea alguien de la ciudad, porque si esa persona termina siendo mordida por ella, luego esa persona morderá a otra, luego a otra y así sucesivamente. Creo que pensar en eso me hacía preocuparme en vez de lamentarme. Después de todo, terminaría siendo culpa mía si una catástrofe como la que pensaba al final en el párrafo anterior llegara a ocurrir. En realidad la culpa ya vendría siendo la desaparición actual de ella. Estando yo al lado de Prímula igual me la terminan arrebatando… Imperdonable. Cómo una chica puede enamorarse de alguien tan inútil como yo. Espera, no… no debo pensar en que ella me amaba, me hace recordar al día anterior. No debo hacerlo… Sólo debo pensar en que ahora su cuerpo está desaparecido. Si pienso en lo ocurrido el día de ayer, seguramente no podré quitarme más esos recuerdos y me iría de Términa con ese decaimiento. Después decidí pensar en lo que estaría ocurriendo en Ikana, pero la puerta de la habitación me interrumpe más la voz de Eileen. Ella me hace la típica pregunta: “¿Estás bien?”, aunque ahora lo hizo con tono somnoliento; venía bostezando de nuevo. Yo no podía responderle que estaba bien a la pregunta. Tampoco quise decirle “más o menos”, porque ella en vez de eso escucharía “MAL, ME SIENTO DE LO PEOR”; un lío con las mujeres. Y francamente no me sentía tan mal como el día de ayer, a pesar de haber perdido a Prímula. Creo que ya había llorado lo suficiente. Glasse realmente me ayudó; lo hizo de nuevo mi protectora. No puedo ganarle a ella. Volviendo al tema, le respondí a Eileen:
Conociendo la destreza y habilidad de mi protector seguramente saldrá sano y salvo de ahí. El único problema sería traer a las personas vivas consigo, atravesando el mar de monstruos que estaría allí. Pero bueno, él se las arreglará. Siempre tiene un plan para zafar de todo eso. Por el silencio que se creó después de que Eileen cambió de tema, ella comenzó a sentirse un poco incómoda y luego rompió el hielo preguntando quién era Prímula. Al escuchar ese nombre se me vinieron varios recuerdos de lo sucedido ayer. Cerré los ojos e intenté pensar en cosas positivas, por ejemplo, cuando lo pasamos bien en el mundo cruel con ella. Algo de nostalgia se me vino a la mente por culpa de eso, pero Eileen irrumpe llamándome de nuevo, extrañada por la reacción que tuve. Es entonces cuando di un profundo suspiro y comencé a contar toda la historia de cómo la conocí, los ratos que pasé con ella, etc. La historia la terminé contando el trágico suceso del día anterior. Tenía un maldito nudo en la garganta y por ello me dificultó hablar un poco en el final. Eileen había escuchado todo con atención y de vez en cuando comentaba. También bostezaba una y otra vez. Sus emociones cambiaban con cada trozo de historia que contaba: seriedad, risa, sonrisa, ternura, preocupación, estupefacción, etc. Mi prima ahora se dio cuenta el porqué terminé estando en la pradera… Entonces, Eileen de la nada se echa en diagonal sobre mi cuerpo. Su cabeza quedó apoyada en mi pecho al igual que su mano derecha, mientras que la mano izquierda se quedó en mi mejilla derecha. Se parecía a una de las típicas poses de Glasse. Luego recordé la doble personalidad que tenía mi prima: de ella misma y de mi protectora. Parece que justo ahora se había cambiado repentinamente… Así quedamos por un rato. Al cabo de unos minutos la llamé por su nombre para intentar conversar algo y no estar todo el rato en silencio, sin embargo, ella no respondía debido a que se quedó dormida. “Esto también suele pasar con Glasse, ahora que lo pienso…”, me dije. Aunque pensándolo bien, ahora que me doy cuenta, Eileen y Xavi corrieron casi toda la noche en busca mía. Por eso bostezaba tanto sin parar, no ha dormido… Pobre prima mía, sí que debe estar cansada. La dejé dormir plácidamente sobre mi pecho y tuve cuidado de no moverme tan bruscamente para no despertarla. Más o menos una hora más tarde, sintiendo varios temblores, escucho abrir la puerta de la habitación por segunda vez. Antes había ingresado una terminiana que se estaba quedando a dormir en el cuarto. Estuvo en su cama por unos minutos y luego se fue de nuevo. Retomando el tema, la puerta ahora había sido abierta por Xavi y Linik. Este último estaba con sus ropas muy desteñidas y manchadas con sangre oscura, su espada estaba completamente manchada del mismo líquido y necesitaba un buen baño… Encima yo tenía un desarrollo del olfato superior a todos. Maldito olor desagradable. Xavi se acerca a la litera donde estaba yo y Eileen y me enseña a Linik. Yo le dije que lo conocía y me alegraba saber que aún estaba vivo. Al dar una breve conversación con el héroe de Términa por la extraña situación de que Eileen estaba en este mundo, le recomendé que se vaya a cambiar de ropas y se dé un baño. Linik se incomoda por el detalle, se disculpa y avergonzado sale de la habitación corriendo. Al menos descubrí un pequeño punto débil de él: detesta completamente estar hediondo. Bueno, eso es algo que todos odian, o al menos eso creo… No faltan las personas que se bañarían apenas una vez a la semana. Dios… Luego Xavi se queda en la habitación y a pesar de lo ocurrido recién, no costó nada volver a entablar una conversación normal.
Con esa respuesta de Xavi, en la habitación se creó un profundo silencio que duró por unos segundos. Aunque fuera tan corto, los segundos parecieron eternos mientras nadie decía nada. Decidí pensar en algo, pero luego mi protector rompe el silencio: “Iré a Ikana con Linik para detener a Cradd cuando él regrese de su baño. ¿Vienes con nosotros? Así también tendrás oportunidad de encontrar a tu amiga”. Mi respuesta fue obvia, así que sólo nos quedó esperar a que Linik terminara de bañarse. Ahora tocaría ir a buscar a Prímula nuevamente, sólo que en esta ocasión podría hallarla sin vida. Eso lo tenía en cuenta. Lo que no sabía Xavi era que ella posiblemente esté convertida en Gibdo, ya que no le he contado la historia. Luego volvimos a tener las conversaciones que teníamos siempre, comenzando con la posición en la que estaba Eileen. Ella dormía profundamente y no daba señales de querer despertarse. Confirmando con mis pensamientos de hace un rato, Xavi y mi prima corrieron por todo el camino hacia Términa. Claro que hacían paradas de vez en cuando para que descanse Eileen, pero aún así era agotador. Encima no pudo ni dormir por preocupación después de que me encontraron. Pobrecita… En medio de otra conversación regresa Linik a la habitación. Llegó vistiendo las mismas ropas de siempre. Xavi y yo quedamos extrañados por este detalle, puesto a que las otras ropas estaban rasgadas y sucias. Era imposible que se cociera tan rápido o incluso que se lavara y secara en menos de veinte minutos. Él saludó con total normalidad y muy activo: “Hola de nuevo”; nosotros respondimos. Al notar que nosotros habíamos quedado sin explicación alguna por sus ropas, Linik nos explica: “Oh, bueno, ésta es una de reemplazo. Tengo varias en mi armario. Las originales están siendo lavadas y luego la coserán”. Ahí está, un secreto del héroe de Términa: tiene varias copias de su traje.
El primero en salir de la habitación fue Linik. Xavi se quedó esperándome, ya que me quedé escribiendo una carta improvisada con lo que pude encontrar en la habitación a Eileen diciendo “Xavi y yo vamos a resolver algo con un compañero en Ikana. Estaremos de vuelta a la hora del almuerzo y no te preocupes por nosotros. Estaremos bien”. Esta carta se la dejé en uno de los lados de la cama donde ella estaba durmiendo, para que así cuando despierte pueda leerlo inmediatamente. Después bajé al primer piso, fui al baño a prepararme y luego salí con los otros dos de la posada. Un nuevo viaje a Ikana había comenzado. Estando todavía en la plaza del este de la Ciudad Reloj, Linik dijo en tono de broma y con lamento: “Recién me bañé y ahora entraré en batalla de nuevo…”, provocando la risa de Xavi. Yo escuché esa broma sin tomarle tanta atención, puesto que iba pensando en cómo sería enfrentarse a Cradd. Mi protector dijo que él estará allí para detenerlo, ¿pero qué pasa si él está en otro lugar y yo me encuentre con él? De seguro me derrotará con facilidad… Ahora bien, ¿Cradd será igual de poderoso que Drott o tendrá el simple poder de un jefe que ya me he enfrentado, aunque inteligente y táctico? No sé yo, pero creo que en ambos casos estaría en un aprieto… Espero no encontrármelo a solas. Cuando estábamos dando los primeros pasos por el camino al Cañón Ikana, Xavi dijo que Cradd ya no estaba en la Torre de Piedra, puesto que podía sentir el aura de forma parecida a como sentía la de Linik anteriormente. Agregó que, sin embargo, no siente las auras de los otros cuatro personajes. ¿Acaso Cradd quedó solo? Qué raro. Deberíamos tener mucha suerte para que llegara a suceder eso. Encontraríamos a nuestro objetivo sin compañía alguna, aunque los monstruos de los alrededores molestarían. Es más, mientras íbamos en camino teníamos que eliminar algunos. Cabe mencionar que los tres accedimos con total facilidad a la zona alta del camino con la ayuda de los ganchos que cada uno tenía. Después finalmente llegamos al Cañón Ikana. Las nubes oscuras continuaban dejando la tonalidad triste y oscura en la zona. Veía monstruos terrestres caer desde la parte del cañón hacia el río que separaba el valle con la parte baja. El césped seguía muerto, ahora más que tenía manchas rojas de sangre debido a los monstruos que pasaban por allí. Como había plagas de bichos, no hubo otra opción que acabarlos con todos para seguir avanzando con libertad. ReDeads, Gibdos, Bubbles, Keeses, hasta Stalfos caían al suelo, manchando todavía más el seco césped. Como era de esperarse, Xavi y Linik fueron los que eliminaron más monstruos. Después de la tremenda masacre, los tres nos dirigimos a la zona de los árboles para escalar con la ayuda de los ganchos y llegar a lo alto del cañón. Xavi nos avisó que Cradd no se movía de su posición y lo sentía cada vez más cerca. Con escuchar eso empecé a sospechar de los movimientos de nuestro objetivo. ¿Acaso intenta tendernos una trampa con su posición? Él sabrá muy bien que Xavi es capaz de sentir su aura y conocer su localización, ¿así que estará actuando como cebo? ¿Y qué hay de los otros cuatro sujetos, quienes no tenían muy buenas intenciones según mi protector? No hay pistas de ellos. No se sienten cerca, tampoco lejos. Es como si desaparecieron de la nada. ¿Habrán muerto? ¿Se habrán ido? Eso es difícil, Xavi se daría cuenta. ¿Apagaron sus energías en totalidad para hacer creer que no están? Eso es como un suicidio… Pero si sería esta última opción, entonces Cradd definitivamente estará como cebo. Mierda, lo mejor sería es no ir los tres hacia él directamente. Primero subía Linik, luego yo y por último Xavi. Cuando estábamos arriba del valle, les dije todo lo que estaba pensando mientras subía. Mi protector dice que no había pensado en la última opción y Linik comenta sobre eso que agotar la energía a cero y mantenerse con vida es posible, pero demasiado difícil. Agrega que un descuido por parte de esa persona, indicaría su muerte segura. Eso es lo mismo que pensaba yo. Con mucho entrenamiento se podría llegar a eso. Ahora bien… Yo no conocía bien las habilidades de Cradd, así que hice lo posible para recordar lo que me dijo Dotour hace tiempo. Me di cuenta que cometí un gran error: “Gran desarrollo auditivo […] desarrollar su visión de lejanía”; esas habilidades me las dijo el alcalde de Ciudad Reloj al hablar de Cradd. ¡Mierda! ¡Cradd pudo escuchar toda nuestra conversación reciente! Supongo que se habrá dado cuenta de todo lo que estaríamos planeando y pensará crear una nueva estrategia… Encima podía ver desde lejos. ¿Significa que tal vez desde un principio se dio cuenta que estábamos en Ikana? Maldito error mío, debí haber recordado las características de él antes de haber abierto la boca. Pensaba decir: “Mejor no digan una sola palabra más, sino Cradd nos escuchará… Recordé que podía aumentar su sentido auditivo igual que yo”, pero eso sería peor. Además, ¿cómo a Xavi se le pudo olvidar este detalle? Así me hubiera hecho callar desde un principio. ¡Diablos! Linik me despierta de los pensamientos avisándome que debíamos despejar la zona. Ya despabilado me despejo de todo y comienzo a atacar. Me iba dando cuenta que mientras matábamos a los monstruos, nos íbamos acercando a una parte un poco más alta del valle, lugar donde se puede ingresar a la cueva de agua de manantial, a la entrada de la torre o tomar una ruta hacia el pozo de los Gibdos. También empecé a sentir poco a poco una fuerte energía que se iba potenciando a medida que avanzábamos. Hasta incluso Xavi gritó en un momento mientras luchábamos: “¿Pueden sentir la energía?”, a lo que todos afirmamos. Entonces mi protector nos aclara la situación: “Esa es la energía de Cradd que lo está haciendo propagar a propósito y viene de la fuente de manantial”. Espera, ¿propagando su energía a propósito? ¿¡Eso no confirmará todavía más que no está llamando a propósito!? ¡Maldita sea, piensa un poco, Xavi! Me daban ganas de gritar a los cuatro vientos lo que pretendía Cradd, pero si lo decía nuestro enemigo lo escucharía y cambiará de estrategia. Si él es tan táctico, entonces de sobra tendrá algún otro plan si no le resulta el original… Cuando limpiábamos las zonas cercanas a la casa de Prímula, pude ver otra vez el cuerpo despezado de la anciana, la cual intentaba moverse por sí mismo. Pero claro, estaba tan despezada que ni siquiera podía desplazarse. En lo que terminó la pobre señora… De pronto me vienen recuerdos del maldito día anterior, pero rápidamente se me quitan cuando escucho el ruido de un Guay acercándose a mí. Después de haber limpiado lo suficiente y así poder subir con un poco más de libertad, Xavi dice gritando: “No será buena idea ir todos adentro, así que sólo yo iré a la cueva. Ustedes espárzanse por cualquiera zona, pero no se alejen de mí”. ¡Al fin! Pudo leer mi mente… Pero ahora que lo pienso, Cradd lo habrá escuchado. De cualquier manera, creo que planear una idea en estas circunstancias era más o menos imposible. Nuestro enemigo nos escucharía de todas formas. El desarrollo auditivo es algo que realmente molesta cuando lo tiene un enemigo… Ahora lo peor: Cradd nació con ese desarrollo de audio, por lo que mi aumento auditivo proviene de él, del séptimo antihéroe según la leyenda. Eso sólo indica una cosa: puede llegar a escuchar el triple de lejanía que yo. Así como el “Cuarto de Todos” con el olfato y el “Tercero de Todos” con la velocidad, para dar ejemplos, ellos eran los originales en tener tales poderes como algo natural. Mientras que yo, al ser el “Último de Todos” según la leyenda, obtendría una porción de los poderes de cada antihéroe. Es por eso que tengo esos aumentos de algunos sentidos, la velocidad y entre otras habilidades. Volviendo al Cañón Ikana, Xavi tomó la ruta directa hacia la cueva del manantial. Yo lo seguí un poco y me detuve a unos metros de la entrada. En tanto, Linik se dirigió hacia el otro lado, lugar donde lleva a la entrada de la Torre de Piedra, aunque se mantuvo más cercano a la cueva. Xavi y Linik fueron los que tuvieron la tarea más dura para acabar con monstruos, ya que yo seguía a mi protector y la zona donde me quedé estaba más limpia que el otro lado. Un detalle es que en la zona baja de Ikana había más Gibdos que en la zona alta. ¿Significa que ya salieron todos del pozo? Si es así sería un alivio… Y ahora que me doy cuenta, no he encontrado rastros de Prímula. Después de todo, era muy difícil que estuviera en estos lugares. Creo que ya era hora de darme por vencido en buscarla por Ikana y concentrarme en Cradd. Cuando Xavi estaba cerca de entrar a la cueva, éste se despistó por un momento y miró asustado a la zona donde estaba Linik. Como me llamó la atención este detalle, también dirigí la mirada al héroe de Términa. Es entonces cuando observé que mientras él limpiaba tranquilamente el lugar, una cosa como un rayo pasó sobre él y misteriosamente mi compañero desapareció. Xavi y yo gritamos el nombre de Linik asustados y a continuación, mi protector me dice gritando, a la vez que seguía matando enemigos: “Esa luz blanca que vimos era uno de los cuatro que estaban con Cradd y se llevó a Linik al interior del pozo. Su aura apareció de un momento a otro y fue tan rápido que no pude hacer nada más que mirar”. ¿Pero qué diablos? ¿A esa velocidad pasó uno de ellos? Ni siquiera pude alcanzar a verle las ropas… Sólo fue como un rayo, o una luz blanca como dijo Xavi, que pasó de la nada y se llevó a Linik. Ese tipo llega a igualar la velocidad máxima de José/Josex. Con este suceso confirmé que los otros cuatro acompañaban a Cradd. Maldición… Para rematar la mala racha, cuando Xavi pudo librarse de todos los enemigos y tuvo la oportunidad de entrar a la cueva, de un momento a otro el pedazo de tierra en donde estábamos sube como una montaña, desequilibrándome totalmente a mí y cayéndome a rastras hacia la zona donde estaba la casa de Prímula. Xavi hábilmente logró saltar en el momento preciso y gritando corrió con cuidado hacia mí. Cuando estábamos cerca, mi protector se deja caer sentado y así acercarse más rápido. Luego él estira su brazo para agarrarme y cuando faltaba poco para tener contacto, un gran pilar de roca sube de la nada frente a Xavi, por lo que él termina estrellándose. Debido a esto perdí rastro de mi protector. Finalmente choqué con los muros de la casa, aunque no sufrí gran daño. Luego veo hacia la dirección donde estaba Xavi y me doy cuenta que él ya se había levantado y ahora se preparaba para bajar nuevamente, sin embargo, un gigantesco tornado de arena aparece desde sus pies, sorprendiéndolo y agarrándolo para llevárselo con rapidez a la zona derecha, lugar donde estaba la entrada al Castillo de Ikana. Mientras veía la escena escuchaba sonidos cercanos de monstruos, que seguramente me rodearían si me veían… Después me doy cuenta que desde la montaña de tierra levantada salió una bella chica. Ella usaba unas ropas extremadamente atrevidas y reía sarcásticamente mirando a la dirección donde supuestamente Xavi estaría siendo arrastrado por el tornado de arena. Se notaba que ella disfrutaba totalmente de la escena. Luego la chica deja de reír y clava su mirada a mí. Al verme con sus brillosos ojos rojos, incluso más rojos que los míos, ella sonríe y levanta su brazo derecho. Tras esto un pilar de rocas se crea justo debajo de mí y termina dejándome en la altura. Mientras pasaba esto, la montaña de tierra que quedó frente a mí se convirtió en una especie de rampa gigante, la cual me conduciría directo a la cueva de manantial de agua. Con las risadas de la chica que logré escuchar, sentí un empujón desde atrás y sin poder reaccionar aterricé al interior de la cueva. Sabía lo que me esperaba… Caí de muy mala manera, pero me esforcé para levantarme rápidamente y escapar. No obstante, la entrada se selló completamente con tierra dura. Desesperado comencé a golpear la tierra que tapaba la única salida y gritaba “Ayuda” o “Déjenme salir”, como si quisiera escapar de la muerte que me acechaba… Golpeaba la tierra con todo mi poder. Usaba más el puño derecho con agua que el izquierdo, para ver si la tierra se ablandaba, pero no había caso. Daba patadas también, pero todo era inútil. Luego la voz de la persona que no quería encontrarme cara a cara se escucha con eco por toda la cueva. Era una voz grave, que a la vez parece de alguien que habría gritado como loco minutos antes. Hasta creía que le costaba hablar.
En las afueras de la cueva del agua de manantial, Raki mira riendo con sarcasmo cómo Brett entra obligado a dicha cueva. Luego el pilar de roca que había creado misteriosamente se convierte en tierra seca y todo cae al suelo. Mientras paraba de reír, Raki se voltea a ver donde estaba el tornado de arena que había arrastrado a Xavi. La chica sonríe e intenta hacer un nuevo movimiento, sin embargo, se da cuenta que una bola de energía venía saliendo desde el tornado dirigiéndose a ella; Raki logra esquivarlo moviéndose ágilmente a un lado. Sin embargo, al regresar la vista hacia el tornado, se da cuenta de que otras tres bolas de energía venían hacia ella, esparcidas en diferentes direcciones para que no pueda esquivarlas, por lo que no le quedó otra alternativa que correr hacia adelante y saltar a una zona más baja para evitarlas. Al dar el salto, Raki se da cuenta que varias bolas de energía seguían saliendo desde el tornado, así que continuó corriendo en dirección al tornado. Cuando estaba más o menos cerca del remolino de arena, entre la actual casa abandonada con el castillo de Ikana, la chica tuvo que realizar un gran salto para esquivar una bola más grande que las demás. Al estar en el aire, Raki fue agarrada con fuerza por Xavi, quien logró salir de la cosa que lo mantenía atrapado. Ella intentó zafar golpeándole con algunos ataques realizados desde sus manos, pero su atacante no parecía sufrir ningún daño. Finalmente ambos terminan cayendo en el suelo. Raki terminó quedando bocarriba, mientras Xavi encima de ella.
Nada más decir esto, Xavi carga con energía su brazo derecho, para así crear una bola de energía roja desde la palma de su mano. Sin embargo, Raki ríe y se mezcla con la tierra, dejando sin explicación a Xavi. De inmediato éste percibe el aura de su enemiga a unos metros detrás de él, quien tenía su brazo levantado. Al instante el Hylian le dispara la bola de energía roja de su mano, pero Raki logra bloquearlo con un pequeño pilar que creó a centímetros delante de ella. Justo después ella baja el brazo, causando que una gigantesca roca que flotaba arriba de Xavi empiece a descender. Por instinto el joven mira hacia arriba y se percata de la roca, así que rápidamente rueda a un lado. Por este movimiento él queda muy cerca del Stalfos que lo acechaba, pero antes de que éste pudiera atacar, Xavi se levanta y le da un potente y rápido puñetazo en el cuerpo del monstruo, eliminándolo al instante y sorprendiendo a Raki. A continuación, la chica comienza a disparar repetidas cuchillas de tierra creadas desde sus manos hacia Xavi. Éste las bloqueaba con facilidad. Como ella no parecía detenerse, el joven decide atacarla juntando su dedo índice y corazón de su mano derecha, lanzando un rápido rayo de luz a Raki, imposible de esquivar para ella. No obstante, al impactar con el cuerpo de la chica, ésta se desvanece convirtiéndose en arena. Xavi se sorprende por esto, pero de inmediato percibe a su enemiga en la parte baja de Ikana. Él pretende ignorarla y se dirige directamente a la cueva de manantial para buscar a Brett, pero entonces la tierra comenzó a ablandarse, igual que anteriormente. El hábil guerrero alarmado intenta dar saltos y alejarse de la zona, pero la tierra se traga sus pies como arena movediza. A continuación, las grandes masas de tierra comienzan a subir y bajar ferozmente por todo el valle. Esto se agregaba con una fuerte tormenta de arena. Por culpa de todo esto, Xavi y todos los monstruos que restaban en el cañón caen al río de la parte baja de Ikana. El joven intentó rescatarse usando la Zarpa para intentar engancharse en un tronco, pero la cadena no alcanzó. Luego cambia de estrategia e intenta dar un salto para llegar directamente a la zona con césped seco, pero de pronto la tierra comienza a caer al río, como si se tratara de una avalancha de tierra. Xavi no pudo hacer nada más que esperar a caer al río. Nadando el joven encuentra la ubicación de Raki, quien danzaba felizmente en la zona del césped seco, sana y salva. El guerrero intenta atacarla con movimientos de distancia, pero como la chica bailaba moviéndose a todos lados, ella iba esquivando todos los ataques. Entonces el guerrero Hylian busca una forma de salir y atacar directamente a su adversaria, pero ésta anula todo haciendo caer tierra en la parte donde estaba Xavi, por lo que es empujado más y más por la corriente. Antes de que las esperanzas se acabasen, el joven Hylian alcanza a agarrarse en una roca en medio del camino a su descenso. De inmediato se sube al objeto y se prepara para saltar a la zona de hierba. Sin embargo, se produce una tormenta de arena justo donde estaba él, con la intención de lanzarlo al río. “Mierda, como su aura era débil pensé que no iba a ser problema. Tenía que haberla matado cuando tuve la oportunidad”, se dijo Xavi. Entonces, Raki intenta rematarlo enfrentándolo directamente, cuerpo a cuerpo, saltando desde el lugar en donde estaba, pero su adversario ya había notado su presencia cerca, por lo que la detuvo fácilmente golpeándole mientras ella estaba en el aire. Por ello, la chica cae al río y la corriente comienza a llevársela. Xavi observa por un segundo cómo iba yéndose su rival y al querer saltar, toda la tierra del lugar se ablanda y cae, dejando sin posibilidades de regreso. Mientras Xavi se molesta por esta situación, él nota una nueva presencia, la cual lo había sentido anteriormente. Alarmado intentó ponerse en guardia para detener al futuro atacante, pero éste sorpresivamente aparece y empuja a Xavi, aunque él también sale empujado, por lo que ambos caen al río. El atacante era Diadros, que apareció a la velocidad de un rayo. La trayectoria del río dejó a los tres en un lugar verdoso, donde había una cabaña con forma parecida a la de una cacerola de brujas, un camino que llevaba a otra zona y una entrada oscura junto a un letrero que decía “Bosques Misteriosos”. Raki fue la primera en caer y luego vino seguida por Xavi y Diadros. Como conocía un poco el lugar, el guerrero Hylian se dio cuenta de que estaba en el Pantano del Sur, quedando lejos del Cañón Ikana. Esto le provocó molestia debido a que por culpa de Raki y Diadros lo retrasaron todavía más en su rescate a Brett. Terminado con sus pensamientos de molestia, escucha el sonido de sus dos rivales levantándose del suelo. Los dos se ponen en guardia al ver a Xavi frente a ellos, esperando un ataque de él. Sin embargo, éste solamente los miraba con mucha seriedad, mientras que en su mano derecha tenía una pequeña bola azul preparada. Como Xavi no hacía nada, Raki decidió no esperar más y lanzó el primer ataque creando un tornado de arena alrededor de su adversario. La chica y Diadros sonrieron, creyendo que fue efectivo debido a que el ataque empezaba a absorber al Hylian. No obstante, varias luces resplandecieron alrededor de la bola azul de la mano de Xavi y el tornado desapareció con un brusco movimiento del joven, sin sorprendiendo a los dos villanos. “Ya basta de juegos”, exclama Xavi y luego grita “¡Sokatsui!”. A continuación, la pequeña bola de energía se transforma en un gigantesco rayo de luz que logró iluminar todo el lugar. Justo en el grito del joven Hylian, Diadros se da cuenta de que algo grande los iba a atacar, por lo que intentó acercarse para golpear y detener a Xavi con la ayuda de su velocidad. Sin embargo, de pronto el chico sintió la enorme energía de su adversario y se detuvo en seco, sólo por el miedo. Esto provocó que el gigantesco rayo de Xavi le dé completamente de lleno. En tanto, Raki no alcanzó del todo a esconderse en la tierra por la velocidad del ataque, por lo que también le alcanzó el rayo de luz. Tras el suceso, sin que Xavi pareciera haber agotado una pizca de su energía a pesar del tremendo ataque, sus dos adversarios caen abatidos, sobretodo el más pequeño que terminó inconsciente. Raki tan sólo terminó malherida, quejándose del dolor. “Ni tan siquiera tuve que usar la espada. ¿En qué está pensando Cradd, trayendo consigo un chico que sólo corre y otra que sabe esquivar nada más? Diosas”, se dijo Xavi. A continuación, él deja a los dos chicos allí y sale corriendo del lugar para encaminarse de vuelta a Ikana en busca de Brett. Mientras tanto, Raki sólo se quedó mirando como su rival se alejaba de ella y Diadros. “Qué humillante, sólo con un ataque me derrotó… Pero juro que te venceré, niño bonito. Me haré mucho más fuerte y te demostraré de lo que soy capaz”. |
Capítulo 36
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Iniciación de la Caída |
Conoce a Cradd.
Estaba junto a él. Estaba parado justo en frente del considerado “Séptimo de Todos: El Lógico y Estratega”. Era nada más y nada menos que Cradd. Tenía la misma apariencia del personaje del séptimo cuadro: barba desarmada, partes del rostro quemado, ojos rojos, prendas del antihéroe malgastadas y entre otros detalles. Él me dijo: “Un gusto conocerte, hijo”, con una sonrisa que me molestaba y más ese tono tan irónico agregada. Maldito idiota. Una de las personas que más odiaba estaba frente a mí. Me acerqué un poco para que logre verme mejor y le pregunté: “¿Qué quieres de mí? ¿Matarme? ¿Secuestrarme?”, pero no hubo respuestas. En la cueva del manantial se formó un profundo silencio. Sólo se lograba escuchar las gotas de agua que caían de las rocas puntiagudas sobresalientes del techo. No entendía cómo, pero goteaban sin detenerse. La única razón que encontré es que debe ser alguna clase de magia que tenga la cueva. El silencio se extendió por unos segundos debido a que Cradd mantenía su silencio. Después de que me acerqué un poco más, Cradd sólo se quedó mirándome estupefacto y con algo de nostalgia.
Justo antes de que empezara, un fuerte golpe se escuchó afuera, como si algo gigante hubiera caído. Luego Cradd empieza: “La primera opción era que tú, Xavi y el chico de naranjo vinieran hacia la cueva por mi llamado de atención al percibir mi energía, pero antes de entrar se esparcirían por lugares distintos. De esta forma lo pensé yo, conociendo las habilidades de cada uno: Xavi va a la cueva para enfrentarme, tú te quedas detrás de él para ahorrarte la tarea, porque eras el más débil de los tres, y el de naranjo va al otro lado a despejar la zona. Parece que todo fue un éxito. Raki se encargaba de Xavi y Diadros del “ropas naranjas”, aunque él todavía no está preparado para enfrentarlo, por eso sólo le encargué que lo dejase en el pozo. Mientras tanto, la chica que te trajo aquí de seguro estará entretenida combatiendo contra Xavi; por eso se habrá escuchado ese golpe afuera. Si llega a ser posible, Diadros ayudará a Raki en algún momento, creo que justo cuando estén en el río. Por supuesto, yo planifiqué las posibles batallas, por eso sé todo lo que pueda llegar a pasar. Espero que los chicos continúen con vida después de toda esa distracción que le darán a tu amiguito. Después de todo, no podrán contra Xavi ni aunque éste estuviera con las manos atadas “, me explicó terminando con una risa molesta. ¿Realmente pudo analizar a la perfección lo que iba a ocurrir? Maldición… yo estaba pensando justo en la opción que menos beneficiaba. Además, ésta era una de ocho opciones. ¿¡Cómo serán las otras!? Me había quedado con intriga por saberlas... Entonces, Cradd me pregunta si quería escuchar las otras. Como la primera me dejó en “shock” y además quería saber qué tan estrega era el tipo, decidí oír las demás. Me advirtió que debía tener paciencia, ya que todas las iba a explicar detalle a detalle, pero yo le contesté que no me importaba, porque de esta manera puedo saber más de él y también Xavi llegaría a tiempo. Esto último causó que Cradd sonriera sarcásticamente. Finalmente, comienzan las explicaciones con un rápido ritmo de habla: “La segunda opción, que tenía un chance de 25% para que lo escogieran, era algo parecido a la primera, sólo que en este caso los tres avanzarían cerca de la cueva juntos y se separarían en un momento dado. La separación lo pensé de esta forma: Xavi entraría a la cueva y tú con el de naranjo se quedarían afuera, pero en este caso ambos no se distancian. Lo único que iba a dificultar es que Xavi entraría con más rapidez y Diadros le costaría un poco más llevarse al de naranjo por estar contigo, pero el desenlace sería el mismo: tú terminarías aquí, el de naranjo en el pozo y Xavi distraído”. “La tercera opción, que tenía un chance de 15%, era que los tres ingresarían directamente a la cueva. Allí, Raki tendría que arreglárselas para separarlos y dejar las cosas de la misma forma: Diadros se lleva al de naranjo, tú te quedas conmigo y Raki entretiene a Xavi. Esta opción cualquiera lo escogería, pero conociendo a mi viejo amigo no querrá entrar con ustedes dos. Por suerte no fueron tan bruscos, porque esta opción dificultaba mucho a Raki y no confirmaba la aparición tuya dentro de la cueva. De hecho, podría caer el de naranjo o el mismo Xavi. Si fuera esto último, pues no quedaría otra que comenzar una batalla entre todos”. Maldito Cradd, de esta manera pensaba antes de crear todas sus trampas… Analizaba todo; el terreno, la forma de pensar y habilidades de sus enemigos, la forma de pensar y habilidades de sus aliados, las chances de que se lleve a cabo una opción… “La cuarta opción, que tenía un chance de 5%, era que tú con Xavi ingresarían directamente a la cueva, mientras que el de naranjo se quedaría afuera despejando todo el lugar. Esto lo veía difícil debido a que mi viejo amigo no sería capaz de dejar solo a una persona con tantos monstruos ahí fuera, aunque posiblemente él lo podría usar de cebo para que tú con él ingresaran libremente por si habría otra trampa. Pero igualmente no lo creo, Xavi no piensa de esa manera; ni siquiera es bueno para crear planes. Aun así, esto de seguro lo escogería si percibiera las auras de mis discípulos alrededor. Siendo sincero ésta era la segunda opción que más me complicaba, ya que Raki tendría que hacer lo suyo para alejarlos de la cueva y despistarlos, mientras Diadros hace lo suyo con el de naranjo. Luego tendría que salir yo y enfrentarme junto a Raki en un 2 contra 2 contigo y Xavi”. “La quinta opción, que tenía un chance de 3%, era que Xavi ingresaría directamente a la cueva, mientras que tú y el de naranjo se quedarían en la parte baja de Ikana. Esta opción podría ser la que más me beneficiaba, ya que así Raki se encargaría de encerrarme a mí y a Xavi en la cueva, para luego tú y el de naranjo sean secuestrados por ella y Diadros. Tal vez tu amigo terminará venciéndome, pero si llegara a ser así, Raki terminaría asesinando a ti y a tu compañero en el secuestro. Un fallo total para Xavi como protector, ¿no? Pero igual iba a ser difícil que se cumpla esta opción, porque mi viejo amigo no sería tan estúpido como para dejar a los dos tan lejos sabiendo que había peligro alrededor. Además, tú y el de naranjo le hubieran insistido en subir si Xavi quisiera escoger esta opción”. “La sexta opción, que tenía un chance de 1,4%, era que alguno de ustedes lanzaran objetos hacia el interior de la cueva desde las afueras y así sorprenderme. Esto lo veía todavía más difícil, porque parece que ninguno llevaba bombas u otra cosa para lanzar y disparar flechas sería inútil debido a la oscuridad que se ve desde fuera. Además, Xavi querrá un enfrentamiento directo conmigo y no realizar un plan tan infantil. Si hubieran escogido esta opción, Raki los esperaría con una sorpresa antes de que ustedes pudieran haberme aventado algo y al final terminaríamos combatiendo entre todos”. “La séptima opción, que tenía un chance de 0,5%, era que solamente Xavi y el de naranjo hubieran venido acá y tú te quedarías en la ciudad. Esa opción se ve relativamente posible, pero a la vez realmente imposible, ya que tu amiguito no sería capaz de dejar solo a la persona que está protegiendo sabiendo que yo y mis discípulos, a quienes de seguro no les encontró un aura de personas con buenas intenciones, estábamos en Términa merodeando. Más aún tú estarías buscando a una amiga tuya que vive por acá, así que de seguro le hubieras insistido en venir. Si se hubiera cumplido esta opción, entonces todo lo que estaba haciendo yo no serviría de nada, por lo que declinaría todo lo pensado y no haría nada, o simplemente iría a atacar directamente a tus amigos; eso dependía de la situación”. “Y la última opción, que tenía apenas un chance de 0,1%, era que simplemente me pasaran por alto y seguirían con todo lo que estaban haciendo. Es la misma opción que me dijiste hace un rato, pero era la más imposible a escoger conociendo a Xavi. Hubiera sido un milagro si él ignoraría mi presencia”. Es increíble… Tenía pensado todas las maneras de cómo anularnos. Justo Xavi y yo teníamos planeado en la que caeríamos con más facilidad. No tenía palabras para hablar. Podría decir “Increíble”, pero estaría halagando a mi enemigo y eso me dejaría en una posición muy vergonzosa… Además, estaría reconociendo que él llega a ser superior a mí. Tras el silencio que se creó en el lugar, Cradd se sorprende por mi “congelamiento”. “¿Qué pasó? ¿No vas a decir nada? Además tenía planeado otras dos opciones, pero me di cuenta que serían extremadamente imposibles y quedaron con un chance de 0%. La primera era que ignorarían la energía que transmitía yo para hacerlos caer e irían a la Torre de Piedra. Y la otra opción era que terminarían acobardándose al llegar frente a la cueva. Pero bueno, ¿en serio no vas a decir nada?”. Y yo estaba en blanco. Permanecía cabizbajo, escuchando cómo hablaba y hablaba. No sabía qué decir. Lo único que se venía a la cabeza es “increíble”, pero nada más. Luego Cradd se acerca a mí y me mira, pero yo desvío la mirada. Alcanzaba sólo a verles sus sucias botas. Entonces, él me dice algo mientras me miraba: “Te recomiendo una cosa: cuando quieras decirle algo a otra persona, sólo dilo. A veces cuenta hasta tres antes de decirlo, pero la idea es decir las cosas cómo las crees. Ahora mismo quieres decirme algo, pero le das muchas vueltas a la cabeza y no te atreves. Por ese detalle terminaré creyendo que eres un cobarde, una persona tímida, alguien tonto por esconder sentimientos, o incluso alguien que no reconoce ser inferior a otro. ¡Es obvio! Tú me consideras tu enemigo y no quieres verte inferior, ¿cierto? Crees que es vergonzoso, pero estás equivocado, hijito. Demostrarías franqueza, algo que ni yo mismo tengo. Deberías avergonzarte por ser tan cobarde”. ¿Qué mierda? Hasta creía que me leía la mente o algo. Me decía justamente lo mismo por lo que yo estaba pasando en ese instante. Es por culpa de eso que cada cosa que me decía lo podía sentir como un golpe… Me sentía débil y chico al lado de él. Ya sólo le faltaba su último golpe para hacerme un K.O. Pero no, quise resistir más en la pelea. Así que para no cargar más mi conciencia, terminé diciendo lo que tenía pensado todo ese rato: “Increíble”. Lo dije en un tono bajo, casi sin escucharse. Cradd se hizo el desentendido y me pide que repita lo que dije, así que alcé la voz y sin levantar la mirada le dije: “Que ha sido increíble como pensaste en todo eso”. Al oír estas palabras, Cradd da media vuelta y se aleja de mí caminando lentamente.
Intenté terminé la frase con “estás loco”, pero la rabia y el disgusto por escuchar todas esas barbaridades provocaron que las palabras claves de la frase no salieran de mi boca. Qué tonteras pensaba Cradd. Podrá ser muy estratega e inteligente, pero sólo utiliza esas habilidades para pensar y realizar estupideces sin sentido. Era un inútil, un gusano más en el mundo. Un ser que aceleraría mi construcción del muro. Sólo será un estorbo en la sociedad. Piensa en crear un régimen totalitario entre todos los mundos donde sólo él gobernará. Piensa en derrocar a Xavi y quitarle todos los reconocimientos que él tiene, incluso a la chica que más quiere: Zelda. ¡Hasta piensa derrotarlo! Es un maldito desquiciado, después de todo…
En la cueva se creó una atmósfera muy tensa. Ambos nos quedamos mirando con total seriedad. De hecho toda esa conversación la llevamos a cabo sin demostrar una expresión distinta. Más que una conversación de “padre e hijo”, parecía más entre rivales que no se podían ver ni las caras. Que cada uno odiaba la existencia del otro, que ni tan siquiera se soportaban verse en pinturas. Pero ahí estábamos, frente a frente, cara a cara. Cada uno con los ojos clavados al del otro. Como Cradd fue el que terminó de hablar recién, me tocaba a mí decir algo. “Entonces mátame aquí mismo, sin dudarlo por un segundo. Estaré esperando”, dije alzando los brazos a cada lado. El rostro de Cradd por fin cambia de expresión, pasando de serio a uno sorprendido. No hubo sonrisa, tampoco risa, ni siquiera la expresión de un ganador; no, quedó estupefacto por mi cruda y directa respuesta. Tal vez él se lo estará tomando como una broma o una estrategia para convencerlo más rápido. Después de todo piensa antes de actuar este tipo, a pesar de estar completamente desquiciado. No hace ni dice las cosas sólo porque sí, siempre él quiere llevar una razón antes de actuar. También podrá estar pensando en si matarme o no como yo lo deseaba y las consecuencias que les traería cada opción. Realmente yo no pensaba en nada, yo sólo dije eso porque quise. No tenía razones para vivir. ¿Drott muerto? ¿Para qué estoy viviendo entonces? ¿De qué servirá juntar los cuatro elementos y vestir las ropas de un antihéroe legendario? Sería alguien falso con poderes falsos. Tendría una cara falsa y una vida falsa. Sería un fantasma con cuerpo sólido. Así el plan de Cradd se llevará con facilidad, pero eso no me molestará porque estaré descansando en paz. Que los demás se las arreglen. Ya vi a una persona, a quien yo quería mucho, morir frente a mis ojos. Si mi futuro está destinado a ver más de este tipo de casos, entonces prefiero morir. ¿Para qué sufrir por nada?
No había ninguna otra cosa que hacer, sólo agachar la cabeza. No tenía palabras para contrarrestar lo que me decía. Una opción que se me pasó a la cabeza fue Xavi, pero pensándolo bien… Él también terminaría apoyándose de alguna otra persona a quien quiere y confíe bastante. Es más, si yo terminara en “mundo propio”, algo así como dentro del muro que intento construir, él se aburrirá de insistirme en que salga de ese “mundo” y se alejará. Por más que la gente quiera sacarme de un lugar al que quiero estar a solas, no tendrán resultados positivos. En fin, hasta el momento, el muro está en pausa y no veo razones todavía para continuar construyéndolo. Sin embargo…
Él terminó diciendo todo eso riendo nuevamente. Esa risa… esa molesta risa… El odio abundó más en mi interior. Sentía repugnancia por estar escuchándolo. Hasta sentí tristeza de nuevo por recordar lo sucedido con Prímula. La risa de Cradd resonaba cada vez más, provocando casi un dolor de cabeza. Creo que estaba teniendo los mismos síntomas en que tuve en el almuerzo en el castillo del día anterior. Maldita sea… Cradd… Sabía que los monstruos actuaban de esa manera por tu culpa, pero nunca pensé que lo hiciera para ese objetivo… Ese cruel y oscuro objetivo… ¿Qué hizo Prímula y su padre para que se merezcan ese destino? ¿¡Qué mierda hicieron!? ¡Nada! … Comenzaba a creer que el verdadero objetivo de Cradd era yo. Lo que él realmente quería era verme sufriendo al ver a Prímula muerta. Encima cometí un error peor: la vi morir, con mis propios ojos, en vivo y en directo. No puedo… ¡No puedo evitarlo! Mucho odio ya había sido acumulado, así que todo mi brazo izquierdo se carga en llamas. La mano de ese mismo brazo se convierte en puño. Clavo una penetrante mirada llena de rabia hacia Cradd y me preparo para lanzarme hacia él. Era el momento de descargar ese odio que tenía. “¡Vete a la mierda!”, grité enrabiado mientras cargaba. Corrí y no tardé nada en estar frente a él. El brazo se movió inconscientemente para ponerle el puñetazo a mi cruel enemigo. Y estaba cerca… Tan cerca de darle su merecido golpe… Mi puño fue detenido por Cradd. Cuando mi mano ya estaba centímetros de su mejilla, éste agarra mi puño con su mano derecha, sin inmutarse un poco. Una pequeña onda de energía se dispersa alrededor debido a que mi fuerte golpe se detuvo en seco. Entonces, el hombre “sin corazón” para de reír y me clava su mirada. Era fría, seria y hasta daba pequeños escalofríos. A continuación, éste me dice con tono siniestro y ritmo algo lento, para así burlarse: “Ni lo intentes, Brett”. Después de sus palabras, todo el cuerpo de Cradd se enciende en llamas, algo parecido a como ocurrió conmigo cuando mis poderes aumentaron durante el enfrentamiento contra la cosa que cayó en el mundo cruel tiempo atrás. A continuación, Cradd da un rápido movimiento y sin darme cuenta, me impacta un potente puñetazo de su mano izquierda en mi vientre. Por esto salgo disparado hacia la entrada de la cueva, donde me estrellé con la tierra dura que tapaba todavía. Terminé sentado en el suelo, quejándome del dolor por el golpe. Luego levanto la mirada con rabia hacia Cradd, quien ya había apagado sus llamas, y lo quedo mirando para luego gritarle: “¡Maldito!”. Al oír esto, él comienza a acercarse hacia mí caminando, sin haberme quitado la vista todo el rato con su fría mirada. Estando cerca de mí, Cradd se detiene y se hinca para mantener distancias de altura.
Resistí todo lo que pude, pero no aguanté más. Fui obligado a que esta barrera creada por mí se rompiera. Se fue a la mierda la protección que tenía para no recordar el suceso del día anterior… Justo en mi segundo intento para decir “Hoy no estaba conmigo”, podía ver todo con claridad. Veía el rostro de Prímula cuando la vi en Ikana, cuando la llevaba cargada en mis brazos, cuando estaba agonizando frente a mí, su sonrisa… Maldición, esa sonrisa… ¿Quién mierda se atreve a sonreír antes de morir? Cierto, yo era su primer y único amor. ¡Pero estaba muriendo! Tenía conciencia de que no me vería nunca más… ¿Por qué sonrió? ¿A qué vino esa repentina felicidad? ¿Fue porque moría con el chico que amaba? ¡No me jodas! Lo único que yo querría, si fuera ella en ese momento, es morir y no seguir sufriendo, a la vez de no dañar más a la persona que me acompañaría. Esa cara de felicidad. Esos ojos que brillaban por las lágrimas y por estar viendo a la persona que amaba. Esa voz tan quebrada. Esas ropas teñidas de su sangre. Esa… esa… Una cruda palabra de Cradd resuena: “Murió”. Sí, Prímula murió. No había nada que se le pueda hacer. Mi peor error fue no haber obedecido a los mensajes que me otorgaban mis sueños; no llevar el aparato de Prímula conmigo y escuchar a tiempo sus advertencias; no hacer caso a mi percepción de que algo malo pasaría con; haber bebido esa poción azul que la hubiera curado; no haber corrido más rápido… ¡Mierda! ¿Y aun así Prímula me sonríe frente a mí antes de su muerte? ¿Después de que por culpa mía, por ser tan irresponsable y débil, ella estuviera muriendo? No me lo perdono… No me lo perdono…
Cada frase y palabra que decía Cradd, era una herida más en mi interior. Ya no eran golpes, eran tajos profundos. A la vez, las heridas que se crearon con la muerte de Prímula se reabrían. Hasta aquí llegaron las eficaces cicatrices que me dio Glasse… Rotas fácilmente por Cradd. Las imágenes de estos recuerdos que cualquiera desearía olvidar, regresan a mi mente. Más dolor todavía… No lo soportaba. El nudo era muy molesto. Frente a mi enemigo las lágrimas comienzan a derramarse por mi rostro. Él no me dijo ninguna palabra, sólo se quedó mirando. Podía sentir su mirada. Una mirada que me avergonzaba por el estado en que yo estaba, pero el dolor de las heridas eran más fuertes. Era tanto que sólo quería botar todo ese dolor a través de las lágrimas. En algún momento, Cradd dice: “Me percibe, así que debe estar cerca... Debo irme, hijito. Hasta otra”. Su voz ya no era la misma que escuché al estar en la entrada de la cueva, sino que una más confiada. Estaba más alegre. Parece que había cumplido con otro objetivo… No me di cuenta cómo lo hizo, pero de un rato a otro Cradd había desaparecido. Recuerdo que justo antes de su desaparición, alcancé a ver otro tipo ubicado en lo profundo de la cueva. Como estaba tan oscuro y sus ropas parecían ser negras, no lo pude ver bien. Además, yo veía todo más brillante y borroso producto del llanto. Parece que Cradd y ese tipo se teletransportaron. Tras ese suceso, los recuerdos de Prímula continuaron recorriendo mi mente. Llegaba a ser perturbador. No podía quitarla de mi cabeza. No podía pensar en otra cosa. Iban y venían recuerdos de lo sucedido ayer. Mi desesperación, mi respiración, el miedo que tenía, la tristeza; todo lo volvía a vivir en primera persona de nuevo. A veces resonaban frases de culpabilidad. A veces resonaban preguntas de Cradd y mías. Las lágrimas caían con brusquedad de vez en cuando. Me sentía derrotado. Me sentía débil. Me sentía cansado. El hombre al que enfrenté me dio K.O. con este tema. Abrió mis heridas con efectividad. Por un momento se sentía que se adentró fácilmente a mi memoria y en lo profundo consiguió “el vídeo” de la muerte de Prímula, para dejarla reproduciendo una y otra vez en mi cerebro… Parece que ese mensaje suyo, “haré que te encierres en tu mundo”, comenzaba a tener efectividad en ese momento. Varios ladrillos se introdujeron al muro. Perdido en los duros recuerdos escucho sonidos de golpes afuera. Alguien golpeaba con mucha fuerza el murallón de tierra. ¿Por eso Cradd escapó? Entonces era Xavi. Él no escaparía con la presencia de otra persona. Te tardaste, protector. El tipo éste parece que alcanzó a hacer todo lo que quería a tiempo. Pensé que eras un fuerte guerrero, pero parece que una estúpida te trajo problemas. Qué irónico. Pudo contra Cradd antiguamente y ahora una pendeja le hace lo que se le da la gana… El murallón de tierra se rompe y mi muro comienza a crecer. Ahora sólo estoy sollozando. Xavi aparece mirando todos los alrededores y no encuentra a quien buscaba. Enseña una mueca demostrando molestia al no encontrar su objetivo y luego se dirige a mí. Xavi me atendió mientras yo estaba sentado en el suelo. No entendía nada el porqué yo había llorado y estaba allí, sentado y cabizbajo. Al principio me hacía preguntas y yo no respondía, por lo que me insistía llamándome por mi nombre. Así me “sacaba” un rato de los recuerdos. Levantaba un poco la cabeza, lo miro por un segundo y luego me agacho de nuevo. No tenía ganas de hablar. No tenía ganas de ver la cara de otra persona. Creo que ni siquiera de levantar la cabeza y mantener la mirada al frente. Estaba perdido en mis pensamientos. Creo… creo que ya ni recuerdo mucho lo que pasó. Supongo que Xavi en algún momento se cansó de insistirme, así que me llevó hasta la Ciudad Reloj. Recuerdo que cuando mi conciencia estaba mejor, vi a Linik recostado en una de las literas de la habitación de huéspedes. Eileen se había despertado. Xavi no estaba en ningún rincón del cuarto. Yo me hallaba sentado en la parte baja de una litera, cabizbajo como siempre. Todavía no quitaba los pensamientos de Prímula. Aún estaban dando vueltas y vueltas en mi cabeza; eso impedía que mi ánimo subiera. Me sentía realmente mal. Tristeza más que rabia. Sí, estaba cargado en tristeza y pena. Lamentos. Jugaba con los dedos de mis manos mientras estaban entrecruzadas. Miro mis manos o las tablas del suelo. Imagino la cara de Prímula en cada instante. Los recuerdos pasan y pasan… Creo que las heridas de ahora estaban muy profundas. Anteriormente pude mantenerlas en el olvido, pero ahora ya no… Más se agrega toda la mierda que me dijo Cradd. Soy débil. Mató a Drott. Soy un impostor. Él es el verdadero “Último de Todos”. Yo tuve la culpa por la muerte de Prímula. Él fue más responsable del caos que de la muerte. Viene un cuarto elemento. ¿Qué sentido tiene eso ahora? A la mierda con lo de antihéroe… Creo que las ropas me comienzan a pesar. Mi equipamiento se transforma en una carga. La gente que me cuida se convierte en títeres. Yo me convierto en nada. Soy nada. Fui, soy y seré nada. No tengo otra alternativa… El destino que según tendría se fue a la reverenda mierda. Parece que solamente seguiré viviendo como un humano común y corriente en el mundo cruel. Pero… pero… ¿Qué pasaría si Cradd estuviera mintiendo y no mató a Drott? Tal vez hubiera escapado por sí mismo, dejando atrás a su “maestro”. Ahora él comenzaría con su rebelión, se hará más fuerte y si llega a ser posible, se enfrentará a Drott para vencerlo. Creo que de algún modo, igualmente no serviría de nada mi presencia… Estorbo. Parece que eso es lo que soy. Soy un estorbo dentro de la sociedad. Soy eso para Cradd, para Hyrule, para la gente del mundo cruel, para los flaites, para mi familia adoptiva, para Eileen y su noviazgo con el imbécil, para Zelda, para Aura, para Glasse y el otro protector, hasta incluso para Xavi. Un estorbo para todos; eso soy. Parece que no sólo soy un antihéroe falso, tampoco sólo soy “nada”, sino que soy una molestia. Fastidio la vida de los demás. Sin mí, Eileen sería más feliz con el imbécil. Sin mí, Xavi podría realizar su vida tranquilamente. Sin mí, Cradd llevaría a cabo su plan. Sin mí, el mundo cruel viviría sin alguien a quien odie. Sin mí, la familia adoptiva tendría paz en su hogar. Sin mí… Prímula, su padre y la anciana no hubieran muerto… Culpa. Ahora también se agrega culpabilidad en mí. Soy el culpable de crear problemas a los demás. Persona que quiera relacionarse conmigo sufrirá, cambiará todo el destino de su vida a mal. El culpable seré yo. Yo soy el que otorgo energías negativas. Yo tengo la culpa de que las personas arriesguen su vida. Eileen debería estar muerta, pero resucitó con ayuda. Prímula murió. Unos cuantos en el mundo cruel también murieron tras la llegada de esa cosa que invadió. Tal vez yo fui la razón del porqué eso llegó a atacar. Eso significa que yo también tendría la culpa de la pérdida de vidas inocentes en ese mundo. Jóvenes que tenían toda una vida por delante. Mi lema será: “Hola, soy Brett. Un gusto cagarte la vida a partir de ahora”. La puerta en la habitación de huéspedes se abre. Se escucha una voz femenina y otra masculina. No presté atención, mucho menos desvié la mirada a las personas que entraban. Sólo estaba ahí, sentado en la litera y mirando el suelo del cuarto. Los pasos de estas personas se acercan al sitio donde yo estaba. Primero huelo un perfume agradable que conocía: Eileen. Luego alguien que tenía impregnado en sus ropas múltiples olores, varios provenientes de Ikana, más el ritmo de sus pasos se reconocía: Xavi. Mi prima se pone frente a mí y se arrodilla para mirarme. Vio mi cara “muerta” y sin reacción alguna. El rostro de ella enseñaba lástima.
Al oír esas frías palabras, Eileen se sorprende y Xavi queda casi estupefacto. Él no entendía muy bien el tema de Prímula; no le he contado la historia. En la habitación se creó un pequeño silencio, pero bastante incómodo. Era como si estuviéramos en un funeral o un velorio de alguien que asesinaron y yo declaraba mi culpabilidad por realizar el crimen. Eileen intentó decir algo, pero su sorpresa, y quizás malentendido, le impidió soltar una palabra. Xavi finalmente rompió el hielo. Obviamente preguntó a qué me refería y qué fue lo que supuestamente hice con Prímula. Entonces, sin esforzarme ni nada parecido, comencé con mi larga respuesta: la historia completa de lo sucedido, desde mis sueños hasta la muerte de Prímula. Tenía todos los fúnebres recuerdos en mi memoria y ya había llorado.
Sí, estos dos no lo entienden realmente. Es cierto: Cradd fue la gran causa. No obstante, su verdadero objetivo era yo. Él quería que me acercara a Ikana, atrayéndome de la peor manera. Y claro, había muchas posibilidades de que pudiera salvarla, así que no debía quejarme. A las finales llegué, pero tardé demasiado y no alcancé rescatar a mi amiga. Yo sabía que algo malo estaba pasando o llegaría a pasar en el cañón cuando yo viajaba por Sobre las Nubes; ustedes lo pudieron leer en dos capítulos anteriores. Pero no, preferí seguir buscando el Elemento del Aire que preocuparme de Prímula… Mi percepción y los sueños lo decían, pero ni caso. También influye mi irresponsabilidad al no llevar el aparato de comunicación y mi debilidad en batalla. Maldita sea, si hubiera sido Linik o Xavi no recurriría a la poción azul y así salvaría a Prímula. Pero no, soy débil. Una cucaracha, como me describía Cradd. “No sé qué gilipolleces te habrá dicho ese maldito en la cueva, pero de seguro sólo fueron falacias y cosas sin sentido para dejarte de esta manera. Brett, no caigas en su juego. De hecho, no entres en un juego suyo por el momento, porque terminarás perdiendo como ahora”, me dijo Xavi después de haberse creado un silencio en la habitación. Yo pensaba, Eileen me miraba y mi protector reflexionaba para sacar esa conclusión. Cuando esas palabras terminaron de escucharse por el cuarto, un nuevo silencio se creó. Era un fiestón de silencios. Es entonces cuando volví a pensar: ¿Cradd me habrá dicho todo eso a propósito? Es más, ¿él planeó decirme todas esas cosas desde un principio? Así podría derrumbar toda mi motivación para varias cosas, como por ejemplo: conseguir el último elemento. Claro, él es un tipo estratégico y parece gustarle planear todas las cosas desde antes. Pero pensándolo mejor… ¿Cómo podría llegar a saber que tendríamos esas conversaciones? Sería todavía más increíble si fuera bueno para improvisar… Lo decidí. Intentaré dejar de lado la conversación con Cradd y así centrarme en lo que pasa ahora. Así que con algo de esfuerzo levanté por fin la mirada, dibujé una pequeña sonrisa forzada y afirmé meneando la cabeza al último comentario de Xavi. Eileen igual sonríe y mi protector queda un poco más satisfecho, demostrándolo con un suspiro y enseñando también una pequeña sonrisa. Al verme de esta forma, mi prima se abalanza sobre mí y me abraza con fuerzas diciendo: “Me tenías preocupada… Actuabas demasiado raro”. Tras ese comentario, yo dirijo la mirada hacia Xavi, quien dice lo mismo que Eileen, pero con palabras diferentes. De esta forma, todo el ambiente tenso se estaba yendo, pero los recuerdos malos seguían en mi mente y las heridas en mi interior aún no se cicatrizaban. Finalmente, Xavi dejó la habitación diciendo que iba a la cocina para comer algo. Había quedado casi a solas con Eileen, de no hubiera sido por Linik que estaba durmiendo. Dejando al fin el abrazo, ella me pregunta: “Brett, dejando de lado todo, ¿no crees que ese chico que duerme allá se parece mucho a Raúl?”. Ella indicó a Linik mientras preguntaba. No me quedó otro remedio que responderle, diciendo que realmente su ex novio es en realidad un Terminiano, el héroe de Términa y que puede viajar al mundo cruel siempre que quiera. Como era de esperarse, Eileen se sorprende bastante por la respuesta y dirige la mirada a él, quedando pensativa un rato. Yo no sabía qué decir y tampoco quería saber en qué pensaba, así que sólo agaché la cabeza y jugué con mis manos. Cuando volvió en sí, Eileen me dice que iría al baño y me esperaría en el primer piso. Abre la puerta y sale de la habitación. Yo la había quedado mirando nada más. Quedé solo de nuevo. Regreso mi mirada hacia mis manos. No había caso. No podía pensar en otra cosa que no sea los malditos recuerdos. Pasé todo el resto del día y la noche recordando y recordando. Por culpa de eso me costaba sonreír. En la cena no tenía mucha hambre, por lo que no comí mucho. Tampoco me quedé tanto rato en la mesa, puesto que sólo estaba concentrado en los recuerdos y no en las conversaciones. Mi rostro tal vez expresaba tristeza. Estaría expresando una cara “muerta”, sin ánimo para nada. Creo que cualquiera se desanimaría con tan sólo ver mi cara durante esas horas. Me paseaba por toda la posada. Llamaba la atención de la gente, sobretodo de Eileen y Xavi que me miraban frecuentemente. Hasta sentía que me espiaban. En una ocasión entré a la habitación de la Abuela de Anju, la anciana de la posada. Ella contaba cuentos, así que me pareció interesante. Esto podría funcionar un poco para quitarme los recuerdos malos, al menos durante unas horas. Me acerqué a la anciana y le hablé. Me confundió con un tal “Tortus”. Le dije que me llamaba Brett y era un visitante de la posada, pero ella insistió en que era la otra persona. Al ver que no funcionó la corrección y no tenía ganas de explicar ni nada parecido, preferí escoger un cuento rápidamente: “El Carnaval del Tiempo”. Me senté en la alfombra de la habitación y comencé a escuchar la historia. Pasaba y pasaba el tiempo… y me quedé dormido. Pasaron exactamente dos horas, desde que el cuento de la Abuela de Anju había comenzado, al despertarme. El tiempo pasó volando… y ahora tocaba ir a dormir. Ya eran casi las 12:30 hrs. Agradecí a la anciana por contarme la historia y ésta responde amablemente que no me vuelva a dormir para la siguiente ocasión. Salgo del cuarto y me dirijo a la habitación de huéspedes. Los recuerdos del día anterior volvieron a mi cabeza… parece que definitivamente no las podía quitar. Llegué a la habitación. Todos dormían, inclusive Xavi y otras dos personas que hospedaban, pero Eileen no estaba. Preocupado aumento mi sentido olfativo para hallarla; no estaba en ningún rincón de la posada. Continúo rastreando por la ciudad y la encontré, sin embargo, otro olor que parecía conocido estaba junto a ella… Ese olor… ¿El imbécil? ¡Lo que faltaba para rematar la noche! Diosas, pero qué día de mierda he tenido… Prímula muere, hago lo posible para no recordar esos momentos; después me entero de una mentira, el viaje a Ikana nos fue de lo peor y los recuerdos de la tragedia en el cañón no se van de mi memoria desde que salí de allí. Genial, ahora este hijo de perra de Altárea vendrá a cagarme más mis días. Más ladrillos se introducen al muro… Me tiendo en la litera correspondiente y quedo mirando a la cama de arriba, lugar donde dormía Xavi. Eso funcionaba como techo. Recordaba, recordaba y recordaba… Podía recordar la conversación con Cradd, la muerte de Prímula, mi rabieta en el Castillo de Hyrule, mi envidia de que el imbécil esté con Eileen… Todo mal, todo negativo. ¿Sigo mi viaje hacia el cuarto elemento? No sé. Xavi tendría que obligarme, porque realmente no tengo ganas de ir. ¿Qué pensaría Zelda si renuncio a mi viaje? La defraudo y perderé confianza total con ella. Pierdo todo. Creo que comenzaba a perder todo, incluso mis razones de vivir. Parece que el “mundo maravilloso” se convirtió en un mundo igualito al mundo cruel. ¿Dónde quedó el césped verde? ¿Dónde quedó ese país que me dejaba atónito por su belleza y ambiente? ¿Dónde quedaron esas energías llenas de vida que tenía al estar en estas tierras? No lo sé, parece que todo murió. De hecho, toda esa maravilla añadida a mi propio mundo se moría igual… Todo comienza a marchitarse y ponerse opaco. Aun así, todavía hay gotas de esperanza. Todavía se ilumina mi mundo con un cielo azulado, con varias áreas de césped vivo, con árboles moviendo sus hojas con el viento, con plantas enseñando sus flores, con cercas muy bien diseñadas, una laguna brillando por la luz del sol, lo mismo se dice para una cascada, hasta un arcoíris se incluía en el mundo. No obstante, en toda esa belleza hay algunas partes que se cubren por oscuridad: es un muro construido de ladrillos grises. Su sola apariencia daba malestar y mataba todo lo que tenía en su alrededor. Las plantas, el césped, hasta el cielo, que cambiaba a un color rojo sangriento, parecían morir en los lugares más cercanos al muro. Es una muralla de unos seis metros de altura, que ya tiene cubierto todo un lado de un cuadrado y ahora comenzaba expandirse a través de los dos lados que estaban paralelos. Parece que piensa seguir creciendo. Este muro se ve peligroso, no se debe tocar. Ni siquiera los ladrillos que lo construyen deben tener contacto con un ser vivo. Tienen un aura muy intensa y oscura. Produce mucho malestar y sentimientos negativos. Creo que el muro es tan peligroso que podría controlar a una persona… Cada vez que lo veo, por alguna razón, me empieza a llamar más la atención, especialmente cuando estoy malhumorado. En esa misma noche me dio una rabia gigantesca al saber que el maricón de Altárea vino a joder en Términa, por lo que sentí una gran atracción al muro. En ese preciso momento, se estaban añadiendo unos pocos ladrillos. Quizás mi propia mente manejaba el control de este muro, así como su destrucción, su detención, o incluso su derrumbe. Era todo opaco. Mi visión ya no veía luminosidad mientras estaba recostado. Tenía colores parecidos a lo que se ve en los alrededores del muro. No era solamente por el hecho de que estaba de noche; desde el momento en que salí del Cañón Ikana, todo ha sido opaco. Parece un mundo semimuerto. Se parece mucho a la ambientación que veo frecuentemente en el mundo cruel. Parece que Términa se fue a la mierda. Ya no es como Hyrule, no es como Celéstea, tampoco como Sobre las Nubes. Es un “mundo cruel” más. Es un mundo donde la construcción del muro en “mi mundo” acelera. Me iré de este lugar con recuerdos para olvidar y que son inolvidables. Irónico. A veces pienso… En todos estos años pienso que Términa, un mundo donde la mayoría de mis antepasados nacieron, fue el lugar donde la caída inició. La caída de todo. El derrumbe de las cosas buenas. El borrado de memoria a mis momentos más felices. La introducción a la crisis… Sí, fue aquí la iniciación de la caída. Las energías de mis antepasados no ayudaron en nada. Muchas gracias. |
Capítulo 37
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Términa se Acaba |
¿Engaños? ¿Mentiras? ¿¡Primos!?
Me encontré sentado en una silla de madera común y corriente en medio de un “vacío”. Todo el lugar estaba oscuro, pero dos luces iluminaban a mí y a la persona que estaba en frente. Mi compañera era Glasse, que también estaba sentada en una silla. La miraba desanimadamente. Ella permanecía con la misma pose del sueño anterior: los codos se apoyaban en sus piernas, haciendo que los brazos se queden firmes al estar levantadas, y su cabeza se apoyaba en las manos. Glasse mantenía la mirada hacia mí y no enseñaba ninguna expresión facial, sólo estaba “neutra”. “¿No vas a decir nada?”; la misma pregunta. Así comenzó la conversación de la vez pasada. Recuerdo que yo respondí de forma grosera en aquella ocasión. No obstante, esta vez no hubo respuesta mía. En vez de decir algo, agaché la cabeza para mirar el “suelo negro”. No tenía ganas de hablar. Sí, lo mejor sería hablar con ella para ver si me ayudaba de nuevo, pero ahora mismo estaba desganado. Ya había perdido las esperanzas. ¿De qué va a servir toda la ayuda? Después de todo terminaré en el mundo cruel. Por más que me quieran ayudar, en ese mundo nunca voy a sonreír y jamás seré feliz; siempre viviré con pena, rabia y lamentando mi existencia. Como yo no respondía ni reaccionaba a su pregunta, la cual fue repetida una vez más, Glasse se levanta de su silla y camina hacia mí, quedando a centímetros de mi posición. A continuación, ella se agacha para verme mejor, así como Eileen lo hizo en la posada, y dice: “¿Así de fácil te rindes?”. “Sí”, respondí en mi mente. Cradd pudo derrotarme con facilidad. No sé cómo, pero logró tocar todos mis puntos débiles. Ahora mi mundo empieza a decaer por culpa de ello. Todo se nubla y se oscurece, igual como el vacío negro en el que estaba junto a Glasse. El mundo se ponía triste, amargado, desagradable y molesto. Los malos recuerdos se reproducían como videoclips, los cuales se ven proyectados en el muro que se está construyendo. Al no escuchar ninguna respuesta mía a su pregunta, Glasse decide finalmente abrazarme. No fue necesario que se levantase. Ella sólo se lanzó hacia mí y aprovechando que yo estaba cabizbajo, me agarra con sus brazos y acerca su torso lo suficiente para que yo apoye mi cabeza en su hombro; para no cansarse, Glasse se tuvo que arrodillar. Al principio yo no tuve reacción. Sólo recibí el abrazo y ya. Parte de mi cuerpo se apoyó en ella y mis manos, que las tenía entrecruzadas, quedaron tocando sus pechos. Ni siquiera eso me despabiló. En pleno abrazo se me vienen a la cabeza varios recuerdos. Prímula, Cradd, mundo cruel, flaites, historia de antihéroes, elementos… mi personalidad, mi debilidad, mi relación con otras personas, mi entorno, mi propio mundo, el muro… Miles de mierdas negativas iban y venían. Sentimientos de culpa, de odio, de vergüenza y de pena... Pensamientos tan oscuros llegaron a la cabeza. Ganas de extinguir a todas las personas que me hacen sufrir. Ganas incluso de quitarme la vida y dejar de existir para descansar en paz de una maldita vez. Tantas cosas que se veían imposibles… Pero en ese instante quería realizarlos a toda costa. Tanta culpa, tanto odio, tanto sufrimiento… Maldita sea, igual tengo sentimientos, estúpido mundo. Déjame tener un poco de felicidad o al menos una vida normal. Debido a todos esos sentimientos y pensamientos negativos, empecé a sentir la verdadera calidez que daba el gesto de Glasse. Sin que me haya dado cuenta, mis ojos habían empezado a brillar mientras pensaba. Se preparaban para botar lágrimas; yo no quería hacer esto. Ya ha sido suficiente. No más, por favor. No más… Involuntariamente mis brazos se mueven para rodear la espalda de Glasse. Ella acariciaba mi cabello, pues yo estaba sin mi gorra, y yo a acariciar el suyo. Aprovechaba de oler y disfrutar su perfume. Era único y agradable. Su aroma y su apariencia daban paz. Su cariño con el gesto de abrazo regalaba todas esas cosas multiplicado dos veces, más una sensación de amor. Un amor inexplicable, que no era de amiga, de una protectora o de una madre… Era diferente. Al menos yo gozaba de ese amor. No obstante, este sentimiento mezclado con la negatividad de mis pensamientos, daba un resultado de angustia. Mis brazos aprietan aun más el cuerpo de Glasse, que curiosamente en este “vacío” oscuro no tenía apariencia fantasmal. Me aferraba a ella, tomaba con fuerza sus ropas y su largo cabello que le llegaba a la espalda. Unas cuchillas atravesaban mi pecho. Todas las cosas malas formaban esas cuchillas. Más se rompía mi ser, más angustia sentía, más ladrillos se colocaban al muro. Mi interior se destruía en miles de trozos. De estar sollozando paso rápidamente a lágrimas. Los recuerdos se sobreponen y no los puedo quitar de nuevo. La rabia se convierte en tranquilidad; la angustia pasa a tristeza pura, sintiéndome en un infierno de recuerdos que producían malestares. Las lágrimas que empapaban las ropas de Glasse por culpa mía reflejaban mis sentimientos. Ella me sujeta con más fuerza también y luego dice: “Lo siento”. Ambos permanecimos aferrados el uno con el otro esperando que pasase el tiempo... Un tiempo eterno y que parecía no tener fin. Amanece un nuevo día. Luz de sol se ve entrar por la ventana de la habitación. Había algo de calor esa mañana. Los ojos no botaron lágrimas. El sueño no me afectó a la realidad como ocurrió el día de ayer. A pesar de ese detalle, tenía recuerdos del sueño reciente. Todavía sentía el cuerpo de Glasse encima de mí, su calidez también. Era cercano y distante a la vez. Ahora tenía que enfrentar a la realidad de nuevo, así como lo hacía todos los días. Parece que debería empezar acostumbrarme a los malos momentos. Sí, eso tenía que comenzar a llevar a cabo. A ver si el sufrimiento desaparece un poco más. Mis somnolientos ojos ven a Eileen dormida en la litera de enfrente. Eso fue lo primero que vi después de dejar mis pensamientos. A continuación, escucho los ronquidos de un varón. Xavi no estaba durmiendo en la parte alta de mi litera. No, el sonido venía de la zona de mi prima. Dirijo la mirada a la parte alta de aquella litera y estaba el imbécil durmiendo profundamente. Cierto, había llegado a Términa la noche anterior. De tanta mierda junta, ahora viene otro problemilla más para arruinar mi estado de ánimo. Diablos, a ver si resisto comportarme estando al lado de él… Será mi primera prueba para el plan de “No más sufrimiento”. Como ya me había despertado y no tenía nada que hacer, me levanté y salí de la habitación. Encima no quería escuchar los sucios ronquidos de ese estúpido idiota. Maldito imbécil, viene a roncar en lugares ajenos… Solamente su presencia ya me molesta, entonces que esté estorbando mi lugar de descanso me encabrona más. Seguro habrá sido culpa de Eileen que lo haya invitado para quedarse a dormir. Sabiendo que odio al imbécil y aun así lo deja “al lado de mí”. ¡Será huevona!... Pero está bien. Podré soportarlo un solo día. Debo hacerlo, debo aguantar. Tranquilo, Brett, tranquilo… Lo más probable es que sólo terminaré soportándolo un día y nada más. Si el maricón decide quedarse a dormir otra noche más, váyanse todos al carajo; me devuelvo a Hyrule sin compañía, si es necesario. Me miro al espejo en el baño de la posada. Mi cara somnolienta se mezclaba con la angustia. Tenía la cara de un muerto. Además estaba más pálido de lo normal. Dejo caer el agua de la llave, paso mis manos por el gran hilo y me mojo la cara. Repito el proceso unas dos o tres veces más; lo necesitaba, quería despertar. No tenía nada más que hacer, así que voy a la cocina-comedor para desayunar. Ahí estaba Xavi junto a Linik y otros huéspedes comiendo en la mesa. Saludo a mis dos conocidos y me siento al lado del chico de ropas naranja. La mesera me ve llegar, por lo que me atiende de inmediato con amabilidad. Le pido lo que necesitaba para comer y tarda sólo cinco minutos para regresar con el pedido. ¡Provecho! Satisfecho me quedo un rato en la mesa para reposar y escuchar las conversaciones que tenía Xavi y Linik. No siempre éstos hablaban entre sí, sino que también compartían con otras personas y conmigo. Yo no tenía nada que decir, por lo que sólo prefería escuchar. Cuando alguien quería charlar conmigo yo dejaba salir palabras para responder. Generalmente me preguntaban si estaba mejor de ánimo o me intentaban motivarme a que comparta más con la gente. En un momento le pregunté a Linik cómo lo hizo para escapar ileso del famoso Pozo de los Gibdos. Él me respondió que intentó salir por la entrada principal, pero estaba plagado de momias. Por ello debió utilizar una ruta secreta que lo dejaba en el interior del Castillo de Ikana. Se veía un poco inútil la idea debido a que ese era el lugar más infectado por monstruos, pero al menos no habían cantidades grandes de Gibdos. Luego Xavi pasó a recogerlo y Linik perdió el conocimiento cuando ambos venían corriendo de regreso. Esto último fue causado por el tremendo desgaste que realizó Linik al enfrentarse a una muchedumbre de monstruos y además ni siquiera había dormido bien la noche anterior. ¿Recuerdan? El día del incidente de… ya saben. Después de estar sentado varios minutos más, Eileen y el imbécil llegan a la cocina-comedor. Sentí que la comida en mi estómago bajó de inmediato. El reposo ya fue suficiente. Sin dudarlo me levanto, paso a dar un fugaz saludo a mi prima y salgo de la cocina-comedor. Ignoré cualquier otra cosa. No me importaba lo que pensaba o comentaba el imbécil por no saludarlo. Tampoco lo que dirían mis amigos o las otras personas cotillas. Me dirijo al baño por necesidades y aprovechando la circunstancia me doy una rápida ducha mañanera con agua caliente. Salgo del baño y percibo; Eileen y “su amorcito” seguían en la cocina-comedor. Por lo tanto, voy a la habitación de huéspedes para tenderme en mi litera. Qué días de mierda he tenido. Tantas cosas malas llegaron de golpe. En menos de tres días cagaron mi estado de ánimo y el viaje que realizaba. En un solo día hubo una tremenda catástrofe. Me saludaban con muertes trágicas. Al otro día intento olvidar lo sucedido, pero me encuentro con el tipo menos esperado. Se arruinaron todos mis planes en una sola conversación. Y en otro día más llega la mierda caída del cielo con forma Hylian. Términa me quiere despedir con una linda patada en el culo, literalmente. Maldición, ya no aguantaba estar ni un minuto más. Es imposible que esté al lado de ese imbécil por más tiempo. No aguantaba esta humillación. Quería volver a Hyrule para tranquilizarme un poco. Términa parecía querer eso también. Encima no tenía nada más que hacer allí, sólo perder el tiempo. Es cierto, ¿por qué estoy en Términa, recostado en la litera de una posada? ¿Estoy esperando algo o qué? ¿Quiero encontrar a Prímula que está más muerta que mis antepasados o qué? ¿Busco un elemento? ¿Busco amigos? Nada de eso. Parece que sólo estoy construyendo el muro más y más. Sólo eso estoy consiguiendo. Estando atrapado en esas preguntas sin sentido y pensamientos, se oye el grito de un dinosaurio o monstruo a lo lejos, seguido por un fuerte temblor que sacudió las literas y camas de la habitación en la que estaba. Obviamente esto me alarmó y no pude hacer otra cosa que esperar a que el temblor se detuviera. Era muy fuerte. Las literas se movieron de sus ubicaciones, los dos cuadros de la habitación cayeron con facilidad y el pánico en el primer piso se oía a la perfección. Lo que faltaba: un fuerte temblor y un monstruo. ¿En serio vas querer seguir fastidiándome, Términa? El temblor acabó después de unos dos minutos en movimiento continuo. Nada más cesado salté de la litera y bajé corriendo al primer piso, donde me encontraría con los demás. Como era de esperarse, todos estaban pretendiendo salir de la posada e irse a las afueras de la ciudad lo más rápido posible. Claro, ese lugar es el más adecuado para salir ileso de un terremoto. Dentro de la posada encontré solamente a Xavi, Eileen y al imbécil; Linik había desaparecido. Pregunté adónde fue el chiquillo ese y mi protector me responde que se dirigió a Ikana rápidamente, ya que supuestamente el jefe del templo de la Torre de Piedra había despertado: Stallord. ¿Eso quería Cradd y por ello fue a Ikana? No sé qué carajos era Stallord ni las intenciones que tenía, pero lo que llegué a pensar fue: “me voy de aquí”. No quiero más batallas, no quiero más revueltas ni nada por el estilo. Ese tal Stallord no tiene lo que yo estoy buscando: un elemento. No me incumbe. Todas estas razones pretendía decírselas a Xavi para largarnos de Términa, no obstante, las pensé con mucha lentitud. Al querer decirle todo aquello, mi protector ya estaba echando a correr hacia Ikana con la intención de ayudar a Linik. Maldición, lo que me faltaba. ¿Y qué mierda? ¿Ahora se va a convertir en un protector mundial? Que deje a Linik solo, es problema de él y tú no eres su protector… Supongo que al pensar en todos los monstruos que se hallan allí y la estadía de Cradd en los alrededores, habrá preocupado a Xavi y le hizo tomar tal decisión. ¡Pero no! ¡Quiero irmeeee! No pretendo seguir al par de héroes para realizar otra actuación heroica en su festival de carnicería monstruosa y danzas de espadas con sangre verde/roja, así que preferí quedarme en la posada y a saber lo que pasará el resto del maldito día. Lo único que quería es que llegase el día siguiente e irme a Hyrule, regresar al castillo y descansar en la cómoda cama de esa habitación que espera por mí. Luego regresaría a Sobre las Nubes o… simplemente no haría nada. Ya dije anteriormente: no tengo ganas de hacer algo, mucho menos cansarme en un estúpido viaje al que supuestamente debo llamarle “destino”. Estoy cansado y ya he sufrido mucho. Términa me agotó. Todo pasaba muy lento. Los segundos parecían minutos. Los minutos parecían horas. Una hora parecía ser dos horas. Algunas personas se pasaban por la habitación de huéspedes sólo para recoger sus cosas y marcharse. ¿Quién va a querer seguir alojando en este lugar, después de semejante temblor y ese sonido temible del grito de un monstruo? Por supuesto, yo y toda la gente cercana a mí. Los demás huyen. Y también los residentes de la ciudad, ellos también se quedan. Mientras estaba recostado en la litera después de haber almorzado, Eileen sube a la habitación de huéspedes. Obviamente no fue acompañada del imbécil, pues ella quería hablar conmigo. Con su presencia sería imposible entablar una conversación tranquilamente, eso está clarísimo. Entonces, la puerta de la habitación se abre y los típicos pasos de mi prima se oyen.
Era una pregunta que se veía venir desde que dijo “no te gusta hablar del tema”. En esos momentos era demasiado fácil para responder eso, pero muy difícil en frente de Eileen… Además de ser difícil, ella, con su mente tan alocada, creerá otras cosas raras... No sé, cosas como si yo tuviera una obsesión por ella. Cosas como si yo me hubiera enamorado de ella y sólo quiero tenerla para mí. Más o menos así lo creerá… Tal vez su mente estaría en lo cierto si llegase a pensar en todo eso; ni sé lo que pienso yo mismo. A veces creo que ni siquiera me conozco realmente… Así que empezó mi debate mental. ¿Le respondo con honestidad o le digo cualquier otra cuestión para intentar evitar el tema? No lo sé… Con toda la mierda que ha pasado, no quiero volver a tener una discusión y mucho menos con Eileen. Lo mejor sería utilizar algo como estrategia para evitar la conversación. Decirle algo como excusa en referencia a su propia frase: “no te gusta hablar del tema”. Así que comienza mi actuación: desvío la mirada, agacho la cabeza, suspiro y me pongo serio.
En la habitación se sintió un profundo e incómodo silencio tras haber hecho esa pregunta. Mientras yo mantuve la mirada hacia Eileen, ella la tenía desviada hacia el suelo. No sabía si responder a mi pregunta o no. Lo más probable es que diga una estupidez o algo muy vergonzoso. Quizás qué tendrá en la cabeza esta chica… cada tontera que se le ocurre, en algunas ocasiones. Los cinco segundos de silencio fueron eternos, de mucha espera, pensamientos e incomodes. Pero finalmente Eileen rompe ese silencio al hacerme una nueva pregunta: “Brett, ¿tú a quién amas?”. Esta pregunta no la quise responder. No por la simple razón de que era difícil de contestar en frente de Eileen, sino que ésta no tenía una respuesta en concreta. En otras palabras, no podía responderla… Es cierto, ¿a quién amo? Sé que tengo una relación amorosa con aquella chica del mundo cruel, Aura, ¿pero realmente la amo? Nunca he llegado a pensar en que estaría enamorado de ella o algo parecido. De hecho, a veces pienso que sólo quería estar con ella para alejarla del flaite sucio e inmundo ese, de cuidarla y hacerla feliz. Parecía más una obsesión y querer tenerla a mi lado por “pena” que por gusto. ¿La amo o solamente la quiero? La razón del porqué la atención se la llevó más Aura para responder es simple: sería la única respuesta que tendría. No obstante, realmente no es la única; la otra carta sería la mismísima Eileen. Ella igual estaría involucrada en esta pregunta, pero sería estúpido y extremadamente vergonzoso responder aquello… ¿Qué llegaría a pensar Eileen si le respondo que ella misma es la chica que supuestamente amo? ¿Acaso la pregunta me lo dijo con la intención de que respondiera esto? No lo sé. Después de todo, no tengo clara la respuesta. No le puedo decir que amo a cierta persona si de verdad no llego a sentir tal sentimiento. Pero claro, los celos que tengo cuando el imbécil está con Eileen son muy notables. Cuando el flaite de mierda estaba con Aura, en vez de celos sentía odio y asco, pero en realidad no eran celos. Sí, era una pregunta difícil de responder, incluso vergonzoso. Y a todo esto, ¿por qué diablos se le ocurrió hacerme esta pregunta en estos momentos? Será tonta… Su noviecito está en el piso de abajo y ella haciéndome una pregunta como ésta. ¿Qué pasa si digo su nombre? ¿Manda a la mierda al imbécil y se aleja de mí, para luego irse con quizás qué tipo? ¿Me abrazará y dirá que me entiende o algo parecido? ¿Se irá y luego actuaremos como si nada de esto hubiera ocurrido? Son tantas opciones… y ninguna es realmente positiva. ¿Qué pasa si le respondo que es Aura? ¿Se tranquilizará? ¿Sonreirá y continuaremos la vida como siempre ha estado? ¿No me creerá? ¿Me creerá? Con esta respuesta también hay muchas variantes, aunque menos negativas. Sin embargo… yo me sentiría mal por asegurar algo que no lo es. Por lo tanto…
Eileen se tardó en decir esto último, pero al parecer su cabecita intentó procesar todas mis respuestas con claridad. Lo más probable es que ahora cree que esa “otra persona” sea ella misma. ¿Por qué? Simple: mi actitud que he tenido todo este tiempo cuando está el imbécil. Ahora que me doy cuenta, su primera pregunta fue respondida por su propio razonamiento; seguramente habrá sacado la conclusión de que no me agrada que ella esté con Coocker y esto me causa celos, por eso lo odio tanto. Mi prima será un poco tarada y brusca, pero cuando quiere lograr un objetivo, sabe muy bien cómo hacerlo… Tras un suspiro, Eileen agradece que me tomara la molestia para conversar con ella. Parece tener bien claro que no ando con ánimos para nada. Luego suspira, se levanta de la litera y dice que nos veremos en la cena. También añade que espera a por Xavi y Linik que todavía no regresan de Ikana y finalmente, intenta levantarme los ánimos. Ella hablaba y hablaba estando de pie, yo sólo escuchaba mientras la miraba. Después de tanto diálogo extraño, pues se salió totalmente de contexto a lo que había venido realmente, caminó por fin a la puerta. Justo después de abrirla, ella menciona mi nombre e intentó decirme algo. Sin embargo, se arrepiente y se retira con un “Nada, olvídalo”. Volví a quedarme solo. Completamente en estado de autismo, alejado de las personas, recostado en una litera de la habitación de huéspedes. Ni siquiera una mosca me acompañaba o cualquier otro bicho. Sólo el olor de perfumes de varias personas que se han pasado por la habitación podía sentir, principalmente la de Eileen. ¿Ruido? En el cuarto ninguno, pero sí en las otras salas, principalmente las del primer piso. Todo se torna aburrido de nuevo y sin saber qué hacer, decido echar una siesta. No tenía ganas de pensar, aun con la conversación que había tenido recientemente. Despierto cuando la noche ya había caído. Olía a comida, se sentía con mucha claridad. Justo desperté en la hora de la cena. Así que no dudo en bajar y dirigirme al baño, para darme un lavado de cara y orinar. Luego salgo y no encuentro a los novios por ningún lado. Tampoco estaba el par heroico. Prácticamente había quedado solo en la posada. Sin importarme lo que había dicho Eileen, “nos vemos en la cena”, me dirijo a la cocina-comedor para pedir un plato. Comí con la compañía de un Goron que alojaba en la posada y al terminar regresé a la habitación de huéspedes. Volví a quedarme recostado en la litera. Parece que estar de esta forma será mi nuevo estilo de vida. Aburrido, solo y amargado mientras estoy recostado en algún lugar. Como no tenía nada que hacer, mi cerebro empezó a hacer su típico trabajo: pensar. Sin embargo, no pude pensar en cosas positivas, o cosas que han ocurrido hoy, o cosas que podrían suceder en el futuro. Mi cerebro no se le ocurrió otra cosa que ponerse pesimista, como siempre, y empecé a recordar todas las escenas y diálogos que había tenido en mi viaje por Términa. Pasaban una por una; cuadro por cuadro, frase por frase, palabra por palabra, letra por letra. Todo lo recordaba con exactitud. Esto hacía lamentarme y sentirme como un fracasado, así como he sido siempre. Qué inútil soy. Maldita sea, ahora sólo soy un Hylian común y corriente que vive amargado. Cradd se encargará de todo el resto. Xavi de seguro me querrá llevar de vuelta a Sobre las Nubes, pero yo no quiero ir… estaré perdiendo el tiempo. No tiene sentido arriesgar mi vida por el poder de un elemento que luego no lo utilizaré para nada. No hay propósitos… ¿Qué hago? Muertes, muertes y más muertes. Sacrificios y todo lo demás. Con Cradd suelto no podré andar libre por donde se me dé la gana. ¿Qué debería hacer? ¿Me rindo y dejo de hacer el ridículo? ¿Regreso al mundo cruel y que mi vida continúe por sí sola? ¿Sigo con este viaje que ya no está teniendo sentido y me sigo esforzando para nada? Lo único que me gustaría en este instante es ser un humano normal, sin tener que estar pasando por todo esto. O al menos ser un Hylian como todos los demás. Un maldito camino predestinado me ha cambiado toda la vida… ¿por qué no puedo ser normal? O al menos, ¿por qué no puedo ser fuerte como Xavi o mis antepasados? ¿Por qué no tengo una personalidad como la de Eileen y así me importaría una mierda todo lo que suceda? ¿Por qué no tengo una vida más pacífica? Quiero ser fuerte, quiero ser decidido, afortunado, atractivo… quiero ser como los demás. ¿Por qué es tan difícil? ¿Es tanto pedir? ¿Por qué no puedo ser precisamente como Xavi? Bien es cierto que él es una especie de “guardián de Hyrule”, pues es la mano derecha del Rey, tiene una gran cercanía con la Familia Real de allí, es una carta fundamental por sus características en combate y por si no fuera poco, es el reconocido héroe de esos lugares. Pero si es “guardián de Hyrule”, ¿qué mierda hace en Términa? ¿Cómo puede llegar a tener tanto tiempo libre como para estar conmigo en casi todos lados? ¿Por qué no le regañan por no cumplir, de alguna manera, su trabajo en Hyrule? Sí, será mi protector y todo, ¡pero Hyrule debería ser su máxima prioridad! Y encima ahora me deja solo y decide ir con Linik a Ikana. ¿Pero qué clase de protector deja abandonado a su “cachorro” con un huevón tan peligroso como Cradd merodeando cerca? ¡Encima Linik es el héroe de Términa, no te entrometas en donde no te importa! Seguro que él igual podría solo. Dejando de lado todo eso, también está su cercanía con las chicas. ¿Cómo mierda lo hace para atraer a tantas mujeres? La mierda, en ese jodido liceo de porquería tiene a casi medio mundo de chicas enloquecidas por él. Hasta chicas de 4º medio lo miran de reojo. ¿Qué mierda tiene en su cara? ¿Monos de lujo? Y cuando estoy a su lado, siempre las chicas se acercan sólo para estar cerca de él. ¿Y yo qué? Claro, con suerte Eileen y Aura. Y en estos mundos es la misma historia… Zelda para comenzar. Hasta las zorras, digo, las Zoras andan detrás de él. No faltan los Hylians que caen rendidos a sus pies, como si fuera un dios o algo. Sólo es un ser heroico de Hyrule, no el Rey ni una Diosa de Oro. ¿Qué tanta mierda tiene Xavi, entonces? No lo sé, pero ahora que me pongo a pensar en todo eso, aunque sea mi mejor amigo y debería comprenderlo bien… empieza a irritarme. Y otra cosa que me está empezando a molestar es… Uh, se escucha la puerta de la habitación abrirse. Todos mis pensamientos son interrumpidos de inmediato. Antes de levantar la mirada, prefiero aumentar mi sentido olfativo rápidamente y reconocer quien era: Eileen. Su agradable aroma lo pude sentir. Al parecer ya había cenado. ¿Tan rápido pasó la hora? Me mantuve mucho rato recordando y pensando cosas.
Eileen, que estaba tomando su pijama para cambiarse, se queda inmóvil por un rato, pensativa y dándome la espalda. Luego reanuda su acción y finalmente sale de la habitación sin decir una palabra, mientras yo solamente la quedo mirando. Intenté llamarle la atención, pero mis intenciones no tuvieron éxito. Al fin y al cabo, su comportamiento terminó de alguna manera respondiendo a mis preguntas, por lo que no la obligo a que se pusiera a conversar y terminara enojada, molesta o incluso llorando. Como Eileen es bipolar y tiene sentimientos tan extraños puede llegar a suceder todo eso. ¡Al fin! Se fue el rompebolas. Un problema menos. Ahora lo que vendría es… regresar a Hyrule. Lo malo de todo es que no me podría ir sin Xavi. Maldita sea, justo se le ocurrió apartarse de mí ahora… Pero bueno, si tendré que irme solo, me iré solo. No necesito estar más tiempo en Términa. Lo único que hago aquí es sufrir y guardar recuerdos negativos. Sé que ya tengo pensamientos negativos y todo lo demás, pero ya no más… Cansa y aburre. Después de varios minutos, Eileen regresa a la habitación. No pretendía decirle algo, así que sólo mantuve el silencio que invadía el cuarto. Lo único que ella dijo fue “buenas noches” cuando terminó de acostarse; yo le devolví las palabras. La gente regresaba a sus respectivas camas. Obviamente había mucho menos que el día anterior. Después del incidente de la mañana, varios tomaron sus cosas y se marcharon. Yo debería hacer lo mismo, la verdad… Con tanto sonido de ronquidos en la habitación no podía estar tranquilo y mucho menos podía tener la mente fresca, así que decidí tomar un poco de aire fresco. A la mierda si me atacan por sorpresa o algo por el estilo. De hecho es mejor, si muero podré descansar en paz. No se me ocurrió mejor lugar que ir a la pradera de Términa. La ciudad también era un buen lugar, pero a pesar de ser la madrugada, igualmente hay algo de ruido. En la pradera todo era pacífico. Sólo se escuchaba la brisa nocturna y el sonido que emiten algunos Keeses a la distancia. El peor lugar que uno podría estar es en dirección al este: el paisaje al fondo no es la mejor y la cantidad de monstruos visibles es horripilante. Por alguna razón, estos monstruos no han invadido la ciudad. El mejor lugar es el oeste: la vista al océano es genial, el sonido de las dos piletas en el camino es de alguna manera tranquilizante y la frescura del aire es inigualable. El olor a agua salada y un poco de pescado molestaba un poco, pero era lo de menos. Disfrutando del océano y soportando un poco el frío que me abrazaba, mi cerebro aprovechó de comenzar a realizar su típica función de pensar y pensar. Por lo tranquilo que estaba no tenía pensamientos negativos, sino que eran de aspectos más positivos. La negatividad desaparecía. Pensaba cosas como si yo fuera un chico común y corriente, imaginando a mí junto a un grupo de amigos pasándolo bien en la playa. También cosas como tener una familia feliz, queriéndolos a un padre y a una madre como realmente deben ser queridos por un hijo. O cosas como tener una vida feliz en el liceo y en la escuela básica. Muchas cosas que podrían haber cambiado si yo hubiera sido un chico común y corriente serían diferentes… Estos pensamientos tan positivos, que extrañamente las creaba a pesar de tener mierda en la cabeza por todo lo que he vivido recientemente, se ven interrumpidos por Eileen. ¿Otra vez me interrumpe? Y espera, ¿¡qué hace levantada!? Estaba en pijama y todo, aunque tapada con una especie de frazada o manto. ¿Me había seguido? ¿Por qué lo hizo?
Aunque le haya avisado, Eileen se niega y prefiere quedarse conmigo. Después de esto, empezamos a entablar la típica conversación de por qué yo estaba ahí, qué estaba haciendo, etc. Al responder una pregunta, ella me seguía la corriente y terminábamos hablando estupideces, tanto así que ella se incluía en los pensamientos fantasiosos que estaba teniendo antes de su llegada. Esto de alguna manera me levantaba el ánimo. Incluso me hacía recordar a cuando éramos pequeños, esos días en que ambos soñábamos con vivir en un mundo diferente al mundo cruel. Traía algo de nostalgia toda la conversación que tenía junto a Eileen en esos momentos. En un punto dado, los dos quedamos completamente en silencio y contemplando el océano. Fue ahí cuando ella encuentra la oportunidad de decirme que en la tarde de ese mismo día había terminado con el imbécil.
Todo lo que dijo se parece mucho a la situación que estoy teniendo con Aura. Al principio estuve muy embobado por ella, me gustaba mucho y empecé a querer estar con ella sea como sea. No obstante, honestamente tiempo después me empezó a ser aburrida y repetitiva nuestra relación. Casi siempre tenemos las mismas conversaciones, los mismos temas, los mismos besos, los mismos abrazos… nada nuevo. Se podría decir que esa “esencia mágica” se desvaneció. La llama ardiente que había nacido se apagaba. ¿Será buena idea terminar con Aura? Pero si fuera así… lo más probable es que vuelva con el flaite ese y acabará sufriendo una vez más. Vivirá un infierno, tal como lo estoy viviendo yo con este “destino”. Mierda, ¿qué debo hacer?
Sí, después de todo utilizó al imbécil como un muñeco que podría convertirse en algo servible o inservible… resultó ser lo segundo. Cuando terminó de decirme eso, ambos nos quedamos mirando por unos dos segundos fijamente, sin decir una sola palabra. Ella seria y yo boquiabierto. Eileen destruye la mirada para volver a quedar cabizbaja, mientras que yo empecé a mirar por todos lados, sin saber qué decir. Intentaba captar a la perfección la respuesta de mi prima, pero mi cerebro sintió una especie de pinchazo, por lo que fue incapaz de procesar todo con exactitud de forma instantánea. Por lo tanto, quedé prácticamente en blanco. Al cabo de unos segundos después, mi razonamiento vuelve a la normalidad. No dudo en preguntarle a Eileen sobre qué diablos intentó decirme. La respuesta completa de ella fue extensa: “Esto no sólo ocurrió con Cocu, también con Raúl, o Linik como lo conocen aquí. No me esperaba verlo acá, pero ya, me salgo del tema… Lo que pasa es que desde mucho antes tú me gustabas y yo también tenía muy en cuenta que yo a ti. No lo niegues, se nota a simple vista, Brett. Pero como nos reconocen como primos, sería bastante raro que estuviéramos juntos. Supongo que tú pensabas lo mismo – ríe un poco y continúa con seriedad -. Así que no quedaba más remedio que empezar a buscarme otro chico y tú otra chica, para tener una vida tranquila cada uno”. “En el liceo me di cuenta que te empezó a gustar otra chica, algo que me puso triste, pero a la vez sirvió para que pudieras enamorarte de ella y luego olvidarme. Así que sin pensarlo decidí ayudarte a que estés con Aura… sonreía y sufría a la vez por hacer eso, pero no tenía elección. Al ver que terminaste enganchado por ella, decidí yo también ir por mi lado. Raúl me había confesado desde antes que yo le gustaba, pero lo rechacé al principio. Fue después cuando acepté forzadamente, ¿y para qué? Para que tú me veas con él y así creyeras que yo había decidido encaminar mi vida a otra dirección, entonces tú hicieras lo mismo con Aura. Ambos tendríamos que olvidarnos uno a uno, pero al final mi idea no sirvió de nada – silencio por unos segundos”. “A pesar de que estuvieras con Aura, cuando hablabas conmigo aún se notaba que sentías algo por mí… Y la cagué más en mi relación con Raúl, porque casi siempre te mencionaba cuando conversábamos y él se dio cuenta de esto, así que prefirió romper conmigo y hacerme confesar que me gustabas. No me rendí y quise buscar a otro chico, pero no llegaba. Fue justo ahora cuando conocí a Cocu y no dudé en ir por él. Pero hoy, cuando nosotros empezamos a conversar en la posada, me di cuenta que tampoco estaba funcionando la idea. Todavía sentías cosas por mí, yo igual por ti. Encima me estaba aburriendo de Cocu… No me quedó otra opción que contarle todo y terminar la relación. Él quedó muy mal, demasiado mal… y se fue. Y ahora estamos aquí, los dos”. Eileen acaba el tremendo discurso con un profundo suspiro. Por la vergüenza obtenida con el tema, ella nunca se atrevió a mirarme, ni siquiera cuando terminó. Sólo miraba el océano y el suelo, también sus manos con las que jugaba mientras contaba su historia. Después de todo, Eileen me acaba de confesar que le gusto. Se sentía raro el ambiente, muy raro… Que tu prima te esté diciendo algo como eso, es… ¿cómo responderías a semejante cosa? ¿Qué pasa con la familia? ¿Qué opinarían los demás, que dos primos están enamorados? Bueno, si ambos personajes están totalmente perdidos en el amor, les daría igual lo que digan los demás, eso está claro. Pero… así como soy yo y como es Eileen, lo que digan los demás nos jodería bastante. ¡Pero oye! Aún no le confirmaba que yo sentía cosas por ella… Y ahora llegaba la hora de responder. ¿Qué le puedo decir? “Oh, querida primita, diste en el clavo y tu idea ha sido una de las mejores. ¡Oh, sí, acércate que te apapacharé! I love you, Ay loviu, I <3 u”… No. Una respuesta tan estúpida no. “Pues… no sé qué decir”… otra respuesta estúpida. “Vaya, sí que me has dejado atónito… no me lo esperaba”… no sirve. “Madre mía, ¿te has metido con dos huevones sólo para eso? ¡Pero qué zorra!”… ¡no, no y no! Debería decir algo más inteligente… No sé, algo que haga desaparecer el ambiente tenso que se creaba… Mi cerebro está muy lento. No procesa bien. Quizás debe ser por tanta estupidez por la que he pasado últimamente… Ya no sé qué pensar ni qué decir. Al final de toda la batalla mental que estaba teniendo por un minuto entero, o incluso más, termino por estallar. Por lo tanto, decidí decirle algo con la mente en blanco. Es una locura, pero era lo único que se me llegó a ocurrir. Tenía que decir algo, después de todo. Sin embargo, cuando levanté la cabeza y dirigí la mirada hacia Eileen, ésta me miraba fijamente. Su mirada no dibujaba una sonrisa ni un enojo, de hecho nada emocional. Sólo la mantenía clavada hacia mí… parecía tan perpleja como yo y la cuestión debería ser al revés. De alguna manera su mirada me recordó a Glasse. De esa misma manera me veía mi protectora en el sueño que tuve esa mañana. ¿Será que…? No, no lo creo. La que estaba hablando era Eileen, no Glasse. De eso estaba seguro… Desvié la mirada para ver el suelo de nuevo.
Así es, ya se imaginan la reacción que tuve al oír eso: estupefacto y sin comentarios. “No somos primos” resonaba una y otra vez en mi cabeza. Si mi cerebro no podía descifrar en tantas conversaciones y situaciones anteriores, en esta ocasión solamente quería estallar… Quedé fuera de sí. Ambos nos quedamos mirando sin decirnos nada durante unos segundos, en los cuales no sentí frío, incomodes, calor, nada. Literalmente quedé en piedra. Una estatua misma. La codificación del mensaje de Eileen no se procesaban… no se procesaban… y no se procesaban. “Bien, eso era lo que quería decirte desde un principio. Gracias por escucharme, mañana hablamos”, dijo Eileen con total tranquilidad mientras se levantaba y terminó diciendo mientras soltaba una suave risa: “Hoy te he notado un poco lento, ojalá mañana estés mejor. Buenas noches”, con un beso de despedida en la mejilla, algo completamente típico y normal. Aun así, como todavía no podía creer en tal información otorgada por Eileen, lo único que pude hacer fue escucharla, mirarla, recibir el beso y despedirla moviendo una mano… Y desapareció. A través de la puerta oeste de la ciudad desapareció, regresando a la posada para volver a dormir. Luego me volteé para mirar el océano, después el suelo y ahí me quedé. ¿¡De dónde sacó tal teoría!? Mi cerebro al fin pudo procesar todo y reaccioné, demasiado tarde. Eileen ya estaría empezando a dormirse en este momento… ¡Pero cómo pudo decir algo así! ¿Quién puede afirmar que no somos primos? Aunque… sí, tal vez tenga razón. Ella originalmente es humana, eso todos lo saben. En tanto, supuestamente yo provengo de estas tierras, mundo alterno al mundo cruel, por lo que prácticamente mi raza original no humana, sino Hylian. Eso convertiría a mí y Eileen en dos seres completamente diferentes y la palabra “primos” no existiría para la unión entre los dos… Somos primos por la simple razón de que mi madre adoptiva del mundo cruel es la hermana del padre de Eileen. Pero claro, ahora sé que soy adoptivo, por lo que Eileen realmente vendría siendo… un familiar “lejano”, no de sangre. Ajá. Todo muy bien pensado. Esa sería la lógica que Eileen habría llegado a pensar para decirme tal cosa con tanta firmeza. Pero… ambos fuimos criados desde pequeños. El cariño que le tengo, sinceramente, es más de familia, más de primo a prima. Si llegara a tener una relación con ella, tendría dificultades para acostumbrarme a verla sólo como pareja que como una prima-pareja, por así decirlo. ¿Se entiende? Eso es lo que llego a pensar. ¿Y los celos? ¿Por qué me pongo tan celoso cuando ella estaba con el imbécil y con Raúl? ¡Aaaaah! Ni yo me entiendo… Maldita sea. ¿Qué debo hacer? ¿Seguir todo con normalidad? Pero después de haber tocado este tema y sabiendo esto, tanto Eileen como yo no nos miraremos de la misma forma… Diosas. Al darle tanta vuelta al tema, el sueño comenzó a apoderarse de mí. Así que no dudé un segundo y decidí ir a la posada para descansar. Al día siguiente estaría regresando a Hyrule, con o sin Xavi. Me importa un huevo si él está o no. Que se quede cuidando del otro héroe. Mientras que Eileen… no sé, la verdad es que actuaré igual que siempre. A estas alturas, ya no me importa tener una relación amorosa o muy cercana con alguien. Ya perdí a Prímula y me terminan jodiendo mentalmente con eso. ¿Qué pasa si me acerco más de lo que debo con Eileen? Seguramente le harán algo y luego me joderán con ella. No quiero sufrir más. Es mejor solo que asegurar más caos… Quiero descansar y mantener la cordura. Creo que eso será lo mejor para mí y para todos. En una zona del pantano del sur de Términa, Cradd había ido en busca de Raki y Diadros por la noche del día anterior, pues estos dos han permanecido en el suelo todo el tiempo tras la humillante derrota que tuvieron por Xavi. Los otros dos acompañantes, Devnamí y Tarq, prefirieron no acompañar a su “amo” y así llegar a Hyrule, pero antes decidieron pasar la noche en el Bosque Prohibido. Cradd despierta a Raki y Diadros, quienes rápidamente se disculpan por haber sido derrotados. “Dos aprendices sin saber de batallas contra un guerrero experimentado, no cabía duda que terminarían de esta forma. Después de experimentar esto, respóndanme: ¿están dispuestos a mejorar mil veces más todas sus habilidades y destrezas en el campo de batalla y así vencer a ese tipo que los humilló?”. Con sed de venganza, Raki afirma entusiasmada. Diadros también lo hace, aunque más desanimado y avergonzado. A continuación, ambos se levantan y siguen a Cradd a Hyrule, aunque con dificultades al caminar. Finalmente, en el mismo mundo mencionado recientemente, Hyrule, Drott yacía en el Bosque de Farone, cerca de la gran pradera, caminando sin rumbo y destino alguno. Los monstruos de los alrededores solamente lo miraban y no se atrevían acercarse a él. No era el miedo la razón de la distancia, sino el respeto que éstos le tenían. Como es de esperarse, Drott no entiende el por qué tales “bichos horripilantes” sólo le quedan mirando. Además, todo ser vivo que se colocaba frente a él acababa muriendo. Unos cuantos árboles se disecaban sólo por tener un pequeño roce con Drott. Varias plantas se marchitaban al tener contacto con él. El joven no podía explicárselo, pero lo que realmente le importaba era encontrar a Brett. “¿En dónde estás, hermano?”, se preguntaba la mayor parte del tiempo. |
Capítulo 38
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Nuevo Objetivo |
Y el regreso a Hyrule.
Despierto con algo de preocupación al día siguiente. Todavía estaba en la posada del puchero, acostado en la litera de siempre. Era tarde por la mañana. Es obvio, me dormí en plena madrugada y no a la hora que acostumbraba dormirme. La preocupación fue por la simple razón de que había soñado con el territorio visitado días antes: Sobre las Nubes. Los hijos del viento sufrían y escapaban desesperados de un monstruo, o más bien dicho, dos monstruos que salían de su “refugio”, o también conocido como el Palacio de los Vientos, lugar donde supuestamente descansa el elemento del aire. En el sueño, dos gigantescas “serpientes” escapan de manera brusca del palacio, pues allí permanecían dormidos. No obstante, el comportamiento de estas cosas, que a pesar de tener formas de serpiente o también de unos ciempiés gigantes, podían volar con total normalidad. Estos dos monstruos tienen un comportamiento tan brutal que no perdonan a ningún ser viviente que se les cruce y arrasan con todas las estructuras de Sobre las Nubes. Lo que es peor: estas cosas podían traspasar la superficie de nubes y volver a aparecer bruscamente desde otra zona. Al final del sueño… todo lo que conocía sobre el pueblo de Shinán y su gente desapareció, quedando solamente los dos monstruos. Era terrible el maldito sueño, pareció más una pesadilla. No lo soñé en primera persona, sino que desde una perspectiva de una cinemática, por ejemplo, algunas escenas las veía desde la altura. Teniendo en cuenta que la mayoría de los casos de sueños anteriores eran especies de premoniciones, entonces no dudé en que ésta era otra más… Maldición, yo quería tomarme un descanso. Xavi seguramente presenciará algo raro y querrá volver a Sobre las Nubes conmigo. ¿Cómo quiere que acabemos con dos “ciempiés” gigantescos? Parecían mucho más destructivos y agresivos que el par de Gyorgs. Creo que por primera vez abortaré una misión. Quiero descanso y no sufrir más. Me levanté con mi típica cara de zombi de las mañanas y me dirigí al baño de la posada. Muchos ya habían tomado su desayuno, así que terminé comiendo solo. Tenía pensado que al finalizar mi desayuno, empezaría a prepararme para encaminarme hacia Hyrule. El problema que iba a tener es que no conocía a la perfección el Bosque Prohibido y si me fuera mal… terminaría perdido. La última vez que crucé ese bosque fue en solitario, cuando corrí sin parar para llegar a Términa e intentar salvar a Prímula… Esa vez fue distinto, pues con tanta desesperación ni cuenta me di que llegué a dicho mundo. Entonces, ¿cómo lo haré para cruzarlo esta vez? ¿Tendré que correr sin parar igual que antes? Pero en esa ocasión tenía la adrenalina por las nubes, ahora estoy completamente relajado y desanimado. Tendré que apañármelas… Tempranamente me di cuenta que Xavi todavía no había regresado a la posada. ¡Bah! Que se convierta en el protector de Linik, entonces. Yo me voy y punto final. La que me preocupaba era Eileen, pues quedará sola. Mientras preparaba las cosas para irme, ella decidió acompañarme. Tuvimos una pequeña conversación, intentando ella convencerme para esperar a Xavi e irnos los tres, pero no le resultó. A estas alturas me da lo mismo todo, iré por cuenta propia. Así que si me llego a perder en el bosque prohibido, Eileen lo estará conmigo… En la posada, Anju y unos cuantos alojadores nos despidieron muy amablemente y nos desearon suerte para nuestro viaje. También recibimos una invitación de la encargada de la posada para quedarnos cualquier otro día que queramos. No fui maleducado en agradecer la invitación, pero en mi cabeza sólo decía no, no y no. Con todo lo sucedido se ve muy difícil un regreso a Términa… Finalmente salimos de ese maldito país, dando un suspiro de alivio. ¡Al fin salí de allí! De alguna manera me sentía más tranquilo y seguro, a pesar de estar en un bosque tan horripilante y saber que tardaría más de un día para llegar a Hyrule... En estos lugares no pasó nada interesante. De hecho, Eileen y yo íbamos caminando con mucho silencio, un detalle destacable debido a que ella y yo solemos hablar bastante, aún más cuando estamos solos. Lo primero que pensé sobre la causa de esto fue que Eileen no se atrevía a hablarme después de la conversación que habíamos tenido anoche. Sin embargo, luego noté que ella estaba más intranquila de lo normal. Miraba frecuentemente a su alrededor y se mantenía muy cerca de mí. ¿Acaso le tenía miedo al bosque? “Brett, ¿cuánto falta?”, esa era la pregunta más repetida de Eileen durante todo el trayecto. Cada diez minutos soltaba esa pregunta y yo tenía que responderle con sinceridad: “Falta mucho”. Eileen parecía estar sufriendo con el viaje. ¿Cómo no le sucedió eso cuando vino con Xavi? Bueno… eso no lo puedo confirmar, puesto que yo estaba en Términa en esos instantes. ¿Y cómo no le sucede esto en el Parque Cuarto Centenario del mundo cruel? Incluso esa zona parece un bosque con tantos árboles. ¿Será por el ambiente “espeluznante” que otorga el bosque? Sí, quizás sea eso. En fin, honestamente me molestaba un poco que Eileen me repitiera una y otra vez tal pregunta… ponía nervioso. No hubo pausa en todo el camino. Cuando nos alimentábamos lo hacíamos mientras caminábamos. Eileen se quejaba una y otra vez mientras comía. “Está muy fría”, decía. ¿Y qué quiere entones? ¿Acaso espera a que le caliente la comida con una fogata improvisada? Algo así quise responderle, pero no quería tener una discusión innecesaria con Eileen. Sería muy estúpido. Preferí mantener silencio y si insistía con sus quejas, le amenazaba con quitarle su parte de la comida, por lo que pasaría hambre el resto del día. Sólo con esto podía tranquilizarla y hacer que comiera en silencio. Durante todo ese viaje nunca me sentí incómodo al lado de Eileen. Después de tal declaración que me hizo la noche anterior, ambos hemos actuado con total normalidad. De hecho, en todo el rato no hemos tocado el temita ese. Esto de alguna manera era un poco preocupante. ¿Qué pasa si ella espera una respuesta al respecto? Después de todo, Eileen fue quien empezó y terminó de hablar anoche. Ni siquiera cerró el tema cuando se fue, sólo me dijo que le gustaba y que no éramos primos en realidad. Yo no dije prácticamente nada. ¿Espera a que le diga algo? Si no le decía nada, pensará que ignoré todo lo sucedido y tal vez la haría sentir mal… Pero ese silencio también será porque no quiere tocar el tema. Mierda. A veces no entiendo a las chicas, sobretodo Eileen; su razonamiento es muy raro y suele ser bipolar. No porque tenga parte del alma de Glasse, sino que es su personalidad misma. Caminamos, caminamos y caminamos… No me sentía perdido, tenía la confianza de que avanzábamos por buen camino. Llega el atardecer y el bosque se tiñe de naranjo y de rojo; fue el único momento que no encontré a Eileen tan tensa. Parecía disfrutar del paisaje, aunque era bastante pobre a como sería en una selva común y corriente. Y finalmente cae la noche… Eileen vuelve con su miedo. Confirmado: le teme al ambiente escalofriante del Bosque Prohibido. Caminando al lado de mí, tomándome del brazo izquierdo y temblando por el frío, Eileen vuelve con la pregunta del millón: “¿Cuánto falta?”. A diferencia de las veces anteriores, ahora le respondía que no faltaba mucho. Sí, tenía la certeza de que no quedaba nada para llegar a Hyrule. Por lo tanto, Eileen se alivia al escuchar mi respuesta y de alguna manera, se motiva completamente para seguir caminando, acelerando el paso que llevábamos. Parece que ella igual quería llegar rápidamente a Hyrule; en algo estábamos de acuerdo. Antes de que llegáramos a la salida del bosque prohibido, Eileen se frena en seco. De inmediato le pregunté qué le pasó y su respuesta fue: “quiero descansar”. Cierto, habíamos caminado todo el día sin parar. Yo no siento mucho el cansancio, pero Eileen no tiene la misma resistencia “mágica” que tengo yo. No quedó otra y nos estacionamos bajo un gran árbol, alejándonos un poco del camino principal. Supuestamente era una pausa para continuar y terminar el viaje más tarde, sin embargo, Eileen se quedó dormida a mi lado. Después de todo casi ni conversamos mientras estábamos sentados, así que el aburrimiento sirvió como factor clave para que el cansancio actuara con más fuerza y el sueño aprovechara de hacer lo suyo. Como no tenía no nada que hacer, decidí yo también quedarme dormido. Igual tenía un poco de sueño y el cansancio mental llega fuerte de vez en cuando. En medio de la cruda madrugada, desperté de un extraño sueño que lo recuerdo a la perfección; pasaron muchas cosas. A ver, el punto de inicio fue el liceo, en el gran pasillo para ser más preciso. Yo estaba con mi aspecto de humano. Al parecer había perdido la noción del tiempo y me refugiaba en mis pensamientos. Estaba parado como un imbécil en medio de dicho pasillo. Todos los alumnos gritaban y corrían desesperados. Miro a mi derecha y veo a Cris convertido en Seik, José en su estado de erizo azul, Sofía en BRS y Xavi… bueno, en Xavi. Los cuatro atacaban sin parar a una cosa que estaba en el cielo. No lo podía ver yo con claridad. A continuación, Dani aparece frente a mí. A diferencia de todos los demás alumnos del liceo, él estaba tranquilo escuchando música con auriculares, mirando con un poco de preocupación el patio del liceo.
No contesté, sólo quedé mirándolo. De pronto se escucha un grito femenino en uno de los pasillos y salgo corriendo disparado. Luego se escuchó la misma voz más gastada y acelero, pasando a llevar y empujar todo lo que se me cruzaba. No obstante, un mar de alumnos se puso como muro y me impidió avanzar; los gritos de la chica se escuchaban cada vez más distantes. Finalmente, fui arrastrado por la muchedumbre y mientras me sentía perdido, vi como el ambiente cambiaba de forma. Cerré los ojos esperando a que todos los alumnos se fueran. Cuando sentí la tranquilidad a mí alrededor, vuelvo a recuperar la vista y resulta que me encontraba en medio del Cañón Ikana. ¿Qué mierda? “Es tu culpa”, resonaba esa frase en mis oídos. La había escuchado en alguna parte… Cierto, fue Cradd. Y yo mismo, el “yo” del supuesto mundo maravilloso. O no… solo yo. Mi aspecto cambia de inmediato al Hylian. El grito femenino ya no se escuchaba y los alumnos quizás hacia dónde llegaron a parar. Después de observar todo Ikana, cuyas tierras estaban completamente teñidas de rojo, como si una reciente tremenda batalla había sido concluida, veo la Torre de Piedra por unos segundos. Vuelvo a dirigir la mirada al cañón. Después regreso la vista a la torre y unos sonidos muy molestos se escucharon. Mis tímpanos parecían que fueran a estallar. Cierro los ojos, pongo mis manos en las orejas y camino sin saber porqué. De pronto me tropiezo con algo y caigo sobre otro “algo”. Abro mis ojos… esos “algo” eran cuerpos moribundos de los chicos del liceo, los cuales estaban esparcidos por todo Ikana. Asustado y con la mente en blanco, salgo corriendo de allí mientras pisaba todos los cuerpos. Cuando estaba por encontrar una “salida”, los cadáveres comienzan a moverse con brusquedad, logrando tropezarme y posteriormente arrastrarme hacia un acantilado. Yo gritaba por el miedo, mientras unos susurros repetitivos se oían: “débil”. Al final caigo en el vacío que llevaba el acantilado... una fuente. Caí en una fuente con agua espesa… No, no era agua esa cosa, sino sangre. Me tinté de rojo cuando salí a la superficie y cuatro cadáveres me rodeaban: Prímula, el padre de ésta, la anciana de Ikana y Eileen. Tardé en reaccionar por el impacto, pero acabo soltando un grito aterrorizado. “Así debería estar ella. Sólo un milagro la salvó”, dijo una voz fuera de la fuente: era Drott. No se burlaba, me miraba serio. Quise responderle, pero la sangre me traga e intenta ahogarme. “¡Hermano!”, se escuchaba desde el exterior. ¿Hermano? Comienzo a caer en otro “vacío”… miro hacia abajo y es Hyrule lo que está apareciendo. Desciendo junto al cadáver de Prímula, por lo que más gritos de terror suelto. “Débil”, “No la pudiste salvar”, “Es tu culpa”, “Antihéroe falso”, me susurraban muchas voces a la vez. Mi cuerpo comienza a quemarse, pero yo no siento nada… Un monstruo gigantesco aparece por debajo, atacándome con fuerza. Me lleva a Sobre las Nubes, lugar que se quedó teñido de rojo y un mar de cuerpos moribundos se hallaban allí. “Será tu culpa”, resonaba esa frase en mis oídos una y otra vez. El monstruo era uno de los bichos gigantes de los sueños anteriores.
Tras mi descarga vuelvo a descender, esta vez acompañado de varias risas y susurros que no lograba entender. Esta vez voy cayendo de espaldas, por lo que me impide ver lo que puede haber debajo. Lágrimas caían de mis ojos por culpa del horror, humillación y rabia que acumulé. Esperando lo que podría venir, veo una figura acercándose a mí, descendiendo con mucha rapidez. Cuando estaba más cerca pude reconocer la figura: era Glasse. No sé cómo lo hizo para caer más rápido, pero finalmente logró llegar hacia mí. Su rostro enseñaba mucha preocupación y algo de pena. La única acción suya fue abrazarme… hasta que caímos los dos en tierra firme. Creo que me dijo algo justo antes de impactar, pero no recuerdo o simplemente no entendí. Ahí desperté. Había frío, demasiado diría yo. A pesar de que Eileen estaba acurrucada a mí, sentía mucho el frío. El bosque prohibido estaba tapado por una densa neblina, por lo que era imposible caminar un poco. Mi barbilla temblaba y abracé a Eileen para sentir un poco más de calor, al menos en un lado de mi cuerpo. Ella estaba profundamente dormida. A pesar de todo esto, yo no dejaba de pensar en el reciente sueño. Fue muy extraño. ¿Quiénes eran las voces que me humillaban? No las reconocía. Todo era tan raro… hasta ese momento, era el sueño más loco que había tenido. Al cabo de unos minutos después, mientras intentaba dormirme de nuevo, casualmente desvié la mirada hacia mi izquierda. Justo en ese momento vi una especie de luz, tan blanca y brillante que resaltaba de la densa neblina. Por algún motivo me dejé llevar por esta cosa luminosa y sólo por curiosidad me dirigí al lugar que alumbraba. Tuve que caminar muy poco, pues el lugar estaba más cerca de lo pensado. Al despejar mi camino de un gran matorral, noté que la luz provenía de una rara fuente. Estaba rodeada por bastantes lápidas, idénticas a las que se encuentran en los cementerios; se veía tenebroso el lugar. Como dato extra, la fuente no parecía contener agua. Cuando quiero ver mejor lo que hay en medio del todo, la luz resplandece con todo su poder. No tuve otra alternativa que ocultar mi visión con un brazo. Después de esta escena, abriendo poco a poco mis ojos, veo la figura de una chica que luego llego a reconocerla: Prímula. Algo imposible, pero era ella... Quedé en shock. Caí de rodillas sin creer lo que veía. No pude decir una sola palabra por lo sorprendido que quedé… Ella no tarda mucho en verme, por lo que se dirige de inmediato hacia mí, caminando tranquilamente por la fuente. No sentía frío, a pesar de que apareció completamente desnuda, pero en ese instante no tomé en cuenta ese extraño dato por lo sorprendido que estaba. Luego pude verla bien de cerca… era Prímula, no cabía duda. Mencioné balbuceando su nombre, pero ella prefirió guardar silencio. No tardó en quedar frente a mí y lo único que hace es arrodillarse y mirarme directamente. Ambos quedamos arrodillados frente a frente, sin decir una sola palabra. Sin pensarlo dos veces me lancé hacia ella y la abracé con fuerza. ¡Su cuerpo era real, no era una ilusión! Podía tocarla perfectamente y sentía su respiración. Sentía una amargada felicidad y un peso de responsabilidad por lo ocurrido en Términa. Realmente no lo sé, pero es que tuve tantos cambios emocionales en ese momento que no los puedo explicar. Diría que en ese instante, por más raro que se vea el gesto, dejé salir algunas lágrimas mientras abrazaba a Prímula. La sensación y la manera en que yo dejaba llevar todas mis ganas de querer verla en este estado, era algo que nunca antes le había hecho a alguien… Es entonces cuando empiezo a mezclar todo tipo de recuerdos, incluso los sueños que tenía últimamente. A continuación, ignoré la presencia de Prímula e inician los grandes dilemas: “¿Debo ir a Sobre las Nubes, pelear contra esas cosas y obtener el elemento del aire, para así terminar mi misión y tener mis poderes full a mano? Pero sin Xavi dudo que pueda hacer algo. Si no fuera por él, no hubiéramos derrotado a Gyorg. Además se está tardando bastante en regresar, ¿qué tanto hace en Ikana? Ya no sentirá mi energía en Términa, ¿así que volverá a Hyrule? Espero que así sea, pero si vuelve lo más seguro es que querrá regresar a Sobre las Nubes. ¿Voy a esos lugares con él o no? ¿Renuncio a la misión, a mi “destino”, o continúo en lo que estoy e intento acabar con todo de una maldita vez? De esta última manera podré seguir mi vida en paz. Sin embargo, esa raza probablemente se extinguirá y lo más preocupante: Cradd prometió que me hará la vida imposible y de los demás. ¿Cómo lo derrotaremos? ¿Xavi otra vez tendrá que arreglárselas? ¿¡Otra vez actúa él!? ¿Y yo qué? ¿Dónde va a estar el “antihéroe”, “el vengador”? A veces llego a pensar que el poder de Cradd es igual o un poco inferior al de Xavi, ¿así que como mierda se supone que lo derrotaré? Todo se ve perdido, ¿no? Se ve realmente imposible que yo llegase a hacer algo. Creo que las vocecitas de mi último sueño tenían razón”. “¿Qué debo hacer, entonces? ¿Sigo este viaje o ya no tiene sentido? ¿O sí tiene sentido? ¿Qué pensará la princesa Zeda si llego a renunciar? ¿Qué pensarán los demás Hylianos que están involucrados y saben de mi existencia y “mi destino”? ¿Qué pasará con Glasse, Xavi, el legado de los antihéroes, el alma del primer antihéroe en mi interior, etc.? ¡Cierto! El primer antihéroe… ¿por qué ya no me habla? ¿O será que mi poder está tan por debajo que ya no logro escucharlo? ¿O sabe de mis pensamientos y me está abandonando? Abandonando…” “Abandono. Dejé abandonado a Prímula. Abandoné a mi familia adoptiva. Estoy abandonando el mundo cruel. Quiero abandonar “mi destino”, o eso pienso. Abandonaré a los Hijos del Viento. Abandonaré el legado que me han dejado. Estoy abandonando a Xavi y Linik. Estoy abandonando a Zelda. Abandonaré a Glasse. Abandonaré a Eileen. Estoy abandonando el mundo cruel. Abandono a la gente que me conoce en dicho mundo. Abandono al Rey, a Hyrule entero. Abandono al antihéroe. Me abandono a mí mismo… Me están abandonando, ¿entonces hago lo mismo? Si abandono todo, que valga la redundancia, podría llegar a vivir en paz, con mucha tranquilidad. El muro se fortalecerá y mi mundo volverá a iluminarse una vez más. Pero… la gente que quiero, la gente que está siempre cerca de mí y me apoya de alguna manera… ¿Qué pasará con ellos? ¿Querrán seguir conmigo? ¿Me abandonarán o me buscarán? ¿Seguirán conmigo, así como mi madre adoptiva quiere empezar de cero? ¿Insistirán como Xavi? ¿Me buscarán como Aura? ¿Me querrán como Eileen? ¿Me cuidarán como Glasse? Después de todo, estos últimos cuatro personajes son los más importantes ahora mismo… Ya perdí uno, ¿habrá un “siguiente”?” “¡Es por eso! No quiero un “siguiente”. Ya me bastó con una… ¿para qué otra/o? Si cancelo la misión de mi “destino”, toda la gente importante se salvará. ¡Siiiii! Pero… ¿Qué pasa con los demás, con la gente inocente? ¿Qué pasa con los Hijos del Viento? ¿Qué pasará con Hyrule? ¿Qué hará Cradd con el camino más sencillo? ¿Xavi y Glasse estarán de acuerdo? ¿Eileen y Aura querrán mi soledad? ¿En dónde me quedaré si renuncio a todo? ¿Volveré con mi familia adoptiva? ¿Empezaré a encariñarme finalmente con ellos? ¿Empezará todo de cero? ¿Seré alguien normal? Flaites. ¿Podré soportar o al menos dialogar con ellos? ¿No seré más molestado? ¿Me podré vengar de ellos? Vengar… Venganza. Necesito poder para eso. Poder. Elementos. Destino. Hijos del Viento y monstruos. Sufrimiento. Y retrocedo a lo mismo… ¡Me cago en mí! ¿¡Por qué me hago tantas preguntas!? ¿¡Por qué simplemente no puedo decir “sí” o “no” a tal cosa!? ¿¡Por qué no puedo decidirme a cuenta propia y debo depender de los demás!? ¿¡Por qué debo vivir en esta mierda de vida!? ¿Por qué nací? ¿Para qué nací? ¿Qué propósito tengo en el mundo? ¿¡Ser antihéroe!? ¡Mil veces muerto que sufrir! ¡¡Diosas de Oro, me rebelo ante ustedes!! ¡Maldigo el día de mi nacimiento! ¡Por su culpa debo vivir una vida en solitario! ¡Por su culpa…! Por su culpa… Por su culpa debo vivir solo… Solo… Ese es mi destino, vivir en solitario… y sufrir. Y sufrir. Y sufrir. Y sufrir. Y…“ Todo se ve interrumpido cuando alguien se lanza sobre mí y sus brazos rodean mi cuello. No era Prímula, de hecho ya no estaba conmigo cuando la conciencia volvió a mí. “Yo nunca te abandonaré, querido. Tenlo en cuenta”, dijo la persona que me abrazó. La voz era reconocible: Eileen. No obstante, la que realmente me había dado ese mensaje fue Glasse. La manera en que se transmitieron esas palabras me dieron claras pistas de que fue ella. Además cuando se apagó la voz de Eileen, comencé a escuchar sus ronquidos, dando a entender que realmente seguía durmiendo y de alguna manera mi protectora la movilizó sonámbula hacia mí. Era extraño. A veces sentía que no sólo Glasse me transmitió el mensaje, sino que Eileen desde lo más profundo de su corazón igual lo quiso decir, estando aun dormida. Pero quizás esto último sólo sean especulaciones mías, nada que se pueda afirmar… Y ahora sí mi conciencia volvió a la total normalidad. Me había ido completamente en mis pensamientos. Me doy cuenta que Eileen estaba abrazándome desde atrás, que el mensaje fue de Glasse y que Prímula desapareció. Como otro dato a destacar, la fuente estaba llena de agua. ¿Todo fue una ilusión? Creo que estoy empezando a volverme loco… Me siento cansado… Lo mejor será dormir. Ni siquiera tuve ganas de levantarme, así que caigo con Eileen al suelo y me quedo dormido instantáneamente. Amanecer del siguiente día. Eileen me zarandeaba una y otra vez para despertarme. Era temprano, todavía había algo de neblina y el frío se hacía notar. Sin embargo, esto no era pretexto para seguir con el viaje de vuelta a Hyrule. Encima ambos amanecimos con mucha hambre y ya no quedaba comida del día anterior, por lo tanto, queríamos llegar rápidamente al castillo y esperar a que nos den comida. Comer era lo único que se nos pasaba por la cabeza. Luego fue cuando desperté totalmente y me di cuenta de otro suceso muy extraño: la fuente y las lápidas no estaban, sólo había una pequeña parcela con césped. ¿Qué demonios? ¿En dónde se fue la fuente y el agua de anoche? ¿Y Prímula? ¿No había resucitado y todo? Maldición, realmente me estoy volviendo loco y veo alucinaciones… Todo esto quedó guardado en mi cabeza, ya que no le conté nada a Eileen. Procuré ignorar el suceso y preferí centrarme en la continuación del viaje a Hyrule. Ahora estábamos más cerca que nunca, por lo que las ganas de llegar superaba a todo lo demás. La continuación del viaje fue más activa y parlante que el día anterior. En esta ocasión, tanto Eileen como yo tocábamos temas para conversar. Aun así, la conversación que habíamos tenido en la última noche de Términa nunca fue mencionada, sólo nos limitamos a contar cosas ocurrida en ese mundo. Eileen llevaba el peso de la conversación, puesto que yo no tenía mucho que contar. Tal vez ella sabía que a mí me sería un poco difícil contar todas las cosas malas que me ocurrieron. Después de todo, no fue un viaje para vacacionar ni mucho menos fue agradable todo lo que me pasó. Con tanta conversación que estábamos llevando a cabo, mi compañera y yo llegamos a Hyrule sin darnos cuenta. No es por nada, pero ahora se me hace raro decir “mi amiga” o algo parecido en referencia a Eileen… es la costumbre de decir “mi prima”. A lo que iba: nada más pisar las primeras tierras de Hyrule, las cuales fueron del Bosque Kokiri, Eileen lanzó un grito de felicidad y alivio. Al fin había salido de ese “infierno verdoso” que la mantuvo varias horas atrapada. Los niños Kokiri nos recibieron sólo con saludos y después de cruzar esa pequeña zona, llegamos al gran Bosque de Farone. No sé si tomé el camino correcto, ya que tardamos mucho en regresar, pero lo importante es que volvimos a Hyrule de una vez por todas. De entre tanta felicidad, Eileen comienza a comentarme todo lo que sentía mientras estábamos en el bosque prohibido y algunas cosas que quería hacer en Hyrule. Su cambio de ánimo fue brusco, es como si se hubiera quitado un gran peso de encima. Ahora sí que no le paraba la lengua… Como me limitaba a escucharla y apenas podía seguirle el ritmo, me distraje con mis pensamientos. ¿Qué haría ahora? ¿Cómo miraré a la princesa si le digo que no quiero continuar con mi viaje? Ahora que recuerdo, la última vez que nos vimos reaccioné de manera muy grosera en la gran mesa del castillo cuando almorzábamos. Hasta ese momento no sabía por qué y cómo llegué a tener esa reacción… Me había enfadado, sí, pero no era para tener aquella actitud. Al menos puedo controlarme un poco, pero allí fallé y pareció que mi cuerpo no respondió a mis órdenes. Sólo actuó por sí mismo, lleno de odio. ¿Algo pasaba conmigo? “¡Brett!”, gritó mi nombre Eileen. Se molestó debido a que no la estaba escuchando. Algo tarde se dio cuenta… Intenté prestarle atención desde ese momento, no obstante, Eileen se negó completamente en seguir hablando. Qué chica tan difícil; ahora que estábamos entrando a la adolescencia, su personalidad se ha puesto más bipolar de lo normal. ¡Hace poco nada estaba riendo y feliz de la vida! Ahora se enfada por algo tan… En fin, tendré que empezar a acostumbrarme con su actitud y pensaré mejor las cosas para entablar una buena conversación y relación con ella. Así tendrá que ser. ¡Llegamos a la gran pradera de Hyrule! Eileen vuelve a tener la misma reacción y actitud que tuvo cuando terminamos de atravesar el Bosque Prohibido. Por esta razón, su enojo hacia mí desapareció “mágicamente”, volviendo a ser la Eileen parlante que tenía minutos atrás. En este caso, procuré tomarle toda la atención posible y no crearle otro enfado más. Al final de cuentas, mi papel era solamente escuchar y comentar lo que decía. Casi no tenía que empeñarme a hablar. ¡Al fin! Llegamos a la ciudadela de Hyrule. La pradera no fue nada de complicado de atravesar. Mi espada parecía estar un poco más potente, puesto que ahora aniquilaba a los monstruos con mucha más facilidad; dos cortes y listo. Si era un corte muy grave, morían instantáneamente. Los pajarracos gigantes, los Kargarocs, eran más difíciles de eliminar. Por suerte sólo nos encontramos con uno. Los demás monstruos de la pradera, como los Peahat, Leevers, Lizalfos, etc., no los encontramos en nuestro camino, pues normalmente se encuentran en otra zona de la pradera. Sólo Bokoblins, Chuchus y Keeses. Eileen y yo nos dirigimos directamente al castillo. No visitamos ningún lugar de la ciudadela, no tenía importancia. Mientras caminábamos, Eileen de la nada toma mi brazo derecho y apoya su cabeza en mi hombro. Antes de que yo diga algo, ella me dice: “No te asustes, soy yo”; me dio a entender que era Glasse. Además; Eileen no haría algo como esto sin razón alguna. De esta misma manera llegamos al castillo. Cuando entramos a la gran edificación de Hyrule, Zelda nos recibe con abrazos y todo. Un poco antes de este acontecimiento, Eileen había vuelto a la normalidad. “Empezó a usar mi cuerpo sin permiso”, se quejó. Volviendo al tema, la princesa nos halló cuando entrábamos a la sala de estar del castillo. Frecuentemente se la puede encontrar allí, en el patio o en su habitación. Rápidamente empezó a hacernos las típicas preguntas: “¿cómo están?”, “¿qué ocurrió?”, etc., etc. En esta ocasión, Zelda no me hizo tantas preguntas ni tampoco se atrevió a hablarme demasiado. ¿Temía por gritarle de nuevo? ¡Pero estoy seguro que no fui yo el causante del suceso en el comedor! En medio de todo ese típico cuestionario de Zelda, ella pregunta por Xavi. Eileen le respondió que se había quedado en Términa ayudando a Linik, aunque justo en ese instante yo empecé a sentir su energía. Así que por fin venía de vuelta… Por esta razón, aporté en la respuesta de Eileen y la princesa se quedó más tranquila. La mirada de Zelda hacia mí reflejaba su “temor”, si pudiera llamarle a eso. Realmente no es eso, pero no hallo la palabra adecuada para clasificar ese sentimiento. Por lo tanto, antes de que tomáramos un nuevo tema, pedí disculpas a la princesa por lo ocurrido en el comedor. Ella rápidamente acepta las disculpas. Que mujer tan amable. Luego pasé a darle mi versión de lo que pasó, y Eileen aprovechó esta instancia para ir a ducharse y cambiarse de ropa. Después de contar todo, Zelda y yo volvimos a tener la confianza que teníamos. A continuación, la princesa me pregunta la razón de porqué salí disparado hacia Términa. Una vez más el peso de la conversación me la llevé yo. Antes de que pudiera contar el encuentro entre yo y Prímula en Ikana, Xavi llega a la sala de estar e interrumpe la conversación. De inmediato pausé la historia y dejé “libre” a la princesa para que lo vaya a saludar. Como se veía venir un laaargo saludo, decidí dejarlos a solas y fui a mi habitación. Después de todo, tenía que cambiar esta sucia ropa de Hylian prestada llena de energía negativa. ¿Recuerdan? No tuve tiempo para salir con mis ropas tradicionales. Cabe destacar que a Xavi solamente le hice un gesto con la mano para saludarlo. Aún estaba molesto por haberme dejado solo. Dentro de mi habitación me cambié de ropa como es debido y me tendí en la cama. No hice nada más, sólo mantuve mi mente en blanco. Sentía la relajación después del cansancio que dejó ese estúpido viaje. Sin embargo, los pensamientos no tardarían mucho para invadir mi mente. Es ahora cuando el famoso dilema que estaba teniendo regresó: ¿sigo o no sigo con el viaje? Este era el momento para pensarlo detenidamente y decidir mi destino. Es ahora o nunca. ¿Voy o no voy? ¿Servirá de algo ir hacia ese lugar o no? ¿Podré salvar a los hijos del viento o no? ¿Es más importante mi vida o el elemento? ¿Saldré vivo de allí o no? Son muchas las preguntas. No hay que olvidarse de lo que puedan opinar los demás y lo que puede llegar a suceder con cada decisión que tome, así que es un cuestionario bastante largo. Esa criatura que veía en mis pesadillas… maldita sea, era tan gigantesca que se veía imposible matarla. Encima eran dos, ¿cómo se supone que saldré sin rasguños al tener una batalla contra esas cosas? Estaría cavando mi propia tumba. Maldición, cada vez es más inútil ir a Sobre las Nubes. ¿Les digo que no quiero ir o no? ¿O hago un esfuerzo? Al fin y al cabo iré con Xavi; él solito puede destruir esas cosas. Por supuesto, porque él es “el héroe todopoderoso de Hyrule”; acaba con su enemigo incluso con una mano atada en su espalda, exageradamente hablando. Por otro lado, ¿Eileen iría con nosotros? Aunque lo dudo. Xavi no estará de acuerdo y yo tampoco, es muy peligroso que nos acompañe, pues su vida estará en riesgo fácilmente. Lo mejor sería dejarla aquí en Hyrule o que simplemente regrese al mundo cruel. Después de todo, no ha visto a su familia desde hace mucho y dejarla sola en el castillo la aburrirá. Qué decisión tan difícil… todo sería más fácil si sólo pensara en acabar con esos bichos y obtener el último elemento. Pero no, le doy muchas vueltas a la situación. Ahora es cuando quiero tranquilizarme. Lo mejor será escuchar música relajante, así que empiezo a buscar mi MP4… Maldición, se echó a perder. No se encendía la cuestión. Por la molestia que me causó esto, lancé el objeto lejos de la cama. Diosas, ¿por qué no puede pasar algo más positivo? Todo negativo últimamente. Para remate, luego me puse a buscar el aparato de Prímula y así escuchar su voz, al menos. Sin embargo, recordé que lo llevé puesto hacia Términa; ahora ya no estaba en mi oído. En otras palabras: se cayó en algún lugar de ese país y acabé perdiéndolo, sin darme cuenta. El único recuerdo que tenía de mi amiga fallecida… lo extravié. ¡Todo va mal! Nada bueno está ocurriéndome. Así como están las cosas, de seguro que mi viaje hacia Sobre las Nubes también acabará mal. Maldita sea… De este modo, nunca podré obtener el cuarto elemento. ¿Qué haré? ¿Qué razón para vivir tendré si no continúo con mi viaje? ¿Qué hará Cradd ante toda esta situación? No puedo permitir dejarle el paso libre… ¿¡Qué mierda hago!? Respiro profundo. Preferí mirar el paisaje de Hyrule lleno de monstruos en vez de seguir pensando y debatiendo conmigo mismo. La vista que tenía era hacia la región de Farone y parte de Eldin. Por supuesto, la vista era fenomenal. Hacía recordar cada uno de los primeros días en Hyrule, cuando no tenía ni la menor idea de qué era este mundo ni mucho menos la información sobre “mi destino”. Esos días eran de paz, mucha paz… No tenía que preocuparme por nada, solamente disfrutar de este país y denominarlo como un “mundo maravilloso”, el mundo que soñábamos Eileen y yo. Sí… cuando éramos “primos” y teníamos planeados desde chicos que viviríamos en un mundo como éste. Esos días en que Talon y Malon me enseñaban sobre Hyrule… Por cierto, hace mucho tiempo que no los veo. Debería visitarlos algún día. Mientras pensaba en todas estas cosas, de pronto veo una figura distinta a los monstruos que rondaban por la pradera de Farone. Era más bien una persona que un Bokoblin o un Bulblin. Además, la figura resaltaba por verse todo de negro a simple vista y caminaba a una sola dirección sin parar; actuaba como un Hylian o humano. ¿Acaso era el protector que me vigilaba a distancia y ahora vestía de negro? ¡Era mi oportunidad! Antes no tenía mi aumento de visión, así que ahora podría verle la cara. Sin pensarlo acerco mí vista hacia tal persona. Comienzo a verlo y… Su rostro, que se veía sólo de perfil, no parecía ser la de un desconocido. No, de hecho intenté reconocer a esa persona… Aumento un poco más la vista… “¡Breett! ¡Es hora de almorzaaar!”, se escuchó el grito de Eileen. Accidentalmente había aumentado también el oído, por lo que escuché su voz como si estuviera gritándome al lado de mí. “Ya voy”, respondí con rapidez, asustado por tal sonido muy agudo de su voz cuando es alzada. Finalmente salí rápidamente de la ventana y me dirigí al gran comedor. Y ahí quedó todo el misterio que había creado en mi mente. Ese tremendo susto hizo que por instinto salga corriendo y no piense en ninguna otra cosa más que ir a comer. Afortunadamente en esta ocasión no ocurrió nada extraño en la mesa del comedor. Todos almorzamos tranquilamente, con la misma vitalidad de conversación que hemos tenido siempre. Xavi y Eileen contaban los hechos que nos marcaron en Términa, por lo que tomaron el mayor peso de “bla-bla”. Yo, que debería ser el protagonista de toda la historia, era el más callado de todos. Pero esto tendría su lógica. Después de esos traumas que me llevé, ¿qué ganas tendría de contar mi versión de la historia? Xavi comprendía muy bien esto, pero parece que la cabecita de Eileen pensaba en que no era cosa de otro mundo y me invitaba a hablar de vez en cuando. Zelda, por su parte, no se atrevía a preguntarme muchas cosas. Parece que todavía seguía “traumada” por lo ocurrido anteriormente, aun cuando volvimos a tomarnos confianza hace unos minutos en la sala de estar. Supongo que será normal, ¿no? Después de almorzar volví a mi habitación e intenté encontrar a esa persona de la pradera, pero no tuve éxito. En el resto del día no pasó nada interesante, así que estuvo realmente aburrido. Se podría decir que era un día de descanso. Como me aislé casi todo el día en mi habitación, no entablé mucha comunicación con los demás. Encima Xavi también había ido a descansar, Eileen hacía lo suyo y Zelda… bueno, no sé qué cosas hará realmente. La cena fue parecida al almuerzo, aunque Xavi no acompañó debido a que todavía se sentía satisfecho del almuerzo. Es cierto, comió como nunca antes lo había hecho. Así que debido a la ausencia de él, yo hablé más que antes, pero sólo un poco era la diferencia. Y finalmente en la noche sentí todo el peso del cansancio, así que el sueño me ganó rápidamente. Al día siguiente desperté con la misma pesadilla que había tenido anteriormente en Términa. Así son mis premoniciones: se convierten en fastidios a la hora de dormir. ¿Por qué no puedo soñar con algo más alegre? Ayudaría mucho, la verdad. Estos sueños sólo atraen más negatividad y miedo. En fin, parece que nada se le puede hacer. Mis pensamientos sólo quedan en mí. ¿Quién va a escuchar algo que solamente yo critico? Lo único que puedo hacer es seguir soñando este tipo de cosas y soportarlas, nada más. Como pueden ver amanecí de malas ganas. Además de eso tenía flojera y extrañamente sentía cansancio. ¿Cómo puedo estar cansado después de dormir? No tiene lógica, pero ese síntoma sentí al despertar. En otras palabras, no tenía ganas de hacer algo productivo. Más la pequeña reflexión sobre las pesadillas que tenía, mi estado de ánimo empeoró todavía más. Estaba más pesimista de lo normal, desganado y, de alguna manera, enojado. No quería levantarme, mucho menos salir de la habitación, pero no quedaba otra. Preocuparé a todos si no me levanto y alguna regañada me ganaré por estúpido y flojo. Me levanto. Me cambio de ropa. Voy al baño… Salgo de allí. Qué flojera. Voy al comedor y veo mi desayuno listo. Sólo pude ver una gran cantidad de guardias del castillo en la mesa. ¿Qué está pasando? ¡Ah! Cierto… Normalmente estos soldaditos comen turnándose, por ejemplo, una mitad come a las 05:30 hrs., mientras que la otra mitad a las 06:00 hrs. Lo mismo pasa con el almuerzo y la cena; por la tarde pueden comer algún tentempié. Esto lo hacen para no desproteger el castillo en ningún momento, obviamente. Por estos datos me di cuenta que había despertado más temprano de lo normal. Quizás por esto fue que me desperté a malas… Ni siquiera estaban Xavi y Eileen desayunando. ¡Así empezó la mañana: comiendo con los soldados de Hyrule! Por suerte era el segundo turno y no tardó mucho en que sonara la alarma, para que todos salgan de la mesa y vuelvan a sus labores. Me di cuenta que estar rodeado entre tantos soldados era un poco incómodo y molesto… después de todo, la mayoría de ellos eran adultos y hablaban temas que yo no podía entender. A veces sentía que estaba alrededor de un grupo de flaites. Pero no puedo comparar a los guardias del castillo, hombres que fueron confiados por el Rey, con los flaites. Es una falta de respeto, ¿no? No obstante, estos Hylianos en grupo parecían serlo. Encima se reían por cualquier barbaridad que mencionaban… Realmente fue la peor experiencia que tuve en un desayuno. Qué brutal ha sido la mañana. Ahora no me digan que Hyrule tampoco me quiere verme feliz. Empezamos con el pie izquierdo: amanecer desganado y luego desayunar sin comodidad. ¿Qué viene ahora? ¿Un largo camino de preguntas y respuestas conmigo mismo? Estaba volviendo a mi habitación del castillo y no tendría nada que hacer, por lo tanto, es muy probable que pasará eso. La verdad es que ya me estaba hartando un poco de esta rutina diaria… ¿Qué puedo hacer, aparte de pensar y no poder resolver nada? Hmm… Llego a mi habitación. Hoy es el día que define todo: o voy a Sobre las Nubes o simplemente dejo todo. Tal vez no sea el día que dé la respuesta, pero aun así tendré que pensar muy bien lo que quiero hacer. Esta decisión puede afectar en gran medida mi futuro y el de los demás. Parece un chiste, pero es la verdad: puede afectar a otras personas, por ejemplo, en este caso sería a los Hijos del Viento. También debo pensar el futuro más lejano. Cradd, ese tipo… de seguro que se morirá de risa al saber que dejaré Hyrule y todo mi “destino”. Al final la historia se centraría en él y Xavi. Así como lo fue años atrás, todo volverá a repetirse… Doy vueltas por la habitación. Demonios, como se ven las cosas sólo estoy sobrando en este mundo. No puedo pelear contra bichos fuertes, Términa no me quiere, parece que Hyrule tampoco, los Hijos del Viento corren riesgo y yo aquí perdiendo el tiempo pensando… ¡Qué se le va a hacer! Soy débil, lo admito. ¿Qué estoy haciendo en Hyrule, entonces? Esto ya no es un mundo maravilloso, sino un lugar que de alguna forma me tiene atrapado… Sí, no quiero volver al mundo cruel. ¿Por qué? Porque ese mundo es cruel. Bla-bla-bla, es muy “malo” conmigo. Soy débil aquí y allá. ¿Estoy destinado a ser así por siempre? Miro por la ventana. Y en mi mente resuena una y otra vez la palabra que me destaca sobre todas las demás: débil. Es cierto, soy débil y no sirvo de nada… Los flaites. Maldición, si hubiera una forma de exterminarlos.... Un momento… si mal no recuerdo, la última vez que visité ese mundo sucedieron cosas muy extrañas conmigo. Escuchaba ese famoso pitido que resonaba cuando recién obtuve el poder de aumentar mi sentido auditivo, también a veces veía cosas raras y mi cuerpo, aunque sea el humano, no parecía verse tan debilucho como antes. También podía usar poderes mágicos, como la utilización del fuego. Tal vez ahora podría usar agua mágica. ¿Acaso puedo utilizar los poderes obtenidos aquí en el mundo cruel? ¿Y por qué estas cosas ocurrieron con más frecuencia después de obtener tres elementos? ¿Será que me vuelvo más poderoso en el mundo cruel? Si es así, ¿qué pasará si obtengo el cuarto elemento? No sé si alguien me dijo que todo esto podía influir en el mundo cruel, ya no lo recuerdo, pero tal vez sea así. ¿A esto se referirán de usar toda mi fuerza con libertad? Me recuesto en la cama de la habitación. Miro al techo y pienso más detenidamente… ¡Diosas! Si todo fuera como lo estoy pensando, yo… ¡Vaya! ¡Maldición! ¡Cómo no lo pensé antes! Podría incluso ser invencible. Usar estos poderes en el mundo cruel… ¡Sería maravilloso! Lo mejor es que hasta podría utilizarlos con total libertad. Ya me imagino todas las posibilidades que tendría de hacer cosas, gracias a estos poderes… *Sonrisa* Podría escuchar los secretos de las personas, especialmente de esas que me caen mal, y así yo poder decirlas para vengarme. También podría quemar y mojar cosas cuando yo quisiera, podría ubicar a una persona desde lejos, podría… ¡No sé, es una infinidad de cosas! Pero lo mejor… Sí, creo que lo mejor sería esto: contrarrestar las golpizas de los flaites y a cambio ser yo el que se los dé. Suspiro, sonrío aún más y me dejo llevar por mi imaginación. Por alguna razón, pensar en todas estas cosas me dan ganas de ir a Sobre las Nubes y obtener ese último elemento, sea como sea. Es que, en serio… si fuera así como lo estoy imaginando, sería todo de lindos y llamativos colores. Todo sería paz y amor. ¿El muro? ¡A la mierda el muro! Al menos en el mundo crue- No, espera. Si usara los poderes y hago todo lo que quisiera, ya no sería un “mundo cruel”, ¡sería mi mundo! Al fin le llamaría “mundo humano”, como debe ser. Pero yo sería el ser más poderoso de todos. Qué genial sería responderle groseramente a otra persona, sin que éste pudiera levantarme la voz, ya que sabe lo que le espera si lo hiciera… ¡Mierda! ¡Es emocionante imaginar todo esto! ¿¡Cómo no lo pude pensar antes!? Después de haber amanecido con el pie izquierdo, se me ocurren estas maravillas… Oh, diosas, perdónenme por haberme rebelado ante ustedes. Estaba pensando mal, compréndanme. Bien… Al fin pude aclarar todo esto. Ahora es cosa de olvidarme del pasado y centrarme en el futuro. ¡Mira, Brett, las cosas que puedes hacer si obtienes los cuatro elementos! ¡Qué genial, ¿no?! *Risas* Alguien está en mi habitación… ¡Oh! Has venido. Ven, acompáñame y siéntate en mi cama, o haz esas cosas que siempre me haces. Je-je, después de tanto tiempo, por fin estoy contento y sonriendo en este mundo […] ¿Por qué me miras así? ¿Qué pasa, tengo monos en la cara? ¡Vamos, Glasse! ¡Anímate!
Miro a la ventana, sonriente y satisfecho con lo que dije. No sé cómo, pero todo ese discurso salió desde lo más profundo de mí. De la nada creé un plan “perfecto”, sólo fue improvisación. Pareció tan perfecto y mi actitud tan extraña, que Glasse no tuvo palabras para responderme por lo sorprendida que quedó. Cabe destacar que su rostro de preocupación aumentaba a medida que avanzaba la conversación, tanto así que al final de mi discurso ni demostraba esa sensación, sino que enseñaba miedo y decepción. Algo cambiaba en mí, pero yo no me daba cuenta en ese momento… ¿Cómo pude crear ese tremendo plan en un instante? ¿Cómo le causé tanto terror a Glasse, dejándola en silencio por primera vez en mi vida? Ella siempre me apoya, termina abrazándome y lo más importante, da la última palabra. No obstante, ese día fue todo lo contrario: ella se limitó a mirarme aterrorizada, no dijo ni una sola palabra para hacerme la contra y finalmente, se marchó de la habitación, dejándome solo de nuevo, mirando la ventana aún. ¿Qué pasaba conmigo? Si estaba cambiando, notablemente iba para mal… Sin embargo, en ese momento yo sólo sentía satisfacción, ilusión y hasta felicidad. Lo único que quería era el cuarto elemento. No pensaba en Prímula, ni en Cradd, ni en los Hijos del Viento, ni en Zelda y otras personas cercanas, ni mucho menos el cristal dorado y el “destino” que tenía encima. Sólo quería cumplir ese nuevo objetivo: ser el “vengador” de la humanidad... ¿Me estaba volviendo loco? ¿O acaso…? Continuará ¡Recuerda comentar para saber qué te pareció el capítulo y decidme si voy bien o debo mejorar algo! :'D |